En la presentación se describe la problemática del cambio climático y la agricultura y se presenta como alternativa la agricultura climáticamente inteligente
2. Alcanzar la seguridad
alimentaria para todos y asegurar
que las personas tengan acceso a
alimentos de buena calidad que
les permitan llevar una vida
activa y saludable es la
esencia de las actividades de la
FAO
3. Seguridad Alimentaria, a nivel de
individuo, hogar, nación y global, existe
cuando todas las personas en todo
momento tienen acceso físico y
económico a suficiente comida, segura
y nutritiva, para satisfacer sus
necesidades alimenticias y sus
preferencias, con el objeto de llevar una
vida activa y sana.
Cumbre Mundial de Alimentación
(Roma, 1996)
5. Ayudar a eliminar el
hambre, la
inseguridad
alimentaria y la
malnutrición
Hacer que la agricultura, la
actividad forestal y la pesca sean
más productivas y sostenibles
Reducir la pobreza rural
Propiciar sistemas
agrícolas y alimentarios
inclusivos y eficientes
Incrementar la
resiliencia de los
medios de vida ante
las amenazas y crisis
Objetivos estratégicos
13. PROYECCIONES TCN
Reducción de Escala dinámica
Temperatura Media Anual a 10Km – 2011-2070
RCP 4.5 RCP 8.5
Fuente: MAE, 2016
14. Los sectores
agrícolas de
los países
en
desarrollo
absorben el
22% del
impacto
económico
causado por
los
fenómenos
y desastres
naturales a
media y
gran escala.
Fuente: FAO 2016
17. Disponibilidad
Reducción de
cosechas
Desplazamiento de
cultivos
Pérdida de diversidad
biológica y servicios
ecosistémicos
Acceso
Pérdida de ingresos
agrícolas y no
agrícolas
Dependencia de
asistencia
alimentaria
Incremento de
precios
Estabilidad
Aumento de precios
de alimentos
Modificaciones en
cadenas alimentarias
y aumento de costos
comerciales
Utilización
Contaminación de
agua de riego
Nuevas
enfermedades que
afectan al ser
humano y la
productividad
18. La agricultura climáticamente inteligente (CSA) pretende
mejorar la capacidad de los sistemas agrícolas para prestar
apoyo a la seguridad alimentaria, e incorporar la necesidad de
adaptación y las posibilidades de mitigación en las estrategias
de desarrollo agrícola sostenible
19. El enfoque de la Agricultura Climáticamente
Inteligente
20. La gestión de los cultivos para equilibrar las
necesidades de la seguridad alimentaria y los
medios de vida a corto plazo con las prioridades
para la adaptación y la mitigación.
1 Incremento sostenible de la producción
de alimentos
21. La gestión de los ecosistemas y el paisaje para
conservar los servicios del ecosistema que son
importantes para la seguridad alimentaria, el
desarrollo agrícola, la adaptación y la mitigación
2 Reducción y/o remoción de Gases de Efecto
Invernadero
22. Servicios para agricultores y encargados de la
gestión de la tierra que les permitan un manejo
adecuado de los riesgos/impactos del cambio
climático, así como acciones de mitigación.
3 Incremento de la resiliencia y adaptación
23. El conocimiento local, así como la capacidad de vincular la
investigación con las actividades locales, desempeña un rol
clave en la ampliación de este enfoque para reforzar la
resiliencia de los hogares de los agricultores. Para asegurar la
Seguridad Alimentaria y Nutricional para los agricultores y
para la población urbana se requiere reorientar nuestros
sistemas agroalimenticios hacia un enfoque de Agricultura
Climáticamente Inteligente.
La Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN), se define cuando toda la población tiene suficiente alimentación, de buena calidad y variedad, culturalmente aceptable para poder realizar una vida activa y saludable (FAO 2011). Para el 2050 se estima que la población mundial llegará a nueve mil millones de personas, con territorios cada vez más urbanizados y degradados, lo que conlleva grandes desafíos para asegurar SAN en la población mundial. Esto va a requerir un incremento del 60% en la producción sobre los niveles actuales; a este reto se añade, que el cambio climático en el futuro va a afectar, a la producción mundial con la perdida de áreas de siembra y la disminución del 40% en la producción para ciertos cultivos (FAO 2016a). Hay logros en la lucha contra el hambre a nivel mundial y en la región, pero hasta el 2030 se acordó: poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible “hambre cero” en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Para recordar, las dimensiones de la seguridad alimentaria y nutricional.
A nivel mundial, a fin de alcanzar la seguridad alimentaria para todos y asegurar que las personas tengan acceso a alimentos de buena calidad que les permitan llevar una vida activa y saludable, la FAO dispone de 5 objetivos estratégicos.
Para producir suficientes alimentos para 9 mil millones de personas, debemos incrementar la producción agrícola en un 60% en los próximos años.
¿Es posible? ¿Es fácil?
Actualmente, América Latina produce 3 veces los alimentos que consume.
De hecho, la Región en su totalidad, podría abastecer sin problemas a toda su población solo vendiéndonos entre nosotros los alimentos que se producen aquí.
Pero esto es AHORA. ¿Y en el futuro?
Lamentablemente, esta tranquilidad actual de poder producir más alimentos de los que necesitamos no va a durar para siempre.
Nos enfrentamos a un reto colosal porque tenemos en enfrentar varios problemas de forma simultánea:
Degradación de suelos: Una tercera parte de la tierra agrícola está degradada.
Deforestación: En la última década, unas 13 millones de hectáreas de bosques al año fueron transformadas para otros usos. Sólo en el 2014, el Perú perdió 177 500 hectáreas de bosque, lo que equivale a 243 mil campos de fútbol.
Escasez de agua: El mundo tiene un estimado de 1 400 millones de kms cúbicos de agua. Sólo 0,003% de esta enorme cantidad, alrededor de 45 000 kms cúbicos, son "recursos de agua dulce“. Esto es apenas dos cucharadas de una bañera completamente llena. Los requerimientos diarios de agua potable por persona son de 2-4 litros. Pero, se necesitan hasta 5 000 litros de agua para producir los alimentos diarios de una persona.
Migración a las ciudades: Hoy día el 54% de la población mundial actual reside en áreas urbanas y se prevé que para 2050 llegará al 66%
Figure SPM.7, Panel a
Complete caption of Figure SPM.7:
Figure SPM.7 | CMIP5 multi-model simulated time series from 1950 to 2100 for (a) change in global annual mean surface temperature relative to 1986–2005, (b) Northern Hemisphere September sea ice extent (5-year running mean), and (c) global mean ocean surface pH. Time series of projections and a measure of uncertainty (shading) are shown for scenarios RCP2.6 (blue) and RCP8.5 (red). Black (grey shading) is the modelled historical evolution using historical reconstructed forcings. The mean and associated uncertainties averaged over 2081−2100 are given for all RCP scenarios as colored vertical bars. The numbers of CMIP5 models used to calculate the multi-model mean is indicated. For sea ice extent (b), the projected mean and uncertainty (minimum-maximum range) of the subset of models that most closely reproduce the climatological mean state and 1979 to 2012 trend of the Arctic sea ice is given (number of models given in brackets). For completeness, the CMIP5 multi-model mean is also indicated with dotted lines. The dashed line represents nearly ice-free conditions (i.e., when sea ice extent is less than 106 km2 for at least five consecutive years). For further technical details see the Technical Summary Supplementary Material {Figures 6.28, 12.5, and 12.28–12.31; Figures TS.15, TS.17, and TS.20}
La reducción de gases de efecto invernadero es crucial para contener el calentamiento de la Tierra. n la actualidad, cerca de un quinto de las emisiones globales de gases de efecto invernadero están relacionadas con la producción agropecuaria: la agricultura, el ganado y la deforestación. De hecho, las emisiones procedentes de estas actividades crecieron en más de 15% por ciento en la última década. El incremento se produjo principalmente en los países en desarrollo, debido a la expansión del total de la producción agrícola.
Para la precipitación, ésta presentaría incrementos del orden de 1-10% para la parte continental de Ecuador y bajo los escenarios “optimista” (RCP 2.6) e intermedios (RCP 4.5 y 6.0).
Bajo el escenario “pesimista” (RCP 8.5), la precipitación se incrementaría entre un 5-18% en esta misma zona, con los incrementos más altos en la Amazonia. Para la parte insular del país, las proyecciones de precipitación muestran incrementos superiores al 10% en la precipitación desde la primera mitad de siglo, e incrementos superiores al 20% para finales del mismo.
Es importante hacer notar el aumento de lluvia en la zona de la cuenca de la amazónica y los problemas que eso traería (lamina 9) y en el de la temperatura (lamina 10) es importante hacer nota el aumento en la zona andina y los problemas que puede ocasionar para el cultivo de la papa y cambios en el sistema hídrico del páramo
Es el promedio de la precipitación o temperatura que hay en un celda de 10 x 10 kilómetros, los escenarios de temperatura o precipitación de las diapositivas tienen los datos históricos y los escenarios futuros.
En el Quinto Informe IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) del 2013 se han definido 4 nuevos escenarios de emisión, las denominadas Trayectorias de Concentración Representativas (RCP, por sus siglas en inglés). El escenario 4.5 es donde como humanidad hacemos algo por mitigar los efectos del cambio climático y en el 8.5 no hacemos nada.
Es importante hacer notar el aumento de lluvia en la zona de la cuenca de la amazónica y los problemas que eso traería (lamina 9) y en el de la temperatura (lamina 10) es importante hacer nota el aumento en la zona andina y los problemas que puede ocasionar para el cultivo de la papa y cambios en el sistema hídrico del páramo
Los sectores agrícolas de los países en desarrollo absorben aproximadamente el 22% del impacto económico causado por los fenómenos y desastres naturales a media y gran escala. Resulta crítico integrar esfuerzos y financiación para la adaptación en estos sectores al cambio climático, a través de cambios en el manejo de la producción alimentaria, especialmente durante los periodos de siembra, la elección de cultivos y la irrigación. Es posible abordar conjuntamente la seguridad alimentaria y el cambio climático si se transforma la agricultura y se adoptan prácticas “climáticamente inteligentes”. Los agricultores se encuentran bajo la mayor amenaza, pero también tienen un papel crucial a la hora de hacerle frente.
De hecho, entre 2005 y 2015, los desastres naturales en países en desarrollo causaron 80 mil millones de dólares en pérdidas y afectaron a 2 billones de persona.
Los más pobres son siempre los más vulnerables a los impactos de estos desastres. Y los más pobres son precisamente quienes viven en zonas rurales, produciendo nuestros alimentos.
Pero no solo los grandes desastres naturales están impactando de forma directa en el medio ambiente, la producción de alimentos y los medios de vida.
El cambio climático también tiene otra cara menos evidente y quizá menos “noticiosa”, los cambios a largo plazo de clima: incrementos de temperatura, reducción de lluvias, etc.
La FAO estima que el declive del rendimiento de cultivos podría ser de hasta 25% de aquí a 2050 por esta cara del cambio climático.
En otras palabras, vamos a producir MENOS alimentos.
El cambio climático, pues, afecta a todos los componentes de la Seguridad Alimentaria.
Disponibilidad – Acceso – Estabilidad y Utilización
Concentrémonos ahora en el tema de la Disponibilidad
La Agricultura Climáticamente Inteligente reconoce que la materialización de las opciones dependerá del contexto y la capacidad de cada país, así como de su acceso a una información más completa, la armonización de las políticas, la coordinación de los acuerdos institucionales y la flexibilización de los incentivos y los mecanismos financieros. El concepto de CSA evoluciona permanentemente y no existe un planteamiento único que pueda utilizarse; es por esto necesario implementar prácticas y tecnologías a través de una mayor cooperación y del intercambio de información entre las partes interesadas, así como con el desarrollo de sensibilización, extensión y asistencia técnica.
La CSA no es un conjunto de prácticas que pueden ser aplicadas universalmente, sino más bien, es un enfoque que implica la integración de distintos elementos en los contextos locales; que incluye acciones tanto en la explotación agrícola como fuera de ella, debido a que abarca tecnología, políticas, instituciones e inversiones.
Y conseguirlo en momentos en los que los agricultores afrontan limitaciones inéditas.
En menos tierras (degradación de tierras)
En condiciones climáticas adversas (cambio climático)
Y con menos manos (migración a la ciudad)
Como por ejemplo en el manejo sostenible de los páramos y el cultivo de la papa.
Como pLa gestión sostenible del suelo puede incrementar la producción de alimentos hasta un 58%.
Hay 2 ingredientes principales para maximizar la producción agrícola a partir de un determinado volumen de agua: tecnologías y personas
Las tecnologías de riego son importantes (los datos son contundentes)
Pero las mejores tecnologías y las más innovadoras en el mundo no sirven de nada si la gente no puede acceder a ella, o si no ven ninguna ventaja sobre ella, o si no la entienden.
Dar énfasis en el manejo sostenible de los páramos y el cultivo de la papa.
El enfoque de CSA puede contribuir a aumentar la productividad agrícola y los ingresos, generar comunidades rurales más resilientes al cambio climático y, allí donde sea posible, mitigarlo.