1. Trabajo Práctico Sociología Jurídica Nro 2 “
Ciudadanía y movimientos sociales”
Juan Miguel Litvachkes. Mat: 2009163107
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Universidad Nacional de Córdoba
Facultad de Derecho y Cs. Sociales
Sociología Jurídica
Catedra “B”
Docente: Prof. Silvana Begalá
Trabajo práctico nro. 2 “Ciudadanía y movimientos sociales”
Alumno: Juan Miguel Litvachkes
2. Trabajo Práctico Sociología Jurídica Nro 2 “
Ciudadanía y movimientos sociales”
Juan Miguel Litvachkes. Mat: 2009163107
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Objetivo: Se pretende que los alumnos incorporen la perspectiva, los conceptos y
dimensiones brindados desde la teoría sociológica para analizar y reflexionar
sobre acontecimientos contemporáneos en el contexto del proceso de
globalización.
Contenidos de la materia relacionados: Unidad 3 y 5 (globalización, ciudadanía
y movimientos sociales)
Consignas:
1) Mira estos videos que te sugiero en Internet (puedes buscar otros) relacionados
al los acontecimientos producidos en Madrid el 15 de mayo de 2011.
http://video.es.msn.com/watch/video/expertos-analizan-las-causas-y-
consecuencias-del-movimiento-15m/6vyxtuv5?from=%7Bfrom%7D
http://video.es.msn.com/watch/video/diferencias-entre-las-movilizaciones-del-15-
m-y-las-de-los-70/6y793ex7
http://video.es.msn.com/watch/video/acam
pada-en-sol-bajo-la-
lluvia/6y05v1xw?from=%7Bfrom%7D
http://www.youtube.com/watch?v=fRNkEA
SBuaU
http://www.youtube.com/watch?v=2S214g
pAVdg&NR=1
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2) Analiza estos acontecimientos, el contexto en
el que se desarrollaron y sus distintas
dimensiones (no olvides la dimensión jurídica y
el uso del derecho). Guía tu reflexión con los
textos de Susana Villavicencio y Antonio Carlos
Wolkmer propuestos en el material de estudio.
3) Elabora, con tu análisis, un ensayo* de no
menos de una Página y súbelo al aula o
entrégalo en alguna de tus clases (tienes tiempo
hasta el 13 de junio inclusive).
*Para guiarte sobre cómo realizar un "ensayo" puedes visitar
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2737285
http://antiguo.itson.mx/die/mdomitsu/Herramientas%20Didacticas/Como%20Realiz
ar%20un%20Ensayo.pdf
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Desarrollo
El concepto clásico de ciudadanía está en crisis vaticinó Susana
Villavicencio en los albores del 2001, en plena etapa de caos en Argentina. La
autora ni siquiera imaginaría que diez años después la misma afirmación valdría
para la madre patria, España.
Villavicencio postulaba las razones que desde distintas posturas
encontraríamos para explicar la crisis del concepto de “Ciudadanía”. En primer
lugar, siguiendo una postura marxista, cita la abstracción de la igualdad que
plantea el Estado burgués. Sumado a esto el carácter de democracia formal
contrapuesta a la democracia real (democratización de todas las instancias de la
sociedad).
Continúa nuestra autora diciendo que ésta situación se manifiesta en una
crisis de representación de política. Es aquí donde comienza nuestro análisis en
relación al material fílmico. Los sucesos del 15 de Mayo de 2011 se dan en
vísperas de renovación política en Europa, sin embargo, los jóvenes (indignados),
se dan cuenta que esto no va a ser suficiente para que su futuro mejore. Esto lo
vemos expresado en el testimonio de una chica que a pesar de estar reclamando,
manifiesta que va a omitir votar, porque eso simplemente no cambiará nada.
Villavicencio nos dice que “La crisis de representación que enfrentan hoy muchas
democracias occidentales se manifiesta tanto en la desconfianza en las formas
clásicas de la mediación política”. A renglón seguido nos resume lo antedicho
recurriendo al concepto de apatía del ciudadano.
Partir de esta apatía en el contexto del reclamo de los indignados, que son
jóvenes que piden simplemente una oportunidad laboral, la posibilidad de un futuro
que está siendo negado por haber entregado el aparato estatal al servicio de los
intereses del neoliberalismo, nos parece a priori contradictorio. La apatía no trae
consigo el fin de la ciudadanía y su acción en el campo de la política. Muy por el
contrario, “la figura del ciudadano retorna con nuevos énfasis en el discurso
teórico de las democracias contemporáneas”.
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Y los que retornan son los indignados, “como las formas espontáneas de
acción colectiva que asumen los reclamos de derechos de género, de grupos
minoritarios o las protestas frente a los riesgos de la mundialización económica”
(Villavicencio). Aquí llegaron los que reclaman en España, quienes piden por el
reconocimiento de derechos.
¿En qué contexto se ocupa la Puerta del Sol? En lo que De Souza Santos
llama capitalismo desorganizado. “las dos promesas „realistas‟, que, hasta cierto
punto, se habían concretado en los países centrales del sistema mundial a lo largo
del segundo periodo- la promesa de una distribución más justa de los beneficios
sociales y la promesa de un sistema político estable y relativamente democrático-
no han tenido, en este período, continuidad”. Es claro lo que dice un indignado
español: “No queremos que España abandone el Estado Social”. Villavicencio
señala con detalle esto al manifestar que el sentido de pertenencia radica ahora
en la posibilidad (o no) de su inserción en la vida social y económica, de la que
depende su identidad y sus motivos de acción. Sin caer en el pecado de ser
iterativo, debemos decir, que los españoles no están reclamando por ser
españoles, sino por políticas que los integren al mundo social y económico. Desde
este momento, en esta crisis del concepto clásico de ciudadanía, las minorías se
agruparán para exigir el reconocimiento de algún derecho vulnerado por el Estado.
En una dimensión normativa podemos decir que una verdadera
democracia no existe sin una sociedad civil activa y con capacidad de ejercicio de
juicio político. Sobre este punto Villavicencio hace un análisis pormenorizando,
comparando el objetivo de los autores griegos en relación a la democracia, ellos
pretendían definir a la democracia real como un espacio donde no había opiniones
encontradas. Pero hoy en día, entendemos que la política lleva inherente en ella al
conflicto, no hay democracia sin el juego de desacuerdos y acuerdos. Con
excelente tino, Wolkmer nos establece la necesidad de redefinir a la sociedad civil
como espacio público pulverizado por la legitimación de nuevos sujetos sociales,
que implementan sus necesidades fundamentales y buscan la producción de un
derecho comunitario. Con todo esto debemos concluir que esta nueva sociedad
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civil, enrolada en un nuevo concepto de ciudadanía puede construir una
democracia no delegativa. Sin duda, los hechos del 15 de mayo de 2011, como la
primavera árabe son ejemplos prácticos de esta nueva democracia.
Desde la dimensión de la sociedad civil, nos sigue diciendo nuestra autora
que ésta fue reemplazada o subsumida por lo económico, debilitando lo político.
Hacemos referencia aquí al concepto de subpolítica en Beck. Los indignados son
el mejor ejemplo de esto, su interés es pertenecer a la dinámica económica de la
que han quedado expulsados por los intereses de las empresas, que han
debilitado al Estado, que no puede generar los mecanismos para darle una
solución a los reclamos.
Desde la dimensión política podemos mencionar que ésta ha perdido
centralidad, ya que cada vez más intervienen agencias no responsables en las
decisiones políticas, en detrimento de los órganos propios de la política
deliberativa. El pedido del “15 M” radica básicamente en una exigencia al Estado
Español, pero este ya no puede contestar esos reclamos, porque sus decisiones
son sometidas y controladas a organismos que presionan a la hora de tomar
decisiones, pero que a la vez, no reciben ningún reclamo ni tienen indignados.
Claro es el ejemplo del pueblo griego y los rescates económicos a los que se
vieron sometidos, por parte de la Unión Europea y diversos bancos.
Por último llegamos a la dimensión jurídica, anexando aquí el uso del
derecho. Wolkmer, considera que estamos ante el nacimiento de prácticas legales
alternativas. Esto implica, el reconocimiento de un derecho dominante, que en
palabras del autor es “reconocer el derecho moderno como la corporificación de la
voluntad estatal, como la condensación de las relaciones de fuerzas y como el
control represivo a favor de los grupos dominantes.”
Ante esto, nace como respuesta la dimensión alternativa del derecho, es
decir, una variante de justicia distinta de la que fue instituida como obligatoria y
burocratizada. Con esto, podemos utilizar al derecho “como un instrumento de
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lucha, de defensa y de liberación contra la dominación impuesta”. El derecho nos
va a llevar a construir una sociedad más justa.
Concluye Wolkmer diciendo que el derecho alternativo, también es el
“Derecho encontrado en la calle”. En lo personal considero que el caso de España
es el de nuevo derecho y se resume en las palabras de un joven indignado que
arenga a su generación a sumarse a la protesta… “Vente aquí con nosotros a
luchar con todos nosotros, tío, pacíficamente, siéntate, aprende, coge libros, haz lo
que sea, pero lucha por tu futuro, lucha por ti, lucha por lo que quieras tío”.
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Las comparaciones son odiosas dicen, pero a veces nos ayudan a graficar
acontecimientos y explicar fenómenos. España dijo basta, los jóvenes lo hicieron,
se cansaron de estar callados y que la vieja política sin fuerza, envejecida e
ineficaz, que se presta a los juegos de la subpolítica neoliberal les arruine su
futuro, sueños y posibilidades. Así como también, la sociedad Argentina lo hizo en
el 2001, se dijo BASTA!
Lo raro de todo esto, es que la crisis producida por las políticas
neoliberales y la evolución de la sociedad civil fueron los únicos motores que
llevaron a que dos sociedades que convivían con el miedo de períodos
dictatoriales (el franquismo en España y la dictadura Argentina entre los años ’76 y
’83) se hagan escuchar.
El uso del nuevo derecho alternativo y la organización espontanea de
grupos que reclaman por sus derechos oprimidos o negados son sin dudas unas
de las herramientas que la sociedad argentina mejor ha sabido llevar adelante en
los últimos diez años. Luego de realizarse de que las políticas neoliberales, el
debilitamiento del Estado y el avance voraz del mercado, crearon el ambiente que
llevo al país a una de las peores (y porque no la peor) crisis de la historia.
La política ya no podía dar respuestas, la democracia representativa
burguesa había mostrado la hilacha y sus límites a la hora de dar respuesta. Fue
la sociedad civil que mostró su coraje, para erigirse en la función política, no
buscando conquistar el poder, sino generando influencias en la esfera política
pública cultural (Liszt Vieira). El 20 de diciembre de 2001, quedará impreso en la
memoria de todo argentino, ese día quedo explicito el cambio en la sociedad civil.
Sin duda, desde ese día hasta la fecha hay muchos ejemplos en donde la
sociedad civil ha recurrido a estas prácticas. Casos como los de la ley Blumblerg
y el matrimonio igualitario, son ejemplos de que la sociedad civil en la actualidad
(en forma individual y colectiva) es capaz de actuar de forma solidaria,
responsable y ética, separándose del inmovilismo pasivo del beneficio
individualista comprometido.
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El caso de España presenta similitudes, los jóvenes indignados se hicieron
escuchar y el mundo los vio e hicieron eco de aquello, queriendo contraponer lo
local terminaron creando un movimiento mundial, pero que en cada lugar tuvo su
tinte especial.
Esto no hizo más que confirmar que Villavicencio plasmó en el caso
Argentino una teoría aplicable en otras escalas, en el fondo comparte el origen (el
caso argentino y el español), el detrimento de las promesas de la modernidad, en
manos del capitalismo desorganizado. Una sociedad civil que está cansada y ve
que su futuro no trae rosas.
Posiblemente España se halla abierto a una era donde la sociedad civil va
a tomar más protagonismo del que venía teniendo, posiblemente las sentadas
frente a la Puerta del Sol, sea una nueva modalidad de expresar el descontento
social, posiblemente los jóvenes impulsen a que la crisis en España se supere.
Sin embargo, España tiene distintos desafíos, la dimensión política tan
debilitada debe recuperar protagonismo, el Estado debe encontrar la forma de
responder a las demandas de la sociedad civil, porque ya ha quedado claro, que
en la teoría y en la práctica la nueva ciudadanía ha llegado para quedarse y jugar
el papel que le corresponde en el sistema político. Ya han dado el paso más
importante, han hablado, se han manifestado, han dejado atrás el egoísmo e
individualismo que caracterizó a las sociedades neoliberales de los años
anteriores, han superado sin duda el miedo a expresarse y quejarse.
Un estudiante planteaba que el Estado debía volver a las políticas del
segundo período mencionado por Santos. Por lo pronto eso no debe estar en la
agenda de la derecha que gobierna España en estos momentos. Pero más allá de
esto, el gobierno debe sentir el peso de la presión ejercida por la sociedad civil,
que no va a callar ni dimitir en sus reclamos.
