2. ORFEO Y EURÍDICE
Orfeo y Eurídice estaban enamorados. Un día esta pisó
una víbora que la mandaría al Hades.
Orfeo, desesperado, rogó a los dioses que le dejasen
recuperarla, y Zeus le concedió su deseo.
Al bajar al Hades y encontrarse ante el dios que allí
habitaba, le contó su propósito. El dios se negó. Pero su
esposa, conmovida por la historia de amor de Orfeo y
Eurídice, actuó en su favor. El dios accedió a que se
llevase a Eurídice, con la condición de que Orfeo no la
mirase hasta que llegasen a tierra.
Cuando ya casi estaban en la superficie, Orfeo, muerto de
curiosidad se giró para contemplar a su esposa, y ésta
desapareció para siempre.
4. PIGMALIÓN
Pigmalión, cansado de buscar una esposa
perfecta, consagró toda su vida a la escultura.
Esculpió una estatua de mujer con unos rasgos
perfectos a la que llamó Galatea, enamorándose
perdidamente de ella. Pigmalión suplicó a Afrodita
que diese vida a su estatua amada. Creyendo que
la diosa le había ignorado, regresó a su casa
decepcionado. Al besar a la estatua, sintió calidez
en sus labios. Al volver a besarla, la estatua cobró
vida, enamorándose de su creador. Afrodita
concedió a Galatea el don de la fertilidad.
6. ATALANTA E HIPÓMENES
Atalanta era muy veloz, pues la encantaba correr por el bosque.
Un oráculo le predijo que si alguna vez se casaba, se
convertiría en animal. Para evitarlo, el padre puso una prueba
a los pretendientes de su hija: debían ganarle en una
carrera, y de no ser así, Atalanta les mataría.
Y así fue, hasta que un día un joven llamado Hipómenes pidió
ayuda a Venus y esta le dio tres manzanas de oro, de manera
que en medio de la carrera las tirase al suelo y Atalanta se
distrajese mirando su belleza, que es lo que sucedió.
Se casaron y contrajeron matrimonio y un día gozaron de su
amor en el templo de la diosa Cibeles. Ésta, enfurecida, les
castigó convirtiéndoles en leones, pues los antiguos griegos
creían que estos animales no podían reproducirse entre
ellos, y fueron condenados a tirar del carro de la diosa el resto
de sus días.
8. CÉIX Y ALCÍONE
Céix decide ir a consultar un oráculo. Su mujer al enterarse le
pide que no vaya, pues sabe los peligros que conlleva el mar
y si decide ir, Alcíone quiere ir con él. Céix se niega pero le
promete volver con ella cuando se completen dos ciclos de la
luna.
Cuando estaban navegando, una terrible tormenta sacude su
nave, acabando con la vida de todos sus tripulantes. Céix
antes de morir, se alegra de no haberse llevado a su esposa
con él y desea que ésta encuentre su cuerpo para darle ritos
funerarios.
Para contar el terrible suceso a Alcíone, Morfeo se metió en sus
sueños transformándose en Céix. Al despertarse, esta se
intentó suicidar, pero se transformó en un pájaro, al igual que
su marido, porque los dioses les habían dado una nueva
oportunidad.
10. MUERTE DE AQUILES
Cuando la guerra de Troya llevaba casi diez años, el
Dios de los mares (que odiaba a Aquiles) dijo al
Dios de Delos que no soportaba ver caer la ciudad
que ellos mismos habían creado. Así, le entrega
una flecha invisible a Paris en medio de la
matanza, y no duda ni un segundo en disparársela
a Aquiles en el talón, único punto vulnerable del
héroe, terminando con su vida.