2. En los tiempos en que reinaba Túbal en Iberia, el
monstruo Gerión, el de las tres cabezas, el más feo
de todos los monstruos, le quitó la Corona.
La Princesa Pirene, hija de Túbal, bisnieta de Noé,
asustada fue a esconderse en las altas montañas.
Gerión pensó que si no la mataba no podría hacerse
respetar como nuevo Rey de Iberia.
Así que concibió la idea de pegarle fuego a las
montañas, convencido de que la princesa moriría y
se fue a Gades (Cádiz).
3. • Las llamas, agrandándose con el viento, se
extendían por toda la cordillera derritiendo todo
aquello que encontraba a su paso.
• Por las laderas de la montaña chorreaban ardientes
torrentes de lava que achicharraban todo aquello
que tuviera vida, extendiendo tras de ellos el
horrible mantel de la muerte.
4. • Los pobres bosques chisporroteaban.
Corrían despavoridos los osos, los
tejones, los jabalís, los lobos... Los
pueblos se inundaban de ríos
abrasadores, los pájaros se asaban, las
nubes de humo negro tapaban el sol. El
calor, aún desde lejos, era
insoportable.
5. • Hércules, el semidiós que luchaba
victorioso contra los gigantes que
tenían asustados a los habitantes de
Iberia, oyó los gemidos de la princesa y
extendiendo sus brazos en aquel mar
de fuego, la cogió.
Ella todavía tuvo tiempo de contarle su
historia.
6. • Hércules puso sobre su cabeza las
cenizas de la princesa muerta y le
levantó un Mausoleo:
• Amontonó montaña sobre montaña,
haciendo escaleras con estos
montones y los Pirineos volvieron a ser
magníficos de mar a mar.
7. • He aquí como el Mausoleo de la
desafortunada Pirene ha llegado a ser
el balcón desde donde podemos ver
las tierras de Francia y las de España.