Este documento expresa la indignación del colectivo TELARTES y del sector cultural de Bolivia por el maltrato y falta de políticas de apoyo a la cultura por parte del Estado. Señala que los artistas y trabajadores culturales viven en condiciones de precariedad y sobrevivencia, y ahora se les pide contribuciones impositivas sin haber recibido apoyo. El documento exige al Estado boliviano implementar políticas culturales que fortalezcan la institucionalidad cultural, protejan los derechos culturales, asignen al menos el 1% del presup
Colectivo Telartes se pronuncia ante las políticas culturales
1. Porque ya venimos llorados, ¡exigimos DIGNIDAD!
Pronunciamiento a la opinión pública y autoridades del Estado Plurinacional
Los acontecimientos recientes revelan que el campo cultural de Bolivia está viviendo un momento
histórico de franco retroceso. Aunque hubo un tiempo de bonanza económica en el país, no se desa-
rrollaron políticas de fortalecimiento del sector cultural, ni se redistribuyeron los recursos de forma
que los creadores puedan tener una vida digna con su oficio. Quienes trabajan haciendo cultura usan
sus recursos y crean obras que generan una riqueza simbólica esencial para la identidad cultural, y lo
hacen en condición de sobrevivencia. A este sector, que vive al día, que no cuenta con apoyo, que no
tiene seguridad social de ninguna naturaleza, se le pide que aporte ahora económicamente al Estado.
Como colectivo TELARTES, compuesto por artistas, gestores culturales, colectivos, or-
ganizaciones diversas, instituciones, comunicadores, activistas de las culturas y las ar-
tes, nos sumamos a la indignación y protesta nacional, no sólo por esta interpreta-
ción impositiva coyuntural sino por el maltrato y el incumplimiento de la Constitución
Política del Estado (artículo 101°) que establece la protección especial a las manifestaciones artísticas.
La actual interpretación del tema impositivo es solo la punta de un iceberg. En el trasfon-
do hay una alarmante situación que hábilmente ha sido esquivada: la crisis de la instituciona-
lidad cultural del Estado, expresada en una omisión del tratamiento legislativo, un enfoque
de desarrollo que privilegia al cemento sobre las expresiones culturales en las agendas de plani-
ficación, en la carente y discrecional asignación de recursos financieros en contraste con alar-
mantes inversiones para espectáculos deportivos a nombre del apelativo turístico y cultural.
Nunca entró en agenda estatal la posibilidad de que artistas, creadores, gestores, colectivos, institu-
ciones y activistas culturales salgan de su condición de sobrevivencia y precariedad a una de DIGNIDAD.
Desde TELARTES hemos trabajado colaborativamente durante más de 5 años para contri-
buir a un futuro común desde y para las culturas. Se han desarrollado y apoyado propues-
tas de lineamientos de políticas estatales nacionales y subnacionales, basadas en la afir-
mación de los derechos culturales, la interculturalidad y la descolonización, los beneficios
sociales para quienes intervienen en la acción cultural, el tema impositivo y económico en gene-
ral, la equitativa y eficiente asignación presupuestaria, el mapeo de espacios culturales y la necesi-
dad de contar con observatorios culturales, la participación ciudadana y la cogestión institucional.
Este espíritu permitió la construcción colectiva de propuestas legislativas nacionales como la Ley
Marco de Culturas, la Ley de las y los Artistas, la Ley de Gestión de Espacios Culturales y se hizo eco
para apoyar la nueva propuesta de Ley del Cine y Audiovisual boliviano; así mismo se colaboró en el
desarrollo de propuestas legislativas de leyes municipales y departamentales, y en procesos de forta-
lecimiento institucional. Gracias a este impulso se pudieron desplegar dos congresos nacionales deno-
minados “Culturas en movimiento”, participativos y abiertos, con resoluciones legítimas y soberanas.
2. Los enredos burocráticos, la desidia y el desinterés de funcionarios estatales, en diferentes niveles de
gobierno, diluyeron las propuestas que no tenían otro objetivo que fortalecer el campo cultural boli-
viano y las condiciones de quienes lo conforman.
Ponemos estas propuestas a disposición del sector cultural para que puedan ser mejoradas y sean ins-
trumentos de lucha frente al desmoronamiento de la institucionalidad cultural.
Ya es hora de avanzar en la unidad para las batallas del campo cultural. Es momento de que las au-
toridades estatales entiendan que los cultores, artistas, colectivos e instituciones culturales, además
de generar flujos de circulación de riqueza económica, aportan bienes intangibles que defienden la
soberanía y construyen la identidad del país.
Por lo tanto:
- Exigimos que el tratamiento impositivo amplíe la estrecha visión de recaudación fiscal en el país,
posibilitando niveles de exención impositiva y de regímenes especiales y alternativos, dispuestos en
consideración del aporte que se hace al acervo cultural boliviano y a la formación artística.
- Dentro del proceso del Pacto Fiscal, demandamos la urgente inclusión de las manifestaciones cultu-
rales, entendidas como formación-fomento-difusión-circulación de los bienes materiales e inmateria-
les que se generan en todos los niveles, subnacionales y nacional, por cuanto son procesos eminente-
mente creativos que se nutren del alma de las naciones de nuestro Estado; y se entrelazan y conforman
el legado cultural universal.
- Exigimos de manera urgente que los anteproyectos originales de Ley del y la Artista y Ley de Culturas
que fue aprobada en el I Congreso de Culturas en Movimiento ingresen en un proceso inmediato de
tratamiento por la Asamblea Plurinacional con participación ciudadana hasta su aprobación.
- Exigimos a las autoridades culturales, nacionales y subnacionales, cumplir con la garantía de los
derechos culturales establecidos en la Constitución Política del Estado y encarar integralmente el
fortalecimiento de la institucionalidad cultural boliviana y dejar de manipular al sector con migajas,
promesas de reuniones participativas o intenciones de gestión que no llegan a su destino. La cultura
genera importantísimas cadenas de valor, no sólo mercantil sino esencialmente de sentido. Este es su
mayor valor, ya que provee identidad, pertenencia y explica nuestros particulares modos de existir.
- Exigimos la asignación presupuestaria de al menos el 1 por ciento del PGE para el desarrollo cultural
como una justa y digna redistribución de la riqueza con políticas claras, con criterios de planificación
participativa y con procesos administrativos transparentes y ordenados.
-Exigimos la cogestión cultural o la gestión cultural participativa en todos los niveles de gobierno,
dando lugar al fortalecimiento democrático que estrecha y transparenta las relaciones entre Estado y
Sociedad Civil.
- Exigimos el establecimiento de un Sistema de Investigación e Información Cultural que releve indica-
dores que afinen el diseño de políticas públicas y coadyuven en la toma de decisiones.
- Ratificamos nuestra indignación adhiriéndonos a todas las protestas sostenidas y ponemos a dispo-
sición nuestras capacidades colectivas y el trabajo en red para avanzar hacia la DIGNIDAD de todos
quienes habitamos el campo cultural boliviano.
Bolivia, 21 de abril de 2017