El documento describe el rol del evaluador y las resistencias organizacionales que puede enfrentar. Explica que el evaluador debe conducirse de manera profesional y objetiva, libre de prejuicios, y entender la perspectiva de la institución evaluada. También debe mantener la flexibilidad, imparcialidad y demostrar confianza durante el proceso de evaluación. Finalmente, señala que el informe debe presentar de manera clara y atractiva los hallazgos principales, limitaciones y problemas sin resolver, para comunicarse efectivamente con las audiencias clave.