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La importancia de la letra X
1. Secretaría de Educación
NÚCLEO DE DESARROLLO EDUCATIVO
San Juan Girón
La importancia de la letra X
En este texto el premio nobel rinde en su ya original y
premonitorio estilo un tributo a la letra 'X', para fecha
ejercía la profesión de periodista, y desde esos primeros
años de su ejercicio se observaba su “irreverencia y
controversiales escritos ” .
Como maestros nos pasa con frecuencia, en las aulas
preguntamos si la alumna nueva se escribe con X o G (
Ximena o Gimena), y si mi apellido materno (Jiménez) es con J, o
viene de España con G, o si el país donde murió Gabo es
con X o con J.
"Es la letra de la discreción, de los silencios oportunos, del
callar cuando se debe; la letra de las rectificaciones
privadas. La X, en fin, es para nosotros el único recurso que
nos queda después del sincero examen de conciencia"
2. Secretaría de Educación
NÚCLEO DE DESARROLLO EDUCATIVO
San Juan Girón
La importancia de la letra X
POR GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Siempre he tenido una gran admiración por la letra X.
Parada en su penúltimo espacio del alfabeto, entre una W
políglota y de caprichoso sonido y una injustificada Z, cuya
única función parece ser la de complicar inútilmente la
composición ortográfica, la X se abre de brazos, en
perfecto equilibrio amoroso, y espera su turno que es, casi
siempre, el más importante. Nada se me parece tanto a la X
como una mujer parada en un muelle, con los dos brazos en
alto, de espaldas a la ciudad, de frente a la brisa, bajo el
cielo sin límite, diciendo su largo y desesperado adiós de
dos pañuelos.
En nuestro idioma, la X es una letra con legítimos y
envidiables títulos nobiliarios. Antes de que la J árabe y
bostezadera, echara su anzuelo en las aguas de nuestro
idioma, la X estuvo adelantada a Ximena —la campeadora—
y hacía más legítimo y añejo a nuestro buen Xerez.
Después, debió haber un golpe de estado. Alguien debió
perder la batalla alfabética, cuando la J entró dando
mandobles y tomó por asalto el puesto de la benemérita X
y, en cierta manera, muchas posiciones de la G.
3. Secretaría de Educación
NÚCLEO DE DESARROLLO EDUCATIVO
San Juan Girón
Ahora la letra X tiene, sin embargo, una función mucho más
importante. No sólo ha quedado relegada a una función
numérica esencial, sino que se acude a ella en los instantes
de mayor nobleza espiritual. X para los capítulos de los
libros, para cortar la hora en su octava rebanada de tiempo
menor.
Y en la máquina de escribir, donde la X parece ser siempre
la letra menos usual, más inútil para quienes no tenemos
ningunas relaciones de derecho privado con México, ni
tenemos el oído acostumbrado al Xilófono, ni manifestamos
el menor interés arqueológico por el hache de Sílex, ni
encabezamos rabiosas manifestaciones antisemíticas u
otras cualesquiera que justifiquen en nosotros una
acusación por xenofobia, ni tenemos suficiente sensibilidad
artística para dedicarnos a la xilografía; nosotros, quienes
ni siquiera sabemos qué pitos toca el saxofón, ni si el fox
música civilizada o el axioma digno de ser tenido en cuenta
como fundamento filosófico; nosotros, digo, aparentemente
no haremos nunca uso de la letra X.
Sin embargo, para quienes escribimos en máquina, la X es
una letra más necesaria que ninguna otra. Es la letra de
la discreción, de los silencios oportunos, del callar
cuando se debe; la letra de las rectificaciones
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San Juan Girón
privadas. La X, en fin, es para nosotros el único
recurso que nos queda después del sincero
examen de conciencia.
Si no existiera la letra X (y no siquiera existiría, ¿se han
dado cuenta?), cuántos dolores de cabeza habríamos tenido
si ella no se nos ofreciera para, oportunamente, escribir
esta sentencia que es quizás la más sabia que pueda
escribirse en una nota: Después de ella no existe el pasado.
Todos nuestros errores, todas nuestras debilidades y
flaquezas, llevadas inconscientemente al papel por el animal
que todo hombre lleva dentro de sí, quedan inmediatamente
perdonadas, olvidadas, como si en realidad no hubiera
existido nunca.
Es por eso por lo que hoy, después de haber pasado un día
angustioso tratando de encontrar un alimento adecuado
para esta jirafa diaria, me he formulado la única pregunta
posible: ¿xxxxxxxxxx?
Publicado, La jirafa, Septimus, El Heraldo, 1950