El documento habla sobre el duelo y la muerte. Explica que el duelo es el proceso emocional por el que pasa una persona ante una pérdida y que tiene intensidad y duración variable. También describe las manifestaciones del duelo como sentimientos, sensaciones físicas, pensamientos y conductas. Además, detalla cómo explicar la muerte a niños de diferentes edades y la importancia de acompañarlos en su proceso de duelo.
2. ¿QUÉ ENTENDEMOS POR DUELO?
■ Es el proceso emocional por el que pasa una persona
ante una pérdida (tristeza, apatía, inseguridad,
desorientación, culpabilidad, negación…).
– Con intensidad y duración variable
– Es un proceso natural que requiere un tiempo y un
trabajo personal de adaptación a la nueva situación.
■ Además de con la muerte de un ser querido también
tiene que ver con otras pérdidas:
– El divorcio o ruptura de las relaciones.
– Cambios en la salud. Enfermedad.
– Pérdida trabajo o financieras.
– Cambios en la forma de vida: inmigración
3. MANIFESTACIONES
DEL DUELO
■ SENTIMIENTOS: tristeza, rabia, irritabilidad, culpa, soledad, cansancio, shock,
alivio, miedo, aturdimiento, etc.
■ SENSACIONES FÍSICAS: molestias gástricas, opresión precordial,
hipersensibilidad al ruido, pérdida de energía, sequedad de boca, trastornos del
sueño, etc.
■ PENSAMIENTOS: confusión, dificultades de memoria, atención y concentración,
pensamientos recurrentes o intrusivos, etc.
■ ALTERACIONES PERCEPTIVAS: ilusiones, alucinaciones auditivas y visuales,
fenómenos de presencia, etc.
■ CONDUCTAS: comer en exceso, pérdida de apetito, abandono de las relaciones
sociales, búsqueda del fallecido, suspiros, llanto, atesoramiento de objetos
relacionados con el fallecido, etc.
4. ✓Nos ayuda a aceptar la realidad de la pérdida.
✓Adaptarse al ambiente en el cual ya no está presente esa persona,
adaptarse a la nueva situación.
✓Invertir la energía emotiva en otras relaciones.
OBJETIVOS QUE CUMPLE EL DUELO
¿Cuándo se ha superado el duelo?
• Cuando existe la capacidad de recordar a la persona amada sin
desconcertarse.
• Cuando hemos dejado de vivir en el pasado.
• Cuando somos capaces de establecer relaciones nuevas y de aceptar los
retos de la vida.
5. ETAPAS HABITUALES EN EL DUELO
■ NEGACIÓN
■ IRA/ENFADO
■ NEGOCIACIÓN
■ DEPRESIÓN
■ ACEPTACIÓN
6. FALLECIMIENTO DE UN SER
QUERIDO
Adaptado de: Explícame qué ha pasado. Guía para ayudar a los adultos a hablar de la muerte y el duelo con los niños. Fundación Mario Losantos del Campo.
7. • A todos los seres humanos nos angustia enfrentarnos a la
muerte.
• Queremos protegerlos del dolor y sufrimiento que supone la
muerte de un ser querido:
• “Cuanto menos sepa, menos sufrirá”
• “Se le pasará pronto”
• “Si te pregunta, dile que no pasa nada, que todo está bien”
• “No puede afectarle, todavía no se entera”…
• Enseñamos a vivir a nuestros hijos alejados de la muerte.
TENDENCIA EN NUESTRA SOCIEDAD POR PARTE DEL
ADULTO A ALEJAR A LOS HIJOS E HIJAS DE LA MUERTE:
8. MITOS SOBRE EL DUELO
■ Los niños y niñas no se dan cuenta de lo que sucede tras una pérdida.
■ No tienen suficiente capacidad para comprender lo que pasa alrededor
de la muerte y sus consecuencias.
■ Hay que evitar hablar de la muerte y de los muertos delante de ellos.
■ Es beneficioso procurar que no se enfrenten muy pronto en su vida a
una realidad desagradable como la muerte.
■ Los niños, niñas y adolescentes no hacen el duelo.
■ No pueden dar un significado a lo que sucede alrededor del
fallecimiento de un ser querido.
■ Debemos protegerles, siempre que podamos, del dolor y del
sufrimiento.
■ No comprenden los rituales por lo que es mejor que no acudan a ellos.
9. PERO LA REALIDAD ES QUE…
- Los niños y niñas intuyen, observan y ven
perfectamente los cambios que experimentan
las plantas, los animales y las personas.
- La muerte forma parte de nosotros desde el mismo momento en que
nacemos y, de alguna manera, nuestro cuerpo lo “sabe”. Desde el
comienzo de la vida buscamos la supervivencia.
- Se preguntan sobre la muerte sin necesidad de que hayan
experimentado la muerte de un familiar, es porque SABEN de alguna
manera que algo nos sucede.
10. - Cuando no saben, lo que hacen es inventar sus propias teorías
(condicionadas por la edad, su desarrollo cognitivo, madurez emocional, lo
que otros iguales les hayan contado,… ) todo lo cual hace que sus
explicaciones estén teñidas de los miedos, las defensas y lo que sean
capaces de digerir a nivel emocional en cada edad.
- Sus explicaciones suelen ser limitadas
y generalmente provocan más angustia
y confusión que la propia realidad, ya que
la fantasía de los niños es mucho más terrorífica
de lo que nos imaginamos.
- Pueden y deben dar significado a lo que ven en relación con la muerte de una
persona que conocen (misa, funeral,…).
11. POR TANTO, ES IMPORTANTE:
✓No dejarles “a solas” con su mundo de fantasía. Es importante fijarse
en qué preguntan y responder de acuerdo a su edad, pero siempre
ser sinceros sobre sus dudas.
✓Saber cómo va adquiriendo nuestro hijo o hija el concepto de
“muerte” y de “estar muerto”, saber qué entiende, qué se pregunta y
con qué fantasea a cada edad, para poder ayudarle a que se
aproxime a esta realidad de una manera veraz y menos angustiosa.
✓Estar en duelo es doloroso, pero más doloroso y angustioso es estar
en duelo y dejar que tus fantasías te aterroricen.
✓Su concepto de muerte está en construcción, necesitan nuestra
ayuda y nuestro acompañamiento.
13. DEL BEBÉ HASTA DOS AÑOS
■ No comprenden el significado de la palabra MUERTE.
■ La perciben como ausencia, es decir, sienten la no
presencia de la persona fallecida.
■ Perciben los cambios que se producen en el entorno y en
sus rutinas.
■ Perciben el estado de ánimo de las personas que lo cuidan.
14. ¿QUÉ PODEMOS HACER O DECIR?
■ Cuando son tan pequeños, lo más importante es mantener
sus rutinas, horarios y ritmos.
■ Dar continuidad y seguridad a su mundo.
■ Tratar de mantener sus espacios tal y como estaban antes de
la pérdida, minimizando así la aparición de cambios que les
crearían más inquietud, desconcierto o inseguridad.
15. DE TRES A SEIS AÑOS
■ Entienden la muerte como algo temporal y reversible.
■ No comprenden el concepto de insensibilidad post
mortem.
■ No creen que sea universal.
■ Interpretan de forma literal las explicaciones que les
demos (ejemplo: si les decimos que alguien ha ido al
cielo, preguntarán cómo pueden ir ellos también).
16. ¿QUÉ PODEMOS HACER O DECIR?
■ Utilizar un lenguaje CLARO, PRECISO, REAL.
■ Curiosidad por el lugar donde está y por cómo se encuentra la persona
fallecida. Preguntas que nos pueden hacer y que debemos responder con
sinceridad y de una forma lo más concreta posible:
– ¿dónde está?
– ¿tiene frío, puede comer y beber?
– ¿puedo hablar con él o ella?
– ¿cuándo vamos al cielo?
– ¿por qué no viene?
■ No necesitan una información extensa pero sí un conocimiento claro.
17. ■ Ayudarles a entender que la muerte es irreversible.
■ Ante su duda de si nosotros vamos a morir, se les
puede decir que cuando seamos “muy, muy
mayores”.
■ Cuando la muerte es como consecuencia de una
enfermedad, se les puede decir que las personas
mueren cuando están “muy, muy enfermas”.
■ Hacerle entender que cuando un ser vivo muere, el
cuerpo detiene su funcionamiento por completo (ya
no ve, ni respira, ni camina, ni siente…).
■ Evitar términos metafóricos para explicar la muerte
(ejemplos: el abuelo se ha sumido en su sueño
profundo o nos está viendo desde el cielo,…).
18. DE 6 A 10 AÑOS
■ Ya saben que la muerte es definitiva e irreversible.
■ Comprenden el concepto de insensibilidad postmorten.
■ Diferencian entre vivir y no vivir utilizando términos biológicos para
referirse a la muerte (no tiene pulso, se para el corazón,…).
■ Hacia los 8 o 9 años pueden comprender que ellos también pueden
morir.
■ Pueden culpabilizarse de lo ocurrido.
■ Les inquieta que puedan morir familiares… se preocupan de que las
personas que les rodean hagan cosas “peligrosas” o enfermen…
■ Muestran interés por las ceremonias, ritos funerarios… y pueden mostrar
interés por participar en ellos.
19. ¿QUÉ PODEMOS HACER O DECIR?
■ Necesitan que se les explique la muerte de un ser querido atendiendo a los
hechos y las causas que la han provocado.
■ Atender siempre sus dudas e inquietudes. Pedirles que nos pregunten todo lo
que necesiten. Sus preocupaciones irán dirigidas a saber:
– Qué le pasa al cuerpo cuando muere
– Qué va a pasar ahora con su vida
– Qué puede ocurrir si alguien de su entorno enferma o muere
– En qué consisten los funerales, entierros,…
■ De 6 a 8 años si lo desean pueden ir participando de los ritos y ceremonias
(siempre acompañados y explicándoles con antelación en qué consisten
estos ritos de despedida).
21. ■ Transmitir la noticia lo antes posible y siempre por medio de
una persona cercana, elegir un lugar tranquilo, apartado,…
sentarse cerca de él o de ella.
■ Ninguna explicación tiene por qué darse “de golpe”.
■ Deben saber siempre la verdad sobre lo sucedido.
■ Explicar la muerte en términos reales, como algo irreversible,
definitivo y final de las funciones vitales. Los niños necesitan
conocer la parte física y real del fallecimiento de una persona.
Podemos apoyarnos en ejemplos de la naturaleza que el propio
niño haya visto (un pájaro muerto, un ratón, una planta, etc.).
■ La escuela debe ser informada.
22. ■ Ayudarle a que pueda expresar y aclarar todas aquellas dudas que le preocupen:
– Si muestra sentimientos de culpa debemos asegurarnos de que comprenda
que no es responsable de la muerte de su familiar.
– Es fundamental poder dar seguridad y protección, especialmente a los niños
más pequeños, para prevenir su temor a que otro familiar cercano pueda
morir. Debemos tranquilizarles y decirles que nosotros estamos bien y que le
vamos a cuidar.
– Pueden inquietarse por el futuro y temer que su mundo se desmorona.
Debemos transmitirles confianza sobre la continuidad de sus vidas.
– Pueden sentir angustia al pensar que se olvidarán de la persona fallecida.
■ Hacerles ver que la muerte no significa olvidarnos de esa persona.
■ Compartir con nuestros hijos e hijas los recuerdos, las historias o las fotos.
■ Señalarles que siempre estará en nuestro corazón y en nuestra memoria.
■ Hablar de ella con frecuencia les ayudará enormemente a elaborar su
duelo.
23. ■ Es importante compartir nuestras creencias religiosas y espirituales
con los niños, pero no sin antes haber dado una explicación física de la
muerte.
■ Ayudarles a expresar lo que sienten y, entre estos sentimientos, está su
dolor por la muerte de la persona fallecida. Nosotros, los adultos,
somos su modelo de aprendizaje en la expresión emocional de su
dolor.
■ Si quieren participar en los ritos que se lleven a cabo por la muerte de
un familiar (velatorio, entierro, funeral) deben ser previamente
explicados y deberán estar siempre acompañados en los mismos. El
participar en los mismos les ayuda a:
– Sentirse unidos a la familia en este momento de dolor y de
despedida.
– A que la muerte pueda ser concretada en un tiempo y en un
espacio.
24. ¿Cómo podemos hablar de la muerte con nuestros hijos?
Con mucho cariño
Con muchísimo amor
Pasando todo el tiempo del mundo juntos
Hablando con delicadeza
Sin atragantamientos
Sin mentiras
Con respeto a su mundo emocional
Sabiendo esperar
Escuchando mucho
Con mimo
Con caricias
Sin temor
Y SIEMPRE
Con disposición a la VERDAD
26. ACOMPAÑAMIENTO DEL NIÑO EN EL DUELO
■ Lo que se le dice al menor y cómo y cuándo se le dice influye
enormemente en el desarrollo de su proceso de duelo.
■ Ofrecer al menor compañía y protección familiar.
■ El adulto lleva su duelo paralelo.
■ Restablecer cuanto antes su vida cotidiana.
Recordemos:
27. ■ Si en la infancia fallece una figura fundamental el duelo será más profundo,
doloroso y peligroso, es muy necesario que otra persona cercana y cotidiana
tome las riendas de la vida del niño y le ofrezca un mundo seguro.
■ Ayudarle a comprender basándonos en las claves mencionadas y sobre
todo:
– Decirle siempre la verdad
– Explicarle la muerte en términos reales.
– Tratar de averiguar cómo se siente emocionalmente tras la muerte
de un ser querido y aclarar todas aquellas circunstancias que, como
consecuencia de la pérdida sufrida, puedan inquietarle o
preocuparle.
28. ■ Los niños no pueden mantener un estado de aflicción por mucho tiempo.
Sus estados de ánimo son más cambiantes, lo que hace que pasen de
momentos de pena a concentrarse en otras actividades como jugar,
dibujar, ver la televisión, etc. Estos cambios son normales y naturales en el
niño en duelo.
■ No olvidar que tienen derecho a estar tristes aunque nos resulte doloroso.
29. ■ Favorecer que expresen lo que piensa, lo que siente, sus dudas, … Ayudarle
a expresar lo que le pasa. Tener en cuenta que tienden a expresar más su
pena con su cuerpo y su comportamiento (somatizaciones y cambios de
conducta).
■ Utilizar si es necesario herramientas útiles que ayuden al menor en la
elaboración del duelo: el juego, el dibujo y los cuentos son el medio de
expresión natural de los niños. Debemos estar atentos, acompañarles y
animarles a que dibujen, jueguen o inventen historias, preguntarles cómo se
sienten los personajes del cuento o historia, qué les pasa a los personajes de
un juego, etc. Permite aclarar las inquietudes, temores, creencias erróneas,
etc.
30. EL DUELO EN LA PRIMERA
INFANCIA
■ Reacciona sobre todo si se trata de su figura de referencia, se
muestra irritado, inquieto, come y duerme peor, llora sin
motivo…
■ Puede percibir el dolor y el cambio en el estado de ánimo de
sus cuidadores reaccionando con inquietud.
■ Pueden presentar rabietas o lloran con más intensidad (creen
que así su ser querido volverá para calmarlos).
■ Pueden buscar con frecuencia y durante un tiempo a la
persona fallecida esperando que entre en casa, que vaya a
darle las buenas noches, etc.
31. ■ Pueden tener regresiones hacia etapas evolutivas anteriores,
mostrarse más dependientes, perder el interés por sus
juguetes y por actividades que normalmente realizaba.
■ Necesitan contar con una figura estable y significativa, que
les proporcione un mundo conocido y tranquilo por lo que es
muy importante mantener sus horarios, rutinas,…
■ Necesitan recibir mucho afecto y cariño, confirmar que no
dejarán de ser atendidos ya que su mundo está cambiando.
■ Pueden hacer referencia al familiar ausente, o preguntar qué
sucede… a lo que debemos responder siempre de forma
clara y sencilla, explicando lo que ha sucedido y porqué nos
sentimos así (“estamos tristes porque nos acordamos de la
persona que ya no está”). Necesitan comprender y poner
palabras a lo que perciben.
32. EL DUELO EN MENORES DE 3 A 6 AÑOS
■ Necesitan que les expliquemos de forma clara y sencilla que su familiar ha muerto.
Ayudarles a comprender que significa morir, que es irreversible, definitivo… para
que puedan asimilar lo sucedido. No usar metáforas. Decirles cómo nos sentimos,
qué vamos a hacer a partir de ahora, cómo nos despedimos de esa persona…
■ Tranquilizarles sobre nuestra salud y nuestra intención de seguir cuidándoles.
■ Puede tratar de negar la realidad de la pérdida (dice o contesta cosas que nada
tienen que ver con lo sucedido).
33. ■ Se pueden mostrar confusos y aunque nos hayan dado muestras de haber
comprendido lo que ha ocurrido pueden volver a preguntarnos cuando volverá la
persona fallecida cuando ha pasado un tiempo. Es una manera de comprobar la
realidad de la pérdida.
- “¿Cuándo va a volver papá?”.
- “¿Te acuerdas lo que hablamos ayer? Papá se puso muy, muy, muy malito y murió, eso
significa que no está aquí y no va a volver (…)”.
- “Pero una vez se fue mucho tiempo y volvió de trabajar”.
- “Ahora no es lo mismo, ven, siéntate aquí, vamos a volver a hablar de lo que ha pasado (…)”.
■ Necesitan mantenerse cerca de su familia, no sacarles de su entorno habitual.
34. ■ Puede mostrar comportamientos regresivos y una actitud más quejosa, dependiente.
■ Si las conductas no son excesivamente disruptivas, se pueden dejar pasar por un
tiempo y después traducirle al niño lo que de verdad le pasa.
■ Reforzar los avances si las conductas regresivas van remitiendo.
■ Ofrecerles hablar de lo que siente y mostrar también nuestros propios sentimientos.
■ Suelen imitar la conducta o forma de reaccionar de sus adultos cercanos.
■ Aprovechar los momentos de cuentos, juego o dibujo para ver reflejadas sus
inquietudes.
■ Si se muestran más dependientes, inquietos o temerosos por quedarse solos o
desprotegidos, transmitirles tranquilidad y asegurarles que les vamos a seguir
cuidando.
35. EL DUELO EN LOS MENORES DE 6 A 10 AÑOS
■ Comprenden lo que significa la muerte (definitivo, irreversible, fin de las
funciones vitales).
■ Pueden sentir mucho miedo y angustia ante la posibilidad de que ellos
mismos u otros parientes puedan morir (salud, peligros,…). Hay que
tranquilizarles
■ En esta edad muestran mucha preocupación por saber hasta qué punto va
a cambiar su vida.
■ A veces pueden sentirse culpables o responsables de la muerte del
familiar.
36. ■ Pueden negar la realidad de la pérdida mostrándose más activos,
juguetones,… tratan de alejar el dolor, conviene ayudarles a tomar
contacto con sus verdaderas emociones, explicarles que estar triste o
llorar no es algo malo sino algo natural y puede aliviar mucho.
■ Es habitual que busquen de alguna forma a la persona que ha muerto
aunque comprendan que no va a volver pero esta conducta les ayuda a lidiar
con su dolor, hay que tranquilizarles y transmitirles que poco a poco su dolor
será menos intenso.
37. ■ Les ayuda mucho que nosotros les mostremos nuestros sentimientos y les
hablemos de lo sucedido para que así puedan ir explorando lo que ellos
mismos sienten.
■ Se sienten más vulnerables y tratan de ocultar esta sensación, sobre todo
en el cole, mostrándose más violentos o bravucones con los iguales.
Pueden llegar a desarrollar algunas conductas inapropiadas como rabietas,
agresiones, comentarios hirientes, etc. hay que corregirle pero también
explicarle lo que está sucediendo emocionalmente y no sabe gestionar.
38. “ Poder llorar la muerte de un ser querido adecuadamente y afrontar
la pérdida antes de que se produzca, en el momento en que ocurre y
sobre todo después, hace que el niño/a no pueda sentirse culpable,
deprimido, enojado o asustado. Cuando ayudamos a nuestros hijos a
curarse del dolor que produce la herida emocional más profunda de
todas –la muerte de un ser querido -, los estamos dotando de unas
capacidades y una comprensión importantes, que le servirán para el
resto de sus vidas”.
William C. Kroen (1996).
40. ■ PROBLEMAS DE ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN
■ DIFICULTADES DE MEMORIA
■ DISMINUCIÓN DEL RENDIMIENTO ESCOLAR
■ CONDUCTAS DE ANSIEDAD
■ ARRANQUES REPENTINOS DE LLANTO
CONDUCTAS MÁS COMUNES QUE EL NIÑO O LA
NIÑA EN DUELO MANIFIESTA EN LA ESCUELA
42. Mantener la normalidad en el
aula pero con flexibilidad.
■ Aunque la normalidad ayuda mucho a los niños, no se puede olvidar la verdadera
situación en que se encuentra el menor. Hay que tener en cuenta que su capacidad
de rendimiento, de atención y de concentración va a disminuir a consecuencia de su
dolor y su malestar interior, haciendo que le cueste seguir el ritmo de la clase, cumplir
por completo con los deberes o realizar adecuadamente los exámenes. Por ello,
conviene intentar ser lo más flexible posible, dentro de la normalidad.
■ El profesorado puede ayudar de muchas maneras:
– Puede ampliar los plazos de entrega de los trabajos.
– Permitir que haga los exámenes en otro momento o en otra aula más tranquila.
– Preguntarle si ha tomado nota de los deberes.
– Solicitar apoyo académico extra durante un tiempo.
43. Mantener una comunicación
regular con la familia del
menor
■ Conocer la realidad de la familia y la situación por la que atraviesan sus
miembros tras la pérdida (sobre todo si el fallecido es uno de los progenitores u
otro hijo/hija).
■ Ofrecer asesoramiento a la familia sobre cómo ayudar a su hijo/hija en duelo.
■ Informar de todo lo que estemos detectando o trabajando en la escuela. Pautas
que van a seguirse en el colegio, sobre si necesita refuerzo o si se detecta un
empeoramiento o estancamiento en su evolución para hacer las derivaciones
pertinentes (al EOE…).
44. Ofrecer al menor un apoyo
adicional (académico y
emocional) en el ámbito escolar
■ Asignar a una persona -a ser posible en la que el niño confíe - para que el menor
disponga de un espacio de respiro en compañía de alguien que le dé tranquilidad.
■ La persona de apoyo para puede hacerle un seguimiento más regular sin
necesidad de esperar a que se den situaciones puntuales de crisis.
■ Todo el profesorado que mantiene un contacto habitual con el niño le debe hacer
saber que conocen su situación.
■ Al menor puede serle de gran ayuda simplemente el hecho de saber que sus
maestros y maestras están cerca y que, si desea hablar de su malestar, puede
contar con ellos y ellas.
■ Se trata de mostrarse receptivo y cercano.
45. Permitir salidas del aula o
llamadas telefónicas
■ A veces pueden sentirse muy agobiados al percibir de pronto que sus compañeros
les están observando, o en un momento determinado les sobreviene un dolor y
una pena enorme. Es importante estar atentos y permitirles salir de clase, ir al
cuarto de baño o visitar a la persona de apoyo, si verdaderamente necesitan
despejarse un rato.
■ Los menores pueden mostrarse preocupados y temer que algo malo les suceda a
sus parientes cercanos. En ocasiones en que este miedo puede resultarles
excesivamente angustioso, puntualmente les puede resultar de ayuda el
permitirle hacer o recibir alguna llamada telefónica de su familia para comprobar
que todo está bien y ayudar así a que su malestar disminuya.
46. Respetar y tener en cuenta
las fechas especiales
■ Prestar más atención a los días significativos que el niño pudiera vivir de forma
especialmente desagradable o difícil y que puede sentirse especialmente triste o
distraído (navidad, día de la madre o del padre, cumpleaños o el aniversario de la
muerte del ser querido, etc.). Si conocemos esas fechas, podremos estar atentos y
comprender lo que le está pasando al niño y a qué se debe el cambio en su estado
de ánimo.
■ Debemos permitirle que no realice la actividad escolar programada para celebrar
esas fechas, si así lo desea o si sentimos que lo va a vivir con demasiada dificultad.
Sin embargo, si el menor recibe el acompañamiento adecuado y vemos que puede
ser bueno para él, es útil que realice estas actividades dándoles el enfoque
adecuado: por ejemplo, la tarjeta dibujada en clase puede tener un sentido
conmemorativo o servir de recuerdo.
47. Preparar al alumnado
para el regreso del
compañero/a en duelo
■ Pedir el consentimiento de los padres o tutores para informar al resto de la clase de
lo que le ha sucedido al menor, así como también para hablar con el alumno e
informarle de lo que se ha transmitido a sus compañeros sobre su situación.
■ Cuando los alumnos son pequeños es fundamental que el mensaje que reciban sea
claro y sencillo. Asegurarse de que han comprendido todo lo que se les ha dicho.
■ Se les puede pedir que expresen lo que sienten usando distintas herramientas
según la edad (como escribir de forma anónima sus sentimientos , o lo que le dirían
a su compañero en duelo…). También podemos pedirles que cuenten si ellos han
vivido una experiencia cercana de este tipo o que dibujen libremente sus
emociones…
■ Hablar con ellos de sus preocupaciones e inquietudes sobre la muerte.
48. ALGUNOS RECURSOS:
■ Explícame qué ha pasado. Guía para ayudar a
los adultos a hablar de la muerte y el duelo con
los niños. Fundación Mario Losantos del Campo.
■ Las estrellas fugaces no conceden deseos.
Rodolfo Ramos Álvarez (coord.). Manual breve
de ayuda a familias en duelo. TEA.
49. ❑ Blog: https://monicadizorienta.blogspot.com/2014/01/recursos-para-afrontar-el-tema-de-la.html
Recoge un listado de recursos visuales, guías, cuentos, etc.
❑ http://cuentosninossabios.blogspot.com.es/search/label/Ansiedad%20de%20separaci%C3%B3n
❑ Kroen, W. (2002). Cómo ayudar a los niños a afrontar la pérdida de un ser querido, un manual
para adultos. Barcelona: Ediciones Oniro.
❑ Turner, M. (2006). Cómo hablar con niños y jóvenes sobre la muerte y el duelo. Barcelona: Paidós.
❑ Página web: http://www.vivirlaperdida.com/ Informa sobre el duelo, reacciones, qué ayuda dar,
tiene recursos para niños y adolescentes, etc.
❑ http://blog.educaciondocente.es/wordpress/cuentos-para-trabajar-el-duelo-y-las-perdidas-con-los-
ninos/
❑ Cuento vuela mariposa vuela (el duelo en los niños)
https://www.youtube.com/watch?v=_RqjTg_kii0
❑ Cuento sobre el duelo. https://www.youtube.com/watch?v=WNlnpi5US6k
50. GRACIAS POR SU ATENCIÓN
CÓRDOBA, 21 DE MAYO DE 2018
EOE CÓRDOBA LEVANTE-ALCOLEA