El documento resume brevemente la novela "La Rebelión de Atlas" de Ayn Rand, la cual explora qué sucedería si los principales impulsores de la economía decidieran dejar de trabajar. Luego cita un pasaje donde un personaje describe la soledad y aburrimiento que sienten los grandes logros cuando están rodeados de mediocridades. Finalmente, el orador señala que en su departamento universitario no sienten ese aburrimiento gracias al talento que los rodea y que ayudan a formar.
Palabras de Cierre de la Jornada de Ingeniería Industrial 2012
1. Palabras de Bienvenida
Clausura de la Jornada de Ingeniería Industrial 2012
Dr. José Enrique Alvarez Estrada
4 de mayo de 2012
En 1991, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y el Círculo de Lectores,
hicieron una encuesta entre sus socios, preguntándoles qué libro había marcado sus
vidas con mayor profundidad. No resultó sorpresivo que La Biblia quedase en primer
lugar; pero sí lo fue su segunda selección: "Atlas Shrugged" ("La rebelión de Atlas").
Esta obra, de la pluma de la filósofa y escritora ruso/estadounidense Ayn Rand, y
publicada por vez primera en 1957, es casi desconocida en América Latina,
especialmente en las universidades públicas, pues la autora siempre fue una acérrima
defensora del egoísmo racional, el individualismo, y el capitalismo laissez faire,
argumentando que es el único sistema económico que le permite al ser humano vivir
como ser humano, es decir, haciendo uso de su facultad de razonar. En consecuencia,
rechazaba absolutamente el socialismo, el altruismo y la religión.
La obra, que inicialmente se titulaba The Strike (La Huelga), reflexiona acerca de qué le
sucedería al Mundo si sus principales impulsores decidieran cesar sus labores. El título
de "La Rebelión de Atlas" le fue sugerido por su esposo, equiparando la figura de estos
empresarios al titán mítico que carga a sus espaldas los destinos del mundo.
En la segunda parte de la obra, Rand pone en boca del Dr. Robert Stadler, Jefe del
Instituto de Ciencias Estatales, la siguiente reflexión:
“¿conoce usted el estado de ánimo de quienes ocupan un lugar secundario en la vida? Se
sienten dominados por el odio hacia los mitos ajenos. Son mediocridades que
permanecen sentadas, temblorosas, pensando que el trabajo de otro puede resultar mejor
que el suyo. No tienen la menor idea de la soledad que se apodera de uno cuando
alcanza la cima, la soledad de anhelar un igual, una mente capaz de respetar y admirar el
2. logro ajeno. Nos enseñan los dientes desde sus madrigueras de ratón, pensando que a
uno le complace ver cómo el propio brillo los hace casi invisibles, mientras la realidad
es que uno daría un año de su vida para observar un chispazo de talento en cualquiera de
ellos. Envidian el triunfo. Su sueño de grandeza es un mundo en el que todos los
hombres sean inferiores a ellos y lo reconozcan así. No se dan cuenta de que dicho
sueño es la prueba infalible de su mediocridad, porque semejante mundo es
precisamente el que el triunfador no podría soportar. No tienen modo de saber lo que
aquél siente cuando está rodeado de inferiores. No, no es odio, sino aburrimiento, un
aburrimiento terrible, desesperanzado y paralizador. ¿De qué sirven la alabanza y la
adulación si proceden de hombres a los que uno no respeta? ¿Ha sentido alguna vez el
anhelo de tener a su lado a alguien que provoque su entusiasmo? ¿Alguien a quien no
mirar de arriba abajo, sino lo contrario? ”
Afortunadamente, aquellos de nosotros que tenemos el privilegio de trabajar en el
Departamento de Ciencias Básicas e Ingenierías de la Universidad del Caribe, no
sentimos ese aburrimiento, ni debemos sacrificar el proverbial año de vida. Todos los
días convivimos con el talento. Nos gusta pensar que ayudarmos a formarlo, o cuando
menos a no deformarlo. Eventos como la Jornada de Ingeniería Industrial 2012 nos
permiten ver la conversión de este talento potencial en cinético, vislumbrar el brillante
futuro que tenemos por delante, si hoy nos atrevemos a soñarlo y mañana a ponerlo en
práctica.