1. Lengua - Idioma - Dialecto - Habla
Stephen A. Marlett
Contenido Lengua "Lengua" en el habla popular
Idioma Implicaciones
Dialecto y habla Algunas citas notables
Dificultades de encontrar las Bibliografía
fronteras
"Dialecto" en el habla popular
Lengua Se llama la lengua al sistema complicado de asociaciones entre
las ideas y los sonidos o gestos (para incluir los lenguajes de
señas) que cada sociedad humana posee sin excepción. Esta
lengua, sea escrita o no, tiene forzosamente un sistema
gramatical propio. La gramática de una lengua de Papuasia
Nueva Guinea cuyos hablantes son todos analfabetos, no tiene
menos estructura, complejidad y creatividad que la gramática del
castellano o del inglés.
lengua - Sistema de lengua - Conjunto de lengua - Sistema de
signos fónicos o gráficos formas vocales de comunicación y expresión
con el que se comunican expresión que emplea verbal propio de un pueblo
los miembros de una para hablar cada nación. o nación, o común a varios.
comunidad humana. Se aplica con preferencia (Diccionario de la Lengua
(Diccionario del Español a «idioma» cuando se Española, 1992, Real
Usual de México, 1996, trata de pueblos antiguos Academia Española.
El Colegio de México.) ... (Diccionario de Uso Madrid: Editorial Espasa
del Español, 1994, Calpe)
Editorial Gredos)
Idioma Los lingüistas muchas veces usan indistintamente las palabras
lengua e idioma. Para ellos, no hay gran diferencia entre estos
términos. En el habla popular, sin embargo, la palabra idioma
suele referirse a una lengua que tiene un corpus literario o que se
utiliza en foros nacionales e internacionales; que tiene un número
mayor de hablantes o que se ha estandardizado de alguna
manera formal. Es posible que las definiciones adjuntas implican
esta diferencia por el uso de "pueblo" y "nación", aunque el
purépecha, por ejemplo, es el idioma del grupo tarasco en México.
idioma - Lengua de un idioma - Lenguaje propio idioma - Lengua de un
pueblo o nación; lengua de un grupo humano. pueblo o nación, o común a
que lo caracteriza. Suele aplicarse esta varios. (Diccionario de la
(Diccionario del Español denominación a los Lengua Española)
Usual de México) hablados por una nación,
especialmente a los
modernos ...
(Diccionario de Uso del
Español)
Dialecto y La definición de un dialecto que utilizan los lingüistas
habla profesionales, es una variante de alguna lengua mutuamente
2. entendida, como implican las definiciones adjuntas:
dialecto - Manera de hablar una lengua un grupo dialecto - Sistema
de personas, una comunidad o los habitantes de lingüístico derivado de otro;
una región. Así, por ejemplo, el habla de la ciudad normalmente con una
de México, el habla del Bajío y el habla de Castilla concreta limitación
son dialectos del español. (Diccionario del Español geográfica, pero sin
Usual de México) diferenciación suficiente
frente a otros de origen
común. (Diccionario de la
Lengua Española)
La palabra habla tiene un sentido parecido a éste, tanto en el uso
común, como para los lingüistas:
habla - Manifestación habla - En la habla - Sistema lingüístico
concreta de una lengua terminología gramatical de una comarca, localidad
por un individuo o una moderna, se propone o colectividad, con rasgos
comunidad... (Diccionario establecer una distinción propios dentro de otro
del Español Usual de entre «lengua» y sistema más extenso.
México) «habla», aplicándose la (Diccionario de la Lengua
primera designación a Española)
todo el conjunto de
formas expresivas
verbales de que dispone
una comunidad de
personas que se
entienden entre sí con él;
y el término «habla» a
cada modalidad ,
individual o colectiva,
apreciable en él...
(Diccionario de Uso del
Español)
Tomemos un ejemplo de la familia de las lenguas romances. La
lengua de una persona de Roma, la de una persona de Río de
Janeiro, y la de una persona de Guadalajara, no son mutuamente
entendibles. Así que las consideramos tres lenguas distintas,
aunque son variantes emparentadas dentro de la familia romance.
(Se puede utilizar la palabra "variante" para hablar ambiguamente
de lenguas y dialectos, lo cual es útil cuando uno no sabe la
relación en algún caso particular.) No son dialectos de la misma
lengua. La situación es distinta cuando comparamos la lengua de
una persona de Madrid con la de una persona de Guadalajara, y
la de una persona de Buenos Aires. Ahora sí pueden entenderse,
tal vez con algo de dificultad al principio por haber diferencias
ligeras de pronunciación o de vocabulario. En este caso los
lingüistas hablan de tres dialectos de español. De hecho, al
detectarse las diferencias entre el habla de varias regiones en que
cualquier lengua se habla, se puede distinguir los dialectos. Lo
mismo pasa con el inglés, el francés, el náhuatl, y el purépecha,
entre otras lenguas.
Dificultades A veces es difícil determinar si las diferencias entre dos variantes
para son suficientes para considerarlas lenguas distintas o sólo
encontrar las dialectos divergentes. Entran muchos y variados factores en esta
decisión. Por ejemplo, el noruego y el sueco se consideran
fronteras
lenguas en lugar de dialectos (más por razones políticas y
3. culturales que por distinciones puramente lingüísticas). En
cambio, las muy distintas variantes del chino se consideran una
sola lengua (por razones políticas y culturales, sin considerar las
distinciones lingüísticas). La política y la cultura dominante puede
imponerse en situaciones como éstas para crear una unión
arbitraria, deconociendo la verdad lingüística, como en el caso del
catalán (ahora reconocido abiertamente como otra lengua
romance, y no un dialecto del español), y el languedoc (otra
lengua romance que se habla en el sur de Francia).
Por no haber una definición exacta de lengua, no ha sido fácil
determinar el número de lenguas distintas que existen dentro de la
familia romance, y mucho menos entre las familias zapoteca,
mixteca, chinanteca, etc. La cuestión va más allá de lo que la
lingüística descriptiva o teórica pueda contestar. Un paso
importante ha sido los sondeos para determinar los límites de las
variantes en cuanto a la inteligibilidad mutua, distinguiéndola de
bidialectalismo, por ejemplo. Por esta vía se ha podido afirmar que
hay diversas lenguas zapotecas dentro de esta gran familia y no
sólo variantes o dialectos (aunque los hay también). En la
práctica, esto confirma que un solo cuerpo de literatura y un solo
programa de alfabetización no funcionaría. El zapoteco del Istmo y
el zapoteco de Yalálag no son dialectos de la misma lengua, sino
lenguas distintas (emparentadas, por supuesto) como son el
catalán y el castellano.
Dialecto en el En el habla popular, la palabra dialecto también suele referirse a
habla popular una lengua minoritaria, a una lengua autóctona, a una lengua no
escrita, o a una variante sin prestigio. Por ejemplo, el habla de
Marseille (en Francia) es una variante del francés, ni mejor ni peor
lingüísticamente que la variante de París. A esta variante de
Marseille, en el habla popular, a veces se le aplica el término
"dialecto", despectivamente, no así a la variante de Paris,
comúnmente llamada francés estándar. Éste es el uso de la
palabra "dialecto" (tal vez sin la implicación despectiva en el
primer caso) que se representa en las siguientes definiciones:
dialecto - Modalidad de una lengua usada por un dialecto - Estructura
grupo de hablantes menos numerosos que el que lingüística, simultánea a
habla la considerada principal. (Diccionario de Uso otra, que no alcanza la
del Español) categoría de lengua.
(Diccionario de la Lengua
Española)
Este uso de dialecto es ilustrado por la siguiente historia verídica.
Un día en una ciudad hispana, un joven de una lengua autóctona
de ese país le mostró el primer libro publicado en su lengua
tradicional a un hispanohablante, quien le dijo: «Ah, bueno. Ahora
no es dialecto; ya es lengua.»
Los lingüistas profesionales generalmente no emplean el término
dialecto de esta manera, porque todas las variantes de una
lengua son dialectos, aunque uno de ellos puede ser el más
estándar o el de más poder cultural.
4. Lengua en el Paralelo al uso popular de dialecto, hay también otro sentido de
habla popular lengua en el habla popular que implica algo más que lo básico,
("sistema de comunicación y expresión verbal propio de un pueblo
o nación")-- una extensión semántica que excluye las lenguas
minoritarias en la mayoría de los casos:
lengua - Sistema lingüístico que se caracteriza por estar plenamente definido,
por poseer un alto grado de nivelación, por ser vehículo de una cultura
diferenciada y, en ocasiones, por haberse impuesto a otros sistemas
lingüísticos (Diccionario de la Lengua Española)
Implicaciones Por estas razones se entiende por qué la situación lingüística en
México es tan interesante. Aún sabiendo que la gente de ciertos
pueblos hablan alguna variante del chinanteco, por ejemplo, no se
sabe de antemano si hablan una lengua, o tres lenguas con
variantes dialectales, o siete lenguas. Esta situación se vuelve
bastante complicada para el sistema educativo, porque se
necesitan estudios cuidadosos antes de desarrollar materiales
escolares para estas comunidades.
Algunas citas Leonardo Manrique Castañeda ; Peter Trudgill; Carlos
notables Montemayor; Winfred P. Lehmann
Bibliografía •Trudgill, Peter. 1974. Sociolinguistics: an introduction. Nueva York: Penguin.
sobre lenguas
•Trudgill, Peter. 1983. On dialect: social and geographical perspectives. Nueva
y dialectos York: New York University Press.
Las lenguas habladas en México son numerosas, incluyendo las decenas de
lenguas indígenas y las lenguas de otras procedencias. México es la nación
hispanohablante más poblada del mundo, con sus 103,2 millones de
habitantes,[1] de los cuales la gran mayoría habla el idioma español.
Constitucionalmente, no existe ninguna declaratoria oficial que haga de esa
lengua de filiación latina la lengua oficial del país, que de facto ocupa ese
papel.
Desde 1992, la Constitución Mexicana define al país como nación
"pluricultural", en reconocimiento de los pueblos indígenas. Oficialmente el
gobierno reconoce a 65 lenguas indígenas, que de acuerdo con la Ley de los
Derechos Lingüísticos del 2001, "lenguas nacionales" en igualdad de
condiciones con respecto al español; esto es, con la "misma validez en sus
territorios".[2] Así, por ejemplo, a partir del año 2005, el gobierno ha oficializado
la traducción del himno nacional a las lenguas indígenas.
La clasificación de las lenguas indígenas habladas en México tiende a agrupar
variantes de la misma familia, aun si estas llegan a ser ininteligibles entre sí
(por ejemplo, el gobierno reconoce al náhuatl como una sola lengua, aun si las
variaciones dialectales que hablan los nahuas de la Sierra de Puebla, y los
nahuas de Morelos son significativas). Por ello, algunos lingüistas tienden a
elevar esta cifra a más de 100, clasificando a estas variantes como lenguas
separadas.
5. La población hablante de lenguas indígenas en México no es conocida con
precisión. El censo del INEGI señala que se trata de alrededor de seis millones
de personas, pero el dato corresponde sólo a los mayores de cinco años. La
población étnica indígena fue calculada por la CDI en 12,7 millones de
personas en 1995, lo que equivalía al 13,1% de la población nacional en ese
año (1995).[3] A su vez, la CDI sostenía que en 1995, los hablantes de lenguas
indígenas en el país sumaban alrededor de siete millones. La mayor parte de
esa población se concentra en la región centro y sur del país.
De la castellanización a la educación intercultural bilingüe [editar]
Las tribus llamadas genéricamente apaches eran nómadas que entraron en conflicto con los
estados del norte de México durante el siglo XIX, al final accedieron a regresar al norte del Río
Bravo, donde permanecen. Sus lenguajes y costumbres están muy bien documentados.
Por castellanización se entiende en México al proceso de adopción de la
lengua española por parte de los pueblos indígenas. Como se señaló
anteriormente, sus antecedentes de jure más remotos datan del siglo XVII,
aunque no fue sino hasta el siglo XIX cuando alcanzó su máxima expresión, en
el contexto de la República liberal. Con la generalización de la educación
pública, la castellanización se hizo más profunda aunque ello no derivó en el
abandono absoluto de las lenguas indígenas por parte de sus hablantes. En
otros casos, la castellanización fue acompañada por el exterminio físico o el
etnocidio; casos especiales son los yaquis (Guerra del Yaqui, 1825-1897), los
mayas (Guerra de Castas, 1848-1901) y los californios[5] (cuyas lenguas se
extinguieron a finales del siglo XIX, luego de una larga agonía que comenzó
con el establecimiento de misiones católicas en la península). Los apaches[6]
son un caso un poco diferente, aunque resistieron cualquier esfuerzo de
castellanización desde el siglo XVII, entraron en conflicto abierto con españoles
y mexicanos, e incluso con las demás etnias del norte (tarahumaras, sumas,
conchos, tobosos). Esto se agudizó al ser empujados hacia el oeste por la
expansión de Estados Unidos, causando el constante conflicto en los estados
del norte de México y del sur de Estados Unidos (Guerra apache, durante todo
el XIX).
La castellanización tenía como propósito eliminar las diferencias étnicas de los
indígenas con respecto al resto de la población, para, en última instancia,
integrarlos en "igualdad" de condiciones a la nación. En México, uno de los
principales criterios históricos para la definición de lo indígena ha sido la lengua
6. (el criterio "racial" sólo desapareció en el discurso oficial en la tercera década
del siglo XX). Por ello, las estrategias para inducir el abandono de las lenguas
indígenas estaba enfocado a la prohibición legal de su empleo en la educación,
en la prohibición fáctica del ejercicio de la docencia para los indígenas (cuando
un indígena llegaba a ser profesor, el gobierno se encargaba de reubicarlo en
una comunidad donde no se hablara su lengua madre) y otras similares.
Indígenas zapatistas. Las reformas que permitieron el reconocimiento de los derechos
lingüísticos de los pueblos indígenas mexicanos tuvieron lugar en el contexto del conflicto
entre el Estado y el EZLN. Los indígenas zapatistas han rechazado la validez de las reformas
promovidas por el Congreso mexicano en 2001 por considerarlas opuestas a los Acuerdos de
San Andrés.
Contra lo que pensaban los defensores de la castellanización de los indígenas,
su incorporación al mundo de habla española no significó una mejoría en las
condiciones materiales de existencia de los grupos étnicos. La política de
castellanización se tropezaba también con las carencias del sistema educativo
nacional. Suponía que los educandos manejaban de antemano la lengua
española, aunque en muchas ocasiones no ocurría de esta forma. Muchos
indígenas que tuvieron acceso a la educación pública durante la primera mitad
del siglo XX en México eran monolingües, y al prohibírseles el uso de la única
lengua que manejaban, eran incapaces de comunicarse en el medio escolar.
Por otra parte, los docentes muchas veces eran indígenas cuyo dominio del
español también era precario, lo que contribuyó a la reproducción de las
deficiencias competitivas entre los niños. En vista de lo anterior, en la década
de 1970 se incorporó la enseñanza en lengua indígena en las zonas de refugio,
pero sólo como un instrumento transitorio que debería contribuir a un
aprendizaje más efectivo del español.
Durante la década de 1980, la educación bilingüe fue objeto de una promoción
intensiva (en términos comparativos con períodos anteriores, puesto que nunca
ha constituido un sistema masivo en México). Pero aun cuando los propósitos
seguían siendo los mismos (la incorporación de los indígenas a la nación
mestiza y la castellanización), se enfrentaba desde entonces a las carencias
que acusa el sistema de educación intercultural implementado en la segunda
mitad de la década de 1990. A saber, que el profesorado asignado a zonas de
habla indígena con frecuencia no domina el idioma indígena que hablan sus
estudiantes. Por otra parte, sólo en fechas muy recientes la Secretaría de
Educación Pública se preocupó por la producción de textos en lenguas
indígenas, y sólo en algunas de ellas. La gran diversidad lingüística de México,
7. aunada a las dimensiones reducidas de algunas comunidades lingüísticas, han
conducido al sistema de educación intercultural bilingüe a enfocarse sólo en los
grupos más amplios.
Bilingüismo y diglosia [editar]
La mayor parte de los hablantes de lenguas indígenas en México son bilingües.
Esto es resultado de un largo proceso histórico en que sus lenguas fueron
relegadas a los ámbitos de la vida comunitaria y doméstica. Debido a ello, la
mayor parte de los indígenas se vieron en la necesidad de aprender a
comunicarse en español tanto con las autoridades como con los habitantes de
las poblaciones mestizas, que se convirtieron en los centros neurálgicos de las
redes comunitarias en que se veían integradas sus sociedades. A la
declinación del número de monolingües entre los mexicanos hablantes de
lenguas indígenas contribuyó también, como se ha señalado antes, la intensiva
campaña educativa de corte castellanizante.
En la actualidad, existen comunidades lingüísticas donde menos del 10% de
sus miembros hablan exclusivamente la lengua amerindia. Es el caso de la
comunidad lingüística de los chontales de Tabasco, que apenas presentan un
0,13% de monolingües del total. Les siguen los yaquis (0,33%) mazahuas
(grupo étnico del estado de México, caracterizado por su temprana integración
en la red económica de grandes ciudades como México, D.F. y Toluca), con
0,55% de monolingües; y los mayos de Sonora y Sinaloa, con 1,78%. Las
comunidades con la mayor cantidad de indígenas monolingües son también
aquellas donde el analfabetismo es más elevado o cuyo territorio étnico
tradicional se localiza en las regiones más marginadas de México. Tal es el
caso de los amuzgos de Guerrero y Oaxaca, con 42% de monolingües y 62%
de analfabetismo; los tzeltales y tzotziles de los Altos de Chiapas, con 36,4% y
31,5% de monolingües respectivamente; y los tlapanecos de la Montaña de
Guerrero, con 31,5% de monolingüismo.
En años recientes, algunas comunidades lingüísticas indígenas de México han
emprendido campañas de rescate y revalorización de sus propias lenguas.
Quizá la excepción sean los zapotecos de Juchitán, núcleo urbano de Oaxaca
donde la lengua zapoteca tiene una fuerte presencia en todos los ámbitos de la
vida desde el siglo XIX. Los movimientos reivindicadores de las lenguas
indígenas han tenido lugar casi exclusivamente entre aquellos pueblos con
elevado bilingüismo o que de una u otra manera se han insertado en la vida
urbana. Este es el caso de los hablantes de maya yucateco, los purépechas de
Michoacán, los nahuas de Milpa Alta o los mixtecos que viven en Los Ángeles.
Pero lo general es que las lenguas indígenas sigan relegadas a la vida familiar
y comunitaria. Un ejemplo notable es el de los otomíes de algunas regiones del
valle del Mezquital. Estos grupos se han negado a recibir instrucción en su
propia lengua, dado que esos son conocimientos que se pueden aprender "en
la casa", y que finalmente carecerán de utilidad práctica en la vida futura de los
educandos. Lo que solicitan los padres en casos de este tipo es que la
alfabetización de los niños indígenas sea en lengua española, dado que es un
idioma que necesitarán para relacionarse en lugares distintos de la comunidad
8. de origen. Porque aunque la ley mexicana haya elevado al rango de lenguas
nacionales a las lenguas indígenas (más conocidas por el común de los
mexicanos como dialectos, palabra empleada en el sentido de que no son
verdaderas lenguas), el país carece de mecanismos para garantizar el ejercicio
de los derechos lingüísticos de los indígenas. Por ejemplo, los materiales
editados (textos o fonogramas) en estos idiomas son muy pocos, los medios de
comunicación no prestan espacios para su difusión, salvo algunas estaciones
creadas por el desaparecido Instituto Nacional Indigenista (actual Comisión
Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas o CDI) en zonas con
amplia población hablante de idiomas indios; y porque, finalmente, la mayor
parte de la sociedad mexicana se comunica en español.
Clasificación de las lenguas indígenas [editar]
El estudio de las lenguas indígenas comenzó desde la llegada misma de los
españoles al territorio que actualmente ocupa México. Algunos de los
misioneros, por encontrarse más cercanos a los nativos, advirtieron las
semejanzas que existían entre algunas de las lenguas, por ejemplo, el
zapoteco y el mixteco. En el siglo XIX, las lenguas nativas fueron objeto de una
clasificación semejante a la que se realizaba en Europa para las lenguas
indoeuropeas. Esta tarea fue emprendida por Manuel Orozco y Berra,
intelectual mexicano de la segunda mitad del siglo XIX. Algunas de sus
hipótesis clasificatorias fueron retomadas por Morris Swadesh a principios del
siglo XX.
Uno de los grandes problemas que presenta el establecimiento de relaciones
genéticas entre las lenguas de México es la falta de documentos escritos
antiguos que permitan conocer la evolución de las familias lingüísticas. En
muchos casos, la información disponible consiste en unas cuantas palabras
registradas antes de la desaparición de un idioma. Tal es el caso, por ejemplo,
del idioma coca, cuyos últimos vestigios lo constituyen algunas palabras de las
que se sospecha pertenecen más bien a alguna variedad del náhuatl hablado
en Jalisco. Swadesh calculaba que el número de idiomas hablados en el
territorio mexicano llegaba a los ciento cuarenta. Actualmente sólo sobreviven
sesenta y cinco.