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5. ÍNDICE
7
PRÓLOGO
9
D E S D E E L I N I C I O D E L O S T I E M P O S H A S TA
EL PENSAMIENTO ESCOLÁSTICO
31
EL PENSAMIENTO ECONÓMICO
ESCOLÁSTICO
51
L A E C L O S I Ó N D E E U R O PA : E L
MERCANTILISMO COMO CORRIENTE
TRANSVERSAL
63
LOS MERCANTILISMOS
85
E L P E N S A M I E N T O E C O N Ó M I C O I TA L I A N O :
LA ABSTRACCIÓN COMO CAMINO
99
LA BÚSQUEDA FRANCESA DE UN SISTEMA
E C O N Ó M I C O : L O S F I S I Ó C R ATA S
113
NACE UNA CIENCIA
6. 125
LA CONSTRUCCIÓN DE UN SISTEMA:
ADAM SMITH
153
LA ECLOSIÓN DEL PENSAMIENTO
CLÁSICO
183
M A R X Y L A E C O N O M Í A S O C I A L I S TA
197
D E L D E B AT E F I L O S Ó F I C O A L
ECONÓMICO
219
UN MODELO ECONÓMICO DE
ELECCIÓN
247
UNA TEORÍA INTERMEDIA DE LA
DEMANDA
257
E Q U I L I B R I O G E N E R A L WA L R A S I A N O :
UN SISTEMA ECONÓMICO EN
INTERCONEXIÓN
285
UNA TEORÍA INTERMEDIA DE LA
DEMANDA
299
BIBLIOGRAFÍA
7. PRÓLOGO
A
l abrir las páginas de este libro y ojear los primeros
capítulos podrá observar que esta Historia nace muy
atrás, en los primeros siglos. Al igual que Joseph Alois
Schumpeter, el gran maestro austríaco, miramos al pa-
sado para poder entender el presente. Nos sumergimos en la fi-
losofía griega y esencialmente en Jenofonte y Aristóteles porque
en ellos yacen los cimientos de la Teoría de la Elección del siglo
XIX. Podíamos haberlos admirado por su influencia en la escuela
escolástica, especialmente a Aristóteles, pero creemos que sus
lecciones han llegado hasta la antesala del conocimiento que se
muestra hoy en las clases de microeconomía y por ello entende-
mos fundamental su saber.
El mercantilismo, tantas veces tan despreciado por los pensado-
res del siglo XIX y algunos del XX, lo consideramos crucial para
entender mejor el comportamiento actual de muchas naciones.
Vemos, por ejemplo, fascinante los paralelismos entre el mercan-
tilismo español y el comportamiento reciente de algunos líderes
regionales. O sin ir tan lejos, mirando la política exterior nor-
teamericana sentimos ver la conducta de alguna de las grandes
naciones de los siglos XVI y XVII.
8. 8 PROLOGO
El libro avanza acorde el paso del tiempo, de este modo el lector,
usted, puede ir siguiendo las diferentes escuelas según estas se
asentaban en la sociedad de su época. Abordamos con detalle,
porque no podía ser de otro modo, el pensamiento clásico. Y
aunque Schumpeter es nuestra gran inspiración, su opinión nos
marca siempre que nos ubicamos en la duda, hemos de decir que
hemos ponderado a Smith en un mayor grado en que él lo hu-
biera hecho. Cada vez que lo releemos encontramos en el maes-
tro escocés nuevas e inéditas grandezas y ese sentimiento hemos
querido trasladarlo a este trabajo.
A Marx le hemos dedicado menos espacio y esfuerzo que el que
le hubieran dedicado muchos de nuestros colegas, pero es poca
ya la luz que vemos en sus trabajos y opinamos, sin ánimo de
acertar, que el tiempo no lo tratará mejor.
Caímos rendidos, como no, por el marginalismo. La fuerza de la
revolución utilitarista de 1871 sigue presente todavía hoy. Quien
desee avanzar en la microeconomía avanzada ha de saber y co-
nocer a los primeros utilitaristas económicos. La potencia de sus
escritos y la fuerza de sus razonamientos la consideramos crucial
y por ello hemos realzado a Carl Menger, Stanley Jevons y Leon
Walras.
Por lo demás, indicar que este es un libro cocinado de modo
lento, empezamos a elaborarlo a finales del siglo XX, son más de
diez años de trabajo. Son años de lectura, reflexión y posterior
redacción. Muchos temas los hemos debatido en clase con nues-
tros estudiantes, el modo de entender y comprender nuestras ex-
plicaciones nos llevaban de nuevo a volver a redactar un capítulo
o mejorar una explicación. Estamos, en fin, ante una obra viva.
Hoy leen la primera edición, mañana esperamos que lean una se-
gunda, que sin lugar a dudas sera más completa y robusta que la
anterior, ya que en ella habremos introducido los pensamientos
de nuestros estudiantes más inquietos y la de aquellos colegas
que se acerquen a debatir con nosotros.
Venancio Salcines & Esther Barros, La Coruña (España), Marzo
2011.
9. DESDE EL INICIO
D E L O S T I E M P O S H A S TA E L
PENSAMIENTO
ESCOLÁSTICO
[I.1 PRIMERAS CONTRIBUCIONES AL
ANÁLISIS ECONÓMICO]
[I.2 JENOFONTE, LA ECONOMÍA COMO
ADMINISTRACIÓN DE BIENES]
[I.3 P R O TÁ G O R A S : L A A P O R TA C I Ó N
S O F I S TA ]
[I.4 P L AT Ó N O L A V I S I Ó N R A C I O N A L I S TA ]
[I.5 ARISTÓTELES, EL GRAN MAESTRO]
[I.6 ROMA Y EL CRISTIANISMO PRIMITIVO]
[I.7 LA IGLESIA CRISTIANA, SUS
PRINCIPIOS]
[ N O TA S ]
10.
11. DESDE EL INICIO
D E L O S T I E M P O S H A S TA
EL PENSAMIENTO
ESCOLÁSTICO
[I.1 PRIMERAS CONTRIBUCIONES AL
ANÁLISIS ECONÓMICO]
C
uando los estudiantes de la Es- Los economistas del
paña de postguerra comenza- siglo XX iniciaron su
ban el estudio de la Economía formación despreciando
todas las doctrinas en
Política, lo primero que leían en desuso.
sus manuales es que no puede hablarse de El análisis económico
doctrinas económicas en su consideración previo a la Escuela
de exposición científica y sistemática de Clásica, fue el que
los problemas fundamentales de nuestra recibió el mayor de los
desprecios.
ciencia hasta el siglo XVIII, con la Escuela
Fisiocrática. Así se lo indicaban Perianes y Forns (1946) a los
estudiantes de Derecho de la Universidad de Madrid. Si el es-
12. 12 DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS…
tudiante pertenecía a la Universidad de Barcelona posiblemente
profundizaría en la Historia de la Economía de J. Algarra (1941)1.
Indicaba este profesor barcelonés que nuestra ciencia es absolu-
tamente moderna, pues ni en la antigüedad ni en la Edad Media
conocemos teoría alguna de Economía política. A pesar de haber
alcanzado en los tiempos clásicos, tanto la actividad producto-
ra como todo el rodaje económico, muy alta perfección, ello no
dio lugar a ningún análisis teórico: sólo algunos hombres muy
eminentes, y aún en contados casos, se fijaron en los problemas
prácticos de la vida económica y dedujeron conclusiones bastan-
tes generales. Las obras económicas de aquellas remotas edades
son por lo común dignas de escasa estima2.
Muchos manuales de Muchos manuales de economía, principal-
principios del siglo XXmente los británicos, iban mucho más lejos
ignoraban las escuelas
e ignoraban todas las escuelas. Se aupaban,
anteriores.
muy en línea con el estilo actual, sobre los
avances de la revolución hicksiana y los economistas de la Lon-
don School of Economics. Los alumnos de América Latina, y en
especial los argentinos y los mexicanos, se formaban a través de
los libros que componían la serie de Economía que dirigía Daniel
Cosío Villegas para el Fondo de Cultura Económica (FCE). Uno
de los principales manuales del FCE estaba escrito por Frede-
ric Benham (1938)3 y su denominación original era Economics:
A General Textbook for Students, aunque los estudiantes de habla
hispana lo conocieron como Curso Superior de Economía.
El siglo XX nació menospreciando a todas aquellas doctrinas
económicas que se consideraban superadas. El mundo se dividía
entre los defensores del capitalismo y el comunismo. En medio de
esta lucha ideológica sangrienta no parecía rentable hacer “per-
der el tiempo” al estudiante explicándole doctrinas en “desuso”.
Sin embargo, si retrocedemos en el tiempo hasta el periodo de
entreguerras y leemos a los economistas de la década los vein-
te4, como René Gonnard (1930) o anteriores, como A. Souchon
(1905) o Guiraud (1905)5, observamos una mayor atención ha-
cia el pensamiento griego.
Aunque, como indica Schumpeter (1954), verdaderamente, si
hablamos de pensamiento económico en general, y no de escue-
13. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 13
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
las, entonces podremos encontrar antecedentes en las civilizacio-
nes antiguas.
[DEL ESTE PROVIENEN LOS PRIMEROS
R AY O S D E L U Z ]
Las teocracias asiria y babilónica habían desarrollado las institu-
ciones monetarias, conociendo el crédito y la banca (2.000 a.C.).
Las enseñanzas de Kung Fu-tse (551-478 a. La clave económica
C.), más conocido como Confucio, cinco si- se incorpora a las
glos antes de Cristo, preconizarón una mo- corrientes amplias
de pensamiento
ral destinada a permitir el perfecto gobierno
para satisfacer las
del pueblo. Intentaban convertir al hombre necesidades de saber de
en un ser superior para beneficio de la colec- los gobernantes.
tividad. Este pensador chino y los discípulos
de su obra mostraron un perfecto razonamiento sobre el sistema
económico en China. Su trabajo, sumado al de sus seguidores,
como Mencio, de nombre Mong-Tsu (372-288 a.C.), señalaron
métodos de política económica y control de cambios que indu-
dablemente hacen pensar en la existencia de algún razonamiento
científico6. De hecho, con ellos, las bases mitológicas chinas pali-
decen ante las especulaciones filosóficas, y la tradición, tan suma-
mente religiosa, empieza a perder gran parte de sus prerrogativas.
En cuanto al análisis económico griego, parece sorprendente su
debilidad cuando se piensa en el brillante
desarrollo económico que alcanzaron en el A los filósofos griegos
no les preocupaba la
campo de los hechos, y también en la ampli- Economía. Era para
tud que adquirieron entre ellos otras cien- ellos un tema menor.
cias sociales y morales como la política y la La preocupación
ética. Siendo el pensamiento griego mucho aristotélica de teorizar
más psicológico que el occidental, ¿por qué sobre la felicidad,
permitió, mucho tiempo
no utilizó la economía política en Grecia in- después, profundizar en
vestigaciones comparables a las que pusie- la Teoría Subjetiva del
ron a tanta altura las ciencias inmediatas?, Valor.
Souchon (1905) . 7
[ L A A B U N D A N C I A E S TA R E Ñ I D A C O N E L
PENSAMIENTO ECONÓMICO]
Como afirma Gonnared (1930), la economía política de los grie-
gos es incompleta y, desde muchos puntos de vista, rudimentaria;
14. 14 DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS…
pero además y principalmente, no se destaca como ciencia inde-
pendiente. No se la considera más que como una dependencia de
la política o de la moral. Debe notarse que las obras en las cuales
tenemos que buscar las ideas helénicas en materia de economía,
no las exponen más que de un modo incidental. Generalmente
esta exposición es con motivo de teorías políticas o éticas. De
esta eclipse y de esta subordinación del pensamiento económico
griego se han dado diferentes explicaciones. A juicio de Gonnard
(1930)8, sólo dos de ellas parecen dignas de atención: en primer
lugar, la extremada preocupación que los griegos tenían por el
Estado, distraía su mirada de los fenómenos económicos, los más
alejados, por su naturaleza, del Estado, los menos sometidos a su
acción. Por otra parte, hay que tener en cuenta que estos mismos
fenómenos económicos eran infinitamente menos visibles e im-
presionantes que hoy.
Tal y como indica Schumpeter (1954) en su Historia del Análisis
Económico, por lo que se nos alcanza, un análisis económico rudi-
mentario es un elemento menor – muy modesto – de la herencia
que hemos recibido de nuestros antepasados culturales, los anti-
guos griegos. Al igual que su matemática y su geometría, que su
astronomía, su mecánica y su óptica, también su economía es la
raíz de toda la que ha venido después. A diferencia de los logros
en esos otros campos mencionados, su economía no alcanzó un
estatuto de independencia, ni siquiera entidad clasificatoria pro-
pia. Los griegos fundían sus razonamientos económicos con su
filosofía general del estado y de la sociedad, y pocas veces trata-
ron sustantivamente un tema de economía.
Frecuentemente, se indica que los escasos fragmentos científicos
disponibles del pensamiento económico griego se encuentran en
Platón (427-347 a. C.) y Aristóteles (384-322 a. C.), olvidando
en muchas ocasiones las aportaciones de Protágoras (490-415 a.
C.) y Jenofonte (430-355 a. C.).
[I.2 JENOFONTE, LA ECONOMÍA COMO
ADMINISTRACIÓN DE BIENES]
El primero de estos maestros griegos, Jenofonte (444-354 a. C.),
ha sido más conocido por su carácter de general griego, que por
15. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 15
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
su labor como filósofo, discípulo de Sócra- Aunque se pueden extraer
tes (469-399 a. C.) o historiador. La Ciro- de Jenofonte lecciones
interesantes sobre el
pedia, la más antigua de las novelas histó- marginalismo, sus ideas
ricas, se vincula a su nombre, algo que no no influyeron en los
ocurre cuando se menciona Economía o economistas subjetivistas
De las Rentas. del siglo XIX.
En la última de sus obras mencionadas, De las Rentas, aborda la
gestión económica de los esclavos utilizados en algunas de las
explotaciones mineras de Atenas. El macizo del Laurion, al sur
de Atenas, era una zona de explotación de plomo argentífero.
Este hecho provocaba una concentración humana cuya impor-
tancia varió según la actividad o negligencia de la administra-
ción pública y la riqueza o la escasez de los yacimientos cono-
cidos. Como propietario de los yacimientos, el estado ateniense
los arrendaba a los explotadores, reservándose el monopolio de
la plata obtenida después del tratamiento del mineral. En estas
explotaciones había invertidas grandes cantidades de dinero o
capital. Los explotadores destinaban estas ingentes cantidades
de dinero a abrir las galerías y a adquirir los materiales y la
mano de obra, que era esclava. Esta mano de obra, aunque es-
clava, suponía un elevado coste para el explotador de las minas,
ya que, generalmente se la alquilaba a empresarios, cuyo único
fin comercial era arrendar mano de obra esclava. Los empresa-
rios esclavistas conformaban de facto un monopolio que estran-
gulaba la actividad minera ateniense al controlar la oferta de
mano de obra, con objeto de elevar su precio.
La propuesta de Jenofonte, descrita en De las Rentas, fue re-
servar esta especulación para el Estado. Este, capaz de invertir
cantidades más considerables en la adquisición de esclavos, se
habría asegurado no sólo el producto de su alquiler, sino tam-
bién las correspondientes entradas de dinero acrecentadas por el
desarrollo de las explotaciones mineras, que ahora ya no verían
estrangulada su actividad económica por el alto precio de esta
mano de obra. Esta idea de Jenofonte entronca en la enorme
preocupación que tenían los pensadores griegos de los proble-
mas de estado, pero con la particularidad, de que por primera
vez, la economía está reflejada de un modo sustantivo.
16. 16 DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS…
Jenofonte aporta la Pero, la obra que debe ser considerada su
primera noción conocidabuque insignia como economista es su Eco-
de marginalidad.
Hace hincapié en
nomía. Este escrito, como indican Ekelund
que cuanto mayor es y Hébert (1992), debe ser considerado un
el número de platos himno a la ciencia de la administración.
superfluos o añadidos De Economía se extrae la lección de que
que se ponen delante deun buen administrador se esfuerza por in-
una persona, más pronto
le invade una sensación
crementar el tamaño del excedente econó-
de hartazgo. mico de su unidad de producción. Esto se
logra a través de la habilidad, el orden y
uno de los principios económicos fundamentales - que veremos
esbozado también en Platón - la especialización. En el caso de
Jenofonte, se referirá a la especialización del trabajo.
[ C U A N TA M Á S C O M I D A M E N O S P L A C E R ]
Algunos autores han creído ver en Jenofonte una preocupación
por los problemas del valor, de modo similar al detectado pos-
teriormente en Aristóteles9. Con la salvedad, que la influencia
posterior de Aristóteles en los marginalistas (siglo XIX) está con-
trastada y la de Jenofonte, no.
El subjetivismo a la hora de analizar el problema del valor se ob-
serva en Jenofonte cuando argumenta que el hombre inteligente
utiliza la percepción y la razón para extraer de la naturaleza lo
que es necesario para satisfacer las necesidades humanas y evitar
las incomodidades. Este pensamiento era coherente con la doc-
trina hedonista. Los primeros esbozos de la doctrina utilitarista
a mediados del s. XIX fueron tildados en su momento de hedo-
nistas. Destacamos también de este discurso su utilización del
concepto de necesidad como eje articulador. Este concepto será
un bloque transversal que recorrerá el análisis económico del va-
lor, tanto en su vertiente objetiva como subjetiva.
Sobre el concepto de marginalidad, se ha querido ver en un ejem-
plo de Jenofonte, relacionado con el consumo de alimentos, un
esbozo de esta idea. Plantea que cuanto mayor es el número de
platos superfluos o añadidos que se ponen delante de una per-
sona, más pronto le invade una sensación de hartazgo; y así, en
lo que respeta a la duración de su placer, también el hombre
al que se le ofrecen muchas posibilidades está peor que el que
17. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 17
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
disfruta moderadamente de la vida. Pero donde entronca Jeno-
fonte directamente con la preocupación de los subjetivistas del
siglo XIX, es en su concepción de los bienes. Este tema, que fue
tratado de un modo muy detallado por alguno de los principales
marginalistas, como Menger en 1871, fue genialmente esbozado
por este filosofo griego al explicar la utilidad de una flauta: Este
instrumento musical, para quien sabe tocarlo es un bien, y para
quien no sabe, no lo es más que piedras inútiles. Jenofonte, con
esta explicación está relacionando los bienes con las satisfaccio-
nes de necesidades. De un modo más elaborado, pero estructu-
ralmente igual, planteó el austríaco Carl Menger su concepto de
bien en el último tercio del siglo XIX.
[I.3 P R O TÁ G O R A S : L A A P O R TA C I Ó N
S O F I S TA ]
Antes de relatar las aportaciones de Platón y Aristóteles es nece-
sario mencionar a Protágoras. Este filósofo griego pertenecía al
cuerpo intelectual y moral de los “sofistas”.
Protágoras genera la idea
En sí, este nombre, que significa “hombre base de que el hombre es
de saber” no debe tener una connotación la medida de todas las
peyorativa, aunque la polémica tendencio- cosas.
sa y agria llevada contra ellos, en particular El individualismo, sostén
por Platón, les valió una mala reputación, de las teorías utilitaristas
del siglo XIX, dice lo
que se refleja en la actual connotación de la mismo.
palabra sofista.
Rebasaban, los sofistas, ampliamente el marco de la filosofía,
abordando todos los aspectos del saber, desde un método tildado
en su esencia de revolucionario. Sin ningún cuidado por preocu-
paciones abstractas, proclamaban, según la frase de su más fa-
moso representante, Protágoras, que “El hombre es la medida de
todas las cosas”10. No es difícil sospechar que, desde este punto
de vista filosófico se pudiera esconder, como así es, la idea matriz
de la teoría del valor trabajo11 y la del individualismo subjetivo.
Protágoras adelantó dos concepto básicos de la teoría económi-
ca moderna: a) El método de evaluación de los individuos como
agentes maximizadores de utilidad y b) El uso de la evaluación
hedonista en la medición de la utilidad12. Estos dos conceptos
18. 18 DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS…
que se extraen de Protágoras están en plena consonancia con las
doctrinas sofistas, que con un desprecio total de las tradiciones y
por el ejercicio del espíritu crítico, intentaban plantear el subje-
tivismo negando la posibilidad de ningún conocimiento objetivo.
Planteaban los sofistas y por tanto Protágoras, que era su prime-
ra espada, la imposibilidad de afirmar o negar la existencia de
los dioses, igualmente la imposibilidad de considerar la ley como
algo más que una realidad humana y sometida al capricho de los
hombres. Y al mismo tiempo animaban a sus discípulos a buscar
los éxitos por encima de todo, a no reconocer una verdad y una
justicia absolutas superiores y distintas a lo útil.
[I.4 P L AT Ó N O L A V I S I Ó N
R A C I O N A L I S TA
La existencia de una La visión subjetiva de Protágoras en nada
clase gobernante es fue compartida por Platón, quien hacía
bastante complicado sin
descansar sus pensamientos sobre el pe-
la producción de bienes.
Potenciales problemas destal del racionalismo. Ciertamente Pla-
de escasez obligan tón estaba mucho más cerca de la visión
a abordar las tareas de Jenofonte que de la del sofista Protágo-
productivas y mercantiles.
ras. Combinaba la idea de especialización
y división del trabajo con los razonamien-
tos más abstractos de la idea de ciudad-estado, que era para los
griegos la única forma posible de existencia civilizada.
En la República se observa con claridad la aplicación de estas
ideas. Muestra como la polis griega y por extensión cualquier
tipo de ciudad, se conforma de personas que tienen la capacidad
de satisfacer las necesidades de otras personas - los artesanos,
los militares, los religiosos.. – de modo que se va generando un
ente agregador de personas, una ciudad. Por tanto, es la búsque-
da y el estudio de la polis griega por excelencia la que le conduce
a la idea de especialización.
[ L A P O L I S I D E A L G E N E R A C L AV E S
ECONÓMICAS]
Los problemas de producción los aborda, Platón, también inmer-
sos en su búsqueda de ciudad ideal. En este caso, será a la hora
de plantear el sistema de clases sociales reinante. La existencia
19. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 19
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
de una clase gobernante es bastante complicada sin la produc-
ción de bienes. Es por ello necesario abordar las tareas producti-
vas y mercantiles.
Su visión de la sociedad ideal como algo absoluto y estático le
hacía considerar como un mal – aunque necesario – al dinero y al
comercio. Estos dos elementos tenían la virtud, y aun la tienen,
de alterar el status quo social.
El último de los elementos que se pueden extraer de la obra de
Platón es su concepción del dinero como instrumento de inter-
cambio (Politeia II, 371). Aunque no se puede afirmar que haya
vertido ninguna opinión precisa acerca de la naturaleza del dine-
ro, sí podemos aseverar que su hostilidad con el uso del oro y la
plata, o su idea de una moneda local que no tiene validez como
medio de pago fuera del estado emisor, concuerdan con las con-
secuencias lógicas de una teoría para la cual el valor del dinero es
independiente del material con el que se elaboren las monedas.
Este hecho, a juicio de numerosos historiadores del análisis eco-
nómico, como Schumpeter (1954), permiten ver a Platón como
el primer defensor conocido de una de las dos teorías fundamen-
tales del dinero, igual que Aristóteles se puede presentar como
el primer defensor conocido de la otra. No obstante, es muy im-
probable que esas dos teorías a las que se refiere Schumpeter
(1954) hayan nacido con la obra de estos dos grandes maestros
de Grecia.
La gran debilidad de la economía política de Platón es que no
la abordó de un modo sustantivo, sólo la utilizó como un instru-
mento más dentro de un modelo racionalista, donde el objetivo
era alcanzar una polis ideal. No obstante, no debemos nunca
olvidar su idea de especialización, extraída de su teoría de las
castas, y la idea del dinero como un símbolo arbitrado para faci-
litar el intercambio.
[I.5 ARISTÓTELES, EL GRAN
MAESTRO]
Es indudable que en los trabajos de Aristóteles se puede encon-
trar una intención analítica ausente en la obra de Platón. Este
20. 20 DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS…
Es el verdadero maestro. hecho, y la rapidez con la que se propaga-
De Aristóteles bebieron ron sus obras en Occidente, justifican su
todos los grandes
pensadores, en especial
preponderancia.
los padres, o quizás
El itinerario recorrido por los libros de
deberíamos decir abuelos,
de la microeconomía Aristóteles para llegar desde la lejana Gre-
moderna. cia hasta la indómita Europa Central pasó
por la actual España. Después de la con-
quista de Alejandría por los árabes en el año 642, la cultura y la
lengua de Grecia pervivió, bajo el dominio musulmán hasta el
siglo IX. Durante estos doscientos años transcurridos desde la
entrada en Alejandría, se tradujeron una gran cantidad de obras
griegas al árabe, y entre ellas las de Aristóteles, estando la prin-
cipal correa de transmisión del conocimiento científico helénico
en la escuela de Hunain ibn Ishaq (809-873). Serán las traduc-
ciones al latín de las obras de Muhammad ibn Rusd, más co-
nocido por Averroes (1126-1198), las que muestren de nuevo a
Occidente la grandeza del pensamiento griego.
[ L A S É T I C A S O L A C A J A D E PA N D O R A
DEL ANÁLISIS ECONÓMICO GRIEGO]
Aristóteles deslumbró a La gran obra, la primera que hizo desper-
los religiosos de la edad
tar el pensamiento europeo de la Edad Me-
media (escolásticos),
dia fue la Ética. Los iniciados en el campo
a los filósofos del siglo
XVIII (los clásicos) de la filosofía saben que se trata de varios
y a los teóricos de la tratados aristotélicos, que en su conjunto
reciben el nombre de Las Éticas. El prime-
abstracción del siglo XIX
(los marginalistas). Es ro de ellos es la denominada Ética Nicomá-
decir, a todos aquellos
quea, sobre esta y la segunda de las éticas,
preocupados por el valor.
la Ética Eudemia surgieron dudas sobre su
autenticidad, se pensó si fueran Nicómaco o Eudemo de Rodas
o, tal vez, Eudemo de Chipre, el contemporáneo de Teofrasto, a
quienes había que atribuir su autoría. Lo que parece evidente es,
sin embargo, que ninguna de las dos obras fueron escritos dedi-
cados a Nicómaco o a Eudamo, respectivamente; no sólo porque
el concepto de dedicatoria, tal como hace suponer la equívoca
traducción del título, era absolutamente ajeno a la época de Aris-
tóteles13, sino, sobre todo, por el carácter de las publicaciones
aristotélicas que, al menos las que han llegado hasta nosotros,
21. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 21
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
nos permiten descubrir la extraña relación, vista desde nuestros
criterios, que los escritores griegos de la época platónica o aristo-
télica tenían con sus propios escritos. Los nombres propios que,
adjetivamente aparecen en los títulos de las dos Éticas podrían
deberse, en el caso de Nicómaco, a que éste fue el corrector y el
editor del escrito de su padre. Más difícil de explicar es el sen-
tido del nombre de Eudemo en la Ética Eudemia. Por razones
bastantes complejas, y que no abordaremos en este libro, este
trabajo ha sido considerado como una obra no original de Aristó-
teles. No obstante, la suposición más aceptada actualmente en
el campo de la filosofía es que por el estilo de la obra no se puede
atribuir a Eudemo de Rodas, sino que constituye una colección
de escritos fragmentarios de Aristóteles, dados a conocer por Eu-
demo de Rodas.
[LOS FOGONAZOS DE ARISTÓTELES]
Pero, ¿Qué fue aquello que deslumbró a los pensadores escolásti-
cos, a los economistas clásicos o a los marginalistas del siglo XIX
como Menger? No todos los economistas han mirado, buscado o
encontrado lo mismo en la obra de este pensador griego.
Hablar de dinero en Aristóteles es introducirnos en una larga tra-
dición que recorre, al igual que una columna vertebral, el cuer-
po histórico de la Edad Media, el Renacimiento y llega con ex-
traordinaria fuerza hasta el cuerpo teórico de Adam Smith. Esta
visión aristotélica comienza en el libro V 5, 1133a de la Ética
Nicomáquea. En ese apartado indica que todas las cosas que se
intercambian deben ser, de alguna manera, comparables y ese
papel lo juega la moneda.
Para esto se ha introducido, la moneda, que es de algún modo,
algo intermedio, porque todo lo mide, de suerte que mide también
el exceso y el defecto: cuántos pares de sandalias equivalen a una
casa o a un determinado alimento. Es preciso, pues, que entre el
arquitecto y el zapatero haya la misma relación que hay entre
una cantidad de zapatos y una casa o tal alimento. Pues, de otro
modo, no habrá cambio ni asociación. Pero esta proporción no
será posible, si los bienes no son, de alguna manera, iguales. Es
menester, por tanto, que todo se mida por una sola cosa, como
se dijo antes. En realidad, esta cosa es la necesidad que todo lo
22. 22 DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS…
mantiene unido; porque si los hombres no necesitaran nada o
no lo necesitaran por igual, no habría cambio o no tal cambio.
Pero la moneda ha venido a ser como una especie de sustituto
de la necesidad en virtud de una convención, y por eso se llama
así, porque no es por naturaleza sino por ley, y está en nuestras
manos cambiarla o inutilizarla. Ética Nicomáquea, V 5 1133a14
[ L A S N E C E S I D A D E S S O N S U B J E T I VA S ]
La escuela neoclásica Al abordar el tema del dinero se introdu-
siempre ha considerado ce, como no podía ser de otro modo, en el
que las necesidades
carácter subjetivo de las necesidades, afir-
humanas son subjetivas.
La escuela austriaca, mando:
desde Menger hasta
Mises y Rothbard,
Que la necesidad, como una especie de uni-
opina lo mismo. Por el dad lo mantiene todo unido, está claro por el
contrario, el marxismo hecho de que, cuando las dos partes, ya am-
defendía la existencia debas o una sola, no tienen necesidad una de
necesidades objetivas. otra, no hacen el cambio como cuando una
necesita lo que tiene la otra, por ejemplo, vino o trigo. Ética Ni-
comáquea, V 5 1133b
En este párrafo queda claro que el valor de las cosas está relacio-
nado con las necesidad que se tiene de las mismas. Y dado que
esta cita está englobada en el marco del dinero y del precio de las
cosas, se podría deducir que es el precio que estamos dispuestos
a pagar el que mantiene relación directa con nuestra necesidad
de las cosas.
El dinero juega también en la obra aristotélica un papel de ga-
rante de la satisfacción de necesidades futuras. Con el dinero
podemos adquirir productos que no necesitemos en el momento
presente pero podamos necesitar en el futuro:
El dinero para poder En cuanto al cambio futuro, si ahora no ne-
jugar su papel de medio cesitamos nada, pero podemos necesitar lue-
de cambio, tiene que go, la moneda sirve como garante, porque el
ser útil y con valor de
cambio. Por ello, se que tiene dinero debe poder adquirir. Ética
estima por su peso y Nicomáquea, V 5 1133b
calidad.
Los economistas clásicos beben de las
aportaciones de Aristóteles a las teorías del contrato social, de la
23. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 23
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
propiedad o del dinero entre otras. En particular, Adam Smith
extrae de Política la visión del dinero de Aristóteles. El eco-
nomista escocés defiende la existencia de casas de moneda que
certifiquen la pureza del metal utilizado en la elaboración de las
monedas, y para ello recurre a Aristóteles.
Para evitar estos abusos [se refiere Smith a los abusos cometidos
por aquellos que adulteran con metales pobres las monedas de
oro o plata] facilitar los cambios y fomentar por este procedi-
miento el comercio y la industria, en todas sus manifestaciones,
se consideró necesario, en cuantos países se adelantaron algo en
el camino del progreso, colocar un sello público sobre cantidades
determinadas de aquellos metales que acostumbran a usar esas
naciones para comprar todo género de mercancías. Tal es el ori-
gen de la moneda acuñada y de aquellos establecimientos públi-
cos llamados “Casas de Moneda”, instituciones que guardan un
gran parecido con las oficinas (Lonjas) que inspeccionan y sellan
los tejidos de lana y lino. Págs 26 y 27 de Investigación sobre la
naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, [1776]1958.
De hecho, Aristóteles, está planteando la No entiende que una
proposición de que el dinero para servir mercancía pueda crecer
como medio de cambio tiene que ser una de valor al pasar de unas
manos a otras.
de las mercancías que ayuda a intercam-
biar. Es decir, tiene que ser una cosa útil y con valor de cambio,
independientemente de su función monetaria. De este modo, la
mercancía moneda se estima por su peso y por su calidad, al
igual que las personas hacen con el resto de las mercancías para
calcular su valor. Esta teoría del dinero se denominó metalismo o
teoría metalista del dinero. En lo referente al interés, nunca com-
prendió por que una mercancía, como el dinero, pueda crecer al
pasar de unas manos a otras. Ese hecho, que sí fue estudiado por
los doctores escolásticos, fue definido y repudiado por Aristóte-
les, quien lo definió como usura
[ ¡ Q U E C A R O E S T E N E R E S C L AV O S ! ]
La visión aristotélica de los orígenes del Estado, de la propiedad
privada y de la esclavitud influyó también de un modo importan-
te en los pensadores de los siglos XVII y XVIII. En lo referente
a la esclavitud, hizo un profundo análisis económico que le llevó
24. 24 DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS…
a la conclusión de que el trabajo esclavizado era el más caro de
todos. Adam Smith (1958) retoma el discurso aristotélico al re-
ferirse a la baja productividad de los esclavos:
La experiencia de todos los siglos y naciones demuestra que
una obra hecha por esclavos es más cara que otra alguna.
Un hombre que no tiene la posibilidad de adquirir propiedad
o dominio, no puede tener otro interés sino el de comer lo
más que pueda y trabajar lo menos que sea posible [....] para
mantener cinco mil hombres ociosos (gente de guerra que
se suponía necesaria para la defensa), juntamente con sus
mujeres y criados, se necesitaría [se está refiriendo Smith a
la baja productividad de los campos agrícolas cuando están
en manos de esclavos], dice aquél, un territorio de ilimitada
extensión y fertilidad, como los llanos de Babilonia. Pág. 348
de Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de
las naciones, [1776]1958.
Como se pudo comprobar en esta cita de Smith, los economistas
clásicos retoman la idea aristotélica de que los esclavos intenta-
ran maximizar su ingesta alimenticia y minimizar su esfuerzo.
Los escritos de Aristóteles Este discurso sobre la esclavitud está re-
marcan numerosos cogido dentro de uno mayor que, al igual
debates posteriores, como
el de la rentabilidad
que en Europa en los siglos XVII y XVIII,
económica de la recorrió Grecia en el siglo V a. C.: el con-
esclavitud o la necesidad trato social.
de un contrato social.
Ha sido tal la influencia de Aristóteles en
este campo que todos los grandes pensadores europeos de la
época lo tiene presente, por ejemplo, Jean Jacques Rousseau en
el Contrato Social recurre a él prácticamente en la totalidad del
capítulo X del libro III, que trata del abuso del gobierno y de su
inclinación a degenerar.
Será en Política I, 8-11 y en Ética V, 5 donde podemos encon-
trar la economía pura de Aristóteles, o como diría Schumpeter
(1954), la embrional economía pura. No observó, sin embargo,
Schumpeter que no es necesario acudir hasta el libro V de la Éti-
ca Nicomáquea (E.N.) para encontrar aspectos teóricos de ver-
dadero interés. En el libro I de la E.N. muestra que la actividad
25. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 25
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
humana tiende siempre a alcanzar algún fin. Al menos esto se
debe de interpretar de la siguiente afirmación aristotélica15: toda
actividad humana tiene un fin y el de la economía es la riqueza. Si a
esta afirmación añadimos el concepto de necesidad, interpretán-
dolo como un objetivo a alcanzar, estaríamos poniendo los raíles
para un tren que nos conduce a una parada denominada teoría
subjetiva del valor.
[OTRO LEGADO MÁS: LA NOCIÓN DE
VA L O R ]
Sin ánimo de restar importancia a sus apor- Sus textos, fueron releídos
taciones sobre el interés y el dinero o el con- por algunos de los
trato social entre otras, hemos de destacar principales marginalistas
su aportación en el tema del valor. Su teoría del siglo XIX.
La teoría subjetiva del
de la existencia de una escala ordinal de ne- valor parece tener sus
cesidades caló con fuerza en Carl Menger, orígenes en Aristóteles
quien desarrolló una teoría subjetiva del
valor sustentada, entre otros, en el concepto de necesidad y en
una tabla de necesidades, donde ordena las mismas bajo el criterio
de prioridad para el ser humano. Realmente, Aristóteles no sólo
distinguió entre valor de uso y valor de cambio tan claramente
como cualquier autor posterior, sino que, además ha notado que
el segundo fenómeno se deriva de un modo u otro del primero.
Observó, también, la importancia de los incrementos marginales
en la teoría del valor, en Tópicos, 118b 15, Aristóteles expone que,
...una cosa es más deseable si, cuando se añade a un bien inferior,
hace que el conjunto se convierta en un bien mayor. Asimismo, se
debe juzgar por medio de la sustracción: porque la cosa cuya sus-
tracción hace que el resto se convierta en un bien inferior debe con-
siderarse como un bien mayor, independientemente de la razón por
la que dicha sustracción convierta al resto en un bien inferior16.
Una mente con tal capacidad analítica no podía dejar de com-
prender los conceptos de escasez y valor de uso. Si hacemos uso
de la famosa paradoja de Adam Smith sobre el valor del agua y
de los diamantes, podemos decir que la misma podría haber sido
solucionada por Aristóteles. Al menos eso se intuye a la luz de la
siguiente cita
26. 26 DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS…
....el oro es una cosa mejor que el hierro, aunque menos útil: es
difícil de obtener, y por tanto su posesión tiene más valor [....] lo
que a menudo es útil supera a lo que raramente es útil. Tópicos,
1364a 20-25.
[I.6 ROMA Y EL CRISTIANISMO PRIMITIVO]
Los seis primeros siglos de la era cristiana Roma, lecciones para la
son un eslabón más de la fuerte cadena de historia económica pero
pensamiento griego. Roma, como Imperio, no para la historia de la
Economía
hacía frente a un gran número de problemas
de carácter económico. Sin embargo, la clase intelectual romana
no abordó de modo sustantivo el análisis económico. Los pensa-
dores clásicos han analizado con profundidad los documentos ro-
manos, como los dejados por Séneca (4 a.C. – 65 d.C) o Dion
Casio17 (170 d.C. – 235. d.C.) entre otros, pero ha sido la mayoría
de las ocasiones para buscar respuestas a problemas importantes
de su época, como la esclavitud o la acuñación de monedas, más
que con objeto de encontrar un análisis económico estructurado.
Sirva de ejemplo la utilización que Smith realiza de la obra De
Ira del pensador cordobés, Séneca. El escritor escocés recurre a
esta para justificar que, en la época romana, existía un magistra-
do que tenía por único objeto defender o proteger a los esclavos
de Roma. Esta figura defensora de los escasos derechos de la
población esclava fue creada en tiempos del Emperador Augusto
(68 a.C.-14 d.C.). Según cuenta los historiadores romanos, este
magistrado lo mandó crear Augusto después de observar a Vedio
Pollion ordenar que, como castigo a una falta leve, uno de sus
esclavos fuera descuartizado y tirado al estanque de los peces18.
No debe pensar el lector, que Smith recurre a los pensadores
romanos como una mera muestra de erudición. Lo hace siem-
pre con una gran capacidad analítica y para extraer lecciones
aplicables a la política económica del momento. En el ejemplo
del magistrado de esclavos, Smith, intenta, primeramente, jus-
tificar su existencia e implantación en las colonias europeas del
s. XVII, y, en segundo lugar, mostrar que cuando Roma era go-
bernada por un Emperador, como Augusto, el magistrado podía
hacer su labor sin injerencias, mientras que, en los tiempos de la
27. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 27
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
República, cuando los esclavistas tenían capacidad para poner y
sacar mandatario, el magistrado tenía muy poca independencia.
Observamos por tanto, un análisis que va más allá del puramente
económico, y se encardina en la dirección de la separación de los
poderes del estado.
[El DErEcho romano: El corpus DE
Justiniano]
El derecho romano ha sido la gran reali- La fijación de precios,
zación de la sociedad romana, su gran las situaciones
herencia. Ha sido su derecho común, jus monopolísticas, la
propiedad, la moneda
gentium19, un depósito de principios eco- y su valor intrínseco
nómicos, que más tarde relucieron en el entre otros temas, fueron
análisis económico de la Edad Media. Las abordados por los
principales lecciones, de carácter econó- jurisconsultos
mico, las encontramos en el Corpus de Jus-
tiniano (528-533).
En el año 528 de nuestra Era el emperador Justiniano creó una co-
misión de juristas presidida por su ministro de Hacienda, Tribonia-
no, para que redujera a dimensiones manejables la amplia colección
de leyes y literatura jurídica. Este Corpus, nombre de la recopilación
dirigida por Triboniano, se dividía en las Institutiones, las Digestae y
el Codex20. De estas tres partes, únicamente la segunda, el Digesto o
Digestae, es de verdadero interés para el análisis económico. En ella se
recogen numerosos escritos realizados por los jurisconsultos. Estos no
sólo tenían carácter normativo, sino también explicativo. Y es esta últi-
ma faceta, la explicativa, la que muestra el análisis económico romano.
La fijación de precios, las situaciones monopolísticas, la propiedad, la
moneda y su valor intrínseco entre otros temas, fueron abordados por
los jurisconsultos y expuestos en la Digesta. Lo lamentable para la eco-
nomía es que estos escritos fueron redactados y analizados en función
de su principio básico, crear principios jurídicos y no económicos. No
obstante, les debemos definiciones, por ejemplo, del precio, del dinero,
la compraventa, etc. Estas definiciones han servido, sin lugar a dudas,
de campo abonado para posteriores siembras del análisis económico.
[I.7 LA IGLESIA CRISTIANA, SUS
PRINCIPIOS]
La Iglesia cristiana, como institución, en ningún momento de
su historia ha aspirado a realizar una reforma social, salvo en el
28. 28 DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS…
sentido de reforma del comportamiento moral. Por esto, en la
época primitiva de esta religión sus más elegantes maestros no
sintieron la necesidad de desarrollar trabajos analíticos de ca-
rácter científico en economía política. En este sentido, ni en Cle-
mente de Alejandría (150-215), ni en Tertuliano (155-222), san
Cipriano (200-258), Lactancio (260-340), san Ambrosio (340-
397), san Juan Crisóstomo (347-407) o san Agustín (354-430)
podemos encontrar aportaciones teóricas.
La Iglesia nunca ha Plantea Schumpeter (1954) que san Agustín
prometido un paraíso en De civitate dei y en Confesiones muestra
económico aquí en la
rasgos de pensamiento analítico. Algunos
Tierra.
autores como Ekelund y Hérbert (1992)
El cómo y el porqué de los
mecanismos económicoso Dempsey (1935) van más allá e indican
que San Agustín mostró un camino hacia
carecía de interés para sus
superiores. una teoría subjetiva del valor. Aunque San
Al Cesar lo que es del
Agustín ha sido la correa de transmisión
Cesar y a Dios lo que es
de Dios del pensamiento platónico, en su concepto
de las necesidades se acerca de un modo
importante al pensamiento aristotélico, donde las necesidades se
determinan individualmente.
En De civitate dei, San Agustín plantea que cada cosa recibe un
valor diferente proporcionado a su uso. Plantea que un caballo
resulta con mucha frecuencia más caro que un esclavo y una joya
más preciosa que una sirvienta. Menciona, San Agustín, que,
cada hombre tiene la capacidad de formar su mente como desee,
resaltando que hay poco acuerdo entre la elección de un hombre
que tiene verdadera necesidad de un objeto y del que ansía su
posesión solamente por placer.
No podemos olvidar, sin embargo, que la Iglesia nunca ha pro-
metido un paraíso económico aquí en la Tierra. Es por ello que,
al menos en aquel momento, el cómo y el porqué de los mecanis-
mos económicos carecía de interés para sus superiores.
Aunque el Imperio de Oriente sobrevivió al de Occidente du-
rante mil años más, dirigido por una de las mejores burocracias
que haya existido en el mundo, no ha quedado rastro de un pen-
samiento analítico en economía. Se sabe que trataron una gran
cantidad de problemas, de carácter jurídico, monetario, comer-
29. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 29
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
cial, agrícola o fiscal. Es por ello que se supone que alguno de sus
más ilustres intelectuales ha tenido que converger en el mundo
del análisis en la economía, pero, como nos recuerda Schumpe-
ter (1954), no ha quedado ningún rastro. Tampoco la corte del
emperador Carlomagno, ni toda la época que él marcó, aportó
aspectos de mención al análisis económico.
Debates Abiertos
1. ¿Por qué motivo las teocracias asirías y babilónicas se acerca-
ron al análisis económico?
2. Una Grecia pobre y sin recursos, ¿hubiera dedicado el mismo
esfuerzo a desarrollar el mundo de las ideas?
3. Si una necesidad es subjetiva, ¿la puede intentar satisfacer el
estado?
4. ¿Cree que el desarrollo del Estado y el del saber económico
van unidos?
5. ¿Se puede extraer el concepto de marginalidad de la obra de
Aristóteles?
N O TA S
1 La Historia de la Economía de Algarra (1941) era una versión al español de la 12ª
edición de los Grundiss zum Studium der Politidchen Oekonomie de J. Conrad. El
Doctor Algarra había realizado esta traducción resúmen por encargo de las libre-
rias Victoriano Suárez (Madrid) y José Bosch (Barcelona), que deseaban ofrecer
a los estudiantes de derecho un versión española de un manual que había tenido
éxito en un país de referencia. En este caso el manual elegido era el vigente en la
Alemania Nazi, el J. Conrad, muy influenciado por la Nueva Escuela Historicista
de Schmoller.
2 Algarra, J. (1941), pp. 13-14.
3 La primera edición al español fue en 1941.
4 René Gonnard terminó su libro en Lyon en el año 1928, aunque no fue editado
hasta 1930. La versión al español data de 1931.
5 La sección I del capítulo primero de Gonnard, dedicado al pensamiento griego,
utiliza como referencias principales Las teorías económicas de la Grecia antigua de
A. Souchon (1905), Estudios económicos acerca de la antigüedad de Guiraud (1905),
y La economía antigua de Totain (¿?) entre otros.
30. 30 DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS…
6 El pensamiento económico chino ha sido poco referenciado, de hecho, salvo
Schumpeter (1954), pocos manuales han recogido la existencia de un pensamiento
económico en Oriente. Para una mayor profundización recomendamos los trabajos
utilizados por Joseph A. Schumpeter (1954) para realizar su análisis: Huan Chang
Chen (1911) The Economic Principles of Confucius and His School; E.D. Thomas
(1927) Chinese Political Thought y S.Y. Ly (1936) Les grandes courants de la pensée
économique chinoise dans l´antiquité.
7 Citado en Gonnard, R. (1930), p. 15.
8 Gonnard, R. (1930), p. 16.
9 Se recomienda para una visión inicial la lectura de Ekelund R.B. y Hébert R.F.
(1992), y para una mayor profundización Lowry, S. Todd (1987) The Archaeology
of Economic Ideas. N.C.: Duke University Press
10 Esta frase figura en el diálogo de Platón que lleva su mismo nombre, donde se le
atribuye a Protágoras esa frase.
11 Véase Lowry, S.T. (1987).
12 Esta visión de Protágoras ha sido expuesta en Lowry, S.T. (1987).
13 Esta postura la plantea Emilio Lledó en la introducción a la Ética Nicomaquea y a
la Ética Eudemia en la edición de 1985 de la Editorial Gredos, Madrid. Este autor
a su vez se basa en la obra de Werner Jaeger Studien zur Enstehungsgeschichte der
Metaphysik des Aristóteles, Berlín, 1912 y en su traducción al castellano de esta obra
de Jaeger realizada por José Gaos y que se puede encontrar en Aristóteles. Bases
para la historia de su desarrollo intelectual, México, 1946.
14 El carácter artificial o ficticio de la moneda, cuyo valor radica en un acuerdo tácito
de los contratantes también fue tratado en Política I 9, 1257b.
15 I-1,5 y I-1-10 de E.N.
16 Cita tomada de Ekelund y Hébert (1992). No obstante, el lector que desee una
selección de fuentes originales sobre los pensadores griegos expuestos en este ca-
pítulo puede consultar Monroe, A.E. (1924) Early Economic Thougt. Cambridge,
Mass.: Harvard University Press.
17 Dión Casio escribió una monumental Historia de Roma, que comprendía desde la
llegada de Eneas a Italia hasta el año 229 de nuestra Era, compuesta de 80 libros.
18 Relatado en Adam Smith(1958), pág. 523
19 El cuerpo jurídico que regulaba las relaciones comerciales, entre otras, entre los no
ciudadanos o entre ciudadanos y no ciudadanos
20 Las Institutiones era un manual para principiantes que se basa en el de Gayo, las
Digestae, constaba de una gran cantidad de extractos de trabajos realizados por los
juriconsultos, y el Codex estaba formado por todos los estatutos imperiales en vigor.
31. EL PENSAMIENTO
ECONÓMICO ESCOLÁSTICO
[ I I . 1 L A I M P O R TA N C I A D E T O L E D O ]
[II.2 LA CONSTRUCCIÓN DEL
PENSAMIENTO ESCOLÁSTICO]
[II.3 EL PRIMERO DE LOS MAESTROS
ESCOLÁSTICOS: ALBERTO MAGNO]
[II.4 EL ANÁLISIS DE SANTO TOMÁS DE
AQUINO]
[II.5 DESARROLLOS ESCOLÁSTICOS SOBRE
L A T E O R Í A D E L VA L O R ]
[II.6 LOS OTROS TEMAS ESCOLÁSTICOS:
DINERO, RIQUEZA, INTERÉS Y USURA]
[II.7 LA ESCUELA DE SALAMANCA O LA
VIEJA ESCOLÁSTICA]
32.
33. EL PENSAMIENTO
ECONÓMICO
ESCOLÁSTICO
[ I I . 1 L A I M P O R TA N C I A D E T O L E D O ]
La humanidad tiene que dar un salto de más de cinco siglos para
encontrar una estrella que brille con luz propia, Santo Tomás
de Aquino (1225-1274). Será en esa época, siglo XIII, donde la
economía a la par que la sociología, formen parte de la teología
moral, o ética, que a su vez era parte de la teología sobrenatural
y de la teología natural.
[la ayuDa musulmana]
Pero, este ligero haz de luz que entra por Estos pensadores árabes
las rendijas del siglo XIII proviene del re- permitieron que una
descubrimiento de la cultura griega, y en cadena de producción del
conocimiento empezase a
lo relativo al análisis económico, por el funcionar
reencuentro de los hombres con la figura
34. 34 EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…
de Aristóteles. Se debió esto al trabajo realizado por aquellos que
tradujeron, del árabe al latín, las obras griegas.
Entre los pensadores árabes influidos por Aristóteles, y trans-
misores del mismo, destaca como pionero y generador de una
escuela - en la que se inscribiría Averroes (1126-1198) - el maes-
tro zaragozano Avempace (1090-1139). Este erudito aragonés
destacó en las facetas de médico, astrónomo y poeta. Destacó,
de cara a la historia, su proclama de la importancia de la razón,
incluso para el conocimiento religioso.
El cordobés Averroes, uno de los grandes pensadores españoles,
realizó diversos tratados filosóficos influidos por Aristóteles, a
quien ensalzó en todo momento. Sus dos principios fundamen-
tales, sin trascendencia directa para el pensamiento económico,
fueron la eternidad del mundo y el intelecto activo, la inteligencia
común del genero humano, distinta de la individual. Estos pensa-
dores árabes, con sus traducciones al árabe de las obras griegas y
sus comentarios sobre las mismas, enriquecieron el pensamiento
de Occidente, y permitieron que una cadena de producción del
conocimiento empezase a funcionar. Estamos hablando de las
traducciones del árabe al romance y de éste al latín. Como era
lógico, esto tenía que producirse en las zonas de contacto entre
las culturas árabe y cristiana. Estos lugares fueron Sicilia, y con
mayor esplendor, Toledo.
Desde estos dos lugares se enviaron al resto de Europa versiones
latinas y de otros autores griegos, así como de sus divulgadores
y comentaristas árabes. A finales del siglo XII, una parte impor-
tante de las obras de Aristóteles habían sido traducidas al latín.
La Ética Nicomáquea, en su versión comentada por Averroes, fue
la primera traducción al latín. La realizó en 1240 Hermann,
apodado el Alemán, desde Toledo. Esta traducción sería el hilo
de pólvora que provocaría la expansión por toda Europa del pen-
samiento aristotélico. Poco después, en 1246, Roberto Grosse-
teste (1168?-1235?), Obispo de Lincoln, tradujo directamente
del griego, Ética. Con la publicación al latín de estas dos obras ya
estaban creadas las bases de la escolástica aristotélica.
35. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 35
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
[ L A R A Z Ó N N O E S TA R E Ñ I D A C O N L A F E ]
Los escolásticos se proponían, por enci- Los escolásticos se
ma de todo, armonizar la razón con la fe, proponían, por encima de
supeditando la primera a la segunda; ex- todo, armonizar la razón
con la fe.
hibían una fuerte vinculación a las ideas y Su metodología consistía
a los principios. Utilizaban para ello una en, formular una
combinación de los siguientes elementos: exposición muy detallada
La filosofía de Aristóteles, la Sagrada Es- de las opiniones a refutar,
se sometían a examen
critura, textos de los Padres de la Iglesia y,
las opiniones divergentes
el derecho romano y el canónico. Su me- y se generaba una
todología consistía en formular una expo- documentación sobre el
sición muy detallada de las opiniones a re- tema tratado.
futar. Posteriormente, se daba respuesta, Se utilizaban con
frecuencia citas de
se sometían a examen las opiniones diver-
autoridades para
gentes y se generaba una documentación fortalecer la opinión
sobre el tema tratado. Todo este proceso expuesta en el texto. Este
no era ajeno al peso de la autoridad. Se proceso era de naturaleza
utilizaban con frecuencia, en las argumen- deductiva,
taciones, citas de autoridades para fortalecer la opinión expues-
ta en el texto. Este proceso era de naturaleza deductiva, aspecto
por el cual la escolástica llegó a ser muy criticada. Su deductivis-
mo dependía más de la fe y del peso de la autoridad, que de la
lógica aristotélica.
La fuerte relación que tuvo Aristóteles con el pensamiento es-
colástico llevó a muchos pensadores a identificar plenamen-
te al maestro griego con este sistema filosófico-teológico. Por
ello, aquellos que atacaron, en épocas posteriores al siglo XIII,
la metodología escolástica lo hacían lanzando sus dardos hacia
Aristóteles. Las críticas llegaron desde diversos frentes. Uno de
ellos, el representado por Gassendi (1592-1655)1, quien utili-
zaba una defensa de los métodos experimentales como medio
para cuestionar la filosofía escolástica. El insigne médico, von
Hohenheim, más conocido por Paracelso (1490?-1541), quemó
solemnemente los libros de Aristóteles antes de empezar su en-
señanza médica, y Francis Bacon (1561-1626) adoptó la causa
de la ciencia inductiva contraponiéndola, a lo que el consideraba,
especulación escolástica y aristotélica. Pero todas estas críticas,
se levantan injustas a juicio de Schumpeter (1954), “pues si la
36. 36 EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…
obra de Aristóteles emite algún mensaje, ese mensaje es precisa-
mente el de la investigación empírica”.
[II.2 LA CONSTRUCCIÓN DEL
PENSAMIENTO ESCOLÁSTICO]
Este pensamiento escolástico se construyó con las aportacio-
nes de Alberto Magno y principalmente de Tomás de Aquino,
como ya comentamos, pero también con la ayuda de Duns Sco-
to (1274-1308), Guillermo Occam2 (1299-1349), Enrique de
Frimaria (1245-1340), Buridan (1295-1358) y Gerardo Odonis
(1290-1349).
Tradición Escolástica
Escuela Franciscana Escuela Dominica
Grosseteste Alberto Magno
Duns Scoto Tomas de Aquino
Occam Enrique de Frimaria
Jean Buridan
El siglo XIII, denominado el período clásico de la escolástica, en
cuanto a su vertiente teológica y filosófica, implicó una revolución
en el campo de las ideas. Y aunque la consolidación y culminación
de este sistema es producto de Tomás de Aquino, el mismo se de-
37. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 37
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
sarrolló bajo dos escuelas, la franciscana y la dominica. La última
de ellas, la dominica, se caracterizaba por preocuparse más que
la franciscana por los aspectos que unían a la religión con la épo-
ca en la que se situaban, así como por la fundamentación de su
doctrina en el razonamiento lógico. La franciscana se preocupaba
más por la defensa de algunas de las virtudes más tradicionales
del cristianismo, que a juicio de esta escuela, la Iglesia parecía
olvidar en su intento de ser más realista o dominica.
El principal exponente de la escolástica, Tomás de Aquino, se
encuentra adscrito a la escuela dominica. La franciscana contará
con el Obispo de Lincoln, Duns Scoto u Occam entre sus más
claros exponentes. El segundo de ellos, el profesor escocés Duns
Scoto, bebió del mismo maestro que Tomás de Aquino, Alberto
Magno, aunque llegó a diferentes conclusiones. Quiere esto de-
cir, que las posturas marcadas por estas escuelas tenían un mayor
impacto en la propia vida de la Iglesia Católica que en el desarro-
llo metodológico del análisis económico realizado.
[II.3 EL PRIMERO DE LOS MAESTROS
ESCOLÁSTICOS: ALBERTO
MAGNO]
La primera escolástica con influencia en el San Alberto Magno legó
análisis económico solemos encontrarla en su visión del trabajo
el maestro de santo Tomás de Aquino, san como un elemento que
influye en el precio de los
Alberto Magno (1206-1280)3. Este filóso- bienes.
fo ejerció el cargo de obispo de Regens- Observó el nexo de unión
burgo, enseñó en París, al igual que antes entre precio de mercado y
lo había hecho Grosseteste, y posterior- costes de producción
mente lo hicieron santo Tomás de Aquino,
Duns Scoto o Jean Buridan entre otros.
Por sus conocimientos enciclopédicos mereció de sus contempo-
ráneos el título de Doctor Universalis. El campo de sus estudios
abarcó principalmente las Ciencias Naturales, la Filosofía y la
Teología, y en todas estas áreas acusó la huella de Aristóteles.
Este doctor de la Iglesia ha pasado a la historia del Análisis Eco-
nómico por dos causas, la primera, su papel de maestro o mentor
38. 38 EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…
de santo Tomás de Aquino, y en segundo lugar, por sus comenta-
rios a la Ética a Nicómaco.
Su lectura de la conocida obra de Aristóteles permitió, que le-
gase al pensamiento escolástico su visión del trabajo como un
elemento que influye en el precio de los bienes4. Argumentó que
las cosas se pueden valorar bajo el prisma de un orden natural y
de un orden económico. Bajo este último tipo de orden, el eco-
nómico, los bienes se miden en relación con el trabajo, que es el
determinante fundamental del coste de producción. Observó el
nexo de unión entre precio de mercado y costes de producción,
sugiriendo que si el primero de ellos, el precio, no cubre al se-
gundo, los costes, entonces la producción cesará. Está visión,
considerada analítica a ojos de Langholm (1979), podría llegar a
interpretarse como un salto cualitativo importante en el análisis
económico de la época. Está mostrando la existencia del precio
como un valor de equilibrio, y estableciendo una variable endó-
gena, es decir, sobre la que se puede actuar, los costes, como
reguladora del valor.
[ L A T E O R Í A D E L VA L O R T R A B A J O Q U E
NUNCA EXISTIÓ]
Los problemas que Ciertamente, san Alberto Magno estaba
preocupan a San Albertolejos de presentar una visión sistemática
Magno son diferentes dede la determinación del precio de merca-
los que preocuparon a los
do, y sus comentarios podrían haber servi-
economistas clásicos o a
los neoclásicos do para fertilizar la tierra de la Teoría Ob-
jetiva del Valor. Posiblemente, así hubiera
ocurrido si los escolásticos tuvieran las mismas inquietudes que
Adam Smith o Karl Marx. Pero nunca debemos de olvidarnos que
los problemas que preocupan a los escolásticos son diferentes de
los que preocuparon a los economistas clásicos o a los neoclá-
sicos, por citar a alguna de las doctrinas económicas más rele-
vantes de la historia. Es cierto que la manera en que los autores
escolásticos acentúan el elemento de remuneración de algunas
actividades socialmente útiles ha provocado la opinión, posible-
mente correcta, de que la fuente del derecho moral al producto
del propio trabajo se puede encontrar en la literatura escolásti-
ca, empezando por la obra de san Alberto Magno. Pero también
39. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 39
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
ha provocado la creencia de que los escolásticos formularan una
teoría analítica del valor fundada en el trabajo, o sea, que expli-
caran el fenómeno del valor por el hecho de que las mercancías
cuestan trabajo. Siguiendo las palabras de Schumpeter (1954),
no hay ninguna relación lógica entre la mera acentuación de la
necesidad moral o económica de remunerar el trabajo, y lo que se
conoce técnicamente como teoría del valor-trabajo.
[II.4 EL ANÁLISIS DE SANTO TOMÁS DE
AQUINO]
Como ya hemos dicho, el verdadero protagonista del pensamien-
to escolástico fue santo Tomás de Aquino, y aunque no tuvo nin-
gún enfrentamiento con su maestro, san Alberto Magno, sí se dio
cuenta inmediatamente que la teoría del trabajo de san Alberto
debía ser mejorada. Para ello, recurrió a los antecedentes de la
escolástica, san Agustín.
Podía santo Tomás haber recurrido a la clasificación tradicional
de las necesidades humanas, observable en Política de Aristó-
teles, o haber observado la relación entre placer y necesidad en
De civitate dei de San Agustín. Cualquiera de los dos caminos
hubiesen permitido un fuerte desarrollo de la teoría subjetiva del
valor. Pero no eligió ninguno de los dos, extrajo, eso sí, la idea de
necesidades de San Agustín, pero no la relacionó con el placer y
sí con un ordenamiento moral.
[ E L P R E C I O J U S T O , P R I N C I PA L
P R E O C U PA C I Ó N E C O N Ó M I C A ]
Es indudable que el derecho romano y el Para Santo Tomás, el
concepto de precio justo se impone sobre derecho romano y el
la necesidad de hallar la verdadera medida concepto de precio justo se
del valor. Deja, no obstante, para la poste- impone sobre la necesidad
de hallar la verdadera
ridad, la relación entre precio y necesidad. medida del valor
De hecho, la indigentia o necesidad, será
un concepto sobre el que trabajarán otros pensadores, y cuya
importancia, de modo paulatino, se irá acrecentando.
El discurso sobre economía pura que se encuentra en santo To-
más era rudimentario y versaba en gran medida sobre el justo
precio. La parte interesante del discurso acerca del precio justo,
40. 40 EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…
es decir, el precio que asegura la equivalencia de la justicia con-
mutativa, es estrictamente aristotélico y se tiene que interpretar
exactamente igual que se ha interpretado el texto de Aristóteles.
El quantitas valoris de Santo Tomás no es nada diferente del pre-
cio, sino un simple y normal precio competitivo. La distinción
que parece trazar entre precio y valor no es una distinción entre
precio y algo que no fuera precio, sino una distinción entre el
precio pagado en una determinada transacción y el precio que
consiste en la estimación pública de la mercancía. Esta no es
otra que el precio normal competitivo, o valor, en el sentido de
precio normal competitivo cuando este precio existe. Analizar la
justicia implicaba estudiar las fuerzas de mercado. En la medida
que el discurso de santo Tomás de Aquino sirvió para analizar la
idea de justicia, sirvió igualmente para denunciar a las fuerzas de
mercado como antagonistas de esta.
[LA INDIGENTIA O NECESIDAD
INDIVIDUAL]
El concepto de indigentia, extraído de Ética, utilizado por Santo
Tomás de Aquino recorrió un largo camino antes de llegar a él. El
primero en utilizarlo fue Averroes. El filósofo cordobés no lo tra-
duciría, sí haría esta labor el traductor toledano el Alemán, tam-
bién conocido por Hermann. El Obispo de Lincoln, Grosseteste,
no sabemos hasta qué punto influido por este traductor, utilizó
de nuevo indigentia en su Translatio Lincolniensis de la obra de
Aristóteles. Este hecho marcó las posteriores traducciones, in-
terpretándose la indigentia como necesidad. Lo que no estaba
claro era el papel de la necesidad en la búsqueda del justo precio.
Santo Tomás de Aquino desarrolla la indigentia aplicándola al
individuo y no a la colectividad. No hubiera sido complicado
extrapolar ese concepto a la sociedad. Es lógico pensar que si
un individuo necesita comer, también lo necesiten el resto de los
individuos, y si un individuo demanda alimentos, para satisfa-
cer esa necesidad, el resto de los individuos también demandan
alimentos. Estaríamos hablando, por tanto, de demanda de mer-
cado, en lugar de demanda individual. Obsérvese, que al hablar
de demanda, estamos diciendo cantidad deseada, aquella que
querrían tener las personas. La demanda individual como una
41. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 41
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
función determinada por el precio, la renta, otros precios, entre
otros determinantes, no surgirá con el pensamiento escolástico.
Sí surgirá el proceso de agregación, el paso de lo individual a lo
colectivo. Lo realizará Enrique de Frimaria.
[II.5 DESARROLLOS ESCOLÁSTICOS
S O B R E L A T E O R Í A D E L VA L O R ]
San Alberto Magno había inclinado el aná- Enrique de Frimaria
lisis económico escolástico hacia el lado de adelantó la noción de que
los costes, analizando el trabajo. Santo To- el valor esta determinado
por la necesidad común
más de Aquino, inclinó el análisis hacia el de algo que es escaso.
lado de la demanda. Pero quien realmente
inclinó la formula tomista a favor de una Nos muestra, en primer
lugar, que la necesidad
demanda colectiva, por no usar el concep-
es algo colectivo, y en
to de demanda agregada, fue Enrique de segundo lugar, que la
Frimaria. Santo Tomás le había dejado el escasez se relaciona con el
campo muy abonado, lo que aprovechó precio de los bienes.
para realizar alguna incursión valiosa en la
teoría del valor.
Enrique de Frimaria adelantó en la Sententia totius libri Ethico-
rum la noción de que el valor está determinado por la necesidad
común de algo que es escaso. Esta sentencia nos muestra, en pri-
mer lugar, que la necesidad es algo colectivo, y en segundo lugar,
que la escasez se relaciona con el precio de los bienes. Un nuevo
docente de la Universidad de París, en este caso su Rector, Jean
Buridan, desarrolla, siguiendo la estela marcada por Aquino y
Frimaria y por los averroístas de París, el concepto de demanda.
Sus obras de interés para el análisis económico son Quaestiones
in decem libros Ethicorum Aristotelis y Quaestiones super octo libros
Politicorum Aristotelis. Establece su versión de la distinción entre
indigentia individual y communis indigentia. Amplía este concepto
a los bienes de lujo, y se acerca enormemente al concepto deno-
minado actualmente como demanda efecti- Scoto, ha sido el gran
va, al relacionar la indigentia con el deseo autor de la tradición
respaldado por la capacidad de pago. escolástica que liga el
valor de las cosas al
Si necesitamos x, demandamos x; si x es trabajo necesario para
abundante, más abundante que la canti- obtenerlas.
42. 42 EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…
dad en que lo necesitamos, entonces x no tiene precio; es un bien
no económico. Si, por el contrario, x no alcanza para satisfacer
nuestra necesidad, entonces x tiene un precio; es un bien econó-
mico. Este razonamiento no lo harían los escolásticos, será fruto
de uno de los grandes economistas de la historia de la humani-
dad, Carl Menger. Es indudable que el legado de Jean Buridan y
de los anteriores escolásticos no consistió en un pozo seco, sino
con una cantidad de agua lo suficientemente amplia como para
poder alimentar las inquietudes y los razonamientos de los que
vendrían después.
[ L A A P O R TA C I Ó N F R A N C I S C A N A ]
Odonis, se centró en la La línea de pensamiento abierta por san
escasez y en la calidad Alberto Magno, tendrá continuidad en
de las habilidades los franciscanos Gerardo Odonis y John
productivas humanas, lo
que le llevó a una teoría
Duns Scoto.
de las diferencias de
El último de ellos, Scoto, ha sido a juicio
salarios
de numerosos economistas, como Argemí
(1987)5, “el gran autor de la tradición escolástica que liga el valor
de las cosas al trabajo necesario para obtenerlas”. Pero es necesario
recordar que, cuando Scoto relaciona el precio justo con el coste, es
decir, con el gasto de dinero y esfuerzo del productor, posiblemente
está pensando que su aportación no es más que un criterio más pre-
ciso de la justicia conmutativa escolástica. No obstante, es necesario
reconocer que Scoto descubrió la condición de equilibrio competiti-
vo más tarde conocida como ley del coste (siglo XIX). Este mérito,
sin lugar a dudas, no es baladí, pues si identificamos el precio justo
de un bien con su valor común competitivo, como hizo Duns Scoto,
y si igualamos además ese precio justo con el coste del bien, tendre-
mos implícitamente la ley del coste.
El otro franciscano mencionado anteriormente, Odonis6, se cen-
tró en la escasez y en la calidad de las habilidades productivas
Odonis, se centró en la humanas, lo que le llevó a una teoría de
escasez y en la calidad las diferencias de salarios que distinguían
de las habilidades
entre las eficiencias relativas de las distin-
productivas humanas, lo
que le llevó a una teoría tas habilidades y el coste relativo de adqui-
de las diferencias de rir estas habilidades. La teoría de Odonis
salarios le permitía explicar por qué gana más un
43. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 43
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
maestro de obras de una catedral, que un cantero que abastece
a la misma de piedra. Su teoría le llevó a inferir que las personas
que tienen habilidades escasas confieren a los productos que ela-
boran un precio más alto.
[LA SÍNTESIS DE ODONIS]
Como ya hemos visto, a los escolásticos, siempre se les ha divi-
dido en grupos, bien fuera para resaltar su orden religiosa, fran-
ciscana o dominica, o bien fuera para resaltar su ligadura con la
ley del coste (san Alberto Magno) o la Ley de la Demanda (santo
Tomás de Aquino). Al franciscano Gerardo Odonis, se le suele
encuadrar, en el plano del análisis económico, en un apartado de
síntesis entre las dos trayectorias expuestas.
El pensamiento económico escolástico se centraba fundamen-
talmente en la idea de la justicia, de hecho bastantes de los tra-
tados escolásticos incluían los vocablos iustitia et iure. Y como
hemos visto, gran parte de los avances mostrados, se hacían
con objeto de profundizar en la justicia conmutativa. Esto mo-
tivó que no prestara atención a los problemas específicamente
económicos, por ejemplo la hacienda pública, de la cual se ig-
noraban en el estudio los efectos de los gastos públicos o las
consecuencias de la imposición, por ejemplo. Lo que más les
interesaba a los escolásticos, en este caso expuesto, era la justi-
cia de la imposición. Un tema abordado con profundidad fue la
teoría cuantitativa del dinero.
[II.6 LOS OTROS TEMAS ESCOLÁSTICOS:
DINERO, RIQUEZA, INTERÉS Y
USURA]
Todos los temas escolásticos comienzan en Todos los temas
Aristóteles. En este caso, la diferencia es escolásticos comienzan
que no se inicia únicamente en su Ética, en la Ética, la Política e
sino también en la Política e incluso en la incluso en la Metafísica
de Aristóteles
Metafísica.
Estudiar la teoría del valor escolástica significaba caminar por
dos vías, una que nacía en san Alberto Magno y otra que salía de
santo Tomás de Aquino. En el tema del dinero y la riqueza, las es-
trellas que brillarán con luz propia son Nicolás Oresme (1320?-
44. 44 EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…
1382)7 y Jean Buridan. En especial, el primero de ellos, aunque
no es de desdeñar la influencia de Jean Buridan en Oresme, como
tampoco se debe obviar la del monje español Guiu Terrena. Pero,
para poder conocer la verdadera importancia de las aportaciones
escolásticas, debemos conocer el tratamiento que Aristóteles le
dio al tema del dinero.
[LA ÉTICA, LA JUSTICIA Y EL DINERO]
La adulteración del En el libro V de la Ética, Aristóteles habla
dinero viola el principio
de la justicia, y discute sobre la misma en
de bien común.
las transacciones comerciales. Esta consis-
Provoca una reducción
de intercambio y reducete en la igualdad entre los bienes entrega-
el volumen de comercio.dos y los recibidos, y para ello, a juicio de
este filósofo griego, fue inventado el dine-
ro. En Política discute la crematística, inspirada por la invención
del dinero, e intenta explicar la naturaleza de la verdadera rique-
za y el papel propio del dinero en la comunidad.
Terrena8, discípulo de Buridan, realizó una colección de cuestio-
nes sobre la Ética de Aristóteles. Su obra la podemos diseccionar
en dos apartados, el primero dedicado al análisis del intercambio,
el cual se favorece con el uso del dinero; el segundo se dedica al
estudio del beneficio de los mercaderes. Resaltamos de la aporta-
ción de Terrena su preocupación por mantener la estabilidad en
el valor del dinero, para poder favorecer el intercambio.
Las aportaciones del maestro de Terrena, Buridan, se separan
ligeramente del camino que los aristotélicos habían marcado en
relación con la naturaleza del dinero. Trata el problema de la
adulteración, describiendo los numerosos métodos que existen
para adulterar el dinero y condenando a quien las realiza, por
ejemplo, a los reyes franceses. Estos tenían la práctica extendida
de adulterar la moneda.
En cuanto al concepto de riqueza, distingue Buridan entre rique-
za natural per se y riqueza natural per accidens. La primera está
formada por las cosas necesarias, mientras que la segunda está
constituida por el dinero.
La estrella que brilló con más luz, no fue el monje catalán, Terrena, ni
Buridan, sino uno de sus más aventajados discípulos, Nicolás Ores-
45. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 45
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
me. De su extensa obra recogemos únicamente su Tractatus, que
trata sobre el origen y funciones del dinero, para qué sirve, y cómo
debe ser constituido y mantenido para que sea fiel a sus objetivos.
Como ya hemos indicado en una nota a pie anterior, la preocu-
pación principal de Oresme no es distinta a la de Buridan, y esta
viene a ser la adulteración del dinero. Enumera los numerosos
perjuicios que este acto, la adulteración, ocasiona, pero lo hace
siempre bajo la base de que el dinero pertenece a la comunidad
y fue instituido para el bien común. Relaciona su discurso moral
con la visión escolástica del fraude. Entre los daños que la adul-
teración realiza al intercambio, menciona la incertidumbre y la
reducción del volumen de comercio.
Aunque la función más importante del dinero es facilitar el in-
tercambio, asume que el dinero es también un depósito de ri-
queza. No será, sin embargo, lo natural contemplar al dinero
como riqueza, ya que todas las cosas tienen un uso apropiado, y
el del dinero no es guardarlo, ni prestarlo, ni venderlo. Estamos
frente a una teoría del dinero-mercancía, no del dinero-signo.
El esfuerzo analítico de Oresme intentaba mostrar que las mo-
nedas eran un excelente instrumento para facilitar el intercam-
bio, y que estas no debían ser adulteradas, ya que este hecho
provocaría una desconfianza entre los mercaderes y un retroce-
so de las relaciones mercantiles.
El concepto de riesgo no
Ahora bien, en el momento que el dine- entraba en el análisis
escolástico.
ro se generaliza como medio de pago, ad-
Lo habitual, es que
quiere la propiedad de capital, puede ser el préstamo estuviera
prestado, tomado en préstamo o acumu- avalado por unas
lado. Entramos por tanto en dos aspectos posesiones de un valor
relevantes: el interés y la usura. Dos temas muy superior al dinero
solicitado en préstamo.
de importancia crucial en la Edad Media.
[¡QUÉ DURO ERA SER BANQUERO!]
La idea central que recorría el pensamiento escolástico era que el
cobro de interés no es correcto. El concilio de Nicea (787)9, pro-
hibió la práctica del préstamo remunerado entre los clérigos y en
la época del Emperador Carlomagno se extendió esta prohibición
a todos los cristianos.
46. 46 EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…
El interés era considerado por los escolásticos como una compen-
sación por la pérdida de beneficios experimentada por el presta-
mista, que no podía dar un uso alternativo a su dinero mientras
estuviera en manos de otro. El concepto de riesgo no entraba en el
análisis escolástico, ya que lo habitual era que el préstamo estuvie-
ra avalado por unas posesiones de un valor muy superior al dinero
solicitado en préstamo.
No obstante, la prohibición de recibir intereses no era general,
había excepciones. Existía, por ejemplo, el census, que era un ins-
trumento financiero muy primitivo, mezcla de hipoteca y renta
vitalicia, donde el prestatario incurría en la obligación de pagar un
rendimiento anual de la propiedad otorgada y rentable. Al mar-
gen de las excepciones otorgadas por la Iglesia Católica, el desa-
rrollo económico de la Edad Media generalizaba, en la medida
que se expandía la figura del prestamista o pequeño banquero, el
uso del interés. Esto provocó un comportamiento de la economía
real muy distante del moral recomendado. Las crisis o cismas que
se dieron en el seno de la Iglesia Católica y la posterior Reforma
protestante hizo cambiar a la Iglesia sus posiciones morales.
[II.7 LA ESCUELA DE SALAMANCA O LA
VIEJA ESCOLÁSTICA]
Su preocupación era A partir del siglo XVI existen en los distin-
resolver los conflictos tos países europeos diversidad de ideas y
morales de los creyentes
y consecuentemente
de autores. En el caso de España, en ese
de los comerciantes y momento primera potencia mundial, se
mercaderes católicos. produce un renacimiento de la escolástica.
Destacaron por sus Las cuestiones jurídicas, políticas y econó-
trabajos sobre el dinero, micas serán a las que se preste una mayor
pero también estudiaron atención en el Reino de España. El entor-
el valor. no histórico que marca este renacimiento
La escuela austriaca cultural es la llegada de los españoles al
considera que algunos continente americano.
de sus predecesores
pertenecen a la de [LA EQUIDAD Y LA JUSTICIA
Salamana. POR ENCIMA DE TODO]
En el mismo año en que Cristóbal Colón divisa las costas de
América nace10 Francisco de Vitoria (1492-1546), fundador de la
47. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 47
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
Escuela de Salamanca11. A pesar de que no existen trabajos suyos
publicados, únicamente referencias realizadas sobre él por sus
discípulos, este insigne pensador se convirtió en una referencia
obligada, no sólo dentro del campo de la economía, sino también
del Derecho. Entre sus discípulos más sobresalientes destacan
Domingo de Soto (1498-1560), Juan de Medina (1490-1546),
Martín de Azpilcueta (1492-1586). Otros autores, algo posterio-
res en el tiempo, son Tomás de Mercado (1525?-1575), Domingo
de Bañez (1527-1604) y Luis de Molina (1535-1601). Con clara
influencia en el siglo XVII podemos destacar a Francisco Suarez
(1548-1617) y a Juan de Lugo (1583-1660).
La preocupación moral de estos teólogos-juristas es la salvación
espiritual del hombre y el cumplimiento de las reglas de equidad
y justicia en todo momento, incluidos las de carácter económi-
co. Al igual que a los escolásticos, su preocupación no eran las
cuestiones económicas en sí mismas, sino poder resolver los con-
flictos morales que los creyentes les planteaban. En particular,
las planteadas por los mercaderes o comerciantes católicos. Ana-
lizaron, por tanto, la ayuda a los pobres, la actividad mercantil,
el dinero, la banca, el interés, el comercio internacional, y como
no podía ser menos, el justo precio y la usura. Su sana obsesión
por dar respuesta a todos los interrogantes les llevó también a
profundizar en los aspectos impositivos, pero bajo la óptica de
la equidad, no de la influencia del gasto público como motor de
desarrollo. Un área donde alcanzaron un elevado grado de desa-
rrollo fue en la teoría monetaria.
El siglo XIV se acuesta con el Tractatus escolástico de Nicolás
Oresme, que, como ya hemos dicho, profundiza sobre el origen y
funciones del dinero, para qué sirve, y cómo debe ser constituido
y mantenido para que sea fiel a sus objetivos. El análisis econó-
mico español de los siglos XVI y XVII no se aleja excesivamente
de las preocupaciones de Oresme, y se centra en la teoría mone-
taria. Esta época de la historia verá las primeras exposiciones de
la teoría cuantitativa y la teoría de la paridad del poder adquisi-
tivo de la moneda.
A mediados del siglo XVI, en 1556, Martín de Azpilicueta12 pú-
blica un Comentario resolutorio de cambios, donde se observa con
48. 48 EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…
nitidez la relación entre aumento de la masa monetaria y la su-
bida de los precios. Sólo trece años después de la publicación de
Comentario... de Azpilicueta, Tomás de Mercado saca a la luz
su Suma de tratos y contratos (1569), lo que le acredita como un
profundo conocedor de los mecanismos comerciales de su época,
y elaborador, como indica Schumpeter (1954), de su teoría cuan-
titativa del dinero.
Tres son las estrellas que, a juicio de Dempsey (1935), brillaron
con más fuerza en este firmamento: Luis de Molina, el belga
Leonardo Lessius (1554-1623), discípulo de Francisco Suarez, y
Juan de Lugo. Lo cierto es que esta escuela, de corte escolástico,
desarrolló perfectamente las tres funciones del dinero: medio de
cambio, deposito de valor y garantía de necesidades futuras.
Pero no fue la teoría monetaria la única área donde sentó cátedra
la escuela escolástica. Sus análisis sobre la teoría del valor-traba-
jo, sobre la que hicimos referencia en el capítulo anterior al ha-
blar de san Alberto Magno, o la teoría del valor-utilidad traspa-
saron las fronteras de España y el umbral del tiempo. La primera
de ellas, la teoría del valor-trabajo, fue estudiada con detalle por
Adam Smith, y la teoría subjetiva se canalizó hacía Europa cen-
tral, pasando por Francia, y llegando a los primeros marginalis-
tas, en especial a los que provienen de la Universidad de Viena.
Debates Abiertos
1. ¿Cuál fue la principal aportación de los pensadores musul-
manes?
2. ¿Es tan evidente, como así le parecía a san Alberto Magno, el
nexo de unión entre costes y precios de mercado?
3. ¿Por qué la principal función del dinero era el intercambio y
no ser un generador de riqueza?
4. ¿Cuál es la principal preocupación de la escolástica?
5. ¿La Economía es en sí una preocupación para estos pensado-
res de profundas raíces religiosas?
49. HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO 49
V. S a l c i n e s & E . B a r r o s
N O TA S
1 A quien Schumpeter (1954) tilda de ser un escolástico antiescolástico. Es decir, de
criticar a Aristóteles, utilizando para ello una metodología aceptada por el pensa-
miento aristotélico.
2 Este filósofo inglés pertenecía a la Orden Franciscana, y desde ella combatió al
Papa como soberano temporal, y en colaboración con el general de la Orden Fran-
ciscana publicó un manifiesto en el que declaraba hereje al pontífice Juan XXII.
3 Al margen de la influencia de los maestros árabes, se ha de recordar que la escolás-
tica como sistema filosófico-teológico tiene antecedentes en San Agustín, Boecio
(470-524) y San Juan Damasceno (m. 754).
4 Este apartado y los siguientes de este capítulo utilizan como principal referencia el
trabajo realizado por Odd Langholm, Price and Value in the Aristotelian Tradition.
5 Esta cita en particular es tomada de Jordi Pascual, redactor de los capítulos 1 y 2
de Argemí (1987)
6 Odonis fue obispo y alcanzó el grado de Ministro General de la Orden Franciscana.
7 La obra de interés de Oresme para el análisis económico es Tractatus de origine et
iure nec non et de mutationibus monetrum, que traducido al castellano, Tratado sobre
el origen, naturaleza, función y cambios de la moneda.
La pregunta que intentaba responder Oresme en su libro era:
¿es lícito que el príncipe fije a su antojo el valor de la moneda?.
Se considera el tratado de Oresme como el primer libro dedicado enteramente a un
tema de Economía.
Las obras de interés de Buridan han sido mencionadas anteriormente.
8 La aportación al análisis económico de Guiu Terrena se ha extraído del excelente
trabajo de Jordi Pascual, el cual se puede observar en Argemí (1987)
9 Ciudad de la región de Anatolia y actualmente denominada Isnik. En esta ciudad
se han celebrado dos Concilios ecuménicos: el de 325, contra el arrianismo, y el de
787, contra los iconoclastas.
10 No existe datos que permitan atestiguar con certeza la fecha de nacimiento de
Francisco de Vitoria, uno de los años que se consideran probables es 1492, otras
fechas posibles son 1493 y 1480.
11 El lector que desee profundizar en la Escuela de Salamanca debería consultar Gri-
ce-Hutchinson, M. (1952) The School of Salamanca. Readings in Spanish monetary
theory, 1544-1605, Oxford. Previamente a la lectura de Grice-Hutchinson (1952)
recomendamos las aportaciones de Luis Perdices Blas a Iglesia de la , J. (1994) y
de Jordi Pascual a Argemí (1987). Otras lecturas recomendadas son Beltran, L.
(1989) Historia de las Doctrinas Económicas, Teide. Barcelona y Estapé, F. (1990)
Introducción al pensamiento económico. Una perspectiva española. Espasa-Calpe,
Madrid. El lector que desee realizar un alto nivel de profundización sobre los arbi-
50. 50 EL PENSAMIENTO ECONÓMICO…
tristas y los proyectistas debería consultar los trabajos de investigación de Perdices
(1992) y Perdices (1993) y Baeck, L. (1988).
12 Conocido por el apelativo de Doctor Navarro, fue profesor de la Universidad de
Cahors y rector de la de Coimbra. Fue afamado canonista, defendió al padre Las
Casas de las acusaciones de las que era objeto, siendo relevante, aunque no para el
análisis económico, su Manual de Confesores y Penitentes.
51. LA ECLOSIÓN DE
E U R O PA :
EL MERCANTILISMO COMO
CORRIENTE TRANSVERSAL
[III.1 EL MERCANTILISMO COMO
CORRIENTE]
[III.2 LA RIQUEZA]
[III.3 EL COMERCIO EXTERIOR COMO
INSTRUMENTO]
52.
53. LA ECLOSIÓN
D E E U R O PA :
EL MERCANTILISMO
COMO CORRIENTE
TRANSVERSAL
[III.1 EL MERCANTILISMO COMO
CORRIENTE]
Las ideas mercantilistas han dado origen a Las reglas de von
una controversia entre los historiadores de Hornick (1864)
las ideas. Las opiniones de estos autores ayudan a visualizar los
pilares del pensamiento
han acabado sumidas no sólo en la conde-
mercantilista.
na, sino incluso en el desprecio de la gran
mayoría de economistas del siglo XIX. Estos no vieron en sus
opiniones más que errores; y, en la discusión de sus predeceso-
res, los economistas del s. XIX desarrollaron una práctica según
la cual para barrer de en medio la obra de un autor bastaba con
54. 5 4 LA ECLOSIÓN DE EUROPA: EL MERCANTILISMO…
atribuirle la mera sombra de mercantilismo. Lo cierto, sin embar-
go, es que el análisis económico de las principales potencias eu-
ropeas ha estado más de dos siglos girando alrededor del trabajo
de un grupo de hombres, que Mirabeu en 1763 denominó como
mercantilistas.
El vocablo mercantilismo fue utilizado por primera vez para defi-
nir el sistema de ideas económicas que predominaba desde hacía
más de cien años en la Europa desarrollada, es decir, España,
Francia, Inglaterra, Holanda, Italia, Flandes, y Escandinavia.
La razón de que este sistema de ideas no tuviera un eje vertebra-
dor claro puede responder a varias razones: la falta de cohesión
de los escritores mercantilistas, el desconocimiento del trabajo
de otros, la ausencia de un aparato analítico estándar, etc. Es por
estas razones que resulta imposible encontrar un escritor que
represente con cierta holgura al resto de los mercantilistas.
No obstante, el lector que desee hacerse una composición de lugar
sobre las reglas principales de una economía mercantilista, debe
conocer las reglas de von Hornick. Este abogado austriaco publicó
en 1684 un manifiesto mercantilista sustentado en nueve puntos:
1. Cada centímetro cuadrado del suelo de un país debe ser
utilizado para la agricultura, la minería o las manufacturas.
2. Las materias primas que se encuentren en una nación de-
ben ser utilizadas en manufacturas nacionales, porque los
bienes acabados aportan un mayor valor añadido que las
materias primas.
3. Que se fomente una población grande y laboriosa o traba-
jadora.
4. Se ha de prohibir toda exportación de oro y plata, y todo el
dinero nacional ha de mantenerse en circulación.
5. Ha de obstaculizarse, en la medida de lo posible, todas las
importaciones de bienes extranjeros.
6. Cuando sean indispensables determinadas importaciones,
estas deben obtenerse de primera mano y no como una