1. BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA
COMPLEJO UNIVERSITARIO DE LA SALUD
LICENCIATURA EN NUTRICIÓN CLÍNICA
“COMO REPERCUTE LA NUTRICION EN EL EMBARAZO
DE LAS ADOLESCENTES”
ENSAYO FINAL
DESARROLLO DE HABILIDADES EN EL USO DE LAS TECNOLOGÍAS DE
LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN
DR.SAÚL ARTURO RÍOS CANO
MARÍA TERESA ORTEGA CRUZ
TEEZIUTLÁN, PUEBLA A 26 DE JUNIO DE 2015
2. INTRODUCCIÓN:
La nutrición hoy en día es uno de las más grandes herramientas que tiene el ser
humano para poder estar sano, ya que con una alimentación con las porciones
adecuadas podríamos mantenernos en un estado saludable. Una dieta sana y
equilibrada es importante en todas las etapas de la vida, pero todavía lo es más
durante el embarazo. La dieta materna debe proporcionar la suficiente energía y
nutrientes para satisfacer las necesidades habituales de la madre y del feto, así
como permitir que la madre pueda almacenar los nutrientes necesarios para el
desarrollo fetal y la lactancia. Las recomendaciones alimenticias para las mujeres
embarazadas son, en realidad, muy parecidas a las de los demás adultos, pero
con algunas excepciones significativas. La recomendación más importante es
seguir una dieta sana y equilibrada. En concreto, las mujeres embarazadas
deberían intentar consumir alimentos ricos en hierro y ácido fólico.
Se ha demostrado que un peso de nacimiento de 3,1 a 3,6 kg está relacionado
con resultados óptimos, tanto para la madre como para el feto, en el caso de un
bebé no prematuro. El bajo peso de nacimiento (menos de 2,5 kg) está
relacionado con un incremento de la mortalidad y morbilidad, así como con un
incremento del riesgo de padecer enfermedades durante la edad adulta.
Actualmente en México el 27.6% de las embarazadas son adolescentes.
Lamentablemente pese a su edad no tienen la responsabilidad o la intriga de
saber más sobre esta etapa, y que herramientas existen para que este se lo más
estable posible.
El estado nutricional materno en el momento de la concepción es un determinante
importante en el crecimiento y desarrollo del feto y, por lo tanto, una dieta sana y
equilibrada es primordial tanto antes como durante el embarazo. Asimismo, es
importante intentar mantener un peso sano antes de la concepción (IMC de 20-
25), pues tanto un peso por debajo como por encima del normal puede afectar a la
fertilidad y al nacimiento. Normalmente se aconseja a las mujeres con
posibilidades de quedarse embarazadas que tomen un suplemento de ácido fólico
antes de la concepción y durante las 12 primeras semanas de embarazo.
3. COMO REPERCUTE LA NUTRICION EN EL EMBARAZO DE LAS
ADOLESCENTES
La nutrición es la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas
del organismo. Una buena nutrición (una dieta suficiente y equilibrada combinada
con el ejercicio físico regular) es un elemento fundamental de la buena salud.
Una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las
enfermedades, alterar el desarrollo físico, etc.
La alimentación es necesaria en todos los seres vivos, y es por ello que debemos
tener una equilibrada incorporación de nutrientes a nuestro organismo. Los
alimentos, brindan una gran variedad de proteínas, vitaminas y minerales entre
otros. Comer sano, hacer ejercicio y tomar agua, son hábitos buenos para el
cuerpo; si los combinamos en una rutina diaria, se obtendrá un beneficio mayor,
además que te mantengas en forma con una condición y salud excelente.
La adolescencia es esencialmente una época de cambios. Trae consigo enormes
variaciones físicas y emocionales, transformando al niño en adulto. En la
adolescencia se define la personalidad, se construye la independencia y se
fortalece la autoafirmación. La persona joven rompe con la seguridad de lo infantil,
corta con sus comportamientos y valores de la niñez y comienza a construirse un
mundo nuevo y propio. Para lograr esto, el adolescente todavía necesita apoyo: de
la familia, la escuela y la sociedad, ya que la adolescencia sigue siendo una fase
de aprendizaje.
El embarazo es el periodo que transcurre entre la implantación del cigoto en el
útero, hasta el momento del parto. Normalmente este periodo suele durar un lapso
de nueve meses; aunque existen mujeres que sus condiciones no lo permiten y
suele adelantarse el parto.
Este comienza cuando un ovulo fertilizado se implanta en el útero; las mujeres
suelen experimentar síntomas como mareos, náuseas, antojos, etc. Muchos de
estos síntomas son comunes. El feto (bebé) crece y cambian radicalmente durante
el transcurso del embarazo. Las etapas del desarrollo embriónico y fetal también
siguen un patrón común.
El embarazo en la adolescencia, se define como aquel que se produce en una
mujer entre el comienzo de la edad fértil y el final de la etapa adolescente. La
OMS establece la adolescencia entre los 10 y los 19 años.
4. El cuidado prenatal temprano y adecuado, preferiblemente a través de programas
especializados en embarazos de adolescentes, garantiza el nacimiento de bebés
más sanos. Las adolescentes embarazadas necesitan valoración para consumo
de cigarrillo, alcohol y drogas y se les debe ofrecer apoyo para ayudarlas a que
dejen estos hábitos.
La nutrición adecuada se puede estimular a través de la educación y los recursos
de la comunidad. Se debe hacer hincapié igualmente en hacer el ejercicio
apropiado y dormir adecuadamente. Después del parto, son importantes los
servicios e información sobre métodos anticonceptivos para evitar que las
adolescentes queden nuevamente en embarazo.
Se debe estimular y ayudar a las adolescentes embarazadas y a las que ya han
dado a luz recientemente a que continúen en el colegio o que reingresen a
programas educativos que les brinden las destrezas para ser mejores padres y
poder encargarse de su hijo financiera y emocionalmente. El cuidado infantil
accesible y de costo apropiado es un factor muy importante para que las madres
adolescentes continúen sus actividades escolares o ingresen a la fuerza laboral.
De tal modo los cuidados prenatales se determinaran por los factores como: el
estado biológico en el que se encuentra la adolescente en el momento que
comienza el embarazo haciendo énfasis en su estado nutricional, mayor riesgo de
anemia, toxemia, diabetes parto distócico, hemorragias, recién nacido bajo peso, y
enfermedades genéticas sin dejar de mencionar las alteraciones psicosociales y
crisis familiares no transitorias por desorganización.
Se considera que la frecuencia global de defectos congénitos en recién nacidos es
del 3 al 4% en el mundo. Las poblaciones con porcentajes superiores a éstos se
consideran de manera tradicional como de alto riesgo, y así han sido
seleccionadas para ofrecerles métodos de diagnóstico prenatal. En el caso de las
adolescentes embarazadas hay confusión, debido a que se han reportado
frecuencias inconsistentes. Los argumentos teóricos a favor de un mayor riesgo
para defectos congénitos entre hijos de adolescentes son:
1) Nutricio. Los diversos trastornos nutricios en adolescentes embarazadas y la
falta de planeación las exponen a un suplemento inadecuado de folatos, que es
factor de riesgo para defectos de mala formación.
5. 2) Tóxicos. Se ha descrito el consumo de tóxicos y sustancias ilegales como
conducta de riesgo asociada con la actividad sexual no protegida, entre
adolescentes, dando como resultado mayor número de embarazos no planeados y
expuestos a teratógenos. En estas poblaciones se espera mayor frecuencia de
defectos congénitos del tipo de las disrupciones (v. infra), así como de abortos
espontáneos y provocados. Así lo sugiere el estudio de Jacono que, en Ontario,
describe mayor frecuencia de abuso de sustancias, así como de defectos
congénitos entre adolescentes embarazadas; sin embargo, no establece una clara
relación entre ambos. El riesgo para defectos congénitos disruptivos se extiende a
hijos de madres menores de 24 años y se ha reportado con frecuencias
crecientes.
3) Endocrinos. En la pubertad, como en la pre menopausia, se alteran los ajustes
hormonales necesarios para una ovulación fisiológicamente El riesgo para
defectos congénitos disruptivos se extiende a hijos de madres menores de 24
años y se ha reportado con frecuencias crecientes. Se ha especulado que este
ambiente endocrino anormal puede favorecer una madurez inadecuada del ovocito
intrafolicular, aumentando la frecuencia de defectos congénitos.
Se cree que las adaptaciones fisiológicas ayudan a satisfacer la creciente
demanda de minerales, por ejemplo, aumenta la absorción de calcio y hierro. Sin
embargo, algunas personas necesitarían más calcio, especialmente las
adolescentes, cuyo esqueleto está todavía desarrollándose.
Actualmente la evidencia científica demuestra que la suplementación con hierro y
ácido fólico durante el embarazo, constituye una práctica que previene la anemia
ferropénica, los trastornos del tubo neural y los nacimientos prematuros. La
suplementación intermitente puede ser una alternativa igualmente eficaz. La
valoración antropométrica mediante el patrón de ganancia de peso debiera estar
presente en cada consulta de control prenatal para evitar complicaciones
maternas y fetales.
El embarazo durante la adolescencia aumenta las preocupaciones nutricionales.
Las adolescentes tienen grandes necesidades de sustancias nutritivas para el
crecimiento y el desarrollo, por lo que existe una posible competición en relación
con los nutrientes. Además, un gran número de adolescentes consume pocas
cantidades de una ciertos nutrientes que son importantes durante el embarazo, en
concreto, ácido fólico, calcio y hierro. Las adolescentes embarazadas no suelen
tomar complementos de ácido fólico, ya sea porque el embarazo no estaba
planeado, o porque ignoran la importancia de tomarlo. Por tanto, el embarazo de
las adolescentes plantea retos particulares para los profesionales de la salud.
6. CONCLUSIÓN:
Seguir una dieta balanceada, con un tratamiento farmacológico adecuado a tus
necesidades ayudara a mantener en estable cuidado el embarazo sin poner en
riesgo a la madre y a su bebé. Mantener una rutina diaria de actividad física
contribuirá a mantenerte en mejor estado de salud, los ejercicios aeróbicos
practicados con regularidad durante el embarazo ayudan a mejorar o mantener un
buen estado físico y una buena imagen.
BIBLIOGRAFÍA:
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