Este documento describe un viaje por carreteras secundarias en España que llevó al autor a descubrir el pueblo de Consolación y su hotel de lujo convertido de una antigua ermita, así como varios restaurantes que ofrecían platos locales y placeres terrenales a lo largo del camino.
1. ABC JUEVES, 28 DE JULIO DE 2011
abc.es VIAJES ABCdeVERANO 73
POR CARRETERAS SECUNDARIAS .
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Formas de consolación
Placeres terrenales
No se trata de dar envidia,
sino de dejar constancia
de que hay muchas for-
mas de consuelo en esta
Las carreteras Tarragona el que ven- vida y no todas dependen tos de calabaza, helado y
den sus ha- del dinero almendra en polvo). Ex-
secundarias conducen Mora la llazgos. Pare- quisito.
también a los placeres Nueva
N-420 ce un museo de @alfarmada Con ese viático, y cuaren-
terrenales, esos que arte contemporá- ta euros menos, ya podemos ir
neo de la comodi- camino del cielo: reconocer en la
emergen de lo cotidiano C-12b Mora del
Ebro dad. Y caro. Salvo una ha- orografía de Horta el cubismo que
C-44 bitación en el edificio principal, el res- leyó Picasso (aunque el pueblo es,
C-12
to son cubos escondidos entre la vege- como tantas otras cosas, mucho más
Río Ebro tación autóctona, que se ha respetado hermoso de lejos que de cerca: desma-
ALFONSO ARMADA
FOTO: CORINA ARRANZ Rasquera
tan escrupulosamente como al exca- ñado, sucio, y con un sorprendente
N
MORA DEL EBRO var la piscina, a la que se baja como al homenaje a Fernando VII deslustrán-
TARRAGONA materialismo. Nada que objetar, salvo dose en la Casa Consistorial) y acabar
2 km
su precio. Por eso no nos quedamos a hallando cobijo en un hostal de Mora
dormir. No están los tiempos para dis- de Ebro —La Creu— en concordancia
pendios. Pero sí a comer. El estómago con Consolación, con una dueña —No-
El juego es tan serio como el que Nie- el XVIII, como reza un dintel de pie- es un reloj de precisión. elia— tan amable como el camarero
tzsche observaba en los niños. Si nos dra: 1731. Aunque los dueños dicen que nos sirvió los manjares que coci-
atenemos al adagio, de ello depende que «no es propiamente un espacio Camino del cielo nó Benavides.
que el mundo no empeore. Tratamos del hotel», recomiendan a sus huéspe- Al frente de la cocina, lugar de paso, Pero con una salvedad que prome-
de cumplir a rajatabla las reglas que des «destinar cinco minutos a su pro- el artista argentino Gonzalo Benavi- te subsanar, una de esas tonterías su-
adoptamos al inicio: evitar las auto- funda observación». Situado en el kiló- des, que refrenda su fama. Los aperi- blimes de los nuevos arquitectos: que
pistas, autovías y carreteras naciona- metro 96 de la carretera nacional 232, tivos son una sorpresa: quintaesen- el retrete esté a la vista, tras un vidrio
les siempre que sea posible; no reser- en el término municipal de Monroyo, cia de mojama con almendra, gazpa- que nada vela. Hay intimidades que,
var para comer, cenar o dormir, y de- comarca de Matarraña, donde las nu- cho de pepino o melón, helado de como los juegos, necesitan ser preser-
jarse llevar por los accidentes y las bes y los olivos se entienden a la per- queso y mouse de morcilla con man- vadas a toda costa. Paradójicamente,
tentaciones del viaje. Es así como lle- fección gracias a las chicharras, la geo- zana ácida. El resto, platos comparti- el momento más consolador y mara-
gamos a Consolación. logía y los rigores del clima. dos —por economía y por probar lo villoso del día llega con la noche, en
Sin darnos cuenta, pasamos Monro- Aliviada de culto metafísico, la nue- más posible—: raviolli de queso de un chiringuito de Mora del Ebro a la
yo, de donde partía el desvío hacia va Consolación se dedica a los place- cabra y requesón de oveja con un sal- orilla del gran río silencioso, en pe-
Horta de Sant Joan y Miravet, y acaba- res terrenales sin ningún tipo de mala teado de tomates frescos, y coco- numbra, con cervezas frías, aceitu-
mos descubriendo Consolación, y un conciencia, con un gusto desaforado chas de bacalao, garbanzos pedresi- nas rellenas, patatas fritas, un sánd-
reclamo tan pijo como eficaz: «A deli- por los materiales nobles, el diseño de llanos y cebollas asadas. De postre, wich y una hamburguesa. Todos son
cious hotel». Se trata de una antigua vanguardia y cierta pedantería expre- rasqueta («dulce típico de Matarra- placeres terrenales. Que sea lo que
ermita del siglo XIV reconstruida en siva en las formas y en el lenguaje con ña a nuestra manera», es decir: taqui- Dios quiera.
ABC (Madrid) - 28/07/2011, Página 73
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