1. DIOS EXISTE.
En Cien Años de Soledad se cuenta como llego un día a macondo la enfermedad
del olvido. Es un texto muy sugestivo en el que se nos transporta a un mundo
imaginario. Todo tiene su letrero para conjurar la mala memoria. Macondo se llena
de títulos: “esta es una vaca”, “este es un martillo”, “esta es una calle”.
Un día, en la vía principal aparece el titulo más especial. A alguien se le ocurre
poner un cartel que dice: “Dios Existe”. Uno anhela que en la mente de muchas
personas no sea necesario colocar ese cartel, y tampoco en muchas casas o en la
ciudad y el país.
No es raro que a un mayor olvido de Dios y de sus preceptos corresponda a un
mundo emproblemado y caótico. Cuando el hombre se olvida de Sios y tiene
tiempo para todo menos para vivir su religión, se eclipsan la paz, el amor y la
unidad. Recuerda que Dios existe, amalo con todo el corazón y todas las fuerzas.
Practica tu fe y no andaras en la tiniebla.
2. Grandeza de Pasteur.
Hay un hecho digno de especial admiración en la vida de ese gran benefactor de
la humanidad que fue Luis Pasteur; semi invalido debido a un ataque cerebral,
siguió investigando 28 años hasta su muerte. No sabía compadecerse a sí mismo.
Respondía a las adversidades con una formula; sumergirse en el trabajo. Y algo
más importante: su fe era firme como la roca. Nunca se avergonzó de ir a misa.
Proclamaba que mas valía su mama de rodillas en el templo que todos los
científicos de Francia. Sus biógrafos afirman que salió airoso en su trabajo por la
seriedad y la dedicación y no tanto por talentos especiales. La vacuna fue el fruto
de muchos sacrificios y una gran disciplina.
Es admirable que este microbiólogo haya descubierto la vacuna después de ese
ataque cerebral que mermo sus capacidades. Es ejemplarizante ver a este hijo de
un curtidor de cueros dedicado a la investigación ante el escepticismo y las burlas
de muchos.
3. Dando recibimos.
Poco antes de morir decía Grace Kelly en un reportaje: “Mi padre era un ser
absolutamente honesto, su lema era no recibir nada sin dar algo a cambio y,
luchar con disciplina, tenacidad y sinceridad”. La famosa actriz reconocía así que
la mejor herencia paterna no fue monetaria, sino de orden espiritual.
De Dios que es puro don y pura gracia recibimos en su Hijo Jesús la mejor lección
para dar sin esperar nada a cambio. Dar desinteresadamente para descubrir con
alborozo que “dando recibimos”. Amar no es dar cosa, sino dar la vida. Dar de
nosotros mismos. El secreto de las personas felices es que un buen día se
sorprendieron encontrando la felicidad al darla a los demás.
Es cierto que el don de sí mismo no se hace sin luchar contra el egoísmo larvado
que nace con nosotros, pero solo cuando la vida es un combate, el ser humano
conjura su vacío existencial. La educación debe centrarse en inculcar con el
ejemplo valores como la disciplina, la tenacidad y la sinceridad. Educar es amar
para poder exigir, es dar para poder recibir.
4. La fe de Haydn.
Imaginar a un músico famoso como Franz Josehp Haydn de rodillas en oración
puede causar sorpresa a algunos, pero responde a la realidad. “Me levanto
temprano y apenas vestido me pongo de rodillas y pido a Dios y a la Virgen que
me ayuden en el día. Y si no me viene la inspiración para componer, paseo por la
habitación con el rosario en la mano, enseguida acuden las ideas”.
Esta confesión de fe del padre de la sinfonía, nos muestra que fue tan buen
creyente como genial compositor. Millones de personas agradecemos al
compositor sus 104 sinfonías, sus sonatas, cuartetos y romanzas. Son un regalo
para el espíritu. El, por su parte, daba las gracias al creador: “sé que Dios me ha
dado un cierto talento y humildemente le doy gracias por ello”.
¿Cómo está tu práctica religiosa? Dedica buen tiempo a la oración amorosa. Lee
todos los días el texto sagrado. Sin fe viva se muere el alma.
5. Actitud mental positiva.
Se cuenta que Napoleón Bonaparte borro de su diccionario la palabra “imposible”;
era consciente de que la mayoría de los limites están más en nuestra mente que
en la realidad. Tantas veces “imposible” es sinónimo de no intentado.
Sin alimentar falsos sueños y vivir de ilusiones para morir de desengaños,
estamos urgidos de reforzar la confianza. No se escalan cumbres cuando el
pesimismo frena y la inseguridad nos susurra sin cesar “no puedo”, “no soy
capaz”. Jesús decía a sus discípulos: “Todo es posible para el que cree”. Pero el
pedía una fe viva, dinámica, combativa.
Ciertamente hay metas que nunca alcanzaremos y para eso hay que ser realista.
Pero muchos confunden el realismo con el conformismo. Así disimilan su pereza,
su inconstancia y su incredulidad. Acrecienta la autoestima, cuenta tus dones y
confía en ti mismo. Cultiva una actitud mental positiva.