La ciudad francesa de Carcassonne estaba siendo asediada por un ejército enemigo durante varios meses. Los habitantes se estaban quedando sin comida y municiones y pensaban en rendirse. Sin embargo, una mujer llamada La Dama de Carcas lanzó el último chancho asado de la ciudad contra el ejército invasor desde lo alto de la muralla, haciéndolos creer que todavía tenían abundantes provisiones. Esto convenció al ejército enemigo de levantar el asedio y retirarse, salvando así a la
8. Ahora podremos entender la lectura "Aventemos al
chancho”
Esto pasó en la Edad Media, aquella época remota
en la que no había televisión. La ciudad francesa de Carcassonne
estaba en peligro. El ejército enemigo llevaba varios meses tratando de
invadir.
FOTO ACTUAL REAL
DE LA CIUDAD
9. En ese tiempo, las
ciudades estaban
protegidas por
murallas de piedra.
Ante el peligro de una
invasión, las puertas
de la ciudad se
cerraban y entonces
nadie podía entrar,
pero tampoco salir.
10. - ¡Ojalá llegue pronto nuestro ejército a salvarnos! -lloraban los
hambrientos carcasianos, encerrados en su propia ciudad. No sabían
cuánto tiempo más podrían resistir, pues luego de tantos meses no les
quedaban municiones ni comida.
11. Afuera de la ciudad, el ejército invasor
seguía arrojando flechas encendidas. Las
flechas subían por el aire cruzaban las
murallas y luego caían sobre algún techo,
que rápidamente empezaba a arder en
llamas. Luego los carcasianos iban
corriendo, echaban agua y apagaban el
fuego.
- Nos estamos quedando sin flechas... -se
lamentaban los soldados invasores.
Además, ya empezaban a cansarse de
acechar la ciudad. ! Qué resistencia la de
sus enemigos! Obviamente, ellos no
sabían que los carcasianos estaban
pensando en rendirse.
12. Y así habría sido de no aparecer un héroe, mejor dicho, una
heroína. Una mujer a quien la posteridad daría el nombre de
La Dama de Carcas (en francés suena más bonito). Esta mujer,
créelo, tenía a su cuidado el último chancho asado de la
ciudad.
HOMENAJE REAL A
LA DAMA DE
CARCAS EN
FRANCIA
13. -¡No nos rendiremos! -gritó la
mujer. Y entonces hizo algo
arriesgado: subió hasta lo alto
de una muralla cargando su
chancho. Ya no había
municiones en la ciudad, pero
a ella le quedaba esa última
arma. Cuando estuvo bien
arriba, la mujer aventó el
chancho asado contra el
ejército invasor. El pobre
animal (que ya estaba en el
cielo de los chanchos) cayó y
le dio en la cabeza a un
soldado.
¡No nos
rendiremos!
14. - ¡Les queda tanta comida
que la usan como arma
contra nosotros! -gritaron los
demás soldados, que se
fueron de allí. ¡Era inútil
tratar de invadir la ciudad!
¡Los carcasianos no saldrían
nunca!
Fin
15. “Cuando la situación es
adversa
y la esperanza poca,
las determinaciones fuertes
son las más seguras”.
- Tito Livio