PRESENTACION PLAN ESTRATEGICOS DE SEGURIDAD VIAL - PESV.pdf
Carmen Aristegui: Nadie quiere ver la guerra en México pero ahí está.
1. ANA LUISA ISLAS
BARCELONA
Carmen Aristegui es una periodista
que se ha vuelto noticia. El reportaje
que realizó sobre la «Casa Blanca» de
siete millones de dólares que posee el
presidente de su país, Enrique Peña
Nieto, le ha traído numerosos premios
dentro y fuera de México. Sin embar-
go, tras su publicación, ella y su equi-
po salieron del aire (ahora transmite
solo por internet). Alega que su anti-
guo jefe hizo un pacto con el gobierno
para silenciarla, el caso continúa en
tribunales. Hace un mes, un reporta-
je del New York Times confirmó que
los teléfonos móviles de ella y su hijo,
entonces menor de edad, fueron es-
piados por el gobierno mexicano (jun-
to a los de otros periodistas, activis-
tas y defensores de los DDHH) con un
software que se infiltra en las comu-
nicaciones, contenidos y puede inclu-
so grabar y hacer fotografías. El
«malware» solo se vende a gobiernos
y está autorizado para ser utilizado
únicamente contra terroristas o cri-
minales, con orden judicial. Aristegui,
de padre vasco refugiado en México,
visitó Barcelona para recibir el Pre-
mio a la Libertad de Expresión que le
entregó la Casa América Cataluña.
—La han amedrentado de múltiples
formas, ¿se plantea renunciar?
—Tengo una especie de obligación mo-
ral de pensar que México tiene reme-
dio, que puede y debe cambiar y que
debemos contribuir para eso.
—¿Obligación moral?
—Obligación legal no hay. ¿Para qué
llegamos al mundo si no es para hacer
lo que uno cree y quiere hacer? No ha-
cerlo sería quedarse como un mueble.
—Hay muchos muebles por ahí.
—Es una decisión de vida dedicarme
a la comunicación, no la abandonaría
por una condición de miedo, entien-
do a quien lo hace y lo respeto, pero,
para mí, el contexto en el que vive Mé-
xico hace necesario valorar triplemen-
te lo que significa el periodismo.
—Se requiere de valentía.
—Los periodistas tenemos que existir
para tratar de rescatar lo que tendría
que ser una democracia.
—¿Qué le haría huir de su país?
—No me lo quiero ni plantear. He de-
cidido mantenerme ahí, confío en que
mi trabajo público es una suerte de
protección y en que mi país me va a
dar las condiciones para vivir y para
desarrollar mi profesión ahí.
—Lo dice muy segura de que así será.
—México es un país de altísimos con-
trastes, en donde cabe todo, en donde
cabe la corrupción más deplorable pero
también gente de enorme valor.
—Sin duda.
—Hay gente excepcional, que te hace
recuperar la esperanza, escritores, ar-
tistas, defensores de derechos huma-
nos, abogados. México es grande no
solo en tamaño, somos 123 millones
de mexicanos, lo es en recursos, cul-
tura, historia, con grandes referentes
simbólicos, culturales, artísticos, has-
ta políticos, en algunos momentos cla-
ves de nuestra vida nacional.
—México también es violencia.
—Es un país al que, en los últimos años,
está arrastrando la corrupción, la de-
lincuencia y la violencia. Algo tiene
que hacer ese país, generoso y fuerte,
pero que se ha quedado pasmado. La
tolerancia mexicana es demasiada.
—¿Hay solución?
—Confío en que debemos encontrar
un punto de quiebra para recomponer
al país, para vomitar lo que haya que
vomitar y recuperar el equilibrio.
—¿Cómo?
—No lo sé, me pregunto quién tiene
que morir para que la sociedad se vuel-
que a exigir una transformación pro-
funda a ese Estado que ha sido fallido
u omiso para responder. No hay que
abandonar el impulso fundamental de
que las cosas pueden cambiar porque
sino, nos damos un tiro.
—Las cifras son las de una guerra.
—La sociedad mexicana tiene que asu-
mir que eso está ocurriendo. Es el ele-
fante blanco en la sala de la casa que
nadie quiere ver pero que ahí está.
—Pocos lo aceptan.
—No hay manera de ocultarlo. Lo pri-
mero que tiene que hacer México es
aceptarlo, hacerse cargo de esa reali-
dad, como sociedad y dejar de decir,
«está pasando pero no me toca a mí».
—¿Y después?
—Dejar de esperar a que los políticos
lo arreglen. Si los políticos no están en
sintonía con lo que necesitamos, que
es que remienden esta situación, nos
toca hacernos cargo, porque aunque
formalmente nos representan, en la
práctica no lo están haciendo.
—En España no se le llama guerra.
—Pensarán que estamos exagerando,
si no hay gente en la calle y nadie pro-
testa, eso no puede estar pasando.
—Hay miedo de viajar a México.
—No es que todo el territorio esté con
asesinatos en las esquinas, hay una
zona de riesgo. No debemos aceptar
que el miedo nos invada y nos inmo-
vilice o que la gente diga que no se pue-
de ir. No debemos minimizar una si-
tuación real pero tampoco meter mie-
do al grado que la gente no quiera
acercarse a nuestro país.
—¿Qué se puede hacer desde aquí?
—Informar, que es una herramienta
muy poderosa. Al gobierno le impor-
ta lo que se diga de él fuera de México.
—La han tachado de egocéntrica.
—En mi defensa, creo que es importan-
te compartir con la audiencia lo que
nos está ocurriendo a mí y a mi equi-
po, porque es una manera de señalar
algo que no nos tendría que pasar ni a
nosotros ni a nadie más, nunca.
«Nadie quiere ver la guerra
en México pero ahí está»
Carmen Aristegui
Periodista
ENTREVISTA
∑ La periodista mexicana no pierde el optimismo,
se niega a renunciar o a huir de su país por miedo
INÉS BAUCELLS
La periodista mexicana Carmen Aristegui en la Casa América Cataluña en su visita a Barcelona
√Punto de quiebra
«Me pregunto quién tiene que
morir para que la sociedad
se vuelque a exigir una
transformación profunda»
Por la libertad
de expresión
Tras su despido de la radio,
Aristegui y su equipo sostie-
nen diversos juicios con la
empresa para la que trabaja-
ban, MVS Comunicaciones.
Uno de ellos, creado con la
ayuda de sus abogados pro
bono, sostiene que el derecho
de la periodista a informar no
debe estar en manos privadas,
pues el espacio que los
concesionarios de la radio y la
televisión administran es un
bien público. El caso, desesti-
mado por la justicia mexica-
na, ha sido presentado ante la
Corte Interamericana de
Derechos Humanos. «De
ganar, nuestro caso serviría
de referencia para que un
periodista que es censurado
tenga derecho a defender su
voz», explicó la periodista.
abc.es/estilo
ABC DOMINGO, 6 DE AGOSTO DE 2017
ABCdel
VERANO 69