2. 18. EL DOMINIO DE SÍ
PARA PODER AMAR
• 1. LA VIRTUD DE LA
TEMPLANZA
• 2. TEMPLANZA Y LUCIDEZ
DE MENTE
• 3. TEMPLANZA, LIBERTAD
INTERIOR Y CAPACIDAD DE
AMAR
• 4. LA TEMPLANZA
CRISTIANA
3. 1. LA VIRTUD DE LA
TEMPLANZA
• 1.1. NOCIÓN Y NATURALEZA
• 1.2. OBJETO
• 1.3. VIRTUDES SUBORDINADAS
A LA TEMPLANZA
4. 1.1. NOCIÓN Y NATURALEZA
• Sofrosine, temperantia se
encuentran en la literatura
griega antigua:
Sócrates, Platón y
Aristóteles le dan
formulación filosófica que
sirven de base a
pensadores latinos como
Séneca, Cicerón, Macrobio
o Dionisio
5. CAPÍTULO PRIMERO: LA DIGNIDAD DEL HOMBRE
Por qué es una virtud la templanza?
La templanza es una virtud porque
modera la atracción de los placeres y
procura el equilibrio en el uso de los
bienes creados. [1809, 1838]
Quien es intemperante se abandona al
dominio de sus impulsos, arremete contra
otros por su codicia y se perjudica a sí
mismo. En el NUEVO TESTAMENTO
encontramos como sinónimos de
«templanza» palabras como «moderación»
o «sobriedad».
304. ¿
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-527)
5
6. • Dirigido al dominio de sí mismo y de los apetitos
sensibles que deben ser orientados al bien
• Con frecuencia se ve la templanza como un
freno, pero temperare es hacer un todo
armónico, unir sensualidad, pasión y apetito para
ordenarlas al bien
Sto.Tomás: La templanza
no se opone a la
inclinación natural del
hombre, sino que actúa de
acuerdo a ella
7. Encauzar las fuerzas vitales de la persona
para que se conviertan en fuente de
energía para verdadera realización
personal
• Poner orden en el
interior del hombre, de
ahí nacerá la
tranquilidad del espíritu
• Aparta al hombre de
aquello que le atrae en
contra de la razón
8.
9. LA TEMPLANZA POSIBILITA LA
FORTALEZA
• Contra la pereza la llamamos
“fuerza de voluntad”
• Contra el miedo al ridículo “
valentía”
• Exigirse es el único estilo de vida
coherente con la vida misma
• Sin lucha no hay vida, ni libertad
10.
11. La templanza es la consecuencia de la
primacía de la prudencia entre las
virtudes morales
• La prudencia incluye cierta moderación en la
esencia misma de su actividad y por tanto la
templanza alcanza a las demás virtudes como
condición general, a través de la acción propia
de la prudencia
• La belleza, aun siendo común a todas las
virtudes pertenece por excelencia a la
templanza. La templanza es moderada y
conveniente proporción y esto precisamente
es la belleza
12.
13. 1.2. OBJETO
• Moderar las pasiones del apetito
concupiscible, es decir el amor y
deseo del bien sensible ausente
y el placer gozoso del bien
poseído
• Modera el deseo de lo que atrae
al hombre con más fuerza:
comer y beber y el apetito
sexual, no las impide sino las
ajusta por la razón
14. Vicios opuestos a la templanza
• Intemperancia: por
exceso. Las pasiones
desordenadas ofuscan la
razón
15. Vicios opuestos a la templanza
• Insensibilidad: por
defecto. Todo
placer es
pecaminoso
16. 1.3. VIRTUDES SUBORDINADAS A LA
TEMPLANZA
• VERGÜENZA: Hace huir de la torpeza que
implica el acto de la intemperancia, no es una
virtud propiamente sino una pasión digna de
alabanza
18. • ABSTINENCIA: Abstenerse de alimento en la
medida de lo conveniente, el vicio contrario es
la gula
• SOBRIEDAD: En sentido específico es observar
medida o moderación en la bebida alcohólica
19.
20. • CASTIDAD: Virtud que integra la
sexualidad en la persona, en la unidad
interior del hombre en su ser espiritual y
corporal.
• El vicio contrario es la lujuria
• CONTINENCIA: Virtud de la voluntad, por
la que por un motivo racional el hombre
resiste a los deseos desordenados de los
placeres del tacto, que se dan en él, con
fuerza
21. MODESTIA
Moderar los apetitos en aquellas pasiones que
no son tan vehementes como las
delectaciones del tacto y que se manifiestan
en actos externos.
Se trata de la templanza en asuntos menos
difíciles, pero si no se cuida la
modestia, pronto se lleva a mayores
22. Tradicionalmente se distinguen cuatro
especies de modestia , dos para los actos
internos y dos para los externos:
• a) la humildad que modera el afán de
superioridad;
• b) la estudiosidad o afán de saber, que estimula a
la búsqueda de la verdad y frena el deseo de
saber lo que excede nuestra capacidad;
• c) la modestia en el comportamiento, en las
costumbres;
• d) la modestia en el adorno .
25. • Impone el cuidado de actitudes y
comportamientos externos
(vestidos, ornato, posturas, etc.); busca la
corrección sin artificio ni vulgaridad; mantiene
un justo medio entre el cuidado exagerado y
el desaliño.
26. Modestia, pudor castidad
O El concepto actual suele ser más específico. Se
refiere a los comportamientos relacionados con la
castidad. Y en tal sentido es la virtud que gobierna
nuestras acciones, gestos y actitudes de modo
que, en lo posible, no demos a los demás -ni a
nosotros mismos- ocasión de apetencias sexuales
desordenadas. No se identifica con la pureza o
castidad, ni siquiera con el pudor. Es defensa
externa al mismo tiempo que efecto del pudor, y
protección remota de la castidad.
27. • Se comprende la importancia de promover y
educar la modestia, tanto para preservar la
castidad individual como para promover la
moralidad pública. En su aplicación depende en
buena parte de las condiciones de tiempo y
lugar, así como de las circunstancias de las
mismas personas por quienes y ante quienes se
practica. Actitudes inmodestas e incluso
provocativas ante extraños o en público pueden
ser correctas en la intimidad, ante los propios
padres o hermanos, entre personas del mismo
sexo, en unas edades y no en otras. Del mismo
modo, vestidos y ademanes que en un tiempo o
en un país sean inmodestos o
provocativos, pueden no serlo en otra época o en
otra sociedad, en fuerza de la costumbre, de la
educación recibida, etc.
28.
La modestia no es negación o renuncia, ni siquiera descuido o
menosprecio de la belleza de formas y ademanes, de cierta elegancia
buscada digna y moderadamente, que disimule defectos y aun realce sin
desorden el atractivo natural de las personas. No se la favorece con el
descuido del arreglo personal o de modas indecentes. Se la
favorece, más bien, comportándose con buen gusto y modernidad, al
mismo tiempo que con corrección y dignidad. La ligereza vana y
provocativa, que lleva la atención de los sentidos hacia el
cuerpo, excitando la pasión sensual, es censurable. El ornato que da
gracia digna y suscita atracción hacia la persona en todo su
ser, conforme a la jerarquía de sus valores, es laudable; y aun una forma
de apostolado entre las personas que buscan la santidad en medio del
mundo.
Que se fijen en lo
importante
29. La
modestia tiene como término principal de su
ejercicio el propio cuerpo y el cuerpo de los
demás, en cuanto coopera con el sano pudor.
Sobre el propio cuerpo, el poder aplicar
convenientemente la vista sin turbarse
pudibundamente, es una condición que
conviene adquirir. Ello favorecerá la calma de
los sentidos y permitirá a la mente mantenerse
en un ambiente de pureza. Sobre el cuerpo de
los demás se deben evitar las miradas
curiosas, detenidas intencionadamente en las
formas características del sexo o en partes del
cuerpo que la corrección y la delicadeza
sustraen a la vista ajena.
30. LA MODESTIA NOS DA
MIRADA LIMPIA
Quien cultive con esmero la modestia en forma
delicada, pero serena, no se perjudica, sino que gana
en virtud, cuando llega a practicar con cierta
naturalidad todos aquellos actos, que, siendo objeto
del pudor por una parte, son por otra necesarios o
convenientes en la vida.
31. ¿y la moda? ¿y los cosméticos?
• La modestia tiene una manifestación propia en el uso discreto de los
adornos que contribuyen a conservar y ennoblecer la belleza, o a
disimular y encubrir los defectos naturales. Hay cuidados del
vestido, del rostro, de la piel, del cabello, de las manos y uñas, que
en sí no tienen nada de censurable, cuando no exceden las
conveniencias del buen gusto, ni forman una vanidad obsesiva, ni
exigen tiempo y gastos que no se le deben conceder. En todo caso
han de estar animados de una intención recta, y en definitiva deben
suponer un valor más en el progreso de la sociedad. Pero hay
mucho peligro de malgastar tiempo y dinero en artificios que, más
que realzar las dotes naturales, desequilibran y aun invierten los
valores de la persona, aumentando los incentivos corporales a
expensas de la discreción, madurez y cualidades del alma. De ahí
que algunos Padres de la Iglesia, inspirándose en la S.
Escritura, denunciaran con expresiones durísimas las pinturas
femeninas exageradas, como incentivos del vicio. Pero son
admisibles las que determina un honesto deseo de resultar
agradable en sociedad; particularmente en relación con las personas
íntimas, familiares, novio, cónyuge. E incluso pueden ser laudables
los artificios de la cirugía estética, cuando se trata de disimular
32. • La eutrapelia es la virtud que nos ubica en el
justo medio entre el espíritu de relajación
lúdica y el exceso en la seriedad.
• La eutrapelia es una nota típica del equilibro y
madurez del cristianismo.
33. • La eutrapelia es, pues, la virtud
del que "gira bien", del que sabe
ubicarse como conviene al
momento, propia de quien posee
agilidad espiritual, por la que es
capaz de "volverse" fácilmente a
las cosas bellas, joviales y
recreativas, sin lastimar por ello
la elegancia espiritual del
movimiento, sin perder la debida
seriedad y su rectitud moral.
34. 2. TEMPLANZA Y LUCIDEZ DE MENTE
• Esencialmente las virtudes morales no
pertenecen a la vida contemplativa, pero sí
dispositivamente; porque la vida contemplativa
es impedida por la vehemencia de las pasiones
• Las virtudes de la castidad y de la abstinencia
disponen para la perfección de la operación
intelectual, el alma cuando deja de ocuparse del
propio cuerpo se convierte en más hábil para
entender lo demás
35.
36. • En la misma dirección opera la virtud del
desprendimiento de los bienes materiales
• El hombre animal no percibe las cosas del
espíritu
• Si la soberbia ciega porque el hombre busca
su propia excelencia, los vicios de la
sensualidad hacen que el hombre no quiera
elevarse sino que se sumerja en los placeres
37. • Sto. Tomás distingue entre el
embotamiento del sentido intelectual y la
ceguera del espíritu, siguiendo a
S.Gregorio afirma que el embotamiento
tiene su origen en la gula y la ceguera en
la lujuria
• El bien espiritual les parece malo en
cuanto es contrario al deleite carnal
38. Las tendencias apetitivas en la medida en
que están naturalmente bien orientadas y
obedecen dócilmente a la razón facilitan
el recto conocimiento moral
La intemperancia corrompe en grado
sumo la prudencia, la lujuria en concreto
corrompe los 3 pasos de la prudencia: En
lugar de llamar a sereno consejo a todas
las potencias impera la disipación y la
ligereza (inconsideratio), el juicio se
sucede sin que la razón sopese
(praecipitatio) y si hay mandato hay
inconstancia
39. 3. TEMPLANZA, LIBERTAD INTERIOR Y
CAPACIDAD DE AMAR
• La voluntad no queda determinada por los placer, y
puede amar libremente los distintos bienes, por eso se
logra libertad interior.
• El placer por el placer hace esclavos y deja amargura, la
intemperancia no es raro que acabe en violencia
• Se restaña la herida de la concupiscencia, se logra
mayor autodominio
• La persona que es dueña de sí pueda darse a los otros
40. 4. LA TEMPLANZA CRISTIANA
• 4.1. LA TEMPLANZA EN LA SAGRADA
ESCRITURA
• 4.2. LA TRANSFORMACIÓN DE LA TEMPLANZA
EN LA VIDA CRISTIANA
41. 4.1. LA TEMPLANZA EN LA SAGRADA
ESCRITURA
• En los libros griegos del A.T. se menciona la
templanza, también tiene importancia en las
cartas de S.Pablo, hablando de moderación o
sobriedad, los inmoderados no entrarán en el
reino de los cielos
• El cristiano debe tener señorío y dominio
frente a los bienes creados
42. 4.2. LA TRANSFORMACIÓN DE LA
TEMPLANZA EN LA VIDA CRISTIANA
• Nuevo sentido, el modelo de templanza es
Cristo
• La fe hace que la templanza se ponga al
servicio de la caridad y la unión con Cristo
• Participación en Cristo, también en su muerte
redentora
• Con la templanza el cristiano refleja el rostro
de Cristo ante los demás, se sabe corredentor
43. Novedad de la templanza
•
•
•
•
Modos específicos de vivir la castidad
Celibato y virginidad
Desprendimiento de bienes pobreza
Vida totalmente nueva
44. CONSUMISMO Y TEMPLANZA
• La falta de templanza de nuestra soceidad se
traduce en basura La intervención del hombre en la
naturaleza deja inevitable-mente una huella de
desorden, y cuando interviene sin cuidado, esa
huella es enorme. Es sencillamente lo que
llamamos basura.
• La actividad humana genera basura
necesariamente. Pero cuan-do esa actividad es
descuidada e irrespetuosa, lo produce en una
medida desproporcionada y destructiva.
45. • A nivel particular, la aportación que cada uno
puede hacer es la de preferir un estilo de vida
sobrio; no desear tener otras cosas superfluas o
innecesarias, procurar que las que usamos duren lo
más posible; preferir reparar las cosas viejas antes
que cambiar-las; y disminuir todo lo posible la
producción de desechos.
46.
47. • Es asombrosa la capacidad que tenemos los humanos de
producir basura: en cualquier país industrializado, cada
ciudadano genera diariamente varios kilos: esto da lugar a
cifras fantásticas si se tiene presente el número de días
del año, el número de años de vida, el número de
ciudadanos de cada ciudad, el número de ciudades... Y es
un problema completamente nuevo. En las cul-turas
menos desarrolladas, y en las nuestras hace tan solo unos
decenios, se aprovechaba todo; no se tiraba nada: ni
papel, ni envoltorios, ni cajas. En una cultura, en
cambio, de abundancia y de excedentes de producción, la
basura acaba siendo un proble-ma obsesivo y delata una
verdad muy simple: que el consumo de la naturaleza es
excesivo.
• Tomar conciencia de los problemas de la ecología lleva
nece-sariamente a la conclusión moral de que hay que
huir del consumismo y preferir un estilo de vida sobrio. Lo
exige la naturaleza.
48. • Olvidamos un dato fundamental que se
ha repetido incansablemente a lo largo
de la historia: los hombres nos morimos
y el dinero no lo podemos llevar a la
tumba; ni comprar con él nada que allí
nos sirva. San Agustín nos lo re-cuerda:
«Ni a nosotros ni a nuestros hijos nos
hacen felices las riquezas terrenas, pues
o las perdemos durante la vida, o
después de morir, las poseerá quien no
sabemos, o quizá acaben en ma-nos de
quien no queremos. Solo Dios nos hace
felices, porque Él es la verdadera
riqueza del alma» (De Civitate
Dei, V, 18, 1).
50. • Para concluir este apartado, vamos a recoger un resumen
de las buenas obras que se deben vivir con respecto al
prójimo. Son las obras de misericordia. Durante siglos los
cristianos han apren-dido en el catecismo un pequeño
resumen de las buenas obras que podían vivir con sus
prójimos. Se dividían en dos grupos de siete para
recordarlas fácilmente. Algunas tienen un grato sabor de
cosa añeja, pero todavía hacen pensar y pueden servir de
guía.
69. ARTÍCULO 7
LAS VIRTUDES
1803 “Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de
justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto
sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en
cuenta” (Flp 4, 8).
La virtud es una disposición habitual y firme a hacer
el bien. Permite a la persona no sólo realizar actos
buenos, sino dar lo mejor de sí misma. Con todas sus
fuerzas sensibles y espirituales, la persona virtuosa
tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de
acciones concretas.
«El objetivo de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante a Dios»
(San Gregorio de Nisa, De beatitudinibus, oratio 1).
70. Virtudes Cardinales: 1804
• 1804: Las virtudes humanas son actitudes
firmes, disposiciones estables, perfecciones
habituales del entendimiento y de la
voluntad que regulan nuestros
actos, ordenan nuestras pasiones y guían
nuestra conducta según la razón y la fe.
Proporcionan facilidad, dominio y gozo para
llevar una vida moralmente buena. El
hombre virtuoso es el que practica
libremente el bien.
• Las virtudes morales se adquieren mediante
las fuerzas humanas. Son los frutos y los
gérmenes de los actos moralmente buenos.
Disponen todas las potencias del ser
humano para armonizarse con el amor
divino.
71. I. Las virtudes humanas
1804 Las virtudes humanas son actitudes
firmes, disposiciones estables, perfecciones
habituales del entendimiento y de la voluntad que
regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y
guían nuestra conducta según la razón y la fe.
Proporcionan facilidad, dominio y gozo para llevar
una vida moralmente buena. El hombre virtuoso es el
que practica libremente el bien.
Las virtudes morales se adquieren mediante las
fuerzas humanas. Son los frutos y los gérmenes de
los actos moralmente buenos. Disponen todas las
potencias del ser humano para armonizarse con el
amor divino.
72. Distinción de las virtudes cardinales
1805 Cuatro virtudes desempeñan un
papel fundamental. Por eso se las llama
“cardinales”; todas las demás se agrupan
en torno a ellas. Estas son la
prudencia, la justicia, la fortaleza y la
templanza. “¿Amas la justicia? Las
virtudes son el fruto de sus
esfuerzos, pues ella enseña la templanza
y la prudencia, la justicia y la fortaleza”
(Sb 8, 7). Bajo otros nombres, estas
virtudes son alabadas en numerosos
pasajes de la Escritura.
73. 4 virtudes cardinales.(1805)
La Prudencia
• 1806 La prudencia es la virtud que dispone la razón práctica
a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y a
elegir los medios rectos para realizarlo.
‘El hombre cauto medita sus pasos’ (Pr 14, 15).
• Es la ‘regla recta de la acción No se confunde ni con la
timidez o el temor, ni con la doblez o la disimulación.
• Auriga virtutum: conduce las otras virtudes indicándoles
regla y medida.
• Es la prudencia quien guía directamente el juicio de
conciencia. El hombre prudente decide y ordena su
conducta según este juicio. Gracias a esta virtud aplicamos
sin error los principios morales a los casos particulares y
superamos las dudas sobre el bien que debemos hacer y el
mal que debemos evitar.
74. 1807 La justicia
• Es la virtud moral que consiste en la constante y firme voluntad de
dar a Dios y al prójimo lo que les es debido. La justicia para con
Dios es llamada ‘la virtud de la religión’. Para con los hombres, la
justicia dispone a respetar los derechos de cada uno y a establecer
en las relaciones humanas la armonía que promueve la equidad
respecto a las personas y al bien común.
•
El hombre justo, evocado con frecuencia en las Sagradas
Escrituras, se distingue por la rectitud habitual de sus
pensamientos y de su conducta con el prójimo.
• ‘Siendo juez no hagas injusticia, ni por favor del pobre, ni por
respeto al grande: con justicia juzgarás a tu prójimo’ (Lv 19, 15)
75. 1807 La justicia es la virtud moral que consiste en la constante y
firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido.
La justicia para con Dios es llamada “la virtud de la religión”.
Para con los hombres, la justicia dispone a respetar los derechos
de cada uno y a establecer en las relaciones humanas la armonía
que promueve la equidad respecto a las personas y al bien
común. El hombre justo, evocado con frecuencia en las
Sagradas Escrituras, se distingue por la rectitud habitual de sus
pensamientos y de su conducta con el prójimo. “Siendo juez no
hagas injusticia, ni por favor del pobre, ni por respeto al grande:
con justicia juzgarás a tu prójimo” (Lv 19, 15). “Amos, dad a
vuestros esclavos lo que es justo y equitativo, teniendo presente
que también vosotros tenéis un Amo en el cielo” (Col 4, 1).
76. 1808 La fortaleza
• Es la virtud moral que asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en
la búsqueda del bien. Reafirma la resolución de resistir a las tentaciones y de
superar los obstáculos en la vida moral.
• La virtud de la fortaleza hace capaz de vencer el temor, incluso a la muerte, y
de hacer frente a las pruebas y a las persecuciones.
• Capacita para ir hasta la renuncia y el sacrificio de la propia vida por defender
una causa justa. ‘Mi fuerza y mi cántico es el Señor’ (Sal 118, 14). ‘En el
mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: Yo he vencido al mundo’ (Jn
16, 33).
77. 1809 La templanza
• Es la virtud moral que modera la atracción de los
placeres y procura el equilibrio en el uso de los
bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad
sobre los instintos y mantiene los deseos en los
límites de la honestidad.
• La persona moderada orienta hacia el bien sus
apetitos sensibles, guarda una sana discreción y
no se deja arrastrar ‘para seguir la pasión de su
corazón.
• ‘No vayas detrás de tus pasiones, tus deseos
refrena’
(Eclo. 18, 30).
• En el Nuevo Testamento es llamada ‘moderación’
o ‘sobriedad’. Debemos ‘vivir con
moderación, justicia y piedad en el siglo presente’
78. 1809 La templanza es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y
procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la
voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad. La
persona moderada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles, guarda una sana
discreción y no se deja arrastrar “para seguir la pasión de su corazón” (cf Si 5,2; 37,
27-31). La templanza es a menudo alabada en el Antiguo Testamento: “No vayas
detrás de tus pasiones, tus deseos refrena” (Si 18, 30). En el Nuevo Testamento es
llamada “moderación” o “sobriedad”. Debemos “vivir con moderación, justicia y
piedad en el siglo presente” (Tt 2, 12).
«Nada hay para el sumo bien como amar a Dios con todo el corazón, con
toda el alma y con toda la mente. [...] lo cual preserva de la corrupción y de la
impureza del amor, que es los propio de la templanza; lo que le hace
invencible a todas las incomodidades, que es lo propio de la fortaleza; lo que
le hace renunciar a todo otro vasallaje, que es lo propio de la justicia, y,
finalmente, lo que le hace estar siempre en guardia para discernir las cosas y
no dejarse engañar subrepticiamente por la mentira y la falacia, lo que es
propio de la prudencia» (San Agustín, De moribus Ecclesiae Catholicae, 1,
25, 46).
79. CLASIFICACIÓN
DE
VALORES
4. Valores
Biológicos no racionales
Del mantenimiento
Del
Conocimiento
sensible
3. Valores humanos
SUB-MORALES
De la
afectividad
Deportivos
Del
crecimiento
Estéticos
2. Valores
MORALES
Orden
Amistad
Sinceridad
Patriotismo
Solidaridad
Participación
Sobriedad
Econó- Disciplina
1. Valores
De la
Humildad
micos
Justicia
trascendentales
Paciencia
salud
Decisión
Fortaleza
Valentía
Bien
Belleza
Ecología
Prudencia
Verdad
Amor
Sencillez
Pollíticos Eficacia
Unidad
Del
Orden
Lealtad
Respeto
Justicia
Desarrollo
Autenticidad
Entusiasmo
físico
Científicos Generosidad Perseverancia Estudiosidad
Competitividad
Autogobierno
Flexibilidad
Laboriosidad
Del
Responsabilidad
Sociales
Adiestra-
Técnicos
Empresariales
Del
instinto
Ludicos
Del
descanso
Intelectuales
miento
Culturales
De la
agilidad
De la
fuerza
Del
placer
Del
sueño
De la
locomoción
80. ESFERA DE VALORES MORALES
Prudencia
Autogobierono
Flexibilidad
Autenticidad
Decisión
Generosidad
Sencillez
Estudiosidad
Sobriedad
Humildad
Fortaleza
Disciplina
Eficacia
Laboriosidad
Lo que es fácil
Lo que es difícil Orden
Perseverancia
de obtener.
de obtener
TEMPLANZA
FORTALEZA Paciencia
Competitividad
Otras
Responsabilidad
Voluntades
JUSTICIA
Valentía
Entusiasmo
Inteligencia
Práctica
PRUDENCIA
Justicia
Amistad
Participación
Patriotismo
Lealtad
Respeto
Sinceridad
Solidaridad
Ecofilia