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DIGAMOS NO A LA INDIFERENCIA
POR RICARDO JIMENEZ REYNA
INTRODUCCIÓN
Según el Diccionario Ideológico de la Lengua Española de Julio Cásares,
miembro de la Real Academia Española de La Lengua; la palabra indiferencia
significa: Estado del ánimo en que no se siente inclinación ni repugnancia
respecto de una persona o cosa.
Jorge González More, poeta y escritor colombiano, dice que: “La
indiferencia es el apoyo silencioso a favor de la injusticia” asimismo apunta:
“La indiferencia endurece el corazón y es capaz de eliminar cualquier rastro
de afecto.”
Desde mi perspectiva muy personal, la indiferencia es sinónimo de
desamor y frivolidad; de hecho, el destacado escritor húngaro Elie Wiesel
establece: “Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia. Lo
contrario de la belleza no es la fealdad, es la indiferencia. Lo contrario de la fe
no es herejía, es la indiferencia. Y lo contrario de la vida no es la muerte, sino
la indiferencia entre la vida y la muerte.”
Por otra parte también puedo afirmar que las palabras impasibilidad,
insensibilidad, neutralidad, desinterés, apatía, indolencia, desgana y tibieza
son sinónimo del término indiferencia.
Ahora entiendo las razones quetuvo el escritor del Libro de Apocalipsis
para decir: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses
frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré
de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna
cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable,
pobre, ciego y desnudo.”
Asimismo comprendo los motivos del evangelista cuando enfatiza en
las palabras de su personaje central, Jesús, al afirmar: “El que no es conmigo,
contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.”
Durante esta plática, trataré de responder a las siguientes preguntas:
¿Cuál es el origen de la indiferencia? ¿Por qué somos indiferentes aún con
nosotros? ¿Cómo podemos dejar de ser indiferentes e involucrarnos más con
los problemas del día a día? ¿Qué beneficios arroja dejar de ser indiferentes?
Antes de continuar te voy a pedir que me obsequies cinco minutos de
tu valioso tiempo y te detengas a reflexionar en la siguiente frase de la
Madre Teresa de Calcuta:
“La mayor enfermedad hoy día no es la lepra ni la tuberculosis sino
más bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos. El
mayor mal es la falta de amor y caridad, la terrible indiferencia hacia nuestro
vecino que vive al lado de la calle, asaltado por la explotación, corrupción,
pobreza y enfermedad.”
Te suplico por favor que hagas las anotaciones pertinentes a tus
reflexiones; si después de este ejercicio consideras que lo que veremos aquí
no será para tu provecho, puedes retirarte. Pero si crees que tanto tú como
todos los que te rodean serán mejores personas después de esta plática,
gracias por quedarte.
¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LA INDIFERENCIA?
La felicidad, es el fin último que buscan las escuelas filosóficas de
los epicúreos, estoicos y escépticos; para lograr esto, el individuo debía
conseguir primeramente lo que ellos reconocen como: ataraxia.
Gracias a “la ataraxia” el sujeto, mediante la disminución de la
intensidad de sus pasiones y deseos, y la fortaleza frente a la adversidad,
alcanza el equilibrio y finalmente la felicidad.
La ataraxia o «ausencia de turbación» desde el punto de vista de estas
escuelas, es la disposición del ánimo para vencer todo aquello que es
producto de pasiones, placeres, emociones y sentimientos.
Puede decirse que ataraxia es, por tanto, tranquilidad, serenidad e
imperturbabilidad en relación con el alma, la razón y los sentimientos.
Según Epicuro, existen dos clases de deseos: los naturales necesarios,
relacionados con la supervivencia; y los naturales no necesarios, que
provienen de la cultura, política y vida social.
La satisfacción de los deseos es lo que produciría placer, el cual a su
vez, para los epicureístas es lo que conduce a la felicidad, sin embargo,
existen placeres que son completamente vanos y que conducen a un dolor
mayor que el placer inicial, estos placeres producen intranquilidad y deben
ser evitados por la razón, ya que alejan de la "ataraxia".
La filosofía es una vía hacia la ataraxia, ya que esta es considerada
también: «la tranquilidad espiritual propia del sabio que distingue los deseos
naturales de los que no lo son y es capaz de alejarse de aquello que es vano».
Los placeres están divididos en:
1. Los placeres naturales y necesarios:
Todo aquello que tienen que ver con la vida del individuo (comer,
vestir, dormir, vivir, etc.)
2. Los placeres naturales no necesarios:
Todo lo que constituye una variación superflua de los placeres
naturales (comer bien, vestir bien, etc.)
3. Los placeres no naturales y no necesarios:
Todo lo vano, producto de opiniones fútiles de los hombres (deseo de
poder, honor, reconocimiento etc.)
Desde el punto de vista de los epicúreos, los placeres naturales no
necesarios y los no naturales y no necesarios en vez de quitar los dolores del
cuerpo y las mortificaciones del alma; siempre llevan problemas al espíritu,
el entendimiento y la razón.
El estoicismo considera que la vía para llegar a la ataraxia es alcanzar la
libertad y la tranquilidad sólo siendo ajeno a las comodidades materiales, la
fortuna externa, y dedicándose a una vida guiada por los principios de la
razón y la virtud.
Cabe aclarar que los estoicos o el estoicismo, es la última escuela
filosófica griega de la antigüedad, la cual continuó hasta que en el año 529
d.C. el emperador Justiniano clausuró la Escuela de Atenas.
Esta doctrina asume una concepción materialista de la naturaleza,
siguieron fielmente la creencia de Heráclito de que la sustancia primera se
halla en el fuego y en la veneración del logos; que identificaban con la
energía, la ley, la razón y la providencia; todas ellas encontradas en la
naturaleza.
Para ellos la "ataraxia" consiste principalmente en adecuar los deseos
propios a la racionalidad de la naturaleza o logos.
Esto puede lograrse aprendiendo a diferenciar las cosas que dependen
del propio sujeto de las que son independientes de éste.
Para esto también es necesario, en pos de encontrar la ataraxia, eliminar
los miedos a los dioses y a la muerte, así como no quejarse por las
inclemencias del destino.
En el caso de los escépticos, una corriente filosóficabasada en la duda, no
creen en una verdad objetiva porque todo es subjetivo, dependiendo del
sujeto que estudia y no del objeto estudiado.
Promulgan la suspensión dejuicio (a priori, universal y necesario); porque
al no creer en nada, no entraban en conflictos con nadie, para conseguir la
ataraxia, como serenidad e imperturbabilidad del ánimo.
Incluso podemos encontrar en algunas filosofías espirituales como
El Budismo, algunos conceptos parecidos como es afirmar que la causa
principal del dolor por desasosiego es el deseo.
Para la mayoría de los pensadores budistas cualquier deseo, que por el
simple hecho de estar siempre asociado al temor y la esperanza, desasosiega
al corazón. Por lo que la fuga o redención del dolor yacen en la extinción o
desnudez –nirvana- de todo deseo o afección perturbadora, como
especialmente del deseo de vivir.
Otro término filosófico que puede señalarse como la base de la
indiferencia es epojé.
Epojé «suspensión» transliterado a veces también
como epoché o epokhe, es un concepto originado en la filosofía griega,
utilizado principalmente por la corriente escéptica.
En los tiempos modernos el término o concepto de epojé, fue
revitalizado por Edmund Husserl, filósofo moravo, discípulo de Franz
Brentano y Carl Stumpf, es considerado fundador de la fenomenología
trascendental y, a través de ella, del movimiento fenomenológico.
Por fenomenología podemos entender: escuela o disciplina filosófica
que comprende un método y un programa de investigaciones. A este
proyecto filosófico se le llama también fenomenología trascendental.
Originariamente, según la definición dada por Sexto Empírico,
epojé significa un estado mental de «suspensión del juicio», un estado de la
conciencia en el cual ni se niega ni se afirma nada.
Para Husserl, la epojé, consiste en la «puesta entre paréntesis no sólo
de las doctrinas sobre la realidad sino también de la realidad misma».
El concepto de epojé jugó un rol importante en la corriente filosófica
de Pirrón.
Pirrón de Elis fue un filósofo griego de la Antigüedad clásica, y se le
considera el primer filósofo escéptico, y la inspiración de la escuela conocida
como pirronismo fundada por Enesidemo en el siglo I a. C.
Partiendo del supuesto de que no conocemos nada, Pirrón argumentó
que la actitud que más conviene adoptar es la epojé, es decir, la suspensión
del juicio o de la afirmación.
Con esto no intento afirmar que esta posición implica la idea de que no
tenemos ninguna posibilidad racional de elegir entre uno u otro curso de
acción.
Más bien, pretendo establecer la relación con el hecho de que un
determinado tipo de vida o acción no puede ser catalogado como el
«definitivamente correcto».
Tampoco quiero afirmar que los escépticos niegan dogmáticamente la
posibilidad de todo conocimiento: la misma palabra skepsis implica «siempre
buscar», «siempre investigar».
Definitivamente considero que sería contradictorio afirmar que ningún
“algo” o “alguien” puede ser objeto de conocimiento ya que, esa misma
declaración sería paradójicamente elevada a la categoría de algo que se
conoce.
Por otra parte, para Sexto Empírico, la epojé es «el estado de reposo
mental por el cual ni afirmamos ni negamos», o si se quiere una actitud
mental de imperturbabilidad o ataraxia.
Sexto Empírico, médico y filósofo griego, es uno de los más
importantes representantes del escepticismo pirroniano y fuente de la
mayoría de datos referentes a esta corriente filosófica.
Epojé tiene diferentes grados de «intensidad» según los distintos
filósofos de esta corriente. Abarca desde la suspensión radical del juicio,
hasta posiciones próximas del probabilismo.
En lo que respecta a aspectos prácticos, el concepto tendía a
confundirsecon la metripatía, que puede traducirsecomo la adopción de una
actitud de prudencia cuando se trata de evaluar sentencias de carácter
moral.
En la fenomenología de Husserl, el concepto de epojé se redefine de
una manera más radical, como un cambio fundamental de actitud no sólo
respecto al conocimiento y a las teorías ya existentes, sino también frente a
la realidad misma.
Este cambio de actitud Husserl lo describe con la frase: "poner entre
paréntesis". Esta sería un presupuesto del método para llegar a lo que
Husserl denomina reducción fenomenológica.
Tal radicalidad permite distinguir a la epoché en sentido husserliano,
no sólo de la epojé clásica, sino también de todo otro concepto con el que
puedan presentarse analogías, entre los que pueden citarse la
duda cartesiana o la abstención de explicaciones metafísicas propugnada
por Auguste Comte. Tampoco es para nada la negación de la realidad.
Ese cambio radical frente a la actitud «natural», nos pone en el umbral
del conocimiento filosófico.
Ferrater Mora en su diccionario de filosofía explica que en esa «puesta
entre paréntesis» no sólo van a quedar encerradas las doctrinas y teorías
respecto de la realidad, sino también, la realidad misma: como consecuencia
de ello, la realidad no resulta modificada sino «alterada». Sólo esta actitud
permitiría alcanzar la conciencia pura o transcendental.
Como todo en la vida, el problema de la indiferencia ocurre no en los
términos sino en las interpretaciones incorrectas de los mismos.
Por felicidad nunca deberá entenderse ausencia de dolor; más bien
como resultado del esfuerzo, trabajo y dedicación. Asimismo, por amor jamás
podrá considerarse como presencia de dolor y sufrimiento ya que la más
correcta aplicación de este término es: entrega, afecto, cariño, ternura,
bienestar, lealtad. De igual forma por libertad nunca deberá comprenderse
con la facultad de hacer lo que más plazca sin más bien resulta considerar a
esta como la expresión espontanea, racional y responsable de nuestra
voluntad.
Por otra parte en Heidegger encontramos dos conceptos maravillosos
para explicar la razón de la indiferencia, la existencia auténtica y la existencia
inauténtica de Martin Heidegger.
La auténtica es determinada por el sujeto, mientras que la no auténtica
es determinada por aquellos que rodean al sujeto y está basada más que en
el ser, en el se.
Por ejemplo la moda y sus tendencias, las supuestas corrientes
artísticas, las frivolidades y el esnobismo entre otros.
Antes de continuar les suplico otros cinco minutos para que reflexión
en esta frase de Friedrich Nietzsche:
“El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si
lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es
demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.”
¿Por qué somos indiferentes aún con nosotros?
Considero que tanto la filosofía como la teología y por supuesto el arte
hipermoderno, deben forzosamente contestar a la pregunta con la cual
iniciamos este apartado.
Es mi deber como poeta, novelista, cuentista, ensayista y pensador
dejar las bases necesarias para poder responder a esta interrogante.
Desde mi perspectiva teológica, filosófica y artística existe una
respuesta tripartita a la pregunta ¿Por qué somos indiferentes aún con
nosotros?
Sin profundizar mucho en argumentación, llegaré a las conclusiones en
una forma rápida. Somos indiferentes aún con nosotros por tres razones:
PRIMERA:
No nos conocemos, ignoramos quienes somos tanto en lo individual
como en el general. Esto es como ente independiente y libre así como ente
social sujeto a usos y costumbres, normas, reglamentos y leyes.
Esto parte porque es muy fácil ser indiferente ante lo que
desconocemos ya que, desde mi perspectiva, nosotros como seres humanos
somos ignorantes por naturaleza.
SEGUNDA:
Al ignorar quién soy, automáticamente también ignoro cuánto valgo; lo
importante que soy como individuo y también como miembro de una
comunidad o una ciudad.
Con el debido respeto que merecen para mí, algunos supuestos
filósofos, la falsedad más parecida a una verdad es la frase que reza: “Todos
somos necesarios pero nadie es indispensable.”
Las implicaciones morales, éticas, sociales, familiares e incluso
espirituales de este refrán son profundas y muy serias.
Permítanme citar unas sabias palabras del científico español Emilio
Ortega Casamayor:
“ Los microbios fueron los primeros seres vivos en aparecer en la Tierra
hace más de 3.000 millones de años y, desde entonces, han estado
interaccionando con la química y la geología de este planeta, aprendiendo a
utilizar un amplísimo repertorio de fuentes de energía y de alimento para su
supervivencia.
¿Sabía que dos kilos de nuestro peso corporal son microbios, y que por
cada microorganismo que causa enfermedades hay millones que son
beneficiosos? Estas son sólo dos de las facetas sorprendentes de estos seres
microscópicos que, a pesar de su mala imagen, tienen efectos muy positivos
para la vida.”
¿Qué tiene que ver este comentario con lo antes expuesto? La
respuesta es sencilla: Si un microorganismo es indispensable para la vida,
¿cuánto más serás tú y seré yo indispensables para el desarrollo no solo de la
vida sino del universo?
Alguna vez en tu vida te has preguntado: ¿Cuánto costó que yo
estuviera en este planeta? ¿Qué factores fueron indispensables que
ocurrieran para que yo viva en este tiempo, espacio y momento? ¿Si yo no
existiera como existo hoy, este mundo sería igual que en este momento o
diferente?
Cada uno de los que estamos hoy aquí reunidos somos como una
diminuta gota de agua derramada sobre un gran lago que estaba quieto;
cuando ocurrió la maravilla de que fuéramos concebidos, ocurrió en el
universo lo mismo que ocurre en ese enorme lago quieto cuando cae esa
diminuta gota de agua: una onda; nosotros provocamos una onda universal.
El suceso de nuestra vida ha provocado una serie de sucesos
entrelazados. Ahora vuelvo a preguntar: ¿Realmente no eres indispensable?
Tú al igual que yo somos tan indispensables como resulta el agua para
la subsistencia de la vida humana y de todo este planeta. Sin ti y sin mí las
cosas en este mundo fueran diferentes asíque, para que las cosas sean como
son hoy, todos aquí somos indispensables.
TERCERA:
Por supuesto que al ignorar quién soy y lo valioso que soy; por lo tanto
también ignoraré todo lo que soy capaz e incapaz de hacer, pero también
desconoceré mis límites tanto superiores como inferiores.
Esto es, cuando ignoro quién soy y lo que valgo como ser humano y
persona, soy ignorante de aquello que, por naturaleza me está permitido y
también de lo que no me está permitido hacer.
Asimismo, la percepción de lo correcto, incorrecto, debido, indebido,
apropiado, inapropiado, cierto, incierto e incluso bueno o malo está
completamente distorsionada en mí y comienzo a vivir una vida hueca, vacía,
ausente, desinteresada, indiferente.
Justamente cuando desconozco quién soy, cuánto valgo y de que soy
capaz de hacer comienzo a vivir la vida que otros quieren que viva. Hago lo
que para otros es correcto hacer. Pienso como otros quieren que piense. En
pocas palabra dejo de ser yo para volverme ustedes, aunque pocas veces
nosotros.
Aquí es donde comienza mi existencia inauténtica, la cual está
conducida por una conciencia errónea. Tengo conceptos falsos de lo que es el
bien, el mal y también los principios, valores y virtudes.
Es justamente aquí cuando desvaloro, deprecio, desprecio y solo
pienso en las finalidades más que en los valores. En pocas palabras, me he
vuelto parte de la tribu, soy lo que no debo ni quiero ser porque otros así lo
han decidido.
Es muy fácil vivir así, sin compromisos, responsabilidades, obligaciones
y deberes; como también es sencillo disfrazarme de algo que no soy. Tal vez
como un buen hombre de trabajo, sumergido en la mediocridad y el
aburrimiento, la frustración y la desesperanza.
Aquí, en este estado de conciencia y existencia, la frivolidad es belleza,
la ignorancia virtud y la indiferencia paz y tranquilidad. Todo mi ser está
distorsionado.
Para que tú sepas quien eres sigue la ruta que te ofrezco: Lo que
anhelas, eso imaginas. Lo que imaginas, en eso piensas. De lo que piensas, de
eso hablas. Lo que hablas, eso haces. Lo que hace eso eres. Por lo tanto eres
lo que anhelas porque lo haces.
¿Cuáles son tus anhelos? o en otras palabras: ¿Cuál es tu sueño? Ante
esta pregunta tengo otras preguntas para ti y para mí: ¿Estás viviendo tus
anhelos? ¿Realmente estas siguiendo tus sueños? ¿Estás haciendo lo que
actualmente haces porque realmente crees en lo que haces o porque te
dijeron que lo hicieras?
Aún lo actos más sublimes, nobles, extraordinarios son nada cuando
son realizados sin convicción y más aún sin fe que derribe todos los
obstáculos; sin amor que limpie todos los escombros quedejas al derribar los
obstáculos y sin esperanza de que puedes mover y limpiar los obstáculos y
los escombros.
No en vano dice el Pablo: “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y
no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y
si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si
tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor,
nada soy. Y sirepartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si
entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.”
Antes de continuar con el tema te suplico nuevamente reflexiones en
las siguientes frases de Aristóteles: "Somos lo que hacemos repetidamente.
La excelencia, entonces, no es un acto; es un hábito." "Adquirir desde
jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una
importancia absoluta."
Te reto a que contestes a la siguiente pregunta: ¿Quién soy?
¿Cómo podemos dejar de ser indiferentes
e involucrarnos más con los problemas del día a día?
El mal, lo incorrecto, lo indebido, lo inapropiado, lo absurdo, lo injusto
y todo aquello que es ofensivo y molesto a la dignidad humana existe en este
mundo porque la mayoría de las personas tenemos día a día excelentes
ejemplos de cómo practicar lo que no debemos practicar.
Los ejemplos incorrectos son tan correctos que dejan un mensaje
profundo en nuestras mentes. Todos los días nos topamos con personas que
hacen lo que no deben hacer y no les pasa, sucede y acontece algo patético,
aparentemente.
Es más, esta ironía es muy antigua. En el relato del Génesis Hebreo dice
que Dios ordenó al hombre no comer del fruto del árbol del conocimientos
de la ciencia del bien y del mal porque: “porque el día que lo hicieres
ciertamente morirás.” Dice el texto sagrado.
Yo era un niño cuando leí por primera vez este fragmento del antiguo
testamento. Cuando el hombre desobedeció la orden de no comer de ese
fruto imaginé que a Adán y a Eva les iría peor que a mí cuando desobedecía a
mi madre. Cuál ha de ser mi sorpresa que Dios, en lugar de aniquilar al
hombre y a la mujer por su rebeldía, cubrió sus cuerpos con pieles. Dije yo
ente mí: “que mala honda que mi mamá no estaba ahí, con ella a cargo a ese
para de desobedientes mínimo les hubieran tocado cinco cintarazos con la
cuerda de cuero mojada.”
En este mundo tenemos tantos malos ejemplos que en ocasiones no
podemos escuchar esa voz interior que nos dice: Involúcrate más en cosas
que valgan la pena. Invierte tiempo, dinero, talento, capacidad en hacer algo
diferente.
Un querido amigo, Don Ignacio Reyes Medellín, cuando le pregunté
cómo podía ser una mejor persona él respondió muy sensatamente: “La
mejor manera de construir un edificio es contrayéndolo.”
Efectivamente, la mejor forma de dejar de ser indiferente es dejando
de ser indiferente. Involucrándome en actividades que no solo me animen,
recreen y entusiasmen sino que, además, dignifiquen, honren y enaltezcan a
mis semejantes.
Pocas ocasiones he tenido la oportunidad de escuchar palabras tan
sabias como las de Don Nacho, las cuales son tan profundas como las de Dina
de Zamora, otra amiga muy coherente. Llegué confundido hasta donde ella
estaba, comenté con ella que tenía una duda y atentamente escucho mi
conflicto.
Yo tenía que decidir si asistir el jueves con mi equipo de básquetbol de
la Delegación Benito Juárez en el Distrito Federal al partido de semifinales o,
acompañar a los jóvenes de una agrupación de beneficencia a convivir con
niños huérfanos y abandonados de un orfanatorio en el estado de Morelos.
Al final Dina solo dijo: “Ricardo, eres un ser afortunado, la vida te ha
puesto en esta encrucijada, ahora deberás decidir entre lo bueno y lo mejor.
¿Qué es lo mejor para ti? No porque siempre hagamos lo bueno, quiere decir
que estemos dando lo mejor de nosotros mismos Ricardo.”
Está por demás decirles que el partido de baloncesto que jugué aquel
día fue el mejor partido que jugué toda mi vida. Los niños me decían con
bellas sonrisas en sus rostros ¡pásamela! ¡pásamela! ¡a mí! ¡a mí! Nunca más
volví a participar en un torneo delegacional, quede expulsado por mi falta de
compromiso y de responsabilidad; pero la sonrisa de esos niños nunca la
olvidaré.
Antes de continuar con la siguiente pregunta, nuevamente te pido
unos minutos para que reflexiones ahora en esta frase de Martín Luter King:
“Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de
los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.”
¿Qué beneficios arroja dejar de ser indiferentes?
Así como la indiferencia trae consigo grandes y drásticas consecuencias
en el individuo, como son por ejemplo una sensación de vacío, frustración,
desesperanza, desamor, insensibilidad y falta de emotividad. El ser deferente
con las personas, sobre todo con las más necesitadas, tiene sus beneficios.
Nunca es tarde para hacer lo correcto y cumplir con el deber ser:
Nuestro ser fue diseñado para lo bueno, lo justo, la amable.
Un ejemplo clásico sobre lo anterior y de que el ser humano siempre
prefiere lo bueno y lo correcto: cuando decimos a una persona que sí que le
gustaría recibir en su cumpleaños y ponemos dos opciones, si un kilo de
excremento de vaca o un anillo de oro de 18 quilates con un rubí.
Normalmente las personas sometidas a esta prueba eligen el anillo.
Todos buscamos, queremos, deseamos, anhelamos y soñamos con lo
bueno, el bien y lo bondadoso porque no solo ocupamos de eso sino que
también tenemos la capacidad de darlo.
Hace algunos años, un maestro amigo mío, en el Seminario Teológico
de Puebla me dijo: “Ricardo, siempre será mejor dar que recibir; pero
también es importante que cuando des, que tu mano izquierda no sepa lo
que hace tu derecha porque, cuando haces alarde de las cosas buenas que
haces, es como si no las hicieras.”
Que razón tenía mi querido maestro Roberto Lloyd, cuando dejamos
de ser indiferentes experimentamos la esencia del amor en nosotros. Amor
por uno mismo, porque al dar, al participar en actividades que enaltecen al
prójimo, al involucrarnos con grupos que trabajan a favor y bien de la
comunidad y de la ciudadanía; entonces nos estamos volviendo mejores
personas.
Los actos de amor más sublimes son los más sencillos, tal vez los más
insignificantes; pero son los que más satisfacción y beneplácito arrojan.
Recuerdo que durante una plática impartida por un amigo pastor, Don
Alejandro Zamora, él decía a la concurrencia: “Las obras buenas que vas a
hacer hoy, están listas para que tú las hagas y nadie más. Aquel hombre que
se te acerca y te pide una moneda, él ya estaba listo para que tú le dieras esa
moneda. Incluso el drogadicto que se te acerca en la calle pidiendo para
comer un taco, él también fue puesto ahí para que tú hicieras lo debes hacer,
el bien, lo bueno. No pierdas la oportunidad que se te está ofreciendo, no
vaya a ser que cuando reacciones, esa buena obra ya no esté a tu alcance.”
Curiosamente, después de esa plática yo tenía mis dudas, de hecho me
preguntaba por qué tenía que dar a los más necesitados si de todas formas
ellos estaban así porquequerían estar. Cuando salí del salón de conferencias,
justamente a la entrada llegó un hombre desalineado, recuerdo bien, era un
anciano. Con la espalda medio jorobada, descalzo, con una barba
ennegrecida por falta de baño y con la piel llena de costras de mugre, grasa y
polvo. Extendió sus manos sucias hacia mí y sin decir palabra me pidió una
moneda. Yo dije con mi cabeza que no y voltee para otro lado.
En eso vinieron a mi mente las palabras de Don Alejandro, saqué una
moneda del bolso de mi pantalón, pero cual ha de ser mi sorpresa, aquel
hombreya no estaba, con la mirada lo busque, pero jamás lo volví a ver; pero
si sigo escuchando la voz de mi conciencia que me dice: “tuviste la
oportunidad de hacer lo bueno y no lo hiciste.”
Antes de que tú mismo des las conclusiones a esta plática, nuevamente
te suplico reflexiones sobre estas frases de Martin Luter King:
“Al final, no nos acordaremos tanto de las palabras de nuestros
enemigos, sino de los silencios de nuestros amigos…He decidido apostar por
el amor. El odio y la indiferencia son cargas demasiado pesadas.”
Lo único que puedo decirles es que los amo. Besos y abrazos para
todos.

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Digamos no a la indiferencia

  • 1. DIGAMOS NO A LA INDIFERENCIA POR RICARDO JIMENEZ REYNA INTRODUCCIÓN Según el Diccionario Ideológico de la Lengua Española de Julio Cásares, miembro de la Real Academia Española de La Lengua; la palabra indiferencia significa: Estado del ánimo en que no se siente inclinación ni repugnancia respecto de una persona o cosa. Jorge González More, poeta y escritor colombiano, dice que: “La indiferencia es el apoyo silencioso a favor de la injusticia” asimismo apunta: “La indiferencia endurece el corazón y es capaz de eliminar cualquier rastro de afecto.” Desde mi perspectiva muy personal, la indiferencia es sinónimo de desamor y frivolidad; de hecho, el destacado escritor húngaro Elie Wiesel establece: “Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia. Lo contrario de la belleza no es la fealdad, es la indiferencia. Lo contrario de la fe no es herejía, es la indiferencia. Y lo contrario de la vida no es la muerte, sino la indiferencia entre la vida y la muerte.”
  • 2. Por otra parte también puedo afirmar que las palabras impasibilidad, insensibilidad, neutralidad, desinterés, apatía, indolencia, desgana y tibieza son sinónimo del término indiferencia. Ahora entiendo las razones quetuvo el escritor del Libro de Apocalipsis para decir: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” Asimismo comprendo los motivos del evangelista cuando enfatiza en las palabras de su personaje central, Jesús, al afirmar: “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.” Durante esta plática, trataré de responder a las siguientes preguntas: ¿Cuál es el origen de la indiferencia? ¿Por qué somos indiferentes aún con nosotros? ¿Cómo podemos dejar de ser indiferentes e involucrarnos más con los problemas del día a día? ¿Qué beneficios arroja dejar de ser indiferentes?
  • 3. Antes de continuar te voy a pedir que me obsequies cinco minutos de tu valioso tiempo y te detengas a reflexionar en la siguiente frase de la Madre Teresa de Calcuta: “La mayor enfermedad hoy día no es la lepra ni la tuberculosis sino más bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos. El mayor mal es la falta de amor y caridad, la terrible indiferencia hacia nuestro vecino que vive al lado de la calle, asaltado por la explotación, corrupción, pobreza y enfermedad.” Te suplico por favor que hagas las anotaciones pertinentes a tus reflexiones; si después de este ejercicio consideras que lo que veremos aquí no será para tu provecho, puedes retirarte. Pero si crees que tanto tú como todos los que te rodean serán mejores personas después de esta plática, gracias por quedarte.
  • 4. ¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LA INDIFERENCIA? La felicidad, es el fin último que buscan las escuelas filosóficas de los epicúreos, estoicos y escépticos; para lograr esto, el individuo debía conseguir primeramente lo que ellos reconocen como: ataraxia. Gracias a “la ataraxia” el sujeto, mediante la disminución de la intensidad de sus pasiones y deseos, y la fortaleza frente a la adversidad, alcanza el equilibrio y finalmente la felicidad. La ataraxia o «ausencia de turbación» desde el punto de vista de estas escuelas, es la disposición del ánimo para vencer todo aquello que es producto de pasiones, placeres, emociones y sentimientos. Puede decirse que ataraxia es, por tanto, tranquilidad, serenidad e imperturbabilidad en relación con el alma, la razón y los sentimientos. Según Epicuro, existen dos clases de deseos: los naturales necesarios, relacionados con la supervivencia; y los naturales no necesarios, que provienen de la cultura, política y vida social. La satisfacción de los deseos es lo que produciría placer, el cual a su vez, para los epicureístas es lo que conduce a la felicidad, sin embargo,
  • 5. existen placeres que son completamente vanos y que conducen a un dolor mayor que el placer inicial, estos placeres producen intranquilidad y deben ser evitados por la razón, ya que alejan de la "ataraxia". La filosofía es una vía hacia la ataraxia, ya que esta es considerada también: «la tranquilidad espiritual propia del sabio que distingue los deseos naturales de los que no lo son y es capaz de alejarse de aquello que es vano». Los placeres están divididos en: 1. Los placeres naturales y necesarios: Todo aquello que tienen que ver con la vida del individuo (comer, vestir, dormir, vivir, etc.) 2. Los placeres naturales no necesarios: Todo lo que constituye una variación superflua de los placeres naturales (comer bien, vestir bien, etc.) 3. Los placeres no naturales y no necesarios: Todo lo vano, producto de opiniones fútiles de los hombres (deseo de poder, honor, reconocimiento etc.) Desde el punto de vista de los epicúreos, los placeres naturales no necesarios y los no naturales y no necesarios en vez de quitar los dolores del cuerpo y las mortificaciones del alma; siempre llevan problemas al espíritu, el entendimiento y la razón.
  • 6. El estoicismo considera que la vía para llegar a la ataraxia es alcanzar la libertad y la tranquilidad sólo siendo ajeno a las comodidades materiales, la fortuna externa, y dedicándose a una vida guiada por los principios de la razón y la virtud. Cabe aclarar que los estoicos o el estoicismo, es la última escuela filosófica griega de la antigüedad, la cual continuó hasta que en el año 529 d.C. el emperador Justiniano clausuró la Escuela de Atenas. Esta doctrina asume una concepción materialista de la naturaleza, siguieron fielmente la creencia de Heráclito de que la sustancia primera se halla en el fuego y en la veneración del logos; que identificaban con la energía, la ley, la razón y la providencia; todas ellas encontradas en la naturaleza. Para ellos la "ataraxia" consiste principalmente en adecuar los deseos propios a la racionalidad de la naturaleza o logos. Esto puede lograrse aprendiendo a diferenciar las cosas que dependen del propio sujeto de las que son independientes de éste.
  • 7. Para esto también es necesario, en pos de encontrar la ataraxia, eliminar los miedos a los dioses y a la muerte, así como no quejarse por las inclemencias del destino. En el caso de los escépticos, una corriente filosóficabasada en la duda, no creen en una verdad objetiva porque todo es subjetivo, dependiendo del sujeto que estudia y no del objeto estudiado. Promulgan la suspensión dejuicio (a priori, universal y necesario); porque al no creer en nada, no entraban en conflictos con nadie, para conseguir la ataraxia, como serenidad e imperturbabilidad del ánimo. Incluso podemos encontrar en algunas filosofías espirituales como El Budismo, algunos conceptos parecidos como es afirmar que la causa principal del dolor por desasosiego es el deseo. Para la mayoría de los pensadores budistas cualquier deseo, que por el simple hecho de estar siempre asociado al temor y la esperanza, desasosiega al corazón. Por lo que la fuga o redención del dolor yacen en la extinción o desnudez –nirvana- de todo deseo o afección perturbadora, como especialmente del deseo de vivir.
  • 8. Otro término filosófico que puede señalarse como la base de la indiferencia es epojé. Epojé «suspensión» transliterado a veces también como epoché o epokhe, es un concepto originado en la filosofía griega, utilizado principalmente por la corriente escéptica. En los tiempos modernos el término o concepto de epojé, fue revitalizado por Edmund Husserl, filósofo moravo, discípulo de Franz Brentano y Carl Stumpf, es considerado fundador de la fenomenología trascendental y, a través de ella, del movimiento fenomenológico. Por fenomenología podemos entender: escuela o disciplina filosófica que comprende un método y un programa de investigaciones. A este proyecto filosófico se le llama también fenomenología trascendental. Originariamente, según la definición dada por Sexto Empírico, epojé significa un estado mental de «suspensión del juicio», un estado de la conciencia en el cual ni se niega ni se afirma nada. Para Husserl, la epojé, consiste en la «puesta entre paréntesis no sólo de las doctrinas sobre la realidad sino también de la realidad misma».
  • 9. El concepto de epojé jugó un rol importante en la corriente filosófica de Pirrón. Pirrón de Elis fue un filósofo griego de la Antigüedad clásica, y se le considera el primer filósofo escéptico, y la inspiración de la escuela conocida como pirronismo fundada por Enesidemo en el siglo I a. C. Partiendo del supuesto de que no conocemos nada, Pirrón argumentó que la actitud que más conviene adoptar es la epojé, es decir, la suspensión del juicio o de la afirmación. Con esto no intento afirmar que esta posición implica la idea de que no tenemos ninguna posibilidad racional de elegir entre uno u otro curso de acción. Más bien, pretendo establecer la relación con el hecho de que un determinado tipo de vida o acción no puede ser catalogado como el «definitivamente correcto». Tampoco quiero afirmar que los escépticos niegan dogmáticamente la posibilidad de todo conocimiento: la misma palabra skepsis implica «siempre buscar», «siempre investigar».
  • 10. Definitivamente considero que sería contradictorio afirmar que ningún “algo” o “alguien” puede ser objeto de conocimiento ya que, esa misma declaración sería paradójicamente elevada a la categoría de algo que se conoce. Por otra parte, para Sexto Empírico, la epojé es «el estado de reposo mental por el cual ni afirmamos ni negamos», o si se quiere una actitud mental de imperturbabilidad o ataraxia. Sexto Empírico, médico y filósofo griego, es uno de los más importantes representantes del escepticismo pirroniano y fuente de la mayoría de datos referentes a esta corriente filosófica. Epojé tiene diferentes grados de «intensidad» según los distintos filósofos de esta corriente. Abarca desde la suspensión radical del juicio, hasta posiciones próximas del probabilismo. En lo que respecta a aspectos prácticos, el concepto tendía a confundirsecon la metripatía, que puede traducirsecomo la adopción de una actitud de prudencia cuando se trata de evaluar sentencias de carácter moral.
  • 11. En la fenomenología de Husserl, el concepto de epojé se redefine de una manera más radical, como un cambio fundamental de actitud no sólo respecto al conocimiento y a las teorías ya existentes, sino también frente a la realidad misma. Este cambio de actitud Husserl lo describe con la frase: "poner entre paréntesis". Esta sería un presupuesto del método para llegar a lo que Husserl denomina reducción fenomenológica. Tal radicalidad permite distinguir a la epoché en sentido husserliano, no sólo de la epojé clásica, sino también de todo otro concepto con el que puedan presentarse analogías, entre los que pueden citarse la duda cartesiana o la abstención de explicaciones metafísicas propugnada por Auguste Comte. Tampoco es para nada la negación de la realidad. Ese cambio radical frente a la actitud «natural», nos pone en el umbral del conocimiento filosófico. Ferrater Mora en su diccionario de filosofía explica que en esa «puesta entre paréntesis» no sólo van a quedar encerradas las doctrinas y teorías respecto de la realidad, sino también, la realidad misma: como consecuencia
  • 12. de ello, la realidad no resulta modificada sino «alterada». Sólo esta actitud permitiría alcanzar la conciencia pura o transcendental. Como todo en la vida, el problema de la indiferencia ocurre no en los términos sino en las interpretaciones incorrectas de los mismos. Por felicidad nunca deberá entenderse ausencia de dolor; más bien como resultado del esfuerzo, trabajo y dedicación. Asimismo, por amor jamás podrá considerarse como presencia de dolor y sufrimiento ya que la más correcta aplicación de este término es: entrega, afecto, cariño, ternura, bienestar, lealtad. De igual forma por libertad nunca deberá comprenderse con la facultad de hacer lo que más plazca sin más bien resulta considerar a esta como la expresión espontanea, racional y responsable de nuestra voluntad. Por otra parte en Heidegger encontramos dos conceptos maravillosos para explicar la razón de la indiferencia, la existencia auténtica y la existencia inauténtica de Martin Heidegger. La auténtica es determinada por el sujeto, mientras que la no auténtica es determinada por aquellos que rodean al sujeto y está basada más que en el ser, en el se.
  • 13. Por ejemplo la moda y sus tendencias, las supuestas corrientes artísticas, las frivolidades y el esnobismo entre otros. Antes de continuar les suplico otros cinco minutos para que reflexión en esta frase de Friedrich Nietzsche: “El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.”
  • 14. ¿Por qué somos indiferentes aún con nosotros? Considero que tanto la filosofía como la teología y por supuesto el arte hipermoderno, deben forzosamente contestar a la pregunta con la cual iniciamos este apartado. Es mi deber como poeta, novelista, cuentista, ensayista y pensador dejar las bases necesarias para poder responder a esta interrogante. Desde mi perspectiva teológica, filosófica y artística existe una respuesta tripartita a la pregunta ¿Por qué somos indiferentes aún con nosotros? Sin profundizar mucho en argumentación, llegaré a las conclusiones en una forma rápida. Somos indiferentes aún con nosotros por tres razones: PRIMERA: No nos conocemos, ignoramos quienes somos tanto en lo individual como en el general. Esto es como ente independiente y libre así como ente social sujeto a usos y costumbres, normas, reglamentos y leyes. Esto parte porque es muy fácil ser indiferente ante lo que desconocemos ya que, desde mi perspectiva, nosotros como seres humanos somos ignorantes por naturaleza.
  • 15. SEGUNDA: Al ignorar quién soy, automáticamente también ignoro cuánto valgo; lo importante que soy como individuo y también como miembro de una comunidad o una ciudad. Con el debido respeto que merecen para mí, algunos supuestos filósofos, la falsedad más parecida a una verdad es la frase que reza: “Todos somos necesarios pero nadie es indispensable.” Las implicaciones morales, éticas, sociales, familiares e incluso espirituales de este refrán son profundas y muy serias. Permítanme citar unas sabias palabras del científico español Emilio Ortega Casamayor: “ Los microbios fueron los primeros seres vivos en aparecer en la Tierra hace más de 3.000 millones de años y, desde entonces, han estado interaccionando con la química y la geología de este planeta, aprendiendo a utilizar un amplísimo repertorio de fuentes de energía y de alimento para su supervivencia. ¿Sabía que dos kilos de nuestro peso corporal son microbios, y que por cada microorganismo que causa enfermedades hay millones que son
  • 16. beneficiosos? Estas son sólo dos de las facetas sorprendentes de estos seres microscópicos que, a pesar de su mala imagen, tienen efectos muy positivos para la vida.” ¿Qué tiene que ver este comentario con lo antes expuesto? La respuesta es sencilla: Si un microorganismo es indispensable para la vida, ¿cuánto más serás tú y seré yo indispensables para el desarrollo no solo de la vida sino del universo? Alguna vez en tu vida te has preguntado: ¿Cuánto costó que yo estuviera en este planeta? ¿Qué factores fueron indispensables que ocurrieran para que yo viva en este tiempo, espacio y momento? ¿Si yo no existiera como existo hoy, este mundo sería igual que en este momento o diferente? Cada uno de los que estamos hoy aquí reunidos somos como una diminuta gota de agua derramada sobre un gran lago que estaba quieto; cuando ocurrió la maravilla de que fuéramos concebidos, ocurrió en el universo lo mismo que ocurre en ese enorme lago quieto cuando cae esa diminuta gota de agua: una onda; nosotros provocamos una onda universal.
  • 17. El suceso de nuestra vida ha provocado una serie de sucesos entrelazados. Ahora vuelvo a preguntar: ¿Realmente no eres indispensable? Tú al igual que yo somos tan indispensables como resulta el agua para la subsistencia de la vida humana y de todo este planeta. Sin ti y sin mí las cosas en este mundo fueran diferentes asíque, para que las cosas sean como son hoy, todos aquí somos indispensables. TERCERA: Por supuesto que al ignorar quién soy y lo valioso que soy; por lo tanto también ignoraré todo lo que soy capaz e incapaz de hacer, pero también desconoceré mis límites tanto superiores como inferiores. Esto es, cuando ignoro quién soy y lo que valgo como ser humano y persona, soy ignorante de aquello que, por naturaleza me está permitido y también de lo que no me está permitido hacer. Asimismo, la percepción de lo correcto, incorrecto, debido, indebido, apropiado, inapropiado, cierto, incierto e incluso bueno o malo está completamente distorsionada en mí y comienzo a vivir una vida hueca, vacía, ausente, desinteresada, indiferente.
  • 18. Justamente cuando desconozco quién soy, cuánto valgo y de que soy capaz de hacer comienzo a vivir la vida que otros quieren que viva. Hago lo que para otros es correcto hacer. Pienso como otros quieren que piense. En pocas palabra dejo de ser yo para volverme ustedes, aunque pocas veces nosotros. Aquí es donde comienza mi existencia inauténtica, la cual está conducida por una conciencia errónea. Tengo conceptos falsos de lo que es el bien, el mal y también los principios, valores y virtudes. Es justamente aquí cuando desvaloro, deprecio, desprecio y solo pienso en las finalidades más que en los valores. En pocas palabras, me he vuelto parte de la tribu, soy lo que no debo ni quiero ser porque otros así lo han decidido. Es muy fácil vivir así, sin compromisos, responsabilidades, obligaciones y deberes; como también es sencillo disfrazarme de algo que no soy. Tal vez como un buen hombre de trabajo, sumergido en la mediocridad y el aburrimiento, la frustración y la desesperanza.
  • 19. Aquí, en este estado de conciencia y existencia, la frivolidad es belleza, la ignorancia virtud y la indiferencia paz y tranquilidad. Todo mi ser está distorsionado. Para que tú sepas quien eres sigue la ruta que te ofrezco: Lo que anhelas, eso imaginas. Lo que imaginas, en eso piensas. De lo que piensas, de eso hablas. Lo que hablas, eso haces. Lo que hace eso eres. Por lo tanto eres lo que anhelas porque lo haces. ¿Cuáles son tus anhelos? o en otras palabras: ¿Cuál es tu sueño? Ante esta pregunta tengo otras preguntas para ti y para mí: ¿Estás viviendo tus anhelos? ¿Realmente estas siguiendo tus sueños? ¿Estás haciendo lo que actualmente haces porque realmente crees en lo que haces o porque te dijeron que lo hicieras? Aún lo actos más sublimes, nobles, extraordinarios son nada cuando son realizados sin convicción y más aún sin fe que derribe todos los obstáculos; sin amor que limpie todos los escombros quedejas al derribar los obstáculos y sin esperanza de que puedes mover y limpiar los obstáculos y los escombros.
  • 20. No en vano dice el Pablo: “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y sirepartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.” Antes de continuar con el tema te suplico nuevamente reflexiones en las siguientes frases de Aristóteles: "Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto; es un hábito." "Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta." Te reto a que contestes a la siguiente pregunta: ¿Quién soy?
  • 21. ¿Cómo podemos dejar de ser indiferentes e involucrarnos más con los problemas del día a día? El mal, lo incorrecto, lo indebido, lo inapropiado, lo absurdo, lo injusto y todo aquello que es ofensivo y molesto a la dignidad humana existe en este mundo porque la mayoría de las personas tenemos día a día excelentes ejemplos de cómo practicar lo que no debemos practicar. Los ejemplos incorrectos son tan correctos que dejan un mensaje profundo en nuestras mentes. Todos los días nos topamos con personas que hacen lo que no deben hacer y no les pasa, sucede y acontece algo patético, aparentemente. Es más, esta ironía es muy antigua. En el relato del Génesis Hebreo dice que Dios ordenó al hombre no comer del fruto del árbol del conocimientos de la ciencia del bien y del mal porque: “porque el día que lo hicieres ciertamente morirás.” Dice el texto sagrado. Yo era un niño cuando leí por primera vez este fragmento del antiguo testamento. Cuando el hombre desobedeció la orden de no comer de ese fruto imaginé que a Adán y a Eva les iría peor que a mí cuando desobedecía a
  • 22. mi madre. Cuál ha de ser mi sorpresa que Dios, en lugar de aniquilar al hombre y a la mujer por su rebeldía, cubrió sus cuerpos con pieles. Dije yo ente mí: “que mala honda que mi mamá no estaba ahí, con ella a cargo a ese para de desobedientes mínimo les hubieran tocado cinco cintarazos con la cuerda de cuero mojada.” En este mundo tenemos tantos malos ejemplos que en ocasiones no podemos escuchar esa voz interior que nos dice: Involúcrate más en cosas que valgan la pena. Invierte tiempo, dinero, talento, capacidad en hacer algo diferente. Un querido amigo, Don Ignacio Reyes Medellín, cuando le pregunté cómo podía ser una mejor persona él respondió muy sensatamente: “La mejor manera de construir un edificio es contrayéndolo.” Efectivamente, la mejor forma de dejar de ser indiferente es dejando de ser indiferente. Involucrándome en actividades que no solo me animen, recreen y entusiasmen sino que, además, dignifiquen, honren y enaltezcan a mis semejantes. Pocas ocasiones he tenido la oportunidad de escuchar palabras tan sabias como las de Don Nacho, las cuales son tan profundas como las de Dina
  • 23. de Zamora, otra amiga muy coherente. Llegué confundido hasta donde ella estaba, comenté con ella que tenía una duda y atentamente escucho mi conflicto. Yo tenía que decidir si asistir el jueves con mi equipo de básquetbol de la Delegación Benito Juárez en el Distrito Federal al partido de semifinales o, acompañar a los jóvenes de una agrupación de beneficencia a convivir con niños huérfanos y abandonados de un orfanatorio en el estado de Morelos. Al final Dina solo dijo: “Ricardo, eres un ser afortunado, la vida te ha puesto en esta encrucijada, ahora deberás decidir entre lo bueno y lo mejor. ¿Qué es lo mejor para ti? No porque siempre hagamos lo bueno, quiere decir que estemos dando lo mejor de nosotros mismos Ricardo.” Está por demás decirles que el partido de baloncesto que jugué aquel día fue el mejor partido que jugué toda mi vida. Los niños me decían con bellas sonrisas en sus rostros ¡pásamela! ¡pásamela! ¡a mí! ¡a mí! Nunca más volví a participar en un torneo delegacional, quede expulsado por mi falta de compromiso y de responsabilidad; pero la sonrisa de esos niños nunca la olvidaré.
  • 24. Antes de continuar con la siguiente pregunta, nuevamente te pido unos minutos para que reflexiones ahora en esta frase de Martín Luter King: “Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.”
  • 25. ¿Qué beneficios arroja dejar de ser indiferentes? Así como la indiferencia trae consigo grandes y drásticas consecuencias en el individuo, como son por ejemplo una sensación de vacío, frustración, desesperanza, desamor, insensibilidad y falta de emotividad. El ser deferente con las personas, sobre todo con las más necesitadas, tiene sus beneficios. Nunca es tarde para hacer lo correcto y cumplir con el deber ser: Nuestro ser fue diseñado para lo bueno, lo justo, la amable. Un ejemplo clásico sobre lo anterior y de que el ser humano siempre prefiere lo bueno y lo correcto: cuando decimos a una persona que sí que le gustaría recibir en su cumpleaños y ponemos dos opciones, si un kilo de excremento de vaca o un anillo de oro de 18 quilates con un rubí. Normalmente las personas sometidas a esta prueba eligen el anillo. Todos buscamos, queremos, deseamos, anhelamos y soñamos con lo bueno, el bien y lo bondadoso porque no solo ocupamos de eso sino que también tenemos la capacidad de darlo.
  • 26. Hace algunos años, un maestro amigo mío, en el Seminario Teológico de Puebla me dijo: “Ricardo, siempre será mejor dar que recibir; pero también es importante que cuando des, que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha porque, cuando haces alarde de las cosas buenas que haces, es como si no las hicieras.” Que razón tenía mi querido maestro Roberto Lloyd, cuando dejamos de ser indiferentes experimentamos la esencia del amor en nosotros. Amor por uno mismo, porque al dar, al participar en actividades que enaltecen al prójimo, al involucrarnos con grupos que trabajan a favor y bien de la comunidad y de la ciudadanía; entonces nos estamos volviendo mejores personas. Los actos de amor más sublimes son los más sencillos, tal vez los más insignificantes; pero son los que más satisfacción y beneplácito arrojan. Recuerdo que durante una plática impartida por un amigo pastor, Don Alejandro Zamora, él decía a la concurrencia: “Las obras buenas que vas a hacer hoy, están listas para que tú las hagas y nadie más. Aquel hombre que se te acerca y te pide una moneda, él ya estaba listo para que tú le dieras esa moneda. Incluso el drogadicto que se te acerca en la calle pidiendo para
  • 27. comer un taco, él también fue puesto ahí para que tú hicieras lo debes hacer, el bien, lo bueno. No pierdas la oportunidad que se te está ofreciendo, no vaya a ser que cuando reacciones, esa buena obra ya no esté a tu alcance.” Curiosamente, después de esa plática yo tenía mis dudas, de hecho me preguntaba por qué tenía que dar a los más necesitados si de todas formas ellos estaban así porquequerían estar. Cuando salí del salón de conferencias, justamente a la entrada llegó un hombre desalineado, recuerdo bien, era un anciano. Con la espalda medio jorobada, descalzo, con una barba ennegrecida por falta de baño y con la piel llena de costras de mugre, grasa y polvo. Extendió sus manos sucias hacia mí y sin decir palabra me pidió una moneda. Yo dije con mi cabeza que no y voltee para otro lado. En eso vinieron a mi mente las palabras de Don Alejandro, saqué una moneda del bolso de mi pantalón, pero cual ha de ser mi sorpresa, aquel hombreya no estaba, con la mirada lo busque, pero jamás lo volví a ver; pero si sigo escuchando la voz de mi conciencia que me dice: “tuviste la oportunidad de hacer lo bueno y no lo hiciste.”
  • 28. Antes de que tú mismo des las conclusiones a esta plática, nuevamente te suplico reflexiones sobre estas frases de Martin Luter King: “Al final, no nos acordaremos tanto de las palabras de nuestros enemigos, sino de los silencios de nuestros amigos…He decidido apostar por el amor. El odio y la indiferencia son cargas demasiado pesadas.” Lo único que puedo decirles es que los amo. Besos y abrazos para todos.