Lecciones 05 Esc. Sabática. Fe contra todo pronóstico.
Arte Y Chamanismo
1. Arte de las cuevas y chamanismo Para todo el mundo y en todas las épocas, los hombres han buscado entrar en contacto con el mundo de los espíritus por medio de los chamanes y de sus viajes durante el trance. Por este motivo, resulta legítimo tratar de descubrir estas prácticas en el arte prehistórico de las cuevas. En 1996 Jean Clottes y David Lewis-Williams asumieron el riesgo de interpretar este arte bajo la óptica del chamanismo.
2. Cuadro cronológico de las culturas y de los períodos del Paleolítico superior durante los que se desarrolló el arte de las cuevas
3. Las etapas del trance La investigación neuropsicológica en laboratorios ha demostrado que se pueden distinguir tres grandes etapas con posibles encabalgamientos entre ellas. Los individuos no han de pasar necesariamente por cada una de estas etapas. Primer estadio: es el más ligero. Se ven formas geométricas tales como puntos, zigzags, parrillas, conjuntos de líneas o de curvas paralelas entre sí y de meandros. Estas formas tienen unos colores vivos que centellean, se mueven, se alargan, se contraen y se entremezclan. Con los ojos abiertos adquieren un aspecto luminoso y se proyectan sobre cualquier superficie, las paredes o el techo. En el segundo estado los chamanes se esfuerzan por racionalizar sus percepciones geométricas. Las transforman, dentro de sus ilusiones, en objetos cargados de significado religioso o emocional, a veces en elementos del estado de ánimo del participante. Se alcanza el tercer estado por medio de un torbellino, al final del cual se ve una luz viva. En los laterales del torbellino aparece un enrejado derivado de las imágenes geométricas del Estadio 1. En la malla de ese enrejado, el chamán observa sus primeras verdaderas alucinaciones en forma de personas, animales u otros elementos. Cuando sale del final del túnel se encuentra en el extraño mundo del trance: los monstruos, los humanos y el entorno son intensamente reales. Las imágenes geométricas están siempre allí, pero sobre todo en la periferia de las figuras.
4. Las tres fases de los estados de conciencia alterada: ejemplos posibles de los que puede experimentar un occidental
5. En las alucinaciones del Estadio 3, como las formas geométricas del Estadio 1, las representaciones aparecen proyectadas sobre las superficies que rodean a los chamanes, quienes están con los ojos abiertos. Al mismo tiempo las propias superficies se animan: un cuadro colgado en la pared será visto en tres dimensiones con unos colores más fuertes, aunque también pueda acabar moviéndose y transformarse en algo vivo. En el Estadio 3, el individuo siente que se puede volar y se transforma en pájaro o en otro animal. No “ve” más que simplemente cosas extrañas, lo cual forma parte íntima de la alucinación . Algunas veces, el individuo cree transformarse en una imagen geométrica. Estos tres estadios son universales, ya que son parte integrante del sistema nervioso humano, aunque los significados atribuidos a las formas geométricas del Estadio 1, los objetos transformados del Estadio 2 y las alucinaciones del Estadio 3 estén condicionados por la cultura. La alucinación es el resultado de las expectativas de quien la practica.
6. El cosmos chamánico El todo el mundo, el cosmos chamánico se halla generalmente estratificado. Bajo la forma más simple, se compone de tres niveles: el de la vida cotidiana, un mundo superior y otro inferior. Estos dos últimos están habitados por los propios espíritus y los animales-espíritus. Esto no significa que estos tres mundos sean del todo ajenos entre ellos, ni que las sociedades chamánicas hagan una distinción tan tajante entre lo real y lo sobrenatural como lo hacen las occidentales. Es cierto que los mundos del cosmos chamánico están separados y que cada uno posee localización topográfica particular, pero están igualmente interconectados: lo espiritual es tan inmanente como lejano en el espacio. Es en el interior de este cosmos estratificado donde los chamanes funcionan. En definitiva son unos mediadores que, subiendo o descendiendo, tienen la capacidad de visitar estos mundos.
7. El arte chamánico de los San Diversos estadios, durante los estados de conciencia alterada, representados en el arte rupestre de los San
8. Los complejos murales decorados San eran un conjunto de escenas ordenadas en las que los actores chamánicos con los estados de conciencia alterada se protegían de las imágenes de antiguas visiones, les devolvían la vida, y les añadían nuevas percepciones, enriqueciendo así el cosmos chamánico. Aunque creado por el sistema nervioso universal del hombre, esta riqueza cósmica se nutre de los elementos propios de una época, de un lugar y de una cultura determinada
9. El arte de las cuevas y de los abrigos Desde los orígenes del arte paleolítico, durante el Auriñaciense. hasta el final de la última glaciación, los humanos dibujaron en las cuevas y en los abrigos, empleando las mismas técnicas básicas para la pintura y el grabado y las misma convenciones generales, representando sensiblemente la misma fauna, sobre todo los grandes herbívoros, con una mayoría de caballos y bisontes. Los animales se encuentran siempre acompañados de signos geométricos y de trazos indeterminados. La representación humana queda en segundo término. Algunos temas más específicos (vulvas, secuencias de puntos rojos o criaturas compuestas) están presentes a lo largo de todo este enorme período de tiempo. Todo ello acaba por producir un consenso tácito sobre la gran unidad de este arte. Sin embargo, los especialistas no están satisfechos del todo y se muestran muy sensibles a las excepciones y a los aspectos poco claros, que tampoco faltan
10. Arte de las cuevas y chamanismo Representaciones paleolíticas asociadas a los diversos estadios del trance
11. Todos los elementos del arte de las cuevas sugieren que una variada serie de actividades se desarrollaban en las cuevas y que la mayor parte de éstas tenían un fundamento común. De una manera u otra, afectaban a las paredes, los techos, los suelos, las estalactitas y las estalagmitas de las cavidades. Las superficies eran tocadas, perforadas y señaladas. En algunos casos, los relieves naturales eran interpretados como la materialización parcial de las imágenes. El contexto, la misma cueva, tenía sin lugar a dudas un sentido y no era solamente un cómodo lugar para realizar los dibujos. La mejor explicación para ello sería creer que las cuevas eran los lugares de tránsito que conducían al estrato inferior del cosmos chamánico. Las personas que por ellas se arrastraban y caminaban se encontraban rodeadas por este mundo del más allá, de forma que todo – paredes, bóvedas y suelos- significaba alguna cosa. En numerosas sociedades de este tipo, los chamanes visitan el mundo inferior en el transcurso de sus alucinaciones. Durante el Paleolítico superior se trasladaban a él no sólo durante sus visiones, sino también físicamente, explorando los pasos, las galerías y las salas de las cuevas.