2. MÁS HABITUAL DE LO QUE
PARECE
1. Con unos pasos sencillos, cualquiera de nosotros puede
convertirse en un maestro del discurso. En Internet hay mucha
información útil, búscala.
3. EL SECRETO ES UNA BUENA
PREPARACIÓN
1. Un buena exposición debe ser ajustada al tiempo que nos den, sin
pasarnos ni quedarnos cortos.
2. Tiene que contener todo aquello que queramos decir.
3. Ha de resultar amena, para que no se haga pesada y capte la
atención de los presentes.
4. Debe tener una introducción donde resumamos sobre qué vamos a
hablar; un desarrollo del tema, destacando las ideas principales, y
después, una conclusión que aluda de forma breve pero
contundente a lo que más queramos destacar.
5. Tenemos que pensar que es precisamente esa parte final la que
van a recordar de nuestra disertación.
4. SER O NO SER…
1. Una vez que tengamos el texto listo, practiquemos. Hay que
prepararlo como si fuéramos actores que van a interpretar una
obra de teatro: el guión debe estar bien aprendido.
2. Saber qué vamos a decir y cómo vamos a decirlo nos ayudará a
relajarnos y a no cometer errores, por lo que es muy recomendable
que trabajemos antes nuestro discurso con amigos o familiares y
que les pidamos que nos den una opinión sincera.
3. Las críticas nos van a ayudar a mejorar y pulir el texto.
5. ¿QUÉ ME PONGO?
1. Si nos arreglamos demasiado o si nos vestimos con algo
extravagante, probablemente nos sintamos inseguros cuando
todas las miradas estén sobre nosotros.
2. Lo mejor es ponerse ropa cómoda, correcta y poco llamativa. No
conviene ir de estreno.
6. BUSCAR LA TRANQUILIDAD
1. Pensar en un lugar paradisíaco, respirar profundamente…,
cualquier cosa que nos tranquilice será bienvenida. Si conseguimos
relajarnos, todo irá sobre ruedas.
2. Es lógico que en los momentos previos al discurso, no nos
funcione ni el Valium, pero hay que asumir que esos nervios son
normales.
3. Lo importante es controlar los nervios cuando empecemos a
hablar. En el momento en el que confirmemos que todo lo que
hemos preparado está bien organizado en nuestra cabeza, las
palabras comenzarán a fluir por sí solas.
7. NO LO HAGAS DIFÍCIL
1. Comunicar bien implica hacer llegar el mensaje de forma correcta
al mayor número posible de personas, por lo que debemos
expresarnos de forma sencilla, directa y sin palabras rebuscadas.
2. Pero eso sí, evitemos a toda costa expresiones excesivamente
coloquiales (es impensable el uso de las vulgares) y hablemos con
corrección.
3. Las ideas principales que queramos trasmitir deben destacar
claramente en nuestro discurso.
8. NO TE PONGAS A LEER SIN
MIRAR A TU PÚBLICO
1. Enfrentarse a una clase llena y enterrar la cara en un montón de
papeles no se puede hacer aunque nos lo pida el cuerpo.
2. Los apuntes que llevemos solo deben servirnos como guía para no
perder el hilo porque, si nos ponemos a leer, nadie nos escuchará
y habremos pasado un mal rato para nada.
9. SIN APARENTAR
1. Las mentiras se notan. La falsedad también. Hay que ser un
verdadero experto en lenguaje gestual para disertar sobre algo que
ni nosotros mismos nos creemos y convencer a la audiencia.
2. Por eso es importante que tratemos de actuar de forma honesta,
que no intentemos aparentar algo que no somos o defender ideas
que no compartimos.
3. Si nos comportamos de forma auténtica, nuestro mensaje calará
más y nos escucharán con mayor atención.
10. LA AUDIENCIA
1. Debemos mirar a nuestro público para que empatice con nosotros
y nos escuche. Si un orador nos mira, inmediatamente sentimos
que nos habla a nosotros y prestamos más atención; si además de
mirarnos, nos sonríe, nos tiene en el bolsillo.
2. Apliquemos esa misma táctica en nuestra exposición: el truco
consiste en situar un rostro amigable a la izquierda, otro en el
centro y otro a la derecha y establecer contacto visual con ellos y
sus vecinos. Así tendremos ganada la atención de toda el aula.
11. PRÁCTICA Y PRÁCTICA
El miedo a sentirnos expuestos es natural y lo comparte un alto
porcentaje de la población, pero con estas técnicas sencillas, práctica
y un poquito de valentía, pronto comprobaremos que, como todos los
miedos, este también puede superarse.