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Hernández Angulo Maritza
Reporte de lectura de Los días que no se nombran de José Emilio Pacheco.
En honor del Día Internacional del Libro, la Asociación Nacional del Libro y la Cámara
Nacional de la Industria Editorial Mexicana eligen anualmente al autor más destacado del
momento por sus méritos literarios, después, hacen una recopilación de sus obras más
importantes y elaboran una antología con ellas, la cual se difunde de manera gratuita, a modo que
sea un obsequio para todos los lectores de México, ayudando así a difundir el hábito a la buena
lectura.
Ésta edición de Los días que no se nombran. Selección de poemas 1985-2009 de José
Emilio Pacheco, es la número treinta y dos, realizada e impresa durante el año 2011 por las
corporaciones mencionadas anteriormente. “La antología, reúne poemas de sus libros El silencio
de la Luna, La arena errante, Siglo pasado, La edad de las tinieblas y Como la lluvia” (Periódico
El Universal virtual, noviembre 2011).
“José Emilio Pacheco (Ciudad de México, 30 de junio de1939) es un poeta, ensayista,
traductor, novelista y cuentista mexicano, uno de los escritores más importantes de la literatura
mexicana del siglo XX” (Instituto Cervantes en línea). Debido a su gran trayectoria, preparación,
cultura y arte literaria, ha sido acreedor a diversos premios y reconocimientos, entre ellos, los
más importantes son: “Premio Nacional de Lingüística y Literatura en el año 1992 y el Premio
José Asunción Silva al mejor libro de poemas en español publicado entre 1990 y 1995 en el año
1996” (El Colegio Nacional virtual).
2. En cuanto a su escritura, tiene una excelente ortografía y una adecuación y coherencia
espectacular. Al momento de escribir tiene una correspondencia tan fiel entre las palabras y las
cosas. Una característica propia del autor, es que sufre los males de sus semejantes como si
fueran los suyos. En sus escritos, sus temas y obsesiones salen a relucir, ya que expresa su horror
por la violencia, la capacidad de amar de la gente, la solidaridad con los condenados de la tierra,
el huracán implacable, la ciudad, la infancia como territorio del descubrimiento y anticipo del
futuro desastre. Todo esto, lo describe de manera directa y activa, no como ejercicios de retórica,
lo explica como un instante, un momento que no se podrá repetir pero que queda sellado para
siempre en nuestra memoria. “Sus libros son, como la obra maestra de Michael Ende, la historia
interminable y, en su perfecto mecanismo, cada una de sus piezas narrativas es un ejemplo del
género” (Por Vicente Quirarte en La Jornada, agosto de 1999).
El autor apostó todas sus cartas para emprender, mediante textos breves e intensos, un
combate contra la ignorancia, la indiferencia y el olvido. “No hay lenguaje unívoco, y menos en
la poesía, pero José Emilio Pacheco ha logrado, a fuerza de perfeccionar su estilo, una claridad
semántica que no excluye la emoción desapasionada donde el yo se vuelve un nosotros, una
conciencia crítica que, tras convencerse y convencernos de la brutalidad del mundo, nos obliga a
apreciar mejor sus fugaces bellezas” (Vicente Quirarte, 2011).
“Como narrador destacan sus relatos: El viejo distante en 1963, El principio del placer en
1972, La sombra de la Medusa y otros cuentos marginales en 1990, la novela Morirás lejos en
1967 y Las batallas del desierto en 1981” (Instituto Cervantes virtual). Tradición y
vanguardismo, clasicismo y experimentación se dan la mano en los trabajos de dicho autor.
3. Al momento de realizar la lectura de este libro, tuve asombro sobre la manera en que José
Emilio Pacheco expresa su sentir. Los poemas que atrajeron más mi atención y que fueron de mi
agrado son Epitafio, Memoria, Imagen, El año pasado, Moda y Edades. Me interesé en estos
porque hablan sobre vivir el presente y nos hace reflexionar sobre el día de hoy, pensar que el
tiempo transcurre demasiado rápido y debemos gozarlo. Sin embargo, este mensaje lo transmite
con cierta frialdad, lo escribe de una manera directa y con mucha intensidad.
A diferencia de los demás poemas del libro, elegí estos por las reflexiones y sentimientos
que causaron en mí, sentimientos que no había encontrado en ningún otro texto, en ninguna
palabra, en nada. Me sentí identificada con ellos, detuve por un momento mi vida y comencé a
pensar en lo que he hecho, en lo que debo hacer, en lo que no hice, en lo que debería hacer.
Para lograr un mejor entendimiento sobre mis palabras, anexo a continuación los poemas
mencionados en párrafos anteriores.
Epitafio
La vida se me fue en abrir los ojos.
Morí antes de darme cuenta.
(José Emilio Pacheco, 2011)
Memoria
No tomes muy en serio
lo que te dice la memoria.
A lo mejor no hubo esa tarde.
Quizá todo fue un autoengaño.
La gran pasión
sólo existió en tu deseo.
4. Quién te dice que no te está contando ficciones
para alargar la prórroga del fin
y sugerir que todo esto
tuvo al menos algún sentido.
(José Emilio Pacheco, 2011)
El año pasado
Pasó por mí el año pasado.
Pasé a través de él como si fuera un fantasma.
Pasó por aquí sin vernos.
A su paso dejó más muertos
y fue a morir entre los otros pasados.
(José Emilio Pacheco, 2011)
Imagen
La foto queda allí. Detuvo un segundo.
Se convirtió en pasado en el mismo instante.
El oleaje del tiempo no cesa nunca.
La vejez nos distancia a cada minuto
de la imagen inmóvil donde quien fuimos
observa fiel al muerto que seremos.
(José Emilio Pacheco, 2011)
Moda
La moda pasa de moda.
La desnudez sigue intacta
como al principio del mundo.
(José Emilio Pacheco, 2011).
5. Edades
Llega un triste momento en la edad
en que somos tan viejos como los padres.
Entonces se descubre en un cajón olvidado
la foto de la abuela a los catorce años.
¿En dónde queda el tiempo, en dónde estamos?
Esa niña
que habita en el recuerdo como una anciana,
muerta hace medio siglo,
es en la foto nieta de su nieto,
la vida no vivida, el futuro total,
la juventud que siempre se renueva en los otros.
La historia no ha pasado por ese instante.
Aún no existen las guerras ni las catástrofes
y la palabra muerte es impensable.
Nada se vive antes ni después.
No hay conjugación en la existencia
más que el tiempo presente.
En él yo soy el viejo
y mi abuela es la niña.
(José Emilio Pacheco, 2011).
Para concluir con todo lo expuesto anteriormente, diré que este libro es completamente de
mi agrado, muy diferente a los demás libros de poesía que he leído. Contiene una estupenda
selección de poemas que nos ponen a pensar en la vida. El autor, a diferencia de otros poetas que
6. conozco, es muy directo, frío, pero sensible a la vez. En pocas palabras, un libro fantástico, que
nos inspira a seguir leyendo.