2. Conviven con diferentes modelos de adultos en los hogares, en
las escuelas, en los clubes y barrios.
3. Los jeans suplantan la ropa de vestir;
La ropa comenzó a utilizarse sucia y rotosa;
Las malas palabras aparecieron en el lenguaje
cotidiano y en los medios masivos de comunicación;
Para esta generación, saludar, pedir por favor,
agradecer, resulta antiguo, se niegan a la utilización de
estas formalidades.
4. La publicidad también los ubica en el lugar de
modelo social e incitan a ciertas conductas;
Productos para adultos que no quieren perder la
juventud o fantasean con no haberla perdido;
5. Clase media:
Etapa en la cual los padres se ocupan de la
supervivencia y de la formación que le
proporcione mejores posibilidades en el futuro.
Los sectores populares no tienen la posibilidad de
disfrutarla, el trabajo, los embarazos prematuros, la
falta de dinero, no permite sostener la ilusión de ser
eternamente jóvenes.
6. Las discotecas son el espacio de encuentro de los
jóvenes de sectores medios, el fenómeno de estos
locales creció sobre llevar al extremo la selección
de público, y su mecanismo de fuerte
discriminación. Ser admitido es el gran estímulo
para acercarse a ellas.
Los sectores de menores recursos se identifican
por compartir los mismos objetos de consumo de
marcas más económicas, por recitales y lugares
de bailes propios. Se sienten reconocidos e
identificados y no tienen muchas posibilidades
de ir a otros lados.
Subrayan constantemente “va gente como
nosotros”.
7. Los jóvenes son quienes crean las reglas, regulan el
espacio, y los horarios.
El mundo de la inseguridad, el desempleo, la
violencia, la pobreza y el pesimismo de la
sociedad queda afuera de bebida, la música, la
belleza juvenil.
La llamada cultura de la juventud en realidad es
una cultura de gente que no es joven, pero que
ha decidido disolver su adultez y absorberla en los
modelos una vez considerados adecuados para
los niños y los adolescentes.
8. Infancia
• 0 a 15 – 16 años
Adolescencia
• Hasta los 21 - 23
Adultez
• Hasta los 50 - 55
Vejez
•Hasta los 70
Infancia Adolescencia Adultez - Vejez
• 0 a 8-9 años •¿Hasta cuándo?
¿30 – 35?
•Hasta los 80 - 90
Hasta la primera mitad del siglo XX.
Desde la segunda mitad del siglo XX.
9. La adolescencia se extiende de tal manera que ya no hay
necesidad de salir de ella, dado que llegar a la adultez ha
dejado de estar valorizado y mantenerse joven es lo ideal.
La prolongación de la vida y el mayor número de “viejos”
que consiguen llegar a esta etapa no ha hecho más que
aumentar su desvalorización.
La sociedad actual permite entre otras cosas “elegir”, que
edad se quiere tener.
10. 1950:
Los hijos no tenían ningún derecho a llevar una
vida privada, su tiempo libre no les pertenecía,
estaba a disposición de sus padres, quienes les
encomendaban mil tareas, vigilaban sus
relaciones.
Los niños tenían de posesiones aquellos tesoros
que podían esconder de la vigilancia materna en
algún bolsillo o cajón, como piedritas, monedas. Ni
ellos ni sus hermanos adolescentes disponían de
dinero más que a través de algún regalo familiar,
cuyo gasto era supervisado.
11. Más tarde se produce un gran cambio de
panorama, los jóvenes ingresan al mercado de
trabajo, los fines de semana y vacaciones lo cual
permite que tener un ingreso propio.
El mercado descubre consumidores y comienza a
producir para ellos.
En la actualidad se cree que si los padres no
satisfacen sus deseos quedan mal ante aquellos
que si lo hacen, quienes además mejoran su status
mostrando cuanto gastan en sus hijos.
12. Acostumbrados a consumir, entrenados para una
oferta permanente de novedades, los mayores de
este grupo tienen poca capacidad de espera, es
mínima la tolerancia a la frustración.
De un momento para otro son capaces de
decretar que tal ídolo u objeto ya fue, y allí se
termina todo.
Este grupo no toma en cuenta todo lo que tenga
que ver con propuestas concretas, no aceptan
grandes proyectos a futuro, se sitúan en el ahora,
por ello los productos y servicios que se le ofrezcan
deben ser a corto plazo.
13. Los jóvenes consumistas son educados de
un modo que, años atrás sólo podían
permitirse a los muy ricos.
Los adultos clase media y alta crían a sus
hijos sin tolerancia a las frustraciones, creen
que con eso han de solucionar todo.
Los adultos deben advertir cuando el
consumo representa una regresión y
cuándo se inscribe en un proceso de
individuación.
14. Debemos enfocar el niño desde su nacimiento.
Nacemos exigiendo satisfacer deseos, a los gritos.
Las respuestas a las exigencias han ido cambiando.
Los niños llegan a los jardines sin ningún limite y los
padres piden a la institución ayuda porque ellos
no pueden ponerlos. No pueden con un niño de
dos o tres años, esto permite hacer un pronostico
ominoso para el futuro adolescente.
La escuela no puede suplantar lo que la familia
no ha dado.
15. Este niño, incapaz de convivir con otros, agresivo ante cualquiera
que limite sus deseos, tiene padres que lo han criado de manera
natural, sin frustraciones y exponiéndolo a las satisfacciones que
crea el mercado.
Crece, se convierte en adolescente, descubre que por ricos que
sean sus padres ya no pueden darle todo lo que quiere.
A medida que las frustraciones se juntan, el adolescente ha logrado
cierta independencia y capacidad para lograr sus propias
soluciones, tiene un camino abierto: Las DROGAS.
16. Adultos que miran a los jóvenes y se ven a ellos mismos.
Abandono = Libertad.
Padres separados, los hijos son los verdaderos
perjudicados, el problema no es entender a los jóvenes
sino no actuar como adultos. Ocupan el escenario con
sus intereses y los hijos quedan a la espera que alguien
se haga cargo de que son menores y están sufriendo.
Los jóvenes deberían conocer sus limitaciones, ser
humildes y tolerantes.
Quienes están llamados a cumplir con la función de
padres no parecen contar con un repertorio
demasiado sólido para ejercer su papel con la
transparencia necesaria. Aspiran a parecerse a ellos
mismo, y no ofrecen una contraparte para que
puedan diferenciarse con nitidez.
17. Tener un padre que trata de
ser adolescente cuando ya
no tiene edad para serlo es
vergonzante. El padre hace
el ridículo creyendo que no
se le nota la edad y porque
se desubica de su lugar. Bajo
la vergüenza aparece la
sensación de abandono,
porque no hay un adulto
acompañando a su hijo sino
un aparente igual que
compite con él en el mismo
terreno.
18. Adolescentes de 16 – 17 años realizaron imágenes
que representan situaciones conflictivas entre
padres e hijos.
Alejandro fuma porro en el baño de la escuela; la
intervención de la dirección y del padre sólo
agrava las cosas.
El padre se droga y termina destruyendo a la
familia.
Las peleas de los padres llevan a su hija a
drogarse, ellos se dan cuenta demasiado tarde.
En el futbol, en la familia, en la política, los adultos
generamos violencia.
19. Visto por algunos adolescentes: Una posibilidad de
insertarse en el mundo de trabajo, con bajos
ingresos. Para lograrlo exige esperar, hacer
esfuerzos, recibir satisfacciones que no cotizan en
la cultura adolescente, como una calificación. La
escuela enseña a ser pobre, trabajador, esforzado,
con el reconocimiento de los demás aunque no
les de dinero.
Estadísticamente las mujeres valoran la educación
y el esfuerzo de sus padres, los jóvenes viven al día
prefieren no trabajar, ni estudiar, vivir como si
fueran ricos, recurren a métodos mágicos, rápidos
y de poco esfuerzo. Se sienten demasiado valiosos
para someterse a nadie.
20. La escuela estatal debe hacerse cargo del desarrollo
afectivo y vincular del joven adolescente. Si bien la maestra
fue considerada una segunda mamá , ese rol pasó a ser
dramáticamente necesario cuando las primeras mamás
buscaron otros modos de realizarse que no fueran solamente
sus hijos.
El estudiante pasó a ser visto como un niño indefenso,
abandonado, al cual sistema educativo debía adoptar y
mantener adentro a cualquier costo.
Desertores escolares años atrás abandonaban la escuela
entre 3° y 4°, otros entre 1° y 2°, pero era alguien que se iba
con los mínimos elementos para manejarse dentro de la
cultura letrada de la época, además dejaba la escuela y
alguien lo cobijaba, había un hogar, una familia, cariño,
vestimenta y circuitos de trabajo en los que de alguna
manera terminaba integrándose.