Un caballo alado despierta a un dragón que dormía profundamente lanzando fuego por su boca enojado, pero el caballo vuela rápido para escapar. El dragón persigue y alcanza al caballo para preguntarle por qué lo despertó, y aunque el caballo se disculpa tristemente, el dragón lo perdona y desde entonces se vuelven amigos para siempre.