El Discurso de Gettysburg, pronunciado por Abraham Lincoln en 1863, condensó el sentimiento de una nación dividida por la guerra civil en solo 272 palabras. Lincoln rindió homenaje a los soldados caídos en Gettysburg y exhortó a los vivos a continuar su lucha por preservar la unión y garantizar que la nación, concebida en libertad e igualdad, sobreviva y la democracia perdure.