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El consultor empresarial, esa difícil elección
1. El Consultor Empresarial, esa difícil elección
Escrito por José David Vergara López.
La elección del consultor empresarial como la ayuda externa ideal.
Cómo debe ser el consultor para su empresa o negocio. Algunos aspectos
claves para que su elección sea la correcta.
Muchas MYPES y PYMES en algún momento han tenido la necesidad de
buscar ayuda externa para la organización, de encontrar una buena asesoría
empresarial que les dé al menos un consejo profesional y asertivo en alguna
problemática que presenten sus empleados o su negocio, y es en ese
momento cuando los asaltan varias dudas, ¿cómo debe ser un buen perfil de
un consultor o asesor empresarial, será el indicado, lo que cobra está bien y es
lo justo, sus consejos traerán buenos dividendos?, pues bueno, he aquí
algunos factores que se deben tener en cuenta a la hora de realizar esa sabia
elección.
Primero que todo, y espero no aguarles la fiesta, esa persona antes que nada
debe tener don de gente o carisma y un alto contenido de humildad, esto lo
digo ya que en la mayoría de los casos las MYPES y PYMES sólo se preocupan
porque el consultor dé garantías económicas, y si éste muestra cierto poderío
económico o un alto estrato se dejan deslumbrar por sus gestos intelectuales
y hasta por su vocabulario rebuscado, técnico y mercadológico.
Se debe comprender que la labor del consultor cualquiera que sea la
problemática empresarial es una actividad netamente social, sobre todo
porque él es un factor externo a la organización y sólo desde la buena
interacción que éste tenga con el recurso humano podrá impartir mensajes y
consejos positivos que sean luego acatados y aplicados con mayor facilidad; lo
que lleva a fijarse en la ética y en la reputación profesional del consultor, sólo
con estos elementos se logrará la confianza para la buena comunicación con
su organización o empresa.
Prescinda siempre de las actitudes egocéntricas y excéntricas, no son
cualidades que permitan elevar el nivel de capacitación, ni mucho menos la
transmisión del conocimiento. La consultoría como labor social no debe
prometer dar solución a todo, debe centrarse en un objetivo específicamente
para poder hacer entrega del diagnóstico y dejar claros los compromisos a
seguir para la obtención de los nuevos objetivos.
2. Dude siempre del consultor o de la empresa asesora que ridiculice o
desacredite a su competencia, y más de quien habla mal de los otros
consultores que no dieron resultado al caso que su empresa le está
presentando; recuerde que las ventajas competitivas para que sean efectivas
deben ser bien estudiadas sin prejuicio alguno.
Lo más probable sea que algunas de las propuestas hechas por el consultor
vayan en contravía e intervengan con el sistema organizacional e interrumpan
en las labores de los empleados, desista en contratar al asesor que no permita
la opinión o colaboración suya o de sus empleados, sobre todo porque éste,
desde su propuesta estratégica, debe propender siempre por el trabajo en
equipo.
Por último, desconfíe del consultor que para iniciar un diálogo con usted
siempre debe hablar de lo que hizo en otras empresas. Recuerde que la labor
de la consultoría es una acción social y ética y para nada egocéntrica, al fin y al
cabo usted es quien acude al consultor, ya su reputación profesional ha
hablado por él, y este no va de empresa en empresa buscando quien tiene
algún problema.