3. Existe un solo Dios, Creador de todas las cosas. El primer
deber del hombre es reconocerlo como su Dios y Creador,
darle gloria y el culto debido, amarlo. Amamos a Dios
sobre todas las cosas cuando le obedecemos sin
condiciones y estamos dispuestos a perderlo todo antes
que ofenderlo.
5. Tomar el nombre del Señor en vano es usarlo de una
forma irreverente. La frase “el nombre de Jehová”, incluye
palabras tales como “Dios”, “Señor”, y “Cristo”. Estas
palabras nunca deben ser usadas en ninguna
exclamación, juramento, o con falta de respeto.
7. Se santifica el domingo, que significa día del Señor, en
lugar del sábado, porque en tal día resucitó Jesucristo
Nuestro Señor. En los días de fiesta se nos manda
como obra de culto asistir devotamente al santo
sacrificio de la Misa.
9. Indica el orden de la caridad. Dios quiso que, después
de El, honrásemos a nuestros padres, a los que
debemos la vida y que nos han transmitido el
conocimiento de Dios. Estamos obligados a honrar y
respetar a todos los que Dios, para nuestro bien, ha
investido de su autoridad.
11. La vida humana es SAGRADA, porque desde su
comienzo, es Dios quien la crea. Solo Dios es Señor y
DUEÑO de la vida, desde que empieza hasta que termina
; nadie, en ninguna circunstancia, tiene derecho a matar a
una persona
13. El sexto mandamiento de la Ley de Dios nos prohíbe
todos los pecados contrarios a la castidad; entre los más
graves están la masturbación, la fornicación, la
pornografía, las prácticas homosexuales y el adulterio. El
sexto mandamiento prohíbe también toda acción, mirada o
conversación contrarias a la castidad.
15. El séptimo mandamiento prohíbe tomar o retener el bien
del prójimo injustamente y perjudicar de cualquier manera
al prójimo en sus bienes. Prescribe la justicia y la caridad
en la gestión de los bienes terrenos y de los frutos del
trabajo de los hombres.
17. El octavo mandamiento prohíbe decir mentiras y todo lo
que atenta a la fama y al honor del prójimo. El mandato
dice: No levantar falso testimonio, ni mentirás. En otras
palabras: No mentirás.
19. Mencionamos ya que el placer es parte de la sexualidad,
y que Dios nos da dos mandamientos para poder orientar
el instinto sexual. El sexto y el "noveno”, no consentirás
deseos impuros, que implica todo pecado interno.
21. Este mandamiento está contenido en el séptimo. Pero
insiste en que también se puede pecar deseando tomar
lo ajeno. Se trata, naturalmente, de un deseo
desordenado y consentido. El décimo mandamiento
prohibe la codicia.