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Derechos de autor registrados
2017
Congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña
In memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía y M. Dolores Mira Gómez de Mercado
Angarmegia: Ciencia, Cultura y Educación. Portal de Investigación y Docencia
Edición preparada con ocasión del proceso de beatificación del Padre Fundador de las Esclavas de La
Inmaculada Niña.
http://angarmegia.com – angarmegia@angarmegia.com
Compendio y edición de
Antonio García Megía
María Dolores Mira y Gómez de Mercado
Almería, 2017
A MODO DE PRESENTACIÓN.............................................................................................................7
DIARIO LA INDEPENDENCIA-I..........................................................................................................9
DIARIO LA CRÓNICA MERIDIONAL ...............................................................................................15
DIARIO EL SIGLO FUTURO...............................................................................................................21
DIARIO LA INDEPENDENCIA-II.......................................................................................................27
DIARIO LA INDEPENDENCIA-III .....................................................................................................31
REVISTA ESCLAVA Y REINA ............................................................................................................35
EXPLICACIÓN ..........................................................................................................................................40
EL PADRE FEDERICO, APÓSTOL.................................................................................................................42
EL PADRE FEDERICO, ORADOR SAGRADO..................................................................................................43
EL PADRE FEDERICO, PERIODISTA ............................................................................................................46
EL PADRE FEDERICO, POETA ....................................................................................................................48
EL PADRE FEDERICO, ESCRITOR ASCÉTICO................................................................................................56
EL DIRECTOR DE ESPÍRITU........................................................................................................................61
PADRE Y MAESTRO...................................................................................................................................63
EL FUNDADOR .........................................................................................................................................64
PRINCIPALES EFEMÉRIDES DE SU VIDA......................................................................................................68
RASGOS O PINCELADAS ............................................................................................................................72
OTROS DOCUMENTOS......................................................................................................................77
RECUERDO FILIAL....................................................................................................................................80
EPITAFIO .................................................................................................................................................84
Con este trabajo de recopilación se han querido mostrar, reunidas
en un solo documento, las manifestaciones de aquellos que
conocieron al padre Federico Salvador o mantuvieron, por un
motivo u otro, una relación cercana a él, y no dudaron en hacer
públicas sus opiniones y condolencias después de conocida la
triste noticia de su fallecimiento en las remotas tierras, para ellos,
americanas.
Se muestran aquí, también de manera gráfica, esas emocionadas
palabras con expresión de los medios o foros a través de los
cuales fueron difundidas.
Amigos, compañeros, periodistas, religiosos, políticos…,
construyen un retrato polifacético del hombre, del misionero
incansable, que, dada la cercanía al hecho, mana directamente de
sus corazones y cuenta, por ello, con la espontaneidad de la que
pueden carecer biografías posteriores influidas, tal vez, por la
distancia en el tiempo y el hecho reflexivo resultante del análisis
de los frutos de su obra.
Se han incluido también en el apartado «Otros documentos» un
texto, un poema, que Federico Salvador dedicó a la memoria de
su madre, y otro, que firma junto a su hermano Francisco, porque
ambos desean dejar «testimonio de nuestra veneración y cariño
filial al que fue nuestro padre».
Antonio García Megía
María Dolores Mira y Gómez de Mercado
-
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
11
Portada del Diario La Independencia, de Almería, del 17 de marzo de 1931
Incluye la noticia del fallecimiento del padre Federico Salvador Ramón
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
12
Texto
Necrología
D. Federico Salvador Ramón
En San Diego de California, falleció el día 13 en la paz del Señor, a los 64 años de edad,
y tan santamente como había vivido, el sacerdote almeriense y queridísimo amigo nuestro, R.P.
Federico Salvador Ramón. E.D.I.
Hace unos meses, marchó a Méjico para visitar en aquella Capital la casa Central y Cuna
de las Religiosas de la Divina Infantita, Instituto Religioso por él fundado, y desde Méjico se
trasladó a la ciudad donde ha muerto, para hacer la fundación de otra casa del referido Instituto.
Estudió grado bachiller en nuestro Instituto Provincial, y después la carrera de sacerdote
en nuestro Seminario, con gran aprovechamiento, desempeñando posteriormente la cátedra de
Matemáticas en el mismo y el cargo de capellán en el convento de las Puras.
En este retiro conventual, encontró la orientación de su vida, entregada de lleno y
ardorosamente al Señor y a la salvación de las almas.
Estuvo en Roma de Padre Espiritual del Colegio Español, y de allí marchó a Méjico,
donde desplegó todo el celo que ardía en su alma, trabajando incansablemente en el púlpito, en el
confesionario y en la dirección de las almas.
Regresó a España al cabo de algunos años y laborando por la acción católica y la acción
del bien, tomó a su cargo durante varios años nuestro diario.
Fue canónigo de oposición en Guadix, donde fundó, y editaba, la revista literaria y
religiosa Esclava y Reina; abandonando dicha prebenda para entregarse de lleno a extender y
fomentar las casas del Instituto de las Esclavas que siempre fue el norte de su vida.
A su muerte deja fundadas en España las casas-colegios de Guadix, Instinción, Cantoria,
Granada, Melilla y Nador, con sendos templos de nueva construcción, y Madrid, con un
pensionado para estudiantes femeninos y la casa-noviciado de El Ejido (Dalías); y en América las
de Méjico y Tacubaya, con magníficos edificios, y la reciente de San Diego (California). Y con
el consuelo de tener la primera aprobación de Santa Sede.
Era incansable en el trabajo, ardoroso y tenaz en sus empresas apostólicas, abnegado y
olvidado de sí mismo hasta el renunciamiento de su tranquilidad, de sus intereses y de su propia
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
13
vida; pues hacía años que la enfermedad minaba su existencia, pero no aminoraba su celo y
actividad.
Que el recuerdo de esa vida tan trabajada, tan llena de méritos, nos sirva a todos de
estímulos para el bien, y de consuelo para las religiosas que hoy lloran su orfandad y para sus
deudos.
Damos nuestro pésame a éstos, en especial a su primo el comerciante y teniente de alcalde
don Juan Salvador Zea, a la Madre Rosario, Superiora General de la Esclavas de la Divina
Infantita y Comunidad de religiosas.
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
17
Portada del Diario La Crónica Meridional, de Almería, del 18 de marzo de 1931
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
18
Página 3. Necrológica de Federico Salvador Ramón
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
19
Texto
NECROLOGÍA
Hemos sabido con gran sentimiento, que nuestro antiguo y particular amigo el
presbítero don Federico Salvador Ramón, ha fallecido en San Diego de California en
donde se hallaba accidentalmente cumpliendo una de las misiones de su carrera.
El señor Salvador Ramón, pasó sus primeros años en esta casa en unión de su
padre y hermano don Francisco, ya difuntos, entregándose después al estudio religioso
con gran fervor y aprovechamiento, en el Seminario de nuestra capital, en el que se
distinguió siempre en los exámenes. Terminada la carrera, se le concedieron puestos
eclesiásticos de importancia y por oposición ganó una canonjía en la Catedral de Guadix,
cargo al que renunció hace tiempo.
De todas veras sentimos el fallecimiento del almeriense don Federico Salvador
Ramón, enviando a su familia nuestro pésame más sentido.
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
23
Portada del Diario Católico El Siglo Futuro, de Madrid, del 20 de marzo de 1931
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
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24
Página 3. Necrológica de Federico Salvador Ramón
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
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Texto
D. Federico Salvador y Ramón, sacerdote
Ayer, fiesta del adorable Patriarca de la Sagrada Familia, me trajo el correo la
triste nueva de la muerte de mi entrañable amigo don Federico Salvador y Ramón,
Sacerdote, Fundador de la Esclavitud de la Divina Infantita.
Apunto la circunstancia de haber recibido la amarga noticia en la fiesta de San
José, porque tengo para mí que quiso endulzar con la punta de su vara la amargura de esta
pena que, tan sin aviso, se entraba en el corazón hasta llenarlo.
Claro que no ha muerto, no digo ya el alma, naturalmente cristiana y santamente
sacerdotal, sino aquel espíritu todo actividad, como el fuego; llama de amor viva, espíritu
de apóstol que en su obra se perpetúa, y que, aunque estuvo bien arropada en un cuerpo
de robusta complexión, es maravilla que no lo rindiera mucho antes de ahora.
Aquello del héroe de la Biblia: «muramos peleando con valor por nuestros
hermanos y no afrentemos con el crimen nuestra gloria», pienso que aún no lo había leído
en la Biblia cuando ya era norma de sus ansias y molde de su salvación.
La primera manifestación se su apostolado fue en la enseñanza, recién ordenado
sacerdote en su diócesis y tierra natal, Almería. Cooperaba con él en este apostolado su
dignísimo hermano, don Francisco, muerto hace años en la paz del Señor, después de
merecer por varios títulos, puesto eminente entre los primeros teólogos marianos.
El hermoso edificio por ellos construido en Instinción (Almeria), destinado hasta
hace poco a noviciado de la Esclavitud, fue colegio modelo de colegios, por cuyas aulas
pasaron generaciones y generaciones de toda aquella amplísima comarca y de otras
cercanas y distantes.
Agradecido aquel pueblo a los beneficios espirituales y temporales que a manos
llenas recibía de tan generoso bienhechor, le aclamó y le nombró hijo adoptivo.
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
26
Canónigo por oposición de la catedral de Guadix, renunció a esta prebenda para
dedicarse a misionar pueblos y prestar especiales servicios en algunas parroquias de la
Archidiócesis de Granada a las órdenes del Cardenal Casanova.
Pero su apostolado culmina en la Esclavitud de la Divina Infantita, que fundó en
Méjico y propagó por España.
El plano de esta obra, trazado cuando apenas había entre nosotros Acción Social
en la forma que ahora tiene, es de un ámbito tan anchuroso que coincide casi con el ámbito
de la moderna Acción Social. Pero las casas hasta ahora fundadas se desenvuelven
contenidas en lo más perentorio de las necesidades de los pueblos en que se fundaron,
especialmente en la beneficencia y en la enseñanza.
Deja al morir dos fundaciones en Méjico, dos en Guadix, una en Granada, otra en
Almería, otra en Madrid, otra en Cantoria, otra en Instinción, otra en Melilla, otra en
Nador, cuyas escuelas y asilos son roces de civilización, de amor a la Iglesia y a España
en aquellas africanas regiones, y otra en el campo de Dalías, en El Ejido, para amparo
espiritual y corporal de una muchedumbre de familias de trabajadores diseminadas por la
campiña lejana de las ciudades y de los pueblos.
Hace unos meses fue a América. Aunque no entraban en el plan de este viaje
fundaciones ni misiones, fundó algunos colegíos como otros tantos semilleros de
seminaristas y de religiosos.
En su última misión se adelantó hasta la Alta California, donde, en San Diego,
entregó a Dios su alma hermosa y generosísima el 13 de este marzo.
El laconismo del cable solo nos deja entrever que su muerte ha sido la de los justos,
digna de su vida apostólica.
Le lloran cristiana y filialmente las comunidades y alumnos de sus fundaciones;
le lloran la gratitud de muchos pueblos y familias pobres.
Reciban todos, especialmente la Superiora general de la Esclavitud nuestro
pésame.
Y por si lo ha menester, sírvanse orar nuestros lectores por el alma de este
venerable Sacerdote, que aun en el apostolado de la Prensa, en artículos, hojas y folletos,
dio muestras gallardas de su piedad y cultura, de su celo y espíritu de sacrificio por la
causa de Dios.
FABIO
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In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
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Portada del Diario La Independencia, de Almería, de 20 de marzo de 1931
Incluye acuerdos tomado por el Ayuntamiento de Instición con ocasión del fallecimiento del padre
Federico
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
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30
Texto
DESDE INSTINCIÓN
HOMENAJE MERECIDO
El Ayuntamiento de Instinción en sesión plenaria celebrada anoche, acordó por
unanimidad, lo siguiente:
1. Dar el pésame a los familiares de don Federico Salvador Ramón y a la R. M.
Superiora de las Casas de la Divina Infantita.
2. Sufragar los gastos de las honras fúnebres que se celebrarán en esta Iglesia
Parroquial con toda solemnidad.
3. Colocar en el salón de actos de la Casa Consistorial el retrato doble de don
Federico y don Francisco Salvador.
4. Erigir en la plaza principal un sencillo monumento a su memoria, costeado por
el vecindario en suscripción popular que está abierta en el domicilio del Alcalde.
EL CORRESPONSAL
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In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
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Portada del Diario La Independencia, de Almería, de 25 de marzo de 1931
Inserta esquela anunciando solemnes funerales en El Ejido en sufragio del alma de Federico Salvador
Ramón
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
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Detalle de contenido
Detalle ampliado de la esquela que inserta en portada del Diario La Independencia, de Almería, el 25 de
marzo de 1931
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
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Número monográfico de la revista Esclava y Reina dedicado a recordar la figura de Federico
Salvador Ramón
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
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In Memoriam. Federico Salvador Ramón
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In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
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Explicación
Cuando el trece de Marzo de 1931 falleció en San Diego de California Nuestro
Venerable Fundador el Muy Reverendo Padre Federico Salvador y Ramón, en opinión de
santidad, la circunstancia de estar interrumpida la publicación de nuestra amada Revista
y no haber podido continuarla hasta el presente año, nos privó de la satisfacción de
cumplir el deber elemental de dar noticia en Esclava y Reina de un acontecimiento tan
trascendental para nosotros y de haber dedicado a su memoria el homenaje que con
motivo del segundo aniversario le dedicamos en este número, todo él consagrado a dicho
objeto.
El mejor tributo que podríamos rendir a nuestro inolvidable Padre Fundador sería
tejer su biografía escribir su vida, que, a más de contener rasgos y hechos altamente
edificantes para todos, había de ser el mejor estímulo para los Esclavos y Esclavas de la
Divina Infantita del presente y del futuro.
No es tarea tan fácil, ni de poco tiempo, mucho menos tratándose de un personaje
tan excepcional y de tan excepcionales y múltiples actividades. Una biografía no es
solamente un conjunto de datos o efemérides documentalmente comprobados. Es algo
más, es mucho más, como saben los especializados en estas materias. Y en concreto,
aunque muy someramente dicho, en el caso del Muy Reverendo Padre Federico hay que
examinar y extractar unos cuantos miles de cartas y otros miles de escritos de más o
menos extensión e importancia, en los que se recorre su vida día por día, en los que se
transparenta su alma gigantemente virtuosa y en los que casi pueden contarse los latidos
de su corazón momento por momento sin interrupción en un espacio de tiempo de
cuarenta años, esto es, durante toda su vida sacerdotal, tan edificante como fecunda.
Difícil de hacer esta biografía, insistimos, porque para escribir la biografía de este
gran hombre, es necesario de algún modo, ponerse a su altura; además para que sea un
retrato fiel, es menester estudiar las múltiples facetas que presenta como sacerdote santo
y celoso, como orador sagrado, como misionero fervoroso, como hombre digno (no
queremos decir como caballero, porque parece la palabra algo impropia, aunque el
concepto le cuadra perfectamente), como director de almas, como poeta inspirado, como
escritor, como periodista, como fundador, como modelo extraordinario de una asombrosa
actividad.
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
41
Grande en el trabajo, grande en sus empresas, grande en sus aspiraciones, grande
en sus virtudes, grande en las persecuciones, grande en lo físico, en lo moral, en lo
intelectual.
Algo de todo esto verán nuestros lectores expresado por las plumas de varias de
las distinguidas personas que lo trataron más de cerca y lo conocieron más a fondo y que
con una amabilidad que la Esclavitud de la Divina Infantita agradece profundamente, se
han prestado a colaborar en esta obra.
Esta especie de florilegio, esta corona que teje la amistad y ofrenda el amor filial
ante la tumba del Fundador de la Esclavitud de la Divina Infantita consta de varias
secciones, pues además de los artículos a que aludimos anteriormente y que forman la
primera sección, se insertan escritos de distintos géneros del Padre Federico que
constituyen la segunda sección. En la tercera van las principales efemérides o hechos más
notables de su vida. La cuarta está formada por pinceladas o rasgos sueltos que de alguna
manera dan a conocer su carácter y personalidad. En la quinta, finalmente, se reproducen
los artículos que aparecieron en varios periódicos y revistas, con motivo de su muerte,
añadiéndose trozos de cartas de pésame de personas de distinta categoría, pero todas
respetabilísimas Estas cartas que para nosotros son de un valor subidísimo, por respeto a
la alta dignidad de varios de los autores y por sernos imposible tener en estos momentos
la cortesía de avisarles previamente su publicación, aparecerán con solo las iniciales de
sus autores, haciendo solo una excepción con la del Reverendo Padre Gobeo que fue su
confesor en la última enfermedad.
Y al releer estas cartas vienen de nuevo a nuestros ojos las lágrimas de dolor
resignado, y en nuestro corazón se avivan una vez más los sentimientos de la más fuerte
gratitud hacia todas aquellas personas que en tan tristes circunstancias derramaban en
nuestra alma herida, el bálsamo consolador de sus palabras alentadoras.
Y terminamos diciendo: Dios se lo pague a todos y la Divina Infantita los proteja
y nos proteja y ceda todo para su mayor gloria y acrecentamiento de su Esclavitud.
LA REDACCIÓN
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
42
El padre Federico, apóstol
Lo traté en su primera época de apostolado en mis tiempos de seminarista, durante
su cargo de Capellán del Convento de las Puras, hasta su marcha a Roma; y, muchos años
después, a su regreso de México, cuando se hizo cargo del periódico católico La
Independencia.
Siempre admiré en él una capacidad inmensa para el trabajo, y una voluntad
indomable que superaba todo obstáculo en sus empresas de apóstol.
Porque lo era de verdad: en el púlpito, en el confesionario, en el periódico. Apóstol
incansable, perseverante, tenaz, como salido de esa fragua de encendida caridad que forja
los sacerdotes santos.
El fervor que rebosaba en su corazón encendía su verbo, y tremaba en su acento,
comunicándolo a las almas que le escuchaban y cautivando los corazones.
En aquellos tiempos de Capellán – de los que aún quedan muchos testigos,
sacerdotes y religiosas – pasaba muchas noches en vela, consagradas a la oración, ante el
Sagrario; y a ejercicios de rigurosas penitencias que a pesar del velo de humildad
profunda con que todo lo ocultaba, no podía recatar a la vigilante y avizoradora mirada
de otro penitente que vivía en el compás del Convento, el célebre monje benedictino Fray
Miguel Garbero, de tan santa memoria, y a quien lo oí referir.
Dedicaba mucho tiempo en aquel entonces al estudio de la Suma, y se empapaba
en la lectura de San Juan de la Cruz, que luego rezumaba en sus sermones, siempre
ardorosos, vehementes, brotando del fondo de un alma enamorada de Cristo y devotísima
de la Inmaculada.
En las monjas del Convento aún perdura la memoria de aquellos días, a pesar de
tantos años transcurridos; y en los que tuvimos el consuelo de contemplarlos y vivirlos,
es imborrable la huella de edificación que imprimieron tan santos ejemplos.
RAFAEL ORTEGA
Provisor de Almería
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
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43
El padre Federico, orador sagrado
Un alma sacerdotal inflamada por el amor de Dios no puede permanecer muda e
inactiva, porque el amor y estima de la gloria de Dios no se dan ni se conciben sin un celo
ardiente por la salvación de los hombres.
Dos maneras tienen los ministros de Dios de acudir a la salvación de las almas: la
acción y la palabra. Cuando ambas coinciden en un hombre, hacen de éste un reflejo del
Divino Maestro.
Así fue el P. Federico Salvador.
Prescindimos de sus otras actividades para presentarlo sólo como predicador.
El P. Federico predicó sin descanso desde su ordenación hasta su muerte. Seis
carpetas contienen los apuntes o materiales que utilizó para sus sermones, lo cual, siendo
mucho, no puede darnos idea, ni siquiera aproximada, del número de sus oraciones
sagradas, porque no siempre conservó el apunte y muchas veces no lo hizo por premuras
de tiempo o porque no lo necesitó.
Cultivó todos los géneros de la oratoria sagrada, y en todos sobresalió lo mismo
en la sencilla exposición catequística que en la sabia homilía doctrinal.
Tres continentes recogieron la semilla abundante y preciosa de su inflamada
predicación misional, Europa, África y América, y en todas ellas dejó fama de santo
predicador.
Dos clases de auditorio tenían para él preferencia: las almas que siguen camino de
perfección y las de los que carecen de ordinario del divino pan del espíritu.
Ante las primeras, entre las cuales ocupaban lugar preferente sus hijas, las
Esclavas de la Divina Infantita por él fundadas, abría de par en par, en retiros y ejercicios
espirituales, las arcas repletas de su inteligencia y de su corazón, y derramaba verdaderos
tesoros de sabiduría celestial en pláticas y meditaciones del más puro y elevado
misticismo.
Ante los segundos, todos los acentos de la divina elocuencia se desbordaban con
ímpetu incoercible: Eran San Juan de la Cruz o San Vicente Ferrer, según los auditorios.
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
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44
Enriquecido el Padre Federico Salvador con el don de la elocuencia natural, fue
en sus años juveniles, cuando aún no había sentido el llamamiento de Dios para el
Sacerdocio, gran aficionado al teatro, y oyendo a los mejores artistas de la escena
dramática, se hizo a su vez maestro consumado en el arte difícil de la declamación,
llegando a formar escuela entre los primeros alumnos del Colegio Español de Roma,
donde también tenía ya en aquel tiempo otra escuela, – con pocos pero selectos
discípulos–, de ciencia divina de perfección.
Con estas dotes y preparación, con su ciencia y su cultura, su talento y su memoria,
su fantasía meridional y su gusto exquisito, su palabra fluida, noble y castiza y su figura
atrayente y simpática, ¿qué triunfos no habría conquistado en el campo de la oratoria
llamada de campanillas o de cartel?
Sin embargo, nosotros le oímos muchísimas veces, casi siempre en ocasión que
llaman de lucimiento, y jamás descubrimos en sus palabras, en sus gestos, en sus
ademanes, ni el más leve reflejo de aquellos oropeles que transcienden a profanidad. Era
siempre el orador sagrado que hablaba como deben hablar los emisarios o embajadores
de Dios; predicó siempre a Jesús crucificado, jamás se predicó a sí mismo.
Nunca eligió para sus sermones temas altisonantes ni trató cuestiones de las que
llaman modernas o candentes, como no fuera esto último para fustigar el vicio, señalando
a las almas el camino que aparta de la eterna condenación y conduce a la salvación eterna.
Tampoco se detenía en vanas especulaciones platónicas, ni iba en busca de argumentos
al acervo de las humanas disciplinas, sino que del tesoro inagotable de las Sagradas
Escrituras sacaba haces de luz con que alumbrar la fe firme o vacilante de sus oyentes,
normas seguras para poner en práctica la Ley santa de Dios y advertencias y prevenciones
para no dejarse prender en las redes sutiles de Satanás.
Siempre ajustó severamente la exposición de la verdad revelada y de la moral
cristiana a la interpretación y enseñanza de la Iglesia y de los Santos Padres. Los croquis
y esqueletos de sus sermones, bien a las claras, nos hablan de su limpio origen: la Suma
Teológica, de Santo Tomás de Aquino, La Catena Aurea, o el opúsculo De Venerabili
Sacramento Altaris, del mismo Santo Doctor.
Pero lo que más resalta en el Padre Federico como orador sagrado es lo que León
XIII pedía a los predicadores: «Pietas in Deum et in Christum caritas». El amor y
estima de la gloria de Dios y de la salvación y santificación de las almas, de donde se
deriva toda la fuerza y la eficacia de la predicación evangélica, según expresión del mismo
Pontífice.
Por eso unas veces, las palabras de este hombre apostólico salían impregnadas de
dulzuras amorosas de padre que ruega y exhorta, y otras vibraban en el aire como dardos
encendidos que van a clavarse en el pecho endurecido del pecador.
¡Lástima que la vida colmada de actividades del Padre Federico no le permitiera
escribir sus sermones, y hoy contaríamos con una mina inagotable de predicación
evangélica!
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
45
Son muy pocos los originales completos que de él se conservan, y tal vez no den
para formar un volumen, pero los lectores de esta revista podrán consolarse leyendo
alguna que otra vez las palabras de fuego del Fundador de la Esclavitud.
DIEGO VENTAJA
Sacromonte de Granada.
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46
El padre Federico, periodista
Muchos conocen a Don Federico Salvador como fundador de la Esclavitud de la
Divina Infantita, como poeta, como orador que dejó oír en ambos mundos su palabra
encendida de misionero de Cristo.
Pocos quizás habrán oído hablar de este hombre extraordinario, de actividades
múltiples y sobresaliente en todas ellas, como periodista. Y, sin embargo, Don Federico,
el Padre Federico, era periodista por temperamento y por vocación. Su humildad
extraordinaria no bastaba a empañar esta faceta brillantísima de su personalidad simpática
y atrayente como la de un Santo.
Tuve la suerte de conocerle en este aspecto de su vida fecunda y apostólica, y
perdurará mientras viva en mi memoria el recuerdo de aquel hombre de celo inagotable,
que, aún a costa de su salud quebrantada, después de las actividades del día, pasaba las
noches con quienes entonces trabajábamos en La Independencia, periódico al que
consagró durante un largo período toda clase de esfuerzos y de sacrificios.
En franca camaradería con muchachos que hacíamos en aquella época nuestras
primeras armas en el periodismo, don Federico se nos manifestó como escritor fácil y
ameno, como polemista formidable, de fina sátira, que jamás rebasaba los límites de la
caridad. Diluidos en la colección de La Independencia están centenares de sus trabajos
hechos a vuela pluma, jamás firmados, como dándonos a entender que el periodista
católico ha de practicar el anónimo para que sus trabajos sean más meritorios ante Dios.
Una editorial católica era otro de los grandes pensamientos de Don Federico. Y
llegó a establecerla en Almería, y divulgó muchas lecturas sanas y propagó millares de
hojas y folletos, y fundó esta revista ya benemérita...
No es posible condensar en unas cuartillas su biografía de periodista, ni es tarea
para mis fuerzas desmedradas. Otros se encargarán de hacerlo.
¿Habrán sido estériles los esfuerzos que Don Federico Salvador realizó en pro de
la prensa católica en Almería?
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
47
¿Será alguna vez un hecho la Esclavitud de la Divina Infantita, compuesta de
periodistas de vocación que consagren su vida a la propaganda de la doctrina católica y a
la refutación de errores y herejías?
Sólo Dios lo sabe. Pero la semilla está echada y, mediante la intercesión del
sembrador y las oraciones de sus hijos, creemos que ha de llegar el día en que fructifique.
FRUCTUOSO PÉREZ MÁRQUEZ
Director de La Independencia
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48
El padre Federico, poeta
El Padre Federico recibió del Señor un alma privilegiada. No es fácil señalar cuál
era su nota característica pues, a la vez que la energía que hacía de él un varón fuerte de
alma y cuerpo, poseía otras condiciones, al parecer, contrapuestas con aquella; la suavidad
y la ternura. Parecía una miniatura de la Providencia divina que gobierna fortiter, in re
suaviter in modo.
A través de esas virtudes naturales se manifestaba su complicado temperamento
lo mismo en los episodios más importantes de su vida que en sus ocupaciones ordinarias
y habituales. Cuando la gracia fue el elemento constante de su vida, estas condiciones
aparecieron realzadas a una potencia incalculable. Quédese para su biografía completa la
exposición íntegra de su carácter.
Vamos a presentarlo bajo el aspecto de poeta. Mejor sería decir de artista, pues el
Señor le dio el quid divinum que distingue a los artistas de los que no lo son: la facultad
de ver, sentir y expresar, la belleza que hay en las cosas y en sus relaciones.
Lo mismo en el Seminario de Almería que en el Colegio Español en Roma, era el
alma de todo festival religioso o profano propio de estos centros. Era precisa, no sólo su
colaboración, sino su dirección en toda empresa que reclamara arte y buen gusto.
Dibujaba admirablemente, leía muy bien, declamaba mejor. Todo esto unido a su bondad
natural, le hacían altamente simpático y ameno su trato.
La primera belleza que sintió fue la de la piedad. Su cristiana madre cultivó el
precioso germen que Dios puso en su alma. Así lo dice él:
...Era yo niño,
muy niño todavía,
al pie de tus altares repetía
con infantil cariño,
las plegarias de amor del alma mía.
Mi madre me guiaba
hasta tu santo templo;
ella rezaba mucho y a su ejemplo,
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
49
dicen que, sin cansarme, yo rezaba.
¡Con qué santo embeleso
recuerdo todavía
cuando al salir del templo, madre mía,
en mi frente estampabas dulce beso.
Hubo un tiempo en que corrió el peligro de seguir los derroteros del mundo y ser
un hombre profano en lugar de ser, como fue, sacerdote benemérito de Cristo.
Ingresó en el Instituto de Almería y, desde el ingreso hasta el último curso del
bachillerato, fueron sus estudios una serie de triunfos, de matrículas de honor y de
premios ordinarios y extraordinarios, que lo hicieron el número uno de los alumnos del
Instituto en su tiempo.
¡Cuán difícil es para un joven, y aún para un hombre, sustraerse a la vanidad, y
quizá a la soberbia, que engendran en el alma los mismos y los aplausos, por varios años!
Sus profesores se lo disputaban y algunos, en los últimos años y en el orden
científico, orientaron su inteligencia por senderos apartados de la verdad. Pero Dios le
tenía destinado para fines mayores y lo llamó al Seminario de San Indalecio.
De la muerte de su buena madre, acaecida en aquel mismo curso, no pudo
consolarse hasta que encontró otro amor maternal superior al del orden material en la que
es Madre de todos los cristianos, la Santísima Virgen María, que había de ser su guía y
su consuelo, y a quien él había de consagrar toda su energía, toda su voluntad, toda su
vida.
El cargo de profesor de Matemáticas, que desempeñó desde que entró en el
Seminario, y la aureola de literato de que iba rodeado, hubieran sido, aún allí, un peligro
para su humildad, pero no lo fueron, porque su gran inteligencia y su piedad vieron, cada
día más claramente, que aquellos bienes y aquellos honores eran muy secundarios
comparados con la altísima honra a que aspiraba de ser sacerdote de Cristo e hijo lo más
digno posible de la Santísima Virgen.
De aquel tiempo son varias composiciones poéticas que publicó en tres folletos, y
que no hemos de citar por dejar el espacio de que disponemos para copiar algunas de sus
poesías piadosas, que encajan perfectamente en su carácter sacerdotal, como decía él de
las de su gran amigo y gran poeta, Peralta Valdivia.
Elevado a la dignidad sacerdotal, dos ideas y dos sentimientos se fijaron
poderosamente en su inteligencia y en su corazón: trabajar todo lo posible por la gloria
de Dios y la salvación de las almas, y reparar, en lo posible, el tiempo perdido, en que no
tuvo su entendimiento y su voluntad exclusivamente consagrados a tan altos fines.
La plétora de vida de sus veinticinco años; su incalculable fondo de energía, su
temperamento impetuoso; su celo y fervor extraordinarios, pedían un escenario más
amplio. No tardó la Providencia en trasladarlo, primero a Roma, después a México.
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
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Allí le deparó el Señor un alma templada al fuego del amor de Dios y en el especial
calor de la devoción a la Santísima Virgen en el primer período de su vida, en la
advocación de su infancia.
El alma marianísima del Padre Federico se inundó de gozo y vibró con toda la
ternura, todo el fervor y toda la poesía de que era capaz, a su contacto con esta dulcísima
devoción, llena de encanto y atractivo, de la Virgen Niña.
Y desde entonces, auxiliado por el alma enamorada de la Santísima Virgen, la
señorita Rosario Arrevillaga que fue la cofundadora de la Esclavitud de la Divina Infantita,
acometió la magna empresa de fundar un Instituto Religioso, una Esclavitud de almas
devotas de la Santísima Virgen en el poético misterio de su Infancia, viendo en todo esto
el dedo de Dios que le designaba como ejecutor de la profecía hecha por el Beato Grignion
de Montfort.
No hemos de ponderar, aunque es fácil suponer, el largo camino que tenía que
recorrer, los graves peligros que tuvo que arrostrar y los grandes sacrificios que tuvo que
hacer para llegar a la suspirada aprobación, que Su Santidad Benedicto XV se dignó
prestar el 22 de Junio de 1921, a la Pía Asociación de la Esclavitud de la Divina Infantita,
fundada en México a principio del siglo. Baste decir como índice, que antes de morir tuvo
el consuelo de ver implantada la Esclavitud en México, en España y en Marruecos.
La actividad del Padre Federico era inagotable. Sus viajes y trabajos no le
impidieron escribir libros y trabajos en prosa y verso en honor de la Santísima Virgen.
Sus proyectos eran gigantescos, como hijos de una imaginación rica, caldeada por
el amor divino en que ardía su corazón. Al principio parecían irrealizables, como los que
trazaba Don Bosco a quien sus amigos creyeron loco.
De haberse realizado los planes del Padre Federico, llenos de amor y por tanto de
poesía, hubieran abarcado todo el mundo para cristianizar toda la humanidad y llevarla
ante el trono de Jesucristo a rendirle homenaje de adoración suprema, como Rey inmortal
de los siglos, y ofrecerle sumisión y reverencia por medio del Inmaculado Corazón de la
Santísima Virgen, Reina del Cielo y de la tierra.
Sus íntimos lo oían, asombrados, exponer sus vastos planes, más divinos que
humanos, y comentaban entre sí si todo aquello serían ilusiones de un poeta, aunque a lo
divino, o serían deseos irrealizables. Uno de ellos, ingenio agudo que sabía encerrar en
frases breves y gráficas un mundo de ideas, dijo un día: «¡Todavía no he formado juicio
concreto acerca de Federico; unas veces me parece San Pablo, otras Don Quijote de la
Mancha!»
Una de las pruebas a que Dios somete a los santos es que los buenos juzguen sus
proyectos desacertados.
De todo había en aquella alma grande y generosa. Tenía celo apostólico, como el
Apóstol de las gentes, y tenía algo de locura, pero con dos diferencias radicales con
relación a la del sublime manchego.
Una, que este creó con su desenfrenada imaginación y adornó con virtudes
ficticias a la dama de sus pensamientos, mientras el Padre Federico encontró creada por
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
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Dios la soberana realidad de la Santísima Virgen, adornada de todas la virtudes y bellezas
con que el Creador quiso enriquecer a la excelsa y singular mujer que había de ser Madre
de Dios hecho hombre.
Otra diferencia es que la locura del loco más noble que ha fingido el ingenio
humano, era efecto de su desequilibrio mental, mientras la locura del Padre Federico era
efecto de la exaltación de su alma, elevada por la acción de Dios a la altura de la vida
sobrehumana desde donde se ve la vanidad de las cosas del mundo, incapaces de llenar el
corazón humano.
Era la locura de San Francisco de Asís, de San Juan de Dios, de Santa Teresa, el
Beato Don Bosco. La locura de los santos contagiados de la de Jesucristo que hizo las tres
grandes locuras que son nuestro bien: la locura de la Encarnación, la locura de la
Eucaristía y la locura de la Cruz.
Cuando el P. Federico vio, a la luz de la fe, quien era la Santísima Virgen y qué
oficio desempeña en el plan divino de la creación y de la redención del hombre, su alma
de artista, su temperamento de poeta y su condición de caballero, le hicieron caer de
rodillas y elevar su corazón a Dios, agradecerle el haber creado a la Santísima Virgen y
haberlo creado a él, y rogarle que le permitiera consagrarse esclavo de la Augusta Señora
por toda su vida mortal y por toda la eternidad.
Los versos del Padre Federico, lo mismo que la prosa, están impregnados de amor
a la Santísima Virgen. He aquí los cuatro primeros versos de una preciosa décima a la
Inmaculada:
Eres, Niña Inmaculada
del Señor obra maestra
pues la fuerza de su diestra
quedó en tu ser agotada...
Llevado de su característica energía, escribió estos vigorosos versos, en
desagravio de una ofensa de un impío a la Santísima Virgen:
¡Siento el amor arder aquí en mi pecho!
¡Siento herido tu honor por mano impía!
¡Es preciso vengarte, pues manchado,
no ha de quedar tu honor, por vida mía!
¿Quieres acaso, que al malvado impío
la lengua arranque con mis manos mismas?
¿Pero qué es lo que digo, Reina excelsa?
yo te quiero vengar porque te amo
y el verdadero amor se sacrifica,
¡por eso yo te ofrendo en represalias
mi lengua ruin, mi sangre con mi vida!
Imaginándose a la Santísima Virgen recién nacida, escribe lleno de entusiasmo:
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
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¡Acaba de nacer! Bendita sea
la Reina Inmaculada de los Cielos;
la secular promesa del Altísimo
hase tornado de promesa en hecho.
¿Y no se para el Sol a contemplarla?
¿y la luz no le teje manto regio?
¿Cómo es eso, Señor, que ante María
absorto no se postra el universo?
Como no puede amarse a María, sin sentir el amor de Jesucristo, alterna sus cantos
y los dirige unos a Ella otros a Él:
Quiero amarte, Jesús porque me amas,
y tras Ti quiero ir, porque me llamas,
e iré Señor, sin desmayar un punto,
siempre a tu lado y a tu Cruz muy junto.
A impulsos de su gran arrepentimiento por haber sido causa de los dolores de
María, exclama:
Anúdase el dolor en mi garganta
e inúndase mi pecho de amargura
al contemplarte Madre dolorida,
por siete espadas, sin piedad, herida
y esas espadas son ¡ay!, mis pecados;
que yo quisiera, Madre, ver borrados!
Extasiado ante una imagen de María dice:
Para contarte, oh Madre, mis amores,
al aura le robara los suspiros,
a la aurora sus risas,
al arroyo sus lánguidos gemidos,
arrullos a la alondra enamorada,
al ruiseñor, sus trinos,
del poeta imitará las estrofas
que en éxtasis divino,
cantaron a las damas de sus sueños
los bardos peregrinos
y la música mágica aprendiera
que, en célicos deliquios
entona el serafín, en lira de oro
ante Dios Uno y Trino.
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
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A imitación de San Pedro, que, toda su vida lloró su gravísimo pecado, el P.
Federico jamás se consoló de haber inclinado su corazón por más o menos tiempo, a otros
seres distintos de Dios y de la Stma. Virgen.
¡Déjame, oh Dios, que llore mi flaqueza
con llanto eterno y lágrimas amargas!
¡Helado el corazón, secos los ojos,
lejos de ti, vagué, Madre del alma,
al borde del abismo o sobre abrojos,
con paso incierto y con mentida calma!
Ni se crea por eso que era taciturno y malhumorado; al contrario era gran
humorista aunque siempre mirando a la gloria de Dios y al bien del prójimo: Para excitar
la caridad en favor de los niños de los Asilos de la Divina Infantita publicó en un periódico
de Guadix los siguientes:
Toco a veces el violín
y otras veces el violón,
juego, brinco, lloro y río,
y me burlo hasta del sol.
Porque has de saber amigo,
y muy querido lector,
que tú, sin duda eres tú,
y que yo también soy yo,
y pienso yo que tu eres
más feliz que un día de sol,
rico, guapo, sabio, atento,
y tan ajeno al dolor,
que nunca tuviste pena,
ni pasaste el sarampión,
y por eso caro amigo,
te diré para inter nos,
que vives muy regalado
y harto de satisfacción
olvidado de los pobres,
y de si comen, o no,
sin acordarte que eres
de ellos administrador,
y que ellos tiemblan de frío
y tú sudas de calor
y ellos lloran y tú ríes,
y ellos ayunan, tú no,
y ellos... vamos que te digo,
que eso me lo manda Dios,
que tú te comas la molla
y el hueso lo roiga yo.
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
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Es preciso renunciar a copiar otros muchos versos en que expresa los distintos
afectos que sentía en su alma devotísima y enamorada de la Santísima Virgen, y que
pueden verse en el tomo que se publicará. Allí se encuentra expuesto con singular
maestría, asunto tan difícil como el misterio de la Santísima Trinidad, una oda a Jesucristo
Dios y hombre y otra a la Imprenta, con otras muchas composiciones ascéticas y místicas,
que no caben en esta reseña.
El Padre Federico fundó la revista Esclava y Reina, cuyo título fue un acierto y
cuya colección es un tesoro de ciencia, arte y poesía, derrochado en testimonio de amor
a la Divina Infantita.
Dice Fr. Luis de León: «No conocí a la santa Madre Teresa de Jesús, mientras
estuvo en la tierra, más ahora que vive en el cielo la conozco en dos imágenes vivas que
nos dejó de sí, que son sus hijos y sus libros...»
El Padre Federico también dejó sus hijos, además de sus libros, que continúan
cantando las glorias de María.
Los Esclavos y Esclavas de la Divina Infantita han heredado el espíritu de su
fundador y, con su vida contemplativa y práctica, entonan constantemente, sin necesidad
de ritmos ni rima, un himno a la belleza física de la creación, a la belleza moral del alma
y a la belleza divina sobrenatural, con el ejercicio de la fe, la esperanza y la caridad,
instruyendo, educando, vistiendo y alimentando a los niños desamparados que recogen
en sus asilos.
El Padre Federico murió como tenía que morir: en la brecha, con la preciosa
muerte de los justos, trabajando por la gloria de Dios y el bien de las almas. Su muerte
fue la última estrofa del himno de su vida mortal, y la primera del que había de entonar a
Dios en la eternidad.
Deseando extender todo lo posible, el radio de acción de la Esclavitud, se dirigió
desde México a la California para hacer una fundación en Los Ángeles.
El Señor se dio por satisfecho con el propósito, y en la mitad del camino, como a
Santo Tomás cuando iba al Concilio de Lyon, en la ciudad de San Diego le sorprendió la
enfermedad que lo llevó al sepulcro.
Tuvo asistencia médica y espiritual, pero no tuvo el consuelo de morir rodeado de
sus hijos. Quizá habría pedido y ofrecido al Señor este sacrificio.
Pero, aunque hubiera muerto, en medio del desierto, sin auxilio humano, como
San Francisco Javier, no le habría faltado, como no le faltó, indudablemente la asistencia
de Dios en cuya misericordia confió y por cuya gloria trabajó siempre, la de Jesucristo
Sumo Sacerdote, a quien él consagró su sacerdocio, la de la Santísima Virgen, su Dueña
y Señora, la de San José, abogado de la buena muerte, cuyo nombre de religión tomó y a
cuyo amparo puso, desde el primer día, la Esclavitud de la Divina Infantita.
Si no tuvo a la hora de su muerte la compañía de su familia humana, no le faltó la
de la Sagrada Familia, que es la familia de todos los cristianos. No fue seguramente
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
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defraudada su confianza en la Santísima Virgen, a quien tenía pedido que lo presentara al
Supremo Juez:
¡Entonces, sí, Señora de mi alma,
perdona si atrevido, te lo exijo,
porque no dará Dios la eterna palma
a quién Tú no presentes como hijo!
JUAN ALONSO VELA
Sacromonte de Granada
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El padre Federico, escritor ascético
Entre las múltiples facetas de aquel espíritu gigante que supo ser, a un mismo
tiempo, apóstol y niño, fuerte y bondadoso, grande y humilde, cándido y prudente,
ninguna hay tan atrayente como la que nos le muestra como escritor ascético, llenando
una misión tan personal y trascendente que, para enfocarla debidamente, no basta el
profundo estudio de sus escritos si no va acompañado de la observación atenta y afectuosa
de quien tuvo la dicha de tratarle en la más dulce intimidad, respirando durante varios
años los efluvios de fuego y luz, de humildad y de candor, que irradiaban de su hermosa
alma y de su gran corazón.
EL ASCETA
Es imposible comprender al escritor ascético sin ver antes su ascetismo. Almería
y Roma, el Convento de las Concepcionistas de Almería, del que fue Capellán, y el
Colegio Español de Roma, donde fue varios años Vicerrector y Director espiritual. He
aquí las dos grandes directrices del ascetismo del Reverendo Padre Salvador.
Fuerte y bravo, como su temperamento, el asceta almeriense nacido entre los
truenos y relámpagos de la que él llama su conversión, debida a las insinuantes
sugestiones de una fervorosa religiosa a la que humildemente llamó siempre «su madre»,
dejó las huellas de su fuerza en la sangre de crueles disciplinas que esmaltó lienzos,
venerados allí como santas reliquias, y de su apostólico celo en la pléyade de jóvenes,
que, enardecidos por su fuego, dieron al Clero secular y regular escogidas vocaciones.
Dulce y suave, cual cuadraba al plácido remanso del Colegio Español, el enérgico
asceta almeriense, mitigados los volcánicos fuegos y las increíbles asperezas de sus
arranques penitentes, irradió luces de aurora y suaves fulgores de tierna devoción sobre
aquella selección de alumnos, que, enardecidos por los ejemplos de sus virtudes heroicas
e iluminados por los rayos de su elocuencia apostólica, se le reconocen deudores de los
más sugestivos impulsos, que les llevaron a Dios.
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¿Quién, de aquellos alumnos recordará sin emoción las repetidas veces que,
sospechando que el Padre Salvador no utilizaba su lecho para el nocturno descanso,
corrieron los extremos del plegado colchón encontrándolo intacto a la mañana siguiente?
¿Cuántas veces le vio alguno de ellos, no sin profunda y viva confusión, postrado
a sus pies pidiéndole, como Esclavo, la bendición antes de predicar aquellos sermones
que tanta fama le dieron como orador elocuentísimo en San Andrés della Valle, en la
iglesia de Montserrat y en la capilla del Colegio?
Los ardorosos fuegos del asceta almeriense, sin perder su calor, se convirtieron en
Roma en haces de dulce luz.
¡Con cuanto anhelo se entregó al estudio de la Suma en su parte ascética y moral!
¡Con que pura delectación se asimilaba la doctrina y el estilo de nuestros grandes ascetas!
Mas, ni los fuegos de Almería ni las luces de Roma llevaron a plena madurez el
ascetismo del Padre Salvador, que solo lo consiguió cuando, llevado a México por los
Reverendos Operarios Diocesanos, desahogadas sus poderosas energías en el ardiente
apostolado a que se entregó en aquella República, se capacitó para recibir la revelación
definitiva de su amadísima Esclavitud, – vislumbrada en Almería bajo la brillante
advocación de la Virgen Inmaculada –, entendiendo que debía hacerse pequeñita e infantil,
ante la cuna de una Niña que ni siquiera habla, llamándose por tanto la Divina Infantita.
He visto muchas veces una fotografía del Padre Salvador que tiene en sus brazos
la dulce imagen de la divina Infantita y, en su actitud de humilde arrobamiento, he visto
la transformación definitiva del asceta que, para siempre, trocó su fortaleza en dulzura,
su ardiente celo en fraternal bondad y su actividad inagotable en la paciencia y
mansedumbre que tanto necesitó para arrostras los furiosos vendavales con que la
ingratitud y la calumnia pusieron a prueba la fortaleza de su alma y la humildad de su
corazón.
EL ESCRITOR
Visto el asceta, veamos al escritor.
Para que lo fuera, y con marcado sabor clásico, Dios le preparó mucho antes de
ser sacerdote.
Su carrera civil y sus aficiones literarias le hicieron familiares los grandes clásicos
españoles que conocía con toda perfección, estando preparado para asimilarse los clásicos
ascetas al recibir la ordenación sacerdotal.
El Venerable Granada, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, el Beato M. Ávila
y Santa Teresa de Jesús, se amasaron de tal suerte con su espíritu que sus más familiares
escritos rezuman con el clasicismo que en ellos aprendió.
Sus innumerables cartas, escritas a vuela pluma, resistirían sin corrección, la
publicidad que, según mis noticias, van a tener muy pronto siendo una prueba elocuente
de que su pluma no dejaba de ser clásica, ni ante los apremios de la prisa, ni en las
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sencillas y fraternales exhortaciones que tantas veces dirigiera, en pequeños papelitos, a
las hijas amadas de su adorada Esclavitud.
Vayan, para ejemplo, estas líneas dirigidas a su hermano (q. s. g. h.), desde un
pequeño pueblecito.
«Queridísimo P.
Me alegro mucho que estés tan de amar a Dios y con tanto deseos de saber qué
hace más falta en esta iglesia. Yo te lo diré, para que ahora lo medites constantemente en
el secreto de tu corazón. La única falta que noto, porque todas las demás no son
comparables con esta, es la de un sacerdote que haga oración.
El sacerdote de N., si hace oración, enseñará a sus feligreses, con el ejemplo, el
único medio, y el seguro de vía ordinaria, para conocer a Dios... Oración falta al sacerdote
de N. para que en su iglesia se respire el suave perfume del corazón que se derrama en la
presencia de Jesús Sacramentado...»
Los numerosos escritos del Padre Salvador en la Revista Esclava y Reina, bajo los
seudónimos de Ínfimo, Mirasol, Desiderio y Nehemías, no necesitan de su firma para
decir que son de él, pues la robustez del pensamiento y lo clásico del estilo lo denuncian
enseguida.
Sirvan de muestra unas líneas de la introducción al Audi filia, titulada «Pan del
alma», que dicen así:
«Voy a cumplir tus deseos; pero ¿quedarán satisfechos?
Mucho lo dudo. Ni ciencia ni experiencia me abonan en este atrevido empeño.
Sírvame de excusa tus ruegos y mis dilaciones; y si ni los unos ni las otras me bastaren
ante los doctos lectores de esta Revista, válgame, al menos, el loco amor que deseo tener,
manifestar y conservar a mi Señora excelsa por todos los días de mi vida... Préstame tal
consideración, no poco aliento para empezar a darte el pan que me pides para tu alma.
Pan será, que no escorpiones. Y que el pan no sea de cebada, ni de centeno, sí que de la
flor del trigo, fuera mi gozo y bien aderezado, por añadidura, con ternura semejante a la
que se derrama de los amorosos desvelos de Jacob para Rebeca, de Elías para Eliseo, del
Serafín de Asís para Santa Clara, de San Juan de la Cruz, de San Pedro de Alcántara, del
Beato Ávila, y Fray Luis de Granada y de León, para Santa Teresa y de San Francisco de
Sales para Santa Juana»
El que supo ser clásico y ascético, al estilo de los más grandes maestros, dentro
de la ligera amenidad de una Revista, ¿qué guardaría para sus obras esencialmente
espirituales y ascéticas?
Sus piadosísimas meditaciones, publicadas con el título El Discípulo amado y el
Amor, cuya dedicatoria reza así: «A la divina Infantita, Señora de mis pensamientos y
Dueña de mis afectos», dignas son de durar como el habla castellano y de figurar entre
las obras clásicas del misticismo español.
En la Meditación 21, que trata de la Caridad perfecta, hablando de las almas que
han llegado a adquirirla, dice así: «Estas son las almas que mueren porque no mueren, las
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que cantan en medio de las llamas, como los jóvenes del horno de Babilonia, las que son
superiores a toda fuerza humana, como Santa Inés en el lupanar, las que se mofan de los
verdugos y tormentos mientras son abrasados en parrillas como San Lorenzo».
Y más abajo, dándonos la impresión de que leemos a Santa Teresa o a San Juan
de la Cruz, prosigue así: «La caridad, cuando empieza, es como vino nuevo que
fácilmente se tuerce y agria. La caridad de los proficientes y aprovechados es borrascosa
porque lleva consigo la purificación del sentido y la del espíritu, que pone al alma en
grandes aprietos y tribulaciones hasta que, mortificados los propios gustos y aficiones,
hácese añosa, y, entonces, es como el vino añejo, y se compara al vino adobado que está
compuesto con muchas clases de yerbas aromáticas y confortantes. De aquí nace que la
caridad perfecta esté llena de suavidad. Es fuego, pero su llama, como diría San Juan de
la Cruz, ya no es esquiva, es fuego que no chisporrotea y levanta humo, es llama de amor
viva y suavísima que penetra en el más profundo centro».
Pues, ¿qué diremos del místico realismo y del penetrante estilo de que hace gala
en su opúsculo: Oraciones para antes y después de comulgar? Vaya de muestra aquel
párrafo de su Comunión espiritual que dice así:
«Ardiendo en deseos de unirte a mí, vives esposo mío, en la Hostia Consagrada.
¡Ay, Jesús mío!, ven, ven; no te canses de llamar más a la puerta de mi corazón, ni te
fatigues en buscar resquicios para penetrar hasta lo más escondido de mi alma.
Entra, Rey mío; entra. Abiertas están de par en par todas las puertas de mi ser;
penetra dentro de la pobrecita mansión de mi pecho donde tantas veces, ¡ay ingrato de mí!
fragüé con tus enemigos traiciones e infidelidades a tu santo amor. Pero, amor mío, no
temas ahora; recuesta tu divina cabeza sobre los hacecillos de la más exquisita mirra con
que adorno mi pecho, y Tú lava mis faltas con las gotas de la noche que bañan tus cabellos
y dame fortaleza con el rocío que baña tus guedejas; y una vez así purificada y fortalecida,
quédate cautivo en las redes de mi amor».
De intento hemos dejado para terminar lo que pudiera llamarse el «Testamento»
del Padre Salvador de donde fluye, sereno, el adobado vino de la caridad perfecta del
consumado asceta para fortalecer y conservar el espíritu de su Esclavitud.
En sus Meditaciones dadas a un alma enamorada de la Esclavitud en su grado
más perfecto escribe la «Carta Magna» de la más heroica perfección religiosa que hasta
hoy se conoció, prescribiendo a los Esclavos «el voto de obediencia a los Señores Obispos
y a sus representantes, consumándolo aún más con el de no mandar nunca y siempre
obedecer».
¿De dónde brotó ese supremo arranque de total abnegación?
Lo expresa el Padre Salvador en el punto I de la Meditación 2ª:
«El Clero Parroquial vive expuesto a las mayores caídas... ¿Cómo sostenerlos?
¿Cómo levantarlos si cayeren?... Con los sacerdotes se pierden pueblos enteros... El lobo
infernal destruye a los pastores para hacer suyas las ovejas dispersas... Yo, para inspirarles
mayor confianza les haré voto de obediencia... Si algunos sacerdotes hicieren voto de
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obediencia a su Obispo, este tendría confianza en ellos, y me dije entonces: Yo haré voto
de obediencia a los Señores Obispos...»
Más su corazón de apóstol no se aquieta:
«¿Qué puede hacer un sólo hombre? – se pregunta en la Meditación 3ª –. Poco
ciertamente... Hacen falta hombres que hagan estos votos... y entonces pronuncié por vez
primera el nombre de los Esclavos... Una Congregación religiosa que tiene por Superiores
a los genuinos representantes del Salvador, no puede dejar de ser salvadora...»
Y viendo a través de los tiempos la gran santidad a que conduciría la suma
obediencia de la Esclavitud, añade en la Meditación 4ª:
«Ve por qué no me he extrañado que nuestras hijas digan que la Esclavitud ha de
formar una generación de santos, más santos que todos los santos».
Y, afirmando en la Meditación 5ª que la obediencia es amor de sacrificio, establece
esta triple gradación:
«Menor, el que sacrifica las cosas exteriores por el voto de pobreza; medio, el que
sacrifica los bienes del cuerpo por el voto de castidad; y mayor, el que se ofrece de los
bienes del alma, entre los cuales los mejores son los de la voluntad, a los que se refiere el
voto de obediencia.
Y como la Esclavitud alcanza lo supremo de la obediencia, alcanzará también lo
sumo de la perfección».
Lástima grande que el temor de hacer demasiado extenso este trabajo nos impida
acabar de dibujar los delicados y enérgicos perfiles de la caridad y prudencia de este
singular asceta que, no ya con la elegancia del estilo, sino con los clásicos atavíos de la
caridad y sencillez evangélica, se ve mejor que en los clásicos párrafos arriba transcritos,
que el Muy Reverendo Padre Federico Salvador fue un gran escritor y un gran asceta.
JUAN CUENCA
Canónigo de la Catedral de Granada
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
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61
El director de espíritu
Es San Gregorio Magno quien dice que el cargo pastoral es ministerio que exige
gran sabiduría y fortaleza1
. Parafraseando este dicho de tan excelso doctor y eminente
Pontífice, podemos afirmar del Director de espíritu, que es ministerio que reclama en
primer lugar un gran corazón.
Por eso, Don Federico Salvador tanto se distinguió como Director de espíritu.
Don Federico, o el Padre Federico como le llamaban sus hijos espirituales, era
todo corazón, y las llamas de su celo, unidas a las exquisitas delicadezas de su amor de
padre, hicieron de él un Director de espíritu, ideal.
Fue este el primer aspecto bajo el cual le conocí. Llegamos a la vez, en 1897, al
Colegio Español de Roma, yo como alumno y él como Director espiritual de aquella
escogida Comunidad.
Bien pronto se reveló en sus pláticas y conversaciones como un espíritu superior:
su palabra de fuego, penetraba en el alma como espada de dos filos.
Formado en la ascética de nuestros clásicos y con el temple santamente severo del
Beato Padre Juan de Ávila, de quien era un ferviente admirador e imitador, dejó huella de
su breve paso por el Colegio en el espíritu de los alumnos de aquella época, de los más
fervorosos y distinguidos en piedad, sin duda, que por el mismo pasaron.
Transcurrieron después muchos años: él, anduvo por México en dura y continuada
labor de Misionero. Enamorado del espíritu del Beato Grignion de Montfort, dio a la
Iglesia una legión de almas, las Esclavas de la Divina Infantita María; y de la sólida
formación que supo imprimir en ellas, podrá dar buen testimonio quien tenga la suerte de
conocer a los miembros de esta humildísima cuanto benemérita Institución.
1
N.E. Gregorio I, Magno. De la Regla Pastoral.
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62
Si la honra de los padres la pregonan los hechos de los hijos, el espíritu que anima
a esta nueva Congregación, es el mejor elogio que puede hacerse de la Dirección espiritual
de Don Federico Salvador.
Canónigo después, por varios años, en la Catedral de Guadix con cargo de
confesor auxiliar del Penitenciario, continuó empleando sus extraordinarias dotes de
dirección de espíritu en bien de muchas almas que Dios acercó a su confesionario. He
conocido a muchas de ellas y puedo afirmar que llevan la marca inconfundible de su
dirección, a saber: humildad profunda, espíritu mortificado, singularísimo celo y caridad
con los pobres.
No debo omitir una nota muy característica en él: Don Federico, quería y amaba
con profundo cariño de padre a sus hijos espirituales. Ofenderles a ellos era tocarle en las
niñas de los ojos. Para velar por ellos y volver por su defensa era un león de irresistible
empuje.
Este amor de padre era correspondido por sus hijos del alma. No he conocido un
Director de espíritu cuya memoria sea más venerada y más cariñosamente sentida que la
de tan celoso y amado padre.
Si el recuerdo de los padres es imborrable y eterno en los hijos buenos, el de Don
Federico Salvador se perpetuará en las innumerables almas que tuvieron la suerte de gozar
de su dirección espiritual; sobre todos le venerarán como a su Santo Padre las Esclavas
de la Divina Infantita que bebieron a raudales y heredaron, más afortunadas, su
extraordinario espíritu de Esclavitud.
JUAN DE DIOS PONCE
Doctoral de Guadix.
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
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padre y maestro
Me piden que hable de don Federico como maestro, y yo no lo sé hacer. Y no lo
sé hacer, lisa y llanamente, porque, para mí, Don Federico fue siempre un padre, y mi
corazón se resiste a aceptar la disciplina de la sistematización analítica, abriéndose, en
cambio, todo entero para que salga a borbotones un sentimiento inagotable y vivo de
veneración y de piedad filial.
Tenía, efectivamente, su alma toda la reciedumbre y toda la exquisitez de los
grandes amores. Por eso era su consejo un sostén para el espíritu que decaía y un sedante
para las pasiones que se agitaban. Y en los momentos difíciles, en las horas definitivas,
¡con qué suavidad y qué firmeza sabía conducir el pobre barquichuelo del corazón
amedrentado por entre el bravo oleaje y los peligrosos escollos de la vida!
Por eso, cuando recibí la noticia de su muerte la primera impresión que
experimenté fue una impresión de soledad y desamparo. ¡Y eso que su apostólico
dinamismo nunca le dejó reposo para descansar en hogares amigos! Pero las almas
entienden poco de distancias y se asisten y se comprenden, despreciando los muros de las
Cordilleras y la inmensidad de los océanos.
Y, sin proponérmelo, dejo esbozado el tema que me propusieron, pues, ¿quién
mejor que un padre para enseñar y educar?
AGUSTÍN SERRANO DE HARO
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
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El fundador
Si en los primeros años de la vida ya se van como esbozando las aptitudes de los
individuos y se destacan los rasgos salientes de su carácter y psicología, con más precisión
se observa esto en los hombres notables y, sobre todo, en los que Dios elige para las
empresas que le han de dar más gloria.
Hay un rasgo en la niñez del que después fue el Padre Federico, en el que ya se
revelaban, si se quiere simbólicamente pero con entera claridad y como en germen, los
deseos de cosas grandes, las aspiraciones a emplear sus actividades y energías en obras
que, saliéndose de lo vulgar, habían de ser altamente beneficiosas para la humanidad.
Es lo más natural en los niños parecerles todo grande y así ocurre que, cuando al
cabo de muchos años volvemos a ver cosas y objetos que no se han visto desde la niñez,
nos parecen mucho más pequeños en relación con el recuerdo que de ellos conservábamos.
En el niño Federico Salvador no era así. Nacido en la ciudad de Almería, y
habiendo pasado en ella su niñez y juventud, cuando aún iba a la escuela observaba los
edificios más grandes de dicha capital y todos le parecían pequeños, y se decía: «yo haré
otro más grande», y, sin darse cuenta de ello, pronunciaba una especie de profecía que
llegó a tener cabal realización en la fundación de la Esclavitud de la Divina Infantita,
edificio moral de grandeza incalculable en los fines que se propone y frutos que ha
producido y seguirá produciendo.
El corazón excepcionalmente grande del Padre Federico, hasta en sus dimensiones
físicas2
, no podía amar cosas pequeñas, no estaba hecho para enamorarse de criatura
alguna por excelente que ella fuera.
2
Se conserva en un relicario.
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Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
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Si nuestro corazón, como dice San Agustín, está hecho para amar a Dios y solo en
este amor puede descansar plenamente, el del Padre Federico lo amaba de modo
extraordinario.
Aquel corazón no podía saciarse con nada terreno. Su delirio era el amor a la
Inmaculada Madre de Dios, que después cristalizó en la devoción a la Divina Infantita, y
hacer que todos la amasen, cumpliéndose en él prácticamente uno de los lemas de su
institución: Por María a Jesús.
Y como el perfecto amor de Dios deriva el amor perfecto del prójimo, de ahí su
celo por las almas y su empeño de llevarlas a Dios por medio de la devoción a la Divina
Infantita.
Y como él, en su gran inteligencia, veía claramente los obstáculos sociales que
impedían que las almas fueran a Dios, de ahí que, abarcando con su mirada de águila los
grandes problemas sociales, estudiara y discurriera las soluciones que creía más oportunas,
incluyéndolas en las Constituciones que escribió para los Esclavos de la Divina Infantita
(1902), y después en las Constituciones de las Esclavas (1904), convencido, como estuvo
en un principio, de que solo una congregación que perpetuase sus planes podía obtener
los fines que él se proponía para el porvenir.
El fundó todas sus esperanzas de salvación de la sociedad en la propagación de la
Esclavitud de la Divina Infantita. Veamos cómo.
Siempre ha sido el fomento de la devoción a la Santísima Virgen María, nuestra
corredentora, el medio que Ella misma ha inspirado y que han puesto, como base y
fundamento de su obra, todos los que han intentado reformar las costumbres depravadas
de la sociedad en alguna época.
Todos los fundadores de órdenes religiosas se han distinguido por su especial
devoción y amor intenso a la Virgen María. No podía seguir otro camino el que, en los
tiempos modernos, intentara poner un dique más al desbordamiento general de las malas
pasiones. Y como el mal más arraigado y origen de todos los males actuales es la soberbia,
de aquí que el remedio que hay que oponer en la práctica más perfecta de la humildad y,
como expresión de esta humildad, la obediencia.
Y, uniendo las dos ideas, pensó que la Reina de la Esclavitud había de ser la
Virgen María presentada a sus hijos y devotos en la forma más humilde, recién nacida,
tomando los que profesaran esta devoción la denominación también más humilde de
Esclavos.
En la memoria que presentó al Congreso Mariano Internacional de Tréveris está
extensamente expuesto su pensamiento en cuanto al espíritu que ha de informar la
Esclavitud, que no es otro que el de Beato Grignion de Montfort según la expone este en
su obra Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, del que el Padre
Federico publicó en esta Revista un extenso comentario.
Esto por lo que toca principalmente a los individuos que han de integrar dicha
Congregación.
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Y en lo que toca a los efectos que ha de producir ad extra, esto es, en lo que de la
Esclavitud ha de irradiar para bien de las almas y modo de realizar este bien, se consigna
en varios escritos suyos de distintas épocas y, más principal y taxativamente, en las
mentadas Constituciones. Lo mismo en las de las Esclavas que en la de los Esclavos, él
dice: «Que el hombre vaya Por María a Jesús – P.M.A.J. –, he aquí el camino de los
Esclavos para salvar al mundo». Y tanto ellas como ellos han de trabajar por establecer
el reinado de María Niña en el mundo y, mediante éste, el reinado de Jesús Sacramentado
en las almas.
En la de los esclavos, se consigna y regula el modo como han de trabajar a las
órdenes de los Señores Obispos y como auxiliares de los Párrocos en misiones, ejercicios
espirituales, confesiones y demás obras de celo, tanto para seglares como para
seminaristas y religiosas, destacándose de modo especial la enseñanza y propaganda
religiosa por medio de la prensa, en cuyo capítulo se contienen normas y consejos
prácticos de gran interés y elevación de miras.
Tanto en las Constituciones de los Esclavos como en las de las Esclavas, se habla,
como de cosa principal, de los Asilos y Colegios para niños y niñas, y como su celo
abarcaba todas las edades. También se incluyen los obradores y colonias obreras.
Pero no se limitaba su ardiente celo a los países católicos. Sentía una predilección
por la conversión de mahometanos y judíos. Y esto lo dejó consignado en ambas
Constituciones disponiendo, por una parte, que los Esclavos y Esclavas habían de estar
dispuestos a usar el traje más conveniente, según las regiones, para facilitar, en caso
necesario, la penetración en el África, y por otra, caso de que las casas de Esclavos se
extiendan por distintas naciones, mandando que los postulantes de Italia, Francia y
España «se dedicarán muy principalmente al estudio del Árabe y del Hebreo, sin dejar ya
este estudio hasta que hablen estos idiomas, a lo menos, los que quieran dedicarse de un
modo especial a las Misiones de África».
Y fue anhelo suyo de toda su vida sacerdotal el que la Esclavitud trabajara en esta
obra de conversión, como se puede ver en muchos escritos de carácter privado y, sobre
todo, en la abundante serie de los artículos Páginas israelíticas y otros.
Hicimos al principio mención del rasgo de su niñez, y le interpretamos como un
símbolo o profecía del edificio moral que después levantó con la institución de la
Esclavitud de la Divina Infantita; pero, aún en lo material, realizó también aquel deseo de
edificios grandes y dejó un germen que alguna vez querrá Dios que la Esclavitud lleve a
cabo, cuando Dios sea servido, en plazo más o menos remoto, de que los hijos en religión
del Padre Federico cumplan en toda su amplitud el testamento de su Padre Fundador, que
no otra cosa son para ellos las aspiraciones o el pensamiento que él no pudo ejecutar.
Su espíritu emprendedor y eminentemente organizador disfrutaba con la
construcción de edificios para el culto o para albergar comunidades.
En México, dirigió las obras del suntuoso templo de la Divina Infantita, como
también estuvo al frente más tarde de las de la hermosa capilla de Melilla, que
simultaneaba con las de la bonita casa y capilla de Nador, cuyo plano – de Nador–, trazó
él mismo.
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En otros tiempos también construyó en el Cabezo (Los Gásquez, Vélez Rubio),
una casa y capilla que pudieran albergar una comunidad de Esclavos y donde, él mismo,
dio y costeó unos ejercicios espirituales a dos tandas de sacerdotes, en una de las cuales
figuró el Excelentísimo Sr. Obispo de Almería, Don Vicente, después Eminentísimo
Cardenal Casanova.
Soñaba con los sitios apartados, y por eso eran su encanto los Santuarios del
Saliente (Vélez Rubio), y de Tices (Ohanes), en los cuales hizo él solo ejercicios
espirituales.
Para las comunidades de esclavos, prohibía en sus Constituciones que tuvieran
iglesia propia, lo que quedaba reservado a las Esclavas, dejándolo así consignado
terminantemente para «evitar que haya emulaciones entre los Esclavos que atendieran
una iglesia propia y los sacerdotes seculares o regulares que trabajen en las suyas». Las
únicas iglesias que habían de atender directamente los Esclavos serán las Basílicas de la
Divina Infantita, y esto, porque generalmente estarán construidas en la Casa del
Noviciado Central, lo que se entiende que había de ser solo una en cada nación en que
hubiera esclavos.
Como testimonio de que la caridad de los Esclavos para con Dios es
verdaderamente pura, aconseja la magnificencia en el culto divino y, como fruto, la
construcción de dicha Basílica «cuya magnificencia sea incomparable», y lo mismo se
consignan para las Esclavas, las cuales han de «ayudar con todas sus fuerzas a la
construcción de dicha Basílica», la cual había de edificarse en el mismo sitio que el
Noviciado Mayor, apartado siempre de las grandes ciudades y en donde los hombres más
piadosos puedan satisfacer sus deseos de soledad y reposo.
Él tenía en su mente el plano general de estos soberbios edificios y solo dejó un
ligero diseño del plano, que había de desarrollarse en un perímetro cuadrado cuyo lado
tenía 715 metros, y dentro de este recinto estarían encerrados la Basílica, en forma de
rotonda de ciento sesenta metros de radio, y los edificios destinados a Noviciado mayor,
Casa de Estudios con imprenta, grandes bibliotecas, hospedería, etc.
Que todo esto era soñar, no faltará quien lo afirme; pero cabe preguntar, ¿no es
soñar el pretender la magna obra de extender el reinado de Jesús en el mundo?, y sin
embargo, ¿debemos dejar de trabajar por realizar este sueño?
Los que conocen el modo como siempre ha trabajado el M. R. P. Federico
Salvador saben muy bien que si los 23 años que ha vivido en España por permisión divina,
los hubiera vivido en América, su sueño se hubiera trocado en realidad.
Y si Dios, Nuestro Señor, no ha permitido que sus sueños de construcción o
edificación moral y material se hayan realizado aún en toda su amplitud, pero el gran
mérito de haberlo soñado, planeado, deseado e intentado, seguramente habrá recibido su
merecido premio.
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Principales Efemérides de su vida
9 Marzo 1867. – Nació en Almería, siendo bautizado el día doce en la parroquia de San
Sebastián.
18 Septiembre 1880. – Se examinó de ingreso en el Instituto, haciendo los estudios de
bachillerato en cinco cursos consecutivos, obteniendo en todos ellos la nota de
sobresaliente y premios ordinarios y extraordinarios.
6 Junio 1885. – Verificó los Ejercicios de Reválida.
Octubre 1885. – Ingresó en el Seminario de San Indalecio, donde cursó el año de
ampliación y seis de Sagrada Teología con nota de Meritissimus en todas las
asignaturas y desempeñando al mismo tiempo las cátedras de Matemáticas en el
mismo Seminario.
20 Diciembre 1890. – Recibió la sagrada orden del Presbiterado en la iglesia de Santo
Domingo.
28 Diciembre 1890. – Cantó su primera Misa en la iglesia de San Sebastián.
20 Septiembre 1891. – Fue nombrado Capellán del Convento de la Inmaculada (vulgo las
Puras) de Almería.
4 Septiembre 1894. – Obtuvo en la Universidad Pontificia de Granada el grado de
licenciado en la facultad de Sagrada Teología con la nota de nemine discrepante.
28 Abril 1895. – (Dominica del Buen Pastor). Predicó un notable sermón en la iglesia del
Convento de las Puras, en el que se conmovió profundamente y conmovió a todos
los oyentes. Esto determina en él el principio de una época de fervor extraordinario
y penitencias grandes, recibiendo por aquel entonces el impulso divino y
concibiendo las ideas principales que fueron el móvil de todas sus empresas
posteriores y el ideal de su vida apostólica.
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23 Mayo 1895. – (Fiesta de la Ascensión del Señor). Diciendo Misa de la hora en la
misma iglesia con gran recogimiento, después de la elevación quedó sumido en
profundo ensimismamiento del que lo sacaron las palabras del salmo de Nona que
cantaban las monjas: Misericordiae tuae multae Domine, pero más impresión
hicieron en él las del versículo siguiente: Multi qui persequuntur me et tribulant
me; a testimoniis tuis non declinavi, que fueron como una revelación o si se quiere
presentimiento de la duras pruebas por las que Dios permitió que pasarán él y su
obra.
12 Abril 1896. – Con esta fecha le contestó favorablemente D. Manuel Domingo y Sol a
la carta en que solicitaba pertenecer a los Operarios Diocesanos.
4 Agosto 1896. – Predicó el panegírico de Santo Domingo en su Iglesia anunciando que
una comunidad de estos padres sería la que muy en breve honraría a Dios en aquel
templo. Este mismo día salió para Valencia en donde hizo ejercicios espirituales
y, desde ahí, unos días a Tortosa desde donde marchó a Toledo unos dos meses
para luego ser enviado a Roma en donde permaneció dos años en el Colegio
Español.
8 Octubre 1896. – Llegó a Roma.
25 Diciembre 1898. – Llegó a México como Operario Diocesano.
9 Julio 1899. – Tomó posesión de la Iglesia de San Felipe de Jesús.
15 Enero 1900. – Se colocó con gran solemnidad la primera piedra del Templo de la
Divina Infantita en México que bendijo el Sr. Arzobispo. El Templo se empezó a
construir bajo la dirección del ingeniero D. Luis Anzorena y a los tres años de
estarse edificando siguió dirigiendo la obra el M. R. P. Federico Salvador.
Febrero 1900. – Se inauguró formalmente el culto en el Templo Expiatorio Nacional de
San Felipe de Jesús con la novena de este Santo que predicó el M. R. P. Federico.
2 Mayo 1900. – Visitó por primera vez la imagen milagrosa de la Divina Infantita en su
pobre primitiva morada en la que le daba culto la Srta. Rosario Arrevillaga. (Calle
Verde nº 7)
31 Agosto a 8 Septiembre 1901. – Se hizo la novena y función en honor de la Divina
Infantita en el Templo de San Felipe de Jesús.
23 Agosto 1902. – Salió de México para España con objeto de visitar a D. Manuel
Domingo y Sol y ultimar el dejar de ser Operario para dedicarse de lleno a la labor
apostólica tal como él la concibió desde un principio, y al fomento del culto de la
Divina Infantita y cuidado de la Congregación que ya había empezado en 23 de
Febrero de 1901 con la aprobación y beneplácito del Sr. Arzobispo y aquiescencia
de todos.
17 Septiembre 1902. –Tuvo lugar la entrevista con Don Manuel Domingo .
22 a 27 de Septiembre 1902. – Pasó estos días en el santuario del Saliente (Vélez Rubio)
donde escribió la primera Regla o Constituciones de los Esclavos.
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20 Diciembre 1904. – Estando en Cantoria comenzó a escribir las Constituciones
primitivas de las Esclavas de la Divina Infantita.
22 Julio 1905. – Se publicó en la Revista El Buen Consejo el primer artículo destinado a
dar a conocer en España la advocación de la Divina Infantita.
8 Septiembre 1905. – Se celebró en España la primera función solemne en honor de la
Divina Infantita. Tuvo lugar dicha función en el Convento de San Bernardo de
Granada.
31 Enero 1906. – Compareció ante el Sr. Arzobispo de Granada D. José Meseguer para
dar explicaciones y contestar a las acusaciones y cargos que desde México se le
hacían. Estas mismas contestaciones ampliadas y documentadas constan en una
Defensa que escribió en Roma en Enero de 1910.
Mayo 1908. – Se instalaron en Granada las primeras Esclavas de la Divina Infantita que
vinieron a España.
16 a 24 Julio 1908. – Predicó en la Catedral de Granada la tradicional y solemne novena
de la Virgen del Carmen.
9 Septiembre 1908. – El Excmo. Sr. Obispo de Almería, Don Vicente Casanova, bendijo
solemnemente la primera piedra del edificio que en el Cabezo (Los Gásquez),
construyó el Muy R. P. Federico para casa de formación de Esclavos.
30 Agosto. – En dicho Convento empezó una tanda de ejercicios espirituales que dio el
P. Federico a veintiún sacerdotes de la diócesis de Almería, presidida por el Exmo.
Sr. Obispo.
Enero 1910. – Escribió en Roma una Defensa que consta de dos partes. La primera es una
refutación jocoseria del escrito que, en México, publicó el presbítero inglés
Kenelm Vaughan que se titulaba: Razones para oponerse a la Devoción de la
Divina Infantita. La segunda es una refutación de las acusaciones que en contra
de él, se presentaron a la Sagrada Congregación. Esta Defensa ni se presentó a la
Congregación ni ha dejado de ser inédita.
Febrero 1910. – Estando en Roma predicó la Cuaresma en la iglesia del Gesú.
21 Marzo 1910. – Decreto de la Congregación de Religiosos mandando disolver la
Asociación de la Divina Infantita. No obstante no hubo ninguna defección entre
las Esclavas. Acataron humildemente y resignadas todo lo que se les mandaba,
pero continuaron haciendo todo el bien que podían en sus Asilos y honrando a la
Divina Infantita puesto que el culto a esta milagrosa imagen fue aprobado e
indulgenciado por el Pontífice Gregorio XVI no fue nunca reprobado.
10 Julio 1910. – Se encargó del diario Católico La Independencia de Almería.
12 Julio 1912. – Escribió la Memoria que presentó al Congreso Mariano Internacional de
Tréveris y que se publicó traducida al francés en la Crónica o Compte Rendu ...
de la sección francesa.
3 a 6 Agosto 1912. – Asistió a dicho Congreso ostentando la representación de la diócesis
de Almería.
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Octubre 1914. – Inauguración del Colegio de Segunda Enseñanza en Instinción
incorporado al Instituto de Almería y dirigido por Don Francisco Salvador.
31 Enero 1917. – Empezó a publicarse la Revista Mariana ESCLAVA Y REINA, órgano
de la Esclavitud de la Divina Infantita.
7 Febrero 1918. – Fue nombrado canónigo de la Catedral de Guadix en virtud de
oposición.
22 Junio 1921. – Fue aprobada por el Pontífice Benedicto XV la Pía Asociación de las
Esclavas de la Divina Infantita non obstante decreto diei 21 Martii 1910 et attentis
noviter expoxitis ab Arch ep. Mexicano.
1 Marzo 1926. – Renunció a la Canonjía de Guadix y quedó incardinado en la diócesis
de Granada.
31 Octubre 1926. – Inauguró en El Ejido (Campo de Dalías), una época de apostolado
misional y catequístico que, después, se ha continuado por otros sacerdotes y por
las Esclavas de la Divina Infantita.
7 Julio 1930. – La Pía Asociación de la Divina Infantita fue elevada a Congregación
Religiosa de derecho Diocesano.
31 Marzo 1931. – Falleció el M. R. P. Federico en San Diego (Baja California) en opinión
de santidad.
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
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Rasgos o pinceladas
CONSTANCIAS EN SUS PLANES. – Desde que concibió las primeras ideas de apostolado
según se describe en el artículo en que se le considera como fundador, no se apartó
ni un ápice de sus primitivos propósitos, variando solo los medios, con arreglo a
las circunstancias, o a las dificultades que se ofrecían, pero siempre mirando a la
consecución de los mismos fines esenciales.
AMOR FILIAL. – Este afecto profundísimo le impulsó a hacer actos de verdadero heroísmo,
tanto en ocasión de salvar la vida de su madre, cuando ésta fue atacada de la
epidemia del cólera, como para facilitar a su padre una situación honesta cuando
quedó viudo por primera vez. Siempre trató a su padre con la mayor distinción y
cariño haciendo que todos le guardaran las consideraciones y el afecto que se
merecía por sus virtudes. Modelo de homenaje el que tanto el M. R. P. Federico
como su hermano D. Francisco tributaron a su padre en la revista Esclava y Reina
cuando murió en 19173
.
Modelo asimismo de gratitud filial y de sincera humildad, el recordatorio de dicho
fallecimiento en el que se dice de D. Federico Salvador Alex: «Hijo amantísimo
Esposo fidelísimo y Padre cariñosísimo de dos hijos que crio, instruyó y educó,
trabajando como un humilde menestral y a costa de grandes esfuerzos,
poniéndolos en seguro camino de sabiduría y santidad. Sea para él la gloria, si
éstos satisfacen los deseos de su padre de morir como santos».
A este hombre, de espíritu y complexión reciamente viril, lo vio conmoverse y
derramar algunas lágrimas cierto aspirante a periodista que le leía un artículo en
que describía una tierna escena ocurrida entre un misacantano y sus padres el día
de su primera Misa. Sin duda en aquel momento evocaba en su memoria y en su
corazón otras escenas parecidas acaecidas a él un día semejante.
HUÍA LA PUBLICIDAD. – Era siempre refractario a que figurara su nombre en los periódicos
ni anunciaran ningún acto suyo, y en cuanto estaba en su mano lo evitaba.
3
N.E. Se incluye en el anexo.
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Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
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VIAJES. – Cierto que viajó mucho, pero siempre por necesidad y por altos fines
encaminados a la gloria de Dios. Lo que dejamos consignado en el párrafo anterior
hacía que los que no conocían el verdadero móvil de sus actos sólo sabían censurar
su actividad. En una carta de 1913 decía, «...aunque aparentemente diga que voy
a pasear y yo mismo así lo haga creer, procuro siempre que no sea ese el fin aunque
por de fuera lo parezca». En cierta ocasión se le pidió permiso para hacer una
excursión en aeroplano y contestó: «Por mi parte puede usted ir de piloto o de
mecánico o de pasajero, ahora bien, yo no he hecho viajes por puro gusto y
¡cuidado que ha viajado el tío!»
Mas, como nunca la prensa se ocupaba de él ni de las frecuentes misiones o
numerosísimos sermones que predicaba, de ahí que para muchos solo aparecía lo
mucho que viajaba.
CARÁCTER. – Físicamente vigoroso y naturalmente enérgico, pero no violento, tenía un
espíritu tan equilibrado y tal dominio de sí mismo, de tal manera dirigía su
voluntad, que en casos necesarios llegaba hasta donde quería o debía, sin arrebatos,
haciéndose respetar hasta de los menos educados e imponiéndose a los más
temibles con lo que en muchas ocasiones evitó que aquellos continuaran campañas
injustificadas o actitudes no correctas. De este modo dio muchas lecciones
provechosas y dominó situaciones bien difíciles, sin la menor ofensa para Dios y
con gran provecho de unos y de otros.
Conjuntamente era tan humilde que escuchó, a veces, impertérrito ofensas fáciles
de repeler, a las que contestó con el silencio; y otras dejó de defenderse de cosas
más graves, pudiendo haber pulverizado calumnias y calumniadores.
ACTIVIDAD. – Era verdaderamente pasmosa, increíble, su constante actividad. Sus
energías parecían del todo inagotables y puede decirse que las tenía continuamente
en ejercicio. Solía madrugar muchísimo y cuando llegaba la hora de la Santa Misa
ya había hecho bastante rato de oración y había escrito una porción de cartas, o
bien cuartillas para la revista Esclava y Reina. El tiempo que no estaba en la Iglesia
ejerciendo el ministerio u orando, pasaba muchas horas libres escribiendo. Solo
así se explica que haya dejado tantas cartas y tantos escritos impregnados todos
ellos y saturados del espíritu y celo del verdadero apóstol. Parecía imposible, aun
viéndole tan robusto, que pudiera resistir un trabajo tan prolongado. Aun estando
enfermo y en ocasiones padeciendo horriblemente en la cama se le veía
incorporado con una gran carpeta delante escribiendo siempre, y cuando más se
le agudizaban los dolores hacía alarde de su gracejo, o cantaba o recitaba alguna
poesía en son de broma.
PUREZA DE LENGUAJE. – Además de la que respiran todos sus escritos, no toleraba ni podía
sufrir sin correctivo que las personas que lo rodeaban pronunciaran en su presencia
palabras o frases exóticas, o neologismos que tanto desvirtúan el lenguaje
castellano.
SANTO ROSARIO. – Esta devoción, tan característica de la Esclavitud de la Divina Infantita,
era en él tan habitual que lo mismo en viaje que en las horas de descanso o en que
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
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no podía hacer otra cosa, siempre llevaba el Rosario en la mano. Hasta en visita
se le veía a veces, cuando él no tenía que alternan en la conversación, con el
Rosario entre sus manos rezándolo con disimulo.
VIDA EREMÍTICA. – Aunque sólo en contadas ocasiones y por cortas temporadas pudo
hacerlo, era su más viva ilusión y su anhelo constante vivir en la soledad del yermo
y así se encantaba en los santuarios de Tices (Ohanes), y el Saliente (Vélez Rubio),
y construyó la casa o eremitorio del Cabezo en los cuales practicó en distintas
ocasiones ejercicios espirituales lo mismo que en San Miguel el Alto de Granada.
SUS LIBROS PREFERIDOS. – Aparte de la Biblioteca de la Esclavitud, tenía siempre sobre
su mesa de trabajo los siguientes libros: Biblia sacra – Concordantiarum SS.
Scripturae Manuale – Codex Juris Canonici – Divi Thomae Aquinatis Summa
Theológica – Obras espirituales de San Juan de la Cruz – Tratado de la Verdadera
Devoción a la Santísima Virgen, por el B. Grignion de Montfort – Catecismo de
los padres Ripalda y Astete, con láminas y explicaciones por Don Torcuato Torío
– Salamó y Gelabert, Regula Cleri – Labiche-de-Reignefort, Divini Amoris
fasciculus – S. Augustini, Doctrina Ascetica – S. Thomae Aquin. De Venerabilii
Sacramento Altaris. – Hettinger. Demostración Cristiana – Menéndez Pelayo.
Las cien mejores poesías (líricas) de la lengua castellana – Elguero, La
Inmaculada – Diurnale Novissimorum – Todas las obras de su hermano Don
Francisco... etc.
SUS ESCRITOS. – Libros impresos hay de él los siguientes por orden cronológico: Los
Carvajales. Pequeño poema épico histórico y composiciones varias. Almería 1887
– Ensayos literarios (prosa y verso)4
, Almería 1889 – Poesías5
, Almería 1894 –
Novena en honor de la Divina Infantita6
(en prosa) – Del Culto de la Inmaculada
- Parte primera, Granada 1907 – Meditaciones - El Discípulo amado y el Amor7
,
Almería 1912 – Sermón de Misa nueva8
, Guadix, 1920 – Sermón de Santa Cecilia,
Guadix, 1921 – Oraciones para antes y después de comulgar, 1924 – Boda
Gloriosa, novela corta. Guadix, 1924.
ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS fueron muchos los que escribió en La Independencia y
también algunos en Patria Chica y su continuación Guadix y Baza.
En la revista Esclava y Reina, órgano de la Esclavitud de la Divina Infantita,
llenaba varias secciones con distintos seudónimos9
. Sobresale entre estos trabajos
unos Comentarios completos a la Verdadera Devoción del Beato Montfort, que
algún día se publicarán aparte, en los que expone ampliamente su doctrina de
Esclavitud Mariana. También publicó aquí la segunda parte de El Culto de la
Inmaculada. De las series de artículos publicados en dicha revista se pueden hacer
por lo menos dos libritos titulados: Páginas Israelíticas y Apuntes Sociales - La
4
N.E. Incluido en la Biblioteca Digital Federico Salvador.
5
N.E. Incluido en la Biblioteca Digital Federico Salvador
6
N.E. Incluido en la Biblioteca Digital Federico Salvador
7
N.E. Incluido en la Biblioteca Digital Federico Salvador
8
N.E. Incluido en la Biblioteca Digital Federico Salvador
9
N.E. Todos ellos digitalizados e incluidos en la Biblioteca Digital Federico Salvador
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
75
Religión y el mundo actual y otros folletos titulados: Pan del Alma. La Ven.
Agreda y el Beato Grignión de Montfort y otros más cortos. También se puede
hacer un buen tomito de Poesías, unas publicadas ya y otras inéditas.
TRABAJOS INÉDITOS hay principalmente un drama titulado: El Mundo y la Honra y la
abundante colección de Cartas espirituales.
SERMONES son bastante pocos los que se conservan completos en relación con el inmenso
e incontable número de sus trabajos oratorios o misionales.
En proyecto tenía escribir el segundo tomo de Pláticas Doctrinales y terminar la
obra de su hermano D. Francisco. También quiso escribir un drama tomando como
asunto la caída de David y su arrepentimiento.
SUS PROYECTOS Y DESEOS ACERCA DE LA PRENSA. – A esta llamaba «... el segundo
elemento de salvación que han de poseer los Esclavos. Los asilos son la base de
los colegios, de los obradores y de las colonias obreras y los periódicos e imprentas,
son complemento de las colonias obreras y arma para luchar en contra de la mala
prensa que es el peor enemigo que hoy tiene la sociedad».
«Un periódico católico popular es el principal medio de propaganda de la Prensa
católica. Hay por lo tanto que procurarlo a toda costa. En esta importante
propaganda periodística, no se limitarán los Esclavos ni a solas sus fuerzas
intelectuales ni a solo el personal de la Esclavitud. Más frutos conseguirán los
Esclavos allegando recursos para pagar las mejores agencias de noticias y los
mejores colaboradores aunque sean conquistados al campo enemigo, que
trabajando por sí mismos».
SU AMOR EXTRAORDINARIO A LA INMACULADA. – «Si mil veces volviera mi madre a la
vida y mil veces tuviera yo que elegir entre la vida de mi madre y una sola mirada
de la Inmaculada, toleraría con todas las veras de mi alma la muerte de mi madre,
mientras que la que me ama mil veces más que mi madre me mirara con amor.
¡Cuántas veces me alegro y me gozo de haberlo dicho10
y mejor de haberlo sentido
y de sentirlo ahora mismo así!»
TODO PARA LA INMACULADA NIÑA. – « [...] lo que no es la Inmaculada Niña y sus cosas
todo me es insípido y desabrido. Para Ella mi inteligencia, para Ella mi corazón y
todas mis fuerzas, mi vida toda por Ella y si un sólo instante he de dejar de ser el
más fiel de todos sus esclavos, mil veces muera».
10
Es un sermón que predicó en Alcóntar el 13 de Junio de 1896.- Carta del día 14 del mismo.
In Memoriam - Otros documentos
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
79
Portada del número 2 de la revista Esclava y Reina que incluye el recuerdo a su padre de los
hermanos Salvador Ramón.
In Memoriam - Otros documentos
Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado
80
Recuerdo filial
Obligados están los hijos por toda ley, natural y divina, a honrar a sus padres. Y
si es honor para el padre de dos sacerdotes, tener un epitafio en las páginas de esta Revista,
no debemos ser sus hijos los que se lo neguemos ni los que le hagamos en ello el menor
regateo; por eso, en esta primera página queremos dar testimonio de nuestra veneración
y cariño filial al que fue nuestro padre,
FEDERICO SALVADOR ALEX
Débele también gratitud Escava y Reina y es justo que le corresponda. La
generosidad de este hombre decidió, en cuanto sus hijos sacerdotes quisieron tratar las
condiciones económicas en que harían la Revista, que se repartiese gratis.
Si hemos indicado que aceptaremos cualquiera limosna que se nos haga, fruto ha
sido de nuestra pequeñez, que de él sólo nacieron estas palabras: «Dadla gratis”. Y conste
que sabía perfectamente el sacrificio que nos imponía con sus palabras.
Pero es que nuestro padre fue un hombre, por la grandeza de su corazón,
verdaderamente fuera de lo ordinario.
Basta decir que nadie le habrá visto jamás pensar siquiera si tenía que hacer
sacrificios de trabajos, de propios sufrimientos, de ulteriores perjuicios, para ayudar a
quienquiera que necesitase su auxilio.
No hay para qué decir que el dinero lo tenía tan en nada, que hubiera sido el mayor
de los pródigos si tuviese cualquier vicio, pero jamás se los conocieron los hombres sus
contemporáneos. Por eso sus hijos tenemos por muy justas, aunque nos merecen toda
gratitud, las palabras que nos ha escrito un respetable amigo nuestro cuyo nombre no
inscribimos hoy en esta Revista porque queremos decir que es un corazón capaz de toda
grandeza, y, si lo nombráramos, lo molestaríamos. Este honorable señor nos dice: «Era
su muy excelente padre una de las personas más sanas y respetables que conocí en mi
vida».
Otro amigo queridísimo nos da la medida del corazón de nuestro padre cuando
nos escribe: «Dios ha sido con él generosísimo hasta lo último». ¿Irá Dios a la zaga del
hombre generoso? Nuestro padre no tuvo límite en su generosidad. Dios fue con él
misericordiosísimo y larguísimo hasta el fin.
In Memoriam. Federico Salvador Ramón
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In Memoriam. Federico Salvador Ramón

  • 1.
  • 2. Derechos de autor registrados 2017 Congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña In memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía y M. Dolores Mira Gómez de Mercado Angarmegia: Ciencia, Cultura y Educación. Portal de Investigación y Docencia Edición preparada con ocasión del proceso de beatificación del Padre Fundador de las Esclavas de La Inmaculada Niña. http://angarmegia.com – angarmegia@angarmegia.com
  • 3. Compendio y edición de Antonio García Megía María Dolores Mira y Gómez de Mercado Almería, 2017
  • 4.
  • 5. A MODO DE PRESENTACIÓN.............................................................................................................7 DIARIO LA INDEPENDENCIA-I..........................................................................................................9 DIARIO LA CRÓNICA MERIDIONAL ...............................................................................................15 DIARIO EL SIGLO FUTURO...............................................................................................................21 DIARIO LA INDEPENDENCIA-II.......................................................................................................27 DIARIO LA INDEPENDENCIA-III .....................................................................................................31 REVISTA ESCLAVA Y REINA ............................................................................................................35 EXPLICACIÓN ..........................................................................................................................................40 EL PADRE FEDERICO, APÓSTOL.................................................................................................................42 EL PADRE FEDERICO, ORADOR SAGRADO..................................................................................................43 EL PADRE FEDERICO, PERIODISTA ............................................................................................................46 EL PADRE FEDERICO, POETA ....................................................................................................................48 EL PADRE FEDERICO, ESCRITOR ASCÉTICO................................................................................................56 EL DIRECTOR DE ESPÍRITU........................................................................................................................61 PADRE Y MAESTRO...................................................................................................................................63 EL FUNDADOR .........................................................................................................................................64 PRINCIPALES EFEMÉRIDES DE SU VIDA......................................................................................................68 RASGOS O PINCELADAS ............................................................................................................................72 OTROS DOCUMENTOS......................................................................................................................77 RECUERDO FILIAL....................................................................................................................................80 EPITAFIO .................................................................................................................................................84
  • 6.
  • 7. Con este trabajo de recopilación se han querido mostrar, reunidas en un solo documento, las manifestaciones de aquellos que conocieron al padre Federico Salvador o mantuvieron, por un motivo u otro, una relación cercana a él, y no dudaron en hacer públicas sus opiniones y condolencias después de conocida la triste noticia de su fallecimiento en las remotas tierras, para ellos, americanas. Se muestran aquí, también de manera gráfica, esas emocionadas palabras con expresión de los medios o foros a través de los cuales fueron difundidas. Amigos, compañeros, periodistas, religiosos, políticos…, construyen un retrato polifacético del hombre, del misionero incansable, que, dada la cercanía al hecho, mana directamente de sus corazones y cuenta, por ello, con la espontaneidad de la que pueden carecer biografías posteriores influidas, tal vez, por la distancia en el tiempo y el hecho reflexivo resultante del análisis de los frutos de su obra. Se han incluido también en el apartado «Otros documentos» un texto, un poema, que Federico Salvador dedicó a la memoria de su madre, y otro, que firma junto a su hermano Francisco, porque ambos desean dejar «testimonio de nuestra veneración y cariño filial al que fue nuestro padre». Antonio García Megía María Dolores Mira y Gómez de Mercado
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  • 11. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 11 Portada del Diario La Independencia, de Almería, del 17 de marzo de 1931 Incluye la noticia del fallecimiento del padre Federico Salvador Ramón
  • 12. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 12 Texto Necrología D. Federico Salvador Ramón En San Diego de California, falleció el día 13 en la paz del Señor, a los 64 años de edad, y tan santamente como había vivido, el sacerdote almeriense y queridísimo amigo nuestro, R.P. Federico Salvador Ramón. E.D.I. Hace unos meses, marchó a Méjico para visitar en aquella Capital la casa Central y Cuna de las Religiosas de la Divina Infantita, Instituto Religioso por él fundado, y desde Méjico se trasladó a la ciudad donde ha muerto, para hacer la fundación de otra casa del referido Instituto. Estudió grado bachiller en nuestro Instituto Provincial, y después la carrera de sacerdote en nuestro Seminario, con gran aprovechamiento, desempeñando posteriormente la cátedra de Matemáticas en el mismo y el cargo de capellán en el convento de las Puras. En este retiro conventual, encontró la orientación de su vida, entregada de lleno y ardorosamente al Señor y a la salvación de las almas. Estuvo en Roma de Padre Espiritual del Colegio Español, y de allí marchó a Méjico, donde desplegó todo el celo que ardía en su alma, trabajando incansablemente en el púlpito, en el confesionario y en la dirección de las almas. Regresó a España al cabo de algunos años y laborando por la acción católica y la acción del bien, tomó a su cargo durante varios años nuestro diario. Fue canónigo de oposición en Guadix, donde fundó, y editaba, la revista literaria y religiosa Esclava y Reina; abandonando dicha prebenda para entregarse de lleno a extender y fomentar las casas del Instituto de las Esclavas que siempre fue el norte de su vida. A su muerte deja fundadas en España las casas-colegios de Guadix, Instinción, Cantoria, Granada, Melilla y Nador, con sendos templos de nueva construcción, y Madrid, con un pensionado para estudiantes femeninos y la casa-noviciado de El Ejido (Dalías); y en América las de Méjico y Tacubaya, con magníficos edificios, y la reciente de San Diego (California). Y con el consuelo de tener la primera aprobación de Santa Sede. Era incansable en el trabajo, ardoroso y tenaz en sus empresas apostólicas, abnegado y olvidado de sí mismo hasta el renunciamiento de su tranquilidad, de sus intereses y de su propia
  • 13. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 13 vida; pues hacía años que la enfermedad minaba su existencia, pero no aminoraba su celo y actividad. Que el recuerdo de esa vida tan trabajada, tan llena de méritos, nos sirva a todos de estímulos para el bien, y de consuelo para las religiosas que hoy lloran su orfandad y para sus deudos. Damos nuestro pésame a éstos, en especial a su primo el comerciante y teniente de alcalde don Juan Salvador Zea, a la Madre Rosario, Superiora General de la Esclavas de la Divina Infantita y Comunidad de religiosas.
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  • 17. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 17 Portada del Diario La Crónica Meridional, de Almería, del 18 de marzo de 1931
  • 18. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 18 Página 3. Necrológica de Federico Salvador Ramón
  • 19. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 19 Texto NECROLOGÍA Hemos sabido con gran sentimiento, que nuestro antiguo y particular amigo el presbítero don Federico Salvador Ramón, ha fallecido en San Diego de California en donde se hallaba accidentalmente cumpliendo una de las misiones de su carrera. El señor Salvador Ramón, pasó sus primeros años en esta casa en unión de su padre y hermano don Francisco, ya difuntos, entregándose después al estudio religioso con gran fervor y aprovechamiento, en el Seminario de nuestra capital, en el que se distinguió siempre en los exámenes. Terminada la carrera, se le concedieron puestos eclesiásticos de importancia y por oposición ganó una canonjía en la Catedral de Guadix, cargo al que renunció hace tiempo. De todas veras sentimos el fallecimiento del almeriense don Federico Salvador Ramón, enviando a su familia nuestro pésame más sentido.
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  • 23. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 23 Portada del Diario Católico El Siglo Futuro, de Madrid, del 20 de marzo de 1931
  • 24. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 24 Página 3. Necrológica de Federico Salvador Ramón
  • 25. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 25 Texto D. Federico Salvador y Ramón, sacerdote Ayer, fiesta del adorable Patriarca de la Sagrada Familia, me trajo el correo la triste nueva de la muerte de mi entrañable amigo don Federico Salvador y Ramón, Sacerdote, Fundador de la Esclavitud de la Divina Infantita. Apunto la circunstancia de haber recibido la amarga noticia en la fiesta de San José, porque tengo para mí que quiso endulzar con la punta de su vara la amargura de esta pena que, tan sin aviso, se entraba en el corazón hasta llenarlo. Claro que no ha muerto, no digo ya el alma, naturalmente cristiana y santamente sacerdotal, sino aquel espíritu todo actividad, como el fuego; llama de amor viva, espíritu de apóstol que en su obra se perpetúa, y que, aunque estuvo bien arropada en un cuerpo de robusta complexión, es maravilla que no lo rindiera mucho antes de ahora. Aquello del héroe de la Biblia: «muramos peleando con valor por nuestros hermanos y no afrentemos con el crimen nuestra gloria», pienso que aún no lo había leído en la Biblia cuando ya era norma de sus ansias y molde de su salvación. La primera manifestación se su apostolado fue en la enseñanza, recién ordenado sacerdote en su diócesis y tierra natal, Almería. Cooperaba con él en este apostolado su dignísimo hermano, don Francisco, muerto hace años en la paz del Señor, después de merecer por varios títulos, puesto eminente entre los primeros teólogos marianos. El hermoso edificio por ellos construido en Instinción (Almeria), destinado hasta hace poco a noviciado de la Esclavitud, fue colegio modelo de colegios, por cuyas aulas pasaron generaciones y generaciones de toda aquella amplísima comarca y de otras cercanas y distantes. Agradecido aquel pueblo a los beneficios espirituales y temporales que a manos llenas recibía de tan generoso bienhechor, le aclamó y le nombró hijo adoptivo.
  • 26. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 26 Canónigo por oposición de la catedral de Guadix, renunció a esta prebenda para dedicarse a misionar pueblos y prestar especiales servicios en algunas parroquias de la Archidiócesis de Granada a las órdenes del Cardenal Casanova. Pero su apostolado culmina en la Esclavitud de la Divina Infantita, que fundó en Méjico y propagó por España. El plano de esta obra, trazado cuando apenas había entre nosotros Acción Social en la forma que ahora tiene, es de un ámbito tan anchuroso que coincide casi con el ámbito de la moderna Acción Social. Pero las casas hasta ahora fundadas se desenvuelven contenidas en lo más perentorio de las necesidades de los pueblos en que se fundaron, especialmente en la beneficencia y en la enseñanza. Deja al morir dos fundaciones en Méjico, dos en Guadix, una en Granada, otra en Almería, otra en Madrid, otra en Cantoria, otra en Instinción, otra en Melilla, otra en Nador, cuyas escuelas y asilos son roces de civilización, de amor a la Iglesia y a España en aquellas africanas regiones, y otra en el campo de Dalías, en El Ejido, para amparo espiritual y corporal de una muchedumbre de familias de trabajadores diseminadas por la campiña lejana de las ciudades y de los pueblos. Hace unos meses fue a América. Aunque no entraban en el plan de este viaje fundaciones ni misiones, fundó algunos colegíos como otros tantos semilleros de seminaristas y de religiosos. En su última misión se adelantó hasta la Alta California, donde, en San Diego, entregó a Dios su alma hermosa y generosísima el 13 de este marzo. El laconismo del cable solo nos deja entrever que su muerte ha sido la de los justos, digna de su vida apostólica. Le lloran cristiana y filialmente las comunidades y alumnos de sus fundaciones; le lloran la gratitud de muchos pueblos y familias pobres. Reciban todos, especialmente la Superiora general de la Esclavitud nuestro pésame. Y por si lo ha menester, sírvanse orar nuestros lectores por el alma de este venerable Sacerdote, que aun en el apostolado de la Prensa, en artículos, hojas y folletos, dio muestras gallardas de su piedad y cultura, de su celo y espíritu de sacrificio por la causa de Dios. FABIO
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  • 29. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 29 Portada del Diario La Independencia, de Almería, de 20 de marzo de 1931 Incluye acuerdos tomado por el Ayuntamiento de Instición con ocasión del fallecimiento del padre Federico
  • 30. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 30 Texto DESDE INSTINCIÓN HOMENAJE MERECIDO El Ayuntamiento de Instinción en sesión plenaria celebrada anoche, acordó por unanimidad, lo siguiente: 1. Dar el pésame a los familiares de don Federico Salvador Ramón y a la R. M. Superiora de las Casas de la Divina Infantita. 2. Sufragar los gastos de las honras fúnebres que se celebrarán en esta Iglesia Parroquial con toda solemnidad. 3. Colocar en el salón de actos de la Casa Consistorial el retrato doble de don Federico y don Francisco Salvador. 4. Erigir en la plaza principal un sencillo monumento a su memoria, costeado por el vecindario en suscripción popular que está abierta en el domicilio del Alcalde. EL CORRESPONSAL
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  • 33. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 33 Portada del Diario La Independencia, de Almería, de 25 de marzo de 1931 Inserta esquela anunciando solemnes funerales en El Ejido en sufragio del alma de Federico Salvador Ramón
  • 34. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 34 Detalle de contenido Detalle ampliado de la esquela que inserta en portada del Diario La Independencia, de Almería, el 25 de marzo de 1931
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  • 37. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 37 Número monográfico de la revista Esclava y Reina dedicado a recordar la figura de Federico Salvador Ramón
  • 38. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 38
  • 39. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 39
  • 40. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 40 Explicación Cuando el trece de Marzo de 1931 falleció en San Diego de California Nuestro Venerable Fundador el Muy Reverendo Padre Federico Salvador y Ramón, en opinión de santidad, la circunstancia de estar interrumpida la publicación de nuestra amada Revista y no haber podido continuarla hasta el presente año, nos privó de la satisfacción de cumplir el deber elemental de dar noticia en Esclava y Reina de un acontecimiento tan trascendental para nosotros y de haber dedicado a su memoria el homenaje que con motivo del segundo aniversario le dedicamos en este número, todo él consagrado a dicho objeto. El mejor tributo que podríamos rendir a nuestro inolvidable Padre Fundador sería tejer su biografía escribir su vida, que, a más de contener rasgos y hechos altamente edificantes para todos, había de ser el mejor estímulo para los Esclavos y Esclavas de la Divina Infantita del presente y del futuro. No es tarea tan fácil, ni de poco tiempo, mucho menos tratándose de un personaje tan excepcional y de tan excepcionales y múltiples actividades. Una biografía no es solamente un conjunto de datos o efemérides documentalmente comprobados. Es algo más, es mucho más, como saben los especializados en estas materias. Y en concreto, aunque muy someramente dicho, en el caso del Muy Reverendo Padre Federico hay que examinar y extractar unos cuantos miles de cartas y otros miles de escritos de más o menos extensión e importancia, en los que se recorre su vida día por día, en los que se transparenta su alma gigantemente virtuosa y en los que casi pueden contarse los latidos de su corazón momento por momento sin interrupción en un espacio de tiempo de cuarenta años, esto es, durante toda su vida sacerdotal, tan edificante como fecunda. Difícil de hacer esta biografía, insistimos, porque para escribir la biografía de este gran hombre, es necesario de algún modo, ponerse a su altura; además para que sea un retrato fiel, es menester estudiar las múltiples facetas que presenta como sacerdote santo y celoso, como orador sagrado, como misionero fervoroso, como hombre digno (no queremos decir como caballero, porque parece la palabra algo impropia, aunque el concepto le cuadra perfectamente), como director de almas, como poeta inspirado, como escritor, como periodista, como fundador, como modelo extraordinario de una asombrosa actividad.
  • 41. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 41 Grande en el trabajo, grande en sus empresas, grande en sus aspiraciones, grande en sus virtudes, grande en las persecuciones, grande en lo físico, en lo moral, en lo intelectual. Algo de todo esto verán nuestros lectores expresado por las plumas de varias de las distinguidas personas que lo trataron más de cerca y lo conocieron más a fondo y que con una amabilidad que la Esclavitud de la Divina Infantita agradece profundamente, se han prestado a colaborar en esta obra. Esta especie de florilegio, esta corona que teje la amistad y ofrenda el amor filial ante la tumba del Fundador de la Esclavitud de la Divina Infantita consta de varias secciones, pues además de los artículos a que aludimos anteriormente y que forman la primera sección, se insertan escritos de distintos géneros del Padre Federico que constituyen la segunda sección. En la tercera van las principales efemérides o hechos más notables de su vida. La cuarta está formada por pinceladas o rasgos sueltos que de alguna manera dan a conocer su carácter y personalidad. En la quinta, finalmente, se reproducen los artículos que aparecieron en varios periódicos y revistas, con motivo de su muerte, añadiéndose trozos de cartas de pésame de personas de distinta categoría, pero todas respetabilísimas Estas cartas que para nosotros son de un valor subidísimo, por respeto a la alta dignidad de varios de los autores y por sernos imposible tener en estos momentos la cortesía de avisarles previamente su publicación, aparecerán con solo las iniciales de sus autores, haciendo solo una excepción con la del Reverendo Padre Gobeo que fue su confesor en la última enfermedad. Y al releer estas cartas vienen de nuevo a nuestros ojos las lágrimas de dolor resignado, y en nuestro corazón se avivan una vez más los sentimientos de la más fuerte gratitud hacia todas aquellas personas que en tan tristes circunstancias derramaban en nuestra alma herida, el bálsamo consolador de sus palabras alentadoras. Y terminamos diciendo: Dios se lo pague a todos y la Divina Infantita los proteja y nos proteja y ceda todo para su mayor gloria y acrecentamiento de su Esclavitud. LA REDACCIÓN
  • 42. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 42 El padre Federico, apóstol Lo traté en su primera época de apostolado en mis tiempos de seminarista, durante su cargo de Capellán del Convento de las Puras, hasta su marcha a Roma; y, muchos años después, a su regreso de México, cuando se hizo cargo del periódico católico La Independencia. Siempre admiré en él una capacidad inmensa para el trabajo, y una voluntad indomable que superaba todo obstáculo en sus empresas de apóstol. Porque lo era de verdad: en el púlpito, en el confesionario, en el periódico. Apóstol incansable, perseverante, tenaz, como salido de esa fragua de encendida caridad que forja los sacerdotes santos. El fervor que rebosaba en su corazón encendía su verbo, y tremaba en su acento, comunicándolo a las almas que le escuchaban y cautivando los corazones. En aquellos tiempos de Capellán – de los que aún quedan muchos testigos, sacerdotes y religiosas – pasaba muchas noches en vela, consagradas a la oración, ante el Sagrario; y a ejercicios de rigurosas penitencias que a pesar del velo de humildad profunda con que todo lo ocultaba, no podía recatar a la vigilante y avizoradora mirada de otro penitente que vivía en el compás del Convento, el célebre monje benedictino Fray Miguel Garbero, de tan santa memoria, y a quien lo oí referir. Dedicaba mucho tiempo en aquel entonces al estudio de la Suma, y se empapaba en la lectura de San Juan de la Cruz, que luego rezumaba en sus sermones, siempre ardorosos, vehementes, brotando del fondo de un alma enamorada de Cristo y devotísima de la Inmaculada. En las monjas del Convento aún perdura la memoria de aquellos días, a pesar de tantos años transcurridos; y en los que tuvimos el consuelo de contemplarlos y vivirlos, es imborrable la huella de edificación que imprimieron tan santos ejemplos. RAFAEL ORTEGA Provisor de Almería
  • 43. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 43 El padre Federico, orador sagrado Un alma sacerdotal inflamada por el amor de Dios no puede permanecer muda e inactiva, porque el amor y estima de la gloria de Dios no se dan ni se conciben sin un celo ardiente por la salvación de los hombres. Dos maneras tienen los ministros de Dios de acudir a la salvación de las almas: la acción y la palabra. Cuando ambas coinciden en un hombre, hacen de éste un reflejo del Divino Maestro. Así fue el P. Federico Salvador. Prescindimos de sus otras actividades para presentarlo sólo como predicador. El P. Federico predicó sin descanso desde su ordenación hasta su muerte. Seis carpetas contienen los apuntes o materiales que utilizó para sus sermones, lo cual, siendo mucho, no puede darnos idea, ni siquiera aproximada, del número de sus oraciones sagradas, porque no siempre conservó el apunte y muchas veces no lo hizo por premuras de tiempo o porque no lo necesitó. Cultivó todos los géneros de la oratoria sagrada, y en todos sobresalió lo mismo en la sencilla exposición catequística que en la sabia homilía doctrinal. Tres continentes recogieron la semilla abundante y preciosa de su inflamada predicación misional, Europa, África y América, y en todas ellas dejó fama de santo predicador. Dos clases de auditorio tenían para él preferencia: las almas que siguen camino de perfección y las de los que carecen de ordinario del divino pan del espíritu. Ante las primeras, entre las cuales ocupaban lugar preferente sus hijas, las Esclavas de la Divina Infantita por él fundadas, abría de par en par, en retiros y ejercicios espirituales, las arcas repletas de su inteligencia y de su corazón, y derramaba verdaderos tesoros de sabiduría celestial en pláticas y meditaciones del más puro y elevado misticismo. Ante los segundos, todos los acentos de la divina elocuencia se desbordaban con ímpetu incoercible: Eran San Juan de la Cruz o San Vicente Ferrer, según los auditorios.
  • 44. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 44 Enriquecido el Padre Federico Salvador con el don de la elocuencia natural, fue en sus años juveniles, cuando aún no había sentido el llamamiento de Dios para el Sacerdocio, gran aficionado al teatro, y oyendo a los mejores artistas de la escena dramática, se hizo a su vez maestro consumado en el arte difícil de la declamación, llegando a formar escuela entre los primeros alumnos del Colegio Español de Roma, donde también tenía ya en aquel tiempo otra escuela, – con pocos pero selectos discípulos–, de ciencia divina de perfección. Con estas dotes y preparación, con su ciencia y su cultura, su talento y su memoria, su fantasía meridional y su gusto exquisito, su palabra fluida, noble y castiza y su figura atrayente y simpática, ¿qué triunfos no habría conquistado en el campo de la oratoria llamada de campanillas o de cartel? Sin embargo, nosotros le oímos muchísimas veces, casi siempre en ocasión que llaman de lucimiento, y jamás descubrimos en sus palabras, en sus gestos, en sus ademanes, ni el más leve reflejo de aquellos oropeles que transcienden a profanidad. Era siempre el orador sagrado que hablaba como deben hablar los emisarios o embajadores de Dios; predicó siempre a Jesús crucificado, jamás se predicó a sí mismo. Nunca eligió para sus sermones temas altisonantes ni trató cuestiones de las que llaman modernas o candentes, como no fuera esto último para fustigar el vicio, señalando a las almas el camino que aparta de la eterna condenación y conduce a la salvación eterna. Tampoco se detenía en vanas especulaciones platónicas, ni iba en busca de argumentos al acervo de las humanas disciplinas, sino que del tesoro inagotable de las Sagradas Escrituras sacaba haces de luz con que alumbrar la fe firme o vacilante de sus oyentes, normas seguras para poner en práctica la Ley santa de Dios y advertencias y prevenciones para no dejarse prender en las redes sutiles de Satanás. Siempre ajustó severamente la exposición de la verdad revelada y de la moral cristiana a la interpretación y enseñanza de la Iglesia y de los Santos Padres. Los croquis y esqueletos de sus sermones, bien a las claras, nos hablan de su limpio origen: la Suma Teológica, de Santo Tomás de Aquino, La Catena Aurea, o el opúsculo De Venerabili Sacramento Altaris, del mismo Santo Doctor. Pero lo que más resalta en el Padre Federico como orador sagrado es lo que León XIII pedía a los predicadores: «Pietas in Deum et in Christum caritas». El amor y estima de la gloria de Dios y de la salvación y santificación de las almas, de donde se deriva toda la fuerza y la eficacia de la predicación evangélica, según expresión del mismo Pontífice. Por eso unas veces, las palabras de este hombre apostólico salían impregnadas de dulzuras amorosas de padre que ruega y exhorta, y otras vibraban en el aire como dardos encendidos que van a clavarse en el pecho endurecido del pecador. ¡Lástima que la vida colmada de actividades del Padre Federico no le permitiera escribir sus sermones, y hoy contaríamos con una mina inagotable de predicación evangélica!
  • 45. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 45 Son muy pocos los originales completos que de él se conservan, y tal vez no den para formar un volumen, pero los lectores de esta revista podrán consolarse leyendo alguna que otra vez las palabras de fuego del Fundador de la Esclavitud. DIEGO VENTAJA Sacromonte de Granada.
  • 46. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 46 El padre Federico, periodista Muchos conocen a Don Federico Salvador como fundador de la Esclavitud de la Divina Infantita, como poeta, como orador que dejó oír en ambos mundos su palabra encendida de misionero de Cristo. Pocos quizás habrán oído hablar de este hombre extraordinario, de actividades múltiples y sobresaliente en todas ellas, como periodista. Y, sin embargo, Don Federico, el Padre Federico, era periodista por temperamento y por vocación. Su humildad extraordinaria no bastaba a empañar esta faceta brillantísima de su personalidad simpática y atrayente como la de un Santo. Tuve la suerte de conocerle en este aspecto de su vida fecunda y apostólica, y perdurará mientras viva en mi memoria el recuerdo de aquel hombre de celo inagotable, que, aún a costa de su salud quebrantada, después de las actividades del día, pasaba las noches con quienes entonces trabajábamos en La Independencia, periódico al que consagró durante un largo período toda clase de esfuerzos y de sacrificios. En franca camaradería con muchachos que hacíamos en aquella época nuestras primeras armas en el periodismo, don Federico se nos manifestó como escritor fácil y ameno, como polemista formidable, de fina sátira, que jamás rebasaba los límites de la caridad. Diluidos en la colección de La Independencia están centenares de sus trabajos hechos a vuela pluma, jamás firmados, como dándonos a entender que el periodista católico ha de practicar el anónimo para que sus trabajos sean más meritorios ante Dios. Una editorial católica era otro de los grandes pensamientos de Don Federico. Y llegó a establecerla en Almería, y divulgó muchas lecturas sanas y propagó millares de hojas y folletos, y fundó esta revista ya benemérita... No es posible condensar en unas cuartillas su biografía de periodista, ni es tarea para mis fuerzas desmedradas. Otros se encargarán de hacerlo. ¿Habrán sido estériles los esfuerzos que Don Federico Salvador realizó en pro de la prensa católica en Almería?
  • 47. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 47 ¿Será alguna vez un hecho la Esclavitud de la Divina Infantita, compuesta de periodistas de vocación que consagren su vida a la propaganda de la doctrina católica y a la refutación de errores y herejías? Sólo Dios lo sabe. Pero la semilla está echada y, mediante la intercesión del sembrador y las oraciones de sus hijos, creemos que ha de llegar el día en que fructifique. FRUCTUOSO PÉREZ MÁRQUEZ Director de La Independencia
  • 48. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 48 El padre Federico, poeta El Padre Federico recibió del Señor un alma privilegiada. No es fácil señalar cuál era su nota característica pues, a la vez que la energía que hacía de él un varón fuerte de alma y cuerpo, poseía otras condiciones, al parecer, contrapuestas con aquella; la suavidad y la ternura. Parecía una miniatura de la Providencia divina que gobierna fortiter, in re suaviter in modo. A través de esas virtudes naturales se manifestaba su complicado temperamento lo mismo en los episodios más importantes de su vida que en sus ocupaciones ordinarias y habituales. Cuando la gracia fue el elemento constante de su vida, estas condiciones aparecieron realzadas a una potencia incalculable. Quédese para su biografía completa la exposición íntegra de su carácter. Vamos a presentarlo bajo el aspecto de poeta. Mejor sería decir de artista, pues el Señor le dio el quid divinum que distingue a los artistas de los que no lo son: la facultad de ver, sentir y expresar, la belleza que hay en las cosas y en sus relaciones. Lo mismo en el Seminario de Almería que en el Colegio Español en Roma, era el alma de todo festival religioso o profano propio de estos centros. Era precisa, no sólo su colaboración, sino su dirección en toda empresa que reclamara arte y buen gusto. Dibujaba admirablemente, leía muy bien, declamaba mejor. Todo esto unido a su bondad natural, le hacían altamente simpático y ameno su trato. La primera belleza que sintió fue la de la piedad. Su cristiana madre cultivó el precioso germen que Dios puso en su alma. Así lo dice él: ...Era yo niño, muy niño todavía, al pie de tus altares repetía con infantil cariño, las plegarias de amor del alma mía. Mi madre me guiaba hasta tu santo templo; ella rezaba mucho y a su ejemplo,
  • 49. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 49 dicen que, sin cansarme, yo rezaba. ¡Con qué santo embeleso recuerdo todavía cuando al salir del templo, madre mía, en mi frente estampabas dulce beso. Hubo un tiempo en que corrió el peligro de seguir los derroteros del mundo y ser un hombre profano en lugar de ser, como fue, sacerdote benemérito de Cristo. Ingresó en el Instituto de Almería y, desde el ingreso hasta el último curso del bachillerato, fueron sus estudios una serie de triunfos, de matrículas de honor y de premios ordinarios y extraordinarios, que lo hicieron el número uno de los alumnos del Instituto en su tiempo. ¡Cuán difícil es para un joven, y aún para un hombre, sustraerse a la vanidad, y quizá a la soberbia, que engendran en el alma los mismos y los aplausos, por varios años! Sus profesores se lo disputaban y algunos, en los últimos años y en el orden científico, orientaron su inteligencia por senderos apartados de la verdad. Pero Dios le tenía destinado para fines mayores y lo llamó al Seminario de San Indalecio. De la muerte de su buena madre, acaecida en aquel mismo curso, no pudo consolarse hasta que encontró otro amor maternal superior al del orden material en la que es Madre de todos los cristianos, la Santísima Virgen María, que había de ser su guía y su consuelo, y a quien él había de consagrar toda su energía, toda su voluntad, toda su vida. El cargo de profesor de Matemáticas, que desempeñó desde que entró en el Seminario, y la aureola de literato de que iba rodeado, hubieran sido, aún allí, un peligro para su humildad, pero no lo fueron, porque su gran inteligencia y su piedad vieron, cada día más claramente, que aquellos bienes y aquellos honores eran muy secundarios comparados con la altísima honra a que aspiraba de ser sacerdote de Cristo e hijo lo más digno posible de la Santísima Virgen. De aquel tiempo son varias composiciones poéticas que publicó en tres folletos, y que no hemos de citar por dejar el espacio de que disponemos para copiar algunas de sus poesías piadosas, que encajan perfectamente en su carácter sacerdotal, como decía él de las de su gran amigo y gran poeta, Peralta Valdivia. Elevado a la dignidad sacerdotal, dos ideas y dos sentimientos se fijaron poderosamente en su inteligencia y en su corazón: trabajar todo lo posible por la gloria de Dios y la salvación de las almas, y reparar, en lo posible, el tiempo perdido, en que no tuvo su entendimiento y su voluntad exclusivamente consagrados a tan altos fines. La plétora de vida de sus veinticinco años; su incalculable fondo de energía, su temperamento impetuoso; su celo y fervor extraordinarios, pedían un escenario más amplio. No tardó la Providencia en trasladarlo, primero a Roma, después a México.
  • 50. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 50 Allí le deparó el Señor un alma templada al fuego del amor de Dios y en el especial calor de la devoción a la Santísima Virgen en el primer período de su vida, en la advocación de su infancia. El alma marianísima del Padre Federico se inundó de gozo y vibró con toda la ternura, todo el fervor y toda la poesía de que era capaz, a su contacto con esta dulcísima devoción, llena de encanto y atractivo, de la Virgen Niña. Y desde entonces, auxiliado por el alma enamorada de la Santísima Virgen, la señorita Rosario Arrevillaga que fue la cofundadora de la Esclavitud de la Divina Infantita, acometió la magna empresa de fundar un Instituto Religioso, una Esclavitud de almas devotas de la Santísima Virgen en el poético misterio de su Infancia, viendo en todo esto el dedo de Dios que le designaba como ejecutor de la profecía hecha por el Beato Grignion de Montfort. No hemos de ponderar, aunque es fácil suponer, el largo camino que tenía que recorrer, los graves peligros que tuvo que arrostrar y los grandes sacrificios que tuvo que hacer para llegar a la suspirada aprobación, que Su Santidad Benedicto XV se dignó prestar el 22 de Junio de 1921, a la Pía Asociación de la Esclavitud de la Divina Infantita, fundada en México a principio del siglo. Baste decir como índice, que antes de morir tuvo el consuelo de ver implantada la Esclavitud en México, en España y en Marruecos. La actividad del Padre Federico era inagotable. Sus viajes y trabajos no le impidieron escribir libros y trabajos en prosa y verso en honor de la Santísima Virgen. Sus proyectos eran gigantescos, como hijos de una imaginación rica, caldeada por el amor divino en que ardía su corazón. Al principio parecían irrealizables, como los que trazaba Don Bosco a quien sus amigos creyeron loco. De haberse realizado los planes del Padre Federico, llenos de amor y por tanto de poesía, hubieran abarcado todo el mundo para cristianizar toda la humanidad y llevarla ante el trono de Jesucristo a rendirle homenaje de adoración suprema, como Rey inmortal de los siglos, y ofrecerle sumisión y reverencia por medio del Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen, Reina del Cielo y de la tierra. Sus íntimos lo oían, asombrados, exponer sus vastos planes, más divinos que humanos, y comentaban entre sí si todo aquello serían ilusiones de un poeta, aunque a lo divino, o serían deseos irrealizables. Uno de ellos, ingenio agudo que sabía encerrar en frases breves y gráficas un mundo de ideas, dijo un día: «¡Todavía no he formado juicio concreto acerca de Federico; unas veces me parece San Pablo, otras Don Quijote de la Mancha!» Una de las pruebas a que Dios somete a los santos es que los buenos juzguen sus proyectos desacertados. De todo había en aquella alma grande y generosa. Tenía celo apostólico, como el Apóstol de las gentes, y tenía algo de locura, pero con dos diferencias radicales con relación a la del sublime manchego. Una, que este creó con su desenfrenada imaginación y adornó con virtudes ficticias a la dama de sus pensamientos, mientras el Padre Federico encontró creada por
  • 51. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 51 Dios la soberana realidad de la Santísima Virgen, adornada de todas la virtudes y bellezas con que el Creador quiso enriquecer a la excelsa y singular mujer que había de ser Madre de Dios hecho hombre. Otra diferencia es que la locura del loco más noble que ha fingido el ingenio humano, era efecto de su desequilibrio mental, mientras la locura del Padre Federico era efecto de la exaltación de su alma, elevada por la acción de Dios a la altura de la vida sobrehumana desde donde se ve la vanidad de las cosas del mundo, incapaces de llenar el corazón humano. Era la locura de San Francisco de Asís, de San Juan de Dios, de Santa Teresa, el Beato Don Bosco. La locura de los santos contagiados de la de Jesucristo que hizo las tres grandes locuras que son nuestro bien: la locura de la Encarnación, la locura de la Eucaristía y la locura de la Cruz. Cuando el P. Federico vio, a la luz de la fe, quien era la Santísima Virgen y qué oficio desempeña en el plan divino de la creación y de la redención del hombre, su alma de artista, su temperamento de poeta y su condición de caballero, le hicieron caer de rodillas y elevar su corazón a Dios, agradecerle el haber creado a la Santísima Virgen y haberlo creado a él, y rogarle que le permitiera consagrarse esclavo de la Augusta Señora por toda su vida mortal y por toda la eternidad. Los versos del Padre Federico, lo mismo que la prosa, están impregnados de amor a la Santísima Virgen. He aquí los cuatro primeros versos de una preciosa décima a la Inmaculada: Eres, Niña Inmaculada del Señor obra maestra pues la fuerza de su diestra quedó en tu ser agotada... Llevado de su característica energía, escribió estos vigorosos versos, en desagravio de una ofensa de un impío a la Santísima Virgen: ¡Siento el amor arder aquí en mi pecho! ¡Siento herido tu honor por mano impía! ¡Es preciso vengarte, pues manchado, no ha de quedar tu honor, por vida mía! ¿Quieres acaso, que al malvado impío la lengua arranque con mis manos mismas? ¿Pero qué es lo que digo, Reina excelsa? yo te quiero vengar porque te amo y el verdadero amor se sacrifica, ¡por eso yo te ofrendo en represalias mi lengua ruin, mi sangre con mi vida! Imaginándose a la Santísima Virgen recién nacida, escribe lleno de entusiasmo:
  • 52. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 52 ¡Acaba de nacer! Bendita sea la Reina Inmaculada de los Cielos; la secular promesa del Altísimo hase tornado de promesa en hecho. ¿Y no se para el Sol a contemplarla? ¿y la luz no le teje manto regio? ¿Cómo es eso, Señor, que ante María absorto no se postra el universo? Como no puede amarse a María, sin sentir el amor de Jesucristo, alterna sus cantos y los dirige unos a Ella otros a Él: Quiero amarte, Jesús porque me amas, y tras Ti quiero ir, porque me llamas, e iré Señor, sin desmayar un punto, siempre a tu lado y a tu Cruz muy junto. A impulsos de su gran arrepentimiento por haber sido causa de los dolores de María, exclama: Anúdase el dolor en mi garganta e inúndase mi pecho de amargura al contemplarte Madre dolorida, por siete espadas, sin piedad, herida y esas espadas son ¡ay!, mis pecados; que yo quisiera, Madre, ver borrados! Extasiado ante una imagen de María dice: Para contarte, oh Madre, mis amores, al aura le robara los suspiros, a la aurora sus risas, al arroyo sus lánguidos gemidos, arrullos a la alondra enamorada, al ruiseñor, sus trinos, del poeta imitará las estrofas que en éxtasis divino, cantaron a las damas de sus sueños los bardos peregrinos y la música mágica aprendiera que, en célicos deliquios entona el serafín, en lira de oro ante Dios Uno y Trino.
  • 53. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 53 A imitación de San Pedro, que, toda su vida lloró su gravísimo pecado, el P. Federico jamás se consoló de haber inclinado su corazón por más o menos tiempo, a otros seres distintos de Dios y de la Stma. Virgen. ¡Déjame, oh Dios, que llore mi flaqueza con llanto eterno y lágrimas amargas! ¡Helado el corazón, secos los ojos, lejos de ti, vagué, Madre del alma, al borde del abismo o sobre abrojos, con paso incierto y con mentida calma! Ni se crea por eso que era taciturno y malhumorado; al contrario era gran humorista aunque siempre mirando a la gloria de Dios y al bien del prójimo: Para excitar la caridad en favor de los niños de los Asilos de la Divina Infantita publicó en un periódico de Guadix los siguientes: Toco a veces el violín y otras veces el violón, juego, brinco, lloro y río, y me burlo hasta del sol. Porque has de saber amigo, y muy querido lector, que tú, sin duda eres tú, y que yo también soy yo, y pienso yo que tu eres más feliz que un día de sol, rico, guapo, sabio, atento, y tan ajeno al dolor, que nunca tuviste pena, ni pasaste el sarampión, y por eso caro amigo, te diré para inter nos, que vives muy regalado y harto de satisfacción olvidado de los pobres, y de si comen, o no, sin acordarte que eres de ellos administrador, y que ellos tiemblan de frío y tú sudas de calor y ellos lloran y tú ríes, y ellos ayunan, tú no, y ellos... vamos que te digo, que eso me lo manda Dios, que tú te comas la molla y el hueso lo roiga yo.
  • 54. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 54 Es preciso renunciar a copiar otros muchos versos en que expresa los distintos afectos que sentía en su alma devotísima y enamorada de la Santísima Virgen, y que pueden verse en el tomo que se publicará. Allí se encuentra expuesto con singular maestría, asunto tan difícil como el misterio de la Santísima Trinidad, una oda a Jesucristo Dios y hombre y otra a la Imprenta, con otras muchas composiciones ascéticas y místicas, que no caben en esta reseña. El Padre Federico fundó la revista Esclava y Reina, cuyo título fue un acierto y cuya colección es un tesoro de ciencia, arte y poesía, derrochado en testimonio de amor a la Divina Infantita. Dice Fr. Luis de León: «No conocí a la santa Madre Teresa de Jesús, mientras estuvo en la tierra, más ahora que vive en el cielo la conozco en dos imágenes vivas que nos dejó de sí, que son sus hijos y sus libros...» El Padre Federico también dejó sus hijos, además de sus libros, que continúan cantando las glorias de María. Los Esclavos y Esclavas de la Divina Infantita han heredado el espíritu de su fundador y, con su vida contemplativa y práctica, entonan constantemente, sin necesidad de ritmos ni rima, un himno a la belleza física de la creación, a la belleza moral del alma y a la belleza divina sobrenatural, con el ejercicio de la fe, la esperanza y la caridad, instruyendo, educando, vistiendo y alimentando a los niños desamparados que recogen en sus asilos. El Padre Federico murió como tenía que morir: en la brecha, con la preciosa muerte de los justos, trabajando por la gloria de Dios y el bien de las almas. Su muerte fue la última estrofa del himno de su vida mortal, y la primera del que había de entonar a Dios en la eternidad. Deseando extender todo lo posible, el radio de acción de la Esclavitud, se dirigió desde México a la California para hacer una fundación en Los Ángeles. El Señor se dio por satisfecho con el propósito, y en la mitad del camino, como a Santo Tomás cuando iba al Concilio de Lyon, en la ciudad de San Diego le sorprendió la enfermedad que lo llevó al sepulcro. Tuvo asistencia médica y espiritual, pero no tuvo el consuelo de morir rodeado de sus hijos. Quizá habría pedido y ofrecido al Señor este sacrificio. Pero, aunque hubiera muerto, en medio del desierto, sin auxilio humano, como San Francisco Javier, no le habría faltado, como no le faltó, indudablemente la asistencia de Dios en cuya misericordia confió y por cuya gloria trabajó siempre, la de Jesucristo Sumo Sacerdote, a quien él consagró su sacerdocio, la de la Santísima Virgen, su Dueña y Señora, la de San José, abogado de la buena muerte, cuyo nombre de religión tomó y a cuyo amparo puso, desde el primer día, la Esclavitud de la Divina Infantita. Si no tuvo a la hora de su muerte la compañía de su familia humana, no le faltó la de la Sagrada Familia, que es la familia de todos los cristianos. No fue seguramente
  • 55. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 55 defraudada su confianza en la Santísima Virgen, a quien tenía pedido que lo presentara al Supremo Juez: ¡Entonces, sí, Señora de mi alma, perdona si atrevido, te lo exijo, porque no dará Dios la eterna palma a quién Tú no presentes como hijo! JUAN ALONSO VELA Sacromonte de Granada
  • 56. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 56 El padre Federico, escritor ascético Entre las múltiples facetas de aquel espíritu gigante que supo ser, a un mismo tiempo, apóstol y niño, fuerte y bondadoso, grande y humilde, cándido y prudente, ninguna hay tan atrayente como la que nos le muestra como escritor ascético, llenando una misión tan personal y trascendente que, para enfocarla debidamente, no basta el profundo estudio de sus escritos si no va acompañado de la observación atenta y afectuosa de quien tuvo la dicha de tratarle en la más dulce intimidad, respirando durante varios años los efluvios de fuego y luz, de humildad y de candor, que irradiaban de su hermosa alma y de su gran corazón. EL ASCETA Es imposible comprender al escritor ascético sin ver antes su ascetismo. Almería y Roma, el Convento de las Concepcionistas de Almería, del que fue Capellán, y el Colegio Español de Roma, donde fue varios años Vicerrector y Director espiritual. He aquí las dos grandes directrices del ascetismo del Reverendo Padre Salvador. Fuerte y bravo, como su temperamento, el asceta almeriense nacido entre los truenos y relámpagos de la que él llama su conversión, debida a las insinuantes sugestiones de una fervorosa religiosa a la que humildemente llamó siempre «su madre», dejó las huellas de su fuerza en la sangre de crueles disciplinas que esmaltó lienzos, venerados allí como santas reliquias, y de su apostólico celo en la pléyade de jóvenes, que, enardecidos por su fuego, dieron al Clero secular y regular escogidas vocaciones. Dulce y suave, cual cuadraba al plácido remanso del Colegio Español, el enérgico asceta almeriense, mitigados los volcánicos fuegos y las increíbles asperezas de sus arranques penitentes, irradió luces de aurora y suaves fulgores de tierna devoción sobre aquella selección de alumnos, que, enardecidos por los ejemplos de sus virtudes heroicas e iluminados por los rayos de su elocuencia apostólica, se le reconocen deudores de los más sugestivos impulsos, que les llevaron a Dios.
  • 57. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 57 ¿Quién, de aquellos alumnos recordará sin emoción las repetidas veces que, sospechando que el Padre Salvador no utilizaba su lecho para el nocturno descanso, corrieron los extremos del plegado colchón encontrándolo intacto a la mañana siguiente? ¿Cuántas veces le vio alguno de ellos, no sin profunda y viva confusión, postrado a sus pies pidiéndole, como Esclavo, la bendición antes de predicar aquellos sermones que tanta fama le dieron como orador elocuentísimo en San Andrés della Valle, en la iglesia de Montserrat y en la capilla del Colegio? Los ardorosos fuegos del asceta almeriense, sin perder su calor, se convirtieron en Roma en haces de dulce luz. ¡Con cuanto anhelo se entregó al estudio de la Suma en su parte ascética y moral! ¡Con que pura delectación se asimilaba la doctrina y el estilo de nuestros grandes ascetas! Mas, ni los fuegos de Almería ni las luces de Roma llevaron a plena madurez el ascetismo del Padre Salvador, que solo lo consiguió cuando, llevado a México por los Reverendos Operarios Diocesanos, desahogadas sus poderosas energías en el ardiente apostolado a que se entregó en aquella República, se capacitó para recibir la revelación definitiva de su amadísima Esclavitud, – vislumbrada en Almería bajo la brillante advocación de la Virgen Inmaculada –, entendiendo que debía hacerse pequeñita e infantil, ante la cuna de una Niña que ni siquiera habla, llamándose por tanto la Divina Infantita. He visto muchas veces una fotografía del Padre Salvador que tiene en sus brazos la dulce imagen de la divina Infantita y, en su actitud de humilde arrobamiento, he visto la transformación definitiva del asceta que, para siempre, trocó su fortaleza en dulzura, su ardiente celo en fraternal bondad y su actividad inagotable en la paciencia y mansedumbre que tanto necesitó para arrostras los furiosos vendavales con que la ingratitud y la calumnia pusieron a prueba la fortaleza de su alma y la humildad de su corazón. EL ESCRITOR Visto el asceta, veamos al escritor. Para que lo fuera, y con marcado sabor clásico, Dios le preparó mucho antes de ser sacerdote. Su carrera civil y sus aficiones literarias le hicieron familiares los grandes clásicos españoles que conocía con toda perfección, estando preparado para asimilarse los clásicos ascetas al recibir la ordenación sacerdotal. El Venerable Granada, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, el Beato M. Ávila y Santa Teresa de Jesús, se amasaron de tal suerte con su espíritu que sus más familiares escritos rezuman con el clasicismo que en ellos aprendió. Sus innumerables cartas, escritas a vuela pluma, resistirían sin corrección, la publicidad que, según mis noticias, van a tener muy pronto siendo una prueba elocuente de que su pluma no dejaba de ser clásica, ni ante los apremios de la prisa, ni en las
  • 58. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 58 sencillas y fraternales exhortaciones que tantas veces dirigiera, en pequeños papelitos, a las hijas amadas de su adorada Esclavitud. Vayan, para ejemplo, estas líneas dirigidas a su hermano (q. s. g. h.), desde un pequeño pueblecito. «Queridísimo P. Me alegro mucho que estés tan de amar a Dios y con tanto deseos de saber qué hace más falta en esta iglesia. Yo te lo diré, para que ahora lo medites constantemente en el secreto de tu corazón. La única falta que noto, porque todas las demás no son comparables con esta, es la de un sacerdote que haga oración. El sacerdote de N., si hace oración, enseñará a sus feligreses, con el ejemplo, el único medio, y el seguro de vía ordinaria, para conocer a Dios... Oración falta al sacerdote de N. para que en su iglesia se respire el suave perfume del corazón que se derrama en la presencia de Jesús Sacramentado...» Los numerosos escritos del Padre Salvador en la Revista Esclava y Reina, bajo los seudónimos de Ínfimo, Mirasol, Desiderio y Nehemías, no necesitan de su firma para decir que son de él, pues la robustez del pensamiento y lo clásico del estilo lo denuncian enseguida. Sirvan de muestra unas líneas de la introducción al Audi filia, titulada «Pan del alma», que dicen así: «Voy a cumplir tus deseos; pero ¿quedarán satisfechos? Mucho lo dudo. Ni ciencia ni experiencia me abonan en este atrevido empeño. Sírvame de excusa tus ruegos y mis dilaciones; y si ni los unos ni las otras me bastaren ante los doctos lectores de esta Revista, válgame, al menos, el loco amor que deseo tener, manifestar y conservar a mi Señora excelsa por todos los días de mi vida... Préstame tal consideración, no poco aliento para empezar a darte el pan que me pides para tu alma. Pan será, que no escorpiones. Y que el pan no sea de cebada, ni de centeno, sí que de la flor del trigo, fuera mi gozo y bien aderezado, por añadidura, con ternura semejante a la que se derrama de los amorosos desvelos de Jacob para Rebeca, de Elías para Eliseo, del Serafín de Asís para Santa Clara, de San Juan de la Cruz, de San Pedro de Alcántara, del Beato Ávila, y Fray Luis de Granada y de León, para Santa Teresa y de San Francisco de Sales para Santa Juana» El que supo ser clásico y ascético, al estilo de los más grandes maestros, dentro de la ligera amenidad de una Revista, ¿qué guardaría para sus obras esencialmente espirituales y ascéticas? Sus piadosísimas meditaciones, publicadas con el título El Discípulo amado y el Amor, cuya dedicatoria reza así: «A la divina Infantita, Señora de mis pensamientos y Dueña de mis afectos», dignas son de durar como el habla castellano y de figurar entre las obras clásicas del misticismo español. En la Meditación 21, que trata de la Caridad perfecta, hablando de las almas que han llegado a adquirirla, dice así: «Estas son las almas que mueren porque no mueren, las
  • 59. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 59 que cantan en medio de las llamas, como los jóvenes del horno de Babilonia, las que son superiores a toda fuerza humana, como Santa Inés en el lupanar, las que se mofan de los verdugos y tormentos mientras son abrasados en parrillas como San Lorenzo». Y más abajo, dándonos la impresión de que leemos a Santa Teresa o a San Juan de la Cruz, prosigue así: «La caridad, cuando empieza, es como vino nuevo que fácilmente se tuerce y agria. La caridad de los proficientes y aprovechados es borrascosa porque lleva consigo la purificación del sentido y la del espíritu, que pone al alma en grandes aprietos y tribulaciones hasta que, mortificados los propios gustos y aficiones, hácese añosa, y, entonces, es como el vino añejo, y se compara al vino adobado que está compuesto con muchas clases de yerbas aromáticas y confortantes. De aquí nace que la caridad perfecta esté llena de suavidad. Es fuego, pero su llama, como diría San Juan de la Cruz, ya no es esquiva, es fuego que no chisporrotea y levanta humo, es llama de amor viva y suavísima que penetra en el más profundo centro». Pues, ¿qué diremos del místico realismo y del penetrante estilo de que hace gala en su opúsculo: Oraciones para antes y después de comulgar? Vaya de muestra aquel párrafo de su Comunión espiritual que dice así: «Ardiendo en deseos de unirte a mí, vives esposo mío, en la Hostia Consagrada. ¡Ay, Jesús mío!, ven, ven; no te canses de llamar más a la puerta de mi corazón, ni te fatigues en buscar resquicios para penetrar hasta lo más escondido de mi alma. Entra, Rey mío; entra. Abiertas están de par en par todas las puertas de mi ser; penetra dentro de la pobrecita mansión de mi pecho donde tantas veces, ¡ay ingrato de mí! fragüé con tus enemigos traiciones e infidelidades a tu santo amor. Pero, amor mío, no temas ahora; recuesta tu divina cabeza sobre los hacecillos de la más exquisita mirra con que adorno mi pecho, y Tú lava mis faltas con las gotas de la noche que bañan tus cabellos y dame fortaleza con el rocío que baña tus guedejas; y una vez así purificada y fortalecida, quédate cautivo en las redes de mi amor». De intento hemos dejado para terminar lo que pudiera llamarse el «Testamento» del Padre Salvador de donde fluye, sereno, el adobado vino de la caridad perfecta del consumado asceta para fortalecer y conservar el espíritu de su Esclavitud. En sus Meditaciones dadas a un alma enamorada de la Esclavitud en su grado más perfecto escribe la «Carta Magna» de la más heroica perfección religiosa que hasta hoy se conoció, prescribiendo a los Esclavos «el voto de obediencia a los Señores Obispos y a sus representantes, consumándolo aún más con el de no mandar nunca y siempre obedecer». ¿De dónde brotó ese supremo arranque de total abnegación? Lo expresa el Padre Salvador en el punto I de la Meditación 2ª: «El Clero Parroquial vive expuesto a las mayores caídas... ¿Cómo sostenerlos? ¿Cómo levantarlos si cayeren?... Con los sacerdotes se pierden pueblos enteros... El lobo infernal destruye a los pastores para hacer suyas las ovejas dispersas... Yo, para inspirarles mayor confianza les haré voto de obediencia... Si algunos sacerdotes hicieren voto de
  • 60. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 60 obediencia a su Obispo, este tendría confianza en ellos, y me dije entonces: Yo haré voto de obediencia a los Señores Obispos...» Más su corazón de apóstol no se aquieta: «¿Qué puede hacer un sólo hombre? – se pregunta en la Meditación 3ª –. Poco ciertamente... Hacen falta hombres que hagan estos votos... y entonces pronuncié por vez primera el nombre de los Esclavos... Una Congregación religiosa que tiene por Superiores a los genuinos representantes del Salvador, no puede dejar de ser salvadora...» Y viendo a través de los tiempos la gran santidad a que conduciría la suma obediencia de la Esclavitud, añade en la Meditación 4ª: «Ve por qué no me he extrañado que nuestras hijas digan que la Esclavitud ha de formar una generación de santos, más santos que todos los santos». Y, afirmando en la Meditación 5ª que la obediencia es amor de sacrificio, establece esta triple gradación: «Menor, el que sacrifica las cosas exteriores por el voto de pobreza; medio, el que sacrifica los bienes del cuerpo por el voto de castidad; y mayor, el que se ofrece de los bienes del alma, entre los cuales los mejores son los de la voluntad, a los que se refiere el voto de obediencia. Y como la Esclavitud alcanza lo supremo de la obediencia, alcanzará también lo sumo de la perfección». Lástima grande que el temor de hacer demasiado extenso este trabajo nos impida acabar de dibujar los delicados y enérgicos perfiles de la caridad y prudencia de este singular asceta que, no ya con la elegancia del estilo, sino con los clásicos atavíos de la caridad y sencillez evangélica, se ve mejor que en los clásicos párrafos arriba transcritos, que el Muy Reverendo Padre Federico Salvador fue un gran escritor y un gran asceta. JUAN CUENCA Canónigo de la Catedral de Granada
  • 61. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 61 El director de espíritu Es San Gregorio Magno quien dice que el cargo pastoral es ministerio que exige gran sabiduría y fortaleza1 . Parafraseando este dicho de tan excelso doctor y eminente Pontífice, podemos afirmar del Director de espíritu, que es ministerio que reclama en primer lugar un gran corazón. Por eso, Don Federico Salvador tanto se distinguió como Director de espíritu. Don Federico, o el Padre Federico como le llamaban sus hijos espirituales, era todo corazón, y las llamas de su celo, unidas a las exquisitas delicadezas de su amor de padre, hicieron de él un Director de espíritu, ideal. Fue este el primer aspecto bajo el cual le conocí. Llegamos a la vez, en 1897, al Colegio Español de Roma, yo como alumno y él como Director espiritual de aquella escogida Comunidad. Bien pronto se reveló en sus pláticas y conversaciones como un espíritu superior: su palabra de fuego, penetraba en el alma como espada de dos filos. Formado en la ascética de nuestros clásicos y con el temple santamente severo del Beato Padre Juan de Ávila, de quien era un ferviente admirador e imitador, dejó huella de su breve paso por el Colegio en el espíritu de los alumnos de aquella época, de los más fervorosos y distinguidos en piedad, sin duda, que por el mismo pasaron. Transcurrieron después muchos años: él, anduvo por México en dura y continuada labor de Misionero. Enamorado del espíritu del Beato Grignion de Montfort, dio a la Iglesia una legión de almas, las Esclavas de la Divina Infantita María; y de la sólida formación que supo imprimir en ellas, podrá dar buen testimonio quien tenga la suerte de conocer a los miembros de esta humildísima cuanto benemérita Institución. 1 N.E. Gregorio I, Magno. De la Regla Pastoral.
  • 62. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 62 Si la honra de los padres la pregonan los hechos de los hijos, el espíritu que anima a esta nueva Congregación, es el mejor elogio que puede hacerse de la Dirección espiritual de Don Federico Salvador. Canónigo después, por varios años, en la Catedral de Guadix con cargo de confesor auxiliar del Penitenciario, continuó empleando sus extraordinarias dotes de dirección de espíritu en bien de muchas almas que Dios acercó a su confesionario. He conocido a muchas de ellas y puedo afirmar que llevan la marca inconfundible de su dirección, a saber: humildad profunda, espíritu mortificado, singularísimo celo y caridad con los pobres. No debo omitir una nota muy característica en él: Don Federico, quería y amaba con profundo cariño de padre a sus hijos espirituales. Ofenderles a ellos era tocarle en las niñas de los ojos. Para velar por ellos y volver por su defensa era un león de irresistible empuje. Este amor de padre era correspondido por sus hijos del alma. No he conocido un Director de espíritu cuya memoria sea más venerada y más cariñosamente sentida que la de tan celoso y amado padre. Si el recuerdo de los padres es imborrable y eterno en los hijos buenos, el de Don Federico Salvador se perpetuará en las innumerables almas que tuvieron la suerte de gozar de su dirección espiritual; sobre todos le venerarán como a su Santo Padre las Esclavas de la Divina Infantita que bebieron a raudales y heredaron, más afortunadas, su extraordinario espíritu de Esclavitud. JUAN DE DIOS PONCE Doctoral de Guadix.
  • 63. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 63 padre y maestro Me piden que hable de don Federico como maestro, y yo no lo sé hacer. Y no lo sé hacer, lisa y llanamente, porque, para mí, Don Federico fue siempre un padre, y mi corazón se resiste a aceptar la disciplina de la sistematización analítica, abriéndose, en cambio, todo entero para que salga a borbotones un sentimiento inagotable y vivo de veneración y de piedad filial. Tenía, efectivamente, su alma toda la reciedumbre y toda la exquisitez de los grandes amores. Por eso era su consejo un sostén para el espíritu que decaía y un sedante para las pasiones que se agitaban. Y en los momentos difíciles, en las horas definitivas, ¡con qué suavidad y qué firmeza sabía conducir el pobre barquichuelo del corazón amedrentado por entre el bravo oleaje y los peligrosos escollos de la vida! Por eso, cuando recibí la noticia de su muerte la primera impresión que experimenté fue una impresión de soledad y desamparo. ¡Y eso que su apostólico dinamismo nunca le dejó reposo para descansar en hogares amigos! Pero las almas entienden poco de distancias y se asisten y se comprenden, despreciando los muros de las Cordilleras y la inmensidad de los océanos. Y, sin proponérmelo, dejo esbozado el tema que me propusieron, pues, ¿quién mejor que un padre para enseñar y educar? AGUSTÍN SERRANO DE HARO
  • 64. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 64 El fundador Si en los primeros años de la vida ya se van como esbozando las aptitudes de los individuos y se destacan los rasgos salientes de su carácter y psicología, con más precisión se observa esto en los hombres notables y, sobre todo, en los que Dios elige para las empresas que le han de dar más gloria. Hay un rasgo en la niñez del que después fue el Padre Federico, en el que ya se revelaban, si se quiere simbólicamente pero con entera claridad y como en germen, los deseos de cosas grandes, las aspiraciones a emplear sus actividades y energías en obras que, saliéndose de lo vulgar, habían de ser altamente beneficiosas para la humanidad. Es lo más natural en los niños parecerles todo grande y así ocurre que, cuando al cabo de muchos años volvemos a ver cosas y objetos que no se han visto desde la niñez, nos parecen mucho más pequeños en relación con el recuerdo que de ellos conservábamos. En el niño Federico Salvador no era así. Nacido en la ciudad de Almería, y habiendo pasado en ella su niñez y juventud, cuando aún iba a la escuela observaba los edificios más grandes de dicha capital y todos le parecían pequeños, y se decía: «yo haré otro más grande», y, sin darse cuenta de ello, pronunciaba una especie de profecía que llegó a tener cabal realización en la fundación de la Esclavitud de la Divina Infantita, edificio moral de grandeza incalculable en los fines que se propone y frutos que ha producido y seguirá produciendo. El corazón excepcionalmente grande del Padre Federico, hasta en sus dimensiones físicas2 , no podía amar cosas pequeñas, no estaba hecho para enamorarse de criatura alguna por excelente que ella fuera. 2 Se conserva en un relicario.
  • 65. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 65 Si nuestro corazón, como dice San Agustín, está hecho para amar a Dios y solo en este amor puede descansar plenamente, el del Padre Federico lo amaba de modo extraordinario. Aquel corazón no podía saciarse con nada terreno. Su delirio era el amor a la Inmaculada Madre de Dios, que después cristalizó en la devoción a la Divina Infantita, y hacer que todos la amasen, cumpliéndose en él prácticamente uno de los lemas de su institución: Por María a Jesús. Y como el perfecto amor de Dios deriva el amor perfecto del prójimo, de ahí su celo por las almas y su empeño de llevarlas a Dios por medio de la devoción a la Divina Infantita. Y como él, en su gran inteligencia, veía claramente los obstáculos sociales que impedían que las almas fueran a Dios, de ahí que, abarcando con su mirada de águila los grandes problemas sociales, estudiara y discurriera las soluciones que creía más oportunas, incluyéndolas en las Constituciones que escribió para los Esclavos de la Divina Infantita (1902), y después en las Constituciones de las Esclavas (1904), convencido, como estuvo en un principio, de que solo una congregación que perpetuase sus planes podía obtener los fines que él se proponía para el porvenir. El fundó todas sus esperanzas de salvación de la sociedad en la propagación de la Esclavitud de la Divina Infantita. Veamos cómo. Siempre ha sido el fomento de la devoción a la Santísima Virgen María, nuestra corredentora, el medio que Ella misma ha inspirado y que han puesto, como base y fundamento de su obra, todos los que han intentado reformar las costumbres depravadas de la sociedad en alguna época. Todos los fundadores de órdenes religiosas se han distinguido por su especial devoción y amor intenso a la Virgen María. No podía seguir otro camino el que, en los tiempos modernos, intentara poner un dique más al desbordamiento general de las malas pasiones. Y como el mal más arraigado y origen de todos los males actuales es la soberbia, de aquí que el remedio que hay que oponer en la práctica más perfecta de la humildad y, como expresión de esta humildad, la obediencia. Y, uniendo las dos ideas, pensó que la Reina de la Esclavitud había de ser la Virgen María presentada a sus hijos y devotos en la forma más humilde, recién nacida, tomando los que profesaran esta devoción la denominación también más humilde de Esclavos. En la memoria que presentó al Congreso Mariano Internacional de Tréveris está extensamente expuesto su pensamiento en cuanto al espíritu que ha de informar la Esclavitud, que no es otro que el de Beato Grignion de Montfort según la expone este en su obra Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, del que el Padre Federico publicó en esta Revista un extenso comentario. Esto por lo que toca principalmente a los individuos que han de integrar dicha Congregación.
  • 66. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 66 Y en lo que toca a los efectos que ha de producir ad extra, esto es, en lo que de la Esclavitud ha de irradiar para bien de las almas y modo de realizar este bien, se consigna en varios escritos suyos de distintas épocas y, más principal y taxativamente, en las mentadas Constituciones. Lo mismo en las de las Esclavas que en la de los Esclavos, él dice: «Que el hombre vaya Por María a Jesús – P.M.A.J. –, he aquí el camino de los Esclavos para salvar al mundo». Y tanto ellas como ellos han de trabajar por establecer el reinado de María Niña en el mundo y, mediante éste, el reinado de Jesús Sacramentado en las almas. En la de los esclavos, se consigna y regula el modo como han de trabajar a las órdenes de los Señores Obispos y como auxiliares de los Párrocos en misiones, ejercicios espirituales, confesiones y demás obras de celo, tanto para seglares como para seminaristas y religiosas, destacándose de modo especial la enseñanza y propaganda religiosa por medio de la prensa, en cuyo capítulo se contienen normas y consejos prácticos de gran interés y elevación de miras. Tanto en las Constituciones de los Esclavos como en las de las Esclavas, se habla, como de cosa principal, de los Asilos y Colegios para niños y niñas, y como su celo abarcaba todas las edades. También se incluyen los obradores y colonias obreras. Pero no se limitaba su ardiente celo a los países católicos. Sentía una predilección por la conversión de mahometanos y judíos. Y esto lo dejó consignado en ambas Constituciones disponiendo, por una parte, que los Esclavos y Esclavas habían de estar dispuestos a usar el traje más conveniente, según las regiones, para facilitar, en caso necesario, la penetración en el África, y por otra, caso de que las casas de Esclavos se extiendan por distintas naciones, mandando que los postulantes de Italia, Francia y España «se dedicarán muy principalmente al estudio del Árabe y del Hebreo, sin dejar ya este estudio hasta que hablen estos idiomas, a lo menos, los que quieran dedicarse de un modo especial a las Misiones de África». Y fue anhelo suyo de toda su vida sacerdotal el que la Esclavitud trabajara en esta obra de conversión, como se puede ver en muchos escritos de carácter privado y, sobre todo, en la abundante serie de los artículos Páginas israelíticas y otros. Hicimos al principio mención del rasgo de su niñez, y le interpretamos como un símbolo o profecía del edificio moral que después levantó con la institución de la Esclavitud de la Divina Infantita; pero, aún en lo material, realizó también aquel deseo de edificios grandes y dejó un germen que alguna vez querrá Dios que la Esclavitud lleve a cabo, cuando Dios sea servido, en plazo más o menos remoto, de que los hijos en religión del Padre Federico cumplan en toda su amplitud el testamento de su Padre Fundador, que no otra cosa son para ellos las aspiraciones o el pensamiento que él no pudo ejecutar. Su espíritu emprendedor y eminentemente organizador disfrutaba con la construcción de edificios para el culto o para albergar comunidades. En México, dirigió las obras del suntuoso templo de la Divina Infantita, como también estuvo al frente más tarde de las de la hermosa capilla de Melilla, que simultaneaba con las de la bonita casa y capilla de Nador, cuyo plano – de Nador–, trazó él mismo.
  • 67. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 67 En otros tiempos también construyó en el Cabezo (Los Gásquez, Vélez Rubio), una casa y capilla que pudieran albergar una comunidad de Esclavos y donde, él mismo, dio y costeó unos ejercicios espirituales a dos tandas de sacerdotes, en una de las cuales figuró el Excelentísimo Sr. Obispo de Almería, Don Vicente, después Eminentísimo Cardenal Casanova. Soñaba con los sitios apartados, y por eso eran su encanto los Santuarios del Saliente (Vélez Rubio), y de Tices (Ohanes), en los cuales hizo él solo ejercicios espirituales. Para las comunidades de esclavos, prohibía en sus Constituciones que tuvieran iglesia propia, lo que quedaba reservado a las Esclavas, dejándolo así consignado terminantemente para «evitar que haya emulaciones entre los Esclavos que atendieran una iglesia propia y los sacerdotes seculares o regulares que trabajen en las suyas». Las únicas iglesias que habían de atender directamente los Esclavos serán las Basílicas de la Divina Infantita, y esto, porque generalmente estarán construidas en la Casa del Noviciado Central, lo que se entiende que había de ser solo una en cada nación en que hubiera esclavos. Como testimonio de que la caridad de los Esclavos para con Dios es verdaderamente pura, aconseja la magnificencia en el culto divino y, como fruto, la construcción de dicha Basílica «cuya magnificencia sea incomparable», y lo mismo se consignan para las Esclavas, las cuales han de «ayudar con todas sus fuerzas a la construcción de dicha Basílica», la cual había de edificarse en el mismo sitio que el Noviciado Mayor, apartado siempre de las grandes ciudades y en donde los hombres más piadosos puedan satisfacer sus deseos de soledad y reposo. Él tenía en su mente el plano general de estos soberbios edificios y solo dejó un ligero diseño del plano, que había de desarrollarse en un perímetro cuadrado cuyo lado tenía 715 metros, y dentro de este recinto estarían encerrados la Basílica, en forma de rotonda de ciento sesenta metros de radio, y los edificios destinados a Noviciado mayor, Casa de Estudios con imprenta, grandes bibliotecas, hospedería, etc. Que todo esto era soñar, no faltará quien lo afirme; pero cabe preguntar, ¿no es soñar el pretender la magna obra de extender el reinado de Jesús en el mundo?, y sin embargo, ¿debemos dejar de trabajar por realizar este sueño? Los que conocen el modo como siempre ha trabajado el M. R. P. Federico Salvador saben muy bien que si los 23 años que ha vivido en España por permisión divina, los hubiera vivido en América, su sueño se hubiera trocado en realidad. Y si Dios, Nuestro Señor, no ha permitido que sus sueños de construcción o edificación moral y material se hayan realizado aún en toda su amplitud, pero el gran mérito de haberlo soñado, planeado, deseado e intentado, seguramente habrá recibido su merecido premio.
  • 68. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 68 Principales Efemérides de su vida 9 Marzo 1867. – Nació en Almería, siendo bautizado el día doce en la parroquia de San Sebastián. 18 Septiembre 1880. – Se examinó de ingreso en el Instituto, haciendo los estudios de bachillerato en cinco cursos consecutivos, obteniendo en todos ellos la nota de sobresaliente y premios ordinarios y extraordinarios. 6 Junio 1885. – Verificó los Ejercicios de Reválida. Octubre 1885. – Ingresó en el Seminario de San Indalecio, donde cursó el año de ampliación y seis de Sagrada Teología con nota de Meritissimus en todas las asignaturas y desempeñando al mismo tiempo las cátedras de Matemáticas en el mismo Seminario. 20 Diciembre 1890. – Recibió la sagrada orden del Presbiterado en la iglesia de Santo Domingo. 28 Diciembre 1890. – Cantó su primera Misa en la iglesia de San Sebastián. 20 Septiembre 1891. – Fue nombrado Capellán del Convento de la Inmaculada (vulgo las Puras) de Almería. 4 Septiembre 1894. – Obtuvo en la Universidad Pontificia de Granada el grado de licenciado en la facultad de Sagrada Teología con la nota de nemine discrepante. 28 Abril 1895. – (Dominica del Buen Pastor). Predicó un notable sermón en la iglesia del Convento de las Puras, en el que se conmovió profundamente y conmovió a todos los oyentes. Esto determina en él el principio de una época de fervor extraordinario y penitencias grandes, recibiendo por aquel entonces el impulso divino y concibiendo las ideas principales que fueron el móvil de todas sus empresas posteriores y el ideal de su vida apostólica.
  • 69. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 69 23 Mayo 1895. – (Fiesta de la Ascensión del Señor). Diciendo Misa de la hora en la misma iglesia con gran recogimiento, después de la elevación quedó sumido en profundo ensimismamiento del que lo sacaron las palabras del salmo de Nona que cantaban las monjas: Misericordiae tuae multae Domine, pero más impresión hicieron en él las del versículo siguiente: Multi qui persequuntur me et tribulant me; a testimoniis tuis non declinavi, que fueron como una revelación o si se quiere presentimiento de la duras pruebas por las que Dios permitió que pasarán él y su obra. 12 Abril 1896. – Con esta fecha le contestó favorablemente D. Manuel Domingo y Sol a la carta en que solicitaba pertenecer a los Operarios Diocesanos. 4 Agosto 1896. – Predicó el panegírico de Santo Domingo en su Iglesia anunciando que una comunidad de estos padres sería la que muy en breve honraría a Dios en aquel templo. Este mismo día salió para Valencia en donde hizo ejercicios espirituales y, desde ahí, unos días a Tortosa desde donde marchó a Toledo unos dos meses para luego ser enviado a Roma en donde permaneció dos años en el Colegio Español. 8 Octubre 1896. – Llegó a Roma. 25 Diciembre 1898. – Llegó a México como Operario Diocesano. 9 Julio 1899. – Tomó posesión de la Iglesia de San Felipe de Jesús. 15 Enero 1900. – Se colocó con gran solemnidad la primera piedra del Templo de la Divina Infantita en México que bendijo el Sr. Arzobispo. El Templo se empezó a construir bajo la dirección del ingeniero D. Luis Anzorena y a los tres años de estarse edificando siguió dirigiendo la obra el M. R. P. Federico Salvador. Febrero 1900. – Se inauguró formalmente el culto en el Templo Expiatorio Nacional de San Felipe de Jesús con la novena de este Santo que predicó el M. R. P. Federico. 2 Mayo 1900. – Visitó por primera vez la imagen milagrosa de la Divina Infantita en su pobre primitiva morada en la que le daba culto la Srta. Rosario Arrevillaga. (Calle Verde nº 7) 31 Agosto a 8 Septiembre 1901. – Se hizo la novena y función en honor de la Divina Infantita en el Templo de San Felipe de Jesús. 23 Agosto 1902. – Salió de México para España con objeto de visitar a D. Manuel Domingo y Sol y ultimar el dejar de ser Operario para dedicarse de lleno a la labor apostólica tal como él la concibió desde un principio, y al fomento del culto de la Divina Infantita y cuidado de la Congregación que ya había empezado en 23 de Febrero de 1901 con la aprobación y beneplácito del Sr. Arzobispo y aquiescencia de todos. 17 Septiembre 1902. –Tuvo lugar la entrevista con Don Manuel Domingo . 22 a 27 de Septiembre 1902. – Pasó estos días en el santuario del Saliente (Vélez Rubio) donde escribió la primera Regla o Constituciones de los Esclavos.
  • 70. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 70 20 Diciembre 1904. – Estando en Cantoria comenzó a escribir las Constituciones primitivas de las Esclavas de la Divina Infantita. 22 Julio 1905. – Se publicó en la Revista El Buen Consejo el primer artículo destinado a dar a conocer en España la advocación de la Divina Infantita. 8 Septiembre 1905. – Se celebró en España la primera función solemne en honor de la Divina Infantita. Tuvo lugar dicha función en el Convento de San Bernardo de Granada. 31 Enero 1906. – Compareció ante el Sr. Arzobispo de Granada D. José Meseguer para dar explicaciones y contestar a las acusaciones y cargos que desde México se le hacían. Estas mismas contestaciones ampliadas y documentadas constan en una Defensa que escribió en Roma en Enero de 1910. Mayo 1908. – Se instalaron en Granada las primeras Esclavas de la Divina Infantita que vinieron a España. 16 a 24 Julio 1908. – Predicó en la Catedral de Granada la tradicional y solemne novena de la Virgen del Carmen. 9 Septiembre 1908. – El Excmo. Sr. Obispo de Almería, Don Vicente Casanova, bendijo solemnemente la primera piedra del edificio que en el Cabezo (Los Gásquez), construyó el Muy R. P. Federico para casa de formación de Esclavos. 30 Agosto. – En dicho Convento empezó una tanda de ejercicios espirituales que dio el P. Federico a veintiún sacerdotes de la diócesis de Almería, presidida por el Exmo. Sr. Obispo. Enero 1910. – Escribió en Roma una Defensa que consta de dos partes. La primera es una refutación jocoseria del escrito que, en México, publicó el presbítero inglés Kenelm Vaughan que se titulaba: Razones para oponerse a la Devoción de la Divina Infantita. La segunda es una refutación de las acusaciones que en contra de él, se presentaron a la Sagrada Congregación. Esta Defensa ni se presentó a la Congregación ni ha dejado de ser inédita. Febrero 1910. – Estando en Roma predicó la Cuaresma en la iglesia del Gesú. 21 Marzo 1910. – Decreto de la Congregación de Religiosos mandando disolver la Asociación de la Divina Infantita. No obstante no hubo ninguna defección entre las Esclavas. Acataron humildemente y resignadas todo lo que se les mandaba, pero continuaron haciendo todo el bien que podían en sus Asilos y honrando a la Divina Infantita puesto que el culto a esta milagrosa imagen fue aprobado e indulgenciado por el Pontífice Gregorio XVI no fue nunca reprobado. 10 Julio 1910. – Se encargó del diario Católico La Independencia de Almería. 12 Julio 1912. – Escribió la Memoria que presentó al Congreso Mariano Internacional de Tréveris y que se publicó traducida al francés en la Crónica o Compte Rendu ... de la sección francesa. 3 a 6 Agosto 1912. – Asistió a dicho Congreso ostentando la representación de la diócesis de Almería.
  • 71. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 71 Octubre 1914. – Inauguración del Colegio de Segunda Enseñanza en Instinción incorporado al Instituto de Almería y dirigido por Don Francisco Salvador. 31 Enero 1917. – Empezó a publicarse la Revista Mariana ESCLAVA Y REINA, órgano de la Esclavitud de la Divina Infantita. 7 Febrero 1918. – Fue nombrado canónigo de la Catedral de Guadix en virtud de oposición. 22 Junio 1921. – Fue aprobada por el Pontífice Benedicto XV la Pía Asociación de las Esclavas de la Divina Infantita non obstante decreto diei 21 Martii 1910 et attentis noviter expoxitis ab Arch ep. Mexicano. 1 Marzo 1926. – Renunció a la Canonjía de Guadix y quedó incardinado en la diócesis de Granada. 31 Octubre 1926. – Inauguró en El Ejido (Campo de Dalías), una época de apostolado misional y catequístico que, después, se ha continuado por otros sacerdotes y por las Esclavas de la Divina Infantita. 7 Julio 1930. – La Pía Asociación de la Divina Infantita fue elevada a Congregación Religiosa de derecho Diocesano. 31 Marzo 1931. – Falleció el M. R. P. Federico en San Diego (Baja California) en opinión de santidad.
  • 72. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 72 Rasgos o pinceladas CONSTANCIAS EN SUS PLANES. – Desde que concibió las primeras ideas de apostolado según se describe en el artículo en que se le considera como fundador, no se apartó ni un ápice de sus primitivos propósitos, variando solo los medios, con arreglo a las circunstancias, o a las dificultades que se ofrecían, pero siempre mirando a la consecución de los mismos fines esenciales. AMOR FILIAL. – Este afecto profundísimo le impulsó a hacer actos de verdadero heroísmo, tanto en ocasión de salvar la vida de su madre, cuando ésta fue atacada de la epidemia del cólera, como para facilitar a su padre una situación honesta cuando quedó viudo por primera vez. Siempre trató a su padre con la mayor distinción y cariño haciendo que todos le guardaran las consideraciones y el afecto que se merecía por sus virtudes. Modelo de homenaje el que tanto el M. R. P. Federico como su hermano D. Francisco tributaron a su padre en la revista Esclava y Reina cuando murió en 19173 . Modelo asimismo de gratitud filial y de sincera humildad, el recordatorio de dicho fallecimiento en el que se dice de D. Federico Salvador Alex: «Hijo amantísimo Esposo fidelísimo y Padre cariñosísimo de dos hijos que crio, instruyó y educó, trabajando como un humilde menestral y a costa de grandes esfuerzos, poniéndolos en seguro camino de sabiduría y santidad. Sea para él la gloria, si éstos satisfacen los deseos de su padre de morir como santos». A este hombre, de espíritu y complexión reciamente viril, lo vio conmoverse y derramar algunas lágrimas cierto aspirante a periodista que le leía un artículo en que describía una tierna escena ocurrida entre un misacantano y sus padres el día de su primera Misa. Sin duda en aquel momento evocaba en su memoria y en su corazón otras escenas parecidas acaecidas a él un día semejante. HUÍA LA PUBLICIDAD. – Era siempre refractario a que figurara su nombre en los periódicos ni anunciaran ningún acto suyo, y en cuanto estaba en su mano lo evitaba. 3 N.E. Se incluye en el anexo.
  • 73. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 73 VIAJES. – Cierto que viajó mucho, pero siempre por necesidad y por altos fines encaminados a la gloria de Dios. Lo que dejamos consignado en el párrafo anterior hacía que los que no conocían el verdadero móvil de sus actos sólo sabían censurar su actividad. En una carta de 1913 decía, «...aunque aparentemente diga que voy a pasear y yo mismo así lo haga creer, procuro siempre que no sea ese el fin aunque por de fuera lo parezca». En cierta ocasión se le pidió permiso para hacer una excursión en aeroplano y contestó: «Por mi parte puede usted ir de piloto o de mecánico o de pasajero, ahora bien, yo no he hecho viajes por puro gusto y ¡cuidado que ha viajado el tío!» Mas, como nunca la prensa se ocupaba de él ni de las frecuentes misiones o numerosísimos sermones que predicaba, de ahí que para muchos solo aparecía lo mucho que viajaba. CARÁCTER. – Físicamente vigoroso y naturalmente enérgico, pero no violento, tenía un espíritu tan equilibrado y tal dominio de sí mismo, de tal manera dirigía su voluntad, que en casos necesarios llegaba hasta donde quería o debía, sin arrebatos, haciéndose respetar hasta de los menos educados e imponiéndose a los más temibles con lo que en muchas ocasiones evitó que aquellos continuaran campañas injustificadas o actitudes no correctas. De este modo dio muchas lecciones provechosas y dominó situaciones bien difíciles, sin la menor ofensa para Dios y con gran provecho de unos y de otros. Conjuntamente era tan humilde que escuchó, a veces, impertérrito ofensas fáciles de repeler, a las que contestó con el silencio; y otras dejó de defenderse de cosas más graves, pudiendo haber pulverizado calumnias y calumniadores. ACTIVIDAD. – Era verdaderamente pasmosa, increíble, su constante actividad. Sus energías parecían del todo inagotables y puede decirse que las tenía continuamente en ejercicio. Solía madrugar muchísimo y cuando llegaba la hora de la Santa Misa ya había hecho bastante rato de oración y había escrito una porción de cartas, o bien cuartillas para la revista Esclava y Reina. El tiempo que no estaba en la Iglesia ejerciendo el ministerio u orando, pasaba muchas horas libres escribiendo. Solo así se explica que haya dejado tantas cartas y tantos escritos impregnados todos ellos y saturados del espíritu y celo del verdadero apóstol. Parecía imposible, aun viéndole tan robusto, que pudiera resistir un trabajo tan prolongado. Aun estando enfermo y en ocasiones padeciendo horriblemente en la cama se le veía incorporado con una gran carpeta delante escribiendo siempre, y cuando más se le agudizaban los dolores hacía alarde de su gracejo, o cantaba o recitaba alguna poesía en son de broma. PUREZA DE LENGUAJE. – Además de la que respiran todos sus escritos, no toleraba ni podía sufrir sin correctivo que las personas que lo rodeaban pronunciaran en su presencia palabras o frases exóticas, o neologismos que tanto desvirtúan el lenguaje castellano. SANTO ROSARIO. – Esta devoción, tan característica de la Esclavitud de la Divina Infantita, era en él tan habitual que lo mismo en viaje que en las horas de descanso o en que
  • 74. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 74 no podía hacer otra cosa, siempre llevaba el Rosario en la mano. Hasta en visita se le veía a veces, cuando él no tenía que alternan en la conversación, con el Rosario entre sus manos rezándolo con disimulo. VIDA EREMÍTICA. – Aunque sólo en contadas ocasiones y por cortas temporadas pudo hacerlo, era su más viva ilusión y su anhelo constante vivir en la soledad del yermo y así se encantaba en los santuarios de Tices (Ohanes), y el Saliente (Vélez Rubio), y construyó la casa o eremitorio del Cabezo en los cuales practicó en distintas ocasiones ejercicios espirituales lo mismo que en San Miguel el Alto de Granada. SUS LIBROS PREFERIDOS. – Aparte de la Biblioteca de la Esclavitud, tenía siempre sobre su mesa de trabajo los siguientes libros: Biblia sacra – Concordantiarum SS. Scripturae Manuale – Codex Juris Canonici – Divi Thomae Aquinatis Summa Theológica – Obras espirituales de San Juan de la Cruz – Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, por el B. Grignion de Montfort – Catecismo de los padres Ripalda y Astete, con láminas y explicaciones por Don Torcuato Torío – Salamó y Gelabert, Regula Cleri – Labiche-de-Reignefort, Divini Amoris fasciculus – S. Augustini, Doctrina Ascetica – S. Thomae Aquin. De Venerabilii Sacramento Altaris. – Hettinger. Demostración Cristiana – Menéndez Pelayo. Las cien mejores poesías (líricas) de la lengua castellana – Elguero, La Inmaculada – Diurnale Novissimorum – Todas las obras de su hermano Don Francisco... etc. SUS ESCRITOS. – Libros impresos hay de él los siguientes por orden cronológico: Los Carvajales. Pequeño poema épico histórico y composiciones varias. Almería 1887 – Ensayos literarios (prosa y verso)4 , Almería 1889 – Poesías5 , Almería 1894 – Novena en honor de la Divina Infantita6 (en prosa) – Del Culto de la Inmaculada - Parte primera, Granada 1907 – Meditaciones - El Discípulo amado y el Amor7 , Almería 1912 – Sermón de Misa nueva8 , Guadix, 1920 – Sermón de Santa Cecilia, Guadix, 1921 – Oraciones para antes y después de comulgar, 1924 – Boda Gloriosa, novela corta. Guadix, 1924. ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS fueron muchos los que escribió en La Independencia y también algunos en Patria Chica y su continuación Guadix y Baza. En la revista Esclava y Reina, órgano de la Esclavitud de la Divina Infantita, llenaba varias secciones con distintos seudónimos9 . Sobresale entre estos trabajos unos Comentarios completos a la Verdadera Devoción del Beato Montfort, que algún día se publicarán aparte, en los que expone ampliamente su doctrina de Esclavitud Mariana. También publicó aquí la segunda parte de El Culto de la Inmaculada. De las series de artículos publicados en dicha revista se pueden hacer por lo menos dos libritos titulados: Páginas Israelíticas y Apuntes Sociales - La 4 N.E. Incluido en la Biblioteca Digital Federico Salvador. 5 N.E. Incluido en la Biblioteca Digital Federico Salvador 6 N.E. Incluido en la Biblioteca Digital Federico Salvador 7 N.E. Incluido en la Biblioteca Digital Federico Salvador 8 N.E. Incluido en la Biblioteca Digital Federico Salvador 9 N.E. Todos ellos digitalizados e incluidos en la Biblioteca Digital Federico Salvador
  • 75. In Memoriam. Federico Salvador Ramón Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 75 Religión y el mundo actual y otros folletos titulados: Pan del Alma. La Ven. Agreda y el Beato Grignión de Montfort y otros más cortos. También se puede hacer un buen tomito de Poesías, unas publicadas ya y otras inéditas. TRABAJOS INÉDITOS hay principalmente un drama titulado: El Mundo y la Honra y la abundante colección de Cartas espirituales. SERMONES son bastante pocos los que se conservan completos en relación con el inmenso e incontable número de sus trabajos oratorios o misionales. En proyecto tenía escribir el segundo tomo de Pláticas Doctrinales y terminar la obra de su hermano D. Francisco. También quiso escribir un drama tomando como asunto la caída de David y su arrepentimiento. SUS PROYECTOS Y DESEOS ACERCA DE LA PRENSA. – A esta llamaba «... el segundo elemento de salvación que han de poseer los Esclavos. Los asilos son la base de los colegios, de los obradores y de las colonias obreras y los periódicos e imprentas, son complemento de las colonias obreras y arma para luchar en contra de la mala prensa que es el peor enemigo que hoy tiene la sociedad». «Un periódico católico popular es el principal medio de propaganda de la Prensa católica. Hay por lo tanto que procurarlo a toda costa. En esta importante propaganda periodística, no se limitarán los Esclavos ni a solas sus fuerzas intelectuales ni a solo el personal de la Esclavitud. Más frutos conseguirán los Esclavos allegando recursos para pagar las mejores agencias de noticias y los mejores colaboradores aunque sean conquistados al campo enemigo, que trabajando por sí mismos». SU AMOR EXTRAORDINARIO A LA INMACULADA. – «Si mil veces volviera mi madre a la vida y mil veces tuviera yo que elegir entre la vida de mi madre y una sola mirada de la Inmaculada, toleraría con todas las veras de mi alma la muerte de mi madre, mientras que la que me ama mil veces más que mi madre me mirara con amor. ¡Cuántas veces me alegro y me gozo de haberlo dicho10 y mejor de haberlo sentido y de sentirlo ahora mismo así!» TODO PARA LA INMACULADA NIÑA. – « [...] lo que no es la Inmaculada Niña y sus cosas todo me es insípido y desabrido. Para Ella mi inteligencia, para Ella mi corazón y todas mis fuerzas, mi vida toda por Ella y si un sólo instante he de dejar de ser el más fiel de todos sus esclavos, mil veces muera». 10 Es un sermón que predicó en Alcóntar el 13 de Junio de 1896.- Carta del día 14 del mismo.
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  • 79. In Memoriam - Otros documentos Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 79 Portada del número 2 de la revista Esclava y Reina que incluye el recuerdo a su padre de los hermanos Salvador Ramón.
  • 80. In Memoriam - Otros documentos Antonio García Megía – M. Dolores Mira y Gómez de Mercado 80 Recuerdo filial Obligados están los hijos por toda ley, natural y divina, a honrar a sus padres. Y si es honor para el padre de dos sacerdotes, tener un epitafio en las páginas de esta Revista, no debemos ser sus hijos los que se lo neguemos ni los que le hagamos en ello el menor regateo; por eso, en esta primera página queremos dar testimonio de nuestra veneración y cariño filial al que fue nuestro padre, FEDERICO SALVADOR ALEX Débele también gratitud Escava y Reina y es justo que le corresponda. La generosidad de este hombre decidió, en cuanto sus hijos sacerdotes quisieron tratar las condiciones económicas en que harían la Revista, que se repartiese gratis. Si hemos indicado que aceptaremos cualquiera limosna que se nos haga, fruto ha sido de nuestra pequeñez, que de él sólo nacieron estas palabras: «Dadla gratis”. Y conste que sabía perfectamente el sacrificio que nos imponía con sus palabras. Pero es que nuestro padre fue un hombre, por la grandeza de su corazón, verdaderamente fuera de lo ordinario. Basta decir que nadie le habrá visto jamás pensar siquiera si tenía que hacer sacrificios de trabajos, de propios sufrimientos, de ulteriores perjuicios, para ayudar a quienquiera que necesitase su auxilio. No hay para qué decir que el dinero lo tenía tan en nada, que hubiera sido el mayor de los pródigos si tuviese cualquier vicio, pero jamás se los conocieron los hombres sus contemporáneos. Por eso sus hijos tenemos por muy justas, aunque nos merecen toda gratitud, las palabras que nos ha escrito un respetable amigo nuestro cuyo nombre no inscribimos hoy en esta Revista porque queremos decir que es un corazón capaz de toda grandeza, y, si lo nombráramos, lo molestaríamos. Este honorable señor nos dice: «Era su muy excelente padre una de las personas más sanas y respetables que conocí en mi vida». Otro amigo queridísimo nos da la medida del corazón de nuestro padre cuando nos escribe: «Dios ha sido con él generosísimo hasta lo último». ¿Irá Dios a la zaga del hombre generoso? Nuestro padre no tuvo límite en su generosidad. Dios fue con él misericordiosísimo y larguísimo hasta el fin.