1. Comunicado sobre los hechos del “Marzo Paraguayo”
El 26 de marzo la ciudadanía protagonizó hechos de violencia que desembocaron en la renuncia
del Presidente Raúl Cubas Grau.
Los Obispos firmantes, nos hemos reunido con el Señor Arzobispo de Asunción, Felipe Santiago Benítez
y sus Auxiliares, en espíritu de comunión y participación para dar nuestra voz en la actual
situación política y social que vive el país:
Como los acontecimientos se desarrollan y se deciden en estos momentos en nuestra ciudad capital, el
Arzobispo y sus Auxiliares encabezan las iniciativas de relaciones con las autoridades, con la sociedad
afectada, la juventud, el campesinado, los movimientos políticos existentes y la ciudadanía en general.
En ese espíritu hemos venido a dar nuestro aporte en esta delicada situación según nuestras
experiencias de pastores de nuestra diócesis.
Queremos que las reflexiones y las deliberaciones del Congreso Nacional se desarrollen en el marco de
la Constitución y del respeto a las Instituciones de acuerdo con las leyes. En un empeño si
fuere necesario de gran sacrificio por una convivencia de paraguayos, de hermanos y de cristianos,
estaremos acompañando este proceso hasta su culminación.
La muerte de tantos jóvenes hermanos nuestros ha sido un precio muy alto sin que este pueblo se haya
merecido. Es una vergüenza nacional que ojalá no se repita nunca jamás. Esto requiere de nosotros un
cambio profundo de mentalidad y actitudes.
Imploramos a todos a serenar los ánimos y a combatir todo tipo de violencias y agresiones con
demostraciones y manifestaciones que se caractericen por el afán de cordura y no de venganzas.
Sabemos que nuestro pueblo desea ardientemente encontrar y progresar en el camino de la esperanza.
Exhortamos a hacer cadenas de oración para pedir por la pacificación del país que todos anhelamos.
Oramos para que los deudos de las víctimas pueden hallar el consuelo y que el Dios Todopoderoso sea
su fortaleza.
Asunción, 27 de marzo de 1999