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10 revista DOMINGO, 12 NOVIEMBRE 2006 L A VA N G U A R D I A
Aurelio Amores Vene López
recuerda haber observa cómo
visto a gente su nieta coloca
que adoraba al un plato vuelto
sol. Al fondo, a del revés, como
la derecha, antaño hacía
Juan Valero su padre
Los últimos
de Al Andalus
En la sierra del Segura se mantiene el recuerdo
de descendientes de moriscos que practicaban
costumbres musulmanas Texto y fotos Eugeni Casanova
uan López González se pos- inmerso en la sierra del Segura, se pa- bargo, se trataba de una especie de me- la suya estas prácticas estaban gene-
J
traba de rodillas mirando al saban tiempos de estrechez. La mujer moria ancestral, porque no había ralizadas en su valle. “Mis abuelos me
este y tocaba repetidamente se llevó una sorpresa mayúscula en constancia de qué antepasados se ha- contaban que cuando ellos eran jóve-
con la frente en el suelo. Al su lugar de trabajo cuando oyó que un bían trasladado hasta la sierra del Se- nes había muchos viejos que se pos-
sol le llamaba a veces Maho- compañero marroquí le decía arua ji- gura. Esa memoria también había traban mirando al levante varias ve-
ma. A menudo recitaba mena, como su padre. El marroquí le transportado a través de los siglos el ces al día”, explica.
unas salmodias incompren- enseñó un Corán y Vene lo asoció in- recuerdo de Abén Jumeya, “que era Riópar está situado en el sur de la
sibles con un libro viejísimo mediatamente con el librote que su pa- nuestro rey, un santo varón, un gran provincia de Albacete, tocando a la de
en las manos, con tapas negras de ma- dre bajaba con una pértiga de la viga. hombre”, en palabras del padre. Jaén, en un valle cerrado al que sólo
dera, que escondía dentro de una tale- Llena de curiosidad, buscó el texto en Juan López fue quizás el último, pe- puede accederse a través de tres puer-
ga en una viga. En Semana Santa, español y comprobó que allí se cita- ro no el único. Aurelio Amores, que tos situados entre los 1.100 y los 1.400
cuando por el pueblo desfilaban proce- ban las uríes, otra palabra de su pa- nació en 1918, recuerda que en su ju- metros de altitud, nevados en invier-
siones, él no probaba ningún alimen- dre. Vene duda de que su progenitor ventud los más mayores de Riópar no. “Hasta hace muy poco esto estaba
to mientras hubiese luz natural. Esos entendiese gran cosa: “Se ponía las ga- Viejo (el núcleo original del pueblo), perdido de la mano de Dios”, explica
días, colocaba un plato vuelto del re- fas y lo abría, pero yo le preguntaba donde él vivía, “adoraban al sol” al Juan Valero Valdelvira, un empresa-
vés en el umbral de la puerta de su cor- cosas de él y no sabía responderlas”. amanecer. “Se asomaban a los riscos rio de 50 años que tiene una empresa
tijo. Un día que un vecino le preguntó de producción de maderas nobles.
porqué lo hacía, respondió ruboriza- “Cuando yo era pequeño aún no ha-
do que era para que el plato se secase.
“Es que estaba muerto de miedo, siem-
“Mi padre y mi tío salían bía carreteras y la población vivía en
cortijos diseminados por el monte; es-
pre se escondía y me pedía a mí que
no contase nada de lo que le veía ha-
a rezar al campo para tá claro que aquí no llegó la Inquisi-
ción y en el momento de la expulsión
cer –explica hoy su hija Venerada–; él
y su hermano salían a rezar al campo,
que nadie los viese” en 1609 los musulmanes nativos no
fueron molestados”.
para que nadie les viese”. Antes de co- El padre de Juan Valero era mata-
mer, inclinaba la cabeza y susurraba Vene vive hoy en el cortijo de su pa- de levante y se hincaban de rodillas y rife y él le acompañaba por los corti-
una salmodia en la que repetía mu- dre, llamado Martínez Campos por- hacían reverencias”, asegura. “No jos de la sierra a hacer su trabajo. “Es-
cho Alá. Tenía expresiones propias: que, dicen, fue del general. Su progeni- eran pocos; había, al menos, una doce- tuviera donde estuviera la casa, siem-
decía arua jimena (ven aquí), jarria tor había nacido en él. El padre de él na”, y repetían jati mali. Aurelio tiene pre situaban la mesa de la matanza en-
(mierda), quem (perro)... “Es nuestra era de Bogarra, un lugar vecino. Su bien claro porqué los viejos ejecuta- carada al este, con una desviación de
tradición –me contaba– pero eso no de- bisabuelo procedía de Las Casicas del ban este ritual: “Era su religión, ado- cinco grados hacia el sur, exactamen-
bes decirlo fuera de casa”. Segura, otra aldea cercana. A pesar raban al sol como nosotros lo hace- te la dirección de La Meca. Yo me di
Juan López murió en 1986, cuando de éste pedigrí, su padre y su abuelo mos con Jesucristo”. En ningún mo- cuenta de eso hace diez años y pregun-
Vene –así la llama todo el mundo– con- decían siempre que la familia era “de mento se le ocurre vincular estos ac- té a diferentes cortijeros porqué po-
taba 31 años. Ella se fue entonces a tra- Granada”, y cuando precisaban más, tos con el Islam, del que él no tiene no- nían la mesa en esa posición. La res-
bajar a Francia. En su pueblo, Riópar, de las Alpujarras y de Motril. Sin em- ticias. Dos generaciones anteriores a puesta invariable era que siempre se
había puesto así”.
Valero cuenta que las costumbres
de su abuelo eran de musulmán por su
austeridad, por su visión de la vida...
aunque él mismo no lo sabía. Él le lla-
maba “hermano”, un apelativo que se
Los moriscos españoles daba a la gente mayor y respetada, co-
mo se hace en árabe. Su abuelo, que
no se movió nunca del pueblo, habla-
A medida que los cristianos fueron granadino, y luego en las sierras las Alpujarras capitaneada por ba siempre con nostalgia de Granada
avanzando hacia el sur durante de Almería, Ronda, Axarquía Aben Humeya (el rey de la e indicaba el camino por el que se va a
la baja edad media, una amplia y las Alpujarras, que sirvieron tradición familiar de Venerada la vieja capital nazarí. Él todavía cele-
población musulmana fue a los reyes de pretexto para dictar López). Las acciones bélicas braba la vieja costumbre moruna de
quedando atrapada a lo ancho en 1501 una pragmática derivaron en una auténtica guerra dar de comer a los animales lo mismo
de la península Ibérica, los ordenando la conversión de los que duró dos años y que los que a las personas un día al año, y pa-
mudéjares. Granada, el último musulmanes del reino de Castilla. castellanos no controlaron hasta ra matar una bestia pedía permiso a
reino árabe, capituló ante los Los mudéjares pasaron a que en Sierra Nevada se presentó las alturas. Pensaba, como todavía
Reyes Católicos en 1492. No fue denominarse moriscos, cristianos el Gran Capitán al frente de tres hoy todos los viejos del valle, que una
una conquista, sino una rendición oficiales de tradición árabe ejércitos. En el pueblo alpujarreño mujer no puede subir a un árbol cuan-
pactada según la cual el rey y musulmana, que continuaban de Válor, los vecinos tienen muy do menstrúa, porque éste se secará, se-
Boabdil y todos sus súbditos hablando la algarabía (al arabiyya, presente aún hoy la que fue casa gún anuncia el Corán.
podían seguir viviendo en su país el nombre de su lengua). En 1516 de Aben Humeya. Los moriscos
ancestral y conservar su religión el cardenal Cisneros dictó otra que sobrevivieron fueron Indumentaria característica
y sus costumbres. Los vencedores, pragmática prohibiendo cualquier desperdigados por todo el reino En las familias de tradición musulma- Tres puertos de Inquisición al
sin embargo, dejaron de respetar costumbre, incluyendo el vestido de Castilla. Los historiadores na aún hay recuerdos de la indumen- más de mil valle de Riópar,
los pactos casi inmediatamente. y la lengua. La presión para hablan de unas 50.000 personas. taria característica. Vene había oído metros, y la en el sur de
El cardenal Cisneros ordenó en que se convirtieran en “buenos Esta deportación masiva fue el en casa que el abuelo de su abuelo lle- ausencia de la provincia
1499 la conversión al cristianismo castellanos” de la noche preludio de la expulsión general vaba siempre “una bata” encima de rutas, de Albacete,
de los mudéjares y eso provocó a la mañana se intensificó de todos los reinos de España los pantalones y la camisa, “una chila- impidieron la lindante
una primera revuelta en el Albaicín y provocó en 1569 la revuelta de decretada en 1609 por Felipe III. ba”. Su abuelo le contaba que iba a tra- llegada de la con la de Jaén