1. Capítulo 3 ¿Por qué y cómo crecen los países? saladehistoria.com
2. El mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes de un país depende en forma crítica del proceso de crecimiento económico. Este capítulo analiza las características fundamentales del crecimiento y las razones por las cuales existe tanta disparidad en este proceso en distintos lugares del mundo y en diversos períodos de la historia.
3. Crecimiento Económico se define como el aumento sostenido del producto de un país o región. Normalmente se mide como el incremento del PIB real en un periodo de varios años o décadas. Las tasas de crecimiento difieren sustancialmente de una economía a otra. Diferencias aparentemente leves en las tasas de crecimiento anual llegan a tener un fuerte impacto en el nivel del ingreso per cápita en un periodo largo.
4. En el tiempo, diferencias aparentemente moderadas, generan enormes efectos. Con un crecimiento per cápita de 1% anual, toma unos setenta años duplicar el ingreso promedio de las personas; sin embargo, si el crecimiento es de 3% anual, un país tendrá que esperar sólo 23 años para duplicar su ingreso per cápita; y si la tasa llega a 7% anual, el ingreso por habitante se dobla en apenas una década.
5. Surge el crecimiento económico moderno El verdadero salto se dio en la fase capitalista moderna, cuando la tasa de crecimiento del producto per cápita aumentó en promedio a 1,3% anual, y el crecimiento de la población fue de más del doble que en la etapa anterior. Dicho salto coincide con la Revolución Industrial , fenómeno que marca el origen del crecimiento económico moderno.
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8. El avance tecnológico , que se traduce tanto en la creación de nuevos productos como en la habilidad para elaborarlos a menor costo, es uno de los impulsores más importantes del crecimiento económico. Si bien hay muchas fuentes para el progreso tecnológico, los esfuerzos específicamente dirigidos a la Investigación y el Desarrollo (I+D) son sin duda los más importantes. Los países ricos suelen destinar entre 2% y 5% del PIB a I+D, distribuyéndolo entre laboratorios industriales, universidades e instituciones estatales de investigación. Por el contrario, las naciones pobres, por lo general, destinan recursos muy por debajo de 1% de su PIB. Como el PIB per cápita de un país pobre muchas veces llega a ser una décima parte o menos del de un país rico, la brecha del gasto per cápita en I+D con frecuencia es de más de 20 o 30 veces.
9. El crecimiento del producto se relaciona con el grado de innovación tecnológica y con el crecimiento del capital y del trabajo en las economía, estos últimos ponderados por su participación en la producción.
10. En la mayoría de los países latinoamericanos, la participación del ingreso laboral en el PIB total es baja en comparación con los países desarrollados, porque el trabajo es relativamente abundante y los salarios son bajos, así como porque el autoempleo y la pequeña empresa hacen que lo imputado a salarios se confunda con las utilidades obtenidas por actividades propias.
11. Los economistas no cuentan con una buena forma de medir el progreso tecnológico o, como se conoce en la jerga económica, el aumento en la Productividad Total de Factores (PTF). En consecuencia, calculan el cambio técnico en forma indirecta, como la diferencia entre el crecimiento observado del PIB menos aquella parte del crecimiento explicada por la acumulación de factores productivos. Lo anterior se interpreta como la fracción del crecimiento económico atribuible al progreso tecnológico, aunque en realidad es más bien una medida de nuestra ignorancia. El Premio Nobel de Economía, Robert Solow , creador del enfoque anterior, fue el primero en utilizarlo para medir las fuentes del crecimiento de Estados Unidos, entre 1909 y 1949, Sus resultados fueron sorprendentes, pues mostró que 88% de la expansión económica correspondía al residuo, es decir, al progreso técnico.
12. Estudios recientes de crecimiento económico sugieren que el capital, incluyendo el humano (es decir, la inversión en educación y la capacitación de los trabajadores), puede tener un papel importante. La noción básica de los nuevos estudios es que la inversión en capital, ya sea en máquinas o en personas, mejora no sólo la capacidad productiva de la empresa o del trabajador que invierte, sino también la capacidad productiva de otras empresas y de otros trabajadores relacionados. En jerga económica, este beneficio para terceros se conoce como una externalidad positiva .
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