La Predicación de los Puritanos un ejemplo a seguir
No se puede servir a Dios y a las riquezas
1. NO SE PUEDE SERVIR A DIOS Y
A LAS RIQUEZAS
Evangelio según el Espiritismo, capítulo XVI
Ricardo Cardona
2. SALVACIÓN DE LOS RICOS
Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al
uno y amará al otro, o estimará al uno y despreciará al
otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. (San Lucas,
cap. XVI, v. 13).
Ricardo Cardona
3. GUARDARSE DE LA AVARICIA
Entonces, un hombre le dijo, en
medio de la multitud:
Maestro, di a mi hermano que
parta conmigo la herencia que
nos corresponde. Mas Jesús le
dijo: Hombre! ¿Quién me ha
puesto para juzgarlos o
establecer vuestras partes?
Después les dijo: Tengan
cuidado en guardarse de toda
avaricia; porque en cualquier
abundancia que el hombre
esté, su vida no depende de los
bienes que posea.
Ricardo Cardona
4. UTILIDAD PROVIDENCIAL DE LA FORTUNA
La riqueza es, sin duda, una
prueba muy difícil, más
peligrosa que la miseria por
sus consecuencias, por las
tentaciones que da y la
fascinación que ejerce; es el
supremo excitante del
orgullo, del egoísmo y de la
vida sensual; es el lazo más
poderoso que une al
hombre a la Tierra y desvía
sus pensamientos del cielo.
Ricardo Cardona
5. Si la riqueza es el origen
de muchos males, si
excita tantas malas
pasiones y si provoca
también tantos crímenes,
no debe culparse a la
cosa, sino al hombre que
abusa de ella, como
abusa de todos los dones
de Dios; con el abuso
hace pernicioso lo que
podría serle más útil.
Ricardo Cardona
6. Si la riqueza no
debiese producir sino
el mal, Dios no la
habría puesto en la
Tierra; corresponde al
hombre extraer de ella
el bien. Si no es un
instrumento directo
del progreso moral, es,
sin contradicción, un
poderoso elemento de
progreso intelectual.
Ricardo Cardona
7. DESIGUALDAD DE LAS RIQUEZAS
¿Por qué todos los hombres no son igualmente ricos?
No lo son por una razón
muy sencilla: porque no son
igualmente, activos y
laboriosos para adquirir, ni
moderados y previsivos
para conservar. Además,
está matemáticamente
Demostrado que la fortuna,
igualmente repartida, daría
a cada cual una parte
mínima e insuficiente.
Ricardo Cardona
8. Suponiendo que se diese
a cada uno lo
necesario, no habría ya el
aguijón que empuja a los
grandes descubrimientos
y a las empresas útiles. Si
Dios la concentra en
ciertos puntos, es para
que desde allí se esparza
en cantidad
suficiente, según las
necesidades.
Ricardo Cardona
9. El pobre, pues, no tiene motivo
de acusar a la Providencia, ni de
envidiar a los ricos; y los ricos
tampoco lo tienen para
glorificarse por lo que poseen.
Si abusan de ella, no será ni con
decretos, ni con leyes
suntuarias, que se remediará el
mal; las leyes pueden cambiar
momentáneamente el
exterior, pero no pueden
cambiar el corazón; por esto
sólo pueden tener una duración
temporal, y siempre son
seguidas de una reacción
desmedida. Ricardo Cardona
10. “El origen del mal está en el egoísmo y en el
orgullo; los abusos de toda naturaleza cesarán por
sí mismos cuando los hombres se sometan a la ley
de CARIDAD”.
Ricardo Cardona
11. LA VERDADERA PROPIEDAD
El hombre no posee en
propiedad sino lo que
puede llevarse de este
mundo. Lo que encuentra
cuando llega y lo que deja
cuando se va, lo goza
mientras permanece en la
Tierra; pero, puesto que es
forzado a
abandonarlo, sólo tiene el
usufructo y no la posesión
real.
Ricardo Cardona
12. ¿Qué posee pues?
Nada de lo que es para uso del
cuerpo, todo lo que es de uso
del alma: la inteligencia, los
conocimientos, las cualidades
morales, esto es lo que trae y
lo que se lleva, lo que nadie
tiene el poder de quitarle, lo
que le servirá más en el otro
mundo que en este; de él
depende el ser más rico
cuando se va que cuando
llega, porque de lo que haya
adquirido en bien, depende su
posición futura.
Ricardo Cardona
13. Los bienes de la Tierra
pertenecen a Dios, que los
da según su voluntad, no
siendo el hombre más que
un usufructuario, el
administrador más o
menos íntegro e
inteligente. Es tan poca la
propiedad individual del
hombre, que Dios cambia
a menudo todas sus
previsiones, y la fortuna
escapa al que cree
poseerla con los mejores
títulos.
Ricardo Cardona
14. EMPLEO DE LA FORTUNA
¿Cuál es, pues, el mejor empleo de la fortuna? Buscad
en estas palabras: “Amaos los unos a los otros”, la
solución del problema; ahí está el secreto para emplear
bien las riquezas. El que está animado del amor al
prójimo, tiene trazada su línea de conducta, pues el
empleo agradable a Dios, es la caridad; no esa caridad
fría y egoísta que consiste en repartir a su alrededor lo
superfluo de una existencia dorada, sino esa caridad
llena de amor que busca al desdichado y lo levanta sin
humillarlo.
Ricardo Cardona
15. DESPRENDIMIENTO DE LOS BIENES
TERRESTRES
¿Acaso la fortuna da una felicidad inmaculada? Cuándo
vuestros cofres están llenos, ¿no hay siempre un vacío
en vuestro corazón? En el fondo de este cesto de
flores, ¿no hay siempre un reptil escondido?
Ricardo Cardona
16. Se comprende que un hombre que por un trabajo
asiduo y honroso, ganó la fortuna, experimente una
satisfacción muy justa, sin embargo; de esta
satisfacción natural que Dios aprueba, a un apego que
absorbe todos los otros sentimientos y paraliza los
impulsos del corazón, hay mucha distancia, tanta
distancia como de la sórdida avaricia a la prodigalidad
exagerada; dos vicios entre los cuales Dios ha
colocado la caridad, santa y saludable virtud, que
enseña al rico a dar sin ostentación para que el
pobre reciba sin bajeza.
Ricardo Cardona
17. Despilfarrar su fortuna no es el
desprendimiento de los bienes
terrestres, sino negligencia e
indiferencia; el hombre
depositario de esos bienes no
tiene derecho de dilapidarlos o
de confiscarlos para su solo
provecho; la prodigalidad no
es generosidad, sino muchas
veces una forma de egoísmo;
aquel que bote oro a manos
llenas para satisfacer una
fantasía, no daría una moneda
para prestar un servicio.
Ricardo Cardona
18. El desprendimiento de los bienes terrestres consiste en
apreciar la fortuna en su justo valor, en saber servirse de ella
para los otros y no para sí, en no sacrificar por ella los
intereses de la vida futura, en perderla sin murmurar, si le
place a Dios retirárosla. Si por reveses imprevistos, venís a ser
otro Job, decid como él: “Señor, vos me la disteis, vos me la
habéis quitado; que se haga vuestra voluntad.” Este es el
verdadero desprendimiento.
Ricardo Cardona
19. “Si sois pobres, no envidiéis a los ricos, porque la fortuna
no es necesaria para la felicidad; si sois ricos, no olvidéis
que estos bienes se os han confiado y que deberéis
justificar su empleo como en una cuenta de tutela. No
seáis depositarios infieles haciéndolos servir para la
satisfacción de vuestro orgullo y de vuestra sensualidad;
no os creáis con el derecho de disponer únicamente para
vosotros de lo que sólo es un préstamo y no un don
nativo. Si no sabéis devolver, no tenéis el derecho de
pedir, y acordaos que el que da a los pobres paga la
deuda que ha contraído con Dios”.
Ricardo Cardona