2. Microrrelato
Es una construcción literaria
narrativa breve que no necesita
más que unas pocas líneas
para ser contada, distinta de la
novela o el cuento. El
microrrelato también es
llamado microcuento,
minificción, microficción,
cuento brevísimo, mini cuento.
3. El microrrelato tiene planteamiento, nudo y
desenlace. Por lo general tres personajes ya
sin multitud.
Historia
Textos escritos u orales de corta extensión
aparecen a lo largo de todos los tiempos.
Fábulas, adivinanzas, parábolas, epitafios,
grafitis, etcétera. El microrrelato no es un
fenómeno nuevo. Sienta sus bases en la Edad
Media en los llamados bestiarios y más
adelante es posible encontrarlo en las
sentencias del Conde Lucanor, pero aún más
atrás existen antecedentes en las parábolas de
Jesús, vistas de forma individual, separada del
texto, como estructuras narrativas completas y
breves, exigencia de un microcuento.
4. Lo que las convierte en microrrelato es el lector,
al individualizarlos.
En la Argentina, en 1955 Jorge Luis Borges
junto con Adolfo Bioy Casares publicaron
Cuentos breves y extraordinarios, que contiene
relatos de entre dos páginas y dos líneas. Bioy
Casares publicó Guirnalda con amores en 1959
y al año siguiente Borges publicó El Hacedor,
que incluye varios microrrelatos.
Julio Cortázar masificó el género con Historias
de Cronopios y de Famas haciéndolo famoso en
Europa. El argentino David Lagmanovich es un
conocido crítico y escritor de minificciones.
5. Teoría e historia, libro publicado en 2006 en
Menos cuarto, hace un repaso crítico e histórico
por la narrativa breve en nuestra lengua –se
incorpora también un capítulo dedicado al
microrrelato en otras lenguas- y al final del
volumen nos ofrece “Materiales complementarios”
en los que, el Lagmanovich escritor, proporciona
un “Manual de instrucciones: cómo leer, escribir y
analizar microrrelatos.
En España hay referentes clásicos en este género,
desde Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón
Jiménez y Max Aub, hasta Albert Tugues y otros
tantos que en la actualidad cultivan el
microcuento con gran prolijidad.
6. En Estados Unidos se empieza en los años 70 y
fuera del Río de la Plata en Latinoamérica se
comienza a explorar con mayor intensidad a partir
de la década del 80. Es, sin duda, reflejo de lo
absurdo y lo fragmentario de la modernidad. Juan
José Arreola, Marco Denevi y Augusto Monterroso
crearon las condiciones para que el microrrelato
irrumpiera con mayor fuerza. En la literatura
francesa, los autores de microficción, como
Jacques Fuentealba, Vincent Bastin y Stéphane
Bataillon, son fuertemente influidos por la
microficción española.
7. Para entender el microcuento no se necesitan
referentes externos salvo aquellos de orden cultural
que permiten otorgar sentido a algunas
expresiones.
Esta narración es por sobre todo concisa, es decir,
breve y precisa y de una gran intensidad expresiva,
pues es un verdadero extracto no en el sentido del
resumen, sino en el sentido de "esencia", es decir,
aquello que contiene lo más importante, lo central.
8. Principales características
La brevedad
No es falso asegurar que la brevedad, noción que
también aplica al cuento, sea lo más común de
este tipo de textos. Sin embargo, es una
característica bastante subjetiva, ya que existen
microrrelatos de más de una página. Contar el
número de palabras es sólo una forma de ilustrar
el concepto de brevedad.
Los títulos suelen ser pertinentes, porque pueden
ayudar a la focalización o a completar aquello que,
por la brevedad, no se dice. En algunos casos son
imprescindibles para completar el sentido.
9. La temática
Como otras obras literarias, los microcuentos
abarcan las más diversas temáticas que van desde la
ficción pura, la inclusión de otros discursos (políticos,
sociales, etcétera), hasta el uso de la
intertextualidad. Tiene la particularidad de presentar
un desenlace inesperado con respecto a los sucesos
narrados, es decir, quiebra las expectativas del lector
sobre su final, condicionado por los sucesos narrados
antes del descenlace.
10. Cruce de géneros
La economía de palabras es notoria, pero a
medida que el microrrelato se va haciendo
popular, también la variedad de la forma va
aumentando. Esto provoca la destrucción de los
géneros, hasta el punto de que resulte imposible
-e inútil- tratar de definirlo, distinguirlo o
clasificarlo. Se postula entonces un género
híbrido que con sus recursos estilísticos
entremezcla narración, ensayo, poesía, entre
otros.
11. La Nave De Los Locos
Microrrelatos en Santiago del Estero
La semana pasada se ha reunido en Santiago del Estero
(Argentina) un numeroso grupo de autores y estudiosos
del microrrelato. Estos encuentros, cada vez más
frecuentes, a lo largo de la enorme geografía argentina,
resultan muy útiles para que los escritores puedan leer
sus textos ante un público que conoce y aprecia el género,
así como para intercambiar libros y opiniones, y para
conversar con los estudiosos interesados en la materia.
12. Primero fue Buenos Aires, luego Tucumán, Neuquén y
Rosario, y tras Santiago del Estero llegarán los días
de Mendoza. Aunque en estos encuentros y
congresos predominen los participantes argentinos,
tampoco faltan invitados procedentes del resto de
Hispanoamérica o España. No es raro que sea
Argentina el país que venga desplegando, junto con
España, una mayor actividad, debido a su historia
literaria, llena de grandes maestros que han cultivado
el género, desde Borges y Cortázar a Marco Denevi, o
bien los actuales Luisa Valenzuela, Ana María Shua,
Eugenio Mandrini y Raúl Brasca, pero también gracias
a los excelentes estudiosos que trabajan en la
materia. El cultivo del género en Argentina ha sido
tan rico que pueden permitirse el lujo de componer
antologías por regiones, o territorios.
13. Microrrelato de Adolfo Bioy Casares
(Argentino):”Tigres”
A Bioy Casares le bastaron catorce palabras (quince, si
contamos el título) para pergeñar este microrrelato.
Esta minificción está incluida en Mil y un cuentos de
una línea (Thule, Barcelona, 2007).
TIGRES
Adolfo Bioy Casares
El tigre cebado se lamenta de no encontrar barbero
que le atuse los bigotes.
14. Microrrelato de Juan Ramón Jiménez: "La niña“
LA NIÑA
Juan Ramón Jiménez
La niña llegó en el barco de carga. Tenía la naricilla
gorda, hinchada, y los ojos de otro color que los suyos.
En el pecho le habían puesto una tarjeta que decía:
“Sabe hablar algunas palabras en español. Quizá alguien
español la quiera”.
15. La quiso un español y se la llevó a su casa. Tenía
mujer y seis hijos, tres nenas y tres niños.
–¿Y qué sabes decir en español, vamos a ver?
La niña miraba al suelo.
–¿Ser nice? –Y todos se reían–. Me custa el
socolate –Y todos se burlaban.
La niña cayó enferma. “No tiene nada”, decía el
médico. Pero se estaba muriendo. Una
madrugada, cuando todos estaban dormidos y
algunos roncando, la niña se sintió morir. Y dijo:
–Me muero. ¿Está bien dicho?
Pero nadie la oyó decir eso. Ni ninguna cosa más.
Porque al amanecer la encontraron muda, muerta
en español.