La guerra de los pobres
Lamentablemente esta semana otras trece familias más viven el luto que deja un conflicto con más de 60 años de antigüedad, son once pobres militares muertos, jóvenes colombianos que con el afán de sacar a sus familias adelante ponen su vida en juego defendiendo los preceptos de nuestra constitución política, y dos pobres guerrilleros que ante la falta de oportunidades y ante la posibilidad de obtener algún tipo de reconocimiento optan por integrar las filas de la subversión.
1. LA GUERRA DONDE LOS MUERTOS LOS
PONEN LOS POBRES.
Por: Jesús Homero Murillo Gómez
Lamentablemente esta semana otras
trece familias más viven el luto que deja
un conflicto con más de 60 años de
antigüedad, son once pobres militares
muertos, jóvenes colombianos que con el
afán de sacar a sus familias adelante
ponen su vida en juego defendiendo los
preceptos de nuestra constitución
política, y dos pobres guerrilleros que
ante la falta de oportunidades y ante la
posibilidad de obtener algún tipo de
reconocimiento optan por integrar las
filas de la subversión.
Son trece pobres colombianos, esto sin
tener en cuenta a los militares que se
encuentran hospitalizados y que aún
tienen sus vidas en riesgo o los que
quedaron mutilados y marcados de por
vida ante un ataque inmisericorde, y a los
guerrilleros heridos que son retirados por
sus compañeros y en caso de muerte son
abandonados en fosas comunes.
El país está consternado pero no de luto,
mataron a once héroes de mi patria y
todo sigue igual, todos los trabajadores,
oficiales y no oficiales salieron a cumplir
con sus deberes como si nada hubiera
pasado. ¿Será que nos hemos
acostumbrado a este tipo de noticias y lo
sucedido pasa a formar parte de las
estadísticas y no más?. El proceso de paz
no se ha suspendido, pero el Presidente
Juan Manuel Santos anunció el reinicio
de los bombardeos a los campamentos
de las Farc. Ahora, los posibles acuerdos
del proceso de paz están más lejos y no
necesariamente por la muerte de estos
once soldados si no, por las decisiones
gubernamentales que nos hacen sentir
que tenemos varias clases de
ciudadanos, ciudadanos de primera y
ciudadanos de segunda o mejor,
ciudadanos ricos y ciudadanos pobres.
En noviembre de 2014 el país fue
sorprendido con la noticia de que el
General Rubén Dario Alzate, Comandante
de la fuerza de tarea conjunta Titán,
había sido secuestrado por las Farc. en
zona rural de Quibdó, de inmediato se
pronunció la Presidencia de la República
2. y exigió el retorno del General so pena de
no continuar con los diálogos de paz,
ante la determinación mostrada por el
ejecutivo, los subversivos, que saben que
no hay forma de terminar el conflicto
diferente al diálogo, liberan al General
Rubén Dario Alzate y reanudan las
conversaciones en la Habana. La posición
del Gobierno fue firme, esto debido a
que un ciudadano de primera estaba
siendo vulnerado. Ahora once
ciudadanos del común son asesinados
vilmente, once soldados que no ganan
más de cinco salarios mínimos (esto
siendo optimistas) y el Presidente
anuncia la reactivación de los
bombardeos y las conversaciones en la
Habana continúan como si no hubiera
pasado nada. ¿Se hubiera procedido igual
si hubieran matado al General Rubén
Dario?, es aquí donde el proceso pierde
credibilidad, ¿se está negociando la paz
de los ricos y no interesa lo que sucede
con la guerra de los pobres?, el reto es
grande, de lo que acontezca en los
siguientes días con los responsables del
ataque al comando militar, dependerá la
sensación del común de la gente. Esto
representa un recrudecimiento del
conflicto, el Gobierno debe mostrar que
tiene dominio de la situación y dar de
baja a los perpetradores del ataque,
otros pobres colombianos u otros
colombianos pobres que entrarán a
engrosar la lista de los sacrificados de
una guerra o de un conflicto en el que los
muertos los ponen los pobres. Pobres
soldados, pobres guerrilleros, mejor
dicho, soldados pobres, guerrilleros
pobres enfrentados en una guerra llena
de odios y desencantos, poniendo sus
humanidades al frente del cañón del
enemigo, defendiendo una causa que ni
siquiera entienden y perpetuando un
conflicto del que no conocen sus
orígenes, conflicto que es para muchos
de sus superiores un negocio muy
lucrativo, entonces, mientras unos ponen
el pecho a la balas dejando huérfanos,
viudas y en general familias carcomidas
por el dolor y la tristeza, otros se
regocijan en las mieles de la guerra y
disfrutan de la paz que se deriva del
sacrificio de unos cuantos.
El reto es grande, una vez firmada la paz,
si es que alguna vez se firma, es
necesario legitimar los acuerdos ante
más de cuarenta millones de pobres, y
ante tanta desigualdad, ante la existencia
de ciudadanos de segunda y ciudadanos
de primera es posible que la subversión
3. solo cambie de nombre y de cúpula.
En mi opinión, si se quiere lograr la tan
anhelada paz, es necesario realizar
inversiones decididas en educación, en
infraestructura y en eliminación de la
corrupción y las maquinarias políticas,
llevando a las regiones y al campo
oportunidades de desarrollo y progreso,
es necesario mostrar que la subversión y
las armas no son el camino para lograr el
reconocimiento y que trabajando duro y
honestamente se pueden lograr
condiciones de vida dignas.
Llevamos muchos años recibiendo
mensajes erróneos, al parecer, aquellos
que renuncian a grupos armados tienen
más oportunidades y más
reconocimiento que aquellos que nunca
se han alzado en armas. Aquí los
desmovilizados tienen salarios sin
necesidad de trabajar y son pagados con
el dinero de los impuestos de aquellos
que nunca han empuñado un fusil,
algunos gozan de protección del estado y
a pesar de esto siguen delinquiendo. A
estas alturas no se sabe si el ataque del
Cauca en el cual murieron 11 soldados es
una alerta que nos están dando unos
pobres guerrilleros que no están de
acuerdo con los diálogos de paz o es una
estrategia de la cúpula de las Farc. Para
debilitar y presionar un cese bilateral
tratando de mostrar fortalecimiento
militar. En cualquiera de los casos es
grave lo sucedido, representa un golpe
muy duro a aquellos que estamos
ilusionados con un proceso de paz y a
aquellos que creemos que es posible
hacer de Colombia un país mejor.