Este documento presenta un análisis exhaustivo de los factores de vulnerabilidad ante incendios forestales en las provincias de Valencia y Alicante. Analiza factores locales como la altitud, pendiente y población rural; factores meteorológicos como las masas de aire, temperatura y radiación solar; factores antrópicos como la evolución de las causas de incendios; factores socioeconómicos como los usos del suelo y la demografía; y factores legales como la normativa de protección forestal. El objetivo es conocer dón
Trabajo Final de Master - Vulnerabilidad frente a incendios forestales
1. William Hernández Ramos. Licenciado en Geografía por la Universidad de La
Laguna, Tenerife (Islas Canarias)
Factores de vulnerabilidad
de los incendios forestales
2. 2
INDICE
1. Introducción.................................................................................................. 5
2. Objetivos e hipótesis del trabajo................................................................... 7
3. Metodología.................................................................................................. 8
4. Estado de la cuestión ................................................................................... 10
5. Desarrollo de la investigación....................................................................... 14
5.1 El concepto de núcleo rural............................................................. 14
5.2 Factor local...................................................................................... 16
5.2.1 El medio físico ........................................................................ 16
5.2.1.1 La altitud ..................................................................... 16
5.2.1.2 La pendiente ............................................................... 23
5.2.2 El marco humano: la población rural ...................................... 26
5.3 Factor meteorológico....................................................................... 31
5.3.1 Elementos del clima ............................................................... 32
5.3.1.1 Las masas de aire y los rayos......................................... 32
5.3.1.2 La temperatura................................................................ 40
5.3.1.3 La radiación solar............................................................ 45
5.3.1.4 La nieve........................................................................... 47
5.4 Factor antrópico .............................................................................. 48
5.4.1 Evolución de las causas ......................................................... 51
5.4.2 Origen desconocido................................................................ 53
5.4.3 Duración del incendio............................................................. 54
5.5 Factor socioeconómico.................................................................... 55
5.5.1 Estado actual de los usos....................................................... 55
5.5.2 Estructura de la propiedad...................................................... 60
5.5.3 Sociedad y demografía........................................................... 61
5.5.4 Historia de los incendios forestales ........................................ 66
5.5.5 La vulnerabilidad y la exposición............................................ 68
5.6 Factor legal...................................................................................... 70
5.6.1 Estrategia Territorial de la Comunidad Valenciana................. 70
5.6.2 Ley 3/1993, de 9 de diciembre, Forestal de la Comunidad
Valenciana....................................................................................... 72
5.6.2 Plan Especial frente al Riesgo de Incendios Forestales......... 75
5.6.3 Plan Territorial Forestal .......................................................... 81
5.6.3.1 Importancia del plan........................................................ 81
5.6.3.2 El campesinado y rédito económico del bosque ............. 81
5.6.3.3 Los incendios según el PATFOR .................................... 82
5.6.3.4 Otros aspectos legales del PATFOR............................... 97
5.6.3 Ley de Montes........................................................................ 97
5.7 Factor comunitario......................................................................... 101
5.7.1 Gonzalo Cots. Representante en la Montaña del Sindicato
Agrario Unió de Llauradors i Ramaders ........................................ 101
3. 3
5.7.2 Miquel Pla. Bombero, especialista en incendios forestales y
miembro del grupo ecologista Colla Ecologista La Carrasca
(Ecologistas en Acción)................................................................. 103
5.7.3 Agrupació Contra Incendis Forestals (ACIF) ........................ 106
6. Conclusiones.............................................................................................. 110
6.1. Propuesta..................................................................................... 115
6.1.1. Alicante................................................................................ 115
6.1.2. Valencia............................................................................... 118
7. Bibliografía ................................................................................................. 121
7.1. Otras fuentes ................................................................................ 126
8. Índice de tablas y figuras............................................................................ 127
4. 4
Palabras clave: incendios forestales, factores de vulnerabilidad, exposición,
peligro, Alicante, Valencia
Resumen: Los incendios forestales son cada año motivo de preocupación y
alerta en la sociedad. Desde múltiples disciplinas se ha intentado arrojar luz a
los motivos que explican este riesgo natural inducido por el hombre. Sin
embargo, pocas veces se ha profundizado desde una perspectiva geográfica
que integre los factores que provoca la vulnerabilidad de las poblaciones
afectadas. La Comunidad Valenciana, y en concreto las provincias de Valencia
y Alicante, comparten rasgos que los distinguen como zonas poderosamente
expuestas a este riesgo. Las diferencias entre ambos territorios son notorias, así
que ni la exposición será la misma, ni la vulnerabilidad será igual. Son las
similitudes y las diferencias entre ambas lo que ha impulsado a realizar un
exhaustivo análisis de la vulnerabilidad en cada provincia con la intención de
conocer dónde está la población es más vulnerable.
Keywords: forest fires, vulnerabilities, exposing, hazard, Alicante, Valencia
Abstract: Forest fires each year are cause for concern and alert society. From
multiple disciplines have attempted to shed light on the reasons for this natural
hazard induced by man. However, seldom has deepened from a geographic
perspective that integrates the factors causing vulnerability of affected
populations. The Valencian Community, and in particular the provinces of
Valencia and Alicante, share traits that distinguish them as powerfully areas
exposed to this risk. The differences between the two territories are notorious, so
neither the exhibition will be the same, nor will equal vulnerability. They are the
similarities and differences between what has prompted a thorough analysis of
the vulnerability in each province with the intention of knowing where the
population is most vulnerable.
5. 5
1.- INTRODUCCIÓN
Los incendios forestales son uno de los fenómenos más recurrentes en el
planeta. Obviar la importancia de estos sucesos sería un ejercicio de futilidad
por parte de los investigadores. No obstante, pese a los grandes avances
tecnológicos, existe un factor que escapa al control de la tecnología de este
riesgo como es la clara componente antrópica de su génesis. El Ministerio de
Medio Ambiente cifra la vinculación de las igniciones con el hombre en algo
más del 70%. Sin embargo, el gran problema que existe en esta cuestión es la
imposibilidad de controlar dos elementos como son, por una parte, la acción del
mismo hombre sobre el medio, y por otra, la mitigación o control absoluto a
estos recurrentes fenómenos.
Ahondando más en ambos factores, gracias al pensamiento geográfico se sabe
que el ser humano ha modificado el sistema natural global a conveniencia, ha
desestabilizado ecosistemas vírgenes para obtener así, su propio beneficio.
Desde que Paul Vidal de la Blache postulase las tesis de su geografía regional,
se ha aceptado de común acuerdo la teoría posibilista en la que el hombre ya
no es un agente pasivo dominado por el medio, sino que el mismo ser humano
será capaz de modificar el medio. Este hecho nos viene a explicar infinitas
actuaciones del ser humano a diferentes escalas sobre la naturaleza. Se puede
aceptar, pues, que tal y como se concibe la postura vidaliana de finales de siglo
XIX y principios del siglo XX, el hombre ha modificado a su antojo el medio.
Este es un factor de importancia capital para explicar el contexto de este
proyecto. Sin las actuaciones del hombre, la superficie quemada sería irrisoria
cuantitativamente. Ahora bien, en este instante se hace necesario vincular las
actuaciones del hombre con su exposición a este peligro. Otrora la actividad
agrícola era la que dominaba en el mundo occidental.
Hoy día una sociedad que aún mantenga su economía a través de la
agricultura no se acepta como una sociedad desarrollada. Baste un ejemplo:
Burkina Faso, en donde, según las Naciones Unidas, en 2010 el 79,6% de su
población era rural, es decir, se vive fundamentalmente de la tierra. Con la
entrada del sistema económico neoliberal se produjo el tan hablado y escrito
éxodo rural, es decir, una marcha masiva del campo a la ciudad, provocando el
consecuente abandono de las tierras de cultivo. Este ejemplo es perfectamente
visible, por ejemplo, en la isla de La Gomera. En el siglo XIX y principios del XX
esta isla se encontraba totalmente abancalada, llena de cultivos activos. En la
actualidad de todo aquello sólo queda un paisaje escalonado y abandonado
debido a la emigración en busca de otras oportunidades.
No se puede pasar por el alto el agresivo incremento de los espacios verdes.
Debido a la deforestación practicada sobre todo en centurias previas al siglo
XX, muchos espacios se quedaron sin el ‘verde’ natural. Por esto, desde
6. 6
principios y mediados del siglo pasado se proyectaron repoblaciones forestales
a diferentes niveles según las Comunidades Autónomas. Esto provocó el
paulatino incremento de las zonas forestales. En algunos casos, como el de la
Comunidad Valenciana, las repoblaciones se hicieron con una sola especie, en
este caso, el pino carrasco (pinus halepensis), perdiendo así biodiversidad.
Claro que, no todo en esto es blanco o negro. Si bien es cierto que mucho del
espacio forestal actual es fruto de repoblaciones, no podemos obviar que otra
parte importante ha rebrotado de forma natural.
En la mayoría de los casos estos espacios forestales están muy cerca de
poblaciones rurales e incluso cerca de polos urbanos y/o turísticos, como en el
caso de Tenerife, en el que el Parque Natural de la Corona Forestal se sitúa
relativamente cerca de núcleos como el Puerto de la Cruz, Adeje o La Orotava.
Al hecho anterior hay que unirle el solape en muchos casos con espacios
agrícolas, bien en uso, bien abandonados. Por último, no se puede olvidar el
clima, con veranos secos y en muchos casos con calores sofocantes fruto de la
entrada en territorio nacional de una masa de aire tropical continental, es decir,
de advecciones de aire sahariano.
Los proyectos que se han realizado en algunas comunidades autónomas
vienen a diseñar tácticas de conocimiento del territorio, de establecer una
estadística de los incendios, de las especies más proclives a atraer o propagar
el comienzo del fuego, incluso a estudiar la orografía y los asentamientos
agrícolas, como por ejemplo el Plan de las Zonas de Altos Riesgo de Incendios,
elaborado por la empresa Tragsa para el Cabildo Insular de Tenerife. Desde la
administración local y regional se han realizado esfuerzos para intentar
controlar algo que, cuando está en ebullición, es imparable.
Algunos ecólogos afirman que el control del fuego es algo quimérico e incluso
nocivo para el equilibrio natural. Desde la ecología se opta por conocer los
espacios y saber el estado de la vegetación e incluso la realización de quemas
prescritas y controladas para intentar disminuir el peligro de incendio. A tenor
de lo sucedido en los últimos años con la aparición de diversos planes de
emergencia, no parece que sea factible el control o supresión de los incendios
forestales, pero sí se pueden proyectar prácticas territoriales de mitigación. El
Doctor en Geografía de la Universidad de Valencia Artemi Cerdá apunta a una
cualitativa mejora del ordenamiento agroforestal como la mejor solución para
minimizar el peligro de incendios forestales.
Establecidos los criterios anteriormente mencionados, es evidente que existen
claros espacios de gran peligro de incendios que pueden afectar a la población.
Sabiendo y conociendo el territorio actual, su configuración y la actividades que
se llevan a cabo en el mismo, la justificación de este proyecto está fuera de
toda duda posible, pues se trata de un campo poco estudiado: los factores que
7. 7
convierten en vulnerable el territorio donde se puede producir los incendios
forestales que en muchos casos es donde se asienta el ser humano y que, por
tanto, puede llegar a condicionar su estancia y vínculo con el espacio donde se
establece.
2.- OBJETIVOS E HIPÓTESIS DE TRABAJO
Este trabajo parte siendo muy ambicioso por cuanto pretendemos responder
muchas cuestiones vinculadas a la vulnerabilidad de la población debida a los
incendios forestales. La primera pregunta que planteamos fue cuáles eran los
factores que provocaban vulnerabilidad. Factores que iniciaban o propagaban
los incendios dentro de un marco geográfico que a priori desconocíamos. El fin
de todo era no apartarnos de la visión geográfica integradora y no caer sólo en
una especialidad. En este trabajo pretendemos aunar las tres ramas de la
Geografía para abordar el estudio de los incendios forestales y la población.
Partimos de la base de que no queríamos un enfoque meramente ecológico o
meteorológico o meramente físico.
Nos hicimos una serie de preguntas al realizar la criba de los factores de mayor
importancia. La más simple de todas las preguntas es, ¿Cuáles son las causas
que provocan el comienzo de un incendio? Dentro de la geografía física y, en
concreto, en lo referente a variables orográficas, climáticas, nos cuestionamos
dónde se encontraban las máximas pendientes, dónde estaban los puntos
calientes de temperatura máxima absoluta y temperatura máxima media; dónde
existía más radiación solar y qué características tendría en ese territorio. Nos
preguntamos hasta qué punto la temperatura influye en los espacios forestales
interiores. Qué elementos del clima favorecen a la ignición de los incendios
forestales. Si hablamos de biogeografía nos cuestionamos cuál es el modelo
ideal para prevenir o minimizar el daño de los incendios. Queremos saber en
función de los factores de vulnerabilidad qué espacios habitados o
potencialmente antrópicos están más expuestos.
Como trabajo geográfico integrador no podemos dejar de lado la geografía
humana. Pretendemos saber qué cambios se han operado en el territorio de
Valencia y Alicante, cómo han evolucionado los usos del suelo y su
interrelación con los incendios que es realmente lo que nos interesa. Nos
preguntamos si antes había más incendios o si la superficie quemada era
mayor y sobre todo cómo afectaba a la población antes en relación con la
actualidad. Otro objetivo es saber y conocer la evolución demográfica que
explique el porqué del abandono agrícola actual y su relación con estos riesgos
inducidos. Cómo se inserta la actual sociedad en el territorio. Para nosotros es
importante tener como fin la comparación entre las actuaciones de la sociedad
ante un incendio hace un siglo con respecto a la actualidad, si existía o no
mentalidad de ayuda mutua entre vecinos.
8. 8
Gran parte de este trabajo versará sobre el aspecto legal. Inquirimos hasta qué
punto los incendios están controlados por la ley, si existe normativa específica,
qué dice, si se cumple con rigor o si, por el contrario, no es así. Queremos
examinar si existe cartografía que pueda arrojar luz al riesgo de incendios
forestales y su vinculación con la población. Pretendemos estudiar cómo la
diferente normativa trata elementos como la vulnerabilidad, la peligrosidad y la
exposición.
Dentro de este trabajo también queremos plantear o realizar propuestas
alternativas. Un estudio entre el dogma y la creación de nuevas ideas para
examinar los espacios de riesgo de incendio y su estrecha vinculación con la
exposición y la vulnerabilidad.
Nuestra hipótesis de partida ha de suponer que en Alicante y Valencia la
vulnerabilidad no es igual en ninguno de los aspectos que estudiaremos.
Creemos que existe independencia y que tanto los asentamientos humanos
como la disposición de los espacios agrícolas y forestales es distinta, ergo, la
peligrosidad también será distinta y la vulnerabilidad de la población expuesta
al riesgo de incendios también será distinta.
3.- METODOLOGÍA
Difícilmente podríamos llevar a efecto un trabajo de estas proporciones sin un
método de trabajo que incluya una mentalidad aperturista para atisbar a llegar
a una cierta profundización de cada factor. El primer paso fue saber qué
orientación queríamos para nuestro trabajo. Desechamos de partida una
perspectiva ecológica o meramente física y escogimos la visión geográfica. Sin
embargo, dentro de la Geografía podríamos habernos centrado en alguna de
sus profusas ramas, pero escogimos realizar un trabajo con una perspectiva
que lograra integrar la geografía física, la geografía humana y la geografía
regional para poder enriquecer más nuestro estudio. Supimos escoger la
orientación de este trabajo pues hasta hoy pocos son los estudios que se han
hecho con tal visión integradora y a la vez crítica sobre el riesgo de incendios
forestales. Hecho esto, comenzamos a plantear el estudio. Establecimos de
partida los elementos más relevantes antes, durante y después de un incendio
forestal. Hicimos una lista y posteriormente una criba para poder realizar un
análisis pragmático y a la vez clarificador.
Desde el inicio y hasta el final el principal objeto fue no dejar de cuestionar lo
que hacíamos, siendo críticos al máximo con el trabajo. Con cada factor
escogido nos preguntábamos qué podía ser importante para la exposición o
vulnerabilidad de la población. Una vez puestos a resolver esas primeras
cuestiones pasamos a intentar profundizar y saber si podíamos plantear más
preguntas, ya que de innumerables fases previas podríamos inferir posteriores
fases de investigación. Así sucedió con la estadística o la cartografía, que,
9. 9
según sean utilizadas, pueden resultar aparentemente frías y superficiales,
pero a las que intentamos sacar el máximo partido. Después de establecer los
factores que creíamos más importantes y de fijar las preguntas previas a
contestar pasamos a pensar en cuáles serían las fuentes de información y las
herramientas para lograr tal fin.
Las fuentes que nos generaron información fueron muchas y diversas. En
principio resultaron ser las varias decenas de artículos leídos para buscar
concretar en nuestro ámbito de estudio: Valencia y Alicante. Con bastante poco
éxito en este sentido pasamos a una amplia gama de libros incluso de otras
ramas como la Administración de Empresas o la Ecología. Éstos nos
reportaron más y mejor información para nuestro fin. La bibliografía fue desde
pequeños manuales para rescatar algún párrafo suelo hasta grandes tesis
doctorales pasando por atlas sobre el clima de la comunidad autónoma
valenciana y, por último, manuales del aspecto físico valenciano.
Antes de encontrar la información matemática y cartográfica hubo otras fuentes
intangibles que, si bien no están materializadas en este TFM, fueron claves
para llegar hasta ellas. Se trata de aquellas personas que orientaron los
senderos por los que discurrir. En este sentido tenemos que nombrar a los
profesores del máster y a varios funcionarios de la Diputación de Alicante
gracias a los cuáles pudimos encontrar las vías de acceso a la información.
Las fuentes de información oficial procedieron de las consellerías de
Gobernació y de Territori i Medi Ambent. Del ente autonómico obtuvimos
abundante información estadística y sobre todo cartográfica para poder
manejarla con criterio y sobre todo de forma crítica para saber su valía para
nuestro trabajo.
No podríamos pasar por alto a todas aquellas personas que se ofrecieron a
completar nuestro TFM con las entrevistas sobre el factor comunitario de los
incendios forestales. Estas personas nos ofrecieron su tiempo para poder
cuestionarles en entrevistas sobre todo aquello que nos inquietaba.
Sin duda para la elaboración de este trabajo fue básico conocer y manejar los
Sistemas de Información Geográfico, tanto el software libre (GvSIG, QSIG,
Sextante) como el oficial (Arc Gis 10.1). Como nuevas tecnologías de
información tuvimos que recurrir a las páginas webs para actualizar el
contenido de las leyes y conocer las situaciones por las que han atravesado los
planes y leyes que hemos estudiado. Dentro del gran mundo de Internet
trabajamos con fuentes estadísticas puntuales procedentes del Instituto
Nacional de Estadística (INE) y todo tipo de visores SIG, desde las de la
Comunidad Autónoma valenciana (Terrasit, ICV) hasta las generales del
10. 10
Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente (SIGpac) y por último la
Infraestructura Espacial de Datos (IDEE).
Con todas estas fuentes y herramientas elaboramos un Trabajo Final de Máster
ambicioso que, si bien es cierto que le falta poder profundizar en numerosas
cuestiones, no es menos cierto que el grado de trabajo y de información
contenida es variado y sobre todo muy valioso cualitativa y cuantitativamente.
4.- ESTADO DE LA CUESTIÓN
Para empezar a contextualizar este trabajo analizamos el estado de la cuestión
no sin antes realizar una pregunta previa: ¿Qué factores provocan mayor
vulnerabilidad entre la población? Se han enumerado las variables que se
consideran que inciden más a la población.
En este apartado tenemos el objetivo previo de saber si existe bibliografía que
no sólo hable de estos agentes a considerar, sino de la comparación entre dos
mundos como son los espacios agroforestales de Alicante y Valencia.
-Factores locales
En este apartado se concretarán las diferencias entre ambos ámbitos de
estudio (Alicante y Valencia), analizando las vías de comunicación, la
pendiente, la cuantía de sierras y sus altitudes, el número de efectivos en los
núcleos considerados como rurales. Existe una amplia gama de bibliografía
sobre las características físicas de la Comunidad Valenciana de forma general,
no obstante, debido al detalle que queremos aplicar en este trabajo, no es fácil
encontrar fuentes que nos proporcionen estos detalles. En este sentido, fue
importante el “Atles Comunitat Valenciana, Espanya i el Món” que nos dio un
grado de detalle para Alicante y Valencia adecuado para lo que estábamos
buscando. Evidentemente, para la consulta de temas relacionados con la
población en núcleos rurales hemos acudido al Instituto Nacional de
Estadística.
-Factor meteorológico
Para casi todos los autores es el factor capital para entender y engarzar la
vulnerabilidad con los incendios forestales. Se refiere a aquellos fenómenos
que, unidos con otros, pueden comenzar la ignición. Se trata del calor
(temperaturas altas), los vientos (direccionalidad de las masas de aire),
insolación y nieve. En todos los artículos se menciona en mayor o medida éste
factor como causa principal junto con la vegetación. Este factor se nombra en
casi todos los libros y artículos pero siempre se hace de forma genérica.
Hemos realizado las pertinentes consultas de la Agencia Estatal de
Meteorología (AEMET), pero también otros libros como el “Atlas Climático de la
Comunidad Valenciana” (Sancho Ávila, J.M. et all., 2012)
11. 11
-Factor antrópico
Se refiere a la voluntariedad del hombre para comenzar un fuego. No sólo eso,
además se pretende profundizar aún más para conocer cuán dañino puede ser
el hombre como causante del comienzo de un incendio forestal.
Se trata, pues, de una variable con un amplio espectro. Acerca de este aspecto
a considerar se han encontrado varias citas de diversos artículos en el que se
trata el tema, a veces de forma más profunda, otras de forma más somera. Uno
de los artículos donde mejor se expone la voluntariedad del hombre para
provocar los incendios es “Generación de un modelo de peligro de incendios
forestales mediante teledetección y SIG” (Chuvieco, et all. 2007). Este
interesante artículo se centra en la descripción, principalmente, de los factores
humanos, los cuáles cuantifica aludiendo a las estadísticas oficiales vinculadas
con la voluntariedad y negligencia de esta componente antrópica.
Aunque el artículo no ahonda en demasía en los motivos, sí que realiza una
enumeración y explicación sucinta. Los autores de este documento añaden
dentro de este apartado cuestiones como las infraestructuras tales como vías
de comunicación o líneas de alta tensión como variables a tener en cuenta para
la realización de la cartografía de Sistemas de Información Geográfica.
Cuestión ésta nada baladí si tenemos en cuenta que el trágico incendio de
Torremanzanas en Alicante, en verano de 2012 y que se cobró dos víctimas,
comenzó tras un problema en el motor de un coche en una vía de
comunicación rural. Acerca de la ignición en las carreteras, el artículo “Los
incendios forestales en la vertiente peninsular mediterránea” (Álvarez Rogel,
2001), afirma que en la Región de Murcia el 34% de los incendios entre 1985 y
1998 se produjeron cerca de este tipo de vías o de sendas, algo que viene a
reflejar la incidencia del factor antrópico en el comienzo de los fuegos.
Otros artículos hablan de forma mucho más superficial sobre este factor, como
en el artículo “Análisis del régimen de incendios forestales en los montes de
Portaceli durante el Siglo XX”, (Urios Moliner, 2004) en el que tan sólo
menciona que en el sector mediterráneo los incendios forestales han tenido
que ver principalmente con aspectos sociales y de aprovechamiento de la
vegetación. Otros títulos tan sólo aluden a influencias y modificaciones del
hombre sobre la naturaleza para provocar mayor vulnerabilidad pero en el
estudio de casos específicos y muy localizados.
En líneas generales en todas las publicaciones se habla del factor antrópico,
pero no se ha observado que específicamente se relate una crítica sobre la
concienciación o el pensamiento ecológico o de conservación como un punto
de partida. Tampoco se detecta una comparación de acciones llevadas a cabo
por el hombre en las provincias de Alicante y Valencia, en cuanto a que
12. 12
provoquen los incendios, o de investigaciones a este respecto, sin que se
observe, según la bibliografía consultada, un patrón específico.
-Factor socioeconómico
Pretende acudir a la evolución histórica de las costumbres de la población
principalmente rural de Alicante y Valencia. Este punto se refiere a los modos
de vida de la población, la forma en que se proveían de los montes para
obtener combustible, luz o comida para el ganado. En el artículo de
Matarredona (1996): “Los incendios forestales. Un riesgo candente en La
Montaña alicantina”. Investigaciones geográficas, nº 16, pp 157-170 se
encuentran referencias de La Montaña alicantina y a la forma en la que en los
siglos XIX y XX la población explotaba el monte de forma que es fácil aducir
que la montaña alicantina está sobreexplotada debido al intenso uso que se le
ha dado, cuestión ésta que vino a cambiar a partir de mediados del siglo XX.
Por otra parte, en el libro “Incendios históricos, una aproximación
multidisciplinar” (Araque Jiménez), se añade algo más de información. En uno
de sus apartados se habla de la práctica habitual que suponía prender fuego a
los bosques por conflictos en usos o intereses para el uso de estos montes.
Por otra consideraremos relevante saber la evolución poblacional, los usos del
suelo, el tipo de propiedad y el cambio que se ha ido operando en este territorio
desde el siglo XIX. A lo anterior le añadiremos la importancia o no que tuvieran
entonces los incendios forestales, si antes existían, cuánta superficie se
quemaba antes con respecto a ahora entroncándolo todo y resolviendo el cómo
y el porqué de la sociedad y la economía de antes con respecto a la actualidad.
Junto con lo anterior también hablaremos del aspecto económico. El modo de
ganarse la vida de las poblaciones ha cambiado mucho en dos siglos, de tal
manera que se ha pasado de una economía basada en el sector primario a otra
economía basada en el sector terciario. Una cuestión que se ha dado con
mayor o menor fuerza en todo el territorio español. Pero en este apartado
también se explica los intereses que pueden surgir antes y sobre todo después
de un incendio forestal.
En lo referente al cambio del sistema socioeconómico, al ser genérico, en
muchos artículos y bibliografía se nombra de forma somera sin que sus citas,
muy puntuales, puedan ser aprovechadas para arrojar luz a este factor de
vulnerabilidad. En muchos casos el factor económico está “disfrazado” en otros
textos por el factor social debido a que se asocia los usos y costumbres de
aprovechamientos con la economía local que, aunque está relacionado, en este
trabajo se considera por separado. Probablemente lo más importante referido a
los intereses económicos se haya encontrado en el artículo “Un sistema de
cuentas para la valoración de los efectos comerciales y ambientales del gasto
público en la mitigación del fuego en el bosque mediterráneo” (Campos
13. 13
Palacín, et all, 2005) en el que se aduce que en el año 2003 el cambio de uso
por hectárea de alcornocal a matorral tras un incendio provoca una disminución
del precio de la tierra de hasta 1.500 euros.
-Factor legal
Para nosotros el más importante. La normativa que gestiona y planifica el
riesgo por incendios forestales, así como la vulnerabilidad, peligrosidad y
exposición no es muy abundante en la Comunidad Valenciana. Se pueden citar
la Ley de Montes de 1974; la Estrategia Territorial de la Comunidad Valenciana
que, si bien menciona dicho riesgo, no profundiza en ello y ni tan siquiera había
desarrollado un Plan de Acción Territorial hasta el pasado mes de mayo de
2013. Lo que dice la Estrategia Territorial de la Comunidad Valenciana sobre
incendios, en comparación, dista mucho de lo que dice sobre el riesgo de
inundaciones, cuestión ésta última bien desarrollada en dicho documento.
Por otra parte está el Plan de Emergencia de Protección Civil, probablemente
otro de los documentos más importante para la planificación y gestión. También
se puede citar el Plan Forestal de la Comunidad Valenciana. Todo este sistema
lo iremos viendo en el resultado de la investigación.
-Factor comunitario
La histórica participación vecinal en los trabajos de extinción de incendios. Esta
variable intentará saber si ha habido carencia o no, a día de hoy, de una
sociedad conectada intrínsecamente con el medio, con una idea de comunidad
y ayuda que bien podría suponer una mejora ante el riesgo de incendios.
Otrora, eran los propios campesinos los que apagaban los incendios que, en la
mayoría de los casos, ellos mismos provocaban. De este tema poco o más bien
nada hemos encontrado en el estado previo a la cuestión, de ahí la importancia
que le queremos dar por el hecho de la actuación activa de la población en la
extinción de incendios.
El conocimiento del medio y la ayuda que se proporcionaban como comunidad
cohesionada les hacía más fuertes. Sin embargo, hoy no existe esa figura
quizás cargada de espontaneidad. Hoy día lo que existe es una ley que prohíbe
que todo aquel que no sea técnico o un voluntario preparado pueda participar
en labores de extinción de incendios. Este factor está estrechamente ligado al
factor histórico y social, así como el cambio del régimen económico en la
sociedad, no sólo de la Comunidad Valenciana, sino en general de toda
España. En los artículos y libros consultados no hay nada escrito. En este
sentido, no se evalúa el hecho de que la población autóctona de una zona o
región por conocimiento del territorio estuviera en el pasado o esté en la
actualidad más capacitada para apagar los conatos de incendios.
14. 14
5.- RESULTADO DE LA INVESTIGACIÓN
5.1.- El concepto de núcleo rural
Es necesario contextualizar etimológicamente el concepto de núcleo rural. Este
TFM tratará la vinculación de los factores naturales y antrópicos. Dentro de los
humanos establecemos sobre todo aquellos que tienen que ver con el con el
emplazamiento de los núcleos rurales. Hay una cantidad ingente de
definiciones y conceptos acerca de lo que es o no rural. Desde la Geografía se
ha divagado mucho sobre este aspecto, pero también ha habido grandes luces
acerca de lo que es rural o no. Obviamente el mundo rural no es igual hoy que
hace cincuenta años.
El sociólogo B. Kayser define el espacio rural como “un conjunto territorial
cuyas decisiones se le escapan y en el que existe un modo particular de
utilización del espacio y de vida social, caracterizado por una densidad
relativamente débil de habitantes y de construcciones, lo que determina un
predominio de los paisajes vegetales, uso económico del suelo de predominio
agro-silvo-pastoril y un modo de vida de sus habitantes marcado por su
pertenencia a colectividades de tamaño limitado, en las que existe un estrecho
conocimiento personal y fuertes lazos sociales, y por su relación particular con
el espacio, que favorece un entendimiento directo y vivencial del medio
ecológico” (Kayser, B.,1990. La renaissance rurale, sociologie de campagnes
du monde occidental, en: Estrategias de desarrollo rural en la Unión Euroea,
definición de espacio rural, ruralidad y desarrollo rural).
El Plan de Acción Territorial Forestal (PATFOR) estima que los municipios
rurales valencianos son el 61,85% del territorio según el Programa de
Desarrollo Rural 2007-2013 que realiza el Ministerio de Agricultura y Medio
Ambiente. Tres años más tarde se realizó un nuevo informe del período 2010-
2014 y que el PATFOR actual no tuvo en cuenta. En este nuevo documento la
superficie rural de la Comunidad Valenciana ascendía al 68,5%.
El Programa de Desarrollo Rural 2010-2014 recuerda la ley 45/2007 de 13 de
diciembre para definir el medio rural, el cual estima como “el espacio geográfico
formado por la agregación de municipios o entidades locales menores definidos
por las administraciones competentes que posean una población inferior a
30.000 habitantes y una densidad inferior a 100 habitantes por km2 ”
CCAA Sup.Rural % Sup.Tot Km2
C.León 96,5 93.813,48
Aragón 95,2 47.839,64
C.Mancha 91,1 79.409,09
Navarra 90,6 9.800,76
La Rioja 89,4 5.027,91
Asturias 85,9 10.603,53
15. 15
Extremadura 85,9 41.634,43
Galicia 84,5 29.574,42
Cantabria 83,5 5.252,58
Andalucía 79,6 87.590,68
Cataluña 78,4 32.090,52
C. Valenciana 68,5 23.258,05
País Vasco 62,4 7.089,08
Canarias 51,9 7.442,64
Murcia 48,1 11.313,11
Madrid 47,7 8.021,80
Baleares 38,6 4.991,67
TOTAL 84,5 504.753,39
Tabla 1. Porcentaje de superficie rural y superficie total por Comunidades Autónomas. Fuente:
www.magrama.gob.es. Programa de Desarrollo Rural 2010-2014. Elaboración propia.
Existe una clara tendencia de realizar una definición cuantitativa de núcleo
rural, sin embargo esto sería un craso error, pues hay otras cuestiones a tener
en cuenta (servicios que poseen, comunicaciones, posibilidades de expansión
territorial, entre otras). Hay quien asevera que desde 1950 ha disminuido la
población en municipios de menos de 2.000 habitantes. Esta afirmación, que
bien puede ser cierta, al menos en el siglo XXI no ha correspondido con dicha
tendencia. Hemos realizado escogido dos núcleos poblacionales al azar de
cada provincia, con la condición de que no superaran los 1.000 habitantes, y
hemos realizado una comparación para conocer su evolución en los últimos
doce años.
Figura 1. Gráfico de la evolución de la población rural en Algar de Palancia y Agres. Fuente:
Instituto Nacional de Estadística (INE). Elaboración propia
400
420
440
460
480
500
520
540
560
580
600
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Evolución de población rural en núcleos de Alicante y Valencia
Algar de Palancia (Valencia) Agres (Alicante)
16. 16
Según el gráfico anterior en Algar de Palancia la población se ha visto
incrementada desde el año 2002 con alguna fluctuación ocurrida en 2009 ó
2011 pero con un moderado y notorio ascenso. En el caso de Agres llegó a
aumentar el número de efectivos en tal núcleo hasta 2004, pero desde
entonces ha ido disminuyendo la población. Dicho esto es aventurado pensar
que en todos los núcleos rurales ha habido despoblación, ya que hay casos en
el que se producen fluctuaciones e incluso moderados ascensos en la cuantía.
5.2.- El factor local
A Alicante y a Valencia les separan muchas cuestiones que iremos viendo poco
a poco en este TFM. Comparten comunidad autónoma y son fronterizas una
con la otra pero existen matices importantes entre ambas. Dentro de la misma
provincia hay múltiples diferencia que pueden hacer un territorio más o menos
vulnerable o expuesto al peligro de incendio.
Esas diferencias las hemos denominado “locales”. En concreto, y con una
visión lo más geográfica posible, estudiaremos algunos factores físicos y
humanos que inciden en la ignición y extinción de un incendio forestal, pero
también las facilidades o dificultades que ocurren al llevar a cabo las labores de
extinción, como pueden ser la inaccesibilidad por falta de infraestructuras
terrestres que inciden negativamente en la evacuación de los espacios rurales.
5.2.1.- El medio físico
En este punto hablaremos de los elementos físicos y visibles que incidirán, no
sólo en el comienzo de un incendio forestal, sino en su avance o retroceso.
Están estrechamente ligados al apartado de la climatología, ya que estos
factores físicos modificarán más o menos los elementos del clima que también
son importantes para establecer las diferencias entre provincias.
Valencia y Alicante tienen físicamente cosas en común. Ambas tienen un
amplio espacio costero que tiene su espacio dedicado a la huerta y usos
terciarios como manda el sistema socioeconómico actual. Los dos territorios
son montañosos pero no son iguales, ni mucho menos.
5.2.1.1.- La altitud
En Valencia, salvo en sus extremos norte y sur, la altitud hacia el interior se
gana progresivamente, de tal forma que tiene un gran espacio llano que
vendría a ocupar más o menos las comarcas de la Ribera Baja, Huerta Oeste,
Huerta Sur, Huerta Norte y la capital. Sin embargo, pese a ser prácticamente
llano, en dichas comarcas ya comienzan a aparecer las primeras elevaciones.
Se trata de montañas realmente bajas como la Sierra de Corbera en la Ribera
Baja que alcanza apenas los 370 metros. Cada espacio dentro de la provincia
tiene su particularidad. Por ejemplo, el Camp de Morvedre y La Safor tienen
17. 17
terminaciones de algunos pequeños sistemas o valles. En el caso del Camp de
Morvedre, está el valle del Palancia, perteneciente a la provincia de Castellón.
En el caso de La Safor es la terminación del Vall d’Albaida que se encuentra a
su vez flanqueado por varias sierras, como la Sierra de Ontinyent de 956
metros o la Serra Grossa con 900 metros, entre otras.
Pero lo más destacado sin duda es el interior de Valencia, que está a caballo
entre las estribaciones de la meseta manchega y del Sistema Ibérico que
finaliza en el norte de la provincia. Esto le confiere una marcada
heterogeneidad. En el centro- interior las altitudes varían pero están en
consonancia con una tipología mesetaria, esto es, una o varias altiplanicies que
se encuentran más o menos basculadas, como la Plana de Utiel, de entre 600
y 900 metros de altitud o incluso el Macizo del Caroig, que, si bien tiene varias
elevaciones, actúa más bien como un meseta alta.
Igualmente no podemos olvidarnos de los valles interiores. Al sur de Requena
tenemos el valle del río Cabriel, en Cofrentes el valle que da nombre a la
comarca, el Vall d’Albaida, entre otros que complica mucho la adjetivación
única de la provincia de Valencia que, como veremos más adelante, influirá a
nivel vegetal, climático y, claro está, en la mejor actuación frente a los
incendios forestales o lo que es peor, en la mayor peligrosidad de estos.
Como mencionamos anteriormente, hay tres zonas paisajísticas. Las llanuras
costeras, la meseta interior, las estribaciones montañosas del norte que
proceden del Sistema Ibérico y también las estribaciones del Sistema Prebético
que ya entran en contacto con la montaña alicantina.
Ahora bien, de cara a la entrada de las masas de aire que pueden complicar o
incluso iniciar un incendio forestal (unido a otras variantes, claro está), tenemos
que adentrarnos más en las montañas y conocer sus direcciones
predominantes. En el norte, como hemos apuntado, se encuentra el Sistema
Ibérico que tiene orientación NW-SE. En esta zona tendremos una sucesión de
montañas que están paralelas a la costa. Esto provoca a su vez que la altitud
se vaya ganando o perdiendo por escalonamiento, no de forma brusca.
Hemos hecho un recuento personal de todas o la mayoría de las sierras que se
encuentran en la provincia de Valencia para estudiar además sus directrices
predominantes. Si tenemos en cuenta de donde procedería la orientación del
Sistema Ibérico, lo más común sería encontrar sierras con orientaciones NW-
SW. Cuantitativamente así es. En el recuento de elevaciones la mayor parte de
las mismas siguen una orientación NW-SE o NNW-SSE.
Por tanto, es difícilmente definible el espacio valenciano. Esto además se
complica aún más por los espacios protegidos. En esta ocasión nosotros sólo
18. 18
hemos recurrido a dos figuras de protección: los Espacios Naturales Protegidos
y Lugares de Interés Comunitario.
DIRECTRIZ NOMBRE ALT. MX. COMARCA PROTECCIÓN
W-E
S. Tortajada 1515 R. Ademuz
S. Dos Aguas 838 Hoya Buñol
S. Boquerón 981 V. Cofrentes LIC
NW-SE
S. El Tejo 1260 Requena LIC
S. Morterilla 969 Requena
S. La Noria 540 Requena
S. Calderona 907 Camp. Turia P. NT. PROT
S. Los Bosques 1044 Hoya Buñol
S. de Cabrera 798 Hoya Buñol
S. Caballón 827 Hoya Buñol
S. Castellet 342 Ribera Alta
S. Falguera 361 Ribera Alta
S. Murtra 626 Ribera Alta
S. les Agulles 563 Ribera Alta
S. Serratilla 824 Requena
S. Corbera 824 Ribera Baja
NNW-SSE
S. Enmedio 921 Los Serranos
S. Negrete 1292 Requena LIC
S. de Utiel 1110 Requena LIC
S. Juan Navarro 1164 Requena
S. del Brugal 1138 Requena
S. de Rubial 1041 Requena
S. Bicuerca 1118 Requena
S. Buixcarro 676 Vall d’Albaida
WSW-ENE
S. de Martés 1086 Requena LIC
S. la Ceja 840 Requena
SW-NE
S. del Sabinar 1551 Los Serranos
S. Andilla 1581 Los Serranos
S. Azagadores 1060 Los Serranos
S. los Pinares 860 Los Serranos
S. Tarragón 750 Los Serranos
S. del Asno 692 Requena
S. Mugrón 1209 V. Cofrentes
S. Enguera 764 C. Navarrés
S. Plana 631 La Costera
S. Ontinyent 956 Vall d’Albaida
S. Grossa 900 Vall d’Albaida
S. de la Creu 437 Vall d’Albaida
S. Requena 490 Vall d’Albaida
S-N
S. Malacara 1118 Hoya Buñol
S. las Cabrillas 908 Requena
Tabla 2. Sierras de la provincia de Valencia. Fuente: Atles Comunitat Valenciana, Espanya i el
Món; Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, visor SIGPAC. Elaboración propia.
A menudo nos encontraremos en el futuro de este TFM, planes que aducen el
carácter excesivamente proteccionista en demasía de los espacios forestales
de la comunidad valenciana. De las elevaciones que hemos descrito
encontramos un parque natural, la Sierra Calderona que limita con Castellón.
En esta lista aún falta el Parque Natural del Turia que comprende las comarcas
de la Huerta, Camp de Turia y Los Serranos. Se trata de un bosque de pinos
19. 19
carrascos y matorral mediterráneo. Una zona más o menos homogénea de
vegetación.
Figura 2. Relieve de la provincia de Valencia. Fuente: Centro Nacional de Información
Geográfica (CNIG), www.cnig.es. Elaboración propia.
Uno de los parques naturales de la provincia es Hoces del Cabriel, un espacio
sinuoso en el límite de la provincia que marca el río Cabriel. El último de los
parques naturales es el de Chera-Sot de Chera, ubicado entre las comarcas
Requena y Los Serranos. La existencia de espacios protegidos puede ser
favorable para que no haya peligro de incendios ya que en teoría están
“protegidos”, sin embargo, esto no es así y en muchas ocasiones los parques
naturales o incluso parques nacionales en el resto de España han sido pasto
de las llamas con las consecuentes pérdidas ecológicas y económicas.
En el caso de Valencia estos espacios naturales protegidos deberían ser
seguros para la conservación y la pervivencia ecológica y la seguridad de los
pueblos anexos, pero tampoco es así. Un buen ejemplo fue el del pasado mes
de julio del presente año, en el que un incendio en los municipios de
20. 20
Benaguacil, Vilamarxant y Pedralba afectó al perímetro del parque natural del
Turia en pleno centro de la provincia.
Si en Valencia destacábamos la heterogeneidad de paisajes en el territorio, en
cambio, Alicante se define por su fisiografía extraordinariamente montañosa.
Se trata de una de las provincias más montañosa de toda España, por el gran
número de sierras que la jalonan a lo largo y ancho de su territorio. Existen muy
pocas zonas realmente llanas y allí donde existen siempre hay una elevación
en el horizonte por pequeña que sea. Las comarcas del Bajo Segura y Bajo
Vinalopó podrían definirse llanas, además de prácticamente deforestadas y con
dominio de la huerta. Sin embargo, incluso allí donde dominan las planicies se
elevan montañas como las sierras de Callosa, de Orihuela y otras menores.
Las comarcas de Hoya de Alcoy y Comtat son prácticamente una montaña
continua con valles interiores como el de Barxell, situado entre la Sierra de la
Font Roja y Mariola. Si existen altiplanicies, éstas no son exactamente
definibles como tal. En el Alto Vinalopó, topográficamente se podría considerar
así, pero cuenta con innumerables cadenas montañosas a su alrededor, que
superan en ocasiones los mil metros.
Los valles son agrestes y suceden escalonadamente a otras montañas que
siempre están presentes incluso a pie de costa como la Sierra Helada en la
Marina Baja o el Montgó en la Marina Alta. El centro-norte de la provincia es la
zona más accidental y forestal, sin embargo, la mayor elevación se sitúa en
muy cerca del litoral, en la Sierra de Aitana que culmina en los 1558 metros y a
muy pocos kilómetros de la costa en línea recta. Así pues, podemos definir tres
ámbitos paisajísticos: la costa o litoral y su llanura anexa al menos en el sur; el
falso altiplano del Alto Vinalopó y la montaña pura que, a diferencia de otras
caracterizaciones montañosas en España, tiene unos escalonamientos que es
donde se sitúan los núcleos poblaciones y las infraestructuras terrestres que
sirven para salvar el escarpado relieve, además de ser espacio de cultivo tanto
pasado como presente.
Debemos tener en cuenta que Alicante es el punto final del Sistema Bético, que
arranca desde el sureste de Andalucía. La directriz básica de sus montañas es
SW-NE. Se trata de relieves plegados de la orogenia alpina. En la provincia
alicantina existen más sierras y elevaciones que en Valencia, al menos en
número, pero en éstas hay mayor cantidad de montañas que superan los mil
metros. En el recuento de sierras la gran mayoría de las mismas siguen una
directriz SW-NE ó SSW-NNE, en concordancia con el sistema montañoso del
que proviene.
DIREc NOMBRE ALT. MX. COMARCA PROTECC.
S. de Almudaina 983 Comtat
S.C Font Roja 1352 Hoya de Alcoy P.Nat. Protegido y LIC
S. de Filosa 692 Comtat
21. 21
W-E
S. de Foradada 700 Marina Alta
S. del Penyó 824 Marina Alta
S. del Castellar Marina Alta
S. de Aitana 1558 Marina Baja LIC
S. de la Taja 1000 Vinalopó Med.
S. de Algaiat 1099 Vinalopó Med.
S de la Tabaia 405 Vinalopó Med.
S. de la Madera 365 Vinalopó Med-Bajo Vin.
S. Grossa 233 Bajo Vinalopó
S. del Cristo 266 Bajo Segura
S. de Orihuela 634 Bajo Segura LIC
S. del Almirante 758 Marina Alta
S. de Seldetes 435 Marina Alta
SW-NE
S. de Mariola 1389 Hoya de Alcoy P.Nat. Protegido y LIC
S. de la Solana 996 Alto Vinalopó
S. de Ballestera 38 C. Alacant
S. de Alfaro 1186 Comtat-Marina Alta
S. de la Villa 505 Alto Vinalopó
S.C. de Parcent 975 Marina Alta-Marina Baj.
S. Fontanelles 1120 Alto Vinalopó
S. del Rencono 1210 Alto Vinalopó
S. de Onil 1193 Alto Vinal.-Hoya Alcoy
S. del Fraile 1040 Alto Vinalopó
S. de Enmedio 765 Alto Vinalopó
S. de les Salines 1237 Alto Vinalopó
S. de la Cabrera 873 Alto Vinalopó
S. de Castalla Hoya de Alcoy
S. d’Arguenya 1228 Alto Vinal.-Hoya Alcoy
S. de la Real Hoya de Alcoy
S. de Benicadell 1022 Comtat
S. de l’Albureca 761 Comtat-Marina Alta
S. La Serrella 1380 Comtat
S. de la Carrasca 945 Marina Alta
S. de Segária 505 Marina Alta
S. de Migdia 705 Marina Alta
S. de la Mostalla 368 Marina Alta
S.Castell Solana 610 Marina Alta
S. de la Venta 603 Marina Alta
S. de la Grana 1095 Marina Baja-C. Alacant
S. Galiana 1020 C. Alacant
S. de los Ventós 899 C. Alacant
S. de Fontealent 425 C. Alacant
S. de las Águilas 520 Vinal. Med-C.Alacant
S. de Reclot 1055 Vinalopó Med.
S. Escalona 345 Bajo Segura
S. de Abanilla 731 Bajo Segura
S. de Crevillente 815 Bajo Segura LIC
S. Carrasqueta 1205 C.Alacant-Hoya Alcoy
SSW-NNE
S. Lloma Llarga 725 Marina Alta
S. Gelada 400 Marina Baja LIC
S. de Relleu 560 Marina Baja
S. la Bonalba 300 C. Alacant
S. de los Tajo 340 C. Alacant
S. Mediana 386 C. Alacant
S. del Cid 1152 Vinalopó Med.
S. de la Umbría 847 Vinalopó Med.
S. de la Sima 870 Alto Vinalopó-M. Vinal.
NW-SE S. del Montgó 753 Marina Alta P.Nat. Protegido y LIC
22. 22
S. de Bernia 1129 Marina Alta LIC
S. de l’Alforna 515 Vinalopó Med-B. Vinal.
S. las Pedrizas 852 Vinalopó Med.
S. del Castellar 750 Marina Alta
S. del Maigmó 1296 Hoya de Alcoy
S. de l’Aguilar 890 Comtat-Marina Baja
S. de la Xorta 1200 Marina Baja LIC
S. de Orxeta 680 Marina Baja.
S. de Callosa 567 Bajo Segura LIC
NNW-SSE
S. d’Olta 590 Marina Alta
S. del Sancho 200 C. Alacant
S. Negra Alto Vinalopó-M. Vinal
S. de la Safor 1012 Marina Alta
Cabeçó d’Or 1210 C. de Alacant
S. de Pujálvarez 341 Bajo Segura
S-N
S. de Ferrer 860 Marina Alta LIC
S. del Morrón 910 Alto Vinalopó
S. Penya Roja Hoya Alcoy-C. Alacant
Tabla 3. Sierras de la provincia de Alicante. Fuente: Atles Comunitat Valenciana, Espanya i el
Món; Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, visor SIGPAC. Elaboración propia.
En Alicante existen tres Parques Naturales Protegidos: Sierra del Montgó;
Sierra de Mariola y Sierra de la Font Roja. Además de estos espacios
forestados, existen numerosos Lugares de Importancia comunitaria (LIC).
Asimismo, una de las características que podemos resaltar es que
prácticamente todas las sierras del listado que hemos enumerado están
provistas de vegetación en mayor o menor medida.
Así pues, aunque las características físicas de Alicante hagan ver que el
territorio no tiene una continuidad forestal, sí tiene espacios forestales aunque
muchos de éstos formen islas o ‘parques’ urbanos de planta arbórea. No está
tan expuesto como Valencia, pero tiene muchos espacios que con pocas
hectáreas pueden provocar gran daño debido a la fuerte ruptura del territorio
alicantino a causa de la actividad antrópica.
De esta forma no es que Alicante sea menos vulnerable que Valencia por el
hecho de no tener un continuo vegetal, sino que es otro modelo de
vulnerabilidad en el que con pocas hectáreas de incendio se ocasiona un
problema importante. De hecho, así sucedió el pasado verano 2012 en el
tristemente famoso incendio de Torremanzanas en el que, si bien la superficie
afectada no fue grandiosa, las pérdidas sí que fueron importantes, en especial
en lo que se refiere a la pérdida de vidas humanas.
23. 23
Figura 3. Relieve de la provincia de Alicante. Fuente: Centro Nacional de Información
Geográfica (CNIG), www.cnig.es. Elaboración propia.
5.2.1.2.- La pendiente
En este punto hablaremos sólo de las pendientes máximas, ya que en las
labores de extinción de incendios la pendiente supone un mayor peligro y
riesgo para el avance de las llamas. El mapa de pendientes máximas es un
buen indicador para saber dónde se sitúan los lugares de mayor peligro
coincidiendo con el espacio forestal.
En Valencia las mayores pendientes se alcanzan en puntos donde hay una
continuidad importante de masa boscosa. La comarca de Los Serranos es
donde se encuentra una de las zonas con mayor peligro. Las máximas
pendientes en zona forestal se sitúan en torno al río Turia en su paso por el sur
de dicha comarca, cerca del pantano de Benaixeve, siguiendo hacia el sureste,
en dirección la Hoya de Buñol. Al norte de Los Serranos, también hay una
amplia zona de máximas pendientes en el entorno de la Sierra del Sabinar y
hacia el noroeste. Podemos decir que, atendiendo a este factor local, que la
comarca de Los Serranos es la más peligrosa de producirse un incendio.
24. 24
Otra zona importante a destacar es aquella que se sitúa en el límite de las
comarcas de Canal de Navarrés, Hoya de Buñol y Valle de Cofrentes, una zona
que comprende las Sierras de Martés, Dos Aguas y Caballó. Esas pendientes
máximas penetran hacia la comarca del Valle de Cofrentes, en el entorno de
Cortes de Pallás, justo en el norte del macizo del Caroig. También conviene
reseñar la vulnerabilidad por la inclinación del relieve en la sierra del
Boquerón. Caso paradigmático o extraño cuanto menos es lo que sucede al sur
en la comarca de La Safor siendo un lugar costero y con escasa altitud, sin
embargo existen reseñables pendientes a causa de la presencia de las sierras
que acaban en dicho emplazamiento como son la Sierra de Corbera, Agulles,
Buixcarró y, sobre todo, al sur con la sierra de La Safor y Gallinera. En el resto
del territorio podemos mencionar lugares puntuales como la Vall de Contesa en
la comarca de La Costera. Todos estos emplazamientos coinciden con
marcadas zonas forestales que confieren una grandísima vulnerabilidad en el
caso de producirse un incendio forestal, debido a que las labores de extinción
serán más problemáticas, no sólo por el avance del fuego, en función de la
entrada de la masa de aire, sino, sobre todo, por la dificultosa orografía, que es
lo que realmente queremos plasmas en este apartado.
Figura 4. Pendientes de la provincia de Valencia. Fuente: Centro Nacional de
Información Geográfica (CNIG), www.cnig.es. Elaboración propia.
25. 25
En Alicante la pendiente es un factor tremendamente importante por lo que
existen muchos espacios de gran inclinación que aumentan la vulnerabilidad.
La Marina Baja y sus límites con el Comtat y la Marina Alta son zonas muy
críticas. Las pendientes más altas de toda la provincia prácticamente se
concentran allí y en especial en el Puigcampana, la sierra de Orxeta, toda la
Sierra de Aitana, la Sierra La Real en el centro y sur de la comarca. Además,
en sus fronteras existe una concatenación de sierras en las que se aprecian
grandes escarpes.
Podemos mencionar entre las zonas más vulnerables por la pendiente las
sierras de la Serella, Malla Llop y la Xorta, que es todo un eje que comprende
Marina Baja-Comtat-Marina Alta. Asimismo tampoco podemos olvidarnos
espacios pequeños como las sierras de Ferrer y Bernia. Todo ello en un
pequeño espacio y que pasa por ser además uno de los más continuos desde
el punto de vista forestal, aunque en muchos de esos territorios existen
espacios agrarios que bien podrían disminuir la vulnerabilidad.
Figura 5. Pendientes de la provincia de Alicante. Fuente: Centro Nacional de Información
Geográfica (CNIG), www.cnig.es. Elaboración propia.
26. 26
Aparte de este espacio crítico, el resto de pendientes en la provincia tienen una
relevancia más puntual pero igualmente destacada, de tal manera que no
podemos obviar que si se produjera un incendio cerca del Cabezó d’Or o en la
Sierra de Mariola, además de otros factores de vulnerabilidad que iremos
viendo, la pendiente sería un factor más que dificultaría las labores de extinción
del incendio. En este punto no debemos tampoco olvidar que la pendiente per
se no es un problema. Para que exista vulnerabilidad la condición sine qua non
es que además de pendiente, debe haber combustible.
5.2.2.- El marco humano: la población rural
Dentro de los localismos de las dos provincias analizamos el factor humano.
Sin embargo, no podemos operar sin tener en cuenta la forma en la que
debemos relacionarlo con los incendios forestales y por ello debemos hablar
del factor humano que en este caso será la población rural. Hemos establecido
unos parámetros previos de los que hablamos en la introducción de este TFM.
Considerando que la población rural debe tener un marco de déficits de
servicios, de número de población y de infraestructuras, hemos realizado varias
cribas, primero, en función del número de habitantes. En este TFM propusimos
una cantidad igual o inferior a 1.000 habitantes. El segundo corte dependía de
si estaba en suelo forestal o muy cerca del mismo. Eran estos los dos
requisitos que pusimos para empezar analizar los caseríos, pueblos y capitales
municipales.
En este tramo vamos a analizar los emplazamientos que están expuestos
debido a su aislamiento y al número de habitantes. A más población, más
dificultad para realizar una eventual evacuación con motivo de un incendio,
pero un número nimio de habitantes implica también más dificultades para
llegar a dicho emplazamiento y, por tanto, la evacuación será también
complicada. Dicho esto, creemos que a medida que la población llegue al
umbral de 1.000 habitantes la vulnerabilidad será mayor, y a medida que
disminuya el número de habitantes el aislamiento del núcleo poblacional, en
teoría, irá en aumento. Ha sido difícil hacer el estudio en la provincia de
Valencia ya que, realizando los cortes especificados, hay más de un centenar
de pueblos que cumplen los requisitos. En esta provincia encontramos caseríos
prácticamente despoblados como Ahillas con 6 habitantes, en la comarca de
Los Serranos, o Arroyo Cerezo con 12 habitantes en el Rincón de Ademuz.
Para exponer un estudio del caso hemos escogido la comarca que más casos
tiene y que puede suponer el mejor ejemplo. Se trata de la comarca de Los
Serranos. Los emplazamientos más habitados coinciden con pueblos que son
capitales municipales como el caso de Bugarra (831), Alpuente (754) y
Gestalgar (737); mientras que los menos habitados son los que presentan
peores comunicaciones: Ahillas (6), Artaj (15) u Oset (74).
27. 27
Escogiendo el caso de Los Serranos establecemos dos niveles de
vulnerabilidad: por colapso y por aislamiento. De esta forma tenemos una
población de entre 500 y 1000 habitantes que pueden ser vulnerables por
colapso debido a que, siendo núcleo rural su afección antes o durante un
incendio forestal será alta debido a que su evacuación puede llegar a ser muy
dificultosa, llegando al colapso si las comunicaciones terrestres no son
adecuadas. La vulnerabilidad por aislamiento complicará la evacuación por
encontrarse incluso peor comunicados y, por tanto, toda acción que se lleve en
dichos emplazamientos conllevará un mayor tiempo de desplazamiento. En la
distinción no sólo interviene el número de habitantes, sino también el mayor o
menor aislamiento de la entidad poblacional, marcada por las carreteras de
acceso y, claro está, por la componente orográfica. En algunos casos el núcleo
rural tiene tan sólo una misma vía de entrada y salida al mismo, mientras que
en otros casos hay más de una vía de comunicación. El número de la
población, unido a las carreteras y el factor orográfico nos hace establecer una
diferencia entre poblaciones en un modelo que bien se puede exportar a otras
comarcas con marcado acento rural de ambas provincias.
Pueblo Hab Comarca
Vulnerabilidadporcolapso
Bugarra 831 Los Serranos
Alpuente 754 Los Serranos
Gestalgar 737 Los Serranos
Domeño 723 Los Serranos
Chulilla 718 Los Serranos
Losa del Obispo 574 Los Serranos
Higueruelas 509 Los Serranos
Titaguas 508 Los Serranos
Calles 464 Los Serranos
Andilla 405 Los Serranos
Sot de Chera 405 Los Serranos
Vulnerabilidadporaislamiento
Benagéber 217 Los Serranos
La Pobleta (Andilla) 155 Los Serranos
Baldovar (Alpuente) 76 Los Serranos
Oset (Andilla) 74 Los Serranos
Obispo Hdez (Alpuente) 63 Los Serranos
El Collado (Alpuente) 61 Los Serranos
La Cuevarruz (Alpuente) 57 Los Serranos
Corcolilla (Alpuente) 53 Los Serranos
Artaj (Andilla) 15 Los Serranos
Villar de Tejas (Chelva) 14 Los Serranos
Pantano de Gener (Benagéber) 13 Los Serranos
Caserío de Alcotas 8 Los Serranos
La Torre (Alpuente) 7 Los Serranos
Ahillas (Chelva) 6 Los Serranos
Balneario de Fuencaliente (Chulilla) 2 Los Serranos
Tabla 4. Tipos de vulnerabilidades en la comarca de Los Serranos, Valencia. Fuente: Instituto
Nacional de Estadística (INE), www.ine.es; Ministerio de agricultura y Medio Ambiente,
www.magrama.es, Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG), www.cnig.es.
Elaboración propia.
28. 28
El mapa es esclarecedor y nos advierte de la gran cantidad de espacios
habitados en el interior y en presencia de territorio forestado. Ello se puede
observar en el Rincón de Ademuz, el ya comentado caso de Los Serranos,
Requena, Valle de Cofrentes y Vall d’Albaida.
Figura 6. Núcleos rurales de mil o menos habitantes de la provincia de Valencia. Fuente:
Instituto Nacional de Estadística (INE), www.ine.es; Ministerio de agricultura y Medio Ambiente,
www.magrama.es, Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG), www.cnig.es,
Consellería de Gobernació de la Comunitat Valenciana. Elaboración propia.
El Análisis de estas características en Alicante es mucho más simple debido a
que los criterios que escogimos nos ha reportado un número aceptable de
núcleos poblacionales, que permiten realizar un mejor análisis. Aún así existen
caseríos que el Instituto Nacional de Estadística no contempla singularizados
sino como parte de varios núcleos diseminados en el municipio.
29. 29
PUEBLO HABS MUNICIPIO COMARCA
Catamarruch 831 Planes Comtat
Tárbena 809 Tárbena Marina Baja
Sella 626 Sella Marina Alta
Agres 598 Agres Comtat
Bolulla 450 Bolulla Marina Baja
Campo de Mirra 444 Campo de mirra Alto vinalopó
Benimantell 364 Benimantell Marina Baja
Penáguila 318 Penáguila Hoya de Alcoy
Benimaurrell 261 Vall de laguar Marina Alta
Beniarda 248 Beniardá Marina Baja
Alcoleja 204 Alcoleja Comtat
Fleix 194 Vall de laguar Marina Alta
Benasau 174 Benasau Comtat
Bodegueta 154 Benimantell Marina Baja
Fontiles 133 Vall de laguar Marina Alta
Confrides 129 Confrides Marina Baja
Alcalá de la Jovada 128 Vall d'alcalá Comtat
Befallim 110 Benifallim Campo de Alicante
Quatretondeta 109 Quatretondeta Comtat
Benillup 106 Benillup Comtat
Facheca 104 Facheca Comtat
Teix de Abajo 90 Torremanzanas Campo de Alicante
Teix de Arriba 90 Torremanzanas Campo de Alicante
Abdet 72 Confrides Marina Baja
Famorca 59 Famorca Comtat
Tollos 45 Tollos Comtat
Beniaya 30 Vall d'alcalá Comtat
Tabla 5. Núcleos poblacionales de menos de 1000 habitantes de la provincia de Alicante.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE), www.ine.es; Ministerio de agricultura y Medio
Ambiente, www.magrama.es. Elaboración propia.
En Alicante encontramos seis pueblos con la que hemos definido como
vulnerabilidad por colapso: Catamarruch; Tárbena, Sella y Agres. Son
entidades de población con entre 500 y 1000 habitantes. Estar en zona
montañosa y forestal podría provocar problemas en evacuación. El resto de
emplazamientos estarán tanto más aislado cuanta menos población tenga. En
resumen, podemos decir que hay mayores espacios vulnerables en Valencia
que en Alicante porque hay más núcleos habitados y están más disperso. En la
provincia de Alicante el Comtat y la Marina Baja son las dos comarcas donde
hay un mayor número de núcleos rurales con 1.000 o menos habitantes que
están, además, en suelo forestal.
30. 30
Figura 7. Vías de comunicación hacia los núcleos rurales de Alicante. Fuente: Centro Nacional
de Información Geográfica (CNIG), www.cnig.es; Consellería de Infraestructuras, Territori y
Medio Ambiente www.cit.gva.es/cast/carreteras/mapas-car/carreteras-cv-car/. Elaboración
propia.
Ahora bien, para realizar las pertinentes evacuaciones éstas serán más
complejas allí donde existan mayor proporción de personas de la tercera edad
debido a su escasa movilidad. Haciendo esta suposición hemos hecho un
sucinto análisis para saber localmente qué emplazamientos rurales tendrían
este problema. Para ello hemos recurrido a la tasa de envejecimiento que da la
proporción de la población de 65 o más años con la siguiente formulación:
P = Población de 65 y más años / Población total * 100
En Alicante encontramos un núcleo, Tollos, en la comarca del Comtat, con 45
habitantes y una tasa de envejecimiento del 49%, por una tasa de adultez del
44,9%. Se trata del único caso en el que la tercera edad supera a la población
de edad adulta en Alicante, y, además, siguiendo el criterio de vulnerabilidad en
función de la población que aplicamos anteriormente estaría dentro de una
situación de aislamiento.
31. 31
En Valencia encontramos dos casos. El primero el de la población de
Castielfabib, capital del municipio homónimo en la comarca del Rincón de
Ademuz. Su tasa de envejecimiento es de 46,8% frente al 42,4% de la
población adulta. El segundo caso no es tan claro pero creemos pertinente
exponerlo, se trata de Vallanca, también capital municipal y también en el
Rincón de Ademuz. Sus tasas de adultez y envejecimiento prácticamente son
iguales, 46,8% y 45,5%, respectivamente. Ambos pueblos, al igual que lo que
ocurría en el caso alicantino están en lo que venimos a considerar
vulnerabilidad por aislamiento.
5.3.- Factor meteorológico
Aunque para muchos el clima es el factor más importante a tener en cuenta en
la ignición de un incendio forestal, en este TFM le damos un valor igual a otros
debido a que per se puede ser más o menos importante pero no definitivo si
otros factores como la planificación y gestión, o la idiosincrasia del territorio
están en el lugar adecuado. Desde un punto de vista geográfico e integrador,
en este TFM intentamos desarrollar una Geografía capaz de mirar el aspecto
físico, humano y regional para explicar un riesgo natural que además en
muchos casos es inducido. Por esto mismo creemos que el clima es tan
importante como la disposición de los núcleos poblacionales, la planificación o
la ordenación territorial.
Podemos distinguir entre factores y elementos del clima. Los factores son
aquellas influencias que conforman las manifestaciones atmosféricas y que
provocan como resultado los diferentes climas. Existen factores generales o
más particulares, desde los factores astronómicos hasta los geográficos. Por
otra parte, los elementos son cada una de las magnitudes físicas cuantificables.
Son precisamente los elementos los que estudiaremos en este apartado:
temperatura, la insolación, y, sobre todo, el viento. También incidiremos en la
orientación de las cadenas montañosas como un elemento que hace variar los
elementos del clima.
El Mediterráneo da nombre al clima característico de las dos provincias que
estamos estudiando en este TFM. Más allá de estos territorios, el clima
mediterráneo se extiende por otros territorios no sólo de la propia península
ibérica, sino de todo el Planeta. Científicamente denominado templado-cálido
de fachada oriental, se da en regiones como el centro de Chile, suroeste de
Sudáfrica, una parte de Australia, el estado de California en Estados Unidos y
entre los paralelos 32º y 38º latitud norte dentro de Europa y una parte del
territorio marroquí.
Sin embargo, ni tan siquiera nos hace falta irnos tan lejos para singularizar este
clima en la zona objeto de nuestro estudio. La propia península ibérica en su
mayor parte tiene rasgos de mediterraneidad. Las diferentes variantes se
32. 32
pueden ver en la propia Comunidad Valenciana. Los inviernos en general son
moderadamente suaves, con temperaturas en torno a los 10 ºC por ejemplo en
Valencia, y veranos caracterizados por el intenso calor, con una media
aproximadamente de 25º C en la provincia valenciana, pero con máximas que
perfectamente pueden superar los 40º C en numerosas zonas del interior. Hay
variantes de este clima, ya que no es igual en el noroeste de Valencia, en el
Rincón de Ademuz, que en Guardamar del Segura en Alicante.
Las variantes de la mediterraneidad del clima ya las destaca uno de los más
importantes geógrafos españoles de todos los tiempos, Javier Martín Vide,
quien distingue hasta seis tipos: submediterráneo, continental, de fachada
oriental, meridional, árido o del sureste y, de montaña (Climas y tiempos de
España, Matín Vide y Olcina Cantos, 2001).
Hay una serie de factores que hace variar este clima regionalmente. Uno de los
rasgos que hace diferente con respecto al resto de las otras variantes es que
es el único que está bañado por un mar, el Mediterráneo, el de mayor
superficie del mundo, sino contamos los océanos. Es además un mar
sumamente cálido lo que le confiere mayor singularidad a este clima con
respecto a otras variantes. Provoca que las oscilaciones térmicas sean más
acusadas en el interior que en la costa y ocasiona diferencias costa-interior con
respecto a la humedad, obviamente mayor en las zonas litorales.
No podemos olvidar la orografía. Más adelante hablaremos de las diferencias
locales que existen entre ambas provincias en este sentido. Podemos decir que
la provincia de Alicante es más montañosa que Valencia pero que ésta última
tiene un relieve algo más diverso. Las precipitaciones son tremendamente
irregulares y diferentes según estemos, por ejemplo, en el norte en el Rincón
de Ademuz (Valencia) o la Vega Baja del Segura (Alicante). Depende de
factores como la presencia de montañas más o menos altas, su disposición u
orientación, la cercanía al mar, y el flujo a los vientos dominantes del interior
(Ponientes) o de la costa (Levante).
5.3.1.- Elementos del clima
Para este TFM estudiaremos la las tormentas eléctricas que ocasionan los
rayos, las temperaturas, la radiación solar, las masas de aire y la nieve. Todos
estos elementos no tienen la misma relevancia. Los rayos son,
estadísticamente, el principal motivo de ignición de un incendio, mientras, otros
elementos como las masas de aire pueden propagar las llamas.
5.3.1.1.- Las masas de aire y los rayos como origen de la ignición
Los rayos son debido al cambio de polaridad positiva-negativa entre las nubes
y la tierra. Normalmente estas nubes son grandes cumulonimbos y como no,
son debido a un crecimiento vertical que nos indica que existe o se está
33. 33
formando una tormenta que tendrá como resultado precipitación, relámpagos,
truenos y rayos.
Dependiendo de la cantidad de lluvia, si hay aparato eléctrico, pueden generar
incendios forestales que pueden ser apagados por la propia lluvia o no. En las
estadísticas que ya veremos más adelante ya podemos adelantar que estas
tormentas con aparato eléctrico y generadoras de incendios sólo se han dado
en la provincia de Valencia. Las tormentas pueden tener diferentes génesis y
pueden no ser exactamente iguales, éstas dependen de un elemento del clima:
las masas de aire. Según su procedencia tendremos un tipo de tormenta con
rayos. Podemos diferenciar tres tipos de masas de aire que llegan y afectan a
las dos provincias estudiadas para el caso que nos ocupa: Tropical Continental,
Tropical Marítima y Polar Marítima.
-Masa de aire Tropical Continental
Es una de las más importantes no en cuanto a persistencia a lo largo del año
sino en lo que ocasionan cuando llegan. Se trata de vientos que entran de S-
SE proveniente del continente africano, más concretamente de la baja térmica
de Argelia, y al entrar en contacto en el mar Mediterráneo gana en humedad.
Tenemos, pues, una masa de aire muy cálida y húmeda, dos condiciones para
que una masa de aire se inestabilice. El último factor que falta es el obstáculo
montañoso. Esto último degenera la masa de aire del estado en el que nació,
ya no es igual y el contacto con las montañas da origen a tormentas de rayos
con cierta importancia del aparato eléctrico y poca precipitación en
comparación con lo que habitualmente precipita de forma torrencial en la
Comunidad Valenciana. Esta advección sahariana pese a la entrada en
contacto con un cuerpo de agua como el Mediterráneo sigue siendo seca en
comparación con otras. La importancia de esta masa de aire es que va cargada
con polvo en suspensión. Estas tormentas secas son las que pueden ocasionar
incendios forestales.
Figura 8. Mapas de 850 y 500 hPa. Advección de polvo sahariano y viento del suroeste
en la Comunidad Valenciana el 28 de junio de 2012. Fuente: www.wetterzentrale.de
34. 34
-Masa de aire Polar Marítima
Las borrascas del Atlántico que cruzan toda la península van dejando
importantes chubascos en el noroeste, pero a medida que entran en territorio
ibérico van perdiendo humedad y ganando en temperatura. Esta masa de aire
entra en la Comunidad Valenciana produciendo un efecto foëhn al contactar
con las sierras valencianas. Pueden entrar en dirección W-NW o incluso SW lo
que unido a las orientaciones de las montañas alicantinas y valencianas
tendrán mayor o menor incidencia. Esta masa de aire deja débiles
precipitaciones que ocasionalmente pueden dar lugar a tormentas con aparato
eléctrico especialmente en territorio valenciano. Si no se disuelve esta masa de
aire, eventualmente se puede volver a cargar de humedad cuando llega al
Mediterráneo y reactivarse con cierta fuerza, sin embargo, esto no es lo
habitual. Lo procedente es que esta masa de aire llegue totalmente desecada y
entre en la comunidad siendo el llamado Terral o Poniente. En verano sólo
ocasiona bajada de temperaturas si se da alguna esporádica tormenta de
granizo, pero lo más frecuente es que haya subidas por el efecto foëhn. En las
épocas de mayor precipitación en el Mediterráneo, esto es, Primavera-Otoño,
deja chubascos y tormentas de importancia relativa.
-Masa de aire Tropical Marítima
Esta masa de aire entra por el suroeste peninsular y puede llegar a territorio
valenciano como Terral o Poniente. Se trata de una masa de aire de viento muy
cálido que por el efecto foëhn gana incluso más temperatura. No ocasiona
tormentas eléctricas sensu stricto pero puede dar lugar, combinado con otros
factores, a la propagación de un incendio forestal.
-Los rayos
Desde el año 1.968 hasta el año 2.010 la Comunidad Valenciana, a través de la
Consellería de Gobernació registró por esta causa un total de 33 incendios
forestales de más de 100 hectáreas. Esa cifra supone un 20,4% del total de
igniciones de esta extensión, además de ser, como ya dijimos, el elemento
natural por excelencia que per se puede provocarlos. Hemos divididos los 33
incendios provocados por rayos en intervalos. El período más nefasto ocurrió
entre 1.991 y 1.995, con doce incendios. Tras este le sigue el quinquenio
1.981-1.985 con ocho igniciones de más de 100 hectáreas. Por la otra parte,
debemos mencionar que la entrada en el nuevo siglo ha provocado una
significativa disminución de este causante natural.
Incendios de más de 100 has
Años Nº de incendios
68-70 1
71-75 3
35. 35
76-80 4
81-85 8
86-90 2
91-95 12
96-2000 2
2000-2005 1
2005-2010 0
Tabla 6. Incendios de más de 100 has. en la Comunidad Valenciana debido a los rayos (1968-
2010). Fuente: Consellería de Gobernació. Elaboración propia.
Ahora bien, si hablamos de incendios de menos de 100 hectáreas, los llamados
conatos, el número se ve especialmente incrementado en todos los intervalos.
Es más, analizando los datos estadísticos de Valencia y Alicante se advierte un
aumento de los mismos en este mismo período de tiempo.
En los 90 se experimentó un significativo número de conatos. Ya entrados en el
nuevo siglo, las pequeñas igniciones siguen incrementándose hasta llegar a las
371 en el período 2.000-2.005, para volver a disminuir en el quinquenio 2.005-
2.010, pero aún siguen siendo en comparación con la década de los 70 y 80.
Conatos de incendios
Años Nº conatos
68-70 19
71-75 73
76-80 65
81-85 115
86-90 118
91-95 223
96-2000 253
2000-2005 371
2005-2010 219
Tabla 7. Conatos de incendios en Alicante y Valencia (1968-2010). Fuente: Consellería de
Gobernació. Elaboración propia.
Si realizamos el análisis estadístico de los incendios de menos de 100
hectáreas por provincias, en Valencia siempre el número de estos pequeños
fuegos es mucho mayor que en Alicante, debido sin duda a una mayor
superficie forestal.
Encontramos una diferencia estadística en ambas provincias y es que desde
1968 hasta 2010 el número de conatos ha ido creciendo siempre hasta
alcanzar el récord en el período 2005-2010, con 47 conatos. Sin embargo, en
Valencia el máximo número de conatos se sucedió en el quinquenio 2000-
36. 36
2005, con 371 conatos. Posteriormente, en el último intervalo las pequeñas
igniciones volvieron a disminuir hasta niveles de la década de los años 90.
Alicante Valencia
Años Nº conatos Años Nº conatos
68-70 2 68-70 17
71-75 3 71-75 70
76-80 3 76-80 62
81-85 4 81-85 111
86-90 7 86-90 111
91-95 13 91-95 210
96-2000 36 96-2000 217
2000-2005 40 2000-2005 331
2005-2010 47 2005-2010 172
Tabla 8. Conatos de incendios forestales en Alicante y Valencia (1968-2010). Fuente:
Consellería de Gobernació. Elaboración propia.
Una vez analizada toda la estadística, podemos aseverar que todos los
incendios importantes conocidos por esta causa se han producido en la
provincia de Valencia. Un total de 23 incendios se han producido en este
territorio. Incluso dos emplazamientos se han repetido incendios en diferentes
años por la misma causa.
Son los casos de Millares en dos ocasiones, en la comarca del Valle de
Cofrentes; y Requena en cuatro ocasiones en la comarca homónima. En este
último caso en 1.984 se produjeron dos incendios sin solución de continuidad,
el primero el 19 de julio de ese año, y semanas después, el 13 de agosto,
volvía a producirse otra ignición por la misma causa.
Es lógico que en Valencia se hayan producido los grandes incendios, ya que en
esta provincia el espacio forestal es mayor. La fragmentación boscosa y la
roturación agrícola en Alicante hace complicado que se produzcan incendios
forestales de gran extensión.
Sin embargo, a la hora de estudiar zonal o geográficamente el mayor problema
es la falta de identificación del emplazamiento. En el período estudiado se
produjeron hasta diez incendios que la consellería no ha ubicado en lugar
alguno, aunque sí se poseen los datos de la extensión quemada y la causa, en
este caso, los rayos.
37. 37
A partir de 500 hectáreas podemos hablar de un gran incendio. Como tal y por
esta causa el número se reduce un tercio, pasando de 33 a 11 incendios. El
peor tuvo lugar en el nefasto año 1994. La ignición comenzó el 4 de julio de ese
año en Millares, en la comarca del Valle de Cofrentes afectó a más de 25.000
hectáreas de suelo forestal y 500 hectáreas más de suelo no forestal.
Nueve años antes, en 1985 en el pueblo de Tous, unos años después de la
terrible y tristemente conocida pantanada de Tous tuvo lugar otra gran
catástrofe por culpa de un rayo que provocó la ignición que devastó casi 19.000
hectáreas de suelo forestal en el que es el segundo más importante y de mayor
extensión por esta causa. Y no menos importante fue el del año 1991 en
Yátova, en el interior de la provincia valenciana que afectó a más de 15.000
hectáreas de terreno forestal y hasta 2.000 hectáreas de terreno no forestal.
Figura 9. Mapa de frecuencia de rayos en la provincia de Valencia. Fuente:
Consellería de Gobernació. Elaboración propia.
38. 38
Fecha de
Inicio
TM de Origen Arbolada No Arbolada Veg.Herb
Total
Forestal
Total no
Forestal
Causa
04/07/1994 MILLARES 11.835,00 13.545,00 50,00 25.430,00 500,00 Rayo
27/07/1985 TOUS 16.085,00 2.801,00 0,00 18.886,00 0,00 Rayo
28/07/1991 YÁTOVA 6.330,00 9.070,00 0,00 15.400,00 2.015,00 Rayo
13/07/1991 LUTXENT 855,00 2.215,00 0,00 3.070,00 0,00 Rayo
05/08/1990 MILLARES 2.600,00 0,00 0,00 2.600,00 0,00 Rayo
01/09/1978 INDETERMINADO 2.240,00 190,00 0,00 2.430,00 0,00 Rayo
07/08/1993 ANDILLA 1.545,00 432,00 110,00 2.087,00 0,00 Rayo
31/07/1994 REQUENA 1.650,00 0,00 0,00 1.650,00 0,00 Rayo
19/07/1984 REQUENA 900,00 200,00 0,00 1.100,00 0,00 Rayo
24/07/1984 GUADASSUAR 355,00 745,00 0,00 1.100,00 0,00 Rayo
17/07/1975 INDETERMINADO 290,00 510,00 0,00 800,00 0,00 Rayo
Tabla 9. Incendios forestales por causa de rayos en la provincia de Valencia. Fuente:
Consellería de Gobernació. Elaboración propia.
-Las masas de aire y orientación de las laderas
Porcentualmente los orígenes de las masas de aire en la Comunidad
Valenciana son del oeste, es decir, masa de aire Tropical y Polar Marítimas que
pierden tal condición al entrar en la península. En función de la disposición
montañosa de la provincia de Valencia y Alicante entrarán principalmente del
NW (en Alicante) o SW (en Valencia).
Figura 10. Tipos de tiempo y masas de aire en la Comunidad Valenciana. Fuente: Atlas
Climático de la Comunidad Valenciana, Sancho Ávila, J.M., et all., 2012. Elaboración
propia.
Como se observa en los mapas, en Alicante las masas de aire entrantes
principalmente vienen del oeste. Sin embargo, la orientación de sus montañas
siguen una directriz igual al del Sistema Bético, esto es, SW-NW, por tanto los
vientos terrales para poder ser más efectivos tienen que entrar de justo de
Porcentaje de los tipos de tiempo y masas
de aire asociadas a lo largo del año
Subsidencia
anticiclónica,advección
anticiclónica y pantano
barométrico
Advección del levante con
baja en altura y
ascendencia ciclónica
Advecciones
septentrionales y
continentales
Advecciones zonales y
subzonales (W,SW,NW)
39. 39
frente y en este caso la masa de aire que afectaría más sería aquella que
entrase del cuarto cuadrante. Los vientos del SW también vienen a ser
representados en el mencionado mapa de entrada de masas de aire.
Existen más corredores de entrada de flujos de aire del Sur-Sureste. En el sur
de la provincia tenemos la Penya Grossa y la Sierra de Crevillente en la
comarca del Vinalopó Medio donde entran sobre todo flujos del S-SE, sin
embargo en el centro de la Sierra de Crevillente, en el Picatxo de San Gabriel
entra un flujo del W-NW. En el Alto Vinalopó están las sierras de Salinas, de les
Fontanelles y Onil con una clara orientación de cara a la entrada de flujos de
viento de S-SE. En esta misma comarca un corredor como el valle de Biar
tiene entradas de masas de aire del tercer y cuarto cuadrante. En la comarca
del Bajo Segura está la sierra de Orihuela que posee ambas orientaciones, S-
SE y W-NO-NE. La sierra de Carrasqueta en su parte más occidental tiene un
claro flujo del W-NO-NE con pequeños corredores exteriores de entrada de S-
SE. En la comarca del Campo de Alicante se sitúan las sierras de La Grana y
del Cabeçó d’Or que como bien se marca en el mapa tienen orientación que
permite sobre todo la entrada de masas de aire del oeste.
Figura 11. Mapas de entrada de masas de aire. Fuente: Centro Nacional de Información
Geográfica (CNIG), www.cnig.es; Atlas Climático de la Comunidad Valenciana, Sancho Ávila, J.M.,
et all., 2012. Elaboración propia.
40. 40
A medida que vamos yendo hacia el norte el mapa de las orientaciones y la
entrada de los flujos teóricos de entrada de masas de aire se complica. Aún así
nos queda claro que en la Marina Baja está la sierra Gelada con clara entrada
del W-NW. En la misma comarca tenemos las sierras de Almudaina, Xorta y
Aitana con más espacios entre sí pero con predominio de manchas rojas que
nos indican que probablemente entren vientos del segundo cuadrante, mientras
que en sus interfluvios entran flujos del oeste. No podemos obviar que estos
vientos occidentales pueden entrar por las sierras de Beneixada, Fontadella,
Arguenya, Castalla y Maigmó.
En Valencia es más complicado dirimir las entradas de las masas de aire según
la orientación de sus montañas. Muchas de sus sierras siguen la directriz del
Sistema Ibérico, esto es, NW-SE. Es sobre todo el Valle de Cofrentes donde se
puede apreciar una mayor mancha amarilla que nos indica que en esa zona
fluyen o entran vientos del W-SW. También tiene cierta importancia el conjunto
de las sierras de El Negrete y de Utiel, en la comarca de Requena.
Podríamos afirmar que al norte de la provincia existen trazas de elementos del
relieve por donde fluyen vientos del tercer y cuarto cuadrante aunque siempre
con entradas del S-SE, se tratan de la estribación más suroriental del Sistema
Ibérico que entra hacia la comarca de Los Serranos donde existen sierras
como El Sabinar y más hacia el este, las laderas de la Sierra Calderona
abiertas al oeste.
La entrada de masas de aire es fundamental para entender el peligro o riesgo
de incendio forestales. Si existe tormenta seca, en función del origen de la
masa de aire, vendrá con la misma la aparición de rayos y por tanto habrá
muchas posibilidades de que se produzca la ignición, pero depende también de
la orientación de la cadena montañosa, pero sobre todo del efecto foëhn. Aún
así, estos dos factores no pueden actuar por si mismos para producir un
incendio de gran magnitud.
5.3.1.2.- La temperatura
Nos interesa como una variable que puede generar vulnerabilidad o riesgo de
incendio. Las temperaturas entran en juego en la ignición de los incendios por
las temperaturas. Las olas de calor de forma continuada a lo largo del estío
puede ser el motor de un gran incendio forestal. El pasado verano fue
especialmente virulento en cuanto a incendios, siendo el de Cofrentes el mejor
ejemplo. El verano de 2012 se caracterizó por la repetición de olas de calor de
más o menos intensidad durante los tres meses del verano.
Las temperaturas son moderadas tanto en verano como en invierno pero esta
generalización no nos sirve. Hay muchas y notorias diferencias de temperatura
entre el norte y el sur, la costa y el interior y, desde luego, debe quedar claro,
41. 41
que dependerá sobre todo de la existencia o no de combustible el que un fuego
comience. En el caso de Valencia y Alicante, las temperaturas máximas
siempre se alcanzan en el interior de ambas provincias.
Si el emplazamiento está en una “hoya”, esto es, entre dos sistemas
montañosos, la temperatura será mayor por la falta de flujos de masas de aire.
En general en zonas de cierta altitud son más proclives a sufrir un estimado
aumento térmico, que será más significativo en los valles. Esto se verá
reflejado principalmente en verano en el caso que nos interesa.
Figura 12. Mapa de temperaturas máximas absolutas en Alicante y Valencia (1961-1990).
Fuente: Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG), www.cnig.es; Atlas Climático de la
Comunidad Valenciana, Sancho Ávila, J.M., et all., 2012. Elaboración propia.
42. 42
Los mapas de temperatura que hemos elaborado han sido hechos a partir de
interpolaciones de algoritmos del Sistema de Información Geográfica Arc Gis.
Tenemos unos valores de un período de tiempo de 30 años, sacados del Atlas
Climático de la Comunidad Valenciana, y posteriormente se aplica una fórmula
matemática para estimar cómo será la temperatura en el resto del territorio
donde no hay una serie climática con datos. Así elaboramos, por ejemplo, el
mapa de temperaturas máximas alcanzadas en las dos provincias estudiadas.
Pese a los valores apreciados en el mencionado atlas, tenemos que poner en
entredicho dichas temperaturas, pues, al realizar la comparación con las cifras
oficiales de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) sobre los extremos
térmicos, encontramos incoherencias que conviene advertir en este trabajo. En
Valencia, según el Atlas Climático de la Comunidad Valenciana encontramos
tres estaciones que superan ampliamente los 40ºC, se trata de Bugarra en la
comarca de Los Serranos que llegó a los 49 ºC de temperatura máxima
absoluta en los meses de junio y julio desde 1961 a 1990. Les siguen dos
estaciones, la de Cofrentes en la comarca del Vall de Cofrentes, y Xativa en la
comarca del Canal de Navarrés, ambos emplazamientos con 47 ºC.
Sin embargo, las cifras oficiales de AEMET nos dicen que el hito térmico está
en la estación el aeropuerto de Valencia, con 43,4 ºC, que data del 6 de julio
de 1986. Por tanto, el dato aportado por el libro es poco fiable. Las tres
estaciones mencionadas con anterioridad cumplirían alguno de los requisitos
que previamente teorizamos, es decir, lugares interiores y además están en
zonas forestales, lo cual les confiere cierto grado de exposición al riesgo de
incendios forestales. En Alicante tenemos dos entidades de población con
temperaturas máximas absolutas de más de 40 ºC, se trata de Villena, en el
Alto Vinalopó con 44 ºC y sobre todo El Pinós, en el Vinalopó Medio con 46 ºC.
Según fuentes oficiales de AEMET, la temperatura máxima absoluta se produjo
en la ciudad de Alicante el 5 de julio de 1994 con 41,4 ºC, por tanto, tenemos
que volver a poner en entredicho los valores del libro consultado.
Para el estudio que estamos realizando, en el caso alicantino, sólo cumple una
premisa: estar en el interior. No se tratan de emplazamientos montañosos ni
que destaquen por estar cerca de una masa forestal. Estas características
deberían cumplirse en la montaña de Alicante que comprendería las comarcas
del Comtat, Hoya de Alcoy, Marina Alta y Marina Baja, sin embargo, la
interpolación hecha no nos ofrece un mapa de más detalle porque carecemos
de datos oficiales de las estaciones secundarias que nos podría proporcionar
AEMET, y a las que no hemos podido tener acceso, para dichas comarcas. No
tenemos dudas de que en el interior de Alicante, en la Montaña se llegan a
temperaturas iguales, parecidas o superiores a las estaciones de Villena y El
Pinós. Aún así las temperaturas máximas absolutas no sólo rondan los 40 ºC
43. 43
sino que en numerosas estaciones en el verano se alcanzan valores de 40 ºC,
41 ºC ó 42 ºC.
VALENCIA
EMPLAZAMIENTO COMARCA TEMP.MX. ABS.
Bugarra Los Serranos 49 ºC
Cofrentes V.Cofrentes 47 ºC
Xátiva C.Navarrés 47 ºC
Tabla 10. Temperaturas máximas absolutas en Valencia y Alicante (1961-1990). Fuente: Atlas
Climático de la Comunidad Valenciana, Sancho Ávila, J.M., et all., 2012.. Elaboración propia.
En el mapa de temperatura media de las máximas absolutas los valores se
matizan bastante, sin embargo, se repiten varios de los emplazamientos que
antes comentamos. En Valencia de nuevo Bugarra, Cofrentes y Xátiva ofrecen
los valores más altos además del mismo orden. La población situada en Los
Serranos, Bugarra, tiene una temperatura media de las máximas absolutas de
27 ºC, mientras que con dos grados menos se sitúan Cofrentes y Xátiva.
Tabla 11. Temperaturas máximas medias en Valencia y Alicante (1961-1990). Fuente: Atlas
Climático de la Comunidad Valenciana, Sancho Ávila, J.M., et all., 2012. Elaboración propia.
En la provincia de Alicante Monforte del Cid, en el Vinalopó Medio ostenta la
mayor temperatura con 26 ºC, seguido de Elche y Catral con 25 ºC. Estas
temperaturas no nos dicen demasiado para confirmar nuestra hipótesis. Esto
puede deberse incluso a que no hace falta que se alcancen grandes
temperaturas para que se favorezca la ignición allí donde la orientación, las
masas de aire y sobre todo la existencia de combustible sean lo
suficientemente importantes como para que la temperatura actúe como
precursor indirecto del inicio de un fuego.
ALICANTE
EMPLAZAMIENTO COMARCA TEMP.MX.ABS.
El Pinós Vinalopó Med. 46 ºC
Villena Alto Vinalopó 44 ºC
VALENCIA
EMPLAZAMIENTO COMARCA T. MD MX. ABS.
Bugarra Los Serranos 27 ºC
Cofrentes V.Cofrentes 25 ºC
Xátiva C.Navarrés 25 ºC
ALICANTE
EMPLAZAMIENTO COMARCA T. MD MX. ABS.
Monforte del Cid Vinalopó Med. 26 ºC
Elche Bajo Vinalopó 25 ºC
Catral Bajo Segura 25 ºC
44. 44
Definitivamente las temperaturas máximas absolutas no operan o no juegan un
papel excesivamente relevante. En Alicante “las temperaturas máximas medias
más altas se registran en las comarcas del Sur y en zonas de baja altitud (…).
Los 40 ºC se han superado en la mayor parte de los observatorios de las
provincias de Valencia y Alicante excepto en las zonas más altas”. Sin
embargo, más adelante el autor afirma que “Las máximas absolutas en las
zonas interiores están asociados a invasiones de aire cálido sahariano con
gran estabilidad atmosférica en los meses de julio y agosto”. (Pérez Cuevas,
A.J, Atlas Climático de la Comunidad Valenciana, 1994, p.79)
Figura 13. Mapa de las temperaturas máximas medias en Alicante y Valencia (1961-1990).
Fuente: Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG), www.cnig.es; Atlas Climático de la
Comunidad Valenciana, Sancho Ávila, J.M., et all., 2012. Elaboración propia.
45. 45
5.3.1.3.- La radiación solar
La radiación solar es otro elemento del clima que nos puede aportar
información acerca de si es o no importante en los incendios forestales. Dentro
de la radiación solar distinguiremos la directa y la radiación difusa. Según la
Agencia Estatal de Meteorología la primera es “la irradiancia que alcanza la
superficie en un plano horizontal procedente únicamente del disco solar”. La
radiación difusa, por otra parte es “la que incide igualmente en un plano
horizontal procedente del resto del cielo debido a los procesos de dispersión
que se producen en la atmósfera” (Sancho Ávila, J.M., et all. “Atlas de radiación
solar en España”, 2012, p. 6). Por razones obvias la radiación global sería la
suma de ambas.
La continua radiación unida a las horas de sol a lo largo del año provoca que la
evapotranspiración llegue a ser muy efectiva. Si el año se presenta lluvioso la
radiación puede provocar la desecación rápida de los lugares que han sido
bañados por la precipitación. Sin embargo, si el año no ha sido prolífico en
lluvias esta radiación puede provocar aridez y puede llegar a secar la biomasa.
Si el sustrato sigue muy seco la radiación da un ingrediente extra para que un
terreno agroforestal esté expuesto al peligro de incendios.
Figura 14. Irradiancia global media diaria (1983-2005). Fuente: Atlas de radiación solar en
España, Sancho Ávila, J.M., et all., 2012. Elaboración propia.
Como vemos en el anterior gráfico de la radiación global media diaria entre
1983 y 2005, en la provincia de Alicante hay más radiación media diaria, 5,05
kilowatios por metro cuadrado al día por 4,92 Kw/m2 día, de Valencia. La
provincia sureña tiene una mayor radiación directa que en Valencia y su
radiación difusa también es mayor que la provincia capitalina. En el siguiente
gráfico vemos la evolución de la radiación por meses. Lo más importante a
destacar es que los meses de verano, junio y julio, en Alicante el valor de
radiación directa es muy similar a diferencia que en Valencia en donde en el
mes de julio se alcanza el máximo de radiación directa. En general en Alicante
46. 46
todos los meses hay una mayor radiación global que en Valencia, lo cual le
confiere ser una provincia mucho más expuesta. En este punto no debemos
olvidar la disposición de la biomasa que es más continua en Valencia y más
roturada en Alicante, por tanto, aunque en la capital haya menos radiación,
ésta sigue teniendo unos guarismos parecidos a los de Alicante, así que lo que
diferenciará una y otra será el uso agroforestal de su espacio. Como ya hemos
comentado, el espacio agroforestal está mejor definido y planificado en
Alicante, mientras que en Valencia la masa forestal es un gran continuo.
Hay diferencias tanto en el espacio como en el tiempo. La radiación será
diferente en función del mes del verano del que hablemos pero también de la
zona de Alicante y Valencia en la que estemos. En el mes de junio los mayores
índices de radiación están en las comarcas del Valle de Cofrentes y Requena-
Utiel con aproximadamente 7.60 Kw/m2 día. También existen grandes zonas
en la Huerta de Alicante, la propia ciudad hasta las comarcas de la Ribera. En
Alicante los mayores índices se encuentran en las comarcas del Vinalopó y el
Bajo Segura con 7.80 Kw/m2 día. Algo menos de radiación existe en la Marina
Alta, concretamente entre Denia y Calpe, con 7.60 Kw/m2 día.
Figura 15. Irradiancia directa y difusa mensual en Alicante y Valencia (1983-2005). Fuente:
Atlas de radiación solar en España, Sancho Ávila, J.M., et all, 2012
En el mes de julio se alcanza el cénit de radiación en la Comunidad
Valenciana. El extremo oeste de la comarca de Requena-Utiel es donde mayor
llega la radiación, concretamente 8.00 Kw/m2 día. En este sector dominan
espacios agrícolas y agroforestales. Con 7.80 también es un valor alto para el
resto de la provincia donde además se concentra la mayor parte de los
espacios forestales valencianos. En Alicante de nuevo el Bajo Segura y el Alto
Vinalopó son los dos sectores donde mayor radiación existe. No es el lugar
donde se concentra la mayor parte de espacios forestales a diferencia de
47. 47
Valencia. En general en ambas provincias se alcanzan valores altos de
radiación solar.
Figura 16. Mapas de irradiancia global media de junio, julio y agosto en Alicante y Valencia
(1983-2005). Fuente: Atlas de radiación solar en España, Sancho Ávila, J.M., et all., 2012.
Elaboración propia.
En Agosto los índices de radiación solar ya comienzan a disminuir. El mapa
que se muestra es ciertamente parecido al del mes de junio con algunas
diferencias. El centro de la comarca de Requena en Valencia obtiene un índice
medio de 6.80 Kw/m2 día. Es la mayor radiación solar alcanzada en este mes
junto al sur del Bajo Segura y el centro de las comarcas del Vinalopó en
Alicante
Podemos decir que este factor es más peligroso para Valencia ya que los
mayores índices coinciden espacios agroforestales o de dominio absoluto de la
biomasa. Esto no sucede en Alicante, donde la mayor radiación se da en la
huerta alicantina del Bajo Segura y Vinalopó pero allí los espacios forestales
son más bien muy escasos, y por tanto el riesgo de incendio también es ínfimo.
Inferimos de todo lo anterior que la importancia de este hecho radica en que
una cantidad similar de kilowatios por metro cuadrado provocará, en teoría,
más desecación, evapotranspiración y por tanto, riesgo en Valencia frente a
Alicante. Este elemento por sí solo no es peligroso si la radiación no es alta,
pero unido al calor, el viento, la biomasa, la falta de oxígeno y la sequía pueden
ser necesarias para que favorezca la ignición.
5.3.1.4.- La nieve
Las precipitaciones en forma de cristales de hielo evidentemente no pueden
provocar incendios forestales, sin embargo, puede inducir a los mismos de
forma indirecta si el hombre no entra en juego. Al producirse una nevada con
un espesor importante de aproximadamente medio metro de tal forma que
afecta a la parte más baja de la vegetación arbórea de la biomasa. Cuando se
quita o se derrite la nieve los troncos de esos árboles pueden quedar inclinados