1. PONGAMOS EN ACCIÓN
NUESTROS TALENTOS.
Queridos amigos: La parábola (Mt. 25, 14 – 30) nos habla de talentos en su
doble acepción. Uno como capacidad para desempeñar una actividad, o como
unidad de medida monetaria.
Cada uno tenemos nuestro talento, distinto, igual o diferente, pero que debemos
actuar para poder crecer humanamente y ser felices. Que debemos hacer
producir en beneficio propio y en beneficio de los demás.
¿Cuál es mi talento?
La verdad, la honradez, la justicia, el trabajo, el respeto, la tolerancia, la
sensibilidad, la serenidad, la misericordia, el perdón, el amor…?
Dios nuestro Padre, que es quien nos llama a construir su Reino, nos ha dotado
de unos talentos para que responsablemente los trabajemos y redunden en
nuestro crecimiento personal, familiar, comunitario y social.
Si estamos dispuestos a atender la llamada del Señor, estaremos dispuestos a
participar en la parroquia o en la iglesia diocesana “haciendo declaración de
principios”. (Lema del Día de la Iglesia Diocesana).
¿Cómo podemos hacer declaración de principios?
Cuidándolos con esmero, mimo y esfuerzo (como lo hace la “mujer
hacendosa”) (Proverbios. 31, 10 – 13).
Acogiendo lo que la vida nos ofrece y poniendo el esfuerzo necesario para que
los talentos crezcan y se desarrollen.
“Estando vigilantes y despejados” (1ª.Tes. 5, 1 – 6). Vigilando para que no nos
sorprenda el ladrón, la irresponsabilidad, el descuido o la dejadez.
Poniéndolos en acción para que puedan beneficiarnos a todos:
x.- Que mi palabra pueda ser orientadora para otros.
x.- Que sea buscador de la verdad y de la justicia en todo momento.
x.- Que mi presencia y compañía proporcione seguridad, confianza, y esperanza.
x.- Que mi conducta y mi acción procuren respeto, serenidad, generosidad y
afecto
x.- Que nuestro talento, cualidades y acciones favorezcan la creatividad, los
valores, las posibilidades y los dones.
x. Que tratemos de poner nuestros dones al servicio de todos, para poder
sostener, animar, cultivar y celebrar los talentos con obras y palabras.
Abramos nuestras manos al necesitado, y haremos que nuestros
talentos fructifiquen.
Gabriel.
33º. Domingo Ordinario. Ciclo. A. Madrid. 16 de Noviembre de 2014.