1. Edafología y Climatología Forestal. Tema 6.- Edafología Forestal: Conceptos y Proyección Forestal
TEMA 6.- EDAFOLOGÍA FORESTAL: CONCEPTOS Y PROYECCIÓN FORESTAL
INDICE
6.1.- Conceptos de suelo y edafología
6.2.- Introducción histórica
6.3.- Perfil y horizontes
6.4.- Dinámica y evolución de los suelos
6.5.- Importancia en el desarrollo de los vegetales
6.6.- La edafología en el ámbito forestal
6.1.- CONCEPTOS DE SUELO Y EDAFOLOGÍA.
El suelo es un recurso natural básico y elemento fundamental de los ecosistemas
terrestres. Del suelo depende, entre otros elementos, gran parte de la actividad
humana: agricultura, ganadería, jardinería, construcción, urbanismo, ingeniería civil,
gestión forestal, etc. Hasta finales del siglo XIX se tenía un concepto del suelo como
un medio inerte, estable y pasivo. Una definición acorde con ese concepto es la de
Mattson, que considera el suelo como el conjunto de intersección entre la atmósfera, la
litosfera, la hidrosfera y la biosfera. Otra definición simplista es aquella que considera
el suelo como la capa sin consolidar de materia mineral y orgánica en la superficie de
la Tierra capaz de soportar la vida de los vegetales. Hoy en día, sin embargo, se
considera que el suelo es un medio complejo, dinámico y permeable.
La complejidad se deriva de los múltiples componentes de suelo (Figura 6.1), todos
ellos íntimamente interrelacionados:
Aire, es decir, una atmósfera con características propias.
Agua, con un aprovechamiento y economía determinados.
Partículas minerales, procedentes de la roca sobre la que se forma el suelo
o formadas en el seno del propio suelo.
Materia orgánica, que puede aparecer en distintas formas y que procede de
los desechos de animales y plantas que viven sobre el suelo.
Seres vivos, pertenecientes a una multitud de grupos animales y vegetales,
que realizan transformaciones físicas y bioquímicas del resto de los
componentes del suelo.
A g u a
2 5 %
A ir e
2 5 %
M a t e r ia
m in e r a l
4 5 %
M a t e r ia
o r g á n ic a
5 %
Figura 6.1. Composición en volumen aproximada de una capa superficial de suelo. Las cifras son
únicamente orientativas, pues el porcentaje de ciertos constituyentes como el agua y el aire está
cambiando constantemente. Además de los componentes inertes incluidos en el gráfico habría que añadir
los seres vivos.
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El dinamismo se deduce del hecho de que el suelo adquiere progresivamente sus
propiedades por la acción combinada de los distintos factores del medio (Figura 6.2).
Es decir, el suelo nace y evoluciona. La interacción entre los seres vivos y la roca
inerte, la descomposición de la materia orgánica, la alteración del substrato litológico
son diferentes aspectos parciales de un complejo proceso de formación. La roca
madre se altera por la influencia del clima y la vegetación, los residuos vegetales y
animales son descompuestos por los microorganismos del suelo y forman complejos
orgánicos, denominados humus, que se mineralizan progresivamente, se establecen
uniones entre particulas minerales y orgánicas, las sustancias solubilizadas y las
partículas más pequeñas, coloidales, experimentan migraciones de unas partes a
otras del suelo siguiendo el movimiento del agua, etc. Todos estos procesos,
configuran la evolución del suelo que tiende hacia una situación teórica de equilibrio
dinámico con el clima en que se halla, la vegetación que soporta y la roca sobre la que
se ha edificado, conservando una capacidad de respuesta frente a las alteraciones
que proceden del exterior. Si por causas naturales o por la acción antrópica, se
modifica el clima, la vegetación, la topografía, etc., ese equilibrio puede romperse y
continúa una nueva evolución.
Figura 6.2.- Factores formadores del suelo con indicación de las diferentes interacciones entre ellos.
El concepto de permeabilidad se refiere al hecho de que el suelo es un sistema
abierto. En los procesos que tienen lugar en los suelos se producen transformaciones
y transferencias, pero también entradas y salidas desde y hacia los medios
colindantes. Este hecho repercute en la fragilidad de los suelos, es decir, en su mayor
o menor facilidad para su degradación.
En definitiva, actualmente se parte del concepto de suelo como un ecosistema.
Algunas definiciones de suelo, que tienen en cuenta el concepto ecosistémico, son las
siguientes:
- Suelo es el conjunto natural de constituyentes minerales, vivos y orgánicos
diferenciados en horizontes de diferente espesor, el cual se diferencia del material que
se sitúa debajo en la morfología, propiedades físicas, composición química y
características biológicas (Joffe, 1949).
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- Suelo es el conjunto de elementos naturales, formados en la superficie de la
Tierra , conteniendo materia orgánica y soportando, o siendo capaz de soportar, la
vida de las plantas (Bridges, 1970).
La ciencia que estudia el suelo es la edafología. Los edafólogos estudian el suelo
como un fenómeno natural, y se interesan por su aspecto, sus componentes, su
formación, su distribución y su clasificación. Para ello la edafología usa un gran
número de ramas de la ciencia, fundamente química, física y biología. La edafología
puede considerarse como una ciencia pura cuyo objeto es el estudio del suelo en sí
mismo. Sin embargo, sus resultados pueden ser aplicados a resolver problemas en
agricultura, selvicultura, pascicultura, ingeniería civil, planificación del territorio, etc. Por
tanto, también puede considerarse como una ciencia aplicada.
6.2. INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
La Ciencia del Suelo o Edafología es una disciplina relativamente joven, siendo
instituida como tal en 1923 a raíz de la creación de la Asociación Internacional de
Ciencias del Suelo. Entre la aparición del interés por el objeto "suelo" y la ciencia
ocupada de él medió un largo intervalo de tiempo. Lo mismo cabe decir en lo referente
al propio concepto de suelo, el que guiaba en una primera etapa las investigaciones en
torno a este objeto y el que se definió en el momento de constitución de la Edafología.
Entre ambos hubo un proceso evolutivo en el que la aportación de diversas disciplinas
científicas ya instituidas y que contenían el suelo dentro de su campo de interés fue
crucial. La fisiología vegetal, la química agrícola, fueron aportando cada una de ellas
desde su propia perspectiva ideas de la propia tradición de la disciplina, hipótesis,
métodos de investigación y análisis que, poco a poco e influyéndose mutuamente,
crearon lo que hoy conocemos como "suelo" y la necesidad de considerar la institución
de un nuevo campo de conocimiento científico. Fue, en definitiva, un largo proceso de
definición de un objeto de estudio y de institución de una nueva disciplina y de una
comunidad científica.
En la historia de la edafología se pueden establecer varias fases
1. La etapa pre-científica, con conocimientos dispersos no diferenciados, y, siempre
entremezclados con ideas de tipo filosófico-religioso acerca de la naturaleza. Es muy
larga y termina en el siglo XVIII.
2. Una segunda fase ocurre tras la aparición del método científico y su aplicación al
propio objeto de interés. En esta fase se asientan los pilares o principios
fundamentales de dicha ciencia. Esta fase no ocurre simultáneamente en todas las
ciencias, sino que hay una gradación en el tiempo. Así la Física o más exactamente la
Mecánica, con la revolución que supusieron los trabajos de Copérnico (1543), Kepler
(1609) y Galileo (1609), ya alcanzó este nivel hacia el 1600.
El establecimiento de esta metodología en la Física y la invención de utensilios y
aparatos permitió su aplicación al campo de la Química, que inició su despegue de
esta manera de las teorías alquimistas, en parte derivadas de la filosofía aristotélica.
Vemos que no hay un desarrollo simultáneo de las etapas sino que son los
conocimientos, los métodos de trabajo y los instrumentos creados en las Ciencias
Básicas los que al dirigir su atención a un determinado objeto natural originan su
desarrollo.
En el caso de la Edafología esto es particularmente aparente y sus ideas básicas han
necesitado de la aportación de otras ciencias, principalmente la Física, Química,
Geología y Biología.
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El fin de la fase de creación de las ideas fundamentales y el surgir de la Edafología
como ciencia se hace coincidir con los trabajos del ruso Dokuchaev, quien sintetizó y
armonizó los diferentes enfoques hasta entonces existentes.
3. El tercer período es el desarrollo como ciencia independiente, desarrollo que es
extraordinariamente rápido en la obtención de datos y está basado en la aparición de
nuevos instrumentos de trabajo, mientras que las ideas básicas se ven escasamente
modificadas.
El desarrollo de la Edafología anterior a Dokuchaev
El suelo en sentido amplio es conocido desde tiempos remotos, desde que el hombre
se volvió sedentario y comenzó a cultivar sus propias cosechas, tuvo necesidad de
conocer el suelo, sus propiedades y su comportamiento desde un punto de vista
utilitario. Esta gran revolución caracterizó al período Neolítico.
De acuerdo con los datos más probables, parece que hace unos 9000 a.C. comenzó la
agricultura. En esta fase de iniciación de la agricultura, el hombre neolítico debería de
reconocer ya algunas diferencias entre los suelos demasiado húmedos, arenosos, etc.,
y conocer la influencia de algunas técnicas agrícolas como la fertilización producida
por la adición de restos orgánicos y por el quemado de una zona de bosque o
matorral. También se debía conocer ya, a partir de la aparición de la Cerámica, 4000 a
5000 a.C. en Mesopotamia y Egipto, algunas de las propiedades de los materiales;
facilidad de cocción, las propiedades de plasticidad, contracción al secado, etc.
El concepto de suelo es un concepto utilitario de esta manera no es extraño que se
hicieran clasificaciones de suelos buenos o malos, útiles. Así aparece en China la
primera clasificación conocida de suelos, unos 4000 a 5000 años a.C. dividiéndolos en
nueve clases según su capacidad de dar cosechas. Así utilizaban como criterio, el
color del suelo, que es una propiedad muy importante.
Se puede concluir que las antiguas civilizaciones tuvieron una interrelación muy
grande con la agricultura y que en algunos casos su decadencia fue debida a la
destrucción de la fertilidad de sus suelos.
Quizás el autor griego que mejor sintetizó las concepciones utilitarias y filosóficas, fue
Teofrasto (327-287 a.d.C.), discípulo de Aristóteles (384-322 a.d.C.) que fue botánico y
filósofo. Se conservan de él dos obras «Investigaciones sobre las plantas» y un
«Tratado de las causas de la vegetación». Definió al suelo como «el estómago de las
plantas» y afirmó que «las plantas constan de los elementos tierra-agua». Su doctrina
se admitió y continuó durante toda la Edad Media.
En 1840 Von Liebig publica: «La química y sus relaciones con la agronomía».
Distingue en el suelo la parte orgánica y la mineral. Considera al suelo como una
reserva pasiva de nutrientes para las plantas. Observa que las plantas absorben sales
minerales del suelo y que el humus es un producto transitorio entre la materia orgánica
y las sales minerales. En 1842 se creó la industria de los fertilizantes. Esta época
corresponde sobre todo a una visión químico-agrícola y utilitaria del suelo.
Dokuchaev y la Escuela Rusa
En 1877, Ucrania padeció una sequía catastrófica y una sociedad cultural rusa, la
Sociedad Libre Económica de Petersburgo, se interesó y financió una expedición
científica para estudiar sobre el terreno los efectos de la sequía y los posibles
remedios, en las «tierras negras», (estas tierras dan el 80-90% de la cosecha de
cereales de Rusia y producen de 2 a 3 cosechas al año), al mando de Dokuchaev, el
cual además de ser geólogo, tenía conocimientos de tipo geográfico y geobotánico a
ello se añadía su interés por los aspectos o condiciones económicas.
Conviene resaltar la diferencia entre la Europa occidental y Rusia. En el oeste de
Europa la gran densidad de población hacía necesario incrementar el rendimiento de
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la agricultura mediante la adición de abonos, mientras que en las inmensas regiones
de Rusia, el problema no era la falta de suelo, sino conocer las diferentes condiciones
de la naturaleza para poderlas aprovechar y en caso necesario, eliminar las
condiciones desfavorables modificando los tipos de cultivos del país. En último caso y
dado el exceso de suelo, las zonas más dificultosas podrían ser totalmente
abandonadas.
También había unas diferencias respecto a la Geología. El desarrollo de la Edafología
occidental en países poco extensos, en que las condiciones climáticas apenas
variaban en todo el territorio, condicionó el papel primordial al material parental o roca
madre. Sin embargo al estudiar los suelos de la inmensa llanura rusa, donde de norte
a sur se producían grandes modificaciones climáticas, se llegó a una concepción
opuesta: “rocas iguales en climas distintos, dan suelos distintos, y rocas distintas pero
bajo el mismo clima, dan suelos iguales”. Para Dokuchaev sólo tienen importancia los
factores externos y de ellos el principal es el clima.
Dokuchaev estableció una clasificación de los suelos según su potencial agrícola.
Utilizó para ello el procedimiento de correlaciones geográficas, según el cual la
distribución del suelo depende de las condiciones ambientales. Rusia era el país ideal
para aplicar este método ya que por su gran extensión, las variaciones climáticas se
podían observar tanto en sentido latitudinal como altitudinal, llegando así a la idea de
zonalidad. En Dokuchaev se observan influencias de Darwin, ya que su método se
basa en la visión armónica de la naturaleza, en que no se estudian los componentes
del suelo de forma aislada, como se había hecho hasta entonces.
La otra visión o enfoque importante de la escuela rusa se encuentra en la doctrina
evolucionista que fue rápidamente aceptada; así se empezó a ver el suelo no sólo
como una entidad independiente sino también dinámica, que tiene un principio y un
desarrollo.
Para Dokuchaev la vegetación era un factor de formación pero era más importante la
influencia del clima. Fueron Dokuchaev y sus discípulos los que asentaron las bases
de la Edafología. moderna y reconocieron al suelo como un cuerpo natural organizado,
acreedor por si mismo de un estudio científico. Realizó también la primera clasificación
de suelos del mundo pero murió sin dejar nada escrito.
La segunda generación de edafólogos rusos ampliaron el campo de estudio de los
suelos estudiados por Dokuchaev a todos los tipos de suelos y medios de Rusia y
divulgaron las teorías y metodología indicada por Dokuchaev al mundo occidental,
donde tuvieron una gran resonancia. En particular Glinka, uno de sus discípulos,
escribió el primer Tratado de Edafología, que fue traducido por Ramann al alemán y
por Marbut al inglés
En 1924 se realiza el primer congreso en Roma. A partir de entonces la Edafología
comienza a funcionar como una ciencia, con su metodología propia y una rápida
evolución.
6.3.- PERFIL Y HORIZONTES
Los distintos procesos de evolución de los suelos dan lugar a la diferenciación de una
serie de capas en el suelo, sensíblemente paralelas a la superficie, de mayor o menor
espesor, caracterizadas por una determinada proporción de los diferentes
componentes y un predominio de unos u otros procesos edáficos, que les confieren
unas determinadas propiedades físicas, químicas y biológicas. Cada una de estas
capas recibe el nombre de horizonte. A la secuencia vertical de horizontes se le
denomina perfil (Figura 6.3).
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Figura 6.3. Perfil y horizontes de un suelo
El estudio de los suelos se realiza mediante la apertura de unas zanjas o calicatas,
hasta la profundidad suficiente para encontrar la roca madre. Se distingue un horizonte
de otro por una serie de características observables en el campo, tales como color,
textura, estructura, pedregosidad, presencia de raices, etc. La identificación definitiva
de los horizontes requiere de una serie de análisis físico, químicos y microbiológicos
en laboratorio.
Figura 6.4. Apertura de calicata para el muestreo de suelos
Los horizontes de un suelo son la expresión morfológica de los diferentes procesos de
formación de los suelos. Desde principio de siglo, la nomenclatura de horizontes de
basa en un sistema de letras (A,B,C,E,…). Uno de los sistemas de designación de
horizontes más utilizado es el de la FAO. Los horizontes más significativos, horizontes
principales, se identifican con una letra mayúscula: O, H, A, E, B, C, R y D. Las
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características subordinadas a los horizontes principales se designan por uno o varios
subíndices. Se pueden añadir cifras árabes como sufijos para indicar una división
vertical de un horizonte.
Los horizontes principales y sus subdivisiones más frecuentes son los siguientes:
O Horizonte superficial formado por despojos orgánicos, no encharcado
H Horizonte superficial formado por despojos orgánicos, encharcado
A Horizonte mineral superficial, o adyacente a la superficie, de acumulación de materia
orgánica humificada.
Ah Con elevada acumulación de humus
Ap Cultivado
Ag Con drenaje insuficiente
E Horizonte mineral, situado debajo del A, empobrecido de arcillas, óxidos metálicos o
materia orgánica, por movimientos descendentes.
B Horizonte mineral de profundidad resultado de transformaciones in situ de sus
componentes o con acumulaciones de sustancias migradas desde otros horizontes
Bg Con drenaje insuficiente
Bh Con acumulación de humus
Bt Con acumulación de arcillas
Bw Con ligeros cambios en el color, textura, estructura, contenido de óxidos, etc
Bx Masivo no endurecido, denominado fragipán
By Acumulación de yeso, denominado gipsico
Bz Acumulación de sales más solubles que el yeso
C Horizonte mineral de profundidad formado por la roca madre disgregada físicamente,
origen de los horizontes edáficos superiores
Cg Con drenaje insuficiente
Ck Acumulación de carbonato cálcico
Cm Material cementado
Cx Masivo no endurecido, fragipan
Cy Acumulación de yeso, gipsico
Cz Acumulación de sales más solubles que el yeso
R Capa de roca continua
D Horizonte edáfico independiente, de un suelo enterrado o de un estrato geológico
diferente
Algunos autores dividen los horizontes orgánicos superficiales, O y H, en tres
horizontes: L de acumulación de hojarasca, F de fermentación de la materia orgánica y
H de humificación.
Pueden definirse también horizontes de transición, con propiedades intermedias a las
de dos horizontes principales, que se indican con las letras de dos horizontes
principales separados por una barra oblícua /. Por ejemplo Bw/C.
6.4.- DINÁMICA Y EVOLUCIÓN DE LOS SUELOS
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Los procesos que tienen lugar en los suelos pueden clasificarse en adiciones,
pérdidas, transferencias y transformaciones.
Adiciones Pérdidas Transferencias Transformaciones
Agua:
precipitación,
riego, filtración o
ascenso de la
capa freática.
Energía radiante
del sol.
Materia orgánica
fresca o
descompuesta,
incorporada a los
horizontes de
superficiales (O,
H, A).
Materia orgánica
incorporada a los
horizontes
profundos (Bh)
Óxidos e
hidróxidos
metálicos (Bs).
Arcillas
mineralógicas (Bt)
Carbonatos de
Calcio o
Magnesio
Sílice y otros
cementos
Agua, a través de
la evaporación
transpiración y
drenaje.
Calor.
Materia orgánica
del horizonte A.
Arcillas
mineralógicas de
los horizontes A y
E.
Carbonatos cácicos
y magnésicos.
Sílice por
meteorización de
los minerales
primarios.
Iones metálicos
Sales solubles
Movimiento
descendente de
partículas
minerales
Movimiento
ascendente de
sales disueltas
Mezcla de
componentes
orgánicos y
minerales, por
procesos sucesivos
de humedecimiento
y secado, helado y
deshelado y
actividad animal.
Movimiento de
componentes
metálicos
Descomposición de
la materia orgánica
fresca y formación
del humus.
Meteorización de
los minerales
primarios
Formación de
complejos
organominerales
Cuando una roca queda al descubierto, empieza a actuar la meteorización física y
química, formándose una capa más o menos disgregada que permite la instalación de
algunas especies vegetales pioneras, tales como líquenes, briofitas y gramíneas
anuales, que dan lugar a una incipiente acumulación de materia orgánica. Podemos
considerarlos suelos muy poco evolucionados, de perfiles A/C o A;C.
Esta evolución puede continuar, aumenta la profundidad del suelo dando lugar a un
horizonte superficial de acumulación de materia orgánica, uno o varios horizontes
intermedios donde tienen lugar múltiples procesos edáficos de diferenciación, y un
horizonte profundo formado por la roca madre disgregada físicamente. Son suelos
poco o medianamente evolucionados, con un horizonte A rico en materia orgánica y
ya aparece algún horizonte de tipo B, generalmente BW. Permiten un desarrollo de
vegetación más potente, arbustiva e incluso arbórea. Un perfil prototipo de un suelo
medianamente evolucionado será A;Bw;C.
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Si las condiciones ambientales lo permiten, progresa la evolución, aumenta la
profundidad del suelo y pueden empezar a formarse en profundidad horizontes de
acumulación de sustancias (arcillas, óxidos de hierro, humus, carbonato cálcico, etc), e
incluso puede aparecer, entre el horizonte A y el B, un horizonte de eluviación
empobrecido de sustancias que han migrado hacia horizontes. Un perfil prototípico,
entre otros posibles, de este tipo de suelos muy evolucionados puede ser A;E;Bt;C.
(Ver Figura 6.3).
Figura 6.5. Evolución de un suelo
Los suelos poco o medianamente evolucionados, pueden serlo así por dos motivos
diferentes:
porque ha transcurrido poco tiempo desde que se empezó a formar el
suelo, o bien la influencia del relieve impide un mayor desarrollo: suelo
inmaduro o azonal. Son suelos que pueden seguir evolucionando, más o
menos rápidamente.
Porque el conjunto de factores que rige su evolución (clima, vegetación,
roca madre no permite) una mayor evolución: suelo maduro (aunque poco
evolucionado). Son suelos que están en equilibrio con el medio.
Los suelos muy evolucionados, serán también suelos maduros, que pueden ser de dos
tipos:
Suelos zonales, cuando la roca madre no tiene una características
especiales muy acusadas (muy arcillosa, caliza, yesosa, salina, etc.) y el
clima yla vegetación son los principales factores formadores.
Suelos intrazonales, cuando la roca tiene unas características especiales
que la convierten en el principal factor formador.
Los suelos en los que la influencia humana ha originado una evolución distinta
a la normal reciben el nombre de suelos degradados.
Los cambios climáticos, las discontinuidades geológicas y la actividad humana,
pueden dar lugar a perfiles especiales:
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Paleosuelo: es un suelo más evolucionado de lo que permiten las actuales
condiciones climáticas, debido a que se formó en unas condiciones más
favorables al desarrollo del perfil.
Pseudoperfil: un suelo poco evolucionado, sin horizontes edáficos y varios
estratos geológicos de poco espesor.
Perfil complejo: un suelo evolucionado a partir de un pseudoperfil y en el
que las diferentes capas que se aprecian se deben tanto a procesos
edáficos (verdaderos horizontes) como a procesos geológicos (estratos).
Perfil truncado: un suelo en el que se ha eliminado, por erosión, el
horizonte superficial, aflorando horizontes que se han formado en
profundidad.
6.5.- IMPORTANCIA EN EL DESARROLLO DE LOS VEGETALES
Algunas de las características que presentan los suelos ejercen una acción directa
sobre los seres vivos por lo que entran dentro de lo que se conoce como factores
ecológicos de naturaleza edáfica. Para conocer la importancia de algunos factores
edáficos es necesario primero detallar algunos elementos que las plantas necesitan
del suelo para poder desarrollar su ciclo vital. Entre los más importantes destacan:
Un volumen mínimo de suelo en el que puedan desarrollar y anclar su sistema
radical.
Aire, imprescindible para el proceso de respiración
Agua absorbible, imprescindible para el desarrollo de todos sus procesos
metabólicos.
Elementos minerales, necesarios para su nutrición que comprende tanto
macronutrientes (C, H, O, N, P, K, Ca, Mg, S, Fe) como micronutrientes (Cu, Zn, B,
Mo, Mn, Cl).
Ausencia de tóxicos, inhibidores de nutrición o de absorción de agua.
Las propiedades del suelo relacionadas con los elementos anteriores son:
Profundidad, que es la distancia entre la superficie y la roca madre consistente
Permeabilidad, que determina la compactación y la velocidad de flujo del agua a
través del perfil y depende de la textura y estructura del suelo. Tiene una gran
influencia sobre la aireación del suelo
Capacidad de retención de agua, que depende de la textura y contenido en materia
orgánica. De gran influencia en la mayor o menor presencia de agua absorbible por
las plantas
Fertilidad, que viene determinada por la presencia y el nivel de contenido de los
macro y micronutrientes necesarios para el desarrollo de la planta.
Salinidad De gran importancia en el potencial osmótico. En niveles altos puede
ocasionar problemas para los procesos de absorción de agua por las raíces
Reacción, determinada por el pH, tiene gran influencia en la asimilabilidad de los
distintos nutrientes y en la presencia excesiva de elementos que pueden resultar
tóxicos. También tiene importancia en los procesos de descomposición de la
materia orgánica.
6.6.- LA EDAFOLOGÍA EN EL ÁMBITO FORESTAL
11. Edafología y Climatología Forestal. Tema 6.- Edafología Forestal: Conceptos y Proyección Forestal
Al igual que la climatología, podemos considerar a la edafología como una ciencia
forestal básica y a su vez aplicada, sobre la cual se apoyan otro conjunto de
disciplinas importantes que entrarían dentro del campo de la ciencia forestal básica-
aplicada o eminentemente aplicada (Fig 6.6)
Fig 6.6. Posición de la edafología forestal en el marco de otras importantes ciencias del ámbito
forestal
Así la edafología precisa del aporte de ciencias básicas como la química, la física,
necesarias para la comprensión de los procesos químicos y físicos que tienen lugar en
el suelo.
El suelo, a través de los factores ecológicos de naturaleza climática, ejerce una
influencia directa en el desarrollo de los vegetales, como se ha comentado en el punto
anterior, por lo que la ecología (ciencia que trata del estudio de las interacciones de los
seres vivos entre sí y con su entorno) precisa de conocimientos básicos de esta
disciplina.
Ya se indicó en el Tema 1 de climatología que la distribución de las formaciones y
comunidades vegetales en el planeta viene determinado, fundamentalmente por
factores climáticos (formaciones zonales). Sin embargo, a escala local, las variaciones
en la composición de la vegetación pueden deberse a la existencia de suelos de
distintas características. Por ejemplo:
suelos con elevado contenido en sales favorecen la existencia de vegetación de
tipo halohigrófila, adaptada a suelos con elevado potencial osmótico
la existencia de una capa freática cercana a la superficie durante todo el año
permite la presencia de vegetación freatófita (choperas, saucedas, alisedas etc.).
la presencia elevada de catión calcio limita la presencia de especies calcífugas.
suelos muy arenosos favorecen la presencia de especies muy adaptadas a este
medio (vegetación sammófila)
Todas estas formaciones vegetales son formaciones intrazonales, debido a que su
existencia se debe a causas edáficas y no estrictamente climáticas
Si tenemos en cuenta otras disciplinas forestales la edafología forestal tiene como
principales objetivos:
Química
Física
Biología
Matemáticas
Ciencias básicas-aplicadas
Zoología
Edafología Climatología
Botánica
Ciencias aplicadas
Ecología
Selvicultura
Ordenación
Hidrología
Ciencias básicas
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1. Conocer las propiedades de los suelos y la estabilidad de las mismas para
prever si permiten la introducción de una nueva especie o un determinado
tratamiento de las especies ya existentes.
2. Saber si dicho suelo ha terminado su proceso evolutivo y, en caso contrario,
cómo evolucionaría de forma natural y cómo lo hará si se somete el monte al
tratamiento previsto.
3. Saber si, en el caso de encontrarse con un suelo que ya ha alcanzado su
equilibrio, el tratamiento va a suponer una ruptura del mismo y, si la respuesta
es afirmativa, hacia donde será esa evolución.