La paciente, una inmigrante boliviana de 34 años, acude a consulta por presunto acoso escolar. Tras entrevista clínica, observación en el aula y cuestionario de personalidad, se concluye que no hay evidencia de acoso y que en realidad padece un trastorno paranoide de la personalidad, caracterizado por ideas autoreferenciales de perjuicio y suspicacia. Su baja puntuación en autodirección también sugiere trastorno de personalidad. Se recomienda seguimiento para descartar un posible desarrollo a tra