1. San Nicolás de los Garza, N.L.
Junio 23 del 2004.
Comentario al Capítulo titulado: “El Ser”.
De la obra: Bochensky, J.M.; “Introducción al Pensamiento Filosófico”,
Editorial Herder, 1976.
A efecto de entender al problema del hombre en su mejor contexto es necesario;
según los filósofos, y obligación para los estudiantes; entender la naturaleza de lo “que es”, es
decir, conocer al “ser” en su sentido sustantivo y no verbal, o sea, conocer la naturaleza
de la ontología.
Este tema, el del estudio de la realidad, el estudio del lo “que es”, el estudio del
“ser”, o como el autor prefiere llamarlo el estudio del “ente”, tiene cierto grado de dificultad
por lo abstracto y lo difícil de aterrizarlo a la cotidianeidad natural del hombre común, incluso
muchos filósofos antiguos y modernos no se ponen de acuerdo si en realidad debiera existir
el concepto de ontología y que sus problemas que trata de resolver tengan sentido alguno.
Para oscurecer y dificultar todavía más este concepto existe un par de tradiciones,
cuya influencia notable en muchos filósofos evita que este concepto le llegue al
estudiante universitario de una manera clara y tangible. Estas tradiciones filosóficas son
el positivismo y el idealismo epistemológico.
Por estas razones el autor hace un llamado a sumarnos a una doble tarea:
primero la de demostrar si existe realmente la ontología y después ocuparnos de los
problemas que trata. Antes de ello, el autor nos explica su óptica de considerar la
diferencia de ente y el ser. El ente es lo que es, lo que existe, y el ser es lo
abstracto del ente, lo que le da significado y esencia al ente, el ente es el ser concreto.
El idealismo epistemológico establece que lo que se deba decir del ente, ya lo
dicen las ciencias particulares. Los partidarios de la ontología dicen:
a. Ninguna ciencia particular ataca los problema de la ontología, por ejemplo el
problema de la posibilidad, la de las categorías, las definiciones de ente y ser,
etc.
b. Que al reducir al ente en un pensamiento, este también es un ente y por lo
tanto, también es un ente, y para que tenga sentido este estudio se debe
admitir que existen dos clases de ser, y sus relaciones, y esto es ontología,
que para los seguidores del idealismo epistemológico, vendría a ser una
ontología inconsciente.
La otra opinión contraria es la de los positivistas, que dicen que al referirse los
filósofos a las cosas (entes) como substancia, lo hacen de una manera ontológica, sin
decir nada de la realidad, y solo se estarían refiriendo a los entes como palabras
gramaticales, reduciendo a la Ontología a una Gramática general.
2. Los ontólogos responden ante esto, que así como hay divisiones en las ciencias
particulares, las ciencias reales pueden ser transformadas cada una a ciencia del
lenguaje, y así generar a una serie de divisiones más generales y específicas, dando
lugar a la ontología.
Debido a que existen opiniones de que nada puede decirse más de la ontología
que “el ente es lo que es”, el autor señala algunos otros conceptos, para amplificar el
concepto de esta rama de la filosofía.
1. La Nada.
Si fuera del ente no existe algo, podríamos decir que entonces la nada
existe, y que por lo tanto es un ente, y como estamos hablando de algo, la nada
es entonces también un objeto, y tenemos así una paradoja. Algunos filósofos
existencialistas afirman que la nada sí existe y algunos alumnos mexicanos del
siglo XXI pensamos que poco ha influido en nuestras vidas si la nada esta
contenida en el conjunto del universo de los entes o no, pienso, de manera
personal que el concepto de la nada no debe ser motivo de discusiones filosóficas
porque su necesidad en el lenguaje es tan obvia como el concepto del cero en la
aritmética, se acepta el cero y ya, se acepta la nada y a otra cosa más productiva.
Otros, como el autor, atormentan a más de uno definiendo a la nada como un
subconjunto de entes, al cual se refiere como ente real y ente ideal, colocando a
la nada como un ente ideal.
2. La Posibilidad.
El concepto simple de la palabra ha servido para que los filósofos distingan
a los entes como reales, cuando ya existen, y a lo que puede ser, pero aún no lo
es. Nuevamente no hay consenso entre los filósofos, debido a que algunos
como Parménides, Hartmann y Sartre afirman que lo real y lo posible son en el
fondo lo mismo. Pero Aristóteles afirmaba que con toda precisión se debe
distinguir estos conceptos.
3. Las Categorías.
Se distinguen tres cualidades de los entes: las substancias, las cualidades y
las relaciones, que han generado una serie de posturas diferentes y contrarias a
través de la historia.
4. La Esencia.
Trata sobre si existe algo en el interior del ente algo que conforma la explicación
de la substancia misma.
5. Las Relaciones Internas.
Aquí se piensa que lo que confirma a la substancia son sus relaciones, sin
embargo, hay quienes piensan lo contrario, que primero se es substancia y
después se relaciona.
Se mencionan otros problemas ontológicos, de manera cualitativa y superficial,
solo para que pensemos que la ontología es una rama profunda y abstracta, y lo
3. es. También advierte a quienes; como su servidor y quizás muchos más y por
eso lo advierten; opinamos que la importancia y el beneficio tangible de la
ontología para la sociedad es extremadamente mínima. Y para mostrarnos
nuestro grave y trascendente error, cita a Platón y Hegel, como los grandes
exponentes de la Ontología, a los cuales debiésemos seguir y no ofenderlos pensando
en el error de concluir la intrascendencia de la Ontología. Yo referiría, mejor, a un
hombre sobrenatural, que aunque se definió así mismo como Dios, no como
pensador, ni como filósofo, ni como profeta; aunque muchos filósofos así lo
consideran, y considerándolo, en esta ocasión, como filósofo, llamo la atención a Jesús
de Nazareth, de quien podríamos argumentar, que Él ha trascendido mucho más
que los pensadores que cita el autor, que ha influido en la humanidad de una
manera sin par, que trató problemas de la naturaleza humana de manera profunda, pero
sencilla, de tal manera que cualquiera, que quiera, la entienda; sin haber necesitado en
lo más mínimo de hacer reflexiones intrincadas sobre los problemas que trata la
Ontología.
Que la razón, la justicia y la equidad normen el criterio para evaluar el presente
comentario.
A la espera de sus críticas constructivas (iealef@gmail.com). Quedo a sus
ordenes.
CORDIALMENTE.
Ing M. Rogelio Hernández E.