1. DECLARACIÓN DE LOS OBISPOS DEL PARAGUAY
Al término de la 175ª Asamblea Plenaria Ordinaria
Ante los últimos hechos ocurridos en nuestro país en el ámbito político y jurídico y
que crean en la ciudadanía desconcierto y perplejidad, los Obispos del Paraguay
queremos ofrecer nuestra visión de Pastores.
Esta es una responsabilidad ineludible que la compartimos con todos los cristianos
y personas de buena voluntad que quieren construir una nueva sociedad.
1. EL HECHO
La Corte Suprema de Justicia resolvió por mayoría suspender en forma temporal
el considerando del fallo del Tribunal Superior de Justicia Electoral que inhabilita al
Presidente de la República a asumir como presidente del Partido Colorado.
2. LAS SOMBRAS
Esta actuación del máximo tribunal de la República deja serias dudas en amplios
sectores de la ciudadanía, sobre la legalidad de la decisión y sobre la actuación de
los magistrados.
Los Obispos recogemos la preocupación e indignación que produjo la decisión
judicial en los principales actores políticos y sociales de nuestro país.
Nos parecen atendibles las razones de forma y de fondo expuestas por los
especialistas que hemos consultado para expresar que nos encontramos ante un
hecho que significa violentar el espíritu y la letra del Artículo 237 de la Carta
Magna.
Las circunstancias en que se produce la decisión de la Corte y la posición e
influencia del recurrente proyectan sombras e incertidumbre sobre la
independencia del Poder Judicial y daña los fundamentos de la institucionalidad
democrática.
3. RESPETO Y CUMPLIMIENTO DE LAS LEYES
Si todos los ciudadanos estamos obligados a respetar y a cumplir los preceptos de
la Constitución y de las leyes de la República, los más altos exponentes de los
Poderes del Estado deben dar el ejemplo en este sentido.
El accionar de los gobernantes debe ser transparente e incuestionable. Las
sospechas de supuestas maniobras políticas y mañas jurídicas para ensombrecer
claros principios constitucionales, socavan la autoridad moral de aquellos y ponen
en duda la existencia de un Estado de Derecho.
2. En este momento de tensión política y de confusión, las autoridades del Gobierno,
Ejecutivo, Legislativo y Judicial, deben respetar la Constitución Nacional y las
leyes que rigen la vida de nuestra Nación. De no ser así, estarán poniendo en
peligro la propia institucionalidad de la República y conducirán al país hacia el
totalitarismo o el caos.
La ciudadanía deberá estar siempre alerta y vigilante para exigir el cumplimiento y
respeto a los principios constitucionales.
Estamos todos convocados a trabajar generosamente por el bien común y a
asumir con decisión la necesidad de construir una sociedad más honesta, fraterna,
solidaria y justa.
4. SOBRE LA CONVENCIÓN NACIONAL CONSTITUYENTE
Los Obispos creemos que la Constitución Nacional de 1992 necesita ser
reformada. Tiene artículos, instituciones y principios que deberían ser revisados
cuidadosamente para favorecer el logro de un verdadero "Estado Social de
Derecho" que permita el desarrollo y la concreción de mejores condiciones de vida
para todos los habitantes de la República.
Una Convención Nacional Constituyente debe ser el fruto de un amplio Pacto
Social entre las entidades políticas, organizaciones intermedias y la ciudadanía
organizada. La Constitución resultante será entonces fundamento motivador del
"Proyecto País" que irá cristalizándose enleyes favorables al desarrollo de la
nación.
Consideramos que en el momento presente no se dan esas condiciones para
abordar una tarea que requiere consenso de la sociedad nacional.
Percibimos que no hay un ambiente ni las actitudes propicias para el diálogo. El
debate público está polarizado, lo que no permite una discusión seria sobre los
fundamentos para una reforma constitucional.
Además, las razones que se aducen y los mecanismos que se proponen para
modificar la Constitución denotan actitudes oportunistas y un peligroso sesgo
autoritario.
Como en la anterior Reforma Constitucional, los Obispos ofrecimos una Carta
Pastoral en la cual presentamos orientaciones pertinentes al espíritu y el contenido
de la Carta Magna, es nuestra intención hacer lo mismo ante una eventual
convocatoria a una Convención Nacional Constituyente.-
Asunción, 10 de marzo de 2006
FIRMAN LOS OBISPOS DEL PARAGUAY