Francisco Remolino es el primer y único hispano en obtener la licencia de Trustee in Bankruptcy en Canadá. Esta designación demuestra sus capacidades técnicas y éticas para administrar procesos legales de bancarrotas e insolvencias. Remolino espera que su logro beneficie directamente a la población hispana al facilitar el acceso a los beneficios de la ley de bancarrotas sin necesidad de intermediarios.
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Francisco Remolino
FranciscoRemolino
ser pionero no es cuestión de suerte
Nuestro Primer Trustee en Bancarrotas, Licenciado por el Gobierno Canadiense
En 2013 ingresa al equipo de profesionales de Albert Gelman Inc.
Un paso definitivo en la obtención de su licencia. El término técnico
es CIRP, Trustee in Bankruptcy, que significa Chartered Insolvency
and Restructuring Professional. Designación profesional para cuya
obtención es esencial presentar una serie de exámenes que
evalúan competencias, tanto técnicas como prácticas, de los
procesos de insolvencia. Trustee in Bankruptcy es la licencia
otorgada por el Gobierno Canadiense, a través de la
Superintendencia de Bancarrotas, a quienes se demuestran las
capacidades profesionales, técnicas y éticas para ser merecedor de
esta. Un Trustee in Bankruptcy es un oficial de la Corte responsable
del manejo y administración de los procesos legales de Propuestas
y BancarrotasparaindividuosyCorporaciones.
Como parte del proceso para llegar a ser un Trustee in Bankruptcy se
debe ser apadrinado por otro Trustee. El candidato por lo general
hace parte de una firma de insolvencias en donde adquiere la
experiencia necesaria para presentar los exámenes y obtener la
designación CIRP. Posteriormente es llamado por la
Superintendencia de Bancarrotas a presentar un examen oral en el
quesedeterminaentregaronolalicencia.
Para Francisco este logro beneficiaría directamente a la población
hispana que requiera los beneficios que otorga la ley de
bancarrotas, pues para acceder a esta ya no sería necesaria la
intervención de intermediarios o terceros. Otro punto positivo
puede ser la motivación que pueden sentir otros profesionales para
que se acerquen a esta industria. A pesar de la importancia que los
especialistas en el tema le han dado al mérito de Francisco, él
demuestra su característica modestia al referirse a ella: “Obtener la
licencia fue el resultado de muchos años de estudio y dedicación.
SerelprimerHispanoenobtenerlafuesolocasualidad”.
Este escalón que se mostraba inédito para los hispanoparlantes,
Francisco le otorga un valor extra frente a la población a la que
representa. “Por muchos años la industria de la Insolvencia ha
estado representada en nuestra comunidad por intermediarios o
individuos que prestan servicios para otros Trustees y por ello nos
habíamos conformado a ese acceso de segunda mano, sin saber
ciertamente como nos podía beneficiar o afectar el proceso, de ahí
todos los malos ejemplos que he escuchado de personas que han
dado consejos terribles con los resultados atroces que eso trae para
los deudores. (,,,) Debido a la importancia del proceso de
insolvencia, mi prioridad es que las personas tengan la información
necesaria antes de tomar cualquier decisión. Afortunadamente
actuó bajo las reglas estrictas de la Superintendencia de
Bancarrotas y que me obligan a actuar bajo reglas que están dadas
enlosprocesoslegalesdeinsolvencia”.
Los aspectos vitales del trabajo de Francisco, bajo la tutela de Albert
Gelman Inc, han sido, en buena medida, la base que fundamenta su
éxito. La información que suministra a sus clientes siempre está
basada en las opciones existentes frente al problema. Así pueden
evaluarse con mayor cautela los beneficios, responsabilidades,
costos y posibles inconvenientes. Otro punto a favor del trabajo de
Francisco es el costo final pues le permite al cliente (deudor) ahorrar
los pagos exigidos por los intermediarios. “Recuerden, los
intermediarios no son regulados y por tanto no tienen ninguna
obligaciónprofesionaloéticaparaconusted”.
Con estas pocas palabras hemos querido compartir el éxito de un
hispano que supo labrarse un camino echando mano de su
honestidad, integridad y compasión. Un punto de excelencia que,
sin duda, no será el más alto de su carrera. Para dar cara a los
nuevos retos la consigna es la siguiente: “Continuar con el trabajo
que he hecho desde que empecé en esta industria (…) entendiendo
que tengo la capacidad de poder ayudar a otros a través de un
proceso legal teniendo en cuenta que detrás de cada problema
financierohayundramapersonal quenosepuededesconocer”.
F
rancisco Javier Remolino Cifuentes tiene
para su haber un logro emblemático,
tanto para su carrera profesional, como
para la misma comunidad latina de la que
este Colombiano se siente orgulloso de
representar. Es el primero y único hispano
en obtener la designación como Trustee in
Bankruptcy, licencia en bancarrotas e insolvencias en
territorio Canadiense. Esta nueva investidura supone la
culminación de un trabajo constante y consecuente con
la idea de Francisco de ser un profesional en todo el
sentido que la palabra pueda significar. “Personalmente
es la satisfacción de lograr una meta que me propuse
desde el primer día que empecé a trabajar en la
industria de la insolvencia y eso significo romper
barreras en una industria que había estado fuera del
alcancedenuestracomunidad”.
El logro de este hombre nacido en Cali, pero criado en
ese pequeño paraíso natural llamado Quindío,
Colombia, puede ser considerado como un antes y un
después para los hispanos que trabajan en la industria
de la insolvencia. Las consecuencias positivas de este
hecho seguramente las sentiremos en el mediano plazo.
Curiosamente cuando Francisco asistía a la universidad
en su natal Colombia, sus expectativas profesionales se
encaminaban por otros rumbos. La abogacía fue su
primera elección, pero ya establecido en Canadá,
homologar dicha carrera se volvió algo
inesperadamente difícil. Esto le hizo buscar otras
opciones laborales y su perfil le permitió ingresar a una
firma de bancarrotas e insolvencias. “Fue donde
descubrí mi pasión por este trabajo. Empecé mi
formación como Trustee en Bancarrotas en el 2009 y
obtuvemilicenciaenel2014”.
“Recuerden, los intermediarios no son
regulados y por tanto no tienen
ninguna obligación profesional o
ética para con usted”.
Por Sergio Ruíz