1. Ejercicio 14: Insertar Objetos. Dibujos o
fotografías cuadros de texto.
En las
culturas
mesopotámicas
aparece el
león con profusión, y
para los
egipcios fue el
símbolo solar
de piel de oro que
presidía las
inundaciones del
Nilo, a la vez que era consagrado a Nefertum (equivalente
al prometo griego) y a Sekmeth, diosa de la guerra, cuya
iconografía los representa con cabeza de león.
Los griegos vieron en la constelación de Leo de Nemea, al
que Herecies tuvo que vencer
y que era invulnerable, por lo
que no pudo mantenerle ni
con sus famosas fechas ni con
la espalda, ni tan siquiera con
su enorme maza que, al
intentarlo, quedó hechas
astillas, mientras que al león no le produjo más que un
leve zumbido en el oído. Finalmente, Heracles acabó con
el animal en un lucha cuerpo a cuerpo, estrangulándose.
Como era imposible despellejarlo con una herramienta
tradicional, el héroe se sirvió de las propias uñas del
animal, duras como el diamante, para convertir la piel en
2. manto y la cabeza en casco que le sirvieron de armadura
impenetrable.
Eurísteo, al que servía Heracles, se había
llevado tal susto cuando vio el animal que
mandó a construir una gran vasija de bronce y
esconderla bajo tierra, algo así como un
pequeño búnquer, desde cuyo interior daba
órdenes a Heracles.
Leo( astronomía)
(del latín,
´león´)constelación
del hemisferio norte
que contiene la
estrella de primera
magnitud Regulus.
Leo es una
constelación situada
sobre la eclíptica, el
recorrido aparente
anual del Sol a través
del cielo.
Aún refiriendo esta aventura, nosotros no
identificamos la constelación con el león de Nemea, pues
son dos los leones del cielo y son los que tiran del carro
de Cibeles, como en la famosa fuente de Madrid, ya que
en el zodíaco van por delante de Virgo, delante de esta
eterna virgen-Madre que aún pareciendo una paradoja
biológica, es sin embargo una realidad sicológica
profunda y , como tal, constante sagrada en todas las
religiones que refleja el instituto posesivo, el amor
excluyente de todo ser humano hacia su madre, y que
intuitivamente le impide relacionarla con ninguna tercera
persona, ni tras siquiera con el propio padre.