El documento discute cómo la medicina se ha vuelto cada vez más impersonal, centrándose sólo en los órganos enfermos en lugar de la persona completa. Las consultas son breves y a veces ni siquiera se examina al paciente, reduciendo el acto médico a recetas y exámenes. Esto deja al paciente vulnerable y sin protección, socavando los valores humanos y principios bioéticos. El documento argumenta que la medicina debe humanizarse al ver al paciente como un ser humano completo que sufre, y buscar su bienestar