2. Poco a poco se convirtió en una actividad normal y
continuada durante el curso escolar, hasta que a
principios de septiembre, en este curso escolar, surgió
la oportunidad de tener un trocito de tierra a su
disposición.
Tanto el ayuntamiento como la dirección del centro les
dieron vía libre y así comenzó el proyecto del huerto
escolar.
Desde hace unos años una idea rondaba
por la cabeza de la seño Pilar, de Infantil,
pero no sabía cómo llevarla a cabo, así que
empezó a llenar el alfeizar de la ventana de
su clase de plantas y flores que los niños y
niñas traían de casa.
3. Durante un tiempo estuvieron preparando la tierra, buscando
herramientas y asesoramiento, hasta que uno de sus padres,
Raúl, que tiene invernaderos y “sabe”, se puso a la cabeza
del proyecto con una ilusión que contagiaba.
Por fin, un martes, todo estaba listo: tenían plantones que les
había regalado un semillero, sacos de turba que les cedió un
almacén, y al mejor asesor que podían haber tenido.
Con los niños y niñas de 5 años realizaron los trasplantes y
siembra de tomates, pimientos, cebollas, fresas, rábanos,
lechugas y un par de aloe veras.
La verdad es que les ha quedado precioso y, sobre todo,
están entusiasmadas/os con el resultado.