En el esfuerzo por acceder al mercado laboral existe especial interés por el curriculum blando, el “currículo oculto”: competencias, marca personal, habilidades, fortalezas y debilidades, capacidad de aprendizaje… pues el curriculum duro que plasmamos en un papel puede ser leído por los empleadores.
1. Curriculum oculto
María Inmaculada Frechilla de Arbaiza
Ref. 2015.03
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CCuurrrriiccuulluumm ooccuullttoo
“Las personas nacimos con capacidad de aprendizaje más allá de
este sistema socio económico actual”
(María I. Frechilla)
… conjunto de normas, actitudes, expectativas, creencias y prácticas
que se instala de forma inconsciente en las estructuras y el
funcionamiento de las instituciones y en el establecimiento y
desarrollo de la cultura…
Está arraigado en diferentes elementos de la práctica y de la
estructura… estructuras rituales, normas, creencias, escenarios,
lenguajes, relaciones, expectativas, rutinas, valores, materiales,
comportamientos, actitudes, mitos, etc.
(Programa ARCE. Convivir, compartir, conciliar)
… es un microecosistema de enseñanzas encubiertas, de criterios no
declarados explícitamente… (presente) a través de la comunicación
no verbal, de los lenguajes implícitos, de los sueños y deseos…
(Marisa Cazares)
2. Curriculum oculto
María Inmaculada Frechilla de Arbaiza
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Se llama currículo oculto a aquellos aprendizajes y destrezas que son incorporados por las personas a lo
largo de su vida a través de su experiencia, y que pueden o no haber sido "enseñados" con intención
expresa.
Los aprendizajes que se derivan del curriculum oculto se realizan de manera osmótica1
, al estar en
contacto con una realidad social y cultural determinada, sin que se expliciten formalmente ni la
intención ni el mecanismo o procedimiento cognitivo.
A la hora de ayudar a elaborar el curriculum vitae, cuando la orientadora laboral se sienta delante de
una persona y le pregunta: “¿En qué has trabajado?”, “¿qué has estudiado?”, “¿Qué sabes hacer?”,
muchas personas dicen: “nada”. Y el silencio, junto con una mirada cabizbaja, acompaña los siguientes
instantes.
“! ¿Nada?¡¡¡”.
“!¿NADA?!”, pienso sorprendida para mis adentros; pues me resulta realmente difícil que una persona
que ha estado, al menos 16 años, con los pies en esta tierra no haya aprendido o no sepa hacer nada.
Un joven, que forma parte del colectivo que actualmente sufre un 47% de paro, lleva 7 años conviviendo
con la crisis, por lo que no conoce otra realidad laboral; padece una desmotivación y un escepticismo
que le aboca a la realista y pegajosa sensación de que estudiar no sirve para nada.
Pero resulta que es un genio en el mantenimiento de ordenadores; conoce todos los programas
informáticos y máquinas tecnológicas existentes y los que están por venir; asiste a un voluntariado con
niños con diversidad funcional; participa de jornadas interculturales; ayuda a sus padres en el negocio;
sabe hacer malabares, pinta uñas como un artista, arregla las motos de sus amigos,… ¿NADA?¡¡¡
Y si la persona que tenemos delante es una mujer de mediana edad, separada, o posiblemente sola
porque sus padres -a los que cuidaba- han fallecido, sus hijos -a los que se dedicaba- se han marchado…
entonces la respuesta “¡nada!” es todavía más desconcertante.
Estas fotografías, desgraciadamente habituales en los ámbitos empobrecidos de los Servicios Sociales,
nos indican una realidad: parece que sólo es válido lo que puede ser remunerado.
Por el contrario, el mercado laboral es cada vez más exigente con el llamado curriculum blando respecto
al curriculum duro. Éste último es el que siempre nos ha guiado a la hora de elaborar nuestra trayectoria
profesional sobre un papel: “Experiencia Laboral” y “Formación académica”, pero, ¿y el segundo?, ¿a
qué llamamos curriculum blando?
El modelo americano, que se nos impone en el ámbito de los recursos humanos, hace de nuestras
entrevistas de selección todo un entramado psicológico de autoconocimiento, en las que se pone a
prueba nuestra autopercepción: “¿qué puedes ofrecer a la empresa como persona?”, “¿cuáles son tus
competencias?”, “¿cuál es tu marca personal”?, “dime tus puntos fuertes y tus puntos débiles”… y, como
dicen los expertos en Selección de Personal, “el curriculum duro ya lo leo yo, es el blando el que me
interesa escuchar de la persona y saber cómo lo defiende”.
En esta selva de entramados que hay que sortear para incorporarse al mercado laboral -agudizada por
la crisis que hemos padecido-, a aquellas personas que -con vergüenza y cabizbajas- me contestan que
1 Por mutua influencia entre dos personas o grupos de personas, sobre todo en el campo de las ideas (RAE)
3. Curriculum oculto
María Inmaculada Frechilla de Arbaiza
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no saben hacer nada, les devuelvo con cierta humildad el mapa de sus capacidades, experiencias y
destrezas, robado por una sociedad utilitarista que no supo ver que delante tiene un ser humano que,
desde que vino al mundo, no ha dejado de aprender y trabajar, sobre todo trabajar, sin remuneración,
por los demás.
Aunque las mujeres –especialmente- siempre han estado trabajando, no siempre han tenido un empleo
o dicho empleo no ha sido visible y remunerada: jornaleras, ganaderas, cuidadoras de mayores, de
personas dependientes, educadoras de niños, cocineras, costureras, gestoras de recursos, auxiliares de
oficinas de parientes,… desempeñando tareas muy próximas al empleo remunerado.
Actualmente, estas mujeres y jóvenes necesitan ser visualizadas e incorporarse al mercado remunerado.
Para ello proponemos tres fases:
1ª Personal. La persona visualiza sus características personales. Primero, sus puntos fuertes:
sus capacidades, necesidades, intereses, etc.; después, sus puntos débiles: motivación real
para el esfuerzo, para la consecución de los objetivos, el tiempo y los recursos disponibles, las
obligaciones y beneficios del trabajo remunerado. , etc.
2º Profesional. La persona analiza las destrezas desarrolladas; los aprendizajes adquiridos; la
formación y experiencia de trabajo, tanto en ámbito público como privado; el tipo de
profesión en que encajarían dichas capacidades e intereses; la formación que requiere dicha
profesión, etc. Ajustamos así expectativas y realidad; punto de partida y de llegada.
3ª. Estrategia. La persona trabaja instrumentos concretos para acercar el punto de partida al
punto de llegada: temporalización de los objetivos planteados; entrevistas; autoprospección;
recursos formativos; academias; elaboración del curriculum, técnicas de búsqueda; entidades
y recursos de empleo, públicos y privados.
El curriculum oculto puede ver la luz de diferentes maneras:
En experiencia laboral: Ej. Mantenimiento de ordenadores, arreglo de motos, cuidado de
personas dependientes, trabajo con personas con discapacidad psíquica, cocina, plancha,
estética de uñas… añadiendo que la entidad donde lo he llevado a cabo es particular, familiar,…
explicando en la entrevista que eran trabajos sin Seguridad Social o para particulares.
En el objetivo profesional: Ej. Persona con gran capacidad de aprendizaje, diestra en limpiezas a
fondo de cocina,… o en estética de uñas… “busco espacio laboral donde desempeñar mis
destrezas de mecánica”.
¡Y ya no digamos en el apartado de competencias!: Ej. Capacidad de emprendimiento;
autonomía; gestión de recursos y/o de personal; liderazgo; capacidad resolutiva; empatía;
creatividad; flexibilidad; adaptación a tareas y equipos; buen trato al público; habilidad con…
Sin devaluar la importancia de la formación reglada y la experiencia laboral remunerada, desde LA
ASOCIACIÓN DE EDUCADORES LAS ALAMEDILLAS invitamos a que ninguna persona se quede sin
curriculum por no haber estudiado de forma reglada o trabajado de forma remunerada.