Los últimos días de Jesús
Entrada en Jerusalén, últimos días predicando en el Templo, la última cena. Traición y negación. El proceso a Jesús. Condena a muerte y crucifixión. Sepultura. Desolación de las mujeres.
3. Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
LECTURAS
Mateo 21, 8-11.
Marcos 11, 8-10.
Lucas 19, 36-38.
Juan 12, 12-16.
4.
5. Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con
ramas cortadas en el campo. Los que iban delante y detrás,
gritaban: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del
Señor! ¡Bendito el reino que llega, el de nuestro padre
David! ¡Hosanna en las alturas!». Entró Jesús en Jerusalén,
en el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya
tarde, salió hacia Betania con los Doce.
Marcos 11, 8-10
10. Llegaron a Jerusalén y, entrando en el templo, se puso a
echar a los que vendían y compraban en el templo,
volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los
que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar
objetos por el templo. Y los instruía diciendo: «¿No está
escrito: “Mi casa será casa de oración para todos los
pueblos”? Vosotros en cambio la habéis convertido en
cueva de bandidos».
Marcos 11, 15-17
11.
12. «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con
amplio ropaje y que les hagan reverencias en las
plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los
primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de
las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos
recibirán una condenación más rigurosa».
Marcos 12, 38-40
15. Discursos del final de los tiempos.
Parábolas del juicio.
LECTURAS
Mateo capítulos 23, 24 y 25.
16.
17. «¿Cuándo sucederán estas cosas y cuál será el signo de tu
venida y del fin de los tiempos?». Jesús les respondió y dijo:
«Estad atentos a que nadie os engañe, porque vendrán
muchos en mi nombre, diciendo: “Yo soy el Mesías”, y
engañarán a muchos. Vais a oír hablar de guerras y noticias
de guerra. Cuidado, no os alarméis, porque todo esto ha de
suceder, pero todavía no es el final.
Mateo 24, 3-6
18.
19. Entonces se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes
que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del
esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes
[...] ¡Señor, señor, ábrenos! Pero él respondió: “En verdad os
digo que no os conozco”. Por tanto, velad, porque no sabéis
el día ni la hora».
Mateo 25, 1-13
22. Unción en Betania.
Judas urde su traición.
LECTURAS
Mateo 26, 6-16 / Marcos 14, 3-11
Lucas 22, 3-6 / Juan 12, 1-8
23. Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso, sentado a la
mesa, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo
puro; quebró el frasco y se lo derramó sobre la cabeza. Algunos
comentaban indignados: «¿A qué viene este derroche de perfume? Se
podía haber vendido por más de trescientos denarios para dárselo a los
pobres». Y reprendían a la mujer. Pero Jesús replicó: «Dejadla, ¿por qué
la molestáis? Una obra buena ha hecho conmigo. Porque a los pobres
los tenéis siempre con vosotros y podéis socorrerlos cuando queráis;
pero a mí no me tenéis siempre.
Marcos 14, 3-7
24.
25. Entonces entró Satanás en Judas, llamado Iscariote, que era
del número de los Doce, y se fue a tratar con los sumos
sacerdotes y oficiales del templo el modo de entregárselo.
Ellos se alegraron y acordaron darle dinero. Él aceptó y
buscaba una ocasión propicia para entregarlo sin la
presencia del pueblo.
Lucas 22, 3-6
28. La última cena.
El mandamiento del amor.
Dos anuncios: traición y negación.
El lavatorio de los pies.
El pan y el vino: cuerpo y sangre.
LECTURAS
Marcos 14, 12-31 / Juan, capítulos 14 al 17.
29. Mientras comían, tomó pan y, pronunciando la bendición,
lo partió y se lo dio diciendo: «Tomad, esto es mi
cuerpo». Después tomó el cáliz, pronunció la acción de
gracias, se lo dio y todos bebieron. Y les dijo: «Esta es mi
sangre de la alianza, que es derramada por muchos.
Marcos 14, 22-24
30.
31. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a
otros; como yo os he amado, amaos también unos a
otros. En esto conocerán todos que sois discípulos
míos: si os amáis unos a otros».
Juan 13, 34-35
34. Prendimiento de Jesús.
Interrogatorios ante el Sanedrín y Pilato.
Pasión y muerte en cruz.
LECTURAS de la PASIÓN
Mateo 26, 57 – 27.
Marcos 14, 53 – 15.
Lucas 22, 54- 23.
Juan 18 y 19.
35. De nuevo le preguntó el sumo sacerdote: «¿Eres tú el
Mesías, el Hijo del Bendito?». Jesús contestó: «Yo soy. Y
veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Poder y
que viene entre las nubes del cielo». El sumo sacerdote,
rasgándose las vestiduras, dice: «¿Qué necesidad tenemos
ya de testigos?» Habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?».
Y todos lo declararon reo de muerte.
Marcos 14, 61-64
36.
37. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de
azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. Entonces los
soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y
reunieron alrededor de él a toda la cohorte: lo desnudaron y
le pusieron un manto de color púrpura y trenzando una
corona de espinas se la ciñeron a la cabeza y le pusieron
una caña en la mano derecha. Y doblando ante él la rodilla,
se burlaban de él diciendo: «¡Salve, rey de los judíos!».
Mateo 27, 26-30
38.
39. Era ya como la hora sexta, y vinieron las tinieblas sobre
toda la tierra, hasta la hora nona, porque se oscureció el sol.
El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando
con voz potente, dijo: «Padre, a tus manos encomiendo mi
espíritu». Y, dicho esto, expiró. El centurión, al ver lo
ocurrido, daba gloria a Dios diciendo: «Realmente, este
hombre era justo».
Lucas 23, 44-47
42. El gran silencio.
Reposo. La Pascua judía.
Jesús yace en el sepulcro.
LECTURAS
Mateo 27, 62-66.
Marcos 16, 1.
Lucas 23, 56.
43. A la mañana siguiente, acudieron los sumos sacerdotes y los
fariseos a Pilato y le dijeron: «Señor, nos hemos acordado de
que aquel impostor estando en vida anunció: “A los tres días
resucitaré”. Por eso ordena que vigilen el sepulcro hasta el
tercer día, no sea que vayan sus discípulos, se lleven el cuerpo
y digan al pueblo: “Ha resucitado de entre los
muertos”.». Pilato contestó: «Ahí tenéis la guardia: id y
asegurad la vigilancia como sabéis». Ellos aseguraron el
sepulcro, sellando la piedra y colocando la guardia.
Mateo 27, 62-66
44.
45. Las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea lo
siguieron, y vieron el sepulcro y cómo había sido colocado su
cuerpo. Al regresar, prepararon aromas y mirra. Y el sábado
descansaron de acuerdo con el precepto.
Lucas 23, 55-56