2. • Las celebraciones navideñas aumentan el consumo de alimentos y, como
consecuencia, crece significativamente el número de desperdicios. Según
diversos estudios, las familias desperdician 35 kilos de alimentos por
habitante y año, que corresponde prácticamente a la cantidad de comida que
consumimos en un mes.
3. • Parece ser que hoy en día las personas se han concienciado de este problema
y por lo que parece, se ha reducido el malgastar tanta comida. Y es que hay
una gran paradoja que acompaña a este acontecimiento, al mismo tiempo que
tiramos comida hay un número creciente de gente que pasa hambre. Y es
durante las fiestas de Navidad cuando este hecho se hace particularmente
destacable.
4. • Todo este problema se debe a que esta época del año es casualmente cuando
las familias compran una mayor cantidad de comida, estas son mucho más
copiosas y además muchas de estas se suelen hacer fuera de casa por lo que la
comida que hemos preparado con anterioridad y que ha sobrado, es más
probable que en vez de comernos esos restos tal vez al día siguiente deban de
ser despilfarrados.
5. • Lo que debemos de hacer es difundir esta idea e intentar hacer que este
despilfarro de comida que generamos anualmente se vea reducido y así
contribuir mundialmente a ayudar que no se malgaste algo tan necesario
como son los alimentos y que por lo que parece no todo el mundo valora de
la misma manera…
6. • Hay que tomar determinada iniciativa, proponer ideas tales como son estas
para poder reducir el desperdicio alimentario y comenzar por ello desde
nuestras casas:
• En primer lugar, una buena idea sería planificar la compra, ajustándola a las
necesidades reales. A la hora de cocinar también hay que acostumbrarse a
preparar la cantidad que nos comeremos, intentando que no sobre. Si aun así
nos sobra comida, podemos aprender a aprovecharla de muchas maneras:
podemos hacer sopas, cremas, ensaladas, etc.