Este documento describe el caso de una mujer de 63 años con un tumor retrorectal. Se realizaron pruebas de imagen que sugirieron un quiste epidermoide. Se llevó a cabo un abordaje quirúrgico perineal para extirpar el tumor siguiendo la técnica de York-Mason modificada. El examen anatómico patológico confirmó un quiste epidermoide. La paciente tuvo una buena evolución posoperatoria sin complicaciones.
2. Caso Clínico:
Mujer de 63 años.
Antecedentes personales:
- No AMC
- Fibromialgia desde hace 20 años
- IQx: Tiroidectomia.
- 2 Legrados
A seguimiento por dolor pélvico / perineal de dos años de evolución, posterior a Histeroscopia con
exéresis de pólipo cervical.
3. TR:
Lesión redondeada, móvil, posterior / pararrectal izquierda alta, independiente de pared de recto.
4. TAC PELVIS: En región retrorrectal – fosa isquiorrectal izquierda se visualiza una
lesión de 56 x 45 x 43 mm, de contornos bien delimitados, paredes finas y
densidad agua.
Los hallazgos sugieren una lesión quística por remanente intestinal no
involucionado (tailgut cyst). No signos de sobreinfección o fistulización a
recto.
6. RMN pélvica:
Lesión de 47 x 48 x 48 mm en fosa isquioanal izquierda cruzando la línea media
posterior al complejo esfinteriano y subyacente al coxis sin comunicación con el
canal anal, compatible con un quiste epidermoide o enfermedad del seno pilonidal.
9. ECOENDOSCOPIA BAJA:
Se identifica una lesión quística retro-
rectal de 13 mm, extrínseca a la pared
rectal. Algo más distal se observa una
lesión hipoecogénica redondeada, bien
delimitada, que parece también
extrínseca al recto de 45 mm.
Se introduce ecoendoscopio lineal y se
realiza PAAF de la lesión.
Caso Clínico:
10. Paciente presenta como complicación secundaria a la PAAF un absceso profundo que
precisó drenaje + antibioterapia.
PAAF:
Bloque celular constituido en su totalidad por queratina y laminar sin celularidad.
Compatible con quiste epidérmico de inclusión o enfermedad del seno pilonidal.
Buena evolución posterior al drenaje.
TAC control, con resolución de colección.
Caso Clínico:
12. No se suele tomar biopsias.
En general está contraindicada la biopsia de forma pre operatoria
Salvo en casos de irresecabilidad
Que el diagnóstico histológico modifique la actitud terapéutica
*José Manuel Aranda-Narváez, Antonio Jesús González-Sánchez, Custodia Montiel-Casado, Belinda Sánchez-Pérez, Carolina Jiménez-Mazure,
Marta Valle-Carbajo, Julio Santoyo-Santoyo. Posterior approach (Kraske procedure) for surgical treatment of presacral tumors. World J Gastrointest
Surg 2012 May 27; 4(5): 126-130
*K. Strupas, E. Poskus, M. Ambrazevicius. RetrorectalTumours: Literature rewiew and Vilnus University Hospital “Santariskiu Klinikos” experience of
14 cases. Eur J Med Res (2011) 16: 231-236
13. Una vez diagnosticado un tumor retrorrectal se sugiere que sea extirpado.
Puede ser maligna
Por riesgo de degeneración (teratomas en niños)ç
Mujeres : Distocia
Lesiones quísticas: Riesgo de infección
16. Se realiza abordaje perineal, según técnica de York
Mason modificado.
Abordaje parasacrococcígeo izquierdo.
Sección del glúteo mayor.
Identificación y sección del borde inferior de los lig.
sacrotuberoso y sacroespinoso.
Incisión a nivel del elevador del ano. Disección digital
del espacio presacro.
Intervención Quirúrgica:
17. Intervención Quirúrgica
Disección y exéris.
Preservación de coxis y musculatura esfinteriana.
Evaluación digital del recto.
Comprobación de estanqueidad.
Cierre del elevador y del glúteo mayor.
Adecuado post operatorio inmediato.
Alta al siguiente día.
18. York Mason (1970), Tto de tumoraciones de recto medio e inferior.
Actualmente: la laterosacra de York-Mason modificada, respeta el aparato esfinteriano,
permitiendo un amplio y adecuado acceso al espacio retrorrectal, resecando el cóccix en
casos de necesidad.
Pescatori et al, describieron un acceso interesfintérico, mediante el cual, abordaban el
espacio presacro, con la ventaja de no producir incontinencia anal, ya que se respetan
las estructuras nerviosas sacras.
Lesiones de pequeño tamaño, benignas y muy bajas.
VIA PERINEAL:
Daniel Vega Menéndez, Antonio Quintáns Rodríguez, Pilar Hernández Granados, Manuel Nevado Santos, José Luis García Sabrido, José
Antonio Rueda Orgaz, Federico Ochando, Felipe Ojeda Pérez y Carmelo Loinaz. Hamartomas quísticos retrorrectales. Revisión de Conjunto. Cir
Esp.2008; 83 (2): 53-60
19. Las complicaciones más frecuentes del acceso perineal, son la disfunción urinaria (7-70%),
y sexual (25-100%), junto con alteraciones de la continencia anal.
Uno de los principales inconvenientes de estas técnicas, es la falta de control vascular a
nivel ilíaco y presacro, fuente potencial de complicaciones hemorrágicas, y de difícil control
en posición prona.
Caizhao Lin, KetaoJin, HuanrongLan,LisongTeng, Jianjiang Lin, Wenbinchen. Surgical management of retrorectal tumors: a retrospective study of a 9-year
experience in a single institution. Onco Targets and Therapy 2011:4 203–208
José Manuel Aranda-Narváez, Antonio Jesús González-Sánchez, Custodia Montiel-Casado, Belinda Sánchez-Pérez, Carolina Jiménez-Mazure, Marta
Valle-Carbajo, Julio Santoyo-Santoyo. Posterior approach (Kraske procedure) for surgical treatment of presacral tumors. World J Gastrointest Surg 2012
May 27; 4(5): 126-130
20. El tamaño de la lesión, su localización y la relación con órganos pélvicos, determinarán la
técnica quirúrgica más adecuada.
Según Woodfield et al, el abordaje abdominal, debe emplearse para lesiones situadas encima
de la tercera vértebra sacra, que invadan el sacro o las vísceras pélvicas
Ventajas de la laparoscopia
Adecuada exposición del campo quirúrgico hasta tramos muy distales del recto
Ofreciendo un buen control de los uréteres, los vasos pélvicos, estructuras nerviosas.
Sus principales indicaciones serían lesiones menores de 6cm, situadas encima de S3, sin
invasión ósea ni de órganos adyacentes
VIA ABDOMINAL:
MariusNedelcu, Ana María Andreica, MehdiSkalli, Isabelle Pirlet, Françoise Guillon, David Nocca, Jean Michel Fabre. Laparoscopic approach for retrorectal tumors. Surg Endosc (2013)
27: 4177–4183.
S.W.Lim, .J.W. Huh, Y.J. Kim, and H.R. Kim. Laparoscopy-Assisted Resection of Tailgut Cysts: Report of a Case. Case Rep Gastroenterol. 2011 Jan-Apr; 5(1): 22–27
21. ABORDAJE COMBINADO:
En caso de lesiones de gran tamaño, invasivas o con componente infeccioso, donde se
producen firmes adherencias y se alteran los planos anatómicos.
Posición: Litotomía modificada durante toda la intervención,
Comenzar en decúbito supino y modificarse después a prono
En caso de que existan vísceras firmemente adheridas a la tumoración, que imposibiliten la
disección de las mismas, deberán incluirse en la pieza de resección
* J. C. Woodfield, A. G. Chalmers, N. Phillips and P. M. Sagar. Algorithms for the surgical management of retrorectaltumours. British Journal of Surgery 2008; 95: 214–
221
* Caizhao Lin, KetaoJin, HuanrongLan,LisongTeng, Jianjiang Lin, Wenbinchen. Surgical management of retrorectal tumors: a retrospective study of a 9-year experience
in a single institution. Onco Targets and Therapy 2011:4 203–208
22. Evolución
No complicaciones.
El estado funcional evacuatorio es adecuado.
No datos de incontinencia a los 6 meses de seguimiento.
23. AP:
Quiste epidermoide con
inclusión total de la pared.
No datos de malignidad.
Anatomía Patológica:
25. CONCLUSIONES:
Los tumores presacros o retrorrectales siguen siendo una entidad poco conocida, cuya rareza
hace su diagnóstico tardío y dificultoso.
Puede orientarse el diagnóstico, tras la sospecha clínica con las nuevas técnicas de imagen,
siendo clave la RMN para su abordaje.
Debido a que la biopsia resulta peligrosa, suponen un reto diagnóstico y terapéutico,
principalmente aquellas más distales, donde está indicado un abordaje perineal.
Es preciso un amplio conocimiento anatómico y experiencia en cirugía pélvica para lograr los
mejores resultados.
26. Para un tratamiento idóneo, es importante el manejo por parte de unidades
multidisciplinares y especializadas
La resección en bloque con márgenes de seguridad, ha logrado la curación de muchos
pacientes, con bajo índice de recidivas.
Su tratamiento quirúrgico, por cirujanos con experiencia en cirugía pelviana, permite
obtener buenos resultados y escasas complicaciones, excepto en el caso de los tumores
malignos, en los que depende del tipo histológico y la infiltración de estructuras vecinas.
CONCLUSIONES:
*Enrique Canelles, José V. Roiga, Miriam Cantos, Juan García Armengol, Erica Barreiro, Francisco L. Villalba, María Dolores Ruiz y Vicente Plac. Tumores
presacros. Análisis de nuestra experiencia en 20 casos tratados quirúrgicamente. CIR ESP. 2009; 85 (6):371–377372
TAC PELVIS: En región retrorrectal – fosa isquiorrectal izquierda se visualiza una lesión de 56 x 45 x 43 mm, de contornos bien delimitados, paredes finas y densidad agua.
Los hallazgos sugieren una lesión quística por remanente intestinal no involucionado (tailgut cyst). No signos de sobreinfección o fistulización a recto.
RMN pélvica: Lesión de 47 x 48 x 48 mm en fosa isquioanal izquierda cruzando la línea media posterior al complejo esfinteriano y subyacente al coxis sin comunicación con el canal anal, compatible con un quiste epidermoide o enfermedad del seno pilonidal.
Un tema sometido a debate es el papel de la biopsia preoperatoria, ya que se corre el riesgo de producir diseminación tumoral por el trayecto de la punción en caso de tumor sólido o su infección, ocasionalmente mortal si nos encontramos ante uno de características líquidas y corresponde a un meningocele. La mayor parte de las veces no cambia la actitud frente al problema y, sin embargo, la rotura de la cápsula tumoral puede comprometer la posibilidad de curación del paciente.
La mayor parte de las veces no cambia la actitud frente al problema y, sin embargo, la rotura de la cápsula tumoral puede comprometer la posibilidad de curación del paciente; los autores sugieren que no es recomendable, excepto para tumores irresecables, en cuyo caso se podría adecuar un tratamiento adyuvante. En caso de realizarse, debe evitarse el abordaje transrectal, transvaginal o transperitoneal, e incluir el trayecto de punción como pieza de resección, y las vías para conseguirlo de una manera ma´s efectiva,menos lesiva y con menor riesgo de infección son la transperineal y/o la parasacra.
En mujeres jóvenes, las masas presacras pueden causar distocia; las lesiones quísticas tienen riesgo de infección ocasionalmente muy grave y esto puede dificultar su exéresis completa, disminuir sus posibilidades de curación y aumentar la tasa de recurrencias.
La vía de abordaje de estos tumores depende de varios factores. En principio, tumores de tamaño accesible y cuyo límite superior no rebase la tercera vértebra sacra pueden ser abordados por vía transperineal o parasacra. Tumores más grandes o muy altos (superiores a S3) pueden requerir un acceso abdominal o combinado. En ocasiones incluso es necesario resecar parcialmente el sacro para permitir un acceso adecuado a la zona quirúrgica o para efectuar una resección en bloque en caso de que esté infiltrado, lo que acarrea posibles secuelas, como incontinencia y/o disfuncio´n sexual.
La vía de abordaje de estos tumores depende de varios factores. En principio, tumores de tamaño accesible y cuyo límite superior no rebase la tercera vértebra sacra pueden ser abordados por vía transperineal o parasacra. Tumores más grandes o muy altos (superiores a S3) pueden requerir un acceso abdominal o combinado. En ocasiones incluso es necesario resecar parcialmente el sacro para permitir un acceso adecuado a la zona quirúrgica o para efectuar una resección en bloque en caso de que esté infiltrado, lo que acarrea posibles secuelas, como incontinencia y/o disfuncio´n sexual.