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1
DÉFICIT FISCAL, DEUDA Y ESTABILIDAD MACROECONÓMICA:
EL CASO DE MÉXICO*/
Juan Amieva-Huerta**/
Septiembre 2003
RESUMEN
El objetivo del presente trabajo es analizar diferentes aspectos teóricos y empíricos del déficit fiscal, la deuda y
la estabilidad macroeconómica, con especial énfasis en la experiencia de la República Mexicana. Se estudian las
definiciones del déficit público y se reseñan los efectos de sus distintas fuentes de financiamiento sobre las
principales variables macroeconómicas. Se plantea un modelo econométrico con el que se evalúa el enfoque
fiscal de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Las simulaciones del modelo indican que la política
tributaria y las formas de financiamiento del déficit inciden en la cuenta corriente mediante su impacto en el
ahorro doméstico. Se observa que existe una correlación positiva entre los requerimientos financieros del sector
público y el déficit en la cuenta corriente.
En México, la deuda pública bruta total como porcentaje del PIB es actualmente la más baja dentro de la OCDE.
No obstante, si se considera la deuda ampliada y contingente, ésta es considerable. El objetivo de equilibrar las
finanzas públicas ha determinado un sesgo procíclico en la política fiscal. Se concluye que es necesario un nuevo
pacto fiscal que incremente los ingresos públicos para tener una mayor capacidad de gasto social e
infraestructura en un contexto de finanzas públicas sanas, con el fin de atenuar los ciclos económicos y generar
un crecimiento sostenido en la actividad económica de México.
En el anexo se utilizan dos nuevos métodos para medir la sustentabilidad fiscal: el de Balance General y el de
Valor al Riesgo. De acuerdo con el primero, el superávit primario que se necesita generar en México para
alcanzar la sustentabilidad fiscal es de 2.7% del PIB, y según el segundo debe ser de 5.9%, sin considerar una
reforma fiscal, y de 3.4% con reforma fiscal.
ABSTRACT
El presente trabajo aborda diferentes aspectos teóricos y empíricos del déficit fiscal y la deuda pública. Se
reseñan los efectos del déficit público sobre las principales variables macroeconómicas. Se presenta un modelo
econométrico y simulaciones para el caso de México del enfoque fiscal de la cuenta corriente de la balanza de
pagos, el cual sugiere una relación positiva entre el ahorro público y las cuentas externas. Por otro lado, la deuda
ampliada y contingente en México es aún considerable. Se propone un nuevo pacto fiscal para lograr la
estabilidad macroeconómica. En el anexo se evalúa la sustentabilidad fiscal del Gobierno mexicano, utilizando
una metodología novedosa.
*/
Agradezco el trabajo econométrico y de investigación de Bernardo Urriza, Miguel González y Jorge Ávila, y los
comentarios y sugerencias de Fernando Aportela, Andrés Conesa y Marco Arroyo. Los errores y omisiones que aún
permanezcan son responsabilidad del autor.
**/
El autor es Secretario de Finanzas y Planeación del Gobierno del Estado de Veracruz-Llave, México. Contacto: (52) 2288
421500, jamieva@sefiplan.gob.mx.
2
ÍNDICE
1. DÉFICIT FISCAL Y ESTABILIDAD MACROECONÓMICA 3
2. DEFINICIONES DEL BALANCE PÚBLICO 5
Balance Primario 5
Balance Operacional 6
Balance del Gobierno General 6
Balance del Sector Público no Financiero 6
Requerimientos Financieros del Sector Público: el Caso de México 6
Componentes Cíclico y Estructural del Balance Fiscal 8
3. EFECTOS DEL DÉFICIT FISCAL EN LA CUENTA CORRIENTE DE LA BALANZA
DE PAGOS: EVALUACIÓN EMPÍRICA 11
Evidencia Empírica 11
Ejercicios de Simulación 19
Déficit Fiscales e Inflación 27
4. DEUDA PÚBLICA EN MÉXICO 28
Calificaciones de Deuda y Estabilidad Macroeconómica 35
5. CONCLUSIONES 35
BIBLIOGRAFÍA 38
ANEXO. Sustentabilidad Fiscal en México: Métodos Alternativos de Medición 42
1. MÉTODO DEL BALANCE GENERAL 43
El caso de México 44
2. MÉTODO DEL VALOR AL RIESGO 49
Estimación del Método del VaR 50
Metodología estadística 52
3
1. DÉFICIT FISCAL Y ESTABILIDAD MACROECONÓMICA
Como lo señala la literatura teórica y la evidencia empírica sobre finanzas públicas, los déficit fiscales de los
gobiernos de todos los niveles generan, a través de diferentes modalidades de financiamiento, inestabilidad
macroeconómica que puede verse reflejada en elevada inflación y desequilibrios en las cuentas con el exterior,
particularmente en la balanza de la cuenta corriente.1
De manera que el comportamiento de las cuentas fiscales,
el déficit en especial, en sus diferentes definiciones, es de singular importancia para los planes de estabilización
de una economía o región en particular. Por ello, la disciplina en las cuentas fiscales es uno de los
fundamentos macroeconómicos más importantes.2
En años recientes, numerosos países han implementado medidas para incrementar los ingresos —a través de una
reforma fiscal— o disminuir el gasto, con el fin de equilibrar las finanzas públicas, o por lo menos reducir el
déficit fiscal a niveles sostenibles.3
Esto significa que la forma de financiar dicho déficit trae consigo diferentes
implicaciones sobre la estabilidad macroeconómica.
En general, existen tres fuentes para financiar el déficit: la primera es a través de la acumulación de
adeudos fiscales de ejercicios anteriores —también conocidos como Adefas —. Los pagos en atraso surgen
cuando no se efectúa un pago obligatorio en su fecha de vencimiento o antes. Como esa fecha es siempre la
misma o posterior a la fecha atribuida a un flujo sobre la base devengado, todos los atrasos estarán incluidos en
las estadísticas compiladas sobre esta base.4
Al utilizar la base de caja, no habrá variación en las cuentas si una
unidad del Gobierno se abstiene de pagar compras a crédito. Por consiguiente, no habrá información sobre
atrasos a menos que se compilen estadísticas especiales.
Este mecanismo de financiamiento tiene la particularidad de que provoca inestabilidad macroeconómica, es
decir, el Gobierno se financia a través de posponer el pago a los proveedores, los sueldos de los servidores
públicos, los pagos de intereses de la deuda, las contribuciones a seguridad social como empleador (o pago de
pensiones), el pago de impuestos de un Gobierno subnacional al Gobierno central (federal en el caso de México),
etc. El impacto macroeconómico del mismo consiste, por una parte, en que los proveedores aumentan sus
precios para protegerse de la pérdida futura de ingresos, y por otra, en que el gasto público en el año fiscal
subsiguiente sufre serias presiones que implicaría, ante la ausencia de medidas correctivas de otros rubros de
gasto o de ingreso, una mayor presión sobre las finanzas públicas y, por ende, en el balance fiscal. Ésta es una de
las razones por las cuales el Fondo Monetario Internacional (FMI) sugiere a los países miembros eliminar la
acumulación de Adefas.
La segunda fuente de financiamiento es a través del mercado doméstico de dinero o bien del crédito del
Banco Central al Gobierno. Éste, a su vez, tiene implicaciones muy distintas: la primera puede ocurrir con la
emisión de bonos gubernamentales, que puede producir un efecto desplazamiento (“financial crowding out”,
según el término en inglés) al sector privado, por la competencia de financiamiento con las empresas. En general
este efecto no es inflacionario, pero puede ejercer presiones al alza en las tasas de interés, debido a que las
1
La cuenta corriente es la suma de las exportaciones de bienes (importaciones) + los ingresos factoriales (re mesas + pagos
de intereses de nacionales en el extranjero) + ingresos no factoriales (turismo + transacciones fronterizas, etcétera). La
cuenta de capital, por su parte, incluye principalmente a los ingresos (egresos) por inversión extranjera directa +
endeudamiento público y privado neto + repatriación de capitales. La suma de la cuenta corriente + la cuenta de capital y los
errores y omisiones nos da la acumulación (desacumulación) de reservas internacionales.
2
Durante las décadas de los cuarenta y cincuenta prevaleció, en la literatura económica, la idea de que una deuda interna no
perjudicaba a las generaciones futuras. En la actualidad, la creencia más extendida es que las cosas son mucho más
complicadas. Lo mismo sucede con el impacto del financiamiento externo en la economía. La evidencia empírica es mixta
en cuanto a sus efectos en la economía doméstica.
3
Las finanzas públicas son sostenibles cuando la proyección inicial de gastos e ingresos futuros no implica una trayectoria
explosiva de la deuda pública. Una condición más restrictiva estaría representada por la imposibilidad de aumentar la deuda
como proporción del producto en un momento en el tiempo.
4
Véase FMI (2001).
4
empresas del sector privado que emiten papel de deuda lo tienen que hacer a tasas de interés más elevadas para
generar demanda por el mismo, con el consecuente efecto de desplazamiento de la inversión privada. No
obstante, aún con un Banco Central independiente pueden generarse expectativas de inflación positivas dada la
magnitud de los déficit del Gobierno. Por otra parte, el crédito del Banco Central al Gobierno altera
positivamente la base monetaria [B = reservas internacionales (Ri) más crédito interno (Ci), definida por sus
fuentes, o bien los billetes y monedas en circulación (C) más los depósitos bancarios en cuenta corriente en el
Banco Central (R), definida por sus usos]. Dado que la cantidad de efectivo (C) más los depósitos a la vista (D)
definen el monto de dinero en circulación, M1 está dado por:
(1) M1 = C + D= m1*B
Donde m1 es el multiplicador monetario dado por la ecuación
(2) m1 =
)(
)(
RC
DC
?
?
Lo anterior implica que un aumento en el crédito interno al Gobierno tiene una contrapartida en los usos de la
base monetaria (B = C + R), lo cual incrementa la cantidad de dinero en circulación (oferta de dinero = M1).
Este aumento en el mismo,5
cuando no es compensado por un incremento en la demanda por saldos monetarios
reales (demanda real de dinero), produce —“ceteris paribus”—, un aumento en el nivel general de precios
(impuesto inflacionario), así como, a través del enfoque monetario de la balanza de pagos, un exceso de oferta
monetaria que no es correspondido por un incremento en su demanda, lo cual se traduce en un exceso de
demanda interna de bienes superior a la oferta.6
En una economía cerrada el ingreso nominal aumenta, al igual
que las tasas de interés internas, para eliminar el desequilibrio en el mercado de dinero. Asimismo, el incremento
en los precios y posiblemente en el producto, en conjunción con el cambio en las tasas de interés, aumenta la
demanda nominal por dinero a un nivel equivalente con el incremento inicial en la cantidad nominal de dinero.
En una economía abierta, el mecanismo de transmisión se da a través del crédito interno del Banco Central al
Gobierno (Ci), lo cual no sólo cambia el ingreso nominal sino que también resulta en una mayor demanda de
importaciones y en menores exportaciones, de manera que se presenta un deterioro en las cuentas externas,
principalmente en la acumulación de reservas internacionales del Banco Central. El enfoque analítico supone
una estabilidad en la demanda de dinero y considera los diversos canales por medio de los cuales cambios en la
cantidad de dinero en circulación afectan a la economía. Así, el enfoque monetario de la balanza de pagos se
centra en la relación entre precios, producto, tasas de interés y cuentas externas. Todo esto con un tipo de cambio
fijo y existiendo perfecta movilidad de capitales y de bienes en una economía pequeña.
A diferencia de otros enfoques de la balanza de pagos (elasticidades), en el enfoque monetario con un tipo de
cambio flexible, una devaluación incrementa el precio de los bienes comerciables internacionalmente, lo que
reduce el valor real de la cantidad nominal de dinero en circulación para restaurar el equilibrio en el mercado de
dinero, de modo que se genera un balance superavitario en las cuentas externas, en la medida en que las reservas
internacionales fluyen al país. Cuando el desequilibrio en el mercado de dinero es eliminado, el flujo de reservas
se detiene.7
Se cuenta con amplia evidencia empírica que indica que ante un tipo de cambio flexible, los efectos de largo
plazo de un desequilibrio monetario causado por un déficit público financiado por crédito del Banco Central,
desequilibran la balanza de pagos, produciendo una pérdida de reservas internacionales si los flujos de capital
del exterior no alcanzan a financiar el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos.
5
Véase Amieva-Huerta, Juan (1987 y 1985).
6
Para un estudio empírico de la economía mexicana, véase Gómez Oliver (1978).
7
Véase Frenkel, J., y H. Johnson (1980).
5
Una postura extrema y que tiene poco soporte empírico es la de las variaciones en la posición fiscal que afectan
al PIB, a la que se denomina hipótesis de equivalencia ricardiana, la cual asevera que los déficit fiscales traen
como contrapartida un cambio en el ahorro privado. Esta idea, asociada con la del economista Robert Barro,
sostiene que las decisiones de consumo están basadas en una estrategia de optimización sobre un largo horizonte
de tiempo, de forma que los agentes económicos ajustan su consumo y ahorro en respuesta a los ingresos netos
—después de impuestos—, que ellos esperan en el futuro; debido a que los déficit más elevados pueden
representar futuros impuestos, los consumidores contrarrestan el incremento en los déficit gubernamentales con
un incremento en el ahorro personal, eliminando cualquier efecto de los déficit públicos sobre el PIB.
Un tema que debe quedar claro es que la evidencia empírica indica que mayores déficit fiscales conllevan una
alza en las tasas de interés a cualquier nivel del producto, reduciendo la parte del PIB asignada a inversión e
incrementando la proporción asignada al consumo y el gasto de Gobierno. En la medida en que la inversión
privada es desplazada por el aumento en las tasas, el acervo de capital futuro disminuye y, por lo tanto, decrece
el ingreso real y el consumo de las personas. La intensidad con que se da este efecto es una cuestión empírica y
varía de país a país, dependiendo de los mercados de fondos prestables, de dinero, de capitales y, por supuesto, la
posición intertemporal fiscal del Gobierno.8
La tercera fuente de financiamiento es el crédito externo o la emisión de bonos en los mercados
internacionales de capital. Si el défic it fiscal es financiado a través de deuda pública externa, los efectos
también son diferentes. De una manera simple, en principio el endeudamiento externo no es inflacionario; sin
embargo, si éste incrementa la deuda externa neta como porcentaje del producto y, por consiguiente, el pago de
intereses, esto aumenta el déficit total. En este contexto, es útil hacer mención de diferentes definiciones en esta
materia.
2. DEFINICIONES DEL BALANCE PÚBLICO
Para los efectos del análisis macroeconómico, los indicadores que permiten evaluar la política fiscal incluyen
cuatro resultados básicos del sistema de estadísticas de finanzas públicas: resultado primario global, resultado
operativo, resultado del Gobierno general o del sector público.
Existen en la literatura varias definiciones de déficit público, entendidas como el desequilibrio entre los ingresos
y los gastos de cualquier nivel de Gobierno. Diferentes mediciones del balance fiscal pueden llevar a distintas
conclusiones sobre el estado de las finanzas públicas.
Balance Primario9
Es la diferencia entre los ingresos totales menos los egresos totales, excluyendo el pago de intereses. A su vez,
el ahorro corriente sólo considera el neto de ingresos y de gastos corrientes; mientras que las necesidades de
financiamiento (“public sector borrowing requirements” —PSBR, por sus siglas en inglés—) son la diferencia
entre ingresos y egresos totales. Dado que el pago de intereses no es parte del gasto programable, no
constituye un gasto discrecional, y al reflejar compromisos adquiridos en presupuestos anteriores, se
puede descontar el efecto de los intereses en el déficit fiscal. Esta medida del déficit indica en qué forma
inciden los compromisos actuales en las necesidades de financiamiento, y permite apreciar, de una manera más
precisa, las operaciones propias del Gobierno. Sin embargo, algunos autores prefieren utilizar otras definiciones
de déficit fiscal.
8
La posición intertemporal fiscal del Gobierno se refiere a la evolución de los ingresos y gastos públicos que el Gobierno
espera en el futuro y al valor de su deuda en un momento dado del tiempo.
9
Para un análisis más profundo, véase Blejer, M., y A. Cheasty (1991).
6
Balance Operacional
En determinados países —particularmente en los altamente endeudados y con inflación elevada— es útil
distinguir el impacto de la inflación en el pago de intereses de la deuda. El balance operacional es aquel que
elimina del déficit real el componente inflacionario de los intereses. Así, las necesidades reales de
financiamiento del Gobierno no serían tan optimistas como el balance primario. Al no existir una medida
uniforme de déficit que incluya toda las estadísticas relevantes, debe optarse por una u otra, de acuerdo con el
propósito del análisis. Por ejemplo, en el caso de Brasil, el balance fiscal global muestra las necesidades de
financiamiento nominales y pone en evidencia que es muy sensible a la inflación. Las diferentes definiciones de
balance fiscal afectan, de manera importante, las conclusiones sobre la posición fiscal del Gobierno.10
Balance del Gobierno General
También se puede hablar del balance del Gobierno central (Gobierno Federal en el caso de México), que incluye
los componentes de Gobierno que se aplican a todas las dependencias de las autoridades públicas de cualquier
territorio o a sus jurisdicciones establecidas a través de procesos políticos, lo cual incluye también los fondos de
seguridad social, los fondos de pensiones de los empleados de Gobierno, el Congreso, las autoridades judiciales,
los ministerios o secretarías y las agencias del Gobierno. El balance del Gobierno general considera al
Gobierno central, los institutos de seguridad social públicos y los gobiernos estatales y municipales (gobiernos
locales), que son unidades del Gobierno que ejercen funciones de manera independiente del Gobierno central en
las diversas jurisdicciones rurales o urbanas del territorio de un país.11
Balance del Sector Público no Financiero
El FMI y algunos países de América Latina en particular, prefieren utilizar una definición amplia del déficit
público, en la cual, además del balance del Gobierno central y de seguridad social, se incluye a las empresas
públicas bajo control presupuestal y las que no están controladas presupuestalmente, y se excluye a los gobiernos
locales (excepto en Brasil y Colombia, que utilizan la definición de Gobierno general) debido a que no existe
información oportuna y consolidada de los mismos.
Requerimientos Financieros del Sector Público: el Caso de México
En el cálculo del balance fiscal tradicional se toman en cuenta los ingresos petroleros, los cuales son altamente
volátiles, y los no petroleros (tributarios, no tributarios y de organismos y empresas distintas de Petróleos
Mexicanos); mientras que por el lado de los gastos se considera el gasto programable pagado, el programable
devengado (gasto corriente e inversión física) y el no programable (participaciones, costo financiero y Adefas);
para obtener los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), éstos se ajustan considerando los
proyectos de infraestructura productiva con el impacto diferido en el registro del gasto (Pidiregas), la deuda del
Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB), las adecuaciones a registros, el Programa de Deudores, el
Fideicomiso de Apoyo al Proceso de Rescate de Concesiones de Caminos y Puentes de Cuota (Farac) y el de
Intermediación Financiera; finalmente, se añaden los ingresos no recurrentes. En el cuadro 1 se presenta el
escenario estimado en el Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo 2002-2006 (Pronafide),
incluyendo la reforma estructural.12
De acuerdo con el Pronafide 2002-2006, “los RFSP miden las necesidades
de financiamiento para alcanzar los objetivos de las políticas públicas”. Los RFSP se integran a través del déficit
público tradicional (déficit financiero), agregando los requerimientos de recursos financieros de los Pidiregas,
los cuales representan gran parte de la inversión pública, y los requerimientos financieros del IPAB, después de
incorporar los apoyos fiscales aprobados por el Congreso de la Unión al Instituto. Cabe señalar que en el
Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) se estima el componente real del costo financiero que enfrentará
10
Véase Cepal (1998).
11
FMI (1986).
12
Véase SHCP (2002b). Los cambios estructurales considerados en este programa incluyen las reformas financiera, fiscal,
presupuestaria, judicial, laboral, del sistema de pensiones, de seguridad social y del sector de telecomunicaciones.
7
el IPAB. El Farac se formó en 1997 con los activos patrimoniales y los pasivos financieros de las autopistas de
cuota que fueron otorgados por la administración a Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios
Conexos (Capufe). La intermediación financiera incluye requerimientos de la banca de desarrollo y los fondos de
fomento. Los programas de apoyo a deudores consideran la variación en los compromisos de los programas de
deudores en un período específico. Las adecuaciones a los registros presupuestarios se refieren a aquellos que se
derivan de transacciones virtuales o compensadas.13
Cuadro 1 Proyección de las Finanzas Públicas, 2002-2006
Escenario con Reforma Estructural
(porcentaje del PIB)
Concepto 2002 20031/
2004 2005 2006
I. Déficit Público Tradicional (B– A) 1.362/
0.50 0.20 0.10 –0.20
A. Ingresos 22.55 22.04 23.80 23.90 24.20
Petroleros 3/
7.20 6.86 5.90 5.90 5.90
No Petroleros 15.35 15.18 17.80 18.00 18.20
Tributarios 10.01 10.18 13.30 13.50 13.70
No Tributarios 1.30 1.05 0.60 0.60 0.60
Organismos y Empresas sin Pemex 4.03 3.95 3.90 3.90 3.90
B. Gasto 23.91 22.54 24.00 24.00 23.90
Programable Pagado 17.32 16.11 16.50 16.60 16.60
Diferimiento de Pagos 0.21 –0.28 –0.20 –0.20 –0.20
Programable Devengado 17.53 16.39 16.70 16.70 16.80
No Programable 6.59 6.43 7.50 7.40 7.30
Participaciones 3.49 3.43 4.00 4.00 4.10
Costo Financiero 2.90 2.81 3.30 3.20 3.00
Adefas 0.20 0.19 0.20 0.20 0.20
II. Ajustes 1.414/
2.50 2.30 2.20 2.20
Pidiregas 0.80 1.40 1.40 1.20 1.20
IPAB 0.46 0.30 0.30 0.30 0.30
Adecuaciones a Registros 0.21 0.10 0.10 0.10 0.10
Programa de Deudores –0.08 0.00 0.00 0.00 0.00
Farac 0.43 0.20 0.10 0.10 0.10
Intermediación Financiera –0.41 0.40 0.40 0.40 0.50
III. RFSP (I + II) 2.77 3.00 2.60 2.30 1.90
Sin Ingresos no Recurrentes 3.484/
3.30 2.70 2.40 2.00
1/
De acuerdo con la estimación de “Criterios Generales de Política Económica” 2003.
2/
Incluye el impacto presupuestario, tanto en ingreso como gasto, de la liquidación de Banrural, equivalente a
0.62% del PIB.
3/
Incluye los ingresos propios de Pemex, las contribuciones por hidrocarburos y el IEPS sobre gasolina y
diesel.
4/
Cifras preliminares.
Nota: Las sumas pueden no coincidir debido al redondeo.
Fuente: SHCP: “Criterios Generales de Política Económica”, 2003; “Cuenta de la Hacienda Pública Federal”,
2002; “Informes sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública”, cuarto trimestre de
2002, y “Pronafide 2002-2006”.
La definición convencional de los RFSP está diseñada para ser una medida de contribución del Gobierno a la
demanda agregada y, a través de ella, a la inflación y al desequilibrio externo. Por su impacto en la demanda
13
SHCP (2002b).
8
agregada, los RFSP junto con la deuda con respecto al producto, así como el gasto público social en salud y
educación y el gasto en infraestructura son los indicadores fiscales más apropiados de la posición fiscal del
Gobierno. Asimismo cabe señalar que en el mediano plazo, la monetización del déficit llevaría a inflación, a
pérdida de reservas internacionales o a ambas cosas; el financiamiento externo conduciría a una apreciación del
tipo de cambio real y al desequilibrio de la cuenta corriente, y también a la inflación si no se permitiera que el
tipo de cambio nominal se apreciara; el financiamiento interno empujaría las tasas de interés al alza, desplazando
a la inversión privada o estimulando la entrada de capital externo, con el consiguiente déficit en la cuenta
corriente de la balanza de pagos. En el corto plazo, las variaciones del déficit pueden afectar, asimismo, el nivel
de la actividad económica.14
Cabe señalar que la actual administración ha hecho un esfuerzo por incrementar la
transparencia fiscal al publicar los RFSP, lo cual es fundamental para aumentar la credibilidad en el Gobierno.
En México, se ha avanzado sustancialmente en este sentido a través de la difusión periódica de informes
detallados al Congreso, el sitio web de la SHCP y los reportes y comentarios semanales del vocero de la SHCP.
Componentes Cíclico y Estructural del Balance Fiscal
Tradicionalmente, en épocas de expansión los ingresos públicos crecen conforme evoluciona el ciclo económico,
y los gastos asociados a la red de seguridad social tienden a reducirse en la medida en que la pobreza extrema y
la tasa de desempleo disminuyen, lo cual mejora el balance fiscal del Gobierno. En contraste, en la parte baja del
ciclo, la recesión económica afecta la recaudación impositiva y los gastos de alivio a la pobreza y el seguro de
desempleo se incrementan, empeorando la posición fiscal. Los ingresos y los gastos públicos que se relacionan
con el ciclo económico se denominan estabilizadores automáticos y actúan como amortiguadores de las
variaciones del PIB con respecto a su tendencia de largo plazo. Así, en este contexto, la OCDE15
y el FMI16
integran el balance fiscal en un componente cíclico y otro estructural. El balance fiscal tiene un componente
cíclico cuando una variación en el mismo depende de la diferencia entre el producto observado y el producto
potencia l,17
es decir, se trata de cambios en el balance presupuestal ante la influencia de los agregados
económicos. Es importante señalar que en algunas situaciones esta forma de medir el balance fiscal lleva a
interpretaciones radicalmente distintas de sus resultados. En el Comité de Política Económica de la OCDE
existen diferencias de opinión sobre la utilidad del concepto cíclico y estructural para medir el balance fiscal
convencional.
En esta definición del balance presupuestal, las variables macroeconómicas que influyen tanto en los ingresos
como en los gastos son la tasa de inflación, el crecimiento del PIB nacional e internacional, el tipo de cambio
real, los precios de las materias primas, la tasa de desempleo y las tasas de interés domésticas e internacionales.
Dependiendo del grado de apertura de cada economía, el balance fiscal será más vulnerable ante choques
externos. Cuando el comportamiento del balance fiscal se rige por el de los estabilizadores automáticos, se dice
que la política fiscal es contracíclica.
En los últimos años, uno de los temas que más ha preocupado a los expertos ha sido el comportamiento de la
política fiscal en México. Existe una escuela de pensamiento económico que explica las fluctuaciones cíclicas
del PIB, las cuales pueden atribuirse a las variaciones de la inversión pública y privada. Para John M. Keynes
ésta era una fuente esencial en los ciclos económicos. Una de sus principales aportaciones a la teoría
macroeconómica fue evidenciar que las fluctuaciones en la inversión pública podrían provocar grandes
variaciones en el PIB, a través del multiplicador de la inversión y del gasto público. Otros economistas,
encabezados por Blinder y Solow,18
muestran que la posición fiscal se utiliza para denotar las implicaciones
macroeconómicas de una política fiscal expansionista o contraccionista. En general, una política fiscal
procíclica es aquella en la cual en la parte alta del ciclo la recaudación tributaria aumenta —reduciéndose el
14
Véase Tanzi “et al.” (1988).
15
Giorno, “et al.” (1995).
16
Véase Chand (1992).
17
Para un análisis del PIB potencial y sus determinantes, véase SHCP (2002b).
18
Véase Blinder, A. S., y M. Solow (1974).
9
déficit fiscal—; mientras que en la parte baja se ajusta el gasto público ante una reducción en la recaudación,
para mantener sin cambio el balance fiscal.
Como se ilustra en la gráfica 1, la política fiscal en México ha sido procíclica, es decir, cuando se expande la
actividad económica mejora el déficit fiscal debido a que los formuladores de política económica utilizan los
estabilizadores automáticos. Sin embargo, aun con la disciplina fiscal que se ha mantenido en la República
Mexicana, persiste un déficit público, el cual no es necesariamente malo, siempre y cuando se mantengan la
sustentabilidad fiscal (ver anexo) y los niveles de gasto social e infraestructura para el desarrollo económico de
una región o país. Asimismo, la existencia de arreglos institucionales, como la Ley de Coordinación Fiscal,
permite que cuando aumenta la recaudación federal participable crezca el gasto no programable. Por otra parte,
los bajos niveles de ingresos públicos permanentes y el ahorro financiero ocasionan un manejo del déficit muy
limitado, lo cual dificulta expandir el gasto público en épocas de recesión. Las autoridades fiscales reconocen,
incluso, que el compromiso de mantener una posición fiscal sana ha determinado, por lo tanto, un sesgo
procíclico. Esto no es necesariamente adverso, y puede ser más significativo que una política contracíclica. En
otras palabras, los ingresos públicos aumentan en la parte alta del ciclo y disminuyen en la parte baja del mismo,
por lo que, para mantener finanzas públicas sanas, es necesario ajustar a la baja el gasto público con el objeto de
cumplir las metas fiscales.
Gráfica 1 México: Balance Público/PIBversus Crecimiento Económico
(Escenario con Reforma Estructural)
Para que el Gobierno pueda estabilizar la economía, modificando los impuestos o la política de gasto público, es
necesario no sólo que los consumidores y los productores no tomen medidas que contrarresten a las
gubernamentales, sino que aquél también pueda aplicar su política en el momento adecuado.19
Por ejemplo, si el
Gobierno intenta reducir el crecimiento de la demanda agregada con el objeto de disminuir la inflación, pero lo
hace con lentitud, es posible que cuando esta reducción pueda tener impacto, la economía ya se encuentre en una
recesión —como sucedió en México en 2001—; en este sentido, el descenso en la demanda agregada no hará
sino agravar la recesión posterior, como lo demuestra el bajo crecimiento, de 0.9% del PIB, en 2002.
19
Véase Stiglitz (1988).
-20.0
-15.0
-10.0
-5.0
0.0
5.0
10.0
1983
1985
1987
1989
1991
1993
1995
1997
1999
2001
2003
2005
Años
Tasa de crecimiento del PIB
real
Balance Público
10
Similarmente, si una medida gubernamental encaminada a aumentar la demanda agregada surte efecto cuando la
economía está saliendo de una recesión e iniciando su expansión, la inflación puede incrementarse. En la gráfica
2 se muestra la evolución de un ciclo económico. En 1994 la economía entró en una recesión, pero ésta se
reconoció a partir de 1995. Una vez admitida la situación, los formuladores de política económica debían acordar
qué tipo de la misma —fiscal, monetaria y comercial, principalmente— tendría que instrumentarse para atenuar
la recesión económica. La política de apertura comercial de firmar acuerdos de libre comercio, como el TLCAN,
los establecidos con diversos países de América Latina, y más recientemente el de asociación económica,
concertación política y cooperación entre México y la Unión Europea, firmado el 8 de diciembre de 1997,
coadyuvaron a mantener la economía mexicana con una tasa de crecimiento elevada durante 1996-2000, es
decir, en la parte alta del ciclo económico. Sin embargo, la apertura comercial puede traer consigo efectos
negativos: al existir una fuerte dependencia con el exterior (el coeficiente de correlación entre el índice del
volumen de producción industrial de México y Estados Unidos (EUA) es de alrededor de 90%), México se
vuelve más vulnerable ante recesiones económicas en EUA y el resto del mundo. Así, una política fiscal
proactiva, como podría haber sido la aprobación del Congreso de la Unión de la reforma fiscal integral propuesta
por la Secretaría de Hacienda a finales de 2001, que buscaba aumentar la recaudación, hubiera contribuido a
mejorar la posición fiscal del Gobierno, de manera que se pudieran asignar mayores recursos para el desarrollo
del capital humano (gasto social en educación y salud) e incrementar el gasto en infraestructura física, que es una
de las más bajas en la región latinoamericana. De autorizarse dicha reforma hacendaria —debido a que incluiría
políticas de ingresos y de gasto público—, se coadyuvaría de manera importante a atenuar los ciclos económicos,
por lo que sería necesario lograr un nuevo pacto fiscal a través de consensos entre los formuladores de
política económica y el Congreso para establecer las bases de un desarrollo económico sostenido,
sustentable y generalizado en todos los niveles de la actividad económica (véase gráfica 2).
Gráfica 2 México: Tasa de Crecimiento del PIB Real
A consecuencia de los retrasos en la aprobación de las reformas estructurales por parte del Congreso de la Unión
de la República Mexicana, las fluctuaciones cíclicas se pueden exacerbar en lugar de verse reducidas, lo cual
tendría importantes efectos sobre la distribución del ingreso y la riqueza debido a que, de acuerdo con la
evidencia empírica, el crecimiento económico contribuye al abatimiento de la pobreza extrema, misma que,
según estudios del Banco Mundial y la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2002 (ENIGH-
-8.0
-6.0
-4.0
-2.0
0.0
2.0
4.0
6.0
8.0
1983
1985
1987
1989
1991
1993
1995
1997
1999
2001
2003
2005
Años
PIBreal
Proyección
inercial
Proyección
con reformas
estructurales
11
2002),20
disminuyó de 21.5% en 1994 a 18% de la población en 2000. Por su parte, el coeficiente de Gini, que
mide la distribución del ingreso, decreció en forma significativa: de 0.53% en 1994 a 0.48% en 2000 y a 0.45%
en 2002. De manera que si bien el crecimiento económico experimentado durante 1996-2000 redujo la pobreza
extrema y mejoró la distribución del ingreso,21
este coeficiente es todavía alto para un país con un desarrollo
económico como el de México. El Banco Mundial considera que el crecimiento económico no es la única
solución al problema de la distribución del ingreso y la pobreza extrema; la inversión en capital humano, a través
de un mayor gasto público en educación, salud y nutrición, coadyuva a mitigar la pobreza extrema y las
disparidades en la distribución del ingreso y la riqueza. Por ello, el nuevo pacto fiscal que busque incrementar
los ingresos públicos para tener una mayor capacidad de gasto social e infraestructura en un contexto de
finanzas públicas sanas, será un punto medular en la agenda de política fiscal.
3. EFECTOS DEL DÉFICIT FISCAL EN LA CUENTA CORRIENTE DE LA BALANZA DE PAGOS:
EVALUACIÓN EMPÍRICA
El enfoque fiscal de la balanza de pagos desarrollado a la mitad de la década de 1970,22
se centra en el ahorro
público corriente como determinante de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Los modelos del enfoque
fiscal de la cuenta corriente de la balanza de pagos (X – M) se determinan por el balance fiscal (RFSP = T – G) y
el balance privado (S – I), de tal manera que:
Ecuación Sector
Externo
Sector
Gobierno
Sector
Privado
(3) (X – M) ? (T – G) + (S – I) Enfoque Fiscal
(4) ? Ri ? – ? Cd + ? Md Enfoque Monetario
Donde ? Ri es la acumulación de reservas internacionales, ? Cd es el cambio en el crédito doméstico, ? Md es
el cambio en la demanda real de dinero, X y M son las exportaciones e importaciones de cuentas nacionales, T es
el ingreso público total, G es el gasto público total, S es el ahorro interno e I es la inversión privada.
Con la cuenta de capital igual a cero, la suma de cada columna es igual a cero, mostrando las similitudes teóricas
de ambos enfoques. Cabe señalar, sin embargo, que tanto el enfoque fiscal como el monetario presentan puntos
de vista diferentes acerca de la flexibilidad de los mercados de trabajo, los precios y el producto.23
Evidencia Empírica
Con el objetivo de explicar la cuenta corriente de la balanza de pagos, utilizando el enfoque fiscal para el caso de
México, se desarrolla un modelo macroeconométrico que consta de cinco ecuaciones recursivas estimadas por
mínimos cuadrados ordinarios.
20
Véase Banco Mundial (1999) y “ENIGH-2002”, en INEGI (2003).
21
El coeficiente de Gini es un índice cuyo valor oscila entre cero y uno. Cuando se aproxima más a cero, significa que la
distribución de la riqueza es más equitativa; por el contrario, si se acerca más a la unidad, representa una distribución menos
equitativa o inequitativa del ingreso.
G = 1 ? ?
i? 1
1/?
? ˆY? i ?1
? ˆY? i
? ?
Donde ? es el percentil de población considerado para el análisis, y ˆY? i
es la participación percentil i en el ingreso total.
22
Bartoli (1989).
23
Para una amplia discusión, véase Bartoli, ibid.
12
Cuadro 2 México: Especificación del Modelo Completo
(5) Ecuación de gasto corriente del sector público
GCt = f1 [PIBpt, ieuat, imext, GCt-1, Pt]
Donde GCt es el gasto corriente del sector público como proporción del PIB; PIBpt es el PIB per cápita a precios
constantes; ieuat es la tasa de interés externa promedio, empleando como variable proxy los rendimientos reales
de los bonos del Tesoro de los EUA; imext es la tasa de interés pasiva real promedio en México, medida por el
costo porcentual promedio de captación, y Pt es la tasa de inflación promedio con base en el índice nacional de
precios al consumidor.
(6) Ecuación de ingreso presupuestal del sector público
YCt = f2 [PIBdpt, Xt, Pett YCt-1]
YCt representa el ingreso presupuestal del sector público en relación con el producto; PIBdpt es la demanda
agregada doméstica (PIB menos exportaciones) per cápita a precios constantes, Xt son las exportaciones en
términos del PIB y Pett es el precio promedio de la mezcla mexicana de petróleo crudo de exportación.
(7) Ecuación de inversión total
It = f3 [? PIBt, It-1, Ipubt]
En la que It es la inversión total como proporción del PIB; ? PIBt es el crecimiento real del PIB, e Ipubt es la
razón de la inversión pública a PIB.
(8) Ecuación de ahorro privado
Sprivt = f4 [? PIBt, YCt, Sgt, Sprivt-1, Impt]
Donde Sprivt es el ahorro privado con relación al PIB; Sgt es el ahorro corriente gubernamental (YCt – GCt), e
Impt es el impuesto inflacionario, medido como la deuda pública interna real a precios constantes.
(9) Identidad de cuentas nacionales
Xt – Mt ? (YCt – GCt ) + (Sprivt – It )
Donde Xt – Mt representa el sector externo como porcentaje del PIB; YCt – GCt es el sector gubernamental, y
Sprivt – It significa el sector privado, asumiendo que los movimientos de capital son iguales a cero.24
En las ecuaciones (5) a (7) se presentan variables explicativas exógenas al modelo; la (8) incluye dos variables
endógenas previamente estimadas; por último, en la (9) se consideran todas las variables evaluadas. Como es un
sistema recursivo, el término de error es distribuido independientemente con media cero y varianza constante,
24
Esta identidad se obtiene de la ecuación Y ? E + X – M, donde E es el gasto total o la absorción de los residentes
(E ? C + I + G), e Y se interpreta como PIB, lo cual quiere decir que las exportaciones netas incluyen los ingresos netos de
los factores percibidos del exterior. Así, Y – E ? X – M, formulación que puede presentarse alternativamente como Y –
T ? C + I + (G – T) + (X – M). Haciendo uso de la definición de ahorro, S ? Y – T – C, llegamos a la identidad central: (X
– M) ? (S – I) + (T – G), la cual expresa que el superávit (déficit) en la cuenta corriente es igual al exceso del ahorro del
sector privado (desahorro) más el superávit (déficit) presupuestario. Véase Dornbusch (1980).
13
por lo que el modelo se calcula mediante mínimos cuadrados ordinarios (OLS, por sus siglas en inglés),
garantizando estimadores insesgados y consistentes.
Se utilizaron datos anuales de 1975 a 2002 (véase cuadro 3),25
siendo las fuentes de información las estadísticas
de la Dirección General de Planeación Hacendaria de la SHCP, Banxico, INEGI, Pemex y el Banco de la
Reserva Federal de los EUA. El ahorro privado se calculó como variable de ajuste dentro de la igualdad de la
cuenta corriente representada por la identidad (9). Los resultados de la estimación se presentan en el cuadro 4.
Cuadro 3 México: Variables Endógenas y Exógenas del Modelo
(inicia)
Variables endógenas Variables exógenas
GC
(% del
PIB)
YC
(% del
PIB)
I
(% del
PIB)
Spriv
(% del
PIB)
Cuenta
Corriente (%
del PIB)
PIBp
(miles de pesos a
precios de 2002)
ieua
(% real
prom.)
imex
(% real
prom.)
1970 14.21 16.27 19.82 14.73 –3.03 39.62 0.50 N.D.
1971 14.02 16.07 18.13 13.92 –2.15 39.93 0.14 N.D.
1972 15.13 16.54 18.87 15.44 –2.02 41.94 0.75 N.D.
1973 17.65 17.69 18.96 16.41 –2.51 43.96 0.70 N.D.
1974 18.94 18.79 19.58 15.66 –4.07 45.12 –2.80 N.D.
1975 20.48 20.17 20.89 16.61 –4.58 46.17 –2.99 –2.63
1976 19.51 20.36 20.66 16.05 –3.76 46.57 –0.77 –3.44
1977 19.48 20.61 19.28 16.38 –1.77 46.54 –1.15 –12.54
1978 19.91 21.56 20.48 16.45 –2.38 48.68 –0.35 –1.98
1979 19.95 22.25 22.78 17.20 –3.27 51.54 –1.12 –1.55
1980 22.34 24.38 23.54 16.42 –5.08 54.18 –1.75 –4.47
1981 24.76 23.57 25.00 20.02 –6.16 57.66 3.29 0.51
1982 31.44 25.81 21.64 24.53 –2.73 56.25 6.43 –11.65
1983 31.76 30.28 16.91 22.14 3.75 53.24 3.16 –22.40
1984 30.86 29.70 17.30 20.73 2.27 53.99 4.91 –8.67
1985 32.98 30.58 18.30 21.11 0.41 54.11 3.84 –1.06
1986 38.72 30.44 19.02 26.29 –1.02 51.43 4.00 –2.87
1987 36.97 28.06 17.94 29.70 2.85 51.30 2.14 –16.04
1988 33.04 27.75 18.52 22.53 –1.28 50.91 2.49 –21.72
1989 27.81 25.79 17.25 16.67 –2.60 52.03 3.17 20.50
1990 24.06 25.30 17.88 13.81 –2.83 53.61 2.00 8.23
1991 20.32 23.48 18.65 10.84 –4.65 54.60 1.17 –0.09
1992 18.65 23.67 19.60 7.86 –6.72 55.29 0.44 2.83
1993 19.50 23.14 18.56 9.11 –5.80 55.09 0.02 8.03
1994 19.44 22.79 19.35 8.95 –7.05 56.21 1.65 7.98
1995 19.77 22.80 16.15 12.57 –0.55 51.54 2.64 7.50
1996 19.48 22.99 17.86 13.60 –0.75 53.48 2.06 –2.73
1997 20.26 23.06 19.52 14.81 –1.91 56.34 2.71 –1.25
1998 18.54 20.36 20.90 15.27 –3.82 58.38 3.26 4.45
1999 19.27 20.82 21.20 16.73 –2.91 59.69 2.41 2.70
2000 20.11 21.63 21.38 16.73 –3.13 62.76 2.53 3.84
2001 19.92 21.81 19.64 14.86 –2.89 61.30 0.71 3.53
2002 20.51 22.56 18.88 14.63 –2.21 60.42 0.14 0.32
Promedio 22.72 23.06 19.53 16.63 –2.56 52.24 1.40 –1.60
Desv. St. 6.45 3.96 1.91 4.76 2.48 5.92 2.15 9.28
25
Para todas las variables se cuenta con datos desde 1970, con excepción del costo porcentual promedio de captación y del
precio de la mezcla de petróleo de exportación; la serie de este último es desde 1974. Con la finalidad de tener
observaciones de esta variable para todo el periodo, se decidió ajustar la muestra para el modelo de 1975 a 2002.
14
Cuadro 3 México: Variables Endógenas y Exógenas del Modelo
(concluye)
Variables Exógenas
P
(%
prom.)
PIBdp
(miles de pesos a
precios de 2002)
X
(% del
PIB)
Pet
(pesos por
barril a precios
de 2002)
? PIB
(%)
Ipub
(% del
PIB)
Imp
(miles de millones
de pesos a precios
de 2002)
1970 5.00 36.49 7.91 N.D. 6.6 5.58 181.30
1971 5.47 36.81 7.80 N.D. 4.1 3.93 207.70
1972 4.94 38.49 8.23 N.D. 8.5 5.16 266.40
1973 12.08 40.18 8.60 N.D. 8.3 6.36 315.90
1974 23.78 41.24 8.61 363.32 6.1 6.41 338.70
1975 14.94 42.91 7.05 339.12 5.7 7.63 410.30
1976 15.82 42.53 8.68 383.95 4.2 6.94 445.90
1977 29.06 41.62 10.57 479.02 3.2 6.66 441.60
1978 17.46 43.45 10.75 404.78 8.1 8.10 483.20
1979 18.19 45.63 11.46 509.51 9.4 8.72 544.20
1980 26.35 47.22 12.83 646.75 8.6 9.38 573.60
1981 27.93 50.46 12.48 574.03 8.5 10.64 678.60
1982 58.91 45.98 18.25 692.66 –0.5 8.89 907.10
1983 101.87 41.04 22.92 698.22 –3.5 5.82 674.10
1984 65.45 42.67 20.96 598.97 3.4 5.85 607.70
1985 57.75 44.14 18.43 548.09 2.2 5.83 679.80
1986 86.23 40.57 21.11 326.65 –3.1 5.84 803.20
1987 131.83 39.27 23.45 429.34 1.7 4.60 803.00
1988 114.16 40.77 19.93 253.85 1.3 4.40 937.20
1989 20.01 42.14 19.00 292.26 4.2 4.20 988.90
1990 26.65 43.63 18.60 322.41 5.1 4.27 914.90
1991 22.66 45.66 16.36 215.45 4.2 4.06 740.80
1992 15.51 46.87 15.24 195.10 3.6 3.79 555.20
1993 9.75 46.69 15.25 158.74 2.0 3.76 519.00
1994 6.97 46.75 16.83 169.11 4.4 5.01 643.80
1995 35.00 35.87 30.42 269.42 –6.2 3.75 367.80
1996 34.38 36.27 32.18 286.45 5.2 3.00 356.20
1997 20.63 39.23 30.37 215.04 6.8 3.10 438.40
1998 15.93 40.47 30.69 132.25 5.0 2.80 510.90
1999 16.59 41.31 30.79 182.30 3.6 3.00 608.90
2000 9.49 43.28 31.03 259.49 6.6 3.65 745.00
2001 6.37 44.49 27.43 181.82 –0.2 3.19 807.10
2002 5.03 43.98 27.20 207.89 0.9 3.32 907.40
Promedio 32.19 42.37 18.22 356.41 3.88 5.38 587.99
Desv. Est. 33.01 3.51 8.22 170.72 3.70 2.08 222.36
Notas: La definición de cada variable se muestra en el cuadro 2.
Spriv se calculó como residual de la identidad (9).
N.D.: No disponible.
Fuentes: Dirección General de Planeación Hacendaria de la SHCP, Banxico, INEGI, Pemex y Banco de la
Reserva Federal de los EUA.
15
Cuadro 4 Resultados del Modelo
(5a) GCt = 0.14 PIBpt + 0.19 ieuat + 0.57 GCt-1 + 0.06 Pt + 6.78 dummy 1
(3.79) (0.94) (5.29) (2.75) (3.28)
R2
= 0.92 D – W = 1.16 F = 64.69 Estadístico h = 2.70
(6a) YCt = 0.11 PIBdpt + 0.26 Xt + 0.01 Pett-1 + 0.54 YCt-1 – 3.39 dummy 2
(3.15) (2.66) (4.31) (4.65) (–2.09)
R2
= 0.91 D – W = 2.27 F = 59.76 Estadístico h = –0.89
(7a) It = 6.12 + 0.33 ? PIBt + 0.61 It-1 + 0.08 Ipubt
(3.38) (6.53) (5.87) (0.76)
R2
= 0.83 D – W = 1.86 F = 39.31 Estadístico h = 0.43
(8a) Sprivt = 0.11 ? PIBt – 0.51 YCt + 0.63 Sgt-2 + 0.72 Sprivt-1 –0.002 Impt + 0.76 GCt
(1.48) (–5.24) (6.69) (6.86) (–1.47) (6.83)
R2
= 0.95 D – W = 2.44 F = 81.24 Estadístico h = –1.40
(9a) Xt – Mt = 0.11 PIBdpt + 0.26 Xt + 0.01 Pett-1 + 0.54 YCt-1 – 0.14 PIBpt – 0.19 ieuat
– 0.57 GCt-1 – 0.06Pt – 0.22 ? PIBt – 0.51 YCt + 0.63 Sgt-2
+ 0.72 Sprivt-1 – 0.002 Impt + 0.76 GCt – 0.61 It-1 – 0.08 Ipubt
Los valores del estadístico t se muestran entre paréntesis. Dado que se incluyen variables dependientes rezagadas, se
presenta el estadístico h de Durbin para cada regresión.
En la primera ecuación estructural (5a), el gasto corriente del sector público depende positivamente del PIB per
cápita, lo que indica que el gasto corriente público no es contracíclico y confirma lo sustentado en este trabajo.
El alto coeficiente de la variable dependiente rezagada prueba que el gasto corriente es muy inelástico, en virtud
de los diversos compromisos institucionales del Gobierno Federal. El coeficiente de la tasa de interés externa es
positiva, aunque no significativa. Lo anterior significa que las condiciones en los mercados de dinero y los
capitales internacionales afectan el gasto corriente no programable, es decir, que un incremento en las tasas de
interés internacionales (EUA) está positivamente correlacionado con el pago de intereses de la deuda externa
mexicana denominada en dólares. Se estimó la regresión con la tasa de interés doméstica, pero su coeficiente no
resultó significativo y mostró el signo contrario. Esto puede deberse a que la tasa de interés durante el periodo de
estudio no representa el costo de oportunidad de mantener dinero. La evidencia empírica para México revela que
la inflación esperada es un indicador más apropiado del costo de oportunidad de mantener dinero,
particularmente en una economía como la mexicana en la que la represión financiera se dio en la mayor parte de
16
la etapa de investigación.26
La inflación incrementa el gasto corriente con un coeficiente significativo al nivel
de 5%. Se incluyó una variable dummy para 1986, con el propósito de registrar el efecto adverso que tuvo sobre
las finanzas públicas la combinación de la caída en los precios de exportación de petróleo durante ese año y la
consecuente alta inflación, de 105.75%, al final del periodo.
La segunda ecuación (6a) consiste en calcular los ingresos corrientes presupuestales a través de variables
económicas que permitan realizar una aproximación a la base gravable, como el PIB per cápita, el componente
de exportaciones de la balanza de pagos y los ingresos petroleros. Para analizar esta última variable se utilizó el
precio de exportación del petróleo crudo. La evidencia empírica es consistente con estudios previos realizados
por Tait “et al.” (1979). Los coeficientes de la demanda doméstica per cápita, de la razón de exportaciones al
producto y del precio del petróleo rezagado un periodo son positivos y significativos al nivel del 5%, lo que
indica la relevancia para países como México de la base gravable, así como la importancia de los derechos por
exportación de hidrocarburos en la estimación de los ingresos corrientes presupuestales.27
El coeficiente de la
variable dependiente rezagada es positivo, mostrando que la capacidad administrativa recaudadora es
significativamente diferente de cero al nivel del 1% de confianza. Asimismo, se introdujo una variable dummy
para los años de 1995-2002, con el fin de capturar el efecto adverso del acuerdo de libre comercio con EUA y
Canadá sobre los ingresos públicos.
La tercera ecuación (7a) se basa en los modelos de ajuste parcial. Como lo demuestran Blejer y Khan (1984), las
imperfecciones de los mercados de capital y financiero, así como las restricciones en los mercados de trabajo,
aunados a la carencia de una serie de capital consistente, hacen difícil aplicar otras teorías de la inversión en
economías emergentes. El comportamiento de los agentes económicos para lograr una cantidad óptima de capital
se puede estimar a través de un modelo que prueba la hipótesis del acelerador de la inversión. De acuerdo con
esta hipótesis, dada una razón de capital producto constante y la plena utilización de los bienes de capital, un
cambio proporcional en el acervo de capital corresponde a cualquier cambio en la producción.
(10)
t
t
Y
K
= ? ; Kt = ? ? Yt
Así, el acervo de capital actual depende de los valores deseados de niveles pasados de capital, el cual, a su vez,
depende de los niveles pasados de producto O, donde ? es una constante y ? es el coeficiente de ajuste parcial:
(11) net It = (1 – ? )( ? Ot – Kt-1)
Sustituyendo para obtener la razón de inversión con respecto al PIB, en función de la inversión neta y la
depreciación (? ), la ecuación tiene la forma de:
(12)
It
Yt
= (1 – ? )
? Yt
? (1? ?)? Yt-1
Yt
+ ?
It-1
Yt
En el contexto del acelerador flexible, se acepta que los coeficientes de ajuste varíen sistemáticamente con las
condiciones económicas, en las diferentes etapas del ciclo, y con el costo y disponibilidad de recursos
financieros. En la ecuación (7a) la aproximación al componente cíclico ha sido efectuada mediante el
crecimiento real del PIB, y diferentes variables fueron utilizadas como regresores, incluyendo las tasas de interés
domésticas y externas. También se recurrió a variables como la disponibilidad de crédito, siguiendo el estudio
26
Para un estudio empírico detallado, véase Amieva-Huerta, Juan (1987).
27
La inclusión del componente externo de las importaciones empeoró los resultados de las regresiones, lo que puede
deberse a que la recaudación por impuestos a las importaciones se redujo considerablemente a partir de la implementación
del TLCAN y a los acuerdos de libre comercio establecidos, con varias naciones, desde la mitad de la pasada década de los
noventa.
17
econométrico de Amieva-Huerta para la economía mexicana.28
La disponibilidad de crédito no resultó
significativamente diferente de 0 al 10%, indicando que pese a la represión financiera en la economía de México
en los setenta y ochenta, en los noventa el Gobierno no intervino directamente para fijar las tasas nominales de
interés, resultando en tasas reales positivas; de manera que el mercado de fondos prestables existente en la
actualidad, fija las tasas nominales de interés. Claramente, en un sector financiero reprimido como el de las
décadas de los setenta y ochenta, las tasas de interés reales bajas o negativas tendrán varios efectos que inhiben
el crecimiento de la inversión.
Se incluye, asimismo, a la inversión pública como variable explicativa para probar la hipótesis del efecto
desplazamiento de la inversión privada por la inversión pública, en contra de la evidencia de complementariedad
entre los dos tipos de inversión. Aunque esta variable comprueba la hipótesis de complementariedad, su
coeficiente no resultó significativo al 10%, lo que obedece a que el gasto de capital ha disminuido su
importancia dentro del gasto total durante la segunda parte de la década de los noventa, llegando a ser menor del
4% del PIB, debido a que las autoridades fiscales se han fijado como objetivo mantener finanzas públicas sanas.
Así, la evidencia empírica muestra que para el caso de México no hay un efecto de desplazamiento. El
coeficiente del crecimiento real del PIB es altamente significativo y muestra el signo esperado. Por otra parte, el
coeficiente de la variable dependiente rezagada indica que hay un proceso de ajuste parcial (ecuación 11), que
prueba que el acervo de capital deseado se ajusta a su valor actual en cerca del 40% en el año. Esto indica que la
instalación del acervo de capital deseado lleva, aproximadamente, dos años, lo cual es consistente con los
estudios para otras economías emergentes realizados por Bartoli (1989).
Adicionalmente, se revisó la posibilidad de que la ecuación presentara algún problema de endogeneidad, dado
que la inversión pública puede depender de los ingresos presupuestales estimados previamente en la ecuación 6a.
Para ello, se calculó la ecuación con mínimos cuadrados ordinarios bietápicos, lo que dio como resultado un
coeficiente no significativo para la inversión pública y que el poder de simulación del modelo en general no
mejorara, por lo que se rechazó la hipótesis de endogeneidad en el modelo.
En la cuarta ecuación (8a), el coeficiente de la razón de ingresos presupuestales a PIB, el cual calcula la
influencia del ingreso disponible en el ahorro privado, tiene el signo esperado y es estadísticamente significativo
al nivel de 1%, reflejando el hecho de que un aumento en los impuestos (ingreso presupuestal con respecto al
PIB) disminuye el ingreso disponible y, por lo tanto, el ahorro privado. El coeficiente de la variable YC muestra
que un incremento de 1% en los ingresos presupuestales reduce el ahorro privado en 0.51%. Este coeficiente es
consistente con los modelos teóricos de Barro (1974) y de Blanchard (1985), quienes proponen que fluctúa entre
1.0 y 0.5 %. Este resultado rechaza, por lo tanto, la hipótesis de neutralidad de Barro, de manera que la
política fiscal afecta la cuenta corriente a través de su efecto sobre el ahorro privado.
Para la variable de ahorro corriente gubernamental, se encontró que ésta tiene un efecto positivo rezagado en dos
períodos sobre el ahorro privado. Esto es consistente con la hipótesis del ciclo de vida. Lo anterior puede deberse
a que un aumento en el gasto financiado por impuestos incrementa la propensión al ahorro, en comparación con
un esquema de endeudamiento del déficit. Este último provoca un desahorro porque el Gobierno ofrece mejores
términos de intercambio entre consumo presente y consumo futuro que los mercados financieros; por lo tanto, el
coeficiente del ahorro público corriente debe ser positivo, dado que los agentes esperan que los impuestos
futuros se incrementen menos que la unidad (coeficiente de 0.63), dependiendo, entre otros factores, de la
estructura de edad de la población.
Asimismo, al incluir el gasto corriente público (GC) en relación con el PIB dentro de la ecuación 8a, prueba la
existencia de un efecto sustitución entre el consumo privado y el gasto del Gobierno, debido a que el coeficiente
es positivo y altamente significativo. El coeficiente positivo (0.11) del crecimiento real del PIB (? PIB)
concuerda con las predicciones de la hipótesis del ciclo de vida que establece que la razón riqueza-ingreso es una
función decreciente de la tasa de crecimiento y de que entre los países con conducta individual idéntica, la tasa
28
Amieva-Huerta, Juan, ibid.
18
de ahorro es más alta en la medida que la tasa de ahorro de la economía es mayor.29
El coeficiente de la variable
dependiente rezagada (0.63) refleja un proceso de ajuste parcial significativo, de forma que el ahorro privado
toma en cuenta la presencia de los hábitos en el comportamiento del consumo.
Por su parte, el coeficiente del impuesto inflacionario (Impt), medido como la deuda pública interna real,30
muestra el signo esperado aunque insignificativamente diferente de 0 al nivel de 5%. Este resultado indica que la
incertidumbre ocasionada por altos niveles de inflación ejerce efectos negativos en el ahorro privado, lo cual se
debe a que en la mayor parte del periodo de estudio se presentaron altas tasas inflacionarias, confirmando la
hipótesis de la ecuación 5a, en la que el costo de oportunidad relevante de mantener saldos monetarios reales es
la inflación esperada; o bien cuando existió sustitución entre el peso y el dólar, en las décadas de los setenta, los
ochenta y parte de los noventa, la variable significativa fue la tasa esperada de depreciación en el tipo
de cambio.31
Las valores estimados de las ecuaciones anteriores se sustituyeron en la identidad (9), obteniendo así la cuenta
corriente de la balanza de pagos. Los datos de la misma, así como la gráfica de simulación del modelo, muestran
que el valor calculado es muy cercano a los valores históricos (véase la gráfica 3).
Los resultados indican que el impuesto inflacionario afecta negativamente el ahorro privado, mientras que la
inversión pública impacta positivamente, a través de un efecto multiplicador, la inversión privada. El ahorro
público, calculado como ingreso corriente menos gasto corriente, revela un efecto positivo indirecto de 0.63%.
Este resultado confirma que el gasto de capital y la manera en que se financia el déficit fiscal en lugar del gasto
corriente, afecta la cuenta corriente de la balanza de pagos. Las otras variables que influyen negativamente en la
cuenta corriente de la balanza de pagos en México son las tasas de interés en el exterior, a través de su efecto en
el gasto corriente. En el corto plazo, la disponibilidad de crédito externo empeora la cuenta corriente al
incrementar la inversión privada debido al aumento en el gasto público de capital. Finalmente, los valores
rezagados para el ahorro privado, los ingresos corrientes presupuestales y el gasto corriente ilustran la
importancia histórica de estas variables en el esquema institucional de ahorro y la administración tributaria. Los
resultados empíricos también muestran que las medidas de política fiscal relacionadas con la estructura
impositiva y la composición del gasto público tienen importantes consecuencias sobre la cuenta corriente de la
balanza de pagos en México.
29
Véase Modigliani (1986).
30
Vale la pena mencionar, en este punto, que existen diversas aproximaciones empíricas del impuesto inflacionario; sin
embargo, el objetivo básico de este concepto es medir la recaudación que obtiene el Gobierno, a través del Banco Central, al
emitir más dinero del que el público desea. Una de dichas técnicas establece que el impuesto inflacionario es igual al saldo
monetario que ofrece el Banco Central (base monetaria), multiplicado por el ritmo de aumento en los precios (tasa de
inflación), menos el cambio en la demanda de dinero, esto es, el desequilibrio monetario sin considerar el multiplicador. Así
se tiene que:
R = iM/P – ? (M/P)
En donde: R = recaudación; i = tasa de inflación; M/P = saldo real de dinero, y ? (M/P) = cambio en la demanda de dinero.
También puede utilizarse la siguiente definición (véase Aportela y Gamboa, 2002):
st =
Ht ? Ht ?1
Pt yt
donde Ht es la base monetaria, Pt es el nivel de precios y yt es el producto en términos reales. Así, más que teórica, la
definición del impuesto inflacionario es una cuestión empírica. Para realizar los cálculos del presente modelo, se utilizaron
varias definiciones empleadas en distintos estudios econométricos, por lo que la correcta selección de aquélla es
aparentemente una cuestión empírica. Véase también la nota al pie número 24 del anexo.
31
El mismo resultado encontró Bartoli para una muestra de varios países latinoamericanos.
19
Gráfica 3 México: Estimación de la Cuenta Corriente
Los resultados de la ecuación (8a) rechazan la hipótesis de neutralidad de Barro, de manera que la política fiscal
afecta la cuenta corriente a través de su impacto sobre el ahorro privado, lo cual crea un papel crítico para la
política fiscal, debido a que un cambio en la mezcla de impuestos-endeudamiento —para un nivel dado de gasto
de Gobierno— tiene una influencia importante en la cuenta corriente a través de su influencia en el ahorro
privado. No obstante, la ausencia de la hipótesis de neutralidad no implica un efecto desplazamiento de la
inversión pública a la inversión privada, puesto que esta última es independiente de las tasas de interés
domésticas y externas. Sin embargo, las tasas de interés domésticas contribuyen a disminuir el ahorro público
por medio de su impacto en el gasto corriente (pago de intereses).
En conclusión, se comprueban los resultados empíricos obtenidos para la economía mexicana de un efecto
de complementariedad entre la inversión pública y la inversión privada, pero, al incrementar la
absorción, tenderá a aumentar el déficit en la cuenta corriente, manteniendo otros efectos constantes.
Ejercicios de Simulación
Se describe aquí cómo el modelo simula un cambio en la cuenta corriente de la balanza de pagos de México ante
una modificación en los ingresos públicos presupuestales y la inversión pública. El ejercicio consiste en
incrementar 30% los ingresos tributarios y 50% la inversión pública, de manera separada y conjunta, buscando
observar el impacto en las variables del modelo; una forma de probar la capacidad predictiva de éste, ante un
cambio en la política fiscal, es a través de un ejercicio de simulación de las ecuaciones (5a) a (9a).
En primer lugar, se realiza una simulación “ex post” de las variables endógenas con el fin de verificar el poder
de predicción del modelo econométrico por medio de estadísticos que miden la exactitud con que las ecuaciones
estimadas simulan las series históricas. Los estadísticos que se emplean son la raíz del error medio cuadrático
-9.0
-6.0
-3.0
0.0
3.0
6.0
75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 01
%delPIB
Real Estimado
20
(REMC) y el coeficiente de desigualdad de Theil (U de Theil).32
Como se observa en el cuadro 5, los estimadores
indican que la simulación dinámica33
de las ecuaciones para el periodo 1975-2002 es aceptable. Lo anterior se
puede apreciar también en la gráfica 4.
Cuadro 5 México: Estadísticos de la Simulación del
Modelo Estimado
EstadísticosVariable endógena y ecuación
REMC U de Theil
GC (5a) 2.89 0.06
YC (6a) 0.93 0.02
I (7a) 0.93 0.02
Spriv (8a) 1.35 0.04
X – M (9a) 3.63 0.10
Fuente:Estimaciones del autor.
Gráfica 4 México: Simulación “Ex Post” de las Variables
Endógenas del Modelo Recursivo
(inicia)
32
La raíz del error medio cuadrático y el coeficiente de desigualdad de Theil se definen de la siguiente manera:
REMC = ? ???
?
T
YY
T 1t
2
tt
ˆ
1
U de Theil =
? ? ? ??? ??
?
TT
Y
T
Y
T 1t
2
t
1t
2
t
1
ˆ
1
REMC
Donde Y es el valor real de la variable, ˆY es el valor simulado de Y, y T es el número de períodos de la simulación. REMC
es una medida de la desviación de la variable simulada con respecto a su trayectoria real. La U de Theil toma valores entre 0
y 1. Si U = 0 se tiene una estimación perfecta y si U = 1 el poder predictivo del modelo es nulo.
33
La simulación dinámica consiste en sustituir, para cada observación, el valor calculado, en la observación previa, de la
variable endógena rezagada; en contraste con la simulación estática, en la que se sustituyen los valores reales en la variable
endógena rezagada.
Ecuación (5a)
GC
10.0
15.0
20.0
25.0
30.0
35.0
40.0
45.0
75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 01
% del PIB
Real Estimado
Ecuación (6a)
YC
10.0
15.0
20.0
25.0
30.0
35.0
75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 01
% del PIB
Real Estimado
21
Gráfica 4 México: Simulación “Ex Post” de las Variables
Endógenas del Modelo Recursivo
(concluye)
Con base en los coeficientes estimados del modelo, se analiza un incremento hipotético del 30% en el ingreso
presupuestal del sector público en 1975, manteniendo, sin cambio, el resto de los datos reales de las
variables exógenas ; esta variación se aplica sobre el valor estimado de YC para ese año y su efecto se propaga
en los años subsecuentes a través del componente rezagado de la ecuación 6a. La ecuación de ahorro privado
(8a) también se modifica mediante el ingreso presupuestal que aparece como variable explicativa y el ahorro
público corriente rezagado. El coeficiente con valor menor a uno de la variable rezagada, en la ecuación 6a,
ocasiona un incremento en la variable YC por varios años, que desaparece conforme la trayectoria del ingreso
converge de nueva cuenta con la trayectoria del cálculo original. En la ecuación 8a la nueva trayectoria del
ahorro privado presenta, primero, una disminución con respecto a la original —debido al signo negativo del
coeficiente del ingreso presupuestal—, y después, un aumento ocasionado por el signo positivo del ahorro
público rezagado para, finalmente, converger con la trayectoria original.
En conjunto, el incremento en los ingresos presupuestales ocasiona una mejoría en la cuenta corriente de la
balanza de pagos en relación con la simulación original, como se ilustra en la gráfica 5; no es muy claro en
los primeros años debido a la disminución inicial en el ahorro privado a causa de la reducción en el ingreso
disponible, pero resulta visiblemente superior en los años posteriores. Se concluye que un incremento en los
ingresos públicos ocasiona el efecto esperado sobre la cuenta corriente en el corto plazo, el cual se diluye, como
es de esperarse, en el largo plazo. Para que un incremento de esta naturaleza tenga efectos más duraderos, es
necesario que sea acompañado con otras medidas de política fiscal, ya sea a través de un fortalecimiento
permanente de los ingresos o de una disminución del gasto corriente.
Ecuación (7a)
I
10.0
12.0
14.0
16.0
18.0
20.0
22.0
24.0
26.0
75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 01
% del PIB
Real Estimado
Ecuación (8a)
Spriv
0.0
5.0
10.0
15.0
20.0
25.0
30.0
35.0
75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 01
% del PIB
Real Estimado
22
Gráfica 5 México: Impacto de un Incremento del 30% en
los Ingresos Presupuestales del Sector Público
Se analizan también los efectos, sobre la cuenta corriente, de un incremento hipotético de 50% en el gasto
público en inversión observado en 1975. Esta variación afecta la ecuación sobre inversión total (7a) y se
propaga en los años siguientes mediante el valor rezagado. Como consecuencia de la complementariedad entre
las inversiones pública y privada, el resultado es un ligero incremento en el déficit de la cuenta corriente, el cual
desaparece en 1982, cuando la trayectoria retoma el curso del modelo original estimado (véase la gráfica 6).
Gráfica 6 México: Impacto de un Incremento de 50% en
la Inversión Pública
Ecuación (9a)
X - M
-8.0
-4.0
0.0
4.0
8.0
75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 01
% del PIB
Con incremento Sin incremento
Ecuación (9a)
X-M
-7.0
-3.5
0.0
3.5
75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85
% del PIB
Con incremento Sin incremento
23
Por último, en la gráfica 7 se ilustra la modificación en la trayectoria de la cuenta corriente calculada,
combinando los mismos cambios porcentuales de las dos variables anteriores. El resultado es muy similar al del
ejercicio de un incremento en los ingresos presupuestales, toda vez que el efecto del aumento en la inversión
pública es reducido. En el cuadro 6 se muestran los datos de las simulaciones “ex post”, así como las series de
los tres ejercicios de simulación realizados.
Gráfica 7 México: Impacto de un Incremento del 30% en
los Ingresos Presupuestales y del 50% en
Inversión Pública
Ecuación (9a)
X - M
-8.0
-4.0
0.0
4.0
8.0
75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 01
% del PIB
Con incremento Sin incremento
24
Cuadro 6 México: Simulaciones Originales del Modelo Econométrico y Resultados del Impacto
de un Incremento en los Ingresos e Inversión Públicos, 1975-20021/
(porcentaje del PIB)
Gasto
público
corriente
(5a)
Ingreso público
presupuestal (6a)
Inversión total (7a) Ahorro privado (8a) Cuenta corriente (9a)
Simulación
original
Simulación
original
Ejer.1 Simulación
original
Ejer. 2 Simulación
original
Ejer.1 Simulación
original
Ejer.1 Ejer. 2 Ejer. 3
1975 17.6 18.9 24.6 20.5 20.8 14.6 11.7 –4.6 –1.8 –4.9 –2.1
1976 17.4 19.2 22.3 20.5 20.7 13.1 9.5 –5.5 –6.1 –5.7 –6.3
1977 17.9 20.1 21.7 20.2 20.3 12.9 13.0 –5.1 –3.4 –5.2 –3.5
1978 18.0 21.4 22.3 21.7 21.8 13.0 14.5 –5.4 –3.0 –5.5 –3.0
1979 18.4 22.0 22.5 23.1 23.2 13.1 15.0 –6.4 –4.0 –6.4 –4.1
1980 19.3 23.6 23.8 23.8 23.8 13.7 15.5 –5.8 –3.8 –5.8 –3.8
1981 21.4 25.6 25.7 24.2 24.2 14.6 16.1 –5.4 –3.8 –5.4 –3.8
1982 24.8 27.2 27.2 21.4 21.4 15.8 17.0 –3.2 –1.9 –3.2 –1.9
1983 28.3 29.4 29.5 18.5 18.5 18.4 19.3 1.1 2.1 1.1 2.1
1984 28.5 30.4 30.4 18.9 18.9 19.8 20.5 2.7 3.4 2.7 3.4
1985 28.0 29.7 29.8 18.8 18.8 19.6 20.2 2.5 3.0 2.5 3.0
1986 35.9 29.4 29.4 17.0 17.0 25.2 25.6 1.7 2.1 1.7 2.1
1987 36.0 28.2 28.2 17.4 17.4 30.4 30.6 5.2 5.5 5.2 5.5
1988 35.0 27.5 27.5 17.5 17.5 28.1 28.3 3.2 3.4 3.2 3.4
1989 29.1 25.9 25.9 18.5 18.5 22.2 22.4 0.6 0.7 0.6 0.7
1990 26.1 25.4 25.4 19.4 19.4 16.5 16.6 –3.6 –3.5 –3.6 –3.5
1991 24.1 24.9 24.9 19.6 19.6 14.1 14.2 –4.7 –4.6 –4.7 –4.6
1992 22.5 23.8 23.8 19.6 19.6 13.7 13.7 –4.6 –4.5 –4.6 –4.5
1993 21.1 23.1 23.1 19.0 19.0 13.6 13.6 –3.5 –3.5 –3.5 –3.5
1994 20.7 22.9 22.9 19.5 19.5 13.5 13.5 –3.8 –3.8 –3.8 –3.8
1995 21.6 21.8 21.8 16.3 16.3 14.6 14.6 –1.5 –1.5 –1.5 –1.5
1996 22.2 22.3 22.3 18.0 18.0 17.1 17.1 –0.8 –0.8 –0.8 –0.8
1997 22.3 22.6 22.6 19.6 19.6 17.5 17.5 –1.8 –1.8 –1.8 –1.8
1998 22.5 22.5 22.5 19.9 19.9 17.5 17.5 –2.4 –2.4 –2.4 –2.4
1999 22.6 22.0 22.0 19.7 19.7 17.6 17.6 –2.7 –2.7 –2.7 –2.7
2000 22.7 22.4 22.4 20.6 20.6 17.4 17.4 –3.5 –3.5 –3.5 –3.5
2001 22.1 22.2 22.2 18.8 18.8 15.5 15.5 –3.1 –3.1 –3.1 –3.1
2002 21.4 21.6 21.6 18.2 18.2 14.0 14.0 –3.9 –3.9 –3.9 –3.9
Fuente:Estimaciones del autor.
1/
El ejercicio 1 se refiere a la simulación de un incremento del 30% en el ingreso público presupuestal, el 2 a la simulación
de un incremento del 50% en la inversión pública y el 3 a la combinación de los cambios 1 y 2.
Para ahondar en el análisis y complementar las conclusiones obtenidas del modelo econométrico, en la gráfica 8
se presenta la relación entre los RFSP y el balance en la cuenta corriente de la balanza de pagos como porcentaje
del PIB. La evidencia indica que de finales de la década de 1970 a la de 1980, el déficit en cuenta corriente y los
RFSP mantuvieron una correlación altamente positiva, de alrededor de 80%. En 1983 y 1984 la nueva
administración implantó severas medidas de ajuste fiscal, con las cuales los RFSP disminuyeron de 16% del PIB
en 1982 a 8.1% del PIB en 1984. Como resultado de estas disposiciones, la cuenta corriente mostró un superávit
en el periodo 1983-1985. En 1985 se siguió una política fiscal más laxa y el superávit en la cuenta corriente
alcanzó sólo 0.4% del PIB, en contraste con el 2.3% del año previo (véase el cuadro 7). En 1986 se deterioraron
los términos de intercambio debido a que el precio promedio de exportación de petróleo bajó 53%, de modo que
25
las exportaciones del mismo se redujeron de 14,700 millones de dólares (mdd) en 1985 a 6,200 mdd en 1986.34
En consecuencia, la cuenta corriente experimentó un déficit de 1.0% del PIB. El impacto fiscal fue brutal: los
RFSP se incrementaron a 15.4% del PIB en ese año. Ahora bien, ¿cómo puede explicarse el hecho de que ante
un déficit fiscal tan alto en 1983-1985, de 8.0% del PIB, se haya podido generar un superávit en la cuenta
corriente? Gil Díaz y Ramos Tercero demuestran —utilizando la definición de déficit operacional— que “una
vez que se deduce la amortización real de la deuda pública denominada en pesos…, el comportamiento del
presupuesto se compagina mejor con el de la cuenta corriente”. Así, el déficit operativo estimado por dichos
autores ascendió a sólo 2.3 % del PIB durante 1983-1985.
Gráfica 8 RFSP y Balance en Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos
% del PIB
No obstante, en la década de 1990 esta correlación positiva fue más débil, particularmente en el lapso de 1991-
1993, en el cual los RFSP ascendieron, en promedio, a 0.8 % del PIB. Lo anterior puede deberse a que durante
estos años los ingresos no recurrentes, que provenían de la privatización, fueron sustanciales e incluidos arriba
de la línea. En esa etapa, el déficit en la cuenta corriente ascendió aproximadamente a 6.0% del PIB, mientras
que los ingresos por desincorporación de activos fijos superaron cuatro puntos porcentuales del producto.
A partir de 1995, con un tipo de cambio flexible, se observa nuevamente una correlación positiva entre los RFSP
y el déficit en cuenta corriente. Por ejemplo, durante 1998-1999 los RFSP alcanzaron casi 6.0 % del PIB; en
tanto que el déficit en la cuenta corriente se elevó a 3.8 y 2.9 % del PIB en esos años. Por ello, se concluye que,
como se mencionó, una posición deficitaria del sector público mexicano genera un exceso de demanda interna,
lo que repercute negativamente sobre la cuenta corriente de la balanza de pagos.35
Así, se confirma
empíricamente que los RFSP constituyen la definición más apropiada del déficit fiscal en México, debido
básicamente a que la deuda pública coincide con el déficit ampliado observado.36
34
Véase Gil Díaz, F., y R. Ramos Tercero (1988).
35
Véase Aspe (1993).
36
La posición de la deuda bruta representa el saldo de todos los pasivos, excepto las acciones y otras participaciones de
capital, y los derivados financieros.
-20
-15
-10
-5
0
5
1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
Años
Cuenta Corriente
RSFP
26
Cuadro 7 RFSP y Deuda Pública
(porcentaje del PIB)
RFSP 1/
Deuda Pública Bruta 2/
Externa Interna Total
1970 –3.43 10.87 9.32 20.19
1971 –2.24 10.51 10.19 20.70
1972 –4.46 10.16 11.90 22.06
1973 –6.23 11.61 12.95 24.56
1974 –6.58 12.58 13.20 25.79
1975 –9.09 14.90 14.54 29.44
1976 –8.98 20.04 16.11 36.15
1977 –6.12 25.72 14.30 40.02
1978 –6.08 23.45 14.42 37.86
1979 –6.91 20.16 14.81 34.96
1980 –7.12 16.75 14.49 31.24
1981 –13.39 21.51 16.10 37.61
1982 –15.95 54.55 26.58 81.14
1983 –8.21 48.01 19.83 67.83
1984 –8.10 43.21 17.26 60.46
1985 –9.04 53.39 19.49 72.88
1986 –15.41 84.49 28.86 113.35
1987 –15.25 88.02 30.27 118.29
1988 –11.71 43.92 26.17 70.09
1989 –5.18 36.54 25.07 61.61
1990 –3.64 30.94 22.39 53.32
1991 1.75 25.88 16.76 42.64
1992 2.66 20.97 11.86 32.83
1993 –1.99 19.47 10.73 30.20
1994 –2.97 32.03 12.60 44.64
1995 –3.03 41.99 8.46 50.45
1996 –4.75 30.55 7.61 38.16
1997 –4.54 22.49 8.62 31.11
1998 –5.95 23.67 9.83 33.51
1999 –5.90 19.11 11.02 30.14
2000 –3.26 14.75 12.29 27.04
2001 –3.03 12.60 13.10 25.70
2002 –2.64 13.21 14.75 27.96
1/
De 1970 a 1989 se refiere al balance público más la intermadiación financiera.
El signo (–) significa déficit, el signo (+) superávit.
2/
La deuda externa comprende al sector público; la interna al Gobierno Federal.
Saldos a diciembre.
Fuente: RFSP: “Estadísticas de Finanzas Públicas, 1965-1991” y “Estadistícas
Oportunas de Finanzas Públicas”, DGPH, SHCP. Deuda Pública: Dirección de
Deuda Pública, DGCP, SHCP.
La evidencia empírica para Filipinas presentada por Mansur (1989), y la estimada por Bartoli (1989)37
para
varios países de América Latina, indican que las consecuencias de la política fiscal, tanto en la política tributaria
como en la política de gasto, tienen efectos para la cuenta corriente de la balanza de pagos. En particular, Bartoli
37
Los países de América Latina incluidos en la muestra son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador,
Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
27
encontró que el impuesto inflacionario tiene un importante impacto negativo en el ahorro privado y, por lo tanto,
en la cuenta corriente. El efecto de la combinación entre la política tributaria y las formas de
financiamiento del déficit provocan un impacto en la cuenta corriente a través de su efecto en el ahorro
doméstico. Mansur demostró que en Filipinas, durante el período 1970-1982, la política fiscal laxa contribuyó a
incrementar la demanda doméstica y que las autoridades de esa nación han intentado reducir el déficit en la
cuenta corriente por medio de una política fiscal encaminada a reducir el déficit fiscal. La relación entre el
déficit fiscal y la cuenta corriente ha sido ampliamente estudiada utilizando ecuaciones de comportamiento “ad
hoc” para un gran número de países que han acordado programas económicos con el FMI. Las simulaciones
reportadas por Mansur evidencian que un incremento en el déficit fiscal empeora las cuentas externas
significativamente. Sería interesante someter a prueba los resultados empíricos aquí presentados para otras
naciones, incluyendo a las que son integrantes de la OCDE.
Así, la evidencia empírica para México revela que los RFSP se encuentran positivamente correlacionados
con el déficit de la cuenta corriente, aunque la evidencia no sea tan abrumadora para otros países de América
Latina y las Filipinas. Lo anterior puede obedecer a que estas naciones han llevado a cabo políticas de apertura
comercial mucho más conservadoras que las de México, al proteger al sector industrial ante la competitividad
externa, lo cual ha redundado en un bajo nivel de comercio internacional en relación con el producto.
Déficit Fiscales e Inflación
La teoría macroeconómica postula que los déficit fiscales causan inflación. La teoría fiscal del nivel de precios
(FTPL, por sus siglas en inglés) se opone a la idea de que la inflación consiste exclusivamente en un fenómeno
monetario. Esta teoría postula que la política fiscal tiene un impacto inflacionario aun en presencia de
consumidores con expectativas racionales.38
De acuerdo con Catao y Terrones (2003),39
esta correlación resulta
de correr un modelo de optimización no lineal de la inflación, relacionada con los déficit fiscales, tomando en
cuenta que la moneda circulante determina el tamaño de la base del impuesto inflacionario. El estudio demuestra
que un cambio en el déficit como proporción del PIB, produce un efecto mayor en economías con inflación
elevada, en las cuales la base de impuestos es típicamente inflacionaria a través del medio circulante.
De los resultados empíricos se desprende que en esta relación intrínsicamente dinámica es necesario diferenciar
los efectos de corto y mediano plazo. Esta distinción es crucial en virtud de que los déficit fiscales pueden no
inducir la impresión de circulante si los gobiernos se financian temporalmente a través de deuda, lo cual implica
que se debe hacer una medición empírica adecuada mediante series de tiempo suficientemente largas para
conocer esta relación.
El modelo empírico incluye el análisis de una amplia base de datos de 107 países en el periodo 1960-2001.
Asimismo, considera mediciones de los balances de los gobiernos central y general, a fin de comprobar la
fortaleza de la relación déficit-inflación con la inclusión de diferentes variables condicionadas (tasas de cambio,
precios del petróleo y apertura comercial, entre otras). Los resultados muestran una fuerte asociación positiva
entre ambas variables en grupos de países en desarrollo con alta inflación, pero no entre naciones con
economías avanzadas y baja inflación, como sucede en la mayoría de las economías de la OCDE. La fuerza
del efecto dependerá del nivel de desarrollo financiero del país y del compromiso de su banca central para
mantener baja la inflación; en el caso de las economías avanzadas, la autoridad monetaria tiende a facilitar la
reestructuración de grandes acervos de deuda, obviando la necesidad de imprimir dinero. Así, los déficit fiscales
no sólo importan en épocas de alta inflación e hiperinflación, sino también cuando los rangos de inflación son
moderados y con efectos más débiles. Desagregando por grupos de países, se encontró que la relación déficit-
inflación fue sorpresivamente más fuerte en un mayor número de naciones en desarrollo.
38
Véase Carlstrom, C., y Fuerst, T. (2000).
39
Consúltese Catao, Luis, y Marco Terrones (2003).
28
4. DEUDA PÚBLICA EN MÉXICO
Un mayor déficit fiscal disminuye lo que pueden consumir las generaciones futuras, incluso si la deuda pública
está en manos del sector privado. Así, el hecho de que los más grandes déficit fiscales registrados en la
República Mexicana a principios de la década de 1980 correspondieran a un mayor endeudamiento exterior,
constituyó una carga para las futuras generaciones. México es una economía pequeña en el contexto
internacional y la política fiscal o de endeudamiento no afecta significativamente a los mercados internacionales
de capital. No obstante, México es la novena economía mundial, miembro de la OCDE, y una de las economías
emergentes más importantes del mundo, en virtud de que es una de las que atrae más inversión extranjera
directa. La relación de apertura de la economía, medida por la razón de exportaciones a PIB, es de alrededor de
34%, la cual, comparada con la de otras economías latinoamericanas como Chile (33% del PIB), Argentina
(11%) y Brasil (13%), es considerablemente mayor; por lo tanto, pese a ser una economía pequeña, la República
Mexicana tiene una gran influencia sobre el resto de las economías emergentes —prueba de ello es la crisis de
México en 1994-1995—, particularmente en las economías latinoamericanas. Sin embargo, a partir de 2001 las
agencias calificadoras le dieron a México el grado de inversión por sus sólidos fundamentos macroeconómicos,
entre los que destacan contar con finanzas públicas sanas, baja inflación, la desregulación económica en la
mayoría de las entidades federativas, las reformas estructurales profundas en los sistemas financiero y de
pensiones (reforma del IMSS), y un extenso proceso de privatización, entre otros.40
Como se señaló en la sección anterior, los RFSP conforman la definición apropiada del déficit público en
México, debido a que la deuda pública coincide con el déficit ampliado ejercido por las autoridades fiscales. A
esto hay que agregarle las presiones de gasto asociadas con el sistema financiero (la crisis bancaria de 1994-1995
que todavía está padeciendo la economía mexicana); la reestructuración de Banrural en 2002, que aumentó los
RFSP en alrededor de medio punto porcentual del producto; el problema de los deudores de la banca; el
problema carretero; los desastres naturales en el caso de las economías estatales o la eliminación de la Ley de
Convertibilidad en Argentina en 2002; todos ellos son cursos de acción imprevistos que, evidentemente, inciden
sobre el nivel de endeudamiento público.
A principios de la década de los ochenta, México y las economías latinoamericanas se encontraban en una difícil
situación fiscal, con elevados déficit y acceso restringido a los mercados internacionales de capital. La República
Mexicana, por ejemplo, atravesó, durante esos años, un proceso de deterioro acelerado en sus equilibrios
internos y externos, provocado principalmente por el inicio de la reducción en el precio internacional del
petróleo y por el alza en las tasas de interés mundiales que aceleraron la fuga de capitales. Como consecuencia,
las autoridades hacendarias en turno solicitaron a los acreedores de la banca comercial, el 20 de agosto de 1982,
una moratoria de tres meses para los pagos del principal de la deuda contraída hasta esos momentos, así como la
integración de un Comité Asesor de Bancos para estudiar y llegar a una solución negociada.41
Entre esa fecha y
diciembre, México acumularía un retraso de 8 mil millones de dólares en pagos del principal de la deuda del
sector público, y la administración entrante comenzaría con la desalentadora perspectiva de que otros 14 mil
millones se acumularían en los tres años siguientes. Ello iniciaría un proceso de ajustes y renegociaciones de la
deuda que duraría toda la década de los ochenta.
La primera renegociación de la deuda, entre 1982 y 1983, tuvo que centrarse en resolver la posibilidad de un
incumplimiento inmediato de pagos sin hacer referencia al problema de la carga de la deuda. Sin embargo, el
desplome de los precios del petróleo en 1986 obligó a buscar una segunda renegociación. Aun cuando estas dos
renegociaciones permitieron que el país siguiera cumpliendo con el servicio de su deuda, se puso de manifiesto
que el problema de México no era de flujo de efectivo, sino más bien que la carga de la deuda imponía severas
limitaciones sobre su potencial de crecimiento. En 1987 se instrumentó un programa que consistía en una
innovadora propuesta para que los bancos comerciales cambiaran voluntariamente parte de la deuda existente
por bonos a 20 años. Los bonos negociables ofrecían una sobretasa y un bono del Tesoro de los Estados Unidos,
40
Las calificaciones de Standard and Poor´s y Moody´s a emisiones de deuda de grado de inversión son, en la actualidad,
BBB- y Baa3, respectivamente.
41
Véase Aspe (1993).
29
no negociable, como garantía. Este enfoque de reducción de deuda con base en el mercado resultó ser una
protección real y constituyó el antecedente de lo que más tarde se conocería como el Plan Brady, con el cual los
países industrializados del mundo apoyaron la reducción de la deuda.
En 1989 se suscribió un convenio con el FMI cuya característica más importante fue que, además de
determinarse los recursos que se recibirían durante varios años con el objeto de apoyar el programa de
estabilización, la institución reconocía la necesidad de efectuar operaciones para reducir la deuda y contraía el
compromiso de constituir una reserva de recursos adicionales que serían utilizados en garantía de dichas
operaciones. Con el apoyo de este paquete financiero, y en virtud de los antecedentes del programa de ajuste
interno puesto en práctica por más de seis años, México comenzó a negociar con los más de 500 bancos
comerciales representados por el Comité Asesor de Bancos bajo la misma línea del denominado Plan Brady. El
resultado directo del paquete negociado con los bancos comerciales fue una reducción en el principal y una
disminución en las transferencias netas de recursos entre 1990 y 1994. Otro efecto directo fue que el convenio
con los bancos comerciales le permitió a México, nuevamente, ser sujeto de créditos voluntarios en los mercados
financieros internacionales. La primera colocación desde 1982 por un deudor mexicano, sin ninguna relación con
la reestructuración de la deuda, tuvo lugar en 1989, cuando el Banco Nacional de Comercio Exterior colocó
bonos por 100 millones de dólares.
El proceso de renegociación de la deuda culminaría con la firma del convenio con los bancos comerciales el 14
de febrero de 1990, lo cual no sólo reabrió el acceso al financiamiento externo voluntario para las entidades
públicas y privadas, sino que también despejó el camino para pensar y actuar en otras medidas necesarias, tales
como la desregulación, la privatización y las políticas sociales.
En 1994 la reducción en el ahorro interno y el deterioro del sistema financiero colocaron nuevamente al país en
una posición vulnerable. A lo largo de ese año se presentaron graves perturbaciones de índole política y un
aumento de las tasas de interés en los mercados financieros internacionales. Cuando se percibió que el Gobierno
enfrentaría problemas para cumplir los compromisos adquiridos con el exterior, la disponibilidad de recursos
disminuyó de forma abrupta.
Durante 1995, fueron dos los principales retos que enfrentó el Gobierno Federal en el manejo de la deuda
pública: en primer término, renovar y extender los vencimientos de las obligaciones de corto plazo que concluían
ese año, principalmente de aquellas denominadas en moneda extranjera, y con ello mejorar el perfil de
vencimientos, el cual, como consecuencia de la inestabilidad financiera registrada en 1994, se había deteriorado
significativamente; en segundo lugar, recuperar el acceso a los mercados internacionales de capital.
En relación con el primer objetivo, durante 1995 se liquidó deuda de corto plazo denominada en moneda
extranjera (Tesobonos) por un total cercano a 29,000 millones de dólares (mdd), equivalente al 99.1% del saldo
que existía en diciembre de 1994.42
Cabe recordar que los cuantiosos montos de este instrumento que vencía en
los primeros meses de 1995, constituyeron una fuente de incertidumbre que afectó a los mercados financieros
interno y externo. Al cierre de 1995, el saldo de Tesobonos como proporción del PIB fue de 0.1 puntos
porcentuales, en contraste con el nivel de 8 puntos porcentuales que alcanzó en diciembre de 1994. Los recursos
con los que se efectuaron estos últimos pagos provinieron del Paquete Financiero por 51,637 mdd que la SHCP
logró formar mediante el apoyo oportuno del FMI, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, el
Banco de Pagos Internacionales y autoridades financieras de Estados Unidos y Canadá. De dicho paquete se
utilizaron únicamente 28,636 mdd hasta 1997, mediante créditos a mediano y largo plazo.43
La amortización total de los Tesobonos en circulación en febrero de 1996, la mayor colocación de Bonos de
Desarrollo del Gobierno Federal (Bondes), a plazos de uno y dos años, y la emisión de bonos denominados en
42
La cifra total comprendió 16,294 mdd por concepto del principal de Tesobonos que se pagaron a residentes del exterior,
2,105 mdd que se liquidaron en dólares a residentes nacionales, el pago de intereses a residentes del exterior por 933 mdd
por su tenencia de Tesobonos, y el equivalente a 9,628 mdd que fueron pagados en moneda nacional a residentes
mexicanos.
43
Véase Banco de México (1998).
30
Unidades de Inversión (Udibonos), a plazos de tres y cinco años, permitieron ampliar, respecto a diciembre de
1994, el plazo promedio de los valores gubernamentales en poder del público.
Asimismo, uno de los objetivos más importantes de las autoridades para evitar mayores trastornos en la
economía, era recuperar el acceso a los mercados internacionales de capital, lo que se consiguió gradualmente
desde el segundo trimestre de 1995. Este lapso resulta corto si se le compara con lo sucedido durante la crisis
que se inició en 1982, cuando México tardó casi siete años en retornar a los mercados aludidos.
De esta manera, en menos de dos años fue posible pagar anticipadamente la totalidad del Paquete de Apoyo
Financiero otorgado a través del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, cuyo saldo máximo alcanzó la
cifra de 12 mil 500 mdd. Adicionalmente, se cancelaron bonos mexicanos en el exterior por un monto cercano a
los 6 mil mdd. Con dichas operaciones se logró reducir la deuda externa, con ahorro en valor presente, al ser
menor el costo de los recursos con los que se realizó la cancelación.44
A partir de 1995 la política de deuda
pública se ha caracterizado por un manejo proactivo.
Durante la última parte de los noventa, la política sobre la deuda en México se orientó a cubrir las necesidades
de financiamiento del Gobierno Federal, a atender el refinanciamiento de la deuda histórica acumulada y a
mejorar la estructura de vencimientos y el costo de la deuda pública. Así, el Gobierno Federal ha concretado
diversas operaciones con objeto de refinanciar pasivos de manera anticipada, mejorando las condiciones iniciales
y sentando precedentes que garanticen el acceso favorable de México a los mercados internacionales de capital.
Una política adecuada de deuda pública es fundamental para mantener una postura fiscal sólida y consolidar la
estabilidad del entorno macroeconómico en el mediano plazo. En este sentido, la estrategia de endeudamiento
del Ejecutivo Federal ha estado dirigida a alcanzar los siguientes objetivos45
:
i) mejorar el perfil de amortizaciones de la deuda pública;
ii) disminuir el costo de financiamiento del sector público;
iii) reducir la vulnerabilidad de las finanzas públicas a movimientos en las tasas
de interés y tipo de cambio, y
iv) atenuar el impacto de perturbaciones externas que resulten en cambios en
la disponibilidad de recursos en los mercados internacionales de capital.
Como se ilustra en la gráfica 9, los esfuerzos anteriores han redundado en un cambio en la composición de la
deuda bruta por periodo de contratación. A partir de 1984 la deuda bruta externa de largo plazo, es decir, aquella
que se refiere a los préstamos que se otorgan a plazo mayor de un año, aumentó a casi un 100% del total.
Posteriormente, su participación descendió ligeramente hasta 1994, cuando volvió a incrementarse y se situó en
niveles superiores a 95% en 2002. Por su parte, la deuda interna de largo plazo mostró una tendencia
descendente durante el período 1982-1994. A partir de la última crisis financiera en el país, esta tendencia se
revirtió y la deuda de largo plazo ha alcanzado niveles de más de 70% de la deuda interna total; no obstante,
constituye un porcentaje menor al que prevalecía al principio de los ochenta.
44
Véase SHCP (1997).
45
Véase SHCP (2002b).
31
Gráfica 9 México: Deuda Pública Bruta de Largo Plazo1/
(1982-2002)
1/
La deuda a largo plazo se refiere a los préstamos que se otorgan a plazo mayor de un año. Los datos graficados
son saldos al cierre del año. La deuda externa comprende al sector público y la interna al Gobierno Federal.
Fuente:Elaborada con datos de la página web de la SHCP.
Las autoridades continúan llevando a cabo acciones conducentes a extender la vida media de la deuda pública;
por ejemplo, en materia de deuda externa, en el cuarto trimestre del 2002 se colocaron bonos en los mercados
internacionales por 750 mdd a través de la reapertura del Bono Global a 30 años, emitido en agosto de 2001, y
que paga una tasa anual de 8.3%. En cuanto a la deuda interna, se dio inicio en 2002 a la emisión de los Bonos
de Desarrollo a tasa nominal fija a un plazo de siete años. Al cierre del cuarto trimestre de 2002, el plazo
promedio de vencimiento de la deuda interna se incrementó en 68 días, al pasar de 748 días al cierre de 2001 a
816 días al cierre de 2002.
Asimismo, la política de subasta adoptada por las autoridades hacendarias ha modificado la composición de la
estructura de los saldos de la deuda interna a favor de los Bonos de Desarrollo a tasa nominal fija (Bonos T. F.),
observándose una disminución importante en la participación de instrumentos a tasa flotante como los
Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes) y los Bondes (véase cuadro 8). Con la emisión de
instrumentos con tasa de interés nominal fija se busca, entre otros objetivos, desarrollar una curva de
rendimiento de largo plazo, mejorar el perfil de vencimientos, reducir la vulnerabilidad de las finanzas públicas
ante cambios temporales en la tasa de interés, y fomentar el desarrollo de un mercado de deuda privada de largo
plazo.46
46
Cabe describir con mayor detalle los principales títulos de deuda del Gobierno mexicano: los Ajustabonos o Bonos
Ajustables del Gobierno Federal son títulos de crédito nominativos de largo plazo (3 y 5 años), emitidos por el Gobierno
Federal y denominados en moneda nacional, en los cuales se consigna la obligación directa e incondicional del Gobierno
Federal de pagar una tasa de interés en forma trimestral más el capital ajustado por los aumentos registrados en el índice
nacional de precios al consumidor.
Los Cetes o Certificados de la Tesorería de la Federación son títulos de crédito al portador denominados en moneda
nacional, emitidos por el Gobierno Federal, en los cuales se consigna la obligación de éste a pagar su valor nominal al
vencimiento. Este instrumento se emitió con el fin de influir en la regulación de la masa monetaria, financiar la inversión
productiva y propiciar un sano desarrollo del mercado de valores. A través de este mecanismo se captan recursos de
personas físicas y morales a quienes se le garantiza una renta fija. El rendimiento que recibe el inversionista consiste en la
diferencia entre el precio de compra y venta.
Los Bondes o Bonos de Desarrollo del Gobierno Federal son títulos de créditos nominativos denominados en moneda
nacional, son negociables, se emiten por el Gobierno Federal y se colocan a descuento por el Banco de México a un plazo
no menor de un año.
Deuda Externa Bruta de
Largo Plazo
(% del Total)
75
80
85
90
95
100
105
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
Deuda Interna Bruta de
Largo Plazo
(% del Total)
0
20
40
60
80
100
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
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Adefas necesidad de financiar el deficit fiscal

  • 1. 1 DÉFICIT FISCAL, DEUDA Y ESTABILIDAD MACROECONÓMICA: EL CASO DE MÉXICO*/ Juan Amieva-Huerta**/ Septiembre 2003 RESUMEN El objetivo del presente trabajo es analizar diferentes aspectos teóricos y empíricos del déficit fiscal, la deuda y la estabilidad macroeconómica, con especial énfasis en la experiencia de la República Mexicana. Se estudian las definiciones del déficit público y se reseñan los efectos de sus distintas fuentes de financiamiento sobre las principales variables macroeconómicas. Se plantea un modelo econométrico con el que se evalúa el enfoque fiscal de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Las simulaciones del modelo indican que la política tributaria y las formas de financiamiento del déficit inciden en la cuenta corriente mediante su impacto en el ahorro doméstico. Se observa que existe una correlación positiva entre los requerimientos financieros del sector público y el déficit en la cuenta corriente. En México, la deuda pública bruta total como porcentaje del PIB es actualmente la más baja dentro de la OCDE. No obstante, si se considera la deuda ampliada y contingente, ésta es considerable. El objetivo de equilibrar las finanzas públicas ha determinado un sesgo procíclico en la política fiscal. Se concluye que es necesario un nuevo pacto fiscal que incremente los ingresos públicos para tener una mayor capacidad de gasto social e infraestructura en un contexto de finanzas públicas sanas, con el fin de atenuar los ciclos económicos y generar un crecimiento sostenido en la actividad económica de México. En el anexo se utilizan dos nuevos métodos para medir la sustentabilidad fiscal: el de Balance General y el de Valor al Riesgo. De acuerdo con el primero, el superávit primario que se necesita generar en México para alcanzar la sustentabilidad fiscal es de 2.7% del PIB, y según el segundo debe ser de 5.9%, sin considerar una reforma fiscal, y de 3.4% con reforma fiscal. ABSTRACT El presente trabajo aborda diferentes aspectos teóricos y empíricos del déficit fiscal y la deuda pública. Se reseñan los efectos del déficit público sobre las principales variables macroeconómicas. Se presenta un modelo econométrico y simulaciones para el caso de México del enfoque fiscal de la cuenta corriente de la balanza de pagos, el cual sugiere una relación positiva entre el ahorro público y las cuentas externas. Por otro lado, la deuda ampliada y contingente en México es aún considerable. Se propone un nuevo pacto fiscal para lograr la estabilidad macroeconómica. En el anexo se evalúa la sustentabilidad fiscal del Gobierno mexicano, utilizando una metodología novedosa. */ Agradezco el trabajo econométrico y de investigación de Bernardo Urriza, Miguel González y Jorge Ávila, y los comentarios y sugerencias de Fernando Aportela, Andrés Conesa y Marco Arroyo. Los errores y omisiones que aún permanezcan son responsabilidad del autor. **/ El autor es Secretario de Finanzas y Planeación del Gobierno del Estado de Veracruz-Llave, México. Contacto: (52) 2288 421500, jamieva@sefiplan.gob.mx.
  • 2. 2 ÍNDICE 1. DÉFICIT FISCAL Y ESTABILIDAD MACROECONÓMICA 3 2. DEFINICIONES DEL BALANCE PÚBLICO 5 Balance Primario 5 Balance Operacional 6 Balance del Gobierno General 6 Balance del Sector Público no Financiero 6 Requerimientos Financieros del Sector Público: el Caso de México 6 Componentes Cíclico y Estructural del Balance Fiscal 8 3. EFECTOS DEL DÉFICIT FISCAL EN LA CUENTA CORRIENTE DE LA BALANZA DE PAGOS: EVALUACIÓN EMPÍRICA 11 Evidencia Empírica 11 Ejercicios de Simulación 19 Déficit Fiscales e Inflación 27 4. DEUDA PÚBLICA EN MÉXICO 28 Calificaciones de Deuda y Estabilidad Macroeconómica 35 5. CONCLUSIONES 35 BIBLIOGRAFÍA 38 ANEXO. Sustentabilidad Fiscal en México: Métodos Alternativos de Medición 42 1. MÉTODO DEL BALANCE GENERAL 43 El caso de México 44 2. MÉTODO DEL VALOR AL RIESGO 49 Estimación del Método del VaR 50 Metodología estadística 52
  • 3. 3 1. DÉFICIT FISCAL Y ESTABILIDAD MACROECONÓMICA Como lo señala la literatura teórica y la evidencia empírica sobre finanzas públicas, los déficit fiscales de los gobiernos de todos los niveles generan, a través de diferentes modalidades de financiamiento, inestabilidad macroeconómica que puede verse reflejada en elevada inflación y desequilibrios en las cuentas con el exterior, particularmente en la balanza de la cuenta corriente.1 De manera que el comportamiento de las cuentas fiscales, el déficit en especial, en sus diferentes definiciones, es de singular importancia para los planes de estabilización de una economía o región en particular. Por ello, la disciplina en las cuentas fiscales es uno de los fundamentos macroeconómicos más importantes.2 En años recientes, numerosos países han implementado medidas para incrementar los ingresos —a través de una reforma fiscal— o disminuir el gasto, con el fin de equilibrar las finanzas públicas, o por lo menos reducir el déficit fiscal a niveles sostenibles.3 Esto significa que la forma de financiar dicho déficit trae consigo diferentes implicaciones sobre la estabilidad macroeconómica. En general, existen tres fuentes para financiar el déficit: la primera es a través de la acumulación de adeudos fiscales de ejercicios anteriores —también conocidos como Adefas —. Los pagos en atraso surgen cuando no se efectúa un pago obligatorio en su fecha de vencimiento o antes. Como esa fecha es siempre la misma o posterior a la fecha atribuida a un flujo sobre la base devengado, todos los atrasos estarán incluidos en las estadísticas compiladas sobre esta base.4 Al utilizar la base de caja, no habrá variación en las cuentas si una unidad del Gobierno se abstiene de pagar compras a crédito. Por consiguiente, no habrá información sobre atrasos a menos que se compilen estadísticas especiales. Este mecanismo de financiamiento tiene la particularidad de que provoca inestabilidad macroeconómica, es decir, el Gobierno se financia a través de posponer el pago a los proveedores, los sueldos de los servidores públicos, los pagos de intereses de la deuda, las contribuciones a seguridad social como empleador (o pago de pensiones), el pago de impuestos de un Gobierno subnacional al Gobierno central (federal en el caso de México), etc. El impacto macroeconómico del mismo consiste, por una parte, en que los proveedores aumentan sus precios para protegerse de la pérdida futura de ingresos, y por otra, en que el gasto público en el año fiscal subsiguiente sufre serias presiones que implicaría, ante la ausencia de medidas correctivas de otros rubros de gasto o de ingreso, una mayor presión sobre las finanzas públicas y, por ende, en el balance fiscal. Ésta es una de las razones por las cuales el Fondo Monetario Internacional (FMI) sugiere a los países miembros eliminar la acumulación de Adefas. La segunda fuente de financiamiento es a través del mercado doméstico de dinero o bien del crédito del Banco Central al Gobierno. Éste, a su vez, tiene implicaciones muy distintas: la primera puede ocurrir con la emisión de bonos gubernamentales, que puede producir un efecto desplazamiento (“financial crowding out”, según el término en inglés) al sector privado, por la competencia de financiamiento con las empresas. En general este efecto no es inflacionario, pero puede ejercer presiones al alza en las tasas de interés, debido a que las 1 La cuenta corriente es la suma de las exportaciones de bienes (importaciones) + los ingresos factoriales (re mesas + pagos de intereses de nacionales en el extranjero) + ingresos no factoriales (turismo + transacciones fronterizas, etcétera). La cuenta de capital, por su parte, incluye principalmente a los ingresos (egresos) por inversión extranjera directa + endeudamiento público y privado neto + repatriación de capitales. La suma de la cuenta corriente + la cuenta de capital y los errores y omisiones nos da la acumulación (desacumulación) de reservas internacionales. 2 Durante las décadas de los cuarenta y cincuenta prevaleció, en la literatura económica, la idea de que una deuda interna no perjudicaba a las generaciones futuras. En la actualidad, la creencia más extendida es que las cosas son mucho más complicadas. Lo mismo sucede con el impacto del financiamiento externo en la economía. La evidencia empírica es mixta en cuanto a sus efectos en la economía doméstica. 3 Las finanzas públicas son sostenibles cuando la proyección inicial de gastos e ingresos futuros no implica una trayectoria explosiva de la deuda pública. Una condición más restrictiva estaría representada por la imposibilidad de aumentar la deuda como proporción del producto en un momento en el tiempo. 4 Véase FMI (2001).
  • 4. 4 empresas del sector privado que emiten papel de deuda lo tienen que hacer a tasas de interés más elevadas para generar demanda por el mismo, con el consecuente efecto de desplazamiento de la inversión privada. No obstante, aún con un Banco Central independiente pueden generarse expectativas de inflación positivas dada la magnitud de los déficit del Gobierno. Por otra parte, el crédito del Banco Central al Gobierno altera positivamente la base monetaria [B = reservas internacionales (Ri) más crédito interno (Ci), definida por sus fuentes, o bien los billetes y monedas en circulación (C) más los depósitos bancarios en cuenta corriente en el Banco Central (R), definida por sus usos]. Dado que la cantidad de efectivo (C) más los depósitos a la vista (D) definen el monto de dinero en circulación, M1 está dado por: (1) M1 = C + D= m1*B Donde m1 es el multiplicador monetario dado por la ecuación (2) m1 = )( )( RC DC ? ? Lo anterior implica que un aumento en el crédito interno al Gobierno tiene una contrapartida en los usos de la base monetaria (B = C + R), lo cual incrementa la cantidad de dinero en circulación (oferta de dinero = M1). Este aumento en el mismo,5 cuando no es compensado por un incremento en la demanda por saldos monetarios reales (demanda real de dinero), produce —“ceteris paribus”—, un aumento en el nivel general de precios (impuesto inflacionario), así como, a través del enfoque monetario de la balanza de pagos, un exceso de oferta monetaria que no es correspondido por un incremento en su demanda, lo cual se traduce en un exceso de demanda interna de bienes superior a la oferta.6 En una economía cerrada el ingreso nominal aumenta, al igual que las tasas de interés internas, para eliminar el desequilibrio en el mercado de dinero. Asimismo, el incremento en los precios y posiblemente en el producto, en conjunción con el cambio en las tasas de interés, aumenta la demanda nominal por dinero a un nivel equivalente con el incremento inicial en la cantidad nominal de dinero. En una economía abierta, el mecanismo de transmisión se da a través del crédito interno del Banco Central al Gobierno (Ci), lo cual no sólo cambia el ingreso nominal sino que también resulta en una mayor demanda de importaciones y en menores exportaciones, de manera que se presenta un deterioro en las cuentas externas, principalmente en la acumulación de reservas internacionales del Banco Central. El enfoque analítico supone una estabilidad en la demanda de dinero y considera los diversos canales por medio de los cuales cambios en la cantidad de dinero en circulación afectan a la economía. Así, el enfoque monetario de la balanza de pagos se centra en la relación entre precios, producto, tasas de interés y cuentas externas. Todo esto con un tipo de cambio fijo y existiendo perfecta movilidad de capitales y de bienes en una economía pequeña. A diferencia de otros enfoques de la balanza de pagos (elasticidades), en el enfoque monetario con un tipo de cambio flexible, una devaluación incrementa el precio de los bienes comerciables internacionalmente, lo que reduce el valor real de la cantidad nominal de dinero en circulación para restaurar el equilibrio en el mercado de dinero, de modo que se genera un balance superavitario en las cuentas externas, en la medida en que las reservas internacionales fluyen al país. Cuando el desequilibrio en el mercado de dinero es eliminado, el flujo de reservas se detiene.7 Se cuenta con amplia evidencia empírica que indica que ante un tipo de cambio flexible, los efectos de largo plazo de un desequilibrio monetario causado por un déficit público financiado por crédito del Banco Central, desequilibran la balanza de pagos, produciendo una pérdida de reservas internacionales si los flujos de capital del exterior no alcanzan a financiar el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. 5 Véase Amieva-Huerta, Juan (1987 y 1985). 6 Para un estudio empírico de la economía mexicana, véase Gómez Oliver (1978). 7 Véase Frenkel, J., y H. Johnson (1980).
  • 5. 5 Una postura extrema y que tiene poco soporte empírico es la de las variaciones en la posición fiscal que afectan al PIB, a la que se denomina hipótesis de equivalencia ricardiana, la cual asevera que los déficit fiscales traen como contrapartida un cambio en el ahorro privado. Esta idea, asociada con la del economista Robert Barro, sostiene que las decisiones de consumo están basadas en una estrategia de optimización sobre un largo horizonte de tiempo, de forma que los agentes económicos ajustan su consumo y ahorro en respuesta a los ingresos netos —después de impuestos—, que ellos esperan en el futuro; debido a que los déficit más elevados pueden representar futuros impuestos, los consumidores contrarrestan el incremento en los déficit gubernamentales con un incremento en el ahorro personal, eliminando cualquier efecto de los déficit públicos sobre el PIB. Un tema que debe quedar claro es que la evidencia empírica indica que mayores déficit fiscales conllevan una alza en las tasas de interés a cualquier nivel del producto, reduciendo la parte del PIB asignada a inversión e incrementando la proporción asignada al consumo y el gasto de Gobierno. En la medida en que la inversión privada es desplazada por el aumento en las tasas, el acervo de capital futuro disminuye y, por lo tanto, decrece el ingreso real y el consumo de las personas. La intensidad con que se da este efecto es una cuestión empírica y varía de país a país, dependiendo de los mercados de fondos prestables, de dinero, de capitales y, por supuesto, la posición intertemporal fiscal del Gobierno.8 La tercera fuente de financiamiento es el crédito externo o la emisión de bonos en los mercados internacionales de capital. Si el défic it fiscal es financiado a través de deuda pública externa, los efectos también son diferentes. De una manera simple, en principio el endeudamiento externo no es inflacionario; sin embargo, si éste incrementa la deuda externa neta como porcentaje del producto y, por consiguiente, el pago de intereses, esto aumenta el déficit total. En este contexto, es útil hacer mención de diferentes definiciones en esta materia. 2. DEFINICIONES DEL BALANCE PÚBLICO Para los efectos del análisis macroeconómico, los indicadores que permiten evaluar la política fiscal incluyen cuatro resultados básicos del sistema de estadísticas de finanzas públicas: resultado primario global, resultado operativo, resultado del Gobierno general o del sector público. Existen en la literatura varias definiciones de déficit público, entendidas como el desequilibrio entre los ingresos y los gastos de cualquier nivel de Gobierno. Diferentes mediciones del balance fiscal pueden llevar a distintas conclusiones sobre el estado de las finanzas públicas. Balance Primario9 Es la diferencia entre los ingresos totales menos los egresos totales, excluyendo el pago de intereses. A su vez, el ahorro corriente sólo considera el neto de ingresos y de gastos corrientes; mientras que las necesidades de financiamiento (“public sector borrowing requirements” —PSBR, por sus siglas en inglés—) son la diferencia entre ingresos y egresos totales. Dado que el pago de intereses no es parte del gasto programable, no constituye un gasto discrecional, y al reflejar compromisos adquiridos en presupuestos anteriores, se puede descontar el efecto de los intereses en el déficit fiscal. Esta medida del déficit indica en qué forma inciden los compromisos actuales en las necesidades de financiamiento, y permite apreciar, de una manera más precisa, las operaciones propias del Gobierno. Sin embargo, algunos autores prefieren utilizar otras definiciones de déficit fiscal. 8 La posición intertemporal fiscal del Gobierno se refiere a la evolución de los ingresos y gastos públicos que el Gobierno espera en el futuro y al valor de su deuda en un momento dado del tiempo. 9 Para un análisis más profundo, véase Blejer, M., y A. Cheasty (1991).
  • 6. 6 Balance Operacional En determinados países —particularmente en los altamente endeudados y con inflación elevada— es útil distinguir el impacto de la inflación en el pago de intereses de la deuda. El balance operacional es aquel que elimina del déficit real el componente inflacionario de los intereses. Así, las necesidades reales de financiamiento del Gobierno no serían tan optimistas como el balance primario. Al no existir una medida uniforme de déficit que incluya toda las estadísticas relevantes, debe optarse por una u otra, de acuerdo con el propósito del análisis. Por ejemplo, en el caso de Brasil, el balance fiscal global muestra las necesidades de financiamiento nominales y pone en evidencia que es muy sensible a la inflación. Las diferentes definiciones de balance fiscal afectan, de manera importante, las conclusiones sobre la posición fiscal del Gobierno.10 Balance del Gobierno General También se puede hablar del balance del Gobierno central (Gobierno Federal en el caso de México), que incluye los componentes de Gobierno que se aplican a todas las dependencias de las autoridades públicas de cualquier territorio o a sus jurisdicciones establecidas a través de procesos políticos, lo cual incluye también los fondos de seguridad social, los fondos de pensiones de los empleados de Gobierno, el Congreso, las autoridades judiciales, los ministerios o secretarías y las agencias del Gobierno. El balance del Gobierno general considera al Gobierno central, los institutos de seguridad social públicos y los gobiernos estatales y municipales (gobiernos locales), que son unidades del Gobierno que ejercen funciones de manera independiente del Gobierno central en las diversas jurisdicciones rurales o urbanas del territorio de un país.11 Balance del Sector Público no Financiero El FMI y algunos países de América Latina en particular, prefieren utilizar una definición amplia del déficit público, en la cual, además del balance del Gobierno central y de seguridad social, se incluye a las empresas públicas bajo control presupuestal y las que no están controladas presupuestalmente, y se excluye a los gobiernos locales (excepto en Brasil y Colombia, que utilizan la definición de Gobierno general) debido a que no existe información oportuna y consolidada de los mismos. Requerimientos Financieros del Sector Público: el Caso de México En el cálculo del balance fiscal tradicional se toman en cuenta los ingresos petroleros, los cuales son altamente volátiles, y los no petroleros (tributarios, no tributarios y de organismos y empresas distintas de Petróleos Mexicanos); mientras que por el lado de los gastos se considera el gasto programable pagado, el programable devengado (gasto corriente e inversión física) y el no programable (participaciones, costo financiero y Adefas); para obtener los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), éstos se ajustan considerando los proyectos de infraestructura productiva con el impacto diferido en el registro del gasto (Pidiregas), la deuda del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB), las adecuaciones a registros, el Programa de Deudores, el Fideicomiso de Apoyo al Proceso de Rescate de Concesiones de Caminos y Puentes de Cuota (Farac) y el de Intermediación Financiera; finalmente, se añaden los ingresos no recurrentes. En el cuadro 1 se presenta el escenario estimado en el Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo 2002-2006 (Pronafide), incluyendo la reforma estructural.12 De acuerdo con el Pronafide 2002-2006, “los RFSP miden las necesidades de financiamiento para alcanzar los objetivos de las políticas públicas”. Los RFSP se integran a través del déficit público tradicional (déficit financiero), agregando los requerimientos de recursos financieros de los Pidiregas, los cuales representan gran parte de la inversión pública, y los requerimientos financieros del IPAB, después de incorporar los apoyos fiscales aprobados por el Congreso de la Unión al Instituto. Cabe señalar que en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) se estima el componente real del costo financiero que enfrentará 10 Véase Cepal (1998). 11 FMI (1986). 12 Véase SHCP (2002b). Los cambios estructurales considerados en este programa incluyen las reformas financiera, fiscal, presupuestaria, judicial, laboral, del sistema de pensiones, de seguridad social y del sector de telecomunicaciones.
  • 7. 7 el IPAB. El Farac se formó en 1997 con los activos patrimoniales y los pasivos financieros de las autopistas de cuota que fueron otorgados por la administración a Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (Capufe). La intermediación financiera incluye requerimientos de la banca de desarrollo y los fondos de fomento. Los programas de apoyo a deudores consideran la variación en los compromisos de los programas de deudores en un período específico. Las adecuaciones a los registros presupuestarios se refieren a aquellos que se derivan de transacciones virtuales o compensadas.13 Cuadro 1 Proyección de las Finanzas Públicas, 2002-2006 Escenario con Reforma Estructural (porcentaje del PIB) Concepto 2002 20031/ 2004 2005 2006 I. Déficit Público Tradicional (B– A) 1.362/ 0.50 0.20 0.10 –0.20 A. Ingresos 22.55 22.04 23.80 23.90 24.20 Petroleros 3/ 7.20 6.86 5.90 5.90 5.90 No Petroleros 15.35 15.18 17.80 18.00 18.20 Tributarios 10.01 10.18 13.30 13.50 13.70 No Tributarios 1.30 1.05 0.60 0.60 0.60 Organismos y Empresas sin Pemex 4.03 3.95 3.90 3.90 3.90 B. Gasto 23.91 22.54 24.00 24.00 23.90 Programable Pagado 17.32 16.11 16.50 16.60 16.60 Diferimiento de Pagos 0.21 –0.28 –0.20 –0.20 –0.20 Programable Devengado 17.53 16.39 16.70 16.70 16.80 No Programable 6.59 6.43 7.50 7.40 7.30 Participaciones 3.49 3.43 4.00 4.00 4.10 Costo Financiero 2.90 2.81 3.30 3.20 3.00 Adefas 0.20 0.19 0.20 0.20 0.20 II. Ajustes 1.414/ 2.50 2.30 2.20 2.20 Pidiregas 0.80 1.40 1.40 1.20 1.20 IPAB 0.46 0.30 0.30 0.30 0.30 Adecuaciones a Registros 0.21 0.10 0.10 0.10 0.10 Programa de Deudores –0.08 0.00 0.00 0.00 0.00 Farac 0.43 0.20 0.10 0.10 0.10 Intermediación Financiera –0.41 0.40 0.40 0.40 0.50 III. RFSP (I + II) 2.77 3.00 2.60 2.30 1.90 Sin Ingresos no Recurrentes 3.484/ 3.30 2.70 2.40 2.00 1/ De acuerdo con la estimación de “Criterios Generales de Política Económica” 2003. 2/ Incluye el impacto presupuestario, tanto en ingreso como gasto, de la liquidación de Banrural, equivalente a 0.62% del PIB. 3/ Incluye los ingresos propios de Pemex, las contribuciones por hidrocarburos y el IEPS sobre gasolina y diesel. 4/ Cifras preliminares. Nota: Las sumas pueden no coincidir debido al redondeo. Fuente: SHCP: “Criterios Generales de Política Económica”, 2003; “Cuenta de la Hacienda Pública Federal”, 2002; “Informes sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública”, cuarto trimestre de 2002, y “Pronafide 2002-2006”. La definición convencional de los RFSP está diseñada para ser una medida de contribución del Gobierno a la demanda agregada y, a través de ella, a la inflación y al desequilibrio externo. Por su impacto en la demanda 13 SHCP (2002b).
  • 8. 8 agregada, los RFSP junto con la deuda con respecto al producto, así como el gasto público social en salud y educación y el gasto en infraestructura son los indicadores fiscales más apropiados de la posición fiscal del Gobierno. Asimismo cabe señalar que en el mediano plazo, la monetización del déficit llevaría a inflación, a pérdida de reservas internacionales o a ambas cosas; el financiamiento externo conduciría a una apreciación del tipo de cambio real y al desequilibrio de la cuenta corriente, y también a la inflación si no se permitiera que el tipo de cambio nominal se apreciara; el financiamiento interno empujaría las tasas de interés al alza, desplazando a la inversión privada o estimulando la entrada de capital externo, con el consiguiente déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. En el corto plazo, las variaciones del déficit pueden afectar, asimismo, el nivel de la actividad económica.14 Cabe señalar que la actual administración ha hecho un esfuerzo por incrementar la transparencia fiscal al publicar los RFSP, lo cual es fundamental para aumentar la credibilidad en el Gobierno. En México, se ha avanzado sustancialmente en este sentido a través de la difusión periódica de informes detallados al Congreso, el sitio web de la SHCP y los reportes y comentarios semanales del vocero de la SHCP. Componentes Cíclico y Estructural del Balance Fiscal Tradicionalmente, en épocas de expansión los ingresos públicos crecen conforme evoluciona el ciclo económico, y los gastos asociados a la red de seguridad social tienden a reducirse en la medida en que la pobreza extrema y la tasa de desempleo disminuyen, lo cual mejora el balance fiscal del Gobierno. En contraste, en la parte baja del ciclo, la recesión económica afecta la recaudación impositiva y los gastos de alivio a la pobreza y el seguro de desempleo se incrementan, empeorando la posición fiscal. Los ingresos y los gastos públicos que se relacionan con el ciclo económico se denominan estabilizadores automáticos y actúan como amortiguadores de las variaciones del PIB con respecto a su tendencia de largo plazo. Así, en este contexto, la OCDE15 y el FMI16 integran el balance fiscal en un componente cíclico y otro estructural. El balance fiscal tiene un componente cíclico cuando una variación en el mismo depende de la diferencia entre el producto observado y el producto potencia l,17 es decir, se trata de cambios en el balance presupuestal ante la influencia de los agregados económicos. Es importante señalar que en algunas situaciones esta forma de medir el balance fiscal lleva a interpretaciones radicalmente distintas de sus resultados. En el Comité de Política Económica de la OCDE existen diferencias de opinión sobre la utilidad del concepto cíclico y estructural para medir el balance fiscal convencional. En esta definición del balance presupuestal, las variables macroeconómicas que influyen tanto en los ingresos como en los gastos son la tasa de inflación, el crecimiento del PIB nacional e internacional, el tipo de cambio real, los precios de las materias primas, la tasa de desempleo y las tasas de interés domésticas e internacionales. Dependiendo del grado de apertura de cada economía, el balance fiscal será más vulnerable ante choques externos. Cuando el comportamiento del balance fiscal se rige por el de los estabilizadores automáticos, se dice que la política fiscal es contracíclica. En los últimos años, uno de los temas que más ha preocupado a los expertos ha sido el comportamiento de la política fiscal en México. Existe una escuela de pensamiento económico que explica las fluctuaciones cíclicas del PIB, las cuales pueden atribuirse a las variaciones de la inversión pública y privada. Para John M. Keynes ésta era una fuente esencial en los ciclos económicos. Una de sus principales aportaciones a la teoría macroeconómica fue evidenciar que las fluctuaciones en la inversión pública podrían provocar grandes variaciones en el PIB, a través del multiplicador de la inversión y del gasto público. Otros economistas, encabezados por Blinder y Solow,18 muestran que la posición fiscal se utiliza para denotar las implicaciones macroeconómicas de una política fiscal expansionista o contraccionista. En general, una política fiscal procíclica es aquella en la cual en la parte alta del ciclo la recaudación tributaria aumenta —reduciéndose el 14 Véase Tanzi “et al.” (1988). 15 Giorno, “et al.” (1995). 16 Véase Chand (1992). 17 Para un análisis del PIB potencial y sus determinantes, véase SHCP (2002b). 18 Véase Blinder, A. S., y M. Solow (1974).
  • 9. 9 déficit fiscal—; mientras que en la parte baja se ajusta el gasto público ante una reducción en la recaudación, para mantener sin cambio el balance fiscal. Como se ilustra en la gráfica 1, la política fiscal en México ha sido procíclica, es decir, cuando se expande la actividad económica mejora el déficit fiscal debido a que los formuladores de política económica utilizan los estabilizadores automáticos. Sin embargo, aun con la disciplina fiscal que se ha mantenido en la República Mexicana, persiste un déficit público, el cual no es necesariamente malo, siempre y cuando se mantengan la sustentabilidad fiscal (ver anexo) y los niveles de gasto social e infraestructura para el desarrollo económico de una región o país. Asimismo, la existencia de arreglos institucionales, como la Ley de Coordinación Fiscal, permite que cuando aumenta la recaudación federal participable crezca el gasto no programable. Por otra parte, los bajos niveles de ingresos públicos permanentes y el ahorro financiero ocasionan un manejo del déficit muy limitado, lo cual dificulta expandir el gasto público en épocas de recesión. Las autoridades fiscales reconocen, incluso, que el compromiso de mantener una posición fiscal sana ha determinado, por lo tanto, un sesgo procíclico. Esto no es necesariamente adverso, y puede ser más significativo que una política contracíclica. En otras palabras, los ingresos públicos aumentan en la parte alta del ciclo y disminuyen en la parte baja del mismo, por lo que, para mantener finanzas públicas sanas, es necesario ajustar a la baja el gasto público con el objeto de cumplir las metas fiscales. Gráfica 1 México: Balance Público/PIBversus Crecimiento Económico (Escenario con Reforma Estructural) Para que el Gobierno pueda estabilizar la economía, modificando los impuestos o la política de gasto público, es necesario no sólo que los consumidores y los productores no tomen medidas que contrarresten a las gubernamentales, sino que aquél también pueda aplicar su política en el momento adecuado.19 Por ejemplo, si el Gobierno intenta reducir el crecimiento de la demanda agregada con el objeto de disminuir la inflación, pero lo hace con lentitud, es posible que cuando esta reducción pueda tener impacto, la economía ya se encuentre en una recesión —como sucedió en México en 2001—; en este sentido, el descenso en la demanda agregada no hará sino agravar la recesión posterior, como lo demuestra el bajo crecimiento, de 0.9% del PIB, en 2002. 19 Véase Stiglitz (1988). -20.0 -15.0 -10.0 -5.0 0.0 5.0 10.0 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003 2005 Años Tasa de crecimiento del PIB real Balance Público
  • 10. 10 Similarmente, si una medida gubernamental encaminada a aumentar la demanda agregada surte efecto cuando la economía está saliendo de una recesión e iniciando su expansión, la inflación puede incrementarse. En la gráfica 2 se muestra la evolución de un ciclo económico. En 1994 la economía entró en una recesión, pero ésta se reconoció a partir de 1995. Una vez admitida la situación, los formuladores de política económica debían acordar qué tipo de la misma —fiscal, monetaria y comercial, principalmente— tendría que instrumentarse para atenuar la recesión económica. La política de apertura comercial de firmar acuerdos de libre comercio, como el TLCAN, los establecidos con diversos países de América Latina, y más recientemente el de asociación económica, concertación política y cooperación entre México y la Unión Europea, firmado el 8 de diciembre de 1997, coadyuvaron a mantener la economía mexicana con una tasa de crecimiento elevada durante 1996-2000, es decir, en la parte alta del ciclo económico. Sin embargo, la apertura comercial puede traer consigo efectos negativos: al existir una fuerte dependencia con el exterior (el coeficiente de correlación entre el índice del volumen de producción industrial de México y Estados Unidos (EUA) es de alrededor de 90%), México se vuelve más vulnerable ante recesiones económicas en EUA y el resto del mundo. Así, una política fiscal proactiva, como podría haber sido la aprobación del Congreso de la Unión de la reforma fiscal integral propuesta por la Secretaría de Hacienda a finales de 2001, que buscaba aumentar la recaudación, hubiera contribuido a mejorar la posición fiscal del Gobierno, de manera que se pudieran asignar mayores recursos para el desarrollo del capital humano (gasto social en educación y salud) e incrementar el gasto en infraestructura física, que es una de las más bajas en la región latinoamericana. De autorizarse dicha reforma hacendaria —debido a que incluiría políticas de ingresos y de gasto público—, se coadyuvaría de manera importante a atenuar los ciclos económicos, por lo que sería necesario lograr un nuevo pacto fiscal a través de consensos entre los formuladores de política económica y el Congreso para establecer las bases de un desarrollo económico sostenido, sustentable y generalizado en todos los niveles de la actividad económica (véase gráfica 2). Gráfica 2 México: Tasa de Crecimiento del PIB Real A consecuencia de los retrasos en la aprobación de las reformas estructurales por parte del Congreso de la Unión de la República Mexicana, las fluctuaciones cíclicas se pueden exacerbar en lugar de verse reducidas, lo cual tendría importantes efectos sobre la distribución del ingreso y la riqueza debido a que, de acuerdo con la evidencia empírica, el crecimiento económico contribuye al abatimiento de la pobreza extrema, misma que, según estudios del Banco Mundial y la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2002 (ENIGH- -8.0 -6.0 -4.0 -2.0 0.0 2.0 4.0 6.0 8.0 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003 2005 Años PIBreal Proyección inercial Proyección con reformas estructurales
  • 11. 11 2002),20 disminuyó de 21.5% en 1994 a 18% de la población en 2000. Por su parte, el coeficiente de Gini, que mide la distribución del ingreso, decreció en forma significativa: de 0.53% en 1994 a 0.48% en 2000 y a 0.45% en 2002. De manera que si bien el crecimiento económico experimentado durante 1996-2000 redujo la pobreza extrema y mejoró la distribución del ingreso,21 este coeficiente es todavía alto para un país con un desarrollo económico como el de México. El Banco Mundial considera que el crecimiento económico no es la única solución al problema de la distribución del ingreso y la pobreza extrema; la inversión en capital humano, a través de un mayor gasto público en educación, salud y nutrición, coadyuva a mitigar la pobreza extrema y las disparidades en la distribución del ingreso y la riqueza. Por ello, el nuevo pacto fiscal que busque incrementar los ingresos públicos para tener una mayor capacidad de gasto social e infraestructura en un contexto de finanzas públicas sanas, será un punto medular en la agenda de política fiscal. 3. EFECTOS DEL DÉFICIT FISCAL EN LA CUENTA CORRIENTE DE LA BALANZA DE PAGOS: EVALUACIÓN EMPÍRICA El enfoque fiscal de la balanza de pagos desarrollado a la mitad de la década de 1970,22 se centra en el ahorro público corriente como determinante de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Los modelos del enfoque fiscal de la cuenta corriente de la balanza de pagos (X – M) se determinan por el balance fiscal (RFSP = T – G) y el balance privado (S – I), de tal manera que: Ecuación Sector Externo Sector Gobierno Sector Privado (3) (X – M) ? (T – G) + (S – I) Enfoque Fiscal (4) ? Ri ? – ? Cd + ? Md Enfoque Monetario Donde ? Ri es la acumulación de reservas internacionales, ? Cd es el cambio en el crédito doméstico, ? Md es el cambio en la demanda real de dinero, X y M son las exportaciones e importaciones de cuentas nacionales, T es el ingreso público total, G es el gasto público total, S es el ahorro interno e I es la inversión privada. Con la cuenta de capital igual a cero, la suma de cada columna es igual a cero, mostrando las similitudes teóricas de ambos enfoques. Cabe señalar, sin embargo, que tanto el enfoque fiscal como el monetario presentan puntos de vista diferentes acerca de la flexibilidad de los mercados de trabajo, los precios y el producto.23 Evidencia Empírica Con el objetivo de explicar la cuenta corriente de la balanza de pagos, utilizando el enfoque fiscal para el caso de México, se desarrolla un modelo macroeconométrico que consta de cinco ecuaciones recursivas estimadas por mínimos cuadrados ordinarios. 20 Véase Banco Mundial (1999) y “ENIGH-2002”, en INEGI (2003). 21 El coeficiente de Gini es un índice cuyo valor oscila entre cero y uno. Cuando se aproxima más a cero, significa que la distribución de la riqueza es más equitativa; por el contrario, si se acerca más a la unidad, representa una distribución menos equitativa o inequitativa del ingreso. G = 1 ? ? i? 1 1/? ? ˆY? i ?1 ? ˆY? i ? ? Donde ? es el percentil de población considerado para el análisis, y ˆY? i es la participación percentil i en el ingreso total. 22 Bartoli (1989). 23 Para una amplia discusión, véase Bartoli, ibid.
  • 12. 12 Cuadro 2 México: Especificación del Modelo Completo (5) Ecuación de gasto corriente del sector público GCt = f1 [PIBpt, ieuat, imext, GCt-1, Pt] Donde GCt es el gasto corriente del sector público como proporción del PIB; PIBpt es el PIB per cápita a precios constantes; ieuat es la tasa de interés externa promedio, empleando como variable proxy los rendimientos reales de los bonos del Tesoro de los EUA; imext es la tasa de interés pasiva real promedio en México, medida por el costo porcentual promedio de captación, y Pt es la tasa de inflación promedio con base en el índice nacional de precios al consumidor. (6) Ecuación de ingreso presupuestal del sector público YCt = f2 [PIBdpt, Xt, Pett YCt-1] YCt representa el ingreso presupuestal del sector público en relación con el producto; PIBdpt es la demanda agregada doméstica (PIB menos exportaciones) per cápita a precios constantes, Xt son las exportaciones en términos del PIB y Pett es el precio promedio de la mezcla mexicana de petróleo crudo de exportación. (7) Ecuación de inversión total It = f3 [? PIBt, It-1, Ipubt] En la que It es la inversión total como proporción del PIB; ? PIBt es el crecimiento real del PIB, e Ipubt es la razón de la inversión pública a PIB. (8) Ecuación de ahorro privado Sprivt = f4 [? PIBt, YCt, Sgt, Sprivt-1, Impt] Donde Sprivt es el ahorro privado con relación al PIB; Sgt es el ahorro corriente gubernamental (YCt – GCt), e Impt es el impuesto inflacionario, medido como la deuda pública interna real a precios constantes. (9) Identidad de cuentas nacionales Xt – Mt ? (YCt – GCt ) + (Sprivt – It ) Donde Xt – Mt representa el sector externo como porcentaje del PIB; YCt – GCt es el sector gubernamental, y Sprivt – It significa el sector privado, asumiendo que los movimientos de capital son iguales a cero.24 En las ecuaciones (5) a (7) se presentan variables explicativas exógenas al modelo; la (8) incluye dos variables endógenas previamente estimadas; por último, en la (9) se consideran todas las variables evaluadas. Como es un sistema recursivo, el término de error es distribuido independientemente con media cero y varianza constante, 24 Esta identidad se obtiene de la ecuación Y ? E + X – M, donde E es el gasto total o la absorción de los residentes (E ? C + I + G), e Y se interpreta como PIB, lo cual quiere decir que las exportaciones netas incluyen los ingresos netos de los factores percibidos del exterior. Así, Y – E ? X – M, formulación que puede presentarse alternativamente como Y – T ? C + I + (G – T) + (X – M). Haciendo uso de la definición de ahorro, S ? Y – T – C, llegamos a la identidad central: (X – M) ? (S – I) + (T – G), la cual expresa que el superávit (déficit) en la cuenta corriente es igual al exceso del ahorro del sector privado (desahorro) más el superávit (déficit) presupuestario. Véase Dornbusch (1980).
  • 13. 13 por lo que el modelo se calcula mediante mínimos cuadrados ordinarios (OLS, por sus siglas en inglés), garantizando estimadores insesgados y consistentes. Se utilizaron datos anuales de 1975 a 2002 (véase cuadro 3),25 siendo las fuentes de información las estadísticas de la Dirección General de Planeación Hacendaria de la SHCP, Banxico, INEGI, Pemex y el Banco de la Reserva Federal de los EUA. El ahorro privado se calculó como variable de ajuste dentro de la igualdad de la cuenta corriente representada por la identidad (9). Los resultados de la estimación se presentan en el cuadro 4. Cuadro 3 México: Variables Endógenas y Exógenas del Modelo (inicia) Variables endógenas Variables exógenas GC (% del PIB) YC (% del PIB) I (% del PIB) Spriv (% del PIB) Cuenta Corriente (% del PIB) PIBp (miles de pesos a precios de 2002) ieua (% real prom.) imex (% real prom.) 1970 14.21 16.27 19.82 14.73 –3.03 39.62 0.50 N.D. 1971 14.02 16.07 18.13 13.92 –2.15 39.93 0.14 N.D. 1972 15.13 16.54 18.87 15.44 –2.02 41.94 0.75 N.D. 1973 17.65 17.69 18.96 16.41 –2.51 43.96 0.70 N.D. 1974 18.94 18.79 19.58 15.66 –4.07 45.12 –2.80 N.D. 1975 20.48 20.17 20.89 16.61 –4.58 46.17 –2.99 –2.63 1976 19.51 20.36 20.66 16.05 –3.76 46.57 –0.77 –3.44 1977 19.48 20.61 19.28 16.38 –1.77 46.54 –1.15 –12.54 1978 19.91 21.56 20.48 16.45 –2.38 48.68 –0.35 –1.98 1979 19.95 22.25 22.78 17.20 –3.27 51.54 –1.12 –1.55 1980 22.34 24.38 23.54 16.42 –5.08 54.18 –1.75 –4.47 1981 24.76 23.57 25.00 20.02 –6.16 57.66 3.29 0.51 1982 31.44 25.81 21.64 24.53 –2.73 56.25 6.43 –11.65 1983 31.76 30.28 16.91 22.14 3.75 53.24 3.16 –22.40 1984 30.86 29.70 17.30 20.73 2.27 53.99 4.91 –8.67 1985 32.98 30.58 18.30 21.11 0.41 54.11 3.84 –1.06 1986 38.72 30.44 19.02 26.29 –1.02 51.43 4.00 –2.87 1987 36.97 28.06 17.94 29.70 2.85 51.30 2.14 –16.04 1988 33.04 27.75 18.52 22.53 –1.28 50.91 2.49 –21.72 1989 27.81 25.79 17.25 16.67 –2.60 52.03 3.17 20.50 1990 24.06 25.30 17.88 13.81 –2.83 53.61 2.00 8.23 1991 20.32 23.48 18.65 10.84 –4.65 54.60 1.17 –0.09 1992 18.65 23.67 19.60 7.86 –6.72 55.29 0.44 2.83 1993 19.50 23.14 18.56 9.11 –5.80 55.09 0.02 8.03 1994 19.44 22.79 19.35 8.95 –7.05 56.21 1.65 7.98 1995 19.77 22.80 16.15 12.57 –0.55 51.54 2.64 7.50 1996 19.48 22.99 17.86 13.60 –0.75 53.48 2.06 –2.73 1997 20.26 23.06 19.52 14.81 –1.91 56.34 2.71 –1.25 1998 18.54 20.36 20.90 15.27 –3.82 58.38 3.26 4.45 1999 19.27 20.82 21.20 16.73 –2.91 59.69 2.41 2.70 2000 20.11 21.63 21.38 16.73 –3.13 62.76 2.53 3.84 2001 19.92 21.81 19.64 14.86 –2.89 61.30 0.71 3.53 2002 20.51 22.56 18.88 14.63 –2.21 60.42 0.14 0.32 Promedio 22.72 23.06 19.53 16.63 –2.56 52.24 1.40 –1.60 Desv. St. 6.45 3.96 1.91 4.76 2.48 5.92 2.15 9.28 25 Para todas las variables se cuenta con datos desde 1970, con excepción del costo porcentual promedio de captación y del precio de la mezcla de petróleo de exportación; la serie de este último es desde 1974. Con la finalidad de tener observaciones de esta variable para todo el periodo, se decidió ajustar la muestra para el modelo de 1975 a 2002.
  • 14. 14 Cuadro 3 México: Variables Endógenas y Exógenas del Modelo (concluye) Variables Exógenas P (% prom.) PIBdp (miles de pesos a precios de 2002) X (% del PIB) Pet (pesos por barril a precios de 2002) ? PIB (%) Ipub (% del PIB) Imp (miles de millones de pesos a precios de 2002) 1970 5.00 36.49 7.91 N.D. 6.6 5.58 181.30 1971 5.47 36.81 7.80 N.D. 4.1 3.93 207.70 1972 4.94 38.49 8.23 N.D. 8.5 5.16 266.40 1973 12.08 40.18 8.60 N.D. 8.3 6.36 315.90 1974 23.78 41.24 8.61 363.32 6.1 6.41 338.70 1975 14.94 42.91 7.05 339.12 5.7 7.63 410.30 1976 15.82 42.53 8.68 383.95 4.2 6.94 445.90 1977 29.06 41.62 10.57 479.02 3.2 6.66 441.60 1978 17.46 43.45 10.75 404.78 8.1 8.10 483.20 1979 18.19 45.63 11.46 509.51 9.4 8.72 544.20 1980 26.35 47.22 12.83 646.75 8.6 9.38 573.60 1981 27.93 50.46 12.48 574.03 8.5 10.64 678.60 1982 58.91 45.98 18.25 692.66 –0.5 8.89 907.10 1983 101.87 41.04 22.92 698.22 –3.5 5.82 674.10 1984 65.45 42.67 20.96 598.97 3.4 5.85 607.70 1985 57.75 44.14 18.43 548.09 2.2 5.83 679.80 1986 86.23 40.57 21.11 326.65 –3.1 5.84 803.20 1987 131.83 39.27 23.45 429.34 1.7 4.60 803.00 1988 114.16 40.77 19.93 253.85 1.3 4.40 937.20 1989 20.01 42.14 19.00 292.26 4.2 4.20 988.90 1990 26.65 43.63 18.60 322.41 5.1 4.27 914.90 1991 22.66 45.66 16.36 215.45 4.2 4.06 740.80 1992 15.51 46.87 15.24 195.10 3.6 3.79 555.20 1993 9.75 46.69 15.25 158.74 2.0 3.76 519.00 1994 6.97 46.75 16.83 169.11 4.4 5.01 643.80 1995 35.00 35.87 30.42 269.42 –6.2 3.75 367.80 1996 34.38 36.27 32.18 286.45 5.2 3.00 356.20 1997 20.63 39.23 30.37 215.04 6.8 3.10 438.40 1998 15.93 40.47 30.69 132.25 5.0 2.80 510.90 1999 16.59 41.31 30.79 182.30 3.6 3.00 608.90 2000 9.49 43.28 31.03 259.49 6.6 3.65 745.00 2001 6.37 44.49 27.43 181.82 –0.2 3.19 807.10 2002 5.03 43.98 27.20 207.89 0.9 3.32 907.40 Promedio 32.19 42.37 18.22 356.41 3.88 5.38 587.99 Desv. Est. 33.01 3.51 8.22 170.72 3.70 2.08 222.36 Notas: La definición de cada variable se muestra en el cuadro 2. Spriv se calculó como residual de la identidad (9). N.D.: No disponible. Fuentes: Dirección General de Planeación Hacendaria de la SHCP, Banxico, INEGI, Pemex y Banco de la Reserva Federal de los EUA.
  • 15. 15 Cuadro 4 Resultados del Modelo (5a) GCt = 0.14 PIBpt + 0.19 ieuat + 0.57 GCt-1 + 0.06 Pt + 6.78 dummy 1 (3.79) (0.94) (5.29) (2.75) (3.28) R2 = 0.92 D – W = 1.16 F = 64.69 Estadístico h = 2.70 (6a) YCt = 0.11 PIBdpt + 0.26 Xt + 0.01 Pett-1 + 0.54 YCt-1 – 3.39 dummy 2 (3.15) (2.66) (4.31) (4.65) (–2.09) R2 = 0.91 D – W = 2.27 F = 59.76 Estadístico h = –0.89 (7a) It = 6.12 + 0.33 ? PIBt + 0.61 It-1 + 0.08 Ipubt (3.38) (6.53) (5.87) (0.76) R2 = 0.83 D – W = 1.86 F = 39.31 Estadístico h = 0.43 (8a) Sprivt = 0.11 ? PIBt – 0.51 YCt + 0.63 Sgt-2 + 0.72 Sprivt-1 –0.002 Impt + 0.76 GCt (1.48) (–5.24) (6.69) (6.86) (–1.47) (6.83) R2 = 0.95 D – W = 2.44 F = 81.24 Estadístico h = –1.40 (9a) Xt – Mt = 0.11 PIBdpt + 0.26 Xt + 0.01 Pett-1 + 0.54 YCt-1 – 0.14 PIBpt – 0.19 ieuat – 0.57 GCt-1 – 0.06Pt – 0.22 ? PIBt – 0.51 YCt + 0.63 Sgt-2 + 0.72 Sprivt-1 – 0.002 Impt + 0.76 GCt – 0.61 It-1 – 0.08 Ipubt Los valores del estadístico t se muestran entre paréntesis. Dado que se incluyen variables dependientes rezagadas, se presenta el estadístico h de Durbin para cada regresión. En la primera ecuación estructural (5a), el gasto corriente del sector público depende positivamente del PIB per cápita, lo que indica que el gasto corriente público no es contracíclico y confirma lo sustentado en este trabajo. El alto coeficiente de la variable dependiente rezagada prueba que el gasto corriente es muy inelástico, en virtud de los diversos compromisos institucionales del Gobierno Federal. El coeficiente de la tasa de interés externa es positiva, aunque no significativa. Lo anterior significa que las condiciones en los mercados de dinero y los capitales internacionales afectan el gasto corriente no programable, es decir, que un incremento en las tasas de interés internacionales (EUA) está positivamente correlacionado con el pago de intereses de la deuda externa mexicana denominada en dólares. Se estimó la regresión con la tasa de interés doméstica, pero su coeficiente no resultó significativo y mostró el signo contrario. Esto puede deberse a que la tasa de interés durante el periodo de estudio no representa el costo de oportunidad de mantener dinero. La evidencia empírica para México revela que la inflación esperada es un indicador más apropiado del costo de oportunidad de mantener dinero, particularmente en una economía como la mexicana en la que la represión financiera se dio en la mayor parte de
  • 16. 16 la etapa de investigación.26 La inflación incrementa el gasto corriente con un coeficiente significativo al nivel de 5%. Se incluyó una variable dummy para 1986, con el propósito de registrar el efecto adverso que tuvo sobre las finanzas públicas la combinación de la caída en los precios de exportación de petróleo durante ese año y la consecuente alta inflación, de 105.75%, al final del periodo. La segunda ecuación (6a) consiste en calcular los ingresos corrientes presupuestales a través de variables económicas que permitan realizar una aproximación a la base gravable, como el PIB per cápita, el componente de exportaciones de la balanza de pagos y los ingresos petroleros. Para analizar esta última variable se utilizó el precio de exportación del petróleo crudo. La evidencia empírica es consistente con estudios previos realizados por Tait “et al.” (1979). Los coeficientes de la demanda doméstica per cápita, de la razón de exportaciones al producto y del precio del petróleo rezagado un periodo son positivos y significativos al nivel del 5%, lo que indica la relevancia para países como México de la base gravable, así como la importancia de los derechos por exportación de hidrocarburos en la estimación de los ingresos corrientes presupuestales.27 El coeficiente de la variable dependiente rezagada es positivo, mostrando que la capacidad administrativa recaudadora es significativamente diferente de cero al nivel del 1% de confianza. Asimismo, se introdujo una variable dummy para los años de 1995-2002, con el fin de capturar el efecto adverso del acuerdo de libre comercio con EUA y Canadá sobre los ingresos públicos. La tercera ecuación (7a) se basa en los modelos de ajuste parcial. Como lo demuestran Blejer y Khan (1984), las imperfecciones de los mercados de capital y financiero, así como las restricciones en los mercados de trabajo, aunados a la carencia de una serie de capital consistente, hacen difícil aplicar otras teorías de la inversión en economías emergentes. El comportamiento de los agentes económicos para lograr una cantidad óptima de capital se puede estimar a través de un modelo que prueba la hipótesis del acelerador de la inversión. De acuerdo con esta hipótesis, dada una razón de capital producto constante y la plena utilización de los bienes de capital, un cambio proporcional en el acervo de capital corresponde a cualquier cambio en la producción. (10) t t Y K = ? ; Kt = ? ? Yt Así, el acervo de capital actual depende de los valores deseados de niveles pasados de capital, el cual, a su vez, depende de los niveles pasados de producto O, donde ? es una constante y ? es el coeficiente de ajuste parcial: (11) net It = (1 – ? )( ? Ot – Kt-1) Sustituyendo para obtener la razón de inversión con respecto al PIB, en función de la inversión neta y la depreciación (? ), la ecuación tiene la forma de: (12) It Yt = (1 – ? ) ? Yt ? (1? ?)? Yt-1 Yt + ? It-1 Yt En el contexto del acelerador flexible, se acepta que los coeficientes de ajuste varíen sistemáticamente con las condiciones económicas, en las diferentes etapas del ciclo, y con el costo y disponibilidad de recursos financieros. En la ecuación (7a) la aproximación al componente cíclico ha sido efectuada mediante el crecimiento real del PIB, y diferentes variables fueron utilizadas como regresores, incluyendo las tasas de interés domésticas y externas. También se recurrió a variables como la disponibilidad de crédito, siguiendo el estudio 26 Para un estudio empírico detallado, véase Amieva-Huerta, Juan (1987). 27 La inclusión del componente externo de las importaciones empeoró los resultados de las regresiones, lo que puede deberse a que la recaudación por impuestos a las importaciones se redujo considerablemente a partir de la implementación del TLCAN y a los acuerdos de libre comercio establecidos, con varias naciones, desde la mitad de la pasada década de los noventa.
  • 17. 17 econométrico de Amieva-Huerta para la economía mexicana.28 La disponibilidad de crédito no resultó significativamente diferente de 0 al 10%, indicando que pese a la represión financiera en la economía de México en los setenta y ochenta, en los noventa el Gobierno no intervino directamente para fijar las tasas nominales de interés, resultando en tasas reales positivas; de manera que el mercado de fondos prestables existente en la actualidad, fija las tasas nominales de interés. Claramente, en un sector financiero reprimido como el de las décadas de los setenta y ochenta, las tasas de interés reales bajas o negativas tendrán varios efectos que inhiben el crecimiento de la inversión. Se incluye, asimismo, a la inversión pública como variable explicativa para probar la hipótesis del efecto desplazamiento de la inversión privada por la inversión pública, en contra de la evidencia de complementariedad entre los dos tipos de inversión. Aunque esta variable comprueba la hipótesis de complementariedad, su coeficiente no resultó significativo al 10%, lo que obedece a que el gasto de capital ha disminuido su importancia dentro del gasto total durante la segunda parte de la década de los noventa, llegando a ser menor del 4% del PIB, debido a que las autoridades fiscales se han fijado como objetivo mantener finanzas públicas sanas. Así, la evidencia empírica muestra que para el caso de México no hay un efecto de desplazamiento. El coeficiente del crecimiento real del PIB es altamente significativo y muestra el signo esperado. Por otra parte, el coeficiente de la variable dependiente rezagada indica que hay un proceso de ajuste parcial (ecuación 11), que prueba que el acervo de capital deseado se ajusta a su valor actual en cerca del 40% en el año. Esto indica que la instalación del acervo de capital deseado lleva, aproximadamente, dos años, lo cual es consistente con los estudios para otras economías emergentes realizados por Bartoli (1989). Adicionalmente, se revisó la posibilidad de que la ecuación presentara algún problema de endogeneidad, dado que la inversión pública puede depender de los ingresos presupuestales estimados previamente en la ecuación 6a. Para ello, se calculó la ecuación con mínimos cuadrados ordinarios bietápicos, lo que dio como resultado un coeficiente no significativo para la inversión pública y que el poder de simulación del modelo en general no mejorara, por lo que se rechazó la hipótesis de endogeneidad en el modelo. En la cuarta ecuación (8a), el coeficiente de la razón de ingresos presupuestales a PIB, el cual calcula la influencia del ingreso disponible en el ahorro privado, tiene el signo esperado y es estadísticamente significativo al nivel de 1%, reflejando el hecho de que un aumento en los impuestos (ingreso presupuestal con respecto al PIB) disminuye el ingreso disponible y, por lo tanto, el ahorro privado. El coeficiente de la variable YC muestra que un incremento de 1% en los ingresos presupuestales reduce el ahorro privado en 0.51%. Este coeficiente es consistente con los modelos teóricos de Barro (1974) y de Blanchard (1985), quienes proponen que fluctúa entre 1.0 y 0.5 %. Este resultado rechaza, por lo tanto, la hipótesis de neutralidad de Barro, de manera que la política fiscal afecta la cuenta corriente a través de su efecto sobre el ahorro privado. Para la variable de ahorro corriente gubernamental, se encontró que ésta tiene un efecto positivo rezagado en dos períodos sobre el ahorro privado. Esto es consistente con la hipótesis del ciclo de vida. Lo anterior puede deberse a que un aumento en el gasto financiado por impuestos incrementa la propensión al ahorro, en comparación con un esquema de endeudamiento del déficit. Este último provoca un desahorro porque el Gobierno ofrece mejores términos de intercambio entre consumo presente y consumo futuro que los mercados financieros; por lo tanto, el coeficiente del ahorro público corriente debe ser positivo, dado que los agentes esperan que los impuestos futuros se incrementen menos que la unidad (coeficiente de 0.63), dependiendo, entre otros factores, de la estructura de edad de la población. Asimismo, al incluir el gasto corriente público (GC) en relación con el PIB dentro de la ecuación 8a, prueba la existencia de un efecto sustitución entre el consumo privado y el gasto del Gobierno, debido a que el coeficiente es positivo y altamente significativo. El coeficiente positivo (0.11) del crecimiento real del PIB (? PIB) concuerda con las predicciones de la hipótesis del ciclo de vida que establece que la razón riqueza-ingreso es una función decreciente de la tasa de crecimiento y de que entre los países con conducta individual idéntica, la tasa 28 Amieva-Huerta, Juan, ibid.
  • 18. 18 de ahorro es más alta en la medida que la tasa de ahorro de la economía es mayor.29 El coeficiente de la variable dependiente rezagada (0.63) refleja un proceso de ajuste parcial significativo, de forma que el ahorro privado toma en cuenta la presencia de los hábitos en el comportamiento del consumo. Por su parte, el coeficiente del impuesto inflacionario (Impt), medido como la deuda pública interna real,30 muestra el signo esperado aunque insignificativamente diferente de 0 al nivel de 5%. Este resultado indica que la incertidumbre ocasionada por altos niveles de inflación ejerce efectos negativos en el ahorro privado, lo cual se debe a que en la mayor parte del periodo de estudio se presentaron altas tasas inflacionarias, confirmando la hipótesis de la ecuación 5a, en la que el costo de oportunidad relevante de mantener saldos monetarios reales es la inflación esperada; o bien cuando existió sustitución entre el peso y el dólar, en las décadas de los setenta, los ochenta y parte de los noventa, la variable significativa fue la tasa esperada de depreciación en el tipo de cambio.31 Las valores estimados de las ecuaciones anteriores se sustituyeron en la identidad (9), obteniendo así la cuenta corriente de la balanza de pagos. Los datos de la misma, así como la gráfica de simulación del modelo, muestran que el valor calculado es muy cercano a los valores históricos (véase la gráfica 3). Los resultados indican que el impuesto inflacionario afecta negativamente el ahorro privado, mientras que la inversión pública impacta positivamente, a través de un efecto multiplicador, la inversión privada. El ahorro público, calculado como ingreso corriente menos gasto corriente, revela un efecto positivo indirecto de 0.63%. Este resultado confirma que el gasto de capital y la manera en que se financia el déficit fiscal en lugar del gasto corriente, afecta la cuenta corriente de la balanza de pagos. Las otras variables que influyen negativamente en la cuenta corriente de la balanza de pagos en México son las tasas de interés en el exterior, a través de su efecto en el gasto corriente. En el corto plazo, la disponibilidad de crédito externo empeora la cuenta corriente al incrementar la inversión privada debido al aumento en el gasto público de capital. Finalmente, los valores rezagados para el ahorro privado, los ingresos corrientes presupuestales y el gasto corriente ilustran la importancia histórica de estas variables en el esquema institucional de ahorro y la administración tributaria. Los resultados empíricos también muestran que las medidas de política fiscal relacionadas con la estructura impositiva y la composición del gasto público tienen importantes consecuencias sobre la cuenta corriente de la balanza de pagos en México. 29 Véase Modigliani (1986). 30 Vale la pena mencionar, en este punto, que existen diversas aproximaciones empíricas del impuesto inflacionario; sin embargo, el objetivo básico de este concepto es medir la recaudación que obtiene el Gobierno, a través del Banco Central, al emitir más dinero del que el público desea. Una de dichas técnicas establece que el impuesto inflacionario es igual al saldo monetario que ofrece el Banco Central (base monetaria), multiplicado por el ritmo de aumento en los precios (tasa de inflación), menos el cambio en la demanda de dinero, esto es, el desequilibrio monetario sin considerar el multiplicador. Así se tiene que: R = iM/P – ? (M/P) En donde: R = recaudación; i = tasa de inflación; M/P = saldo real de dinero, y ? (M/P) = cambio en la demanda de dinero. También puede utilizarse la siguiente definición (véase Aportela y Gamboa, 2002): st = Ht ? Ht ?1 Pt yt donde Ht es la base monetaria, Pt es el nivel de precios y yt es el producto en términos reales. Así, más que teórica, la definición del impuesto inflacionario es una cuestión empírica. Para realizar los cálculos del presente modelo, se utilizaron varias definiciones empleadas en distintos estudios econométricos, por lo que la correcta selección de aquélla es aparentemente una cuestión empírica. Véase también la nota al pie número 24 del anexo. 31 El mismo resultado encontró Bartoli para una muestra de varios países latinoamericanos.
  • 19. 19 Gráfica 3 México: Estimación de la Cuenta Corriente Los resultados de la ecuación (8a) rechazan la hipótesis de neutralidad de Barro, de manera que la política fiscal afecta la cuenta corriente a través de su impacto sobre el ahorro privado, lo cual crea un papel crítico para la política fiscal, debido a que un cambio en la mezcla de impuestos-endeudamiento —para un nivel dado de gasto de Gobierno— tiene una influencia importante en la cuenta corriente a través de su influencia en el ahorro privado. No obstante, la ausencia de la hipótesis de neutralidad no implica un efecto desplazamiento de la inversión pública a la inversión privada, puesto que esta última es independiente de las tasas de interés domésticas y externas. Sin embargo, las tasas de interés domésticas contribuyen a disminuir el ahorro público por medio de su impacto en el gasto corriente (pago de intereses). En conclusión, se comprueban los resultados empíricos obtenidos para la economía mexicana de un efecto de complementariedad entre la inversión pública y la inversión privada, pero, al incrementar la absorción, tenderá a aumentar el déficit en la cuenta corriente, manteniendo otros efectos constantes. Ejercicios de Simulación Se describe aquí cómo el modelo simula un cambio en la cuenta corriente de la balanza de pagos de México ante una modificación en los ingresos públicos presupuestales y la inversión pública. El ejercicio consiste en incrementar 30% los ingresos tributarios y 50% la inversión pública, de manera separada y conjunta, buscando observar el impacto en las variables del modelo; una forma de probar la capacidad predictiva de éste, ante un cambio en la política fiscal, es a través de un ejercicio de simulación de las ecuaciones (5a) a (9a). En primer lugar, se realiza una simulación “ex post” de las variables endógenas con el fin de verificar el poder de predicción del modelo econométrico por medio de estadísticos que miden la exactitud con que las ecuaciones estimadas simulan las series históricas. Los estadísticos que se emplean son la raíz del error medio cuadrático -9.0 -6.0 -3.0 0.0 3.0 6.0 75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 01 %delPIB Real Estimado
  • 20. 20 (REMC) y el coeficiente de desigualdad de Theil (U de Theil).32 Como se observa en el cuadro 5, los estimadores indican que la simulación dinámica33 de las ecuaciones para el periodo 1975-2002 es aceptable. Lo anterior se puede apreciar también en la gráfica 4. Cuadro 5 México: Estadísticos de la Simulación del Modelo Estimado EstadísticosVariable endógena y ecuación REMC U de Theil GC (5a) 2.89 0.06 YC (6a) 0.93 0.02 I (7a) 0.93 0.02 Spriv (8a) 1.35 0.04 X – M (9a) 3.63 0.10 Fuente:Estimaciones del autor. Gráfica 4 México: Simulación “Ex Post” de las Variables Endógenas del Modelo Recursivo (inicia) 32 La raíz del error medio cuadrático y el coeficiente de desigualdad de Theil se definen de la siguiente manera: REMC = ? ??? ? T YY T 1t 2 tt ˆ 1 U de Theil = ? ? ? ??? ?? ? TT Y T Y T 1t 2 t 1t 2 t 1 ˆ 1 REMC Donde Y es el valor real de la variable, ˆY es el valor simulado de Y, y T es el número de períodos de la simulación. REMC es una medida de la desviación de la variable simulada con respecto a su trayectoria real. La U de Theil toma valores entre 0 y 1. Si U = 0 se tiene una estimación perfecta y si U = 1 el poder predictivo del modelo es nulo. 33 La simulación dinámica consiste en sustituir, para cada observación, el valor calculado, en la observación previa, de la variable endógena rezagada; en contraste con la simulación estática, en la que se sustituyen los valores reales en la variable endógena rezagada. Ecuación (5a) GC 10.0 15.0 20.0 25.0 30.0 35.0 40.0 45.0 75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 01 % del PIB Real Estimado Ecuación (6a) YC 10.0 15.0 20.0 25.0 30.0 35.0 75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 01 % del PIB Real Estimado
  • 21. 21 Gráfica 4 México: Simulación “Ex Post” de las Variables Endógenas del Modelo Recursivo (concluye) Con base en los coeficientes estimados del modelo, se analiza un incremento hipotético del 30% en el ingreso presupuestal del sector público en 1975, manteniendo, sin cambio, el resto de los datos reales de las variables exógenas ; esta variación se aplica sobre el valor estimado de YC para ese año y su efecto se propaga en los años subsecuentes a través del componente rezagado de la ecuación 6a. La ecuación de ahorro privado (8a) también se modifica mediante el ingreso presupuestal que aparece como variable explicativa y el ahorro público corriente rezagado. El coeficiente con valor menor a uno de la variable rezagada, en la ecuación 6a, ocasiona un incremento en la variable YC por varios años, que desaparece conforme la trayectoria del ingreso converge de nueva cuenta con la trayectoria del cálculo original. En la ecuación 8a la nueva trayectoria del ahorro privado presenta, primero, una disminución con respecto a la original —debido al signo negativo del coeficiente del ingreso presupuestal—, y después, un aumento ocasionado por el signo positivo del ahorro público rezagado para, finalmente, converger con la trayectoria original. En conjunto, el incremento en los ingresos presupuestales ocasiona una mejoría en la cuenta corriente de la balanza de pagos en relación con la simulación original, como se ilustra en la gráfica 5; no es muy claro en los primeros años debido a la disminución inicial en el ahorro privado a causa de la reducción en el ingreso disponible, pero resulta visiblemente superior en los años posteriores. Se concluye que un incremento en los ingresos públicos ocasiona el efecto esperado sobre la cuenta corriente en el corto plazo, el cual se diluye, como es de esperarse, en el largo plazo. Para que un incremento de esta naturaleza tenga efectos más duraderos, es necesario que sea acompañado con otras medidas de política fiscal, ya sea a través de un fortalecimiento permanente de los ingresos o de una disminución del gasto corriente. Ecuación (7a) I 10.0 12.0 14.0 16.0 18.0 20.0 22.0 24.0 26.0 75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 01 % del PIB Real Estimado Ecuación (8a) Spriv 0.0 5.0 10.0 15.0 20.0 25.0 30.0 35.0 75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 01 % del PIB Real Estimado
  • 22. 22 Gráfica 5 México: Impacto de un Incremento del 30% en los Ingresos Presupuestales del Sector Público Se analizan también los efectos, sobre la cuenta corriente, de un incremento hipotético de 50% en el gasto público en inversión observado en 1975. Esta variación afecta la ecuación sobre inversión total (7a) y se propaga en los años siguientes mediante el valor rezagado. Como consecuencia de la complementariedad entre las inversiones pública y privada, el resultado es un ligero incremento en el déficit de la cuenta corriente, el cual desaparece en 1982, cuando la trayectoria retoma el curso del modelo original estimado (véase la gráfica 6). Gráfica 6 México: Impacto de un Incremento de 50% en la Inversión Pública Ecuación (9a) X - M -8.0 -4.0 0.0 4.0 8.0 75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 01 % del PIB Con incremento Sin incremento Ecuación (9a) X-M -7.0 -3.5 0.0 3.5 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 % del PIB Con incremento Sin incremento
  • 23. 23 Por último, en la gráfica 7 se ilustra la modificación en la trayectoria de la cuenta corriente calculada, combinando los mismos cambios porcentuales de las dos variables anteriores. El resultado es muy similar al del ejercicio de un incremento en los ingresos presupuestales, toda vez que el efecto del aumento en la inversión pública es reducido. En el cuadro 6 se muestran los datos de las simulaciones “ex post”, así como las series de los tres ejercicios de simulación realizados. Gráfica 7 México: Impacto de un Incremento del 30% en los Ingresos Presupuestales y del 50% en Inversión Pública Ecuación (9a) X - M -8.0 -4.0 0.0 4.0 8.0 75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 95 97 99 01 % del PIB Con incremento Sin incremento
  • 24. 24 Cuadro 6 México: Simulaciones Originales del Modelo Econométrico y Resultados del Impacto de un Incremento en los Ingresos e Inversión Públicos, 1975-20021/ (porcentaje del PIB) Gasto público corriente (5a) Ingreso público presupuestal (6a) Inversión total (7a) Ahorro privado (8a) Cuenta corriente (9a) Simulación original Simulación original Ejer.1 Simulación original Ejer. 2 Simulación original Ejer.1 Simulación original Ejer.1 Ejer. 2 Ejer. 3 1975 17.6 18.9 24.6 20.5 20.8 14.6 11.7 –4.6 –1.8 –4.9 –2.1 1976 17.4 19.2 22.3 20.5 20.7 13.1 9.5 –5.5 –6.1 –5.7 –6.3 1977 17.9 20.1 21.7 20.2 20.3 12.9 13.0 –5.1 –3.4 –5.2 –3.5 1978 18.0 21.4 22.3 21.7 21.8 13.0 14.5 –5.4 –3.0 –5.5 –3.0 1979 18.4 22.0 22.5 23.1 23.2 13.1 15.0 –6.4 –4.0 –6.4 –4.1 1980 19.3 23.6 23.8 23.8 23.8 13.7 15.5 –5.8 –3.8 –5.8 –3.8 1981 21.4 25.6 25.7 24.2 24.2 14.6 16.1 –5.4 –3.8 –5.4 –3.8 1982 24.8 27.2 27.2 21.4 21.4 15.8 17.0 –3.2 –1.9 –3.2 –1.9 1983 28.3 29.4 29.5 18.5 18.5 18.4 19.3 1.1 2.1 1.1 2.1 1984 28.5 30.4 30.4 18.9 18.9 19.8 20.5 2.7 3.4 2.7 3.4 1985 28.0 29.7 29.8 18.8 18.8 19.6 20.2 2.5 3.0 2.5 3.0 1986 35.9 29.4 29.4 17.0 17.0 25.2 25.6 1.7 2.1 1.7 2.1 1987 36.0 28.2 28.2 17.4 17.4 30.4 30.6 5.2 5.5 5.2 5.5 1988 35.0 27.5 27.5 17.5 17.5 28.1 28.3 3.2 3.4 3.2 3.4 1989 29.1 25.9 25.9 18.5 18.5 22.2 22.4 0.6 0.7 0.6 0.7 1990 26.1 25.4 25.4 19.4 19.4 16.5 16.6 –3.6 –3.5 –3.6 –3.5 1991 24.1 24.9 24.9 19.6 19.6 14.1 14.2 –4.7 –4.6 –4.7 –4.6 1992 22.5 23.8 23.8 19.6 19.6 13.7 13.7 –4.6 –4.5 –4.6 –4.5 1993 21.1 23.1 23.1 19.0 19.0 13.6 13.6 –3.5 –3.5 –3.5 –3.5 1994 20.7 22.9 22.9 19.5 19.5 13.5 13.5 –3.8 –3.8 –3.8 –3.8 1995 21.6 21.8 21.8 16.3 16.3 14.6 14.6 –1.5 –1.5 –1.5 –1.5 1996 22.2 22.3 22.3 18.0 18.0 17.1 17.1 –0.8 –0.8 –0.8 –0.8 1997 22.3 22.6 22.6 19.6 19.6 17.5 17.5 –1.8 –1.8 –1.8 –1.8 1998 22.5 22.5 22.5 19.9 19.9 17.5 17.5 –2.4 –2.4 –2.4 –2.4 1999 22.6 22.0 22.0 19.7 19.7 17.6 17.6 –2.7 –2.7 –2.7 –2.7 2000 22.7 22.4 22.4 20.6 20.6 17.4 17.4 –3.5 –3.5 –3.5 –3.5 2001 22.1 22.2 22.2 18.8 18.8 15.5 15.5 –3.1 –3.1 –3.1 –3.1 2002 21.4 21.6 21.6 18.2 18.2 14.0 14.0 –3.9 –3.9 –3.9 –3.9 Fuente:Estimaciones del autor. 1/ El ejercicio 1 se refiere a la simulación de un incremento del 30% en el ingreso público presupuestal, el 2 a la simulación de un incremento del 50% en la inversión pública y el 3 a la combinación de los cambios 1 y 2. Para ahondar en el análisis y complementar las conclusiones obtenidas del modelo econométrico, en la gráfica 8 se presenta la relación entre los RFSP y el balance en la cuenta corriente de la balanza de pagos como porcentaje del PIB. La evidencia indica que de finales de la década de 1970 a la de 1980, el déficit en cuenta corriente y los RFSP mantuvieron una correlación altamente positiva, de alrededor de 80%. En 1983 y 1984 la nueva administración implantó severas medidas de ajuste fiscal, con las cuales los RFSP disminuyeron de 16% del PIB en 1982 a 8.1% del PIB en 1984. Como resultado de estas disposiciones, la cuenta corriente mostró un superávit en el periodo 1983-1985. En 1985 se siguió una política fiscal más laxa y el superávit en la cuenta corriente alcanzó sólo 0.4% del PIB, en contraste con el 2.3% del año previo (véase el cuadro 7). En 1986 se deterioraron los términos de intercambio debido a que el precio promedio de exportación de petróleo bajó 53%, de modo que
  • 25. 25 las exportaciones del mismo se redujeron de 14,700 millones de dólares (mdd) en 1985 a 6,200 mdd en 1986.34 En consecuencia, la cuenta corriente experimentó un déficit de 1.0% del PIB. El impacto fiscal fue brutal: los RFSP se incrementaron a 15.4% del PIB en ese año. Ahora bien, ¿cómo puede explicarse el hecho de que ante un déficit fiscal tan alto en 1983-1985, de 8.0% del PIB, se haya podido generar un superávit en la cuenta corriente? Gil Díaz y Ramos Tercero demuestran —utilizando la definición de déficit operacional— que “una vez que se deduce la amortización real de la deuda pública denominada en pesos…, el comportamiento del presupuesto se compagina mejor con el de la cuenta corriente”. Así, el déficit operativo estimado por dichos autores ascendió a sólo 2.3 % del PIB durante 1983-1985. Gráfica 8 RFSP y Balance en Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos % del PIB No obstante, en la década de 1990 esta correlación positiva fue más débil, particularmente en el lapso de 1991- 1993, en el cual los RFSP ascendieron, en promedio, a 0.8 % del PIB. Lo anterior puede deberse a que durante estos años los ingresos no recurrentes, que provenían de la privatización, fueron sustanciales e incluidos arriba de la línea. En esa etapa, el déficit en la cuenta corriente ascendió aproximadamente a 6.0% del PIB, mientras que los ingresos por desincorporación de activos fijos superaron cuatro puntos porcentuales del producto. A partir de 1995, con un tipo de cambio flexible, se observa nuevamente una correlación positiva entre los RFSP y el déficit en cuenta corriente. Por ejemplo, durante 1998-1999 los RFSP alcanzaron casi 6.0 % del PIB; en tanto que el déficit en la cuenta corriente se elevó a 3.8 y 2.9 % del PIB en esos años. Por ello, se concluye que, como se mencionó, una posición deficitaria del sector público mexicano genera un exceso de demanda interna, lo que repercute negativamente sobre la cuenta corriente de la balanza de pagos.35 Así, se confirma empíricamente que los RFSP constituyen la definición más apropiada del déficit fiscal en México, debido básicamente a que la deuda pública coincide con el déficit ampliado observado.36 34 Véase Gil Díaz, F., y R. Ramos Tercero (1988). 35 Véase Aspe (1993). 36 La posición de la deuda bruta representa el saldo de todos los pasivos, excepto las acciones y otras participaciones de capital, y los derivados financieros. -20 -15 -10 -5 0 5 1970 1973 1976 1979 1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000 Años Cuenta Corriente RSFP
  • 26. 26 Cuadro 7 RFSP y Deuda Pública (porcentaje del PIB) RFSP 1/ Deuda Pública Bruta 2/ Externa Interna Total 1970 –3.43 10.87 9.32 20.19 1971 –2.24 10.51 10.19 20.70 1972 –4.46 10.16 11.90 22.06 1973 –6.23 11.61 12.95 24.56 1974 –6.58 12.58 13.20 25.79 1975 –9.09 14.90 14.54 29.44 1976 –8.98 20.04 16.11 36.15 1977 –6.12 25.72 14.30 40.02 1978 –6.08 23.45 14.42 37.86 1979 –6.91 20.16 14.81 34.96 1980 –7.12 16.75 14.49 31.24 1981 –13.39 21.51 16.10 37.61 1982 –15.95 54.55 26.58 81.14 1983 –8.21 48.01 19.83 67.83 1984 –8.10 43.21 17.26 60.46 1985 –9.04 53.39 19.49 72.88 1986 –15.41 84.49 28.86 113.35 1987 –15.25 88.02 30.27 118.29 1988 –11.71 43.92 26.17 70.09 1989 –5.18 36.54 25.07 61.61 1990 –3.64 30.94 22.39 53.32 1991 1.75 25.88 16.76 42.64 1992 2.66 20.97 11.86 32.83 1993 –1.99 19.47 10.73 30.20 1994 –2.97 32.03 12.60 44.64 1995 –3.03 41.99 8.46 50.45 1996 –4.75 30.55 7.61 38.16 1997 –4.54 22.49 8.62 31.11 1998 –5.95 23.67 9.83 33.51 1999 –5.90 19.11 11.02 30.14 2000 –3.26 14.75 12.29 27.04 2001 –3.03 12.60 13.10 25.70 2002 –2.64 13.21 14.75 27.96 1/ De 1970 a 1989 se refiere al balance público más la intermadiación financiera. El signo (–) significa déficit, el signo (+) superávit. 2/ La deuda externa comprende al sector público; la interna al Gobierno Federal. Saldos a diciembre. Fuente: RFSP: “Estadísticas de Finanzas Públicas, 1965-1991” y “Estadistícas Oportunas de Finanzas Públicas”, DGPH, SHCP. Deuda Pública: Dirección de Deuda Pública, DGCP, SHCP. La evidencia empírica para Filipinas presentada por Mansur (1989), y la estimada por Bartoli (1989)37 para varios países de América Latina, indican que las consecuencias de la política fiscal, tanto en la política tributaria como en la política de gasto, tienen efectos para la cuenta corriente de la balanza de pagos. En particular, Bartoli 37 Los países de América Latina incluidos en la muestra son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
  • 27. 27 encontró que el impuesto inflacionario tiene un importante impacto negativo en el ahorro privado y, por lo tanto, en la cuenta corriente. El efecto de la combinación entre la política tributaria y las formas de financiamiento del déficit provocan un impacto en la cuenta corriente a través de su efecto en el ahorro doméstico. Mansur demostró que en Filipinas, durante el período 1970-1982, la política fiscal laxa contribuyó a incrementar la demanda doméstica y que las autoridades de esa nación han intentado reducir el déficit en la cuenta corriente por medio de una política fiscal encaminada a reducir el déficit fiscal. La relación entre el déficit fiscal y la cuenta corriente ha sido ampliamente estudiada utilizando ecuaciones de comportamiento “ad hoc” para un gran número de países que han acordado programas económicos con el FMI. Las simulaciones reportadas por Mansur evidencian que un incremento en el déficit fiscal empeora las cuentas externas significativamente. Sería interesante someter a prueba los resultados empíricos aquí presentados para otras naciones, incluyendo a las que son integrantes de la OCDE. Así, la evidencia empírica para México revela que los RFSP se encuentran positivamente correlacionados con el déficit de la cuenta corriente, aunque la evidencia no sea tan abrumadora para otros países de América Latina y las Filipinas. Lo anterior puede obedecer a que estas naciones han llevado a cabo políticas de apertura comercial mucho más conservadoras que las de México, al proteger al sector industrial ante la competitividad externa, lo cual ha redundado en un bajo nivel de comercio internacional en relación con el producto. Déficit Fiscales e Inflación La teoría macroeconómica postula que los déficit fiscales causan inflación. La teoría fiscal del nivel de precios (FTPL, por sus siglas en inglés) se opone a la idea de que la inflación consiste exclusivamente en un fenómeno monetario. Esta teoría postula que la política fiscal tiene un impacto inflacionario aun en presencia de consumidores con expectativas racionales.38 De acuerdo con Catao y Terrones (2003),39 esta correlación resulta de correr un modelo de optimización no lineal de la inflación, relacionada con los déficit fiscales, tomando en cuenta que la moneda circulante determina el tamaño de la base del impuesto inflacionario. El estudio demuestra que un cambio en el déficit como proporción del PIB, produce un efecto mayor en economías con inflación elevada, en las cuales la base de impuestos es típicamente inflacionaria a través del medio circulante. De los resultados empíricos se desprende que en esta relación intrínsicamente dinámica es necesario diferenciar los efectos de corto y mediano plazo. Esta distinción es crucial en virtud de que los déficit fiscales pueden no inducir la impresión de circulante si los gobiernos se financian temporalmente a través de deuda, lo cual implica que se debe hacer una medición empírica adecuada mediante series de tiempo suficientemente largas para conocer esta relación. El modelo empírico incluye el análisis de una amplia base de datos de 107 países en el periodo 1960-2001. Asimismo, considera mediciones de los balances de los gobiernos central y general, a fin de comprobar la fortaleza de la relación déficit-inflación con la inclusión de diferentes variables condicionadas (tasas de cambio, precios del petróleo y apertura comercial, entre otras). Los resultados muestran una fuerte asociación positiva entre ambas variables en grupos de países en desarrollo con alta inflación, pero no entre naciones con economías avanzadas y baja inflación, como sucede en la mayoría de las economías de la OCDE. La fuerza del efecto dependerá del nivel de desarrollo financiero del país y del compromiso de su banca central para mantener baja la inflación; en el caso de las economías avanzadas, la autoridad monetaria tiende a facilitar la reestructuración de grandes acervos de deuda, obviando la necesidad de imprimir dinero. Así, los déficit fiscales no sólo importan en épocas de alta inflación e hiperinflación, sino también cuando los rangos de inflación son moderados y con efectos más débiles. Desagregando por grupos de países, se encontró que la relación déficit- inflación fue sorpresivamente más fuerte en un mayor número de naciones en desarrollo. 38 Véase Carlstrom, C., y Fuerst, T. (2000). 39 Consúltese Catao, Luis, y Marco Terrones (2003).
  • 28. 28 4. DEUDA PÚBLICA EN MÉXICO Un mayor déficit fiscal disminuye lo que pueden consumir las generaciones futuras, incluso si la deuda pública está en manos del sector privado. Así, el hecho de que los más grandes déficit fiscales registrados en la República Mexicana a principios de la década de 1980 correspondieran a un mayor endeudamiento exterior, constituyó una carga para las futuras generaciones. México es una economía pequeña en el contexto internacional y la política fiscal o de endeudamiento no afecta significativamente a los mercados internacionales de capital. No obstante, México es la novena economía mundial, miembro de la OCDE, y una de las economías emergentes más importantes del mundo, en virtud de que es una de las que atrae más inversión extranjera directa. La relación de apertura de la economía, medida por la razón de exportaciones a PIB, es de alrededor de 34%, la cual, comparada con la de otras economías latinoamericanas como Chile (33% del PIB), Argentina (11%) y Brasil (13%), es considerablemente mayor; por lo tanto, pese a ser una economía pequeña, la República Mexicana tiene una gran influencia sobre el resto de las economías emergentes —prueba de ello es la crisis de México en 1994-1995—, particularmente en las economías latinoamericanas. Sin embargo, a partir de 2001 las agencias calificadoras le dieron a México el grado de inversión por sus sólidos fundamentos macroeconómicos, entre los que destacan contar con finanzas públicas sanas, baja inflación, la desregulación económica en la mayoría de las entidades federativas, las reformas estructurales profundas en los sistemas financiero y de pensiones (reforma del IMSS), y un extenso proceso de privatización, entre otros.40 Como se señaló en la sección anterior, los RFSP conforman la definición apropiada del déficit público en México, debido a que la deuda pública coincide con el déficit ampliado ejercido por las autoridades fiscales. A esto hay que agregarle las presiones de gasto asociadas con el sistema financiero (la crisis bancaria de 1994-1995 que todavía está padeciendo la economía mexicana); la reestructuración de Banrural en 2002, que aumentó los RFSP en alrededor de medio punto porcentual del producto; el problema de los deudores de la banca; el problema carretero; los desastres naturales en el caso de las economías estatales o la eliminación de la Ley de Convertibilidad en Argentina en 2002; todos ellos son cursos de acción imprevistos que, evidentemente, inciden sobre el nivel de endeudamiento público. A principios de la década de los ochenta, México y las economías latinoamericanas se encontraban en una difícil situación fiscal, con elevados déficit y acceso restringido a los mercados internacionales de capital. La República Mexicana, por ejemplo, atravesó, durante esos años, un proceso de deterioro acelerado en sus equilibrios internos y externos, provocado principalmente por el inicio de la reducción en el precio internacional del petróleo y por el alza en las tasas de interés mundiales que aceleraron la fuga de capitales. Como consecuencia, las autoridades hacendarias en turno solicitaron a los acreedores de la banca comercial, el 20 de agosto de 1982, una moratoria de tres meses para los pagos del principal de la deuda contraída hasta esos momentos, así como la integración de un Comité Asesor de Bancos para estudiar y llegar a una solución negociada.41 Entre esa fecha y diciembre, México acumularía un retraso de 8 mil millones de dólares en pagos del principal de la deuda del sector público, y la administración entrante comenzaría con la desalentadora perspectiva de que otros 14 mil millones se acumularían en los tres años siguientes. Ello iniciaría un proceso de ajustes y renegociaciones de la deuda que duraría toda la década de los ochenta. La primera renegociación de la deuda, entre 1982 y 1983, tuvo que centrarse en resolver la posibilidad de un incumplimiento inmediato de pagos sin hacer referencia al problema de la carga de la deuda. Sin embargo, el desplome de los precios del petróleo en 1986 obligó a buscar una segunda renegociación. Aun cuando estas dos renegociaciones permitieron que el país siguiera cumpliendo con el servicio de su deuda, se puso de manifiesto que el problema de México no era de flujo de efectivo, sino más bien que la carga de la deuda imponía severas limitaciones sobre su potencial de crecimiento. En 1987 se instrumentó un programa que consistía en una innovadora propuesta para que los bancos comerciales cambiaran voluntariamente parte de la deuda existente por bonos a 20 años. Los bonos negociables ofrecían una sobretasa y un bono del Tesoro de los Estados Unidos, 40 Las calificaciones de Standard and Poor´s y Moody´s a emisiones de deuda de grado de inversión son, en la actualidad, BBB- y Baa3, respectivamente. 41 Véase Aspe (1993).
  • 29. 29 no negociable, como garantía. Este enfoque de reducción de deuda con base en el mercado resultó ser una protección real y constituyó el antecedente de lo que más tarde se conocería como el Plan Brady, con el cual los países industrializados del mundo apoyaron la reducción de la deuda. En 1989 se suscribió un convenio con el FMI cuya característica más importante fue que, además de determinarse los recursos que se recibirían durante varios años con el objeto de apoyar el programa de estabilización, la institución reconocía la necesidad de efectuar operaciones para reducir la deuda y contraía el compromiso de constituir una reserva de recursos adicionales que serían utilizados en garantía de dichas operaciones. Con el apoyo de este paquete financiero, y en virtud de los antecedentes del programa de ajuste interno puesto en práctica por más de seis años, México comenzó a negociar con los más de 500 bancos comerciales representados por el Comité Asesor de Bancos bajo la misma línea del denominado Plan Brady. El resultado directo del paquete negociado con los bancos comerciales fue una reducción en el principal y una disminución en las transferencias netas de recursos entre 1990 y 1994. Otro efecto directo fue que el convenio con los bancos comerciales le permitió a México, nuevamente, ser sujeto de créditos voluntarios en los mercados financieros internacionales. La primera colocación desde 1982 por un deudor mexicano, sin ninguna relación con la reestructuración de la deuda, tuvo lugar en 1989, cuando el Banco Nacional de Comercio Exterior colocó bonos por 100 millones de dólares. El proceso de renegociación de la deuda culminaría con la firma del convenio con los bancos comerciales el 14 de febrero de 1990, lo cual no sólo reabrió el acceso al financiamiento externo voluntario para las entidades públicas y privadas, sino que también despejó el camino para pensar y actuar en otras medidas necesarias, tales como la desregulación, la privatización y las políticas sociales. En 1994 la reducción en el ahorro interno y el deterioro del sistema financiero colocaron nuevamente al país en una posición vulnerable. A lo largo de ese año se presentaron graves perturbaciones de índole política y un aumento de las tasas de interés en los mercados financieros internacionales. Cuando se percibió que el Gobierno enfrentaría problemas para cumplir los compromisos adquiridos con el exterior, la disponibilidad de recursos disminuyó de forma abrupta. Durante 1995, fueron dos los principales retos que enfrentó el Gobierno Federal en el manejo de la deuda pública: en primer término, renovar y extender los vencimientos de las obligaciones de corto plazo que concluían ese año, principalmente de aquellas denominadas en moneda extranjera, y con ello mejorar el perfil de vencimientos, el cual, como consecuencia de la inestabilidad financiera registrada en 1994, se había deteriorado significativamente; en segundo lugar, recuperar el acceso a los mercados internacionales de capital. En relación con el primer objetivo, durante 1995 se liquidó deuda de corto plazo denominada en moneda extranjera (Tesobonos) por un total cercano a 29,000 millones de dólares (mdd), equivalente al 99.1% del saldo que existía en diciembre de 1994.42 Cabe recordar que los cuantiosos montos de este instrumento que vencía en los primeros meses de 1995, constituyeron una fuente de incertidumbre que afectó a los mercados financieros interno y externo. Al cierre de 1995, el saldo de Tesobonos como proporción del PIB fue de 0.1 puntos porcentuales, en contraste con el nivel de 8 puntos porcentuales que alcanzó en diciembre de 1994. Los recursos con los que se efectuaron estos últimos pagos provinieron del Paquete Financiero por 51,637 mdd que la SHCP logró formar mediante el apoyo oportuno del FMI, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, el Banco de Pagos Internacionales y autoridades financieras de Estados Unidos y Canadá. De dicho paquete se utilizaron únicamente 28,636 mdd hasta 1997, mediante créditos a mediano y largo plazo.43 La amortización total de los Tesobonos en circulación en febrero de 1996, la mayor colocación de Bonos de Desarrollo del Gobierno Federal (Bondes), a plazos de uno y dos años, y la emisión de bonos denominados en 42 La cifra total comprendió 16,294 mdd por concepto del principal de Tesobonos que se pagaron a residentes del exterior, 2,105 mdd que se liquidaron en dólares a residentes nacionales, el pago de intereses a residentes del exterior por 933 mdd por su tenencia de Tesobonos, y el equivalente a 9,628 mdd que fueron pagados en moneda nacional a residentes mexicanos. 43 Véase Banco de México (1998).
  • 30. 30 Unidades de Inversión (Udibonos), a plazos de tres y cinco años, permitieron ampliar, respecto a diciembre de 1994, el plazo promedio de los valores gubernamentales en poder del público. Asimismo, uno de los objetivos más importantes de las autoridades para evitar mayores trastornos en la economía, era recuperar el acceso a los mercados internacionales de capital, lo que se consiguió gradualmente desde el segundo trimestre de 1995. Este lapso resulta corto si se le compara con lo sucedido durante la crisis que se inició en 1982, cuando México tardó casi siete años en retornar a los mercados aludidos. De esta manera, en menos de dos años fue posible pagar anticipadamente la totalidad del Paquete de Apoyo Financiero otorgado a través del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, cuyo saldo máximo alcanzó la cifra de 12 mil 500 mdd. Adicionalmente, se cancelaron bonos mexicanos en el exterior por un monto cercano a los 6 mil mdd. Con dichas operaciones se logró reducir la deuda externa, con ahorro en valor presente, al ser menor el costo de los recursos con los que se realizó la cancelación.44 A partir de 1995 la política de deuda pública se ha caracterizado por un manejo proactivo. Durante la última parte de los noventa, la política sobre la deuda en México se orientó a cubrir las necesidades de financiamiento del Gobierno Federal, a atender el refinanciamiento de la deuda histórica acumulada y a mejorar la estructura de vencimientos y el costo de la deuda pública. Así, el Gobierno Federal ha concretado diversas operaciones con objeto de refinanciar pasivos de manera anticipada, mejorando las condiciones iniciales y sentando precedentes que garanticen el acceso favorable de México a los mercados internacionales de capital. Una política adecuada de deuda pública es fundamental para mantener una postura fiscal sólida y consolidar la estabilidad del entorno macroeconómico en el mediano plazo. En este sentido, la estrategia de endeudamiento del Ejecutivo Federal ha estado dirigida a alcanzar los siguientes objetivos45 : i) mejorar el perfil de amortizaciones de la deuda pública; ii) disminuir el costo de financiamiento del sector público; iii) reducir la vulnerabilidad de las finanzas públicas a movimientos en las tasas de interés y tipo de cambio, y iv) atenuar el impacto de perturbaciones externas que resulten en cambios en la disponibilidad de recursos en los mercados internacionales de capital. Como se ilustra en la gráfica 9, los esfuerzos anteriores han redundado en un cambio en la composición de la deuda bruta por periodo de contratación. A partir de 1984 la deuda bruta externa de largo plazo, es decir, aquella que se refiere a los préstamos que se otorgan a plazo mayor de un año, aumentó a casi un 100% del total. Posteriormente, su participación descendió ligeramente hasta 1994, cuando volvió a incrementarse y se situó en niveles superiores a 95% en 2002. Por su parte, la deuda interna de largo plazo mostró una tendencia descendente durante el período 1982-1994. A partir de la última crisis financiera en el país, esta tendencia se revirtió y la deuda de largo plazo ha alcanzado niveles de más de 70% de la deuda interna total; no obstante, constituye un porcentaje menor al que prevalecía al principio de los ochenta. 44 Véase SHCP (1997). 45 Véase SHCP (2002b).
  • 31. 31 Gráfica 9 México: Deuda Pública Bruta de Largo Plazo1/ (1982-2002) 1/ La deuda a largo plazo se refiere a los préstamos que se otorgan a plazo mayor de un año. Los datos graficados son saldos al cierre del año. La deuda externa comprende al sector público y la interna al Gobierno Federal. Fuente:Elaborada con datos de la página web de la SHCP. Las autoridades continúan llevando a cabo acciones conducentes a extender la vida media de la deuda pública; por ejemplo, en materia de deuda externa, en el cuarto trimestre del 2002 se colocaron bonos en los mercados internacionales por 750 mdd a través de la reapertura del Bono Global a 30 años, emitido en agosto de 2001, y que paga una tasa anual de 8.3%. En cuanto a la deuda interna, se dio inicio en 2002 a la emisión de los Bonos de Desarrollo a tasa nominal fija a un plazo de siete años. Al cierre del cuarto trimestre de 2002, el plazo promedio de vencimiento de la deuda interna se incrementó en 68 días, al pasar de 748 días al cierre de 2001 a 816 días al cierre de 2002. Asimismo, la política de subasta adoptada por las autoridades hacendarias ha modificado la composición de la estructura de los saldos de la deuda interna a favor de los Bonos de Desarrollo a tasa nominal fija (Bonos T. F.), observándose una disminución importante en la participación de instrumentos a tasa flotante como los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes) y los Bondes (véase cuadro 8). Con la emisión de instrumentos con tasa de interés nominal fija se busca, entre otros objetivos, desarrollar una curva de rendimiento de largo plazo, mejorar el perfil de vencimientos, reducir la vulnerabilidad de las finanzas públicas ante cambios temporales en la tasa de interés, y fomentar el desarrollo de un mercado de deuda privada de largo plazo.46 46 Cabe describir con mayor detalle los principales títulos de deuda del Gobierno mexicano: los Ajustabonos o Bonos Ajustables del Gobierno Federal son títulos de crédito nominativos de largo plazo (3 y 5 años), emitidos por el Gobierno Federal y denominados en moneda nacional, en los cuales se consigna la obligación directa e incondicional del Gobierno Federal de pagar una tasa de interés en forma trimestral más el capital ajustado por los aumentos registrados en el índice nacional de precios al consumidor. Los Cetes o Certificados de la Tesorería de la Federación son títulos de crédito al portador denominados en moneda nacional, emitidos por el Gobierno Federal, en los cuales se consigna la obligación de éste a pagar su valor nominal al vencimiento. Este instrumento se emitió con el fin de influir en la regulación de la masa monetaria, financiar la inversión productiva y propiciar un sano desarrollo del mercado de valores. A través de este mecanismo se captan recursos de personas físicas y morales a quienes se le garantiza una renta fija. El rendimiento que recibe el inversionista consiste en la diferencia entre el precio de compra y venta. Los Bondes o Bonos de Desarrollo del Gobierno Federal son títulos de créditos nominativos denominados en moneda nacional, son negociables, se emiten por el Gobierno Federal y se colocan a descuento por el Banco de México a un plazo no menor de un año. Deuda Externa Bruta de Largo Plazo (% del Total) 75 80 85 90 95 100 105 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 Deuda Interna Bruta de Largo Plazo (% del Total) 0 20 40 60 80 100 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002