El evangelio de la infancia de Jesús según san Lucas. En su relato, Lucas sitúa el tiempo histórico del nacimiento de Jesús y narra su anuncio y su venida en paralelo al de Juan Bautista. María adquiere gran protagonismo, como colaboradora de Dios y mujer que guarda las cosas en su corazón. La venida de Cristo sólo es celebrada en el cielo, por los ángeles, y en la tierra, por los pastores que representan a todas las gentes humildes y sencillas del mundo.
2. A los seis meses, envió dios al ángel Gabriel a una ciudad de
Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen, prometida a un
hombre descendiente de David, llamado José. La virgen se
llamaba María. Entrando donde ella estaba le dijo: Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo.
Lucas 1, 26-28
6. «Estando Zacarías de servicio ante Dios... se le apareció un
ángel del Señor, en pie, a la derecha del altar del incienso.
Zacarías se asustó al verlo, y se llenó de miedo. El ángel le
dijo: No temas, Zacarías, pues tu petición ha sido escuchada,
y tu mujer Isabel te dará un hijo, al que pondrás por nombre
Juan. Será para ti causa de gozo y alegría, y muchos se
alegrarán de su nacimiento, porque será grande ante el
Señor... Convertirá a muchos israelitas al Señor, su Dios... a
fin de preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.»
Lucas 1, 8-17
7. Zacarías e Isabel: de familia sacerdotal, estériles.
Se anuncia el nacimiento de un hijo que “será grande”.
Zacarías teme y duda.
Zacarías queda mudo. Isabel recobra su dignidad.
8. No temas, Zacarías...
tu mujer Isabel te dará
un hijo al que pondrás
por nombre Juan.
Lucas 1, 13
9. El Señor ha hecho esto
conmigo y me ha
librado de la vergüenza
ante la gente.
Lucas 1, 25
11. «...envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de
Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen
prometida a un hombre descendiente de David,
llamado José. La virgen se llamaba María. Y
entrando donde ella estaba, le dijo: Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo...»
Lucas 1, 26-38.
12. María está “llena de gracia”.
El ángel le anuncia quién será el niño.
María no duda, pero quiere comprender: razón y corazón.
El sí de María: total abandono en Dios.
15. «María fue aprisa a la montaña, a una ciudad de
Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a
Isabel... ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito
el fruto de tu vientre! ¿Y cómo es que la madre
de mi Señor viene a mí? Tan pronto como tu
saludo sonó en mis oídos, el niño saltó de
alegría en mi seno. ¡Dichosa tú, que has creído
que se cumplirán las promesas del Señor!»
Lucas 1, 39-45
16. María e Isabel: dos madres comparten su gozo.
Los dos niños se encuentran: Juan ya anuncia a Jesús.
Prorrumpen en alabanzas a Dios.
Dos mujeres llenas del Espíritu Santo.
19. Cánticos de María y de Zacarías (v. Ana, madre de Samuel).
Dios salva a su pueblo y ensalza a los pequeños.
Nace un niño que será enviado de Dios ante su pueblo.
Los poderosos serán humillados y confundidos.
20. «Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se
alegra en Dios, mi salvador, porque se ha fijado
en la humildad de su sierva. Desde ahora me
llamarán dichosa todas las generaciones,
porque el Todopoderoso ha hecho conmigo
cosas grandes...»
Lucas 1, 46-55
21. Mi alma canta al Señor,
y mi espíritu se alegra
en Dios, mi salvador,
porque ha mirado
la humildad
de su sierva...
Lucas 1, 46-55
22. «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha
intervenido para liberar a su pueblo; nos ha
suscitado un poderoso salvador, como lo había
anunciado por boca de sus profetas... Y tú,
niño, serás llamado profeta del Altísimo, pues
irás delante del Señor a preparar sus
caminos...»
Lucas 1, 67-79
25. «Por aquellos días salió un decreto de César
Augusto para que se empadronara todo el
mundo... También José, por ser descendiente
de David, fue desde la ciudad de Nazaret, de
Galilea, a Judea, a la ciudad de David, que se
llama Belén...»
Lucas 2, 1-7
26. Lucas subraya el momento histórico con datos.
Jesús nace en el seno de Israel: “pueblo elegido”.
Bajo Augusto, en el Imperio romano en expansión.
En la ciudad de David: Belén (cumpliendo las profecías).
28. «Mientras estaban allí, se cumplió el tiempo del
parto, y dio a luz a su hijo primogénito; lo
envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre,
porque no encontraron sitio en la posada.»
Lucas 2, 6-7
29. Jesús nace en la ciudad de David.
“No había lugar para ellos”: un niño sin techo.
Desde el primer momento, “los suyos no lo recibieron”.
Sencillez y amor en sus padres: los pañales a punto.
32. «Había en la misma región unos pastores
acampados al raso, guardando sus rebaños. Se
les presentó un ángel del Señor, y la gloria del
Señor los envolvió con su luz... No temáis, pues
os anuncio una gran alegría, que lo será para
todo el pueblo. En la ciudad de David os ha
nacido un salvador, el mesías, el Señor...»
Mateo 2, 1-2
33. Pastores: pobres, marginados y de mala fama.
La imagen del pastor: rey David, el Señor es mi pastor.
El que será buen pastor nace entre pastores.
Los ángeles les anuncian la buena noticia a ellos.
35. «Esto os servirá de señal: Encontraréis un niño
envuelto en pañales y acostado en un pesebre...
Ellos fueron deprisa, y encontraron a María, a
José y al niño acostado en el pesebre. al verlo,
manifestaron lo que les habían dicho acerca del
niño. Todos los que lo oían se admiraban...»
Lucas 2, 12-18
36. Los pastores van corriendo a ver al niño.
Se llenan de alegría y la comparten.
Todos se admiran.
María guardaba todo esto en su corazón.
39. «Cuando se cumplieron los días de la
purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron
a Jerusalén para ofrecerlo al Señor... y para
ofrecer el sacrificio según está ordenado en la
ley del Señor: un par de tórtolas o dos
pichones.»
Lucas 2, 22-24
40. Los padres de Jesús son devotos cumplidores de la Ley.
Jesús es circuncidado y rescatado; María es purificada.
El hijo primogénito es consagrado al Señor.
María ofrece el sacrificio de los pobres: dos palomas.
42. «Había un hombre llamado Simeón, justo y
piadoso, que esperaba la liberación de Israel...
Movido por el Espíritu fue al templo y, al entrar
los padres con el niño Jesús... lo recibió en sus
brazos diciendo: Ahora, Señor, puedes dejar
morir en paz a tu siervo, porque tu promesa se
ha cumplido...»
Lucas 2, 25-35
43. Simeón es un hombre justo, el resto fiel de Israel.
Actúa “movido por el Espíritu” y profetiza.
Predice el destino del niño Jesús: gloria y cruz.
La profetisa Ana también da gloria a Dios por el niño.
44. Ya puedes dejar morir en
paz a tu siervo, porque
mis ojos han
contemplado al Salvador
de tu pueblo Israel...
Lucas 2, 25-35
47. «Cuando cumplieron todas las cosas que
mandaba la ley del Señor, regresaron a Galilea,
a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se
fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de
Dios estaba con él.»
Lucas 2, 39-40
48. La familia de Jesús está sujeta a la Ley de Moisés.
Vida discreta y sencilla en el pueblo de Nazaret.
Jesús crece lleno de gracia: en cuerpo y alma.
51. «Cuando tuvo doce años, fueron a la fiesta,
como era costumbre. Terminada la fiesta,
emprendieron el regreso, pero el niño Jesús se
quedó en Jerusalén sin que sus padres se dieran
cuenta... A los tres días lo encontraron en el
templo sentado en medio de los doctores...»
Lucas 2, 41-50
52. A los doce años un chico judío ya es responsable para
cumplir toda la Ley.
Jesús va a Jerusalén: su destino. Y se queda allí, en la
casa de su Padre.
Con los doctores de la Ley: escucha y pregunta.
José y María no entienden todavía.
54. «Jesús fue con ellos a Nazaret, y les estaba
sumiso. Su madre guardaba todas estas cosas
en su corazón. Jesús crecía en sabiduría, en
estatura y en gracia delante de Dios y de los
hombres.»
Lucas 2, 51-52
55. La vida oculta de Jesús ocupará el 90 % de su tiempo.
Es sumiso a sus padres: obedece y vive como todos.
Pero crece en sabiduría y estatura: lleno de Dios.
57. Hágase en mí: dejar que Dios actúe en nuestra vida.
¿Qué será de este niño? Consagrados en el bautismo.
Los hombres que alegran al Señor se llenarán de alegría.
Felices los humildes y sencillos:
pastores, ancianos, resto fiel. Ellos verán a Dios.
Somos llamados a vivir en la alegría del Señor.