Del conocimiento ofimático a la competencia digital
1. Hoy en día, la atracción, selección y promoción del talento ha cambiado.
La búsqueda de empleo es una escenario en el que todos actuamos, sin embargo muy
pocos nos detenemos a pensar sobre cómo han evolucionado los procesos de
contratación y cuál puede ser un factor diferenciador entre los miles de profesionales
en el mercado laboral.
Estamos configurando una nueva realidad. Con el desafío digital ha surgido un nuevo
tipo de conocimiento: las e-habilidades y las competencias digitales.
A lo largo y ancho del planeta, miremos donde miremos, encontraremos que las
Tecnologíasde laInformación yComunicación están ocupando espaciosinsospechados
e invadiendo entornos hasta ahora conquistados por conocimientos sólidos
tradicionales.
Se vive con asombro y, en algunas ocasiones, con cierta sensación de atropello que las
TIC han transformado las condiciones laborales generando coyunturas profesionales
diferentes y forjando nuevos perfiles de trabajadores emergentes.
Hoy la fuerza laboral precisa trabajadores con competencias digitales.
Pero esta demanda…. ¿se sustenta en algún criterio objetivo? ¿es una moda pasajera?
Ordenemos las ideas y empecemos por el principio.
El modo de concebir el concepto de competencia clave y la definición de su significado
en el ámbito educativo europeo surge de unos acuerdos de la Unión Europea
consensuados en el Consejo Europeo de Lisboa en marzo de 2000 sobre el axioma de
que “todo ciudadano debe poseer los conocimientos necesarios para trabajar y vivir en
la nueva sociedad de la información”.
Uno de los componentes de esta propuesta es la promoción de destrezas básicas
relacionadas con un aprendizaje a lo largo de la vida.
Trabajando en esta línea, en 2005 la Comisión Europea realiza una proposición con 8
Competencias clave para el aprendizaje permanente.
La Unión Europea, mas concretamente el Parlamento Europea, en 2006 hace una
propuesta de recomendación sobre estas 8 Competencias a los países miembros, que
contenía, entre otras la Competencia digital procuradora del “ uso seguro y crítico de
las tecnologías de la sociedad de la información (TSI) para el trabajo, el ocio y la
comunicación. Se sustenta en las competencias básicas en materia de TIC: el uso de
ordenadores para obtener, evaluar, almacenar, producir, presentar e intercambiar
información y comunicarse y participar en redes de colaboración a través de Internet”.
Se calcula que para el 2018 la mitad de la población estará compuesta por nativos
digitales, generación formada por jóvenes híper conectados a diferentes dispositivos
electrónicos y a la Red.
La inmensa mayoría de sus integrantes cohabitan con los móviles, tabletas,
ordenadores portátiles, MP3, ipods, Smartphone…. sin embargo, a pesar de que la
mayoría de los miembros de esta generación está habituados a la inercia del uso de la
2. tecnología se da la circunstancia que no todos ellos adquieren el nivel de alfabetización
digital elemental para utilizar con rendimiento productivo las tecnologías y optimizar
las herramientas que están a su alcance.
Los expertos y estudiosos en esta materia explican esta circunstancia en la llamada
“brecha digital” enfocando esta realidad en su doble condición, por un lado, como
resultado de las diferentes posibilidades de acceso a la infraestructura tecnológica que
tiene la gente y , por otro, la insuficiencia de habilidades de uso efectivo entre ellos,
es decir, la existencia de una alfabetización digital irregular .
Pues bien, si en esta generación digital que parece destinada a dominar las e-
competencias, que ha recibido el mayor impacto tecnológico de la historia y se ha
empapado en una aclimatación innata con la comunicación, los medios y la
tecnología digital, nos encontramos con numerosos jóvenes que no han adquirido
estas habilidades digitales, propias del siglo XXI……
¿Qué sucede con el resto de las generaciones laborales que cohabitan en estos
entornos mutables?
¿Cuáles son las posibilidades de las personas para utilizar estas herramientas
efectivamente?
¿Cómo deben preparase los trabajadores emergentes para habituarse y aprender e-
habilidades y competencias digitales que les faciliten ser competitivos en estos
tiempos?
Resulta evidente que las nuevas generaciones, así como las que ya conviven en los
contextos profesionales, necesitan conquistar estas competencias de cara a su
empleabilidad. Y no estoy hablando de aprender a mecanografiar con rapidez y soltura
y utilizar los programas habituales. Tampoco estoy haciendo referencia a la práctica
instrumental de las tecnologías sino a un conocimiento mas profundo, al manejo
profesional de las herramientas digitales de tal manera que el individuo adquiera las
capacidades para integrarse en equipos de trabajo distribuidos en red y pueda cooperar
eficientemente en entornos digitales.
Es indudable que no cabe discusión en este punto. Las habilidades digitales son ya un
requisito esencial para desempeñar cualquier responsabilidad cualificada. La
normalización de la utilización de las redes sociales en los contextos organizativos ha
provocado la necesidad de un trabajador adaptable, alfabeto tecnológico, capaz de
generar conocimiento y de compartirlo, para poder dar servicio al consumidor digital,
interactuar con los clientes online y en redes sociales.
Es la era del trabajador knowmad.
Estamos hablando del trabajador del conocimiento que se mueve en la red, utiliza sus
conexiones y su capacidad de generar relaciones para acceder al conocimiento
necesario y ofrecer una propuesta de valor diferencial.
Pero este nuevo tipo de trabajador digital precisa un apartado propio en esta serie de
post.